Vous êtes sur la page 1sur 8

La Mujer en la Plena Edad Media

Criterios de diferenciacion y jerarquizacion social.


- la familia como criterio de organización social. Los regimenes de parentesco conocidos como familias
amplias tienden a perder fuerza y disgregarse desde el XI debido a la expansión demográfica, a las mejores
condiciones de seguridad que proporciona el sistema feudal porque al sistema la familia le sirve o lo tomo
cono núcleo o base de produccion, y a las diversas formas de asociacion voluntaria, a la mayor flexibilidada
y amplitud de posibilidades economicas y tb a la mayor fuerza de la acción eclesiástica sobre la institucion y
condiciones de matrimonio. Este prima la pareja corta como núcleo básico de organización social, en los
medios campesinos.
En los medios aristocraticos al contrario, se consolido una forma específica de parentesco o familia amplia,
el linaje, a medida que la aristocracia se transforma en nobleza de sangre interesada en transmitir por via de
herencia y sin dispersion el poder y la riqueza. El linaje noble era patrilineal (a el se acogen los otros). Actua
como solidaridad y forma de cohesión de cara al exterior, en la guerra, en defensa del honor, en el
mantenimiento del patrimonio y en la educacion.
Mantener unido el patrimonio de riqueza y poderes creaba tensiones. A mujeres y segundones se les excluia
a veces (sacerdocio, Cruzadas) y se iba concentrando la herencia a favor del primogénito. La idea principal
estaba en que el linaje era el verdadero y ultimo titular del patrimonio. De todos modos el principio de
primogenitura fue lento y no se conssolido hasta la Bajam aunque fuera una tendencia predominante y es
facil comprender las tensiones internas que craba (enfrentamientos, bastardias)
En cuanto al sistema de herencia en la España medieval era general la reserva o legitima de los 4/5 de los
bienes dejados a favor de herederos forzosos (hijos...) y tambien el reparto igualitario entre ellos. Solo 1/5
quedaba de libre voluntad del testados. En los s. XII y XIII comenzo a generalizarse la mejora de un tercio
de la legítima a favor de alguno de los herederos y se estimó siempre que las donaciones regias podian ser
legadas libremente. Sobre estas bases un heredero, el hijo mayor podía mantener la unidad de buena parte del
patrimonio. Además a fines del XIII se va extendiendo la institucion del mayorazgo que será el conjunto de
bienes detraidos del régimen normal de herencia, inalienables, que pasan la primogénito y que pueden
acrecentarse a cada cambio de generación.
El matrimonio era la institución básica para la organización del conjunto. La preocupación eclesiástica
tendió siempre a formentar el matrimonio como contrato consensual entre iguales, realizado libremente ante
testigos, a rechazar toda causa de repudio aunque transigió en casos de esterilidad, impotencia y
consanguinidad hasta el 7º. Su actitud favorecia la independencia de la pareja conyugal frente a las
injerencias del linaje o parentela que cortaban la libertad de eleccion o imponian matrimonios entre
consanguineos por razones economicas y de cohesión.
En relación con el matrimonio estaría la sexualidad, el amor materno. Por lo que respecta al matrimonio y
sexualidad la Iglesia consideraba que el único fin de la unión carnal era la procreación y que todo goce era
pecado. Pero la idea de lo pecaminoso era imprecisa, se aceptaba la sexualidad femenina , la que de los
jovenes sea desbordante, y la existencia de impedimentos fisicos o psicologicos. Era en la practica mas libre
que en derecho canónico.
Las madres aman a sus hijos por razones de herencia, bienes y dignidades. El hombre porque debe amar
todo lo que hace y mas al hijo. Las grandes reformas eclesiásticas desde el XI estuvieron dedicadas al
ordenamiento de la familia y del matrimonio. Se separa el orden elcesiastico del laico: se prohibe casamiento
de clérigos, etc en C. Wetsminster de 1102. Pero la Iglesia mantuvo muchas dificultades para imponer el
celibato total de sus miembros, eran muy frecuentes los concubinatos.
