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Programa Provincial de Prevención y Atención del Página

Maltrato a la Niñez, Adolescencia y Familia 1

Negligencia
▐▐Maltrato a niñas, niños y/o
▐▐adolescentes por negligencia
Lic. Patricia Martín

No es necesario golpear a un niño para que este hecho sea


considerado como maltrato; existen acciones y actitudes de los
padres que, de manera recurrente, obstaculizan y en ocasiones
impiden el desarrollo integral de su hijo e inclusive pueden
provocarle la muerte.

En este sentido, la negligencia es una forma de maltrato infantil.


Comprende actos u omisiones, en lo que atañe al cuidado integral
de un niño por parte de un adulto, que perjudica su salud integral:
física, emocional y social.

Esta modalidad del maltrato ocurre en la intimidad de los vínculos


afectivos, por lo que debe indagarse que el/los adultos responsables
se encuentren en condiciones de desempeñar dicha tarea como
también que cuenten con los medios y herramientas para hacerlo
y, fundamentalmente, observar la calidad del vínculo que han
construido con su hijo.

▐▐ La negligencia

Es la falta de atención adecuada de las necesidades inherentes al


desarrollo integral del niño, por parte de un adulto responsable
del grupo conviviente. Estas necesidades pueden ser alimentación,
higiene, seguridad, atención médica o educación. Se entiende que
en ningún caso configura maltrato sí esta desatención tiene que ver
con pobreza extrema y/o falta de recursos propios, como tampoco
con trastornos cognitivos que eventualmente puedan privar a los
padres de ejercer satisfactoriamente sus funciones parentales.

La negligencia es una falta de responsabilidad parental


que ocasiona, por acto u omisión, la provisión deficitaria de
aquellas necesidades fundantes, no sólo para la supervivencia
del niño/joven, sino para su desarrollo integral, sea temporal o
permanentemente por parte de los padres, cuidadores o tutores.
Comprende una vigilancia deficiente, descuido, privación de
alimentos, incumplimiento de tratamiento médico, impedimento
a la educación, la provisión de herramientas para una inserción Lectura
social satisfactoria, etc.
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La negligencia está referida al cuidado de un niño y se relaciona


con múltiples variables como la edad, su competencia, autonomía Negligencia
y el tiempo de desatención. Se configura como maltrato cuando se
cumplen algunos requisitos básicos:

• Que la situación del niño hiciese evidente la necesidad del


adulto para su protección y cuidado.
• Que las condiciones físicas y económicas de los padres fueran
suficientes para proporcionar el cuidado, la protección y la
supervisión necesarias (estar en condiciones de prevenir lo
previsible).

El aspecto relevante de la negligencia es que las conductas señaladas


provocan un daño que pudo ser previsto anticipadamente por
sus responsables directos. Por otra parte, a modo de corolario de
lo anterior y citando a María Carolina Sánchez Thorin (psicóloga
clínica y especialista en temas de familia y primera infancia), la
negligencia hace referencia a un patrón continuo de cuidado
inadecuado y se identifica en las personas más próximas y
responsables de un niño. Lair Riveros nos dice al respecto: “Un
hecho aislado no puede establecer una tendencia; pero si el hecho
se repite, la tendencia puede establecerse”.

En todo caso de negligencia deben considerarse dos criterios


básicos:
• Cronicidad: debemos observar cualquiera de sus indicadores
en forma reiterada y continua para señalar un caso como
negligencia.
• Omisión: dirimir certeramente si los progenitores se encuentran
en condiciones de dar cumplimiento con aquello propio de
su función, por ejemplo de proveer a las necesidades de sus
hijos, de acceder a los servicios escolares o de la salud, como
de generar un contexto propicio para el normal desarrollo y
desenvolvimiento de su hijo/a.

Con respecto a lo anterior, surge la necesidad de formularse una


pregunta en la intervención. Previo a imputar a los responsables
del niño de conductas de negligencia, es necesario analizar otras
cuestiones.

