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Revista de Ciencias Sociales (Cr)

ISSN: 0482-5276
revista.cs@ucr.ac.cr
Universidad de Costa Rica
Costa Rica

Sáenz Rojas, Mario Alberto


Aportes sobre la familia del farmacodependiente
Revista de Ciencias Sociales (Cr), vol. I, núm. 99, 2003, pp. 25-44
Universidad de Costa Rica
San José, Costa Rica

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=15309903

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Ciencias Sociales 99: 25-44, 2003 (I)

APORTES SOBRE LA FAMILIA DEL FARMACODEPENDIENTE


Mario Alberto Sáenz Rojas
Como se ha dicho,
la primera escuela es el hogar
y los primeros maestros son los padres y las madres.
Por lo que
ellos y ellas cuentan con muchas oportunidades,
para preparar a los hijos y las hijas
contra el uso y abuso de drogas.

RESUMEN

El presente artículo reseña la importancia de la familia en la constitución social y psi-


cológica de la personalidad y cómo, cuando el individuo todavía depende primordial-
mente de ella, se inicia con el consumo de drogas en la mayoría de casos, haciendo re-
ferencia para ello a la realidad nacional. Por lo anterior, se presenta una síntesis de las
características halladas en los grupos familiares de personas abusadoras y dependien-
tes de drogas, mediante la investigación clínica, desde dos enfoques distintos: el sisté-
mico y el psicodinámico, describiendo sus conceptos más relevantes y además, su
complementariedad y aportes para la comprensión del comportamiento de los pacien-
tes adictos en la terapia y sus familias.

Palabras clave: Adolescencia, drogas, factores de riesgo, familia, farmacodependencia,


investigación, prevención, terapia.

ABSTRACT

This article presents the importance of family in both social and psychological consti-
tution of the personality. Another issue is the persons basically dependence on family
while drugs use, and are referenced to national statistics. Besides, there’s a summary
of the family’s characteristics of the drug dependent person. These characteristics we-
re obtained from clinical research in two different models: the systemic and the psy-
chodynamic, which more important concepts are described.
The complement of the models is referenced and its contributions for know of the pa-
tients addicts behavior in therapy.

Key words: Adolescence, drugs, risk factors, family, drug abuse, research, prevention,
therapy.

INTRODUCCIÓN macodependencia y para un número no estima-


do de casos, el concepto de familia debe enten-
En este trabajo se analizará la estructura derse en una forma muy amplia, sobre todo
y dinámica de la familia tradicional; no obstan- cuando del tratamiento se hable, tema que se-
te, es importante aclarar que, respecto a la far- ría objeto de un trabajo adicional.
26 Mario Alberto Sáenz Rojas

La familia es la principal instancia encar- mediante el principio de realidad objetiva o


gada del proceso de humanización de las perso- el principio de realidad represiva y transmi-
nas. En ella no sólo se verifica la subsistencia te las normas sociales, posibilitando así la
en cuanto proceso biológico, sino que, además, ideologización.
se construyen las bases de la personalidad y de c) Para con la sociedad: Actúa directamente
las modalidades de interacción social. en la perpetuación de las normas sociales y
Como grupo primario por excelencia, estabiliza el sistema social. La sociedad se
dota al niño y la niña de afecto y se constituye procrea por medio de la familia, es una ins-
en la vía que le permite metabolizar sus emo- tancia sensibilizadora para próximas mani-
ciones; es, pues, el contexto desde el cual se pulaciones, sirve para la homogenización
asume la realidad social y se configura el psi- eficaz del psiquismo de sus miembros y, por
quismo. otra parte, esta utiliza a la sociedad para ha-
De hecho, la relación dialéctica entre fa- cer perdurables sus normas, promover su
milia, individuo y sociedad implica una interde- supervivencia y reproducir el individualis-
pendencia en que la sociedad moldea a la fami- mo y la competitividad.
lia y al individuo, este, como parte integral de
la estructura familiar, y la familia de la estruc- En síntesis, se puede afirmar que la fa-
tura social. milia es la instancia mediadora entre lo indivi-
Esto remite a considerar a la familia co- dual-biológico y la estructura social e inicia la
mo un “aparato ideológico de Estado”, en tan- integración entre lo biográfico-individual y lo
to institución especializada y precisa que perte- histórico-situacional.
nece al dominio de lo privado pero funciona Cuando Cooper (1981) analiza la estruc-
preponderantemente para el Estado, pues su fi- tura familiar propia de nuestras sociedades oc-
nalidad consiste en asegurar la reproducción de cidentales, afirma radicalmente que esta es, a la
las relaciones de producción y coadyuva en vez, generadora de problemas de salud mental.
constituir en dominante a la ideología domi- Lo anterior, por cuanto convierte en anónimas
nante (Althusser, 1983). las relaciones de sus miembros, filtrando y ta-
En otras palabras, es el pilar fundamen- mizando sus experiencias, no tolera la duda ni
tal del proceso de socialización-ideologización el cuestionamiento, proyecta su problemática
y, de acuerdo con Cooper (1981), representante sobre sus integrantes, induce al conformismo y
deliberado y necesario en toda sociedad clasis- produce un modo de vida aglutinado, mediante
ta. Al respecto, se ha señalado que “en toda so- el condicionamiento. En este sentido, afirma
ciedad explotadora la familia refuerza el poder con un tono bastante crítico y desolador que
real de la clase dominante” (Cooper, 1981: 6). “criar a un niño equivale en la práctica a hun-
En este sentido, Caparrós (1977) plantea la hi- dir a una persona” 1 (Cooper, 1981: 13).
pótesis de que la lucha generacional podría ser En el caso particular de Costa Rica, el te-
una representación de la lucha de clases. ma de la familia ha tenido un lugar privilegia-
Asimismo, Caparrós (1977) refiere que la do en el campo de la investigación desde la dé-
familia cumple distintas funciones en tres niveles: cada de 1970. Diversos trabajos (Acuña y Den-
ton, 1979; Álvarez, Brenes y Cabezas, 1983;
a) Para consigo misma: Básicamente la familia Cordero, 1998; Landero, 2000/2001; Monge y
se limita a conservarse en el espacio y re- Núñez, 1991; Reuben, 1995; Vega, 1994 y Vega
producirse en el tiempo, dando así continui- y Cordero, 2001) han revelado progresivos
dad al fondo de la relación familia-indivi- cambios en nuestro país respecto a la confor-
duo-sociedad. mación, constitución y organización tradicio-
b) Para con el individuo: Decide de alguna ma- nales de la familia típicamente nuclear.
nera su nacimiento, satisface y culturaliza la
dependencia biológica, determina en mayor
o menor grado el límite de la independencia
de la prole, vehiculiza el acceso a “lo otro” 1 La cursiva es mía.
Aportes sobre la familia del farmacodependiente 27

