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Heroína: qué es, efectos y consecuencias de su consumo

¿Qué es la heroína?

La heroína es una sustancia psicoactiva de la familia de los opiáceos que ha sido utilizada históricamente como tratamiento
medicinal. Por otro lado, los efectos recreativos de esta droga son conocidos por la civilización humana desde hace milenios, y ha
sido a lo largo del tiempo una de las drogas más consumidas en todo el mundo.

Las nomenclaturas “opiáceo” u “opioide” hacen referencia al hecho de que la heroína es un derivado del opio, sustancia extraída
de la amapola. La amapola o adormidera es una plata segrega un líquido contenido dentro de su fruto en estado de inmadurez
que puede extraerse manualmente; esta savia es la sustancia utilizada en la elaboración del opio y de los derivados del mismo.

La heroína puede ser administrada al organismo por vía intravenosa pero también puede ser inhalada, esnifada o fumada. El hecho
de que pueda consumirse de tantas formas y mezclada con otras drogas la hace una sustancia muy popular y consumida por una
cantidad considerable de personas.

Los mayores cultivos de este tipo de planta se encuentran en Afganistán y en Birmania y su comercio es ilegal actualmente,
formando parte de una de las mayores redes internacionales de narcotráfico junto con otras drogas como la cocaína o la
marihuana.

En la actualidad han aumentado los cultivos de amapola en Afganistán, hecho que ha propiciado un incremento en el consumo de
heroína tanto en Europa como en Estados Unidos a causa de la mayor disponibilidad.

Historia de esta droga

La heroína es una droga que ha sido consumida desde los albores de la civilización humana. Encontramos pruebas de su consumo
en la cultura mesopotámica alrededor de 5000 años antes de Cristo y un comercio prácticamente constante de esta droga hasta
la expansión del cristianismo, cuando el consumo de estupefacientes empieza a censurarse.

Durante los siglos XVIII y XIX el consumo y comercio de heroína aumentan rápidamente por todo el mundo hasta las guerras del
opio libradas a partir del primer tercio del XIX. Desde finales del XIX hasta principios del siglo XX la heroína fue un producto utilizado
de manera habitual por sus propiedades analgésicas que llegó a venderse en las farmacias.

El verdadero auge del consumo y comercio de esta droga lo encontramos a partir de la segunda mitad del siglo XX, momento en
el que el consumo se dispara, sobre todo en Occidente, y causa miles de muertes en los años 70 y 80 principalmente en países
como España, Italia, Estados Unidos y Alemania occidental.

El consumo de heroína ha experimentado un nuevo auge en los últimos diez años y en la actualidad las muertes por sobredosis de
esta droga están convirtiéndose en una epidemia en países como Estados Unidos.

Efectos y consecuencias de su consumo

Podemos clasificar los efectos de la heroína desde dos puntos de vista: por un lado, los efectos generales, que pueden ser a corto
y a largo plazo; y por el otro los efectos desde el punto de vista de la afectación del sistema nervioso.

Efectos generales en el organismo

Los efectos que experimenta el consumidor de heroína pueden ser a corto o a largo plazo. A continuación, destacamos las
características de cada uno de estos grupos.

Efectos a corto plazo

Al consumir heroína la persona siente una sensación agradable muy intensa que invade todo el cuerpo, también conocida como
“rush”. Al ser una droga que va directamente al cerebro, la heroína es una sustancia altamente adictiva, y sus efectos dependen
de la cantidad administrada al organismo.

Los efectos experimentados a corto plazo una vez consumida la heroína suelen ser una sensación de bienestar general,
somnolencia durante varias horas, dificultades en las funciones cognitivas, disminución del ritmo cardíaco y del respiratorio.

Consecuencias a largo plazo

Entre los principales efectos a largo plazo del consumo de heroína encontramos su elevado grado de tolerancia, la adicción a la
misma y el síndrome de abstinencia relacionado con esa adicción.

La heroína es una droga que presenta un alto grado de tolerancia, lo que significa que el consumidor necesita cada vez dosis más
altas para experimentar las mismas sensaciones de alteración.

El síndrome de abstinencia de la heroína es el conjunto de síntomas que experimenta el adicto en ausencia de la droga; algunos
de los síntomas pueden ser temblores, sudores fríos, inquietud, insomnio, irritabilidad y dolor en huesos y músculos.

Efectos en el sistema nervioso

Al ser una droga que afecta directamente al cerebro, la heroína provoca una serie de afectaciones observables en el sistema
nervioso central y en el periférico. A continuación las detallamos.
En el sistema nervioso central

Los efectos principales de la heroína en el sistema nervioso central son la analgesia (es decir, la supresión de la sensación de todo
tipo de dolor que la persona pueda estar experimentando), la inhibición de la tos y del vómito, la miosis (disminución del tamaño
de la pupila) y la euforia, entre otros.

En el sistema nervioso periférico

Los efectos más habituales en el sistema nervioso periférico incluyen los broncoespasmos, los vómitos y las náuseas, la sequedad
de boca, nariz y ojos y la reducción de la temperatura corporal.

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