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De acuerdo a Pijoan y Pastrana existen dos tipos de corte:

 Marcas de corte en el hueso


 Marcas de corte del hueso

 Las marcas de corte en el hueso, son aquellas que se quedan en el hueso a consecuencia de
haber cortado las partes blandas que se encontraban encima. El corte de la piel, aponeurosis,
músculos, tendones, cápsulas articulares, etc., implica que el instrumento empleado se apoye
sobre el hueso y deje ahí su marca, pero no responde a una intencionalidad de marcar o cortar
el hueso. Estas marcas serán, por tanto, consecuencia de la manipulación y no el objetivo en sí.
Las marcas de corte sobre los huesos siempre tendrán una sección e V, cuya profundidad
dependerá de la fuerza aplicada y de lo afilado que esté el utensilio usado. La anchura de la V
está en relación directa con el espesor de la hoja. Por tanto, será posible aportar algunas
precisiones objetivas acerca del tipo de instrumento que se empleó, así como de la fuerza
aplicada.
i. Deshollamiento. Obedecerían a la intención de quitar la piel. Si bien se puede
desollar a un sujeto entero, sólo podemos identificar de modo claro esas marcas
en la cabeza, porque es ahí donde la piel y el tejido celular subcutáneo están
más próximos al cráneo, sin casi músculo ni otros elementos. Dado el escaso
espesor de estos tejidos blandos y la forma del cráneo, el cuchillo toca el hueso
al cortar y deja su marca en él. Como la piel de la cabeza se apoya sobre un
plano duro que es el cráneo, resulta fácil de cortar. Las marcas sobre el hueso
serán en general lineales, largas, finas y a menudo únicas. Cuando hay más de
una, suelen ser paralelas. Aparecen con frecuencia asociadas a ellos marcas
transversales u oblicuas en el frontal, aproximadamente por debajo de las
protuberancias. Ello se debe a que ahí existen adherencias a las aponeurosis y
se hace preciso cortarlos. No ofrecen dificultad para su identificación. Su
localización, así como, la forma, tamaño y profundidad hacen fácil en general
su diagnóstico.
ii. Descarnamiento. Resultan de la actividad de eliminar los componentes
musculares que rodean al hueso. Las marcas de descarnamiento son en general
más cortas, más profundas y suelen aparecer en grupos de líneas paralelas
escalonadas. Por lo común son perpendiculares al eje mayor del hueso y
muchas veces permiten establecer la dirección en la que se produjeron los
cortes, con un inicio y un final bien marcados. Si el hueso tiene depresiones y
salientes en la zona de los cortes, éstos se podrán estudiar mejor en las zonas
salientes, allí donde el instrumento cortante entró antes en contacto con él.
iii. Marcas de raspado. Cuando se eliminan las partes blandas de los huesos, se
hace difícil la maniobra en algunas zonas porque los músculos están más
adheridos al periostio; entonces es necesario raspar para poder quitarlos. En
ese caso quedarán señaladas en la superficie del hueso unas marcas muy
características, imposibles de confundir con cualquier otra, que son muy poco
profundas e irregulares en anchura y en longitud. Además, también son
irregulares en su distribución, porque se entrecruzan unas con otras y no siguen
la misma dirección. Están producidas por las micromelladuras del filo del
cuchillo, sea de piedra, de acero, o de otro metal, así como por la diferente
presión que ejerce dicho filo al raspar.
iv. Marcas de desarticulación. Son muy características y aparecen por lo normal en
las zonas periarticulares, no dentro de la articulación. Se producen como
consecuencia de las maniobras de separar en trozos un cadáver cuando se
cuenta con un instrumento cortante, cuya masa no es suficiente para transmitir
la energía que permita cortar directamente el hueso por cualquier lugar con un
cuchillo. Por eso no son cortes de descuartizamiento y se reducen a separar el
cuerpo en segmentos por sus partes naturales que son las articulaciones.