Por otra parte, resulta un hecho reconoci- drogas. Asimismo, entre adolescentes que cursa-
do en el nivel mundial que durante la adolescen- ban el tercer ciclo de la educación general básica
cia, etapa del desarrollo en que aún se mantiene en el año 1999, se estableció que el 13% de las
una independencia limitada con el grupo fami- mujeres y el 7,2% de los varones iniciaron el fu-
liar, se inicia la gran mayoría de casos de abuso mado antes de los 10 años (Bejarano, 2001).
de sustancias psicoactivas. Según Bernstein En cuanto al panorama general de con-
(1992), el modelo sistémico plantea que la ado- sumo de sustancias psicoactivas en el país, se
lescencia de los hijos resulta un punto crucial puede afirmar que la proporción de bebedores
dentro del ciclo vital familiar; esto amenaza el problema (bebedores excesivos y alcohólicos) se
equilibrio del grupo, pues el hijo tiende a sepa- incrementó entre 1990 y 1995 en un 1,4%, esti-
rarse de la familia nuclear y, con ello, peligra la mándose un total de 22 702 nuevos alcohólicos
“unión” de la pareja parental; mientras tanto, para 1996, aunado a que la incidencia anual en
el modelo psicoanalítico propone que este pe- el consumo de bebidas alcohólicas aumentó du-
riodo es propicio para que se inicie el consumo rante dicho intervalo en 4,4 por cada mil habi-
de sustancias, ya que en él se da la resolución tantes entre 12 y 70 años de edad; además, entre
definitiva de la trama edípica y de la simbiosis 1970 y 1990 la condición de ser una persona
madre-hijo, con el consecuente duelo por la con bebida problemática de alcohol (bebida ex-
ruptura de la endogamia y la apertura hacia la cesiva o alcoholismo) entre jóvenes de 15 a 19
exogamia, donde evidentemente este NO a la años, varió de no encontrarse este tipo de suje-
endogamia es el LÍMITE por excelencia. tos en 1970 a un 13% en 1990 (Sáenz, 1997).
Así, por ejemplo, la encuesta nacional so- En otro orden, la prevalencia de vida de
bre consumo de drogas efectuada en 1995 esta- consumo aumentó entre 1990 y 1995 para los
bleció las siguientes edades promedio de inicio casos del tabaco de 33% a 35,2%, de la marigua-
en el consumo: 16,6 años para el tabaco, 18,01 na de 3,7% a 3,9%, de la cocaína de 0,5% a 0,9%
años para las bebidas alcohólicas y 18,55 años y del “crack” de no registrarse consumidores re-
para la mariguana (Bejarano, Carvajal y San Lee, sidentes en hogares a 0,4% (Bejarano, Carvajal y
1996). De conformidad con este mismo estudio, San Lee, 1996). En 1999, Bejarano (2001) halló
entre quienes han fumado, el 81,1% de los varo- entre adolescentes escolarizados en el nivel de
nes y el 67% de las mujeres consumieron antes 7°, 8° y 9° años una prevalencia de consumo de
de los 19 años de edad; entre quienes han ingeri- vida de tabaco de 44,1% para varones y 48,6%
do alcohol, un 42,4% lo hizo también antes de para mujeres. Otro dato preocupante es que
los 19 años; mientras tanto, un 20% de los con- Sáenz y Obando (2000), establecieron, mediante
sumidores activos de mariguana contaban con una muestra de 4415 estudiantes de 5° y 6° gra-
una edad entre los 12 y los 20 años. dos de la escuela primaria, ubicados en cinco
Por otra parte, de acuerdo con la encues- provincias del país, las siguientes prevalencias de
ta nacional del año 2000, la edad promedio de vida de consumo: 12,8% para las bebidas alcohó-
inicio en el consumo de bebidas alcohólicas fue licas, 11,9% para tabaco, 0,8% para mariguana,
de 17,26 años, la de mariguana 17,7 años, la de 0,3% para “crack” y 0,2% para cocaína.
cocaína 19,93 años y la de “crack” 22,7 años; Según Rodríguez (2000), para 1999 se
asimismo, llama la atención que un 14,5% de produjo e importó en Costa Rica un total de
quienes han fumado inició antes de los 13 años, aproximadamente 128,8 millones de litros de
en tanto que, entre quienes han ingerido bebi- bebidas alcohólicas, estimándose un consumo
das alcohólicas un 10,1% empezó antes de esa per-cápita de 52,51 litros de estas bebidas en
edad, alcanzando el 74% antes de los 19 años población de 15 años y más2.
(Bejarano y Ugalde, 2003).
Paralelamente, algunas investigaciones
con población escolar (Obando y Sáenz, 2000;
2 Estos datos corresponden a la última compilación
Obando y Sáenz, 2001; Sáenz y Obando, 2000), estadística elaborada por el Instituto sobre Alcoho-
han referido edades promedio inferiores a los 13 lismo y Farmacodependencia que se encuentra pu-
años en el inicio del consumo para las diferentes blicada.
28 Mario Alberto Sáenz Rojas

Además, con base en los resultados de la dientes, halladas por las investigaciones clíni-
encuesta nacional del 2000 la prevalencia de vi- cas, tanto desde la perspectiva sistémica y co-
da de consumo aumentó en el periodo 1995- municacional como desde la psicodinámica y,
2000 en los siguientes casos: mariguana de por otra, la indicación de recomendaciones
3,9% a 5,5%, cocaína de 0,9% a 1,7% y “crack” prácticas en tres ámbitos: la prevención, el tra-
de 0,4% a 0,7% (Bejarano y Ugalde, 2003). tamiento y la investigación.
En este sentido, Cooper (1981) propone
la idea de que, en el marco de la estructura fa-
miliar clasista, las drogas son un ejemplo de EL ENFOQUE SISTÉMICO Y COMUNICACIONAL
querer pasar de la eknoia (estado en que la per-
sona se encuentra totalmente alienada, fuera de Este enfoque se ha fundamentado en
sí) a la anoia (estado en que se trasciende el sí- autores como Gregory Bateson, Jey Haley y
mismo) sin haber obtenido la autonomía. Nathan Ackerman, a finales de la década de
Por otra parte, en la generación del fenó- 1960. En sus antecedentes conceptuales cabe
meno del consumo de drogas es reconocida, in- citarse la teoría del campo y la cibernética.
clusive por la Organización Mundial de la Salud, Esta perspectiva de análisis puede divi-
la existencia de factores familiares de riesgo dirse, de acuerdo con González (1996), en va-
(Mendes, 1999; Sandí, Díaz, Blanco y Murrell, rias corrientes:
1995; San Lee, 1994), entendidos no como cau-
sas directas, sino más bien, como elementos in- a) Palo Alto: fundada por Gregory Bateson plan-
fluyentes y facilitadores en el desarrollo de este tea identificar los mensajes inadecuados que
problema de salud pública, que han de entrar en se han perpetuado a través del tiempo para lo
inter-juego con factores de riesgo de otra índole. que se prescriben técnicas paradojales.
En concordancia con esto, se han señala-
do aspectos tales como: el consumo de drogas b) Estructural: desarrollada por Salvador Minu-
por parte de los padres, la actitud favorable o chin pone énfasis en las estructuras jerárqui-
permisiva de los padres hacia las drogas, las cas y en las posiciones dentro de estas y, con-
prácticas parentales débiles e inconsistentes, sidera como fuente de patología la pérdida de
los intensos conflictos familiares producto de la límites dentro de la estructura familiar.
discordia marital y los pobres vínculos afectivos
al interior del grupo familiar, entre otros (San- c) Cibernética: fundada por Mara Selvini
dí, Díaz, Blanco y Murrelle, 1995). Palazzoli se basa en el hecho que la familia
En el caso de Costa Rica, se ha determi- como sistema homeostático mantiene meca-
nado que: nismos autocorrectivos, de lo cual se deduce
que a cada acción le sucede una reacción
... La mayoría de los consumidores inicia compensadora, por lo que al registrarse pro-
su problema cuando todavía es miembro gresos en un miembro, como consecuencia
del grupo familiar de origen. En conside- empeora otro.
ración a que el individuo no es un ser ais-
lado, sino un miembro activo y reactivo d) Estratégica: originada en la obra de Jay
del grupo social, en constante transacción Haley refiere como base teórica la lucha por
con quienes lo rodean, la familia constitu- el poder entre diferentes representantes de
ye el contexto social básico dentro del las jerarquías familiares y la movilidad de
cual se crea la dinámica de la salud men- estas, por lo que el acento recae sobre las
tal y la psicopatología (San Lee, 1994: 7). alianzas abiertas o solapadas.

