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Editorial editado que fue publicado en el diario "El Heraldo" de mayor circulación en la ciudad de Ambato - Ecuador - Sudamérica, acerca de la desinstitucionalización del país y la corrupción generalizada e imperante. Un perfil de los politiqueros actuales.
Editorial editado que fue publicado en el diario "El Heraldo" de mayor circulación en la ciudad de Ambato - Ecuador - Sudamérica, acerca de la desinstitucionalización del país y la corrupción generalizada e imperante. Un perfil de los politiqueros actuales.
Editorial editado que fue publicado en el diario "El Heraldo" de mayor circulación en la ciudad de Ambato - Ecuador - Sudamérica, acerca de la desinstitucionalización del país y la corrupción generalizada e imperante. Un perfil de los politiqueros actuales.
MEDICO ACUPUNTURISTA Doctor en Medicina y Cirugía en la Universidad Central del Ecuador Especialización de dos años de postgrado en la República de China en ACUPUNTURA Y MOXIBUSTIÓN
¡Los más infelices!
Mientras el Programa Mundial de Alimentación reporta que, por cada 15 segundos muere un niño por no tener suficiente para comer en el planeta, la palabra crisis y endeudamiento vuelve a engullir a nuestra población dándonos un saldo escalofriante de corrupción y despilfarro luego de una bonanza dilapidada según las actuales autoridades. ¿Qué tipo de papel protagónico le merece al pueblo, lúcido, honrado y trabajador, que sólo resulta ser un frustrado espectador que ve con impotencia (¡o quizás ni siquiera pueda ver!) irse de las manos el país y sus riquezas en depredadoras y furtivas manos de algunos politiqueros de turno que con egoísmo, vanagloria, con el deseo de obtener fama, popularidad, atención y la aprobación de los demás, con venenosas mentiras de insolentes discursos, con un pobre y precario porvenir político que solo evidencia sus mezquinos intereses personales y grupales (¡quizás por ello eligieron ser politiqueros!), enredados en su mediocridad y en sus errores, carentes de moral y del verdadero sentido de humanidad, compiten a... ¡quien llega a tener más dinero! para ostentar y así tratar de sentir esa palabra que nunca la rozarán siquiera y que se llama felicidad? Sabemos que cuando se trata de controlar a los seres humanos no hay mejor instrumento que las mentiras porque los humanos vivimos según creencias y las creencias pueden ser manipuladas. Para éstos engendros el poder de manipular las creencias es lo único que cuenta. “¡un burro puede fingir ser un caballo, pero tarde o temprano rebuzna!” De todas las personas infelices en el mundo, los más infelices son aquellos que, utilizando como herramienta el cinismo y la mentira hacen de la corrupción algo natural, generando odio, indignación y multiplicando pobreza en quienes observan alucinados e impotentes como van perdiendo sus derechos, libertades y pluralismos. La inestabilidad de los regímenes, la corrompida fragilidad de las instituciones, la sinvergüenza y cleptómana intención del actual politiquero nos hace ver hacia qué confuso y caótico rumbo conducen a nuestros países. Esa delgada línea entre la insensatez de su falso pensamiento político y el ser humano en estado salvaje. Estas latentes amenazas se caracterizan por ofrecer más de lo que pueden dar con tal de mantenerse en el poder y tener fama. Estratégicamente deciden al pueblo y están en una eterna pelea con los políticos opositores. Son políticos que hacen muchas obras públicas (en las épocas de las vacas gordas) de las cuales una mayoría no se “justifican” pero están implicados e involucrados en enriquecimiento ilícito, asociación ilícita, coimas y chanchullos. En base a su estrategia politiquera por ganar votos y simpatía, destruyen, administrativamente hablando, instituciones haciendo que la atención sea deficiente. Son polítiqueros que les apasiona transmitir una imagen de personas impecables desde el punto de vista moral y ético, pero generalmente adoran el dinero de manera muy disimulada y lo obtienen con las relaciones que mantienen con grupos poderosos. Les gusta mucho hablar en público y cuando les hacen una entrevista responden instantáneamente a cualquier pregunta, sin tomar un mínimo de tiempo para pensar. Necesitan constantemente que los admiren y adulen porque “eso les da