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Poder Judicial de la Nación

Sala II - Causa n/ 27.542

“Ratti, Fernando L. s/

reposición”.

Juzg. Fed. n/ 5 - Sec. n/ 9.

Expte. n/ 15.131/2007/72.

Reg. n/ 29.578

////////////////nos Aires, 5 de marzo de 2009.

Y VISTOS Y CONSIDERANDO:

I- Este legajo arriba a estudio del Tribunal en virtud del recurso de

apelación -en subsidio del de reposición- interpuesto por Fernando L. Ratti, contra el

auto que en copias luce a fs. 6, que no hizo lugar a la propuesta de María E. Tedaldi de

que se designe al nombrado como su abogado defensor.

El incidentista sostiene que el a quo ha realizado una incorrecta

inteligencia del artículo 109 del Código Procesal Penal de la Nación para denegar su

designación, en tanto su situación en esta causa no resulta óbice para que se le permita

representar a Tedaldi -quién, al igual que él, fue indagada y procesada en autos-.

II- Es tradicional jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia

de la Nación que en materia criminal corresponde extremar los recaudos que garanticen

plenamente el ejercicio del derecho de defensa a tal punto que éste debe ser cierto, de

modo que quien sufre un proceso penal ha de ser provisto de un adecuado

asesoramiento legal, no resultando suficiente para cumplir con las exigencias básicas

del debido proceso que el acusado haya tenido patrocinio letrado de manera formal, sino
que es menester, además, que aquél haya recibido una efectiva y sustancial asistencia

por parte de su abogado (Fallos: 5:459, 255:91, 304:1886, 310:192, 311:2502, 320:150

y 321:2489, entre otros).

Desde esta perspectiva, el Tribunal coincide con el fiscal y el

instructor en punto a que deviene incompatible con el pleno ejercicio del derecho de

defensa de María E. Tedaldi -quien, vale destacar, no ha impugnado el criterio del juez

y es representada en la actualidad por otros letrados- que su asistencia técnica sea

asumida por uno de sus consortes de autos, pues existe una posibilidad cierta de que,

ante la imputación en varios aspectos común que pesa sobre ambos, puedan concurrir

intereses encontrados o contrapuestos entre ellos, riesgo por sí solo intolerable para los

derechos de la nombrada y que torna razonable la postura asumida por el director del

proceso.

Sobre esto, cabe hacer notar que, en opinión de la doctrina, por

encontrarse en juego la defensa en juicio, en caso de duda debe estarse a la existencia

de incompatibilidad, pues tal garantía no se respeta sólo con el dotar de un defensor sino

con brindar una defensa que pueda ejercer su ministerio en forma eficaz. Por ende, es

preferible reclamar la presencia de otro asistente técnico antes que dejar en pie la

eventualidad de que se cause la nulidad de todo el procedimiento por indefensión de un

imputado (ver Juan María Olcese “Incompatibilidad en la Defensa”, J.A., 1993, T. IV,

pág 815).

En virtud de lo expuesto, por imperio del artículo 109 del Código

Procesal Penal de la Nación, corresponde y así SE RESUELVE:

CONFIRMAR el auto en crisis en todo cuanto decide y fuera


Poder Judicial de la Nación

materia de recurso.

Regístrese, hágase saber al Sr. Fiscal General y devuélvase a la

anterior instancia, donde deberán efectuarse las restantes notificaciones que

correspondan.

Fdo: Eduardo G. Farah- Martín Irurzun.-

Nota: El Dr. Cattani no firma por hallarse en uso de licencia.-

Ante mi: Guido S. Otranto. Secretario de Cámara.-

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