En atención a los elementos señalados, Al respecto, se puede señalar que


el presente artículo se propone como objetivos,
por una parte, la indagación de las característi- La familia es una unidad social que en-
cas de las familias de pacientes farmacodepen- frenta una serie de tareas de desarrollo.
Aportes sobre la familia del farmacodependiente 29

Estas difieren de acuerdo con los pará- pues parece depender fundamentalmente de la
metros de las diferencias culturales, pe- calidad de la relación padres-adolescentes, lo
ro poseen raíces universales... (Minu- cual coincide con el hallazgo de que la influen-
chin, 1982: 39). cia del grupo de pares tiende a ser nula cuando
la familia es funcional.
Con base en los postulados de la teoría A este respecto, el abuso y dependencia de
general de sistemas se establece que cada grupo drogas “... ofrece al adicto y su familia una resolu-
está conformado por diversos elementos o sub- ción paradójica de su dilema de mantener o disol-
sistemas en interacción y organizados de tal ma- ver la familia, es decir, de su permanencia o parti-
nera que un cambio en uno de los subsistemas da” (Stanton, Todd y colaboradores, 1988: 32).
induce a cambios en los restantes. Las tres ca- Siguiendo a Bernstein (1992), se pueden
racterísticas esenciales asignadas a los grupos plantear las siguientes características de los
humanos señalan que: todo sistema tiende siem- grupos familiares de las personas farmacode-
pre a mantener el equilibrio (homeostasis), el pendientes:
todo o sistema es más que la mera suma de las
partes o subsistemas (no sumatividad) y el prin- 1. Mala alianza marital: Se refiere a la existen-
cipio de que al crecer la familia crecen también cia de una pareja disfuncional, denominada
sus miembros (equifinidad) (San Lee, 1994). también “como si”.
Aunado a ello, González (1996) plantea
que el énfasis de este enfoque está puesto en el Un estudio llevado a cabo en 1972 por
aquí y el ahora (a diferencia de la perspectiva Seldin (cit. por Cardeña y Vernet, 1992), en el
psicoanalítica), donde se visualizan los síntomas cual se efectuó una revisión de las investigacio-
como una tentativa de comunicación extraver- nes sobre familias de adictos desde diversas dis-
bal, susceptibles de modificación; a la vez, se ciplinas científicas, determinó que aquellas de
pretende identificar y modificar los mensajes, carácter sociológico encontraron una alta pre-
alianzas y comportamientos inadecuados. sencia de familias de origen caracterizadas por
En este contexto, el síntoma y su repre- el divorcio, la separación o la evidente hostili-
sentante (paciente identificado) se concibe co- dad entre los miembros de la pareja; mientras
mo un mecanismo de adaptación a las condi- tanto, las investigaciones psicológicas, psiquiá-
ciones del sistema familiar. tricas y de trabajo social hallaron familias su-
De esta forma, el enfoque sistémico es: mamente inestables, marcadas por el divorcio o
la separación.
Un modelo donde se analiza no sólo al indi- En este mismo sentido, en 1970, Came-
viduo en su contexto, sino al propio contex- rini (cit. por Cardeña y Vernet, 1992) encontró
to: la familia, en su calidad de sistema es- que entre un 40% y un 45% de las familias de
tructural en equilibrio, donde toda acción pacientes adictos presentaban un padre ausente
está influida e influye en las demás y cual- o una familia incompleta.
quier síntoma conlleva reciprocidad (es una Además, diversos estudios referidos por
acción que se modifica con las acciones de Cardeña y Vernet (1992), señalan importantes
los demás) y está relacionado con el mal fun- proporciones de hogares desintegrados o “ro-
cionamiento del sistema y su necesidad de tos” en las familias de pacientes adictos, antes
equilibrio (García cit. por San Lee, 1994: 9). de sus 16 años de edad; así, por ejemplo, el es-
tudio de Hawks demostró que casi el 50% de
Ruiz (1992) refiere que, según las investi- los pacientes habían sufrido de privación pater-
gaciones de Bloom, si las relaciones intrafamilia- na o separación antes de los 16 años. En este
res son estables, entonces el grupo de pares no sentido, Stanton, Todd y colaboradores (1988)
tiene mayor influencia en lo relativo al consumo han señalado una alta incidencia de desintegra-
de drogas. En este mismo sentido, para Stanton, ción familiar por separación de los progenito-
Todd y colaboradores (1988) el abuso más severo res o muerte de uno de ellos (más frecuente-
de drogas se define como un fenómeno familiar, mente el padre) antes de los 16 años de edad
30 Mario Alberto Sáenz Rojas

del hijo, dato este que parece ser consistente Según diversos estudios,
respecto a varios estudios adicionales.
Por otra parte, en México, Acosta, Alva- ... parece que alrededor de dos tercios de
rado y Flores (1992) comprobaron su hipótesis los drogadictos masculinos de menos de
de que, si existe desintegración familiar, las fa- 35 años viven con la gente que los crió y el
milias de los y las pacientes no asistirán a las 80-85% mantienen por lo menos un con-
sesiones grupales. tacto semanal con estas figuras parentales
En el caso de Costa Rica, Míguez (Stanton, Todd y colaboradores, 1988: 27).
(1982), al efectuar un perfil del paciente alco-
hólico halló que aproximadamente un tercio Míguez (1982), estableció entre pacientes
de los pacientes provenían de hogares carac- alcohólicos costarricenses que un 30,8% de ellos
terizados por el divorcio o la separación de los convivía con sus padres u otros familiares al mo-
padres, donde los pacientes más jóvenes pro- mento del internamiento, alcanzando esta propor-
cedían, en forma significativa, de hogares en ción un 44,4% entre los pacientes de 26 a 35 años
que los progenitores se habían divorciado; au- y el 62,4% entre aquellos menores de 26 años.
nado a ello, el 84,4% de los casos donde se de- Aunado a ello, se ha encontrado una co-
tectó divorcio o separación de la pareja paren- rrelación significativa entre la cura de los pa-
tal, esto se produjo antes de que el paciente cientes y el hecho de no vivir con los padres ni
contara con 17 años de edad. Asimismo, Beja- parientes (Stanton, Todd y colaboradores, 1988).
rano y Solano (1988) determinaron con res- Reiterando:
pecto a las familias de origen, al caracterizar
una muestra de pacientes alcohólicos, que en ... La drogadicción sirve de varios modos para
un 35% de los grupos había ausencia de algún resolver el dilema del adicto en cuanto a ser o
progenitor, en un 26% se había producido no un adulto independiente. Es una solución
abandono parcial de roles y un 12% de los pa- paradójica que permite una forma de seu-
cientes eran hijos de madres solteras, esto a doindividuación. Al usar drogas, el adicto no
pesar de que el 86% de los pacientes “… cre- está del todo dentro ni del todo fuera de la fa-
ció en familias nucleares constituidas, al me- milia. Se lo nutre cuando está ‘dentro’ y se
nos al momento de su nacimiento, por ambos culpa a la droga cuando está ‘fuera’. Es com-
progenitores” (pág. 15). petente dentro de un marco de incompeten-
cia (Stanton, Todd y colaboradores, 1988: 34).
2. Interacción simbiótica en la relación madre-
hijo: Existe una relación indiscriminada y“pego- 3. Coalición intergeneracional: Los problemas de
teada”, lo cual es de esperar ante una madre y un relación de pareja, más la simbiosis madre-hijo,
padre que no se encuentran entre sí. conllevan una unión confabulatoria de dos contra
uno (madre-hijo vs. padre ó padre-hija vs. madre).
En este sentido, Stanton, Todd y colabo-
radores (1988), reseñan que los adictos mantie- En este sentido, Stanton, Todd y cola-
nen vínculos familiares muy estrechos y que el boradores (1988) refieren que las alianzas en-
contacto con su familia es mucho mayor que el tre los miembros de las familias de adictos
de otros grupos, tanto normales como de otro tienden a ser explícitas e inclusive confirma-
tipo de pacientes psiquiátricos; esto sobre todo das verbalmente.
en varones entre 20 y 35 años. En general, se- En 1979, Kaufman y Kaufman (cits. por
gún estos mismos autores, en la familia de pro- Cardeña y Vernet, 1992) observaron 78 familias
creación el adicto tiende a perpetuar y reprodu- de farmacodependientes y concluyeron que
cir la dinámica y los roles de su familia de ori- “cuando el farmacodependiente de sexo mascu-
gen; además, la proporción de matrimonios en- lino estaba ‘aglutinado’ con la madre, se provo-
tre adictos varones es de sólo la mitad de lo es- caba una separación conyugal, una respuesta de
perado y la de matrimonios múltiples es mayor agresión del esposo y/o el alejamiento de la fa-
al promedio para ambos sexos. milia” (Cardeña y Vernet, 1992: 52). Asimismo,
Aportes sobre la familia del farmacodependiente 31

