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La política como formación permanente en la sociedad

Bien sabido que jurídicamente no se puede exigir a un representante político una preparación
determinada por el principio del sufragio universal, y tomando como ejemplo las constituciones
españolas en el artículo 23:

1. Los ciudadanos tienen el derecho a participar en los asuntos públicos, directamente o por
medio de representantes, libremente elegidos en elecciones periódicas por sufragio universal.

2. Asimismo, tienen derecho a acceder en condiciones de igualdad a las funciones y cargos


públicos, con los requisitos que señalen las leyes.

Pero ¿no sería obvio que todos queramos un representante preparado para liderar los asuntos
políticos en una Democracia Representativa de un Estado de Derecho? Una grande mayoría de
ciudadanos de inmediato diría sí, otros tantos divergirían con el miedo de la manipulación persuasiva
por su falta de adecuada instrucción personal. ¿Por qué sería difícil responder una pregunta tan
espinosa? Simplemente porque actualmente se minan las garantías del principio del sufragio libre en
las actuales democracias, sobre todo iberoamericanas, que hay una ascendencia del sufragio universal
y los partidos de masas, que al final son los que guían el proceso electoral. Acá está un peligro de que
tanto los ciudadanos más preparados civilmente, cuanto los menos confían en un grupo de
representantes con una filosofía, propuestas y acciones específicas que pueden llevar a la polarización
de la democracia, un grande riesgo para su propia calidad democrática.

Garantizar el sufragio libre es materia obligatoria y exigente del Estado de Derecho. Y la


libertad va muy a la mano de la conciencia civil, porque es donde se reconoce los limites individuales,
derechos y deberes. Promover la conciencia civil es materia educativa obligatoria para que el
principio de libre sufragio tome su dimensión amplia y no reducida. Cada ciudadano debe fungir
como un ser político, y acceder al sufragio universal pasivo no sería impedido por una exigencia de
preparación determinada en sentido estricto, porque naturalmente los ciudadanos de un determinado
Estado de Derecho ya han recibido las instrucciones mínimas y necesarias para vivir en una sociedad.

Hoy se observa una tendencia al desinterés político, como bien destaca Martín-Retortillo, en
Estado de Derecho y Elecciones Libres: “Quizá a alguien le podría parecer menor el interés por los
asuntos electorales, a veces tan minuciosos y aparentemente insignificantes, como alejados de los
grandes problemas que hoy preocupan en cada Estado o en el mundo de interrelaciones en que
vivimos…deber de testimoniar lo que representa la ‘cultura de los derechos humanos’” (Estado
Democrático y Elecciones Libres: cuestiones fundamentales de Derecho Electoral, p. 22-23). La
deliberación en el sufragio libre ha de tener como base un mínimo de conocimientos cívicos, que
ofrecen materia de discernimiento para evaluar si los candidatos a representantes políticos están aptos
para el servicio público o no, independiente de una preparación determinada. Hoy más que nunca Sí
se exige una preparación adecuada para cada ciudadano en la educación cívica, y esa es una
responsabilidad primordial del Estado, según marcan las Constituciones de cada país y los principios
de los Derechos Humanos (art.26.2, Declaración Universal de los Derechos Humanos).

P.S. Nada más quisiera mencionar la excelencia y enriquecimiento de las aportaciones de mis
compañeros de curso, y a modo selectivo comparto la conclusiones de Juan Felipe sobre la vocación
política, sin desconsiderar que el hombre cívico está llamado al servicio, y debe llevar la política
dentro; y la de Maria Sol sobre la responsabilidad u obligación moral que si impone a los partidos,
podría ser de iniciativa a una reforma política en determinadas naciones que podría asegurar
elementos de conciencia democrática sea en los militantes del partido sean en sus candidatos
representativos.

Les comparto este interesante artículo de Luis María Cifuentes Pérez, sobre Educación para la
Ciudadanía y los Derechos Humanos que hace hincapié a la responsabilidad del Estado en la
educación cívica de un Estado Democrático:
https://elpais.com/diario/2006/09/18/educacion/1158530407_850215.html

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