Vous êtes sur la page 1sur 5

El homosexualismo como reforma a la moral tradicional conservadora

Émile Durkheim, en su obra De la división del trabajo social, le atribuye a la moral la

característica de ser un hecho social. Esto se fundamenta en un concepto histórico donde

la moral se convierte en una función temporal en la vida de los hombres; en otras palabras,

la moral, cambia de acuerdo a las condiciones sociales presentes. En el caso de la

homosexualidad, esta no se considera parte de los parámetros moral y socialmente

establecidos pues, violenta las reglas de convivencia determinadas. Para Durkheim moral

era todo acto que engloba a la solidaridad y que obligaba al individuo a contar con su

prójimo, mientras más numeroso era el grupo más fuertes son los lazos y la moralidad se

convierte mucho más sólida. El Ecuador no fue ni ha sido la excepción debido a la fuerte

absorción occidental en todas las áreas de su desarrollo incluyendo el ámbito moral. Por

lo que el objetivo de este ensayo es analizar ¿cuál era la función de la prohibición del

homosexualismo en el Ecuador tradicional y por qué en la actualidad ha sido posible su

despenalización?

Desde el punto de vista sociológico durkheimniano, la moral es un conjunto de

deberes que convierten al hombre en un ente moral siempre y cuando este se encuentre

dentro de la sociedad. “Los hechos morales son fenómenos como otros; consisten en

reglas de acción que se reconocen en ciertos caracteres distintivos” (Durkheim, 1973,

pág. 33). La moral en cualquiera de sus aspectos solo se considera válida porque a su

alrededor existe un colectivo que la respalde y, solo varía en función a las condiciones

del mismo colectivo. Por lo tanto, los deberes morales de los seres humanos con ellos

mismos, son en realidad deberes con todo el colectivo al que pertenecen. Ahora bien, la

vida en sociedad no puede extenderse en un plano más amplio sin que el derecho siga a
la par con esta y en la misma correlación. Pero, también es válido que una relación de

moralidad avance sin el aspecto jurídico pues, estas normas no están tan bien arraigadas

y no llegan a tal punto de consolidación en la sociedad como lo está la moral por si sola.

Esto no quiere decir que se descalifiquen, simplemente representan una pequeña porción

de la vida del individuo. Sin embargo, puede darse el caso de que las costumbres no

compaginen con los derechos; en estas circunstancias se consolidan o se descalifican. El

derecho trascribe todas las costumbres que son esenciales en la solidaridad social. “El

derecho y la moral son el conjunto de lazos que nos unen unos a otros y a la sociedad que

hacen de la masa de individuos un agregado único y coherente”. (Durkheim, 1973, pág.

338)

Los hechos morales son reglas que se reconocen en el colectivo, además de que

brindan la oportunidad de buscar leyes que pretenden explicarlas; a esto se le denomina

ciencia de la moral. Pero, como estos hechos están tan ligados a nosotros son casi

imperceptibles, se han vuelto abstractos y generan la impresión de ser iguales en todas las

sociedades. Los hechos sociales varían de acuerdo a la sociedad y al contexto histórico

en el que se desarrollan, no en todo tipo de sociedades la moral se refleja del mismo modo

y se aplica de igual manera. “No es que nuestros espíritus se hayan abierto a verdades que

no conocían, sino que se produjeron cambios en la estructura de las sociedades, los que

hicieron necesario este cambio en las costumbres”. (Durkheim, 1973, pág. 34). La ciencia

de la moral así como en otros lugares deja en libertad el espíritu.

Hasta el año 1997 según el Art. 516 del código penal, en Ecuador la

homosexualidad era considerada un delito; alegando lo siguiente: “En los casos de

homosexualismo, que no constituyan violación, los dos correos serán reprimidos con

reclusión mayor de cuatro a ocho años”. En el mismo año, mes de septiembre, en Azuay

se desata una revuelta a causa de la detención masiva de homosexuales que, viéndose


profundamente afectados y violentados presentan en el Tribunal Constitucional una

prórroga en contra del artículo mencionado. Quienes se encontraban en contra de la

suspensión de este artículo eran personas heterosexuales fervientemente creyentes que

tachaban de “inmoral” a la preferencia sexual distinta a la enseñada por la iglesia. En el

Ecuador tradicional el núcleo de la familia fuertemente influenciado por los parámetros

religiosos constituía una moral diferente a como la conocemos ahora. La penalización de

la homosexualidad generó restricciones y privaciones en cuestión de derechos humanos

a quienes practicaban el ejercicio contrario a la heterosexualidad.

La homosexualidad no es delito ni enfermedad, como hasta hace poco muchos

ecuatorianos lo consideraron. El simple hecho de ser el grupo minoritario les excluye, les

inferioriza y oprime. Ser homosexual (moralmente hablando) se sale de las normas

establecidas y que el colectivo pide que sigamos por lo que, como se ha mencionado antes

mientras más partidarios tenga cierta norma moral más fuertes son los lazos y esta moral

es mucho más concisa. Este concepto estuvo muy bien arraigado hasta poco antes de

finales de los 90 en el Ecuador donde, el grupo de partidarios mayoritario y moralmente

correcto fueron los ecuatorianos católicos con familias heterosexuales; ahora bien, como

también ha sido mencionado, la moral cambia de acuerdo a la situación social presente y

a la función que cumpla dentro de la sociedad. Después de la revuelta en Azuay y a la

despenalización de la homosexualidad en noviembre del 97 en el país estos grupos

socialmente minoritarios empezaron a tomar más fuerza y a obtener más simpatizantes

pues, ya no existía ley alguna que prohibiese la libertad de pensamiento con respecto a

los gustos. Desde ese momento el movimiento LGBTI empezó a tener cabida en la

sociedad ecuatoriana cambiando de a poco el concepto de moral antes determinada.

Actualmente, en el Ecuador la homosexualidad, aunque todavía se considera un

tema tabú podría decirse que es aceptada, ya no existen normas jurídicas que prohíban
esta voluntaria orientación sexual, sin embargo, la fuerte cohesión social que todavía está

presente en el país con respecto a la religión no permite dar paso a que la homosexualidad

sea considerada parte del grupo mayoritario. La función de la prohibición de la

homosexualidad, se puede decir entonces que pretendía, bajo la exigente moralidad que

se manejaba, mantener el grupo social predominante, cohesionado. Se procuraba que los

lazos se mantengan sólidos, sin embargo, actualmente ha sido posible su despenalización

gracias a las cambiantes necesidades de los seres humanos. La libertad religiosa que en

la actualidad es posible, ha debilitado de una u otra forma la cohesión tan fuertemente

marcada con respecto a las normas jurídicas otorgadas por el colectivo anterior, dando

paso a cambios en las condiciones sociales presentes y estableciendo nuevas condiciones

morales que se acomodan a las necesidades de cada individuo.

Referencias

Salgado, J. (2004). Despenalización de la homosexualidad. Aportes Andinos. 1(11), p. 1.


Recuperado de:
http://www.uasb.edu.ec/documents/62017/1868625/An%C3%A1lisis+de+la+int
erpretaci%C3%B3n+de+inconstitucionalidad+de+la+penalizaci%C3%B3n+de+l
a+homosexualidad+en+el+Ecuador+-+Judith+Salgado/27f59b83-cf5e-4857-
aedb-2dc83862bdd0

Durkheim, E. (1973). De la división de trabajo social. En E. Durkheim, De la


división del trabajo social. Uruguay: Schapire

Vous aimerez peut-être aussi