encontraron que, en aquellos casos en que este tipo 9. Secretos familiares: Se refiere a secretos del
de vínculo se daba entre el padre y la madre, ambos aquí y el ahora de la dinámica familiar y, por en-
colaboraban para mantener al adicto en un estado de, ahistóricos. Por ejemplo, el padre se emborra-
de conducta infantil, pensando, actuando y sintien- cha y la madre lo encubre o disimula.
do por él y los demás miembros, y culpándolo
por la sintomatología psicosomática de la madre. En el caso del tratamiento de pacientes
farmacodependientes, González (1996) consi-
4. Padre sobreinvolucrado y padre periférico: dera que la psicoterapia familiar de perspectiva
Cuando el adicto es hijo varón, la madre juega el sistémica y comunicacional es imprescindible y
rol de padre sobreinvolucrado y el padre aparece apunta los siguientes recursos derivados de es-
como padre periférico; en el caso de que el pa- te modelo:
ciente identificado sea una hija, la situación an-
terior tiende a invertirse. Esto resulta esperable a. prescripción del síntoma: control de con-
de acuerdo con la existencia de una coalición in- ductas al simularlas,
tergeneracional y una mala alianza marital. b. identificación de paradojas comunicaciona-
les: diagnóstico y discusión de mensajes
Gerard y Kometsky (cits. por Cardeña y contradictorios,
Vernet, 1992) establecieron que los padres (varo- c. delimitación de estructuras jerárquicas: co-
nes) de los adictos jugaban un papel ínfimo en la rrección de papeles o roles según autoridad,
vida de estos (aunque, a la vez, esta característica d. identificación de alianzas y luchas por el po-
sea trascendental en la generación de la patolo- der: detección de uniones por el mando y el
gía), ya fuera por ausencia, divorcio, separación o control,
desinterés; 30% de dichos padres eran extremada- e. ensayo de meta-alternativas: valoración es-
mente moralistas y 20% dominados y paranoicos. cenificada de otras conductas,
Asimismo, en un estudio efectuado en f. interacción guiada: solución dirigida de
Costa Rica con pacientes alcohólicos, San Lee errores comunicacionales, y
(1994) halló que la ausencia de alguno o ambos g. moldeado familiar: corrección escenificada
progenitores determinaba un mayor riesgo de de conflictos.
aparición del consumo de alcohol.
Por su parte, Ruiz (1992) plantea que la
5. Falta de fronteras claramente delimitadas: La fa- descentralización síntoma-paciente y la comu-
milia como sistema está conformada por subsiste- nicación paradojal son técnicas contraindica-
mas (paterno y filial), entre los cuales hay fronteras das; mientras tanto, se recomienda utilizar el
y, en este caso particular, las mismas no son respeta- desbalance, la acomodación, el enlace y la in-
das, favoreciendo de esta manera la simbiosis. tensidad3.

6. Incongruencia jerárquica: Se refiere a la ca-


rencia de respeto hacia el orden familiar esta-
blecido, dándose confusión entre los sistemas 3 Para profundizar en estas técnicas, la persona inte-
filial y paterno, todo lo cual es producto de la resada puede remitirse a: S. Cirillo, R. Berrini, G.
falta de fronteras. Cambiaso y R. Mazza (1999). La familia del toxico-
dependiente, traducción de Juan Carlos Gentinele.
Barcelona: Ediciones Piadós Ibérica./ S. Minuchin
7. Dobles mensajes: El discurso verbal de la fa- (1982). Familias y terapia familiar (tercera edi-
milia dice una cosa, mientras que la acción “di- ción), traducción de Víctor Fichman. Buenos Aires:
ce” lo contrario. Es como si dijeran al hijo: “haz Editorial Gedisa./ S. Minuchin y H. Ch. Fishman
lo que yo digo pero no lo que yo hago”. (1984). Técnicas de terapia familiar, traducción de
José Luis Etcheverry, Barcelona: Ediciones Piadós
Ibérica./ M. D. Stanton, T. C. Todd y colaboradores
8. Deseos de muerte: Estos deseos se presentan (1988). Terapia familiar del abuso y adicción a las
ya sea en lo explícito-verbal o en la interacción drogas, traducción de Carlos Gardini. Buenos Ai-
grupal (implícito-actitudinal). res: Editorial Gedisa.
32 Mario Alberto Sáenz Rojas

EL ENFOQUE PSICODINÁMICO personas, las cuales se reúnen según constantes


de tiempo y espacio, articuladas por su mutua
Para Pichón-Riviere (1982), el “enfermo” representación simbólica y que buscan directa o
dentro del contexto familiar es considerado co- indirectamente el logro de una tarea en tanto fi-
mo el portavoz de las necesidades del grupo. El nalidad. A esto sólo cabría agregar los lazos con-
“enfermo” es el depositario de las ansiedades sanguíneos entre los miembros del grupo.
grupales, es quien carga con los aspectos pato- La dinámica familiar se constituye a par-
lógicos del resto de sus integrantes, es el emer- tir del sistema vincular que mediatiza la inte-
gente que expresa una estructura socioeconó- racción interpersonal. En este sentido, Calvo,
mica y familiar alienante y su consiguiente Riterman y Calvo (1982) consideran que la pa-
configuración patológica. reja es una unidad autosuficiente, generadora
De hecho, “la familia en el fondo consti- de una familia centrada en sí-misma para ope-
tuye un relato privado de los mitos de Narciso rar matrices vinculares con la comunidad, que
y Edipo” (López, 1994: 193). Esto lleva a plan- es el tercero social por excelencia.
tear la trama familiar entre la resolución nar- Estas autoras realizan un esquema del
cisística con la incorporación del tercero so- sistema vincular ternario, léase de la interrela-
cial4 y el conflicto edípico con su consecuente ción madre-padre-hijo/a, de gran importancia
exclusión. para la comprensión, no sólo de la dinámica fa-
La anterior afirmación, de inspiración miliar, sino también de la psicopatología del
profundamente psicoanalítica, hace referencia emergente; esquema en que el tercero puede
cómo en la vida de cada individuo, su familia se ser “incluido” o “excluido”:
constituye en la instancia donde se inicia su de-
sarrollo psicosocial en la temprana infancia, por a) Tercero incluido como prolongación sim-
medio de un vínculo simbiótico con la madre biótica de la pareja: los tres son idénticos,
(diada), el cual es interrumpido por la irrupción refuerza la estructura fusional original y la
en escena del padre, pasando de la relación dual familia se repliega en sí-misma.
a la triada, la cual, a su vez, rompe con el narci-
sismo omnipotente del infante. Poco tiempo b) Tercero incluido como locus de actuación
después, el niño o la niña inician la fase fálico- complementaria: es el receptor del conflic-
edípica, con la cual buscarán el amor del padre to de la pareja para su seudo-entendimien-
del sexo opuesto y rechazarán al padre del pro- to, donde los padres se “ponen de acuerdo”
pio sexo, tratando de entablar un vínculo estre- en su pelea con el hijo.
cho con uno y excluyendo al otro progenitor.
La enfermedad de un miembro, sin em- c) Tercero incluido como pareja complemen-
bargo, opera como denunciante de la situación taria: es el “parche” que asume el aspecto
conflictiva y del caos subyacente que este dis- deficitario del vínculo de la pareja parental,
positivo patológico de seguridad intenta con- encubriendo así su fractura.
trolar. El paciente, por su conducta desviada, se
ha convertido en el portavoz, el ‘alcahuete’ del d) Tercero excluido eliminado: su crianza se
grupo (Pichón-Riviere, 1982: 70). deposita en otros, se le desconoce.
Para este mismo autor existe un parale-
lismo entre la definición de grupo familiar y de En relación con lo anterior, el farmacode-
grupo operativo, pues se trata de un colectivo de pendiente ha sido calificado como “hijo utilita-
rio”; es decir, un hijo “... al servicio de la institu-
ción matrimonio, del logro de la madre, del narci-
sismo del padre, ser parche que remienda el vín-
4 Por “tercero social” se debe entender la figura del culo, hijos para retener alguno de los polos, etc.”
padre que entra a jugar en el psiquismo del in-
fante en los primeros meses de vida como alter-
(Materazzi, 1990: 36); el mismo autor clasifica los
nativa que intenta cortar la simbiosis de la diada grupos familiares de los farmacodependientes de
madre-hijo. la siguiente manera:
Aportes sobre la familia del farmacodependiente 33

