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SOBREMESA
10 DE DICIEMBRE DE 2018
La vocación es en primer lugar un don personal, que proviene del amor de Dios hacia la persona. Pero también
es un don para toda la comunidad eclesial, porque es signo de amor y salvación para todos los hombres,
motivo de alegría y testimonio de entrega al Señor.
Con esta sencilla sobremesa, queremos agradecer a Dios por este gran regalo concedido a nuestros hermanos
Bernardo y Antonio. Y con todos, compartimos esta gran alegría por el ministerio recibido: que sigan
configurándose a Cristo como Buen Pastor, siendo pescadores de hombres.
PESCADOR
Voy navegando sin timón;
en mar abierto, me abandona la razón.
Apenas si sobrevivo
como un niño perdido.
Busco algo que no hay en mi interior
Tu palabra es la esperanza
que buscamos tantas almas
Pescador; tú serás el viento nuevo.
Tú serás el amigo,
que nos lleve a un mundo nuevo
en tu gran corazón infinito
en tu gran corazón infinito.
No somos escogidos por cualidades o por los éxitos que tenemos. Con la siguiente canción queremos
expresar nuestro deseo de ser mejores y de pedir perdón por las fallas cometidas.
PERDÓN
Perdón vida de mi vida
Perdón si es que te he faltado
Perdón cariñito amado ángel adorado dame tu perdón
Jamás habrá quien separe amor de tu amor al mío
Porque si adorarte ansió
Es que el amor mío
Pide tu perdón
Siiii
Tú sabes que te quiero
con todo el corazón
con todo el corazón
con todo el corazón
Al final, no nos queda más que ofrecernos tal cual somos al Señor. Estos hermanos nos dan testimonio de
esta respuesta, de quienes se saben amados por Dios, y por ello llamados a ser testigos de su amor,
confiando siempre en la presencia de Aquel que nos ha llamado.