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Et itorh@mrakdelo Vie’ =a en el*tontexto.latinoadmericano Nate SM CUNO att de la CVR a la historia del Estado peruano y a las Ciencias Sociales WW) memoria En este texto quisiera abordar este tema poco conocido para destacar la importancia de la casificacién del con- flcto peruano en la region y disminuir asi la ambiguedad que lo caracteriza hasta hoy. En efecto, sila guerra inter- nna peruana es muy poco conocida en América Latina - y en el resto del ‘mundo~es producto, en gran media, del desconocimiento sobre cémo clasi- ficarla éFue un revolucién contra la pobreza? {Fue una lucha entre campe- sinos y militares? Los cas0s de confic- tos en el cono sur (Brasil, Argentina, Chile, Uruguay, Paraguay) son mejor conotidos porque la situacién que vivieronessimple de entender y de la- sificar: fueron situaciones tpicas de las dictaduras militares, donde los milta res de extrema derecha se opusieron por Ia violencia a los opositores de izquierda, pero tambiénatodoslosciu- dadanos que defendieron los valores delademocracia En la primera parte del texto, trato de situar el conflicto peruano en el contexto latinoamericano, planteando la hipétesis que la situacién de violen- cia politica de os afios 1980-2000, me2- clada con el narcotréfico, es muy cerca- na a la que se vive ain en Colombia. \Veremos enseguida el rol que han juga- do las Comisiones de la Verdad en algu- nos paises de la regién (Argentina, Chile, Salvador, Guatemala), desta- cando luego los aportes de la CVR del Perti a la historia oficial del Estado peruano y a las ciencias sociales del pals. Estos mbitos son frecuente- ‘mente confundidos cuando, en real dad, conciernen dos espacios dferen- tes de la realidad social. Para termi- nar, propondré algunos comentarios a las citicas antiguas y nuevas que se hacen al Informe final y que merecen, esclarecimientos tanto desde el punto de vista académico, como desde una posicién ciudadana, LL conflike aamado peruano o& C¥Ren bh conteato de El conflicto armado interno que vivid el Pert entre 1980 y 2000 es muy poco conocido en los paises vecinos y @ nivel internacional, sobre todo porque no se dispone de una versién teninglés, mientras que a version fran- cesa del Hatun Wilfakuy, que tuve el honor de traducir, debe ser publicada, este afio, Esta situacién se explica, probablemente, porque no se sabe donde situar el tipo de violencia poll ‘ica vivida en el pals y, menos ain, cémo interpretarla en el contexto de ‘movimientos sociales latinoamerica- nos — sobre los cuales se conoce tam- bién muy poco en el Peri. En efecto, en vez de poner el acento en el Informe final de la CVR del Peru, habria que hacerlo sobre el conflicto armado del cual se debate muy poco. Dra. Mariella Villasante Cervello Antropdloga (Ecole des hautes études en sciences sociales, Paris) Investigadora asociada al IDEHPUCP, al Instituto francés de estudios andinos y al Centro Jacques Berque (Rabat) hasta los aftos 80, se conoctan mov! mientos de equierda que podian orga nizarse en guerrillas urbanas y/o rura- lesy que eran reprimidos con violencia por gobiernos militares, apoyados por los Estados Unidos y su politica ant- comunista establecda luegode la revo- lucion cuban de 1958. Las cictaduras militares seinstalaron en Brasil (1964- 1985), Bol (1964-1982), Chile (1973-1989), Argentina (1973-1989), Paraguay (1973-1989) y Uruguay (1973-1985). Entre 1975 1980, elPlan Céndor de lucha ant-comunistaunia a la Argentina, Bras, Bolivia, Paraguay y Uruguay; el gobierno militar del Pert también partciné enese pacto. En América Central, la situacién fue diferente, dado que los regimenes dic- tatoriales o de débil democracia desembocaron en guerras civiles en Guatemala (1960-1996) y en EI Salva- dor (1979-1992). De otro lado, en Nica~ agua, el movimiento de guerrilla con- tra la dictadura de Somoza dié naci- miento ala revolucién sandinista entre julio de 1979 y febrero de 1990. Los Estados Unidos intervinieron directa~ mente en este pais a partir de 1981, apoyando la contra-revolucién, los la ‘mados «Contras» a partir de sus bases militares en Honduras. Como sabe- ‘mos, en esta parte de América Latina, las guerras regionaleshan sido siempre la expresion directa de los enfrenta mientos entre los Estados Unidas y sus aliados (Argentina, Israel, Arabia Saudi- ta) frente