a. Grupo insatisfecho estable: se refiere a una Por otra parte, se ha referido que “a tra-
pareja “como si”, el padre delega inconscien- vés de sus síntomas, el adicto les comunica a
temente el rol de líder emergente en el hijo sus padres y hermanos, «luchando por ser lo
adicto y, así, el hijo aglutina a la familia. contrario de lo que ustedes son, uso los mis-
mos métodos que ustedes, sólo que empleo dis-
b. Grupo insatisfecho inestable: en este grupo tintos elementos»” (Kalina y Korin, s. f.: 2).
los miembros se hallan aislados y la pareja En este sentido, los autores clasifican
no se encuentra como tal; de esta manera el dos tipos de grupos familiares, a saber:
adicto se vuelve el depositario de los nú-
cleos psicóticos de la familia, aglutinando a. Familia simbiótica: Es aquella en la que to-
también a dicho grupo, con la exacerbación dos los miembros interfieren en la vida de
de las ansiedades confusional, paranoide y todos, denotando una falta de discrimina-
depresiva, y la tendencia a la segregación. ción en los límites interpersonales. Se ca-
racteriza por el “pegoteamiento”, el cual
A este respecto, se plantean tres situacio- evidencia una incapacidad para autoprote-
nes triangulares en tales grupos (Materazzi, gerse, de manera independiente. Por su par-
1990), a saber: te, Bleger se refiere al grupo simbiótico co-
mo aquel que “se mueve en bloque en for-
a. Situación triangular primaria del abandó- ma masiva y rígida, la unidad es la totalidad
nico: en este grupo los padres no constitu- del grupo entre cuyos integrantes los roles
yen una pareja; el hijo, contrario a ser pro- son fijos y rígidos, se reparten (no se com-
ducto del amor, resulta consecuencia de la parten), siendo asumidos por sus integran-
falta de amor. La madre asume un rol de so- tes en forma complementaria y solidaria”
breprotección y sobreinvolucramiento, y (Bleger, cit. por Rambla, 1989: 26).
preocupación excesiva por el hijo desde lo
exterior, con la finalidad de demostrarse a b. Familia cismática: Es el polo opuesto de la
sí-misma algo que no es cierto; o sea, que es familia simbiótica; es un sistema en el que
buena madre. Por su parte, el padre se en- todos los miembros están separados. Si una
cuentra afectivamente desligado de la madre familia de este tipo se reúne, se exacerba el
y del hijo, este último queda sujeto a la sim- potencial psicótico compartido que, a su
biosis con la madre y al abandono. vez, genera interacciones bizarras. El men-
saje en estas familias se podría definir así:
b. Situación triangular primaria del tercero «separados sobrevivimos, juntos nos des-
excluido: en este grupo se presenta una pa- truimos».
reja “como si”, el hijo se siente como un es-
torbo para los padres y entonces se ve obli- Para López (1994), la familia une a todos
gado a la actuación para llamar la atención sus miembros mediante un equilibrio que se
(adicción). produce al organizarse patológica o nacisística-
mente para conservar una estructura dada. Así,
c. Situación triangular primaria de la homo- pues, en torno del paciente adicto o “emisario”
sexualidad en la “dependencia”: en este se organizan y se unen los miembros de la fami-
grupo se presenta una pareja “como si”; el lia por medio de valencias narcisistas.
padre del sexo opuesto presenta notorias ca- De acuerdo con el enfoque integrador de
racterísticas histéricas y se pasa seduciendo Bernstein (1992), las familias de pacientes far-
tanto al otro miembro de la pareja como al macodependientes presentan las siguientes ca-
hijo. El hijo percibe de manera inconsciente racterísticas en el modelo psicoanalítico:
(en el caso del varón) que no puede acceder
a la madre porque el padre lo impide y en- 1. Madre depresiva: La madre mantiene un
tonces, el hijo intenta seducir al padre para núcleo melancólico y el gran vacío que po-
alejarlo de la madre. see lo llena por medio del hijo; al quedar
34 Mario Alberto Sáenz Rojas

este también vacío, se suple por medio de la el significado de la ausencia física. Alude al pa-
droga. Al respecto, Levy (cit. por Bernstein, dre “presente-ausente”, aquel que no logra
1992) encontró una correlación significativa cumplir con la función paterna, que posee pe-
entre la actitud sobreprotectora de la madre y ne pero no falo, que no llegó a instalar en el
carencias afectivas durante la infancia de esta. hijo el significante respectivo, en tanto simbo-
lización de la ley y el orden, pues no ocupa su
Paralelamente, López (1994) refiere que lugar dentro del contexto cultural y, por ende,
el paciente adicto se puede considerar como no logra cortar con la simbiosis madre-hijo.
un “objeto transicional” para la madre y lo de-
fine como el “falo fecal de su madre”, en tanto: En otras palabras, “... La figura paterna
“... Juguete fetichista, el falo que obtura la falta no es capaz de sostener las dificultades de su
narcisística, pero en donde la droga es utilizada esposa y por otro lado no reacciona frente a la
para mantener la regresión infantil del adicto, simbiosis madre-hijo para evitar así hacerse
para mantener la simbiosis con la madre y ha- cargo de las necesidades y exigencias de su es-
cerle así en un objeto controlado y manejado posa y/o del hijo” (Kalina, 1988: 17); es decir, el
por ella...” (López, 1994: 198). De esta manera, padre no puede ejercer su función de prohibi-
el autor plantea que el paciente es el espejo del ción, es débil y frágil aunque aparenta ser fuer-
deseo de la madre. te (autoritario).
En este sentido, Kalina (1988) considera,
en el plano de las relaciones objetales tempra- 3. Hijo abandonado: Es el resultado de una
nas, que la madre aparece como un inadecuado madre depresiva y un padre ausente. En la
continente afectivo, lo cual está relacionado sobreprotección de la madre hay general-
con el micro o macroabandono del infante. mente abandono y rechazo, ya que está más
Asimismo: preocupada en transformar al hijo en su
“droga antidepresiva” que en darle y, por su
... La madre atenderá posesivamente a su parte, el padre ve pero no observa, oye pero
hijo, no porque este la necesita, sino no escucha y se encierra aún más en su
principalmente porque ella lo necesita a mundo narcisista. Es como si el padre le di-
él, o sino directamente lo abandona (...) jera a la madre: «puedes hacer con ese hijo
Se produce en definitiva, una simbiosis lo que quieras, siempre y cuando no te me-
que no se va a resolver en forma normal, tas conmigo».
a través de los procesos de separación-in-
dividuación... (Kalina, 1988: 16). 4. Falta de límites: La autoridad implica poner
y marcar límites; no obstante, si el padre no
Gerard y Kometsky (cits. por Cardeña y está, tampoco están los límites que conlleva
Vernet, 1992), en su estudio con familias de la prohibición, porque tampoco hay ley.
adictos adolescentes encontraron que las ma-
dres eran extremadamente rígidas y dominan- En este sentido, Kalina (1988) señala
tes; o bien, indulgentes y permisivas, 24% de que el otro no es reconocido como “socio con
ellas se clasificaron como seductoras. derecho propio”, sino que se encuentra al servi-
Mientras tanto, en el caso de Costa Rica, cio de otro y, por lo tanto, las relaciones intra-
se ha establecido que la presencia de antece- familiares son de tipo narcisista, prevaleciendo
dentes familiares de depresión incrementa la una negación magnificada de los conflictos.
probabilidad de que la persona llegue a ser al-
cohólica (San Lee, 1994). 5. Modelo adictivo: El farmacodependiente es
un emergente de la adicción familiar. Siem-
2. Padre ausente: Puede considerarse también pre se va a encontrar alguna adicción en la
como padre autoritario. Hace referencia a familia: hay quienes consumen drogas de
familias separadas o hijos de madres solte- manera oculta o quienes lo hacen abierta-
ras; sin embargo, este concepto trasciende mente por la permisividad social (alcohol y
Aportes sobre la familia del farmacodependiente 35