Con relacion a los laicos, la Iglesia aceptaba solo el matrimonio indisoluble y sacralizado, otorgandole un
valor de societas y consensus. Pero la nobleza y la aristocracia reaccionan contra esa intencion al ver
atacadas su libertad para concertar alianzas para la formacion de linajes. Para ellos la endogamia era muy
importante, y el libre consentimiento hacia peligrar sus estrategias. La lucha fue dura porque la Iglesia
propugna la exogamia rigida y alejada. La nobleza-realeza hacia caso omiso a los interdictos (separando
matrimonios incestuosos despues del nacimiento del hijo y comprando dispensas) El regreso a los 4 grados
del C. Letran de 1215 implico un repliegue de la Iglesia ante realidades politicas y sociales que no podia
dominar. Porque en estos siglos y en la Baja Edad Media la institucion del linaje (linea de sangre) se
desarrollo y enraizo fuertemente, primero en la nobleza y poco despues en las aristocracias urbanas. Los
linajes dominaron la sociedad y no hubo lugar para el triunfo de la familia nuclear en el estrato alto, se tiende
a agrupar en unidades mayores que la familia.
Los campesinos de otra forma. Tenian poca movilidad y debia formar pareja con mujeres vecinas o
cercanas, debio ser dificil el control de los grados de parentesco, y se prefereia (tambien por párrocos) que
fuesen conocidos para evitar la bigamia. Su escasa movilidad, la desconfianza frente al extranjero, la
importancia de la solidaridad campesina y el interes de los señores por cortar su movilidad, fueron decisivos
para que se siguiera aplicando la interdiccion eclesiastica solo hasta primos hermanos.

La consideracion de la mujer en el plano ideologico cambia, para mejor. De inductora del pecado o Eva a
Maria que contribuyó a la redencion humana, sin duda el auge del culto a Maria significo una promocion. En
el III C. Letrán (1179) se reconoce el caracter sacramental del matrimonio entre cristianos añadiendo un
refrendo a su indisolubilidad y a su superioridad sobre otras formas de union como furto o barragania. Pero
insisto que es el plano ideológico.
La mujer recibia ciertas garantias economicas mediante un contrato de esponsales previo (arras y dote,
complemento mejora ajuar). Los bienes obtenido despues del matrimonio solian pertenecer a ambos, es el
regimen de gananciales puesto que habia de pasar a los hijos. Por el contrario, marido y mujer apenas podian
heredarse salvo mediante el quinto de libre disposicion o entregandose bienes en usufructo con
consentimiento de los herederos forzosos.
La condicion femenina se aclara. La importancia relativa de la mujer aumentaba por el hecho de ser mas
escasa que el hombre (partos). A pesar de su situacion social, su considerac. era deprimida en el seno de una
sociedad guerrera, no misógina. Y esto es asi porque las mujeres constituian una fuerza de trabajo
indispensable y apreciada st en los grupos campesinos y artesanos. La cooperacion en el trabajo de
produccion de bienes estaba mas repartida que en epocas posteriores, era ademas consejera, educadora, viuda
(tutora o administradora aunque lo normal es que empobreciese). En los medios urbanos la marginacion
femenina respecto a los cargos y ejercicio del poder fue mayor que en el señorial, pero tuvo importancia su
funcion economica (direccion negocios, trabajo asalariado y personalidad fiscal).
Por tanto, en la sociedad feudal -masculina y militar- tuvieron un rol oscuro. Las mujeres de caballeros-
guerreros eran sujetos pasivos, portadoras de dotes y riquezas y reproductoras de hijos legítimos. Solo la
viudez o el celibato al frente de un monasterio les otorgaba una forma de poder casi igual al del hombre.
La esterilidad, falta de atractivo, la aparta de todo protagonismo frente al marido y las obliga a aceptar
amantes (muchas de alta condicion) y numeros bastardos. Su infidelidad le podia costar la vida.
