Académique Documents
Professionnel Documents
Culture Documents
ACTIVIDAD
Es importante que de acuerdo con la edad del niño los padres puedan tomarse el tiempo
para explicarle en forma breve pero clara el porqué de la sanción. De ese modo podrá ir
comprendiendo el motivo e incorporando las reglas. Los argumentos deben ser simples y
breves, un sermón extenso sólo aburrirá al niño.
Evitar conductas pasivas. Quien “deja pasar”, no educa. Son aquellos padres que
no hacen nada cuando la norma se cumple o se incumple por creer que, si se es
fuerte con el niño, puede afectarlo psicológica o emocionalmente. Parten de la idea
fundamental de que el niño sabe cómo comportarse porque ya se le ha dicho, y
entonces, él decide cómo hacerlo. Consecuencias: los niños pueden sentir que no
son suficientemente queridos, lo que puede manifestarse luego en indiferencia
emocional.
Evitar la sobreprotección: no se trata de exceso de afecto, sino de confundir el afecto
con hacer las cosas por los hijos impidiéndoles de esta manera, enfrentar los
problemas o las responsabilidades. También aparece tal actitud cuando se
manifiesta afecto en forma incongruente con la situación (ej. Cuando el niño se
comporta groseramente o no ha cumplido con sus responsabilidades).
Consecuencia: los niños/as se vuelven temerosos de que algo malo suceda y
pueden entender el mensaje como que, ellos no son capaces y que necesitan
depender de alguien para hacer las cosas bien.
En familia el niño debe aprender hábitos sanos de convivencia con los demás, y la
autodisciplina necesaria para lograr lo que se propongan.
Ser claros: tanto al establecer límites como al consensuar normas, porque si no
somos muy específicos, queda como un vacío en el que el niño tendrá libertad de
elección. Además, como ya sabemos, cuanto más claras, estables y concisas sean
las instrucciones, mejor recepción tendrán en los niños.
Estables y consensuados: los padres deben seguir la misma dirección y estar de
acuerdo en las normas y límites impuestos; no puede ser que el padre opine una
cosa y la madre otra, porque entonces el niño no acatará una norma, sino que se
inclinará por la que más le convenga.
Explica el porqué. Cuando un niño entiende el motivo de una regla como una forma
de prevenir situaciones peligrosas para sí mismo y para otros, se sentirá más
animado a obedecerla. De este modo, lo mejor cuando se aplica un límite, es
explicar al niño porqué tiene que obedecer. Entendiendo la razón, los niños pueden
desarrollar valores internos de conducta o comportamiento y crear su propia
conciencia. Antes de dar una larga explicación que puede distraer a los niños,
manifiesta la razón en pocas palabras. Por ejemplo: "No muerdas a las personas.
Eso les hará daño"; "Si tiras los juguetes de otros niños, ellos se sentirán tristes
porque les gustaría jugar aún con ellos".
1. Normas progresivas. Se trata de evitar dar todas las normas de golpe y en la misma
sesión lectiva. Si das todas las normas en una misma sesión, estas suelen quedar muy
diluidas y al alumno le cuesta retenerlas.
3. Menos, es más. En función de la edad de tus alumnos, el número de normas debería ser
distinto. Según la edad se podría optar por 3, 5 ó 10 normas de clase. En este sentido creo
que las normas de clase nunca deberían ser más de 10. Y si me apuras, creo que el número
5 sería un número excelente.
4. De la teoría a la práctica. En muchas ocasiones se piensa que con enunciar una norma
de clase esta norma ya queda fijada en el grupo de alumnos. Desgraciadamente, esto no
suele ocurrir. De nada sirve explicar las normas de clase. Las normas de clase no se
explican. Las normas de clase deben enseñarse y la mejor manera de hacerlo es a través
de la puesta en práctica, es decir, dar a conocer casos prácticos en los que los alumnos se
puedan sentir identificados. Sería bueno que fueran los alumnos los que explicaran casos
prácticos que conozcan.
5. Me puede pasar a mí. El alumno hará suya una norma si es consciente de que esa norma
de clase le puede afectar directamente a él en algún momento del curso escolar. ¿Qué
significa esto? Que debes intentar que el alumno interiorice esa norma y se la haga suya.
6. De la palabra al texto. Para fijar una norma de clase no es suficiente con enunciarla en
voz alta. Por tanto, de lo que se trata es de fijar dichas normas de clase por escrito. Una
actividad que funciona realmente bien es colocar a los alumnos en grupos y que cada grupo
trabaje con una norma determinada. Dicho trabajo podría ser un collage, una norma
dibujada de una situación determinada, etc. Una vez trabajadas estas normas, cada grupo
a través de un portavoz la explicaría al resto de sus compañeros. Finalmente, se podrían
colgar en las paredes del aula.
7. Acción y reacción. Otro aspecto que me gustaría destacar a la hora de dar a conocer las
normas de clase tiene que ver con las consecuencias de no cumplir con dichas normas. De
nada sirve enseñar una norma si el alumno desconoce cuál es la consecuencia de
incumplirla. En este sentido, hay que ser muy claro porque cada derecho implica en cierto
modo un determinado deber.
8. Las normas y sus circunstancias. Es importante hacer ver a los alumnos que el
cumplimiento de una norma va en consonancia a las circunstancias que pueden rodear
dicha norma, circunstancias que tienen que ver con la edad, el grupo, la materia, el entorno
escolar, etc. De ahí que sea realmente útil hacer supuestos con el grupo y ver los posibles
matices que toda norma encierra.
9. Las normas también se hacen mayores. Otro aspecto que me gustaría destacar es que
las normas no deberían ser algo que se enseña solamente a principio de curso y quedan
como algo inamovible. Las normas deben ser algo vivo y deberían estar sujetas a los
cambios que se producen por determinadas circunstancias. Esto quiere decir que se
deberían poder eliminar, incorporar, matizar y cambiar su orden importancia.
10. La finalidad de una norma. He querido acabar estos consejos u orientaciones acerca de
las normas de clase haciendo hincapié en la importancia de no sólo enseñar una norma,
sino de transmitir a los alumnos qué finalidad tienen cada una de las normas trabajadas en
el aula. Entonces, ¿para qué sirve una norma? Una norma debería ayudar a un alumno a
crecer en su desarrollo personal, a asumir determinadas responsabilidades y a tomar las
mejores decisiones.