tabaco); si se habla de una madre depresiva 6. Pacto criminoso: Hace alusión a un conve-
no es extraño que esta use o abuse de psico- nio (inconsciente) entre los padres contra el
fármacos de prescripción médica, obtenidos hijo, que busca sacrificar una parte para sal-
por vías legales o ilegales. Empero, también vaguardar el todo y que tiene sus raíces en
hay otras adicciones que no se refieren a el filicidio como inicio del mito de Edipo, lo
sustancias, tales como comida, trabajo, jue- que se relaciona además con una madre que
go compulsivo, televisión, pornografía, otras “chupa” al hijo hasta dejarlo vacío y con un
personas, etc. padre a quien no le importa ese hijo. “La fa-
milia lo impulsa a la muerte, en parte me-
A este respecto, Kalina (1988) refiere que diante mandatos de proporciones desmesu-
Davidson acuña el término “familias psicotóxi- radas que él no puede cumplir. Suele haber
cas”, relacionado con un modelo que transmi- en estas familias expectativas respecto al hi-
te, mediante la comunicación verbal y no ver- jo de una grandiosidad sorprendente”
bal, una serie de comportamientos adictivos. (Bernstein, 1992: 45).
“Por ‘familias psicotóxicas’ nos referi-
mos, en sentido amplio a aquellas que por sus Según el criterio de Kalina (1988), este
características favorecen el desarrollo de sínto- pacto implica la muerte de un miembro del
mas de adicción; y en sentido estricto, a aque- grupo (del emergente o del elegido), lo que en
llas que incluyen uno o más miembros adictos” la práctica aparece como la salvación del con-
(Kalina, 2000: 53). texto familiar y, ante la ausencia de la internali-
De hecho, Stanton, Todd y colaborado- zación de la prohibición, resulta psicóticamen-
res (1988) han señalado como una de las ca- te en el suicidio5.
racterísticas esenciales de estas familias, el ex- En este sentido, en una investigación
ceso de bebida en una proporción significativa efectuada en Costa Rica, mediante la revisión
de los padres. de expedientes correspondientes a autopsias
Paralelamente, Sandí, Díaz, Blanco y Mu- llevadas a cabo en la Medicatura Forense en el
rrelle (1995), han manifestado que el alcoholis- mes de mayo de 1996 (Bejarano y Sáenz, 2000),
mo paterno o materno incrementa el riesgo de se encontró que la única manera de muerte
consumo de alcohol y otras drogas en los hijos; que resultó claramente asociada con el consu-
el tabaquismo en el hogar aumenta al doble la mo de alcohol, según el criterio del médico
probabilidad de que el hijo adolescente fume;
asimismo, el consumo de drogas en el hermano
mayor y en el menor se encuentran estadística- 5 El lector interesado en profundizar sobre la rela-
mente asociados de manera significativa. ción entre adicción y suicidio, puede referirse a: O.
A este respecto, en diversos trabajos so- Díaz y M. Sanabria (1994, set.), El fenómeno de la
bre el tema se ha señalado que “muchos adul- muerte en el campo de la toxicomanía, Revista Es-
pañola de Drogodependencias 19 (3): 235-244; E.
tos que crecieron en familias donde por lo me-
Kalina (1987), Temas de drogadicción, Buenos Ai-
nos un miembro era alcohólico, están significa- res: Ediciones Nueva Visión; E. Kalina (2000), Adic-
tivamente en riesgo de llegar a ser alcohólicos, ciones: Aportes para la clínica y la terapéutica,
de casarse con un alcohólico, o de desarrollar Buenos Aires: Editorial Paidós; R. Martínez y N. Co-
problemas físicos o emocionales” (Black, cit. rominas (1991, dic.), Suicidio y toxicomanía, Adic-
ciones 3 (4): 301-307; L. Mondragón, M. T. Saltije-
por Rambla, 1989: 24).
ral, A. Bimbela y G. Borges (1998, oct.), La ideación
En el contexto nacional, Míguez (1982) suicida y su relación con la desesperanza, el abuso
estableció en el perfil del paciente alcohólico de drogas y alcohol, Salud Mental 21 (5): 20-27; A.
que el 77,1% de los casos refirió alcoholismo Narváez, H. Rosovsky y J. L. López (1991, set.), Eva-
en alguno de los progenitores. Aunado a ello, luación del consumo de alcohol en los intentos de
suicidio: un estudio con pacientes atendidos en ser-
San Lee (1994) determinó que la existencia de
vicios de urgencias, Salud Mental 14 (3): 6-12; E.
antecedentes de alcoholismo en la familia es un Vera-Ocampo (1988), Droga, psicoanálisis y toxico-
elemento primordial de riesgo para el abuso de manía: Las huellas de un encuentro, traducción de
bebidas alcohólicas. Marta Vasallo, Buenos Aires: Editorial Paidós.
36 Mario Alberto Sáenz Rojas

forense, fue el suicidio; dos terceras partes de cumple la estructura familiar y, cómo actual-
los posibles suicidas registraron concentracio- mente los medios masivos de difusión, en
nes de alcohol en sangre superiores a 120 mg., buena medida, han sustituido ciertas funcio-
lo cual refleja estados de embriaguez aguda o nes familiares. En este sentido, la familia ha
superiores (intoxicación). perdido preponderancia, lo cual se ha visto
Además, Kalina (1988) sostiene que las reflejado en una especie de indiferencia al
relaciones típicas que se dan al interior de estas asumir sus responsabilidades en el proceso de
familias implican un “pacto perverso” en el que crianza de la prole; es común que estas le
el padre niega la explotación que la madre hace sean depositadas a la escuela y el o la docente,
del hijo, mientras que ello no invoque al padre, o bien, que el padre o la madre, al llegar a ca-
lo cual, además, le permite a la pareja subsistir sa luego de la jornada laboral, utilicen al tele-
en el tiempo. visor para suplir el tiempo del vínculo pater-
no-filial, situación que sería coincidente con
7. Duelo no elaborado: En estas familias se en- el planteamiento del tercero excluido elimi-
cuentran históricamente muertes de miem- nado y su respectiva situación triangular pri-
bros cercanos del grupo (duelo central no ela- maria, constituyéndose en un grupo insatis-
borado de toda la familia acuñado por Pi- fecho inestable. Estos elementos, que sobre-
chón-Riviere). Asimismo, se presenta el “due- salen a partir de las últimas dos décadas, la-
lo parental familiar” (Kesselman), que se en- mentablemente no han sido objeto de la sufi-
tiende como aquel duelo de cada uno de los ciente investigación psicosocioepidemiológica
padres con respecto a su familia de origen, y en relación con el abuso de sustancias.
el “duelo conyugal” (Kesselman), el cual se En segundo término, cabe resaltar los
refiere al que hacen los esposos en el momen- puntos de encuentro entre los modelos sistémi-
to en que se convierten en padre y madre. co y psicodinámico, en torno a las característi-
cas de los grupos familiares de pacientes farma-
De acuerdo con Díaz y Sanabria (1994), codependientes, siguiendo para ello la propues-
diversos autores han encontrado una relación ta efectuada por Bernstein (1992), a la cual se
entre el consumo de drogas y el duelo no re- le eliminaron algunos elementos, por no consi-
suelto producto de la muerte de un ser querido, derarse prototípicos de estas familias, ni patog-
aunado a que la experiencia de muerte de un nomónicos6 de las adicciones.
familiar cercano ocurre más tempranamente y Ante este panorama, quizás sea posible
en mayor cantidad en familias de adictos que comprender el por qué de las altas tasas de
en familias normales. reincidencia entre pacientes dependientes de
En este sentido, “las familias de adictos sustancias psicoactivas o el por qué, cuando
revelan un predominio de temas relacionados un paciente presenta una mejoría, de inme-
con la muerte y con muertes prematuras, ines- diato su grupo familiar lo “boicotea” (hacien-
peradas o repentinas dentro de la familia” do síntoma otro miembro, presionando para
(Stanton, Todd y colaboradores, 1988: 31). que vuelva al hogar, “amenazando” con una
separación de la pareja parental, etc.), todo en
8. Secretos familiares: Se trata de situaciones un sentido implícito (Rambla, 1989; Stanton,
a nivel histórico que todos saben, ya sea Todd y colaboradores, 1988); o bien, com-
conscientemente o no, pero nadie se atreve prender en la práctica de las relaciones fami-
a mencionar, con la consecuente alteración liares el concepto de “co-dependencia”, el
del diálogo y la comunicación. cual refiere al reforzamiento de la conducta