Antonio Baños y Juan Casado Flores distinguen, en las modalidades


de maltrato, tres grandes grupos (dos son de interés al analizar
esta temática):

1. El de aquellas situaciones objetivas capaces de maltratar a la


infancia, pero no atribuibles a los adultos directamente relacionados Lectura
con el niño. Se alude aquí al conjunto de circunstancias económicas,
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culturales, sociales, psicosociales etc., que hacen que objetivamente


exista maltrato ajeno a la culpabilidad de sus progenitores y aluda Negligencia
a la responsabilidad del Estado, constituyéndose en maltrato
institucional.

2. Aquellas situaciones objetivamente maltratantes para el niño,


con responsabilidad de los adultos próximos a él, aunque sin
intención directa de maltratarles.

3. Todos los casos de maltrato objetivo, en los que existe


intencionalidad y responsabilidad directa por parte de los adultos
próximos al niño. En ellos se incluirían todas las formas de maltrato
físico, y/o emocional.

Se analizarán los dos primeros por ser las modalidades que menos
son consideradas (no por ello las menos frecuentes) y el segundo
caso por ofrecer dudas a la hora de su diagnóstico.

• Es claro que en el primer caso se alude a un Estado cuya


administración es convocada para conculcar todos los problemas a
nivel macro: políticas socioeconómicas, políticas de empleo, soporte
estructural en cuestiones básicas como la salud, la educación o la
vivienda, acompañadas de políticas ambientales o sanitarias.
• En el segundo caso se alude a los adultos responsables del niño,
cuando los mismos se encuentran limitados material, cognitiva o
socialmente para brindarles lo necesario para la satisfacción de las
necesidades primarias de sus hijos.
• En el tercer caso se encuentra la negligencia, que puede
presentar un sin número de indicadores, a través de las distintas
variables que se ofrecerán para su análisis. Lo concreto es que
los responsables del niño debieron prever situaciones de riesgo
y procurar prevenirlas. Si bien existen elementos atenuantes que
deben ser considerados, constituye claramente una conducta de
maltrato por entender que el niño fue expuesto y/o vulnerado
porque sus progenitores no atendieron ni previeron circunstancias
de riesgo, pudiendo hacerlo. Sólo de esta modalidad de
negligencia se ocupa el PPMI.

▐▐ Tipos de negligencia

Debido a las diferentes áreas del desarrollo afectadas en los niños,


así como aquellas necesidades básicas (física, médica, educacional,
emocional, nutricional, entre otras) que son descuidadas por los
cuidadores encargados de proporcionarlas, se conocen varios tipos
de negligencia. Para algunos autores (Wanda, Allison & McCarley, Lectura
(2003) la negligencia es agrupada en tres tipos fundamentales:
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• La negligencia física, la cual comprende las necesidades como


alimentación, vestido, amparo, higiene, supervisión. Además se Negligencia
incluye en este tipo el cuidado médico, en donde el responsable a
cargo del niño no le ofrece una atención adecuada y oportuna ante
la presencia de enfermedades o en el cumplimiento de los controles.
• La negligencia educacional, que se refiere a la irresponsabilidad
del cuidador por no cerciorarse que el niño cumpla con los
deberes y compromisos establecidos en la institución, así
como subsidiar sus necesidades educativas; es decir no estar
pendiente de la asistencia a las clases, de las reuniones de padres
u acudientes, del desarrollo de tareas y trabajos, entre otros.
También ingresa en este orden el privar al niño/adolescente de
escolarizarse lisa y llanamente.
• Negligencia de seguridad, que abarca las condiciones higiénico-
sanitarias, protección hacia cualquier daño y el cuidado del
ambiente. Moreno (2001) complementa, al nombrar el inapropiado
vestido en relación con la época climática del momento, pudiendo
causarle lesiones graves, así como los accidentes domésticos, tales
como congelaciones, quemaduras e incluso deshidrataciones
por permanecer durante horas en ambientes excesivamente
fríos o calurosos, sin una protección adecuada (especialmente en
lactantes y en niños de edad preescolar).

En este punto, y al pensar la negligencia como estructurante de un


vínculo de maltrato a la niñez, es fundamental agregar a las formas
anteriores la negligencia emocional.