a Cuba, aliada a la Unién Soviética,a MexicoyaBulgaria. La situacién de Colombia es particular, la violencia multiforme que vive ese pais desde hace sesenta afios puede ser dividida en dos fases : la primera concierne el periodo llamado la «Vio- lencia», entre 1946-1966, que fue una guerra civil en zona rural; y la segunda empez6 en 1980 y ain no ha termina: do. Recordemas que las principales guerrillas eran las Fuerzas armadas revolucionarias de Colombia (FARC) ‘marnistas-leninistas, el ELN (Ejército de iberacién nacional) guevarista, el EPL (Gjército popular de liberacién) maois- tay el Movimiento M-19. Entre 1990 y 1931, el estado colombiano obtuvo la ddesmovilizacién del M-19 y del EPL. En 2012, las negociaciones de paz comen- MEMORIA “ podemos dittinguir Tres tipos de violencia pobttica pot retains oe ihe Parsee Prarie op sel ee ditaduras militares de eatrema derecha como sur; eb waarvilo ea ccerdado por los guerra civiles de Umérica Cotiah, 4 Hercer Tipo ae ba atualiyado en Colombia y, en eb Perc, combinancdo la « ideologia revolucionaria », 0 & que pose por Hab, con eb narcotrdfico. 2 zadasen 1998, han sido retomadasen La Habana yen Oslo, entree presidente Alvaro Uribe ylosdirigentes delas FARC y del ELN. En fa fase actual, la lucha de los movimientos insurgentes, sobre todo las FARC, se ha mezclado con las alianzas establecidas con los grupos de narcotraicantes locales, de tal mado que no se puede distinguir si queda ain un poco de ideologia «revolucionaria »0sisetratasim- plemente de grupos armados criminales' El caso del Peres también particular pues, sibien escierto que tuvimos un régimen dictatorial entre 1968 y 1980, los gobiernos militares de Juan Velasco Alvarado y de Morales Bermudez no pueden ser clasificados como de extrema derecha, como en los casos de Chile y de Argentina, para ditar solo esos paises vecinos. Velasco fue un reformista y Bermudez un militar erechista queaceptslatransicion ala democracia. La guerra interna que comienza en 1980 es totalmente inédita en el contexto latinomericano, primero porque el Partido Comunista del Perd-Sendero Luminoso {°cP-SL) desarrolla una ideologia revolucionaria maotsta y extremist, sin ningin contacto ni apoyo internacional. En segunido lugar, porque se desarrolla fuera de todo régimen dictatorial, en momentos en que el pais volvia ala demo: cracia (al menos formal) luego de doce afios de dictadura. ¥ porque el modo de reclutamiento de militantes se fundé sobrela cooptacién de j6venes yescolaressin aces, resen- tidosy frustrados;en ese proceso, los maestros ruralesyylos profesores universitaris jugaron un rol central (eacuerdo con el Informe final de la CVR?). Sin embargo, como en Colombia, las huestes senderistas entraron en relaciOn de alianza con los narcotraficantes locales y ain cuando el reclutamiento forzado de nifios-soldados y de jévenes continda en a regién del VRAEM bajo el lema idéologico de la «guerra popular», en realidad los intereses por el eni- ‘quecimientoilcito porlavia del tréfico de droga sehan vuel- tofundamentales, ‘Asi, pademos distinguir tres tipos de violencia politica post moderna en América Latina: el primer tipo es el delas dicta- dluras militares de extrema derecha del cono sur; el segun- do es representado por las guerras cviles de América Cen- tral; y el tercer tipo se ha actualizado en Colombia y en el Pert, combinando la «ideologia revolucionarian, 0 lo que pasa por tal, con el narcotrafico. Un tipo de violencia que odemos clasificar como subversiva y criminal. Notemos ‘que este tipo de violencia caracteriza también a los movi- mientos islamistas contemporaneos, en particular Al- Qaeda*. Mis investigaciones* me llevan a considerar que la {guerra interna peruana fue una guerra civil que opuso de manera prioritaria a los militantes del Partido Comunista del Peru, Sendero Luminoso, contra las fuerzas del orden, apoyadas por las milicias civiles (rondas campesinas y nati- vvas, Comités de auto defensa, CAD}, en el marco de gobier- nos de apariencia democratica (1980-1992) y de dictadura ico-militar (abril 1992-naviembre 2000). Los militantes del PCP-S{ pretendieron que su insurgencia era una « guer- ra revolucionaria » contra el Estado, introduciendo la ambi- ‘guedad de la clasificacion del conflicto. Por esta razén,

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