A MANERA DE DISCUSIÓN
6 Por “patognomónico” ha de entenderse aquella
condición propia de una determinada patología
En primer término, es necesario refle- (enfermedad), lo que la identifica como tal y está
xionar sobre el papel de agente socializador que referido sólo a ella.
Aportes sobre la familia del farmacodependiente 37

TABLA 1

RELACIÓN ENTRE LAS CARACTERÍSTICAS DE LOS ENFOQUES


PSICODINÁMICO Y SISTÉMICO

MODELO PSICODINÁMICO CORRESPONDE A: MODELO SISTÉMICO

Madre depresiva ➩ Interacción simbiótica en la relación madre-hijo


Padre sobreinvolucrado
Padre ausente ➩ Mala alianza marital
Coalición intergeneracional
Padre periférico
Hijo abandonado ➩ Interacción simbiótica madre-hijo
Falta de límites ➩ Falta de fronteras
Incongruencia jerárquica
Modelo adictivo ➩ Dobles mensajes
Pacto criminoso ➩ Deseos de muerte
Duelos no elaborados ➩ Ciclo vital
Secretos familiares ➩ Secretos familiares

Fuente: Bernstein (1992).

adictiva del paciente por parte de otros miem- da construir una imagen sana y positiva de
bros del grupo familiar, o a cómo el farmacode- sí-mismo/a7.
pendiente induce a estos al consumo de la sus- Lo antes dicho encuentra sentido en el
tancia específica. hecho de que “en una educación de calidad es
Sintetizando la dinámica de estos gru- tan importante un buen curriculum y sus prác-
pos, se puede decir que el farmacodependiente ticas educativas asociadas como unas buenas re-
es el portador del síntoma de la disfunción fa- laciones familia-escuela basadas en la relación y
miliar que ayuda a mantener el equilibrio del ayuda mutua” (Villa cit. por Recio, 1999: 202).
grupo, refuerza la tendencia de los padres para De esta forma, la familia y la escuela
continuar controlándolo y, además, posibilita la comparten la educación en valores de niños,
negación de los conflictos implícitos y explíci- niñas y adolescentes, ante lo cual la institución
tos de la pareja parental. educativa no puede limitarse exclusivamente a
En tercer término, los elementos apun- lo instructivo y académico, y que, como conse-
tados hasta aquí ponen de manifiesto la impor- cuencia, lleva a reforzar recíprocamente las ac-
tancia del trabajo con el grupo familiar, no sólo ciones formativo-educativas de ambas instan-
en el ámbito psicoterapéutico, sino, y quizás cias socializadoras.
con mayor énfasis, en el de la prevención En relación con lo anterior, la educación
(Burkhart, 2001; Mendes, 1999; Recio, 1999). para la salud ha de ser entendida como:
Desde la óptica preventiva, la familia
debe ser considerada como un miembro más el conocimiento e interés por todas aque-
de la comunidad educativa, integrándola den- llas experiencias del individuo, el grupo o
tro de la dinámica de la educación para la sa- la comunidad, que influyen en las creen-
lud, pues precisamente son las figuras paren- cias, actitudes y conductas respecto a la
tales las llamadas a definir adecuados patro-
nes de comunicación asertiva, valores, reglas
o normas, límites, hábitos de vida saludable y
7 El lector interesado puede referirse al folleto elabo-
habilidades sociales; en fin, el trabajo de la rado por el Proceso de Comunicación del Instituto
familia debe orientarse a proporcionarle al sobre Alcoholismo y Farmacodependencia, titulado
hijo y a la hija las bases sobre las cuales pue- “Drogas: un asunto de familia”.
38 Mario Alberto Sáenz Rojas

salud, así como los procesos y esfuerzos general y en la curación del enfermo.
para producir cambios a fin de lograr un Además, la familia es una valiosa fuente
nivel óptimo en ella (Vega y García-Man- de información respecto del problema,
zanedo cits. por Centros de Integración sus manifestaciones y su significado es-
Juvenil, 1998: 15). pecífico dentro de determinado contexto
social (Arce, 1992: 62).
Entonces, la labor preventiva en el medio
familiar debe dirigirse a esclarecer y sensibilizar a Asimismo, para este tipo de paciente, Ló-
este grupo primario sobre los factores de riesgo pez (1994) recomienda la modalidad de “comuni-
que facilitan el consumo de drogas, en especial dad terapéutica”, ya que constituye una “familia
aquellos que se producen al interior del mismo experimental”, pues la transferencia se manifies-
grupo, con el propósito de favorecer en sus miem- ta en sus diferentes niveles, tanto hacia los com-
bros una actitud positiva respecto a los factores pañeros y compañeras, como hacia los operado-
protectores del abuso y dependencia de las drogas. res y operadoras socio-terapéuticos/as, el o la te-
En este sentido, la familia como institu- rapeuta individual y la institución como estructu-
ción social y principal medio educador del indi- ra. Además, el ingreso de un nuevo o nueva pa-
viduo, está llamada a promover los factores ciente desata las rivalidades propias del nacimien-
protectores, para lo cual existen líneas genera- to de un hermano o hermana, o ambivalencias;
les de acción, tales como: apoyar continuamen- también es común que se produzcan conductas
te la valoración positiva de sí-mismo/a o au- regresivas y de “chivo emisario” o “expiatorio”.
toestima de todos sus miembros; promover la En este ámbito, López (1994) sugiere la
comunicación asertiva entre sus integrantes; intervención familiar en dos casos, a saber:
motivar a los hijos y las hijas para el cumpli-
miento de normas y valores que orienten la vi- a. pacientes adolescentes o de sexo femenino,
da familiar y comunitaria, y estimular la utili- con el propósito de influir sobre la estructu-
zación sana y creativa del tiempo libre8. ra familiar que ha generado la patología del
Por otra parte y de acuerdo con Bojór- paciente, mediante una terapia sistemática, y
quez (1995), la psicoterapia familiar en el caso
de pacientes farmacodependientes cumple va- b. pacientes varones mayores de edad, con una
rias funciones: finalidad de diagnóstico, de disminución de
la ansiedad en casos muy fóbicos o de reso-
a. una disminución en la posibilidad de deser- lución de fantasías y angustias de la familia,
ción, utilizando entrevistas familiares en número
b. una disminución en la duración del trata- reducido y, tiempo después reevaluarlas con
miento, el paciente; no obstante, pueden ser con-
c. una disminución de las recaídas y traindicadas en el inicio de su inserción en
d. la generación de un grupo de apoyo y con- la comunidad terapéutica.
tención para los momentos críticos.
Asimismo, en México, Centros de inte-
Atender a la familia, escuchar sus pro- gración juvenil han diseñado una estrategia de
blemas, despertar su atención y captar orientación a familiares de adolescentes consu-
su interés, constituye el mejor aliado en midores de drogas ilegales, destacándose su
el combate de la farmacodependencia, en utilidad en aspectos tales como: la sensibiliza-
ción de las personas que acuden a solicitar ser-
vicios, un mayor conocimiento y comprensión
8 Diversas instituciones gubernamentales y organiza- de la farmacodependencia como enfermedad,
ciones no gubernamentales dedicadas a atender es-
un mayor compromiso con el tratamiento, el
ta problemática, tanto en nuestro país como en
otras latitudes, han dedicado gran parte de sus re- mejoramiento del diagnóstico —tanto indivi-
cursos, a desarrollar estrategias y programas de pre- dual como familiar—, un mayor conocimiento
vención dirigidos precisamente al ámbito familiar. de los factores que precipitan la deserción, así
Aportes sobre la familia del farmacodependiente 39