Desde el XII comienzan a aparecer con mas frecuencia en la literatura y artes, algunas escritoras (Eloisa, Mª
de Francia, Henade de Landsberg) Pero la IGlesia las sigue considerando hijas del diablo y pecado que
arrastran a los hombres (Abelardo, Jacques de Vitry). Aunque vimos los cambios (Fossier "fase matriarcal
europea") juridicos (obtiene garantia de estabilidad y proteccion de su herencia, a las viudas se le asegura su
parte reservada), se cumplen los derechos de curatela sobre los hijos y cobran importancia en relacion al
linaje paterno. Esas protecciones (Fossier, hombres dispensa si actuan mal contra ellas) juridicas son parte de
las estrategias de la clase noble para formalizar linajes y garantizas la legitimidad de los herederos. Para las
nobles era imposible elegir su pareja y siguen pasando de pa patria potestad paterna al marido. Los
concubinatos fueron frecuentes lo que demuestra que su papel principal era dar hijos legitimos.
Las de las villas y aldeas aparecen por su trabajo o por normas reguladoras de su vida: En su trabano
destacan oficios reservados: panaderas, parteras, sastras, pescaderas, tejedoras, cocineras. Panaderas y
taberneras estan relacionadas con prostitucion que era otro oficio, Es un espacio economico propio (regulado
con normas) y especifico. Las rurales: mesegueras, segadoras, batidoras de grano, espigadoras, cogederas,
pastoras. Aparecen tb cuando se dan normas para contraer matrimonio sobre ajuares, arras y dotes, o por
violencia contra ellas (violacion o rapto o injuria. Esos delitos tienen distinta importancia si son sobre
casada-velada, o sobre mujer en cabello 0 viuda o si de villa o aldeana. Pero se piensa que afectan al honor
del hombre y no a ellas directamente.
Concubinas y barraganas eran reconocidas socialmente y tenian derechos de herechia y sus hijos, si vivian
mas de un año con viudo o soltero. Tambien las de clérigos si eran estables.
Por contra las prostitutas o solteras alegres eran duramente castigadas por cualquier delito, aunque se piensa
que tenian una funcion social y pertenen a la comunidad de vecinos. Los concilios eclesiasticos las castigan
duramente (cementerio animales) pero no asi la legislacion secular.
Y tambien estaria relacionado las Edades sociales de las mujeres y hombres. Dependen de muchos
factores: desarrollo biologico, alimentacion, salud, condciones de vida, pero tb de las funciones y duraciones
que la sociedad les atribuya. Indiscutiblemente el fin mas importante de la vida de la mujer es el de la
procreacion: dar hijos al hombre para asegurar la continuacion del linajes en la clase alta, para asegurar al
señor la mano de obra, y a su familia la sustitucion de fuerza de trabajo.
La vida de la mujer queda señalada por el matrimonio y la maternidad. Como casada adquiere una serie de
derechos ante la comunidad y sus posibilidades sociales son mas altas. Su infancia y adolescencia se
perciben como 1 sola etapa: virgen. Mientras las cronicas latinas del XII matizan las edades biologicas del
hombre como pueri, juvenes, viri, senes, en la mujer solo se habla de virgenes, conjugates y matronas. La
division viene dada por el matrimonio, la perdida de virginidad y el paso a procrear. Su tercera edad es
aquella en la que ya no procrea.
El niño o la niña solo forman parte de la sociedad con el bautismo. Solo a los 7 años es posible confesarse y
tener conciencia de la falta y librarse de ella. En ls Siete Partidas se dice que deben desposarse entonces
"porque comienzan a haber entendimiento et son de edad que les placen las desposajas". Antes no valdria.
Con el paso de los 12 en mujeres y 14 en hombres, en Europa y Bizancio, se producen los cambio
biologicos que permiten el matrimonio y la procreacion. Representan tambien el reconocimiento de otras
facultades: adistrarse para caballero, a los 19 se ciñen la espada y consolidad sus lazos vasalláticos. Para ellas
no existe esta etapa. A los 25 años se alcanza la mayoria: se puede ser fiador, la huerfana puede casarse y la
doncella. Hasta entonces los bienes y ganancias de los hijos estan en poder de los padres. E.d. la patria
potestad dura mucho. Para los asalariados -mancebos, ayudante pastor, aprendices- los 15 eran la edad de
comienzo de su capacitacion laboral. Se consideran viejo cuando no puede combatir, trabajar en el campo o
dirigir el taller. Para ellas con la incapacidad para procrear.