 Marcas de corte del hueso: Son las que resultan de la acción de cortar el hueso. La
intencionalidad es por tanto distinta de lo expresado antes. No serán las huellas de una actividad
realizada sobre otras estructuras anatómicas, que marcan el hueso como sujeto pasivo, sino que
indican la actividad en sí misma. Las marcas de corte del hueso no están sujetas a esa forma en
V descrita más arriba para los cortes en el hueso, sino que dependerán del instrumento que se
haya usado y por eso aportarán datos que tienen el valor objetivo de la evidencia. El estudio de
estas marcas permite conocer no pocos detalles acerca de las circunstancias y particularidades
de estas manipulaciones, así como de la manera de cortar los huesos que se empleó. Para el
análisis de estas marcas es necesario recurrir a la luz rasante. De manera general, y sin pretender
en absoluto ser exhaustivos, se propone una clasificación relacionada con el instrumento
empleado.

 La superficie de corte, vista con la luz rasante, mostrará las señales dejadas por los dientes de
la sierra en forma de crestas y valles bien definidos. Su anchura y separación dependerán de las
características de la herramienta. Así, un serrucho de carpintero dejará unas marcas más
grandes y groseras que uno de ebanista o una segueta para metales.

i. Corte con instrumento de filo continuo de pequeña masa. Con luz rasante se
aprecian con claridad numerosas líneas más o menos concéntricas en el corte
que no siempre están en la misma dirección. Indican cómo se profundizó poco
a poco en el espesor del hueso. Es casi la norma que cerca del final del corte
aparecen rebabas, que se produjeron porque, una vez casi terminada la labor,
se acaba rompiendo por flexión lo que aún quedaba unido. Después del buen
rato de trabajo que sería necesario para cortar un hueso, ya sería tentador el
acabar partiendo lo poco que faltaba de un modo tan fácil. La superficie del
corte no suele ser plana, sino que resulta sinuosa por el frecuente cambio de
posición del cuchillo, y a menudo presenta una superficie algo convexa
ii. Cortes con instrumento de filo contnuo de gran masa (hacha o machete). El
hueso se observa cortado en todo o parte, pero con una línea más o menos
limpia, que dependerá de la energía que se transmita. En realidad se trata de
una marca de golpe con un instrumento afilado y con mucha energía. Por eso,
oscilará desde un corte limpio, lineal y recto, hasta una línea anfractuosa con
sección en V, asociada a hundimientos y fracturas. Por eso, oscilará desde un
corte limpio, lineal y recto, hasta una línea anfractuosa con sección en V,
asociada a hundimientos y fracturas. A veces es incompleto, si la energía no ha
sido suficiente para afectar todo el área del hueso. Como está producido de una
sola vez, no aparecen líneas como las que se encuentran con un cuchillo; por
tanto, la superficie del corte es lisa y a la luz rasante no se aprecian otras señales
iii. Cortes con instrumento abrasivo giratorio. La sierra radial trabaja con un disco
abrasivo de medida y espesor estándar, que disminuye el diámetro con el uso
hasta que se desecha cuando ya se considera pequeño, aunque mantenga sus
propiedades de abrasión. El tamaño del grano abrasivo y sus características
dependen de la actividad a la que se dediquen: corte de metal, trabajo sobre
piedra y cerámica, o desbastado. Todos los discos abrasivos tienen una sección
cuadrada en su parte más externa cuando son nuevos. Con el uso, se hace
redondeada, salvo en el desbastado, que es achaflanado, oblicuo. Como es
lógico, solo se observa en casos forenses actuales. Cuando se corta un hueso
con este tipo de sierra radial, se puede saber si el disco estaba nuevo o usado si
la impronta que deja sobre él es cuadrada o redondeada. También es posible
reconstruir el diámetro que tenía el disco en el momento de ser empleado allí,
porque deja una marca en segmento de círculo que se puede completar. No
ofrece dificultad el diagnóstico diferencial con cualquier otra marca por la
forma de la huella, cuadrada o redondeada pero con una anchura uniforme, y
porque los granos abrasivos dejan finas líneas totalmente paralelas e iguales en
la superficie.
iv. Cortes con instrumento de movimiento oscilatorio (sierra vibratoria). La sierra
vibratoria, de la que un ejemplo puede ser la sierra de autopsias, funciona con
un mecanismo oscilatorio. Es por ello por lo que la superficie del corte es lisa.
No obstante, aparecen resaltes y rebordes que se deben a la mayor o menor
fuerza empleada en cada momento, o a las diferencias en la orientación de la
sierra. En consecuencia, no se ven estrías, aunque sí resaltes en forma de arco
de poco diámetro
v. .
vi.
vii. Nmnnm
viii. Mn,n
ix. sfds

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