como una disminución de la conducta adictiva escala adaptada a la población adolescente esco-
del paciente, entre otros (Acosta, Alvarado y larizada del Cantón Central de San José (Rojas
Flores, 1992; Torres, Barberá, Soubran, Ama- y Tichler, 1989), en el caso de adolescentes
dor, Cisneros, Ortiz y Sanz, 1992). consumidores de drogas y sus progenitores,
Paralelamente, con respecto al alcoholis- pues permite evaluar la funcionalidad familiar
mo, Valverde (1997) ha señalado la importancia en términos de cohesión percibida e ideal, así
de la ayuda al alcohólico dentro del grupo fami- como de adaptabilidad percibida e ideal.
liar, destacándose la necesidad de brindar En este sentido, el estudio de Rojas y
orientación a sus familiares cercanos o respon- Tichler (1989) concluyó que los resultados de-
sables, con anterioridad a que se inicie en al- mostraron que la escala es sumamente efecti-
gún programa de recuperación, refiriendo para va en cuanto a la discriminación de grupos
ello estrategias concretas derivadas de la expe- clínicos y no-clínicos; de hecho, los adolescen-
riencia en grupos de Alcohólicos Anónimos (AA) tes del grupo normal obtuvieron puntajes sig-
y Al-Anon; por ejemplo, reconocer como fami- nificativamente más altos en cuanto a cohe-
liar que se está en dificultades frente a las bebi- sión percibida, cohesión ideal y adaptabilidad
das alcohólicas, procurar informarse sobre la ideal, en comparación con los adolescentes del
enfermedad y los recursos comunitarios de grupo clínico.
ayuda, reforzar la determinación del paciente Por último, cabe hacer especial mención
para ser ayudado, estimular al alcohólico para a la necesidad de profundizar este tipo de inves-
que asista a reuniones de AA, no obligarlo a que tigaciones con perspectiva de género, debido a
esté de acuerdo, no regañarlo por su ingesta, que, comúnmente se ha generalizado para las
no intentar descubrir las razones por las que mujeres, tanto las características familiares de
aquél bebe, no buscar que el alcohólico ofrezca pacientes adictos varones como las modalida-
promesas, no sermonearlo, no intelectualizar des de tratamiento desarrolladas con ellos, des-
sobre su forma de beber y alentarlo a buscar la conociéndose así las especificidades propias del
ayuda de especialistas. sector femenino que presenta esta problemáti-
Otro elemento que cobra gran valor es la ca sanitaria. A este respecto, Roig (2000) ha
necesidad de crear una política de investigación planteado como diferencias entre farmacode-
en torno a las familias de los farmacodependien- pendientes varones y mujeres las que se deta-
tes en Costa Rica. Lo anterior, en virtud de que llan en la tabla 2.
el estudio de Sandí, Díaz, Blanco y Murrelle La necesidad de profundización a la que
(1995), con la finalidad de adaptar el Drug Use recién se hizo alusión, cobra sentido funda-
Screening Inventory (DUSI)9, detectó pocos in- mentándose en dos aspectos de suma relevan-
dicadores que permitieran establecer el “área cia; el primero se refiere a los cambios observa-
familiar” del DUSI con un índice de severidad dos en el país, respecto a los patrones de consu-
asociado estadísticamente con el consumo de mo (incremento en el uso de drogas) y la edad
drogas, ante lo cual sugieren mayor investiga- de inicio (niveles cada vez más tempranos) en
ción para aclarar este punto. No obstante, estu- este sector poblacional, así como prevalencias
dios más recientes con población escolar han de vida de consumo para ciertas drogas, mayo-
determinado el consumo en miembros del gru- res que en los varones (Bejarano, 2001; Bejara-
po familiar como un significativo factor de ries- no, Amador y Vargas, 1994; Bejarano, San Lee y
go para el consumo de los niños y las niñas Carvajal, 1999; Molina, Durán, Donas y Rocaba-
(Obando y Sáenz, 2000; Obando y Sáenz, 2001; do, 1999; Obando y Sáenz, 2000; Obando y
Sáenz y Obando, 2000). Sáenz, 2001; Sáenz y Obando, 2000).
Esto permite recomendar para estudios El segundo aspecto se refiere al hallazgo
posteriores la aplicación del FACES III de Olson, de Kilpatrick (cit. por Walker, 1990), quien de-
terminó con una muestra de 2000 mujeres, que
la historia de la violencia doméstica es mucho
9 Cuestionario para el tamizaje del consumo de más significativa que la historia familiar en la
drogas. predicción del abuso de sustancias. En este
40 Mario Alberto Sáenz Rojas

TABLA 2

DIFERENCIAS ESTRUCTURALES DE LAS FAMILIAS DE FARMACODEPENDIENTES


VARONES Y MUJERES

Varones Mujeres

✓ El padre está ausente. ✓ El padre está presente de forma perversa.


✓ El hijo es manejado por la madre. ✓ La madre es descartada o se descarta.
✓ El hijo es el depositario de la melancolía materna. ✓ La hija es la depositaria del manoseo
y la virilidad paternos.
✓ Hay un intento de resolución edípica mediante la muerte ✓ Hay un intento de resolución edípica mediante la
(pacto criminoso). eliminación de la madre.
✓ El pacto perverso da al hijo el lugar de dador universal. ✓ El padre se coloca como dador y la hija como
receptora universal.
✓ El padre se retira como dador de la madre. ✓ La madre es excluida.
✓ El uso de la droga simboliza el manejo omnipotente ✓ Se utilizan las drogas para acceder a la posición fálica.
de la muerte.

Fuente: Roig (2000: 74).

sentido, la historia de violencia doméstica debe largo del tratamiento (Romero, Gómez,
interpretarse como parte de la historia familiar Ramiro y Díaz, 1997: 44-45).
y, esta, no sólo como un conjunto de otros as-
pectos que caracterizan a las familias de adictos Lo anterior pone de manifiesto, la ur-
y que, tradicionalmente, han conformado lo que gente necesidad de efectuar estudios en los
se conoce como factores familiares de riesgo. cuales se considere la historia de abuso sexual
Paralelamente, en el caso de las mujeres infantil, así como de otras formas de violencia
adictas “… La probabilidad de incesto es mu- intrafamiliar, como factores de riesgo para la
cho mayor que lo normal, con estimaciones farmacodependencia en mujeres y, a partir de
que se elevan hasta un 90%”10 (Stanton, Todd allí, diseñar estrategias preventivas y terapéuti-
y colaboradores, 1988: 26); aunado a ello, se ha cas que contemplen esta especificidad.
señalado, al analizar las necesidades de aten-
ción en el ámbito de la salud mental de las mu- Epílogo
jeres farmacodependientes: Vuestros hijos no son vuestros hijos.
Son los hijos y las hijas de la vida,
Interés especial debe prestarse a la histo- deseosa de sí-misma.
ria del abuso físico y sexual. El abuso Son concebidos a través de vosotros
con frecuencia no es explorado en las pero no vienen de vosotros.
historias clínicas de rutina, debido a los Y aunque con vosotros están, no os pertenecen.
profundos sentimientos de vergüenza Podéis darles vuestro amor,
que sienten las mujeres cuando los pade- pero no vuestros pensamientos,
cen, porque la memoria de estos episo- porque ellos tienen sus propios pensamientos.
dios puede estar reprimida o porque el Podéis albergar sus cuerpos, pero no sus almas,
personal de los servicios de salud se sien- porque sus almas moran en la casa del mañana,
te incómodo de explorar estas áreas. Por casa que no podéis visitar ni siquiera en sueños.
lo tanto, es imperativo que existan inte- Podéis esforzaros en ser como ellos,
rrogatorios sutiles al tema del incesto y pero no intentéis hacerlos como vosotros,
del abuso, que puedan explorarse a lo porque la vida no retrocede ni se entretiene
con el ayer...

10 La cursiva es mía. Khalil Gibran (El Profeta).


Aportes sobre la familia del farmacodependiente 41

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Mario Alberto Sáenz Rojas.


masaenz65@yahoo.com

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