Conclusiones: relativa disgregacion de los grupos de parentesco amplios, salvo en el medio
nobiliario, y la promocion de la familia corta son sucesos fundamentales en la historia social como tambien
la regulacion del matrimonio o la promocion femenina. Todo ello convergia en conceder mas margen de
posibilidades al individuo en le marco de unas estructuras economicas en crecimiento y con mayor seguridad
en el conjunto de las relaciones sociales y politicas.

La Mujeres en el orden feudal. XI-XII. Paulette L’Hermitte-Leclerq. Taurus, 248 y sig.


En la aristocracia predomina el principio de masculinidad y por tanto es normal que los genitores prefieran
un varón para transmitir el patrimonio. Ahora bien, el trabajo de la tierra o en otros oficios manuales,
también se realza el valor de la fuerza sexual masculina. Aquí tambien la distribución sexual de las tareas
expresaría una jerarquía masculina de los valores que desprecia las especialidades femeninas. Fundada o no,
domina la sensación de que las hijas representan cargas, hay que vigilarlas, dotarlas, casarlas.
En el ambiente aristocrático, desde el nacimiento, una niña es más que un partido, es toda una presa.
Desencadena reflejos y acelera el curso de los acontecimientos. Cuando aún son pequeñas las casan y era
portadora del pasado y el futuro del linaje. Su precio era social y simbólico y por eso “eran”, existían. De
pequeñas se las encierra en el gineceo, o se las coloca en el monasterio si no la envían a la familia del novio
hasta consumar la unión. Puede creerse que las más modestas se casan menos jóvenes, pero seguro que se
asocian pronto a la actividad laboral de los adultos. En la niñez adquieren rudimentos de la religión y desde
pequeñas se les enseñaba a ser mujeres (recomendaciones, prohibiciones). El valor principal es el de la
virginidad, algo común a otras culturas, pero el cristianismo había conseguido colocarlo en la cima de la
perfección y proporcionarle bases en las Escrituras. El Evangelio ofrece a la mujer el arquetipo de María,
algo que no es nuevo, pero ahora la Iglesia exalta sus virtudes en XI y XII.
[ La Iglesia durante la Plena Edad Media y más concretamente en estos momentos se estaba reformando.
Se estaban reformando sus hombres, tendiendo a borrar o hacer desaparecer los errores de la simonía y el
nicolaísmo, por lo que se ensalza solo la virginidad de María. Lo que la Iglesia termina por hacer es dar un
modelo de cristiano, uniformizar las costumbres y las prácticas religiosas, los ritos, y en correlación un
modelo de mujer sobre el que poder actuar, a la que poder vigilar si no cumple las normas establecidas por
ella. Hasta ahora se hace hincapié en este asunto, las normas sobre las mujeres son elaboradas por los
hombres (encargados de custodiarlas, maridos, hermanos, padres y puesto que la moral y la ética
corresponden a la moral cristiana, lo mejor es que sigan los principios establecidos por los hombres de la
iglesia). Los eclesiásticos eran misóginos de por sí, y las fuentes tienen un alto porcentaje de masculinidad.
Bien, toda época histórica tiene sus fuentes que reflejan la sociedad que les ha tocado vivir, y esta también.
Por eso no podemos negar valor a cualquier fuente para hacer historia de las mujeres. Independientemente de
las polémicas que existan, contamos con lo que contamos].
En fin, el valor principal que deben tener es la virginidad no solo por el honor de la familia sino por la
salvación del alma del niño. Los chicos son cada vez más mudables, guerreros, campesinos, mercaderes o
clérigos, los cambios de la Plena Edad Media los incitan a atreverse a tentar suerte, desde el XII además
tienen escuelas urbanas y universidades y la esperanza de la promoción social por el saber. Pero las chicas
no. Si aprenden algo es en la casa, ha quedado limitada al mundo doméstico, privado, a su función
tradicional en las sociedades patriarcales, en el servicio a la especie o a Dios, mientras ellos descubrían
maravillados el mundo. Debe haber ocurrido entre el siglo X y el XI cuando se produce la definitiva
separación de los sexos, de sus funciones a través de la naturaleza de ambos, del género. Posiblemente un
mayor número de mujeres ayudó, antes se valora más lo que escaseaba, y la separación de funciones no era
tan radical. Ayudó más la consideración de la Iglesia sobre el cristiano en general, y el matrimonio en
particular, y por supuesto sobre la mujer.