• Negligencia emocional: se define como la falta de atención de


las necesidades emocionales del niño/a-joven. Por ejemplo,
cuando éstos se encuentran integrados a hogares donde prima la
violencia conyugal, aunque la misma no los alcance físicamente,
el/los niños se nutren de los resultados de las desavenencias de
la pareja, mucho más cuando cualquiera de ellos privilegian
permanecer en relaciones dañinas por un deseo personal. En
otros casos, por ejemplo, cuando se les permite ingerir alcohol,
drogas y cuando se los descuida emocionalmente.

▐▐ Detección y prevención

Generalmente es detectada por las personas que son más allegadas


a los niños, como sus profesores, parientes, pediatras, amigos, etc.
En los niños más pequeños la negligencia es evidente cuando
personas ajenas a la familia con la que reside el niño/joven perciben
falta de higiene, bajo peso, cuidado médico inadecuado, ausencia
al colegio, falta de interés por las responsabilidades escolares y Lectura
sociales del mismo.
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El primer paso para evitar este maltrato es identificar sus causas. La


mayoría de los casos de negligencia radican en un vínculo amoroso Negligencia
deficitario por parte de sus progenitores o responsables respecto
de ese niño/joven. Ello se traduce en un cuidado inapropiado a
sus hijos o en conductas de permisión no acordes a su edad o
contexto. En este sentido deben ser profesionales especializados
los encargados de trabajar para determinar qué tipo de tratamiento
pueda resultar más adecuado a las necesidades de ese grupo
familiar y de ese caso en particular.

También es indispensable que los adultos cuenten con las personas


más cercanas, como parientes o amigos de confianza, para que
sean su red de apoyo y acompañamiento en la crianza de un niño,
debido a que los padres no siempre cuentan con las herramientas
suficientes para ejercer sus funciones parentales.

María Carolina Sánchez Thorin nos aporta que la negligencia


hace referencia a un patrón continuo de cuidado inadecuado y se
identifica en las personas más próximas y responsables de un niño.
Aspecto que ya vimos en la configuración de negligencia.

Debe considerarse que cuando se habla de negligencia parental


se alude principalmente a un estilo parental que se traduce
en una práctica parental. Los estilos parentales se definen
como una constelación de actitudes hacia el niño que le son
comunicadas y crean un clima emocional, en el que tienen lugar los
comportamientos de los padres (valores y metas de los padres para
la socialización). Las prácticas es la puesta en acto de los valores,
emociones, ideales etc. que emplean y se traducen en las actitudes
que expresan hacia sus hijos.

Estos comportamientos incluyen tanto prácticas de los padres


como otros aspectos de la interacción padres-hijo que comunican
una actitud emocional: tono de voz, lenguaje corporal, atención,
etc. Así, el estilo parental global se expresa, en parte, a través de
las prácticas de los padres, porque de estos comportamientos los
niños infieren las actitudes emocionales de los mismos.

Finalmente tomamos el aporte de la Lic. en Trabajo Social María


Lucy Gutiérrez que refiere: “No poder o no saber criar no es un
pecado, se puede aprender a lo largo de la vida, con el apoyo de
las redes familiares y, por qué no, de los sicólogos, trabajadores
sociales o maestros, entre otras personas claves. Pedir ayuda es
señal de inteligencia y sensatez. No hacerlo es señal de inmadurez
física y emocional… lo bueno es que podemos crecer, cambiar,
amar, ser felices y hacer felices a nuestros niños”. Lectura
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▐▐ Situaciones para tener en cuenta en la conducta


parental negligente Negligencia

A continuación se describen conductas detectadas en la


configuración de la negligencia parental, tomando para ello a
María Lucy Gutiérrez, trabajadora social y miembro fundador de
la Asociación Afecto, a Carolina Puerto Psicóloga especializada
en niños y adolescentes y, por último, a Diana Baumrind Lic. en
Filosofía y Psicología, investigadora que dio a luz numerosos
conceptos (entre ellos el de clima familiar) y completó los estudios
de Darling y Steimberg sobre estilos parentales.

Podemos identificar una conducta parental negligente cuando el


padre/madre o ambos:

• Priva al niño niña de alimento por largas horas.


