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SENTIMIENTOS DE CULPA Y MUCHO MIEDO

EL SENTIMIENTO DE CULPABILIDAD:

Las mujeres entrevistadas, en diversos grados y de diversas formas, se auto


culpaban de diversos aspectos de los abusos que vivían, incluso, en algunos
casos se consideraban responsables de la misma violencia.

Esta situación se vio favorecida por las formas de culpabilización que hasta
ahora se han comentado, es decir, a ello contribuyen el hecho de que el hombre,
las amistades, el contexto familiar y/o profesionales y/o el propio SJP las
señalaran como responsables en mayor o menor grado de la situación de
violencia. Son de especial relevancia las formas de culpabilización del SJP, ya
que al señalar a las mujeres como responsables (o en parte responsables) de la
violencia, favorecen su sentimiento de culpabilidad y dificultan el ejercicio del
derecho al acceso de justicia.

No obstante, la autoinculpación también puede relacionarse con la forma en


cada mujer ha interiorizado diversos aspectos vinculados a la socialización
femenina.

MIEDO:

El miedo fue, sin duda, una de las emociones a que más hicieron referencia las
mujeres lo largo del trabajo de campo. Sin embargo, este estudio más que
profundizar en dicha emoción, la adopta como un marco de referencia importante
de la relación de la mujer, que, dependiendo del caso concreto, fue más o menos
prolongado en el tiempo, tuvo su origen en la violencia padecida y determinó
muchas de sus decisiones. Esta emoción tuvo un gran peso en las mujeres, de
hecho, algunas consideraron que siempre está todo movido por el miedo que
tienes, tienes mucho miedo de ti y luego por tus hijos. Además, esta emoción se
experimentó debido a diversos motivos:

 En primer lugar, puede decirse que las mujeres manifestaron miedo a


padecer violencia o que ésta aumentara.

 En segundo lugar, y en la misma medida o más, dicho temor se manifestó


de forma muy significativa con relación a sus hijos e hijas, ya fuera por su
bienestar, su salud, por no poder continuar la convivencia con ellos/as,
por su integridad psíquica o física e incluso su misma vida.

 En tercer lugar, las mujeres también expresaron miedo a que familiares


y/o amistades padecieran algún daño, ya que de forma recurrente hubo
amenazas de los hombres en dicho sentido.
VIOLENCIA Y DERECHOS REPRODUCTIVOS

Los Derechos Sexuales y los Derechos Reproductivos se relacionan con la


sexualidad y la reproducción de las mujeres y hombres. Son los derechos que
tienen todas las personas, sin discriminación de ningún tipo, a tomar las
decisiones con libertad y sin violencia. Es el derecho a tener la posibilidad de
alcanzar el máximo bienestar y la mejor calidad de vida.

Los Derechos Sexuales y los Derechos Reproductivos se complementan y tienen


que ver con reconocerle a la persona sus capacidades de autodefinirse, de
determinar cómo vivir su vida sexual y su vida reproductiva.

CONSECUENCIAS PSICOLÓGICAS

La mujer embarazada y agredida por su pareja está en mayor riesgo de:

 Sufrir estrés, depresión y adicción al tabaco, el alcohol y las drogas. Los


efectos de la adicción a las drogas en el feto han sido bien documentados,
pero los efectos de la depresión son más difíciles de determinar. Estos
pueden incluir la pérdida del interés de la madre en su salud y en la de su
hijo, tanto durante el embarazo como después del parto.

 Las mujeres que sufren malos tratos durante el embarazo tienen más
probabilidades de sufrir depresión postparto (alrededor del 50%, según
algunos autores). Algunos investigadores afirman que la depresión existe
a menudo antes del parto, pero que se descubre después.

 La madre siente un fuerte rechazo o apatía hacia el bebé, sobre todo


cuando es un embarazo no deseado y fruto de la violencia pues ella siente
que la pone en situación de debilidad lo que la hace más susceptible al
sometimiento. Muchas de ellas sufren cuadros de ansiedad y depresión.

 Es importante tener en cuenta que, generalmente, el hombre que golpea


a su compañera probablemente también golpeará a sus hijos.