El matrimonio ocupa el centro de la vida de las mujeres, y la Iglesia durante el XI y XII le da la forma
actual. Hasta ahora no habían podido definirlo claramente, o no los habían escuchado, no tenían el prestigio
que alcanzan ahora para elaborar sus principios y velar por su aplicación sin chocar con las costumbres de
los laicos, únicos a los que concernía la cuestión. El pensamiento que se impuso es el siguiente, el
matrimonio es un sacramento (antes esta consideración era fluctuante), y había que precisarlo antes de
asignarle un lugar en la lista confeccionada en 1215. Será el único de los siete que existía bajo la Ley
antigua, por tanto había una tradición, pero además era indispensable para el fundamento de toda sociedad
para que los hombres se reprodujeran sin lujuria. En comparación con los otros sacramentos mantenía una
cierta dosis de deshonra, aún cuando Dios lo bendijera, porque la reproducción sexuada era consecuencia del
pecado original. Por tanto, debía ser indeleble y realizarse en condiciones estrictas de pureza, evitando
sobretodo el incesto. Aquí se lanzaron a prohibir los matrimonios consanguíneos, por afinidad o parentesco
espiritual hasta el séptimo grado.
El matrimonio tenía otra característica, establecía entre Dios y un hombre y una mujer un lazo, y había que
dejar claro quien ataba el lazo. Aunque la Iglesia lo había pensado ya, no se impone hasta el XII la respuesta.
Se impone el libre consentimiento de los esposos para ello, la solución romana, con lo que parecía que no era
importante el sacerdote si no se le llamaba, pero si no bendecía la unión esta sería considerada clandestina
por la Iglesia, aunque válida. Hasta 1563 la presencia del sacerdote no fue condición sine qua non de validez
del vínculo. Además de la consanguinidad, por tanto, se tendía a la publicidad del vínculo para evitar uniones
clandestinas que tantos problemas causarían. La aristocracia podía usar la cosanguinidad para deshacer la
unión, para evitarlo en 1215 se redujeron las prohibiciones al cuarto grado. Triunfa, por fin, la
indisolubilidad del matrimonio monogámico.
Siempre existe un desfase entre teoría y práctica. Los prejuicios de casta son muy fuertes, y tampoco con
infieles (la Iglesia declara fornicación o adulterio entre judíos y cristianos con la bestialidad y puede ser
castigado con la hoguera). Además, la Iglesia concibe la libertad de compromiso de los esposos de un modo
peculiar. El derecho canónico había fijado la edad mínima de los esponsales, Yves de Chartres a fines XI
pensaba aún en 7 años para niñas, esponsales, 12 para casarse y 14 los chicos. La Iglesia encontraba normal
que los padres casasen a los hijos, pero deja que estos el día de la boda tengan la capacidad para rechazar el
compromiso, algo poco probable. Mientras las órdenes monásticas rechazan incluso la oblación, querían
hombres ya formados, se acepta la unión de chicos, st las niñas que son quienes se casan a edad temprana.
Las diferencias de edad entre la aristocracia era mayor (10,20, o más) que entre los de clases bajas. No afecta
el problema del libre consentimiento, pt la libertad que obliga la Iglesia es la de consentir la elección de los
padres. Porque aunque se obliga a la libertad y se podía anular si no era así, la práctica era diferente. La
mujer queda siempre bajo la tutela jurídica y económica del hombre. Y todo ello se explica a su vez porque
el amor marital, como hoy se entiende, no existe entonces, incluso se piensa que amarse ardientemente es
adulterio.