• No provee el dinero necesario y de forma oportuna para la
manutención de los hijos.
• El área donde vive el niño se encuentra cotidianamente con
notables faltas de higiene.
• Priva al pequeño de cariño, juego, abrigo y compañía
cotidianamente.
• No juega con sus hijos o bien juega un poco y se ausenta por
largas horas o días.
• Los deja solos y/o al cuidado de una persona que no está
capacitada para cuidar a los niños.
• Se embriaga, consume otro tipo de sustancias y pierde el
control consigo mismo y con sus hijos.
• Presentan alto nivel de exigencias pero se muestran indiferentes
hacia el hijo.
• Ausencia de demandas y de responsabilidad hacia la conducta
de los hijos.
• Falta de estructuración, control y apoyo de las conductas del
niño.
• Derivan sus responsabilidades paternas hacia otras figuras
como la escuela u otros familiares.
• Presentan problemas de conducta.
• Proporcionan un ambiente familiar desorganizado.
• Son altamente vulnerables a la ruptura familiar.
• No reconoce las señales del niño cuando necesita algo. Ej: cuando
el bebé llora y no se identifica lo que el niño quiere, por falta de
conocimiento. Pasa generalmente en mamás adolescentes.
• Pone por encima sus necesidades sobre las del niño. Ej:
compra comida rápida en la calle para proveer la necesidad
de alimentación.
• Tiene una visión distorsionada de lo que el niño necesita. Ej: Lectura
los niños cuyos padres los inscriben en múltiples actividades
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(talleres, cursos) que, sumadas a su carga escolar, les impide


tener tiempo libre para actividades muy importantes para su Negligencia
desarrollo como son el juego y la socialización con otros niños.

Nota: la docente de este capítulo discrepa con una de las autoras,


Lic. Carolina Puerto, en un punto. No está comprobado que las
madres adolescentes per se no cuenten con las herramientas
necesarias para el cuidado de su prole, ni tampoco que por el
hecho de ser adolescentes no se vinculen afectivamente con sus
hijos de manera cálida. De hecho la negligencia se aplica a padres
y/o cuidadores de cualquier estrato social y edad. Por ende las
madres adultas no están exentas de ejercer la negligencia en el
cuidado de sus hijos.

▐▐ Como conclusión

Para finalizar, debemos tener en cuenta que si una niña, niño y/o
adolescente carece de los cuidados básicos debido a que su familia
no dispone de las condiciones materiales para proporcionárselos,
ello no supone que necesariamente se trate de un caso de maltrato
o negligencia.

Cuando la falta de protección se origina en carencias económicas


y culturales que se padecen en el hogar, es el Estado el principal
responsable. Corresponde al Estado la ejecución de acciones
concretas que promuevan la equidad social, protegiendo a la
familia para que ella pueda atender al niño. Esta idea se expresa
en los artículos 3 y 5 de la Convención Internacional sobre los
Derechos del Niño.

Existe una clara diferencia entre las formas tipificadas de maltrato


infantil y otras situaciones donde la imposibilidad de atender
adecuadamente a los niños y jóvenes se vincula con la exclusión
social que ha dejado a muchas familias sin los recursos elementales
y fuera de las redes básicas de contención. Esta distinción es
importante para evitar la “penalización de la pobreza” que
se expresa en una tendencia a separar al niño de su familia,
institucionalizándolo. Aunque se busca protegerlo, de esta forma
en realidad se victimiza por segunda vez al niño privándolo del
contacto con sus seres más preciados.

Sin des-responsabilizar a los padres y madres que descuidan


a sus hijos, la perspectiva de la protección integral destaca la
importancia de no separar a los niños y jóvenes de sus familias
salvo que sea estrictamente necesario, es decir, cuando el vínculo Lectura
es nocivo para el niño.
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No olvidar que…
Negligencia
La negligencia es un estilo de crianza sustentado en el desamor, que
se traduce en una práctica parental que condicionará en el niño una
baja autoestima, desapego a las normas, una escasa sensibilidad a
las emociones de los demás (falta de empatía) y fundamentalmente
a una extrema vulnerabilidad a conflictos personales y sociales.
Culmino con una frase para pensarnos como padres:

“La vida es como un eco. Si no te gusta lo que recibes, presta


atención a lo que transmites”.
(Lair Ribeiro)

Lectura

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