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EL ÁRBOL DE LA NOCHE TRISTE

Estaban las tropas de Hernán Cortes


Esperando su exilio de Tenochtitlán
Pero ansiosos por el oro llevar
La catrina los enfrento
Y en medio de la maleza y sin que ellos la vieran
La flaca les empezó a gritar;
El oro de mis guerreros nunca se lo van a llevar,
Las tropas asustadas como si hubieran visto un terrible jaguar,
Asustados corrieron a Cortes Informar,
La calaca anda rondando y nos quiere chingar
Ya sabe lo que queremos y nuestros planes quiere cuartar.
Vayamos con nuestros aliados para el ejército conformar

Cortes muy despreocupado de la advertencia no le quiso sacar,


Pero cuando se vio rodeado por los mexicas
Y vio que se lo querían chingar,
salió corriendo en su caballo y de volada con cara de susto grito, huyamos para el noroeste con
nuestros aliados Tlaxcal y ahí nos volveremos a agrupar.

Entonces llegando al valle de Otompa la catrina salta de una vereda


Y al fulano Cortes le apareció,
Le dijo corre y huye con los Tlaxcas porque mi ejercito de Tenoch ya salió,
Armados hasta los dientes
Y además con gran valor en la mafer les van a dar
Y de tus gachupines y tus aliados ni los huesitos van a quedar.

Cortes aferrado por el oro quererse llevar,


Compungido y espantado, muy triste y desconsolado,
En el ahuehuete se puso a llorar,
La catrina a su oído susurro
Deja el oro de mis guerreros y te salvaras
O si no en un hoyo iras a dar,
Entonces Cortes como buen capitán
con todo y calaca a la Tumba fue a dar.

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