Esta unión puede acabar por común acuerdo, en separación, pero sin nuevo casamiento o bien el retiro de
ambos en un convento. En teoría, también, la fidelidad afecta a las dos partes, pero en la práctica la mujer
queda sometida al hombre por las Escrituras, por razones relativas a la legitimidad de la progenie,
forzosamente el adulterio de la mujer era más grave que para el hombre. Por tanto, cuando se lo compara con
la época carolingia parece menos favorable, el valor de la virginidad y la vida monástica ha depreciado la
vida laica, la maternidad, el papel de la esposa al servicio de la célula conyugal.

ISLANDIA. En los confines septentrionales p. 276) del cristianismo, es un país poco poblado, homogéneo
y original. Se lo conoce gracias a su código de leyes y a las sagas que arrojan poca luz sobre la sociedad
salvo para el grupo de los jefes. De cristianización tardía, posee el encuadre religioso clásico, del obispado a
la parroquia. Las fuentes del XI y XII presentan las mujeres, matrimonio, su lugar en la familia. Hay tres
rasgos sobresalientes, es una sociedad de hombres muy violenta, la sexualidad no está desvalorizada del todo
ni disciplinada, la virginidad y el modelo monástico no encuentran hueco en ella. La mujer es inferior al
hombres y su estatus casi el del bien mueble, con el cristianismo su imagen más bien se ha degradado. Se la
excluye de la herencia paterna y no tiene derecho político. En derecho civil, se recomienda creer más en el
hombre que en ella. Pero se protege su descendencia, si queda embarazada sin estar casada se le busca un
marido. Lo sorprendente es la libertad sexual. Los concubinatos son frecuentes, corriente la poligamia,
numerosos los bastardos. El celibato, en cambio está mal visto. Los sacerdotes y obispos están casados. El
matrimonio legal existe, pero no es indisoluble. SE dispone en función del estatus social siendo mejor que
los esposos no se vean antes de la boda. No se exige consentimiento de la chica y esta tiene una dote, el
marido le asegura una cantidad para cuando enviude y el regalo de la maña siguiente de la boda. El divorcio
es posible por ambas partes, pero está mal vista la iniciativa femenina.
Si comparamos esta aristocracia islandesa con su homóloga continental, quedamos sorprendidos.
Encontramos las grandes casas que agrupan en torno a la pareja señorial una gran cantidad de hijos,
legítimos y bastardos, domésticos, clientes; pero a fines del XII apenas comienza a esbozarse la evolución
que ha hecho pasar del clan con diversos núcleos conyugales al linaje en que se imponen el derecho de
primogenitura, la exclusión de los bastardos de la herencia y la indivisibilidad del patrimonio. Durante estos
siglos el padre elige su heredero principal como le parece, aunque no sea el legítimo.
Podemos compararla con CATALUÑA. En el XI todavía muy cerca del enemigo musulmán. Su
campesinado es numeroso y libre, apoya al conde y está menos sometido a la aristocracia que en otras zonas.
Hereda también instituciones visigóticas que, en conjunto, aseguran a la mujer una posición relativamente
privilegiada. Los bastardos son excluídos de la herencia, pero todos los hijos, comprendidas las mujeres,
tienen derecho a la herencia paterna, contrariamente a lo que sucede en la aristocracia que suele evitar dividir
patrimonios. La familia conyugal es casi exclusiva. La esposa es propietaria de su dote y de la parte que el
marido le ha constituido para el caso de quedar viuda y que representa un décimo de sus bienes. La mujer
participa en las actividades inmobiliarias del marido. En caso de adquisición, ella tiene la mitad. Tiene
derechos civiles, siendo adulta, puede prestar juramento, o testimonio, tiene acceso a los tribunales de
justicia, y si el marido muere le deja el usufructo y la tutela de los hijos.
Los tres órdenes.
Aparte de esta normativa, la mujer forma parte de la sociedad que le ha tocado vivir. En el esquema
tripartito que establece la jerarquía de los que combaten, oran y trabajan ella no aparece, pero están casadas
con los que oran, trabajan y combaten y a ellos sirven.