vida” y si no es así, se tornan muy agresivos y peligrosos para la sociedad. Su ego esta tan deformado que necesitan todo el tiempo ser estimulados mediante homenajes, gratificaciones que engrandezcan su ego. Entran en depresión cuando el nivel adulación decae. Utilizan todos los medios y recursos del estado para mantener su utópica grandiosidad. Se excitan al máximo cuando personalidades de categoría mundial les rinden pleitesía. Tienen un ego tan deformadamente grande que son incapaces de amar porque solo se aman a sí mismos y ahí radica su peligrosidad cuando están al frente de gobernar un país. Pueden endeudar el país que gobiernan con tal de obtener reconocimiento y gratificaciones internacionales. Hacen creer al mundo que son amantes de los pobres y regalan dinero del estado para comprar afecto de la gente y para dar la imagen de bien querido y admirado. Tienen habilidades para encantar, seducir y manipular a las multitudes y tienen personalidad que agrada mucho a los niveles de los estratos bajos de la sociedad. Se aman tanto a sí mismos que son incapaces de ver la realidad que les rodea lo cual trae trastornos sociales y estructurales descomunales. Son sociópatas que no permiten la libertad de expresión y cierran todos los medios de comunicación social. El estado es el único que puede opinar. Hacen lo posible e imposible para cambiar la historia del país y reeditarla según sus gustos y propensiones ideológicas. Los países que tienen la mala fortuna de tener como gobernantes a estos abyectos seres, están condenados a futuras crisis, malestares sociales y económicos; sin embargo, el entorno burocrático del sociópata se enriquece de manera grotesca y se convierten en mega millonarios de un día para otro con la anuencia de los poderosos países donde acumulan sus fortunas. Son los que el mal lo hacen muy bien y el bien lo hacen muy mal. ¿Cómo es posible que elijamos a personas que no tengan estudios superiores, nociones de realidad nacional, de diplomacia, con profesiones útiles y necesarias? Que nuestras Presidencias, Asambleas Alcaldías, Prefecturas y demás cargos se infeste de oportunistas que, muchas veces por no tener trabajo, ni oficio ni benéfico, se dedican a buscar sus espacios para tener poder y “sacar tajada” …Es esa extraña ecuación en la que gane quien gane, del disfraz que sea, del color que sea, gire a dónde gire el timón, nosotros, los que trabajamos previo a largos esfuerzos, sacrificios, emprendimientos y proyectos, pagamos la cuenta. Este puñado de “vivísimos” son el resultado de un sistema en el que los menos aptos para liderar son elegidos por los menos capaces de producir y en el que aquellos miembros de la sociedad menos capaces de sustentarse a sí mismos o de triunfar, cómodos y ociosos, son recompensados con bienes y servicios procedentes de la riqueza que le ha sido sangrada y usurpada a un número cada vez menor de productores y progresistas, como que trabajar arduamente es un delito. Es decir, casi un verdadero arte de obtener dinero del que produce y el voto del pobre con el pretexto de proteger a los unos de los otros, sacando provecho de estos dos en beneficio individual o grupal. Querer que el pueblo incauto se dé cuenta de su lengua mentirosa y su cínica máscara de redentor para sacar provecho personal es como querer detener el corazón voluntariamente. Quizás nunca leyeron este pensamiento anónimo: “No digas Padre, si cada día no te portas como su hijo, no digas nuestro, si vives aislado en tu egoísmo, no digas que estás en los cielos, si sólo piensas en las cosas de la Tierra, no digas santificado sea tu nombre, si no lo bendices ni lo honras, no digas venga a nosotros tu reino, si lo confundes con el éxito material, no digas hágase tu voluntad, si no la aceptas cuando es dolorosa, no digas danos hoy nuestro pan, si no te preocupas por la gente con hambre, sin educación, sin vivienda, sin ropa, sin amor, no digas perdona nuestras ofensas, si con cinismo y sinvergüencería ofendes con tu descarado asalto a los dineros de todos, no digas no nos dejes caer en tentación, si deseas continuar con tus protervas intenciones de enriquecerte robando al prójimo, no digas líbranos del mal si no combates la injusticia y la violencia que causas, no digas amen si sólo repites como loro la oración y no la vives”.