VIOLENCIA CONTRA MUJERES MIGRANTES

La migración internacional hace referencia al desplazamiento que realizan las


personas de sus países de origen o de aquel en que residen habitualmente hacia
otro país en donde se establecen en forma temporal o permanente.

La comunidad internacional reconoce:


 Migrante regular: Es aquella persona, que cumple con los canales
regulares y legales de ingreso a un país, cuenta con documentación,
visados y permisos específicos para sus actividades de permanencia, de
manera temporal, trabajo o estudio.
 Migrante irregular: Es aquella persona que evade las reglas y
procedimientos preestablecidos por los Estados para la entrada,
permanencia o realización de actividades específicas como el trabajo y
los estudios.

 Refugiado: Es aquella persona, que, debido a fundados temores de ser


perseguida por motivos de etnicidad, religión, nacionalidad, pertenencia a
un determinado grupo social u opiniones políticas, se encuentre fuera del
país de su nacionalidad y no pueda o, a causa de dichos temores, no
quiera acogerse a la protección de tal país.
PSICOLOGIA:
Todos los autores coinciden en señalar que las mujeres inmigrantes se
posicionan en situación de vulnerabilidad ante la violencia de género en la pareja,
debido a condiciones del proceso migratorio, como: la escasez de redes sociales,
las condiciones de precariedad laboral, la situación administrativa y/o las
dificultades económicas.
El hecho de ir a un país extranjero implica un proceso de ruptura de vínculos
familiares y de amistades en el país de origen, que puede dar lugar a estados
ansiosos, depresivos o producir atracción hacia algo nuevo. Dicho desarraigo
cultural y social, sumado a la carencia de redes sociales, configura un escenario
de aislamiento para las mujeres inmigrantes, un terreno favorable para ser
blanco del control emocional de la pareja.
La situación económica en la que se encuentran está condicionada por las
barreras que hallan para ingresar en el mundo laboral por el hecho de ser
mujeres y por las dificultades a las que se enfrentan por ser inmigrantes. Dicha
condición laboral les impide acceder a independizarse económicamente de la
pareja, uno de los criterios imprescindibles para salir de la violencia.
Dicha irregularidad jurídica no sólo agrava las desigualdades de género en el
ámbito laboral, sino también su desprotección e invisibilidad institucional al no
denunciar la situación de maltrato por temor a revelar su situación legal y la de
su pareja.
De igual manera, la irregularidad también reduce la posibilidad de acceder a los
centros de emergencia y a otros recursos especializados en proteger a mujeres
víctimas de violencia de género en la pareja, pues buscar ayuda supone
visibilizar su situación administrativa y viven con el temor y la duda de lo que
puede pasarles a sus seres queridos, a su pareja y desde luego a ellas. Así, el
miedo de deportación puede ser una constante en sus vidas, que afecta la toma
de decisión ante el afrontamiento de la situación de maltrato.

Las mujeres inmigrantes que a pesar de la precariedad laboral consiguen un


empleo, lo hacen generalmente sin contrato y con sobrecarga de trabajo,
situación en la que se encuentra la mayoría del colectivo latinoamericano.
En este marco, hay que tener presente que el desconocimiento de las leyes
extranjeras es otro agravante que se suma a la incertidumbre que viven muchas
mujeres inmigrantes, ya que puede ser usado por la pareja maltratadora para
amenazarla sobre las consecuencias de la denuncia o la ruptura.
En este contexto, resulta importante eliminar las barreras informativas, jurídicas,
psicológicas, lingüísticas y culturales a las que se enfrentan y dificultan buscar
asistencia en el sistema de justicia para protegerse de los agresores.

Referencias
PÉREZ OSEGUERA, L. (2008). REDALYC. Obtenido de REDALYC:
http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=65411190011

Infogen . (18 de julio de 2014). © Infogen A.C. Obtenido de © Infogen A.C:


http://infogen.org.mx/violencia-y-embarazo/#indice-8

RODRÍGUEZ LUNA, R. (2014). CULPA, MIEDO Y VERGÜENZA: LAS EMOCIONES DE LA VIOLENCIA.


Derechos Humanos.

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