La mujer del campesino sin tierra, si puede casarse, no se parecerá a la del campesino rico que dirige
sirvientas y criados. El habitat rural se ha remodelado en torno al incastellamiento, a la señoría, pese a que en
la Península colonización, o Europa del Este, y estos cambios afectarían la vida de las mujeres. En el mundo
rural predomina la familia estricta, como querían los clérigos para controlarlos mejor, una importante
contribución a la producción doméstica de la mujer y gran amplitud de responsabilidades (control granero,
huerto, fuego, trabajos pesados).
En la ciudad, que crece debido a la inmigración campesina, el marco de vida se realiza en el interior de un
recinto amurallado, el anonimato es mayor, pero tb el abigarramiento y la promiscuidad, más individualista.
Pero no se conocen todos los casos. En Italia, en París. En general se sabe que a igual trabajo los salarios son
inferiores. Pero su actividad se escapa a veces; por ejemplo a principios del XII Guiberto de Nogent cuenta
que en la insurrección comunal de Amiens participaron 80 mujeres asegurando la defensa de las torres. Pero
nada más. Es normal considerar que estas mujeres de burgueses ayudan a sus maridos, son las que llevan o
vigilan el taller si están enfermos, si mueren llevan la tienda, etc, pero todo ello no porque vayan en contra de
la norma que las sitúa en lo doméstico, lo privado, sino por una coyuntura de vida precisa que no hace
reprobable su salida al exterior.
Pero hay tres aspectos que están ligados al mundo urbano, la esclavitud, la prostitución y el antisemitismo.
Los esclavos siguen existiendo en el norte (Escandinavia, Islandia) y sur (Italia, España musulmana). La
diferencia entre los sexos es muy sensible aquí, las mujeres son destinadas al servicio doméstico y la
prostitución, porque incluye aquel a veces la sumisión a los placeres del amo. Se sabe de rebaños de mujeres
galesas a las que el obispo de Upsala recomienda no engordar demasiado antes de enviarlas a los harenes de
Turquía. En las costas mediterráneas el esclavo es un elemento familiar de la población urbana toda la Edad
Media.
La prostitución es negativa. Es normal que con el crecimiento urbano ocupe el centro de atención de la
Iglesia, la ciudad representa para ella el sexo y el dinero, ambos sospechosos. Muchas ciudades, pese a todo,
tenían lupanares, en París, Angers, Toulouse, con reglamentación anterior a 1201. Aquí, a veces, se incluían
herejes por la promiscuidad que se daba en algunas corrientes heréticas, o la reivindicación de igualdad de
sexos y participación de las mujeres en los sacramentos. Pero se sabe aún poco antes del XIII y la Baja Edad
Media.
En cuanto al antisemitismo, desde 1215 concilio se impone una vestidura distintiva que impida a los
cristianos uniones con judías sin saberlo. El endurecimiento de la legislación es la norma.
Siguiendo el estatus socioeconómico, nos lleva a las mujeres de alto nivel, el más conocido pero también
el más cargado de mitos, el de las castellanas. Se consideran como excepciones más que como prototipos del
nivel en cualquier caso. En conjunto son privilegiadas en los niveles privados, oficiales e intemporales.
Algunas fueron señores feudales y detentan los poderes efectivos a pesar de casarse varias veces después de
enviudar. Otras reunen cortes brillantes. Pero claro está, lo son porque heredaron sus feudos, a falta de hijos
varones, y tenían cualidades personales, no se dejaron someter ni colocaron sus bienes bajo protección real.
Tal vez desde el XIII el esfuerzo de la Iglesia en materia de protección de la parte débil del vínculo
matrimonial empiece a dar frutos. El vínculo es indisoluble y monogámico, y estos son los declarados
legítimos, así que aunque se daban uniones con otras no había peligro para ellas y su descendencia. Junto a
las damas están muchachas a las que se percibe solo a escondidas, hijas bastardas, solteras, sirvientas,
mujeres solas, que como decía Duby, se encuentran en un ángulo muerto de la historia y poco se sabe de
ellas.
En lo que respecta al poder político de las mujeres, casi siempre precario, interino y cambiante, la mujer
puede ser llamada a las cuestiones públicas, ocupar el lugar del hombre. Pero nunca es indiferente que sea
mujer, porque no va a la guerra, o no se ha iniciado en las escuelas, st lo primero, por eso se busca al marido
entre los buenos vasallos reales.
Las religiosas no son las únicas que llevan una vida piadosa, también otras viven en las puertas del
monasterio, o en los muros de la iglesia, emparedadas de por vida a voluntad, o se recluyen en su casa. Pese
a que la Iglesia no ve con buenos ojos estos casos, porque son difíciles de controlar y porque estas mujeres
suelen atraer un círculo a su alrededor y hablar -algo que les está prohibido, hablar de las Escrituras, hacer
exégesis sin tener conocimientos por no poder pasar por las escuelas- no podía negar una religiosidad más
íntima porque iría contra la naturaleza del cristianismo.
Pasando a las religiosas, existe un manual de hacia 1100, El Espejo de las Vírgenes, anónimo, de la región
de Colonia. Es un testimonio más del valor de la virginidad, pero se organiza en torno a cómo se estructura
una comunidad de monjas y su vida espiritual. Algunas, dice, están en el monasterio a pesar de ellas, otras
no. Para todas, la clausura estricta se impone, lo mismo que es necesario apagar el orgullo basado en el noble
origen de algunas y aceptar que las llamen Hermanas o ellas llamar a las viejas Señoras. Bien, la perdida de
la virginidad es un pecado porque rompe el matrimonio con Cristo, por tanto más grave que en otros casos.
Pero nada dice de la mística o de las meditaciones profundas en las Escrituras. El monasterio cumple varias
funciones: acoge niñas demasiado numerosas para sus padres que no puede dotarla según su rango ni
casarlas si padecen defectos físicos, educan, son refugios para huérfanos y para viudas, y retiros para mujeres
repudiadas. No se dan las grandes donaciones anteriores, desde el XII la aristocracia empieza a cuidar sus
patrimonios, por tanto en el reclutamiento se insiste cada vez en que sean ricas, y la dote se exige
sistemáticamente para poder vivir todas. En general, se advierte una desigualdad entre las comunidades,
según sean benedictinas, canónigas que dirigen a veces a las otras, tienen conversos para trabajos pesados
reclutados entre hombres y mujeres pobres. Y desde el XIII mendicantes. Incluso en Germania, donde los
monasterios de la bella época otoniana eran tan poderosos y ricos, se advierte el retroceso de 2 m XI. Por
ejemplo, el monaquismo renovado a partir de Cluny o de Gorze, había desarrollado la liturgia de los difuntos,
los fieles estaban muy atados a las misas por la salvación de los muertos, de las que los monjes pasaban por
especialistas. Las monjas no eran sacerdotisas, sus plegarias no valían lo mismo que las de los monjes.
Parecen siempre las parientes pobres de los masculinos. Siempre se compara el caso de Hildegarda von
Bingen, y el poder que llegó a tener, pero se advierte degradación respecto VII y VIII. La mujer no tiene
acceso al sacramento ni al orden, no puede tocar objetos de culto, y se refuerza la tutela masculina sobre
ellas, de abades y obispos. Pese a todo, están en posición señorial, tienen tierras que trabajan campesinos de
los dominios, y relaciones con hombres de leyes y mercaderes. Así que no están aisladas.
Estos monasterios no respondieron a todas las necesidades espirituales femeninas, así a fines del XII
aparecen ya las beguinas, la reclusión que tienen bastante éxito. Las reclusas son st mujeres, que se hacen
encerrar a perpetuidad y se consagran a la plegaria colectiva a cambio de mantenimiento. Encerradas en una
choza al lado, simbólicamente de centros vitales, murallas, puentes, iglesias, cementerios, son alimentadas
por la caridad. Pero no quedan sin control, su ritual de reclusión es redactado ya en el XII, el obispo celebra
una misa solemne, de difuntos, da la extremaunción, la encierra y sella la puerta. Se comunica por
ventanuco. Son laicas, sin preparación religiosa, a veces mujeres solas, huérfanas, esposas de sacerdotes,
repudiadas, viudas, herejes conversas, prostitutas arrepentidas.

Vous aimerez peut-être aussi