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Trabajo de Investigación del Máster en Historia Económica

(UB-UAB-UZ)

CAUSAS ECONÓMICO-INSTITUCIONALES DEL CRECIMIENTO DE LA MINERÍA DEL


COBRE, DE LA DEFORESTACIÓN Y EL DECLIVE DE LA INDUSTRIA. PROVINCIA DE
COQUIMBO. 1831-1895

Autor: Montserrat Pacull

Dirección: Pilar Erdozain

Barcelona, Septiembre 2013


ABSTRACT

The copper industry has been the backbone of the Chilean economy since the nineteenth century.
The intensity of the tasks in the first period of expansion (1835-1880) led to the deforestation of
the region and did not produce the desired development, despite the abundant mineral resources
of the region. This was due to the perpetuation of colonial-era laws, that favored mining and
responding to an era of organic energy, but in this period had to respond to a growing demand
generated by fossil fuels. In the process of transformation of the institutions shall be subject the
interests of the domestic industry to foreign investors, while establishing a centralized regime that
extracted resources from distant regions of the country to be invested in central and pay off the
debt.

Key Words

Copper Mining, Woods, Deforestation, Environment, Development

RESUMEN

La industria del cobre ha sido la columna vertebral de la economía chilena desde el siglo XIX. La
intensidad de las faenas en el primer período de expansión (1835-1880) generó la deforestación
de la región y no produjeron el desarrollo anhelado, a pesar de las abundantes riquezas minerales
que allí había. Esto se debió a la perpetuación de leyes de la época colonial, que privilegiaban la
minería y que respondían a una era de energías orgánicas, pero que en este periodo debían
responder a una demanda creciente generada por las energías fósiles. En el proceso de
transformación de dicha institucionalidad se supeditarán los intereses de la industria nacional a los
de los inversionistas extranjeros, al mismo tiempo que se establecía un régimen centralista que
extraía recursos de las regiones lejanas del país para ser invertidos en la zona central y para saldar
la deuda pública.

PALABRAS CLAVE

Minería del cobre, Bosques, Deforestación, Medio Ambiente, Desarrollo.

1
1.- INTRODUCCION

La minería del cobre ha sido la columna vertebral de la economía chilena desde los
inicios de su historia independiente y una de sus mayores fuentes de ingresos fiscales. La
existencia de abundante mineral de cobre y su pureza ha generado importantes ventajas
comparativas para la industria minera, transformándola en el principal sector exportador y
constituyendo el puntal permanente del presupuesto público debido al alto nivel de
rentas que genera.

La zona del Norte Chico, formada por las actuales regiones de Coquimbo y Atacama
que eran el límite septentrional del territorio chileno hasta la Guerra del Pacífico de 1879 –
que anexó las regiones bolivianas y peruanas que poseían las riquezas salitreras y del
guano -, fue el principal territorio productor de cobre del país hasta el siglo XVIII y
representó un porcentaje superior al 70% en la producción del metal rojo en casi todo el
siglo XIX, los años de auge cuprífero. La provincia de Atacama explotaba el cobre y la plata,
destacándose la mina de plata Chañarcillo, mientras que las minas de cobre de Tamaya,
ubicadas en el departamento de Ovalle, provincia de Coquimbo, eran líderes en la
producción de cobre.

La organización del Estado luego de la independencia no estuvo exenta de


dificultades. Como resultado del enfrentamiento de pipiolos y pelucones1, se promulgaron
seis constituciones2, hasta 1831, cuando se establecen, por los tres decenios siguientes,
gobiernos conservadores y se promulga la constitución de 1833, la que regirá al estado de
Chile hasta 1925 perpetuando el centralismo de la época colonial y el predominio de
grandes haciendas al mismo tiempo que mantendrá los privilegios de la minería por sobre
las demás actividades. Las “Reales ordenanzas para la dirección rejimen i gobierno del
importante cuerpo de la minería en la nueva España” puestas en práctica en Chile en 1787,

1
“Pipiolos” constituían la facción liberal y reformista en el inicio de la república, y “pelucones” era la facción
más conservadora. Ambas estarán en pugna hasta la revolución de 1891

2
Seis constituciones se redactaron entre 1818 y 1833. La de 1818; 1822; 1823; 1826; 1828 y 1833. La
Constitución de 1828, llamada “Constitución Liberal” es reemplazada por la constitución conservadora de
1833.

2
son revalidadas por el gobierno conservador del Chile independiente en 1833 y regirán el
destino de la minería nacional hasta la creación del primer Código Minero en 1874. Este
ordenamiento minero mantenía pequeñas explotaciones mineras y proveía a la minería de
los insumos necesarios como agua y leña, aunque estos se encontrasen en propiedad
privada.

La máquina a vapor constituyó la cimiente de la I globalización, profundizando el


libre comercio entre las naciones. Inglaterra, quien fuera propulsora del libre comercio, fue
el primer productor de cobre entre 1841-1850 con un 35% de las exportaciones3, y sus
fundiciones, como la de Swansea, generaron avances técnicos que pronto llegaron a Chile.

En Chile, el libre comercio se decreta en 1813, permitiendo y fomentando el


intercambio recíproco entre los puertos de naciones amigas. La gran demanda de los
países europeos generó un gran crecimiento económico durante el siglo XIX, y propició la
expansión de la industria del cobre del siglo XIX, principalmente en la zona del Norte
Chico. Ya para la mitad del siglo, según los relatos de contemporáneos, “la industria
minera es a la vez el consumidor más importante de los productos de la agricultura i el
manantial de la exportación…”4

En Chile se pueden distinguir tres períodos de expansión minera de cobre, 1835-


1880; 1910-1945 y 1990-hasta hoy. Estos ciclos están marcados por ciclos de gran
aumento de la producción y de participación en los mercados mundiales. Este trabajo se
centra en el estudio del primer ciclo de auge, por ser base del primer periodo de
expansión económica en el Chile independiente, pasando de una producción de cobre
dedicada al consumo doméstico de 3.031 TM que representan un 9.13% de la producción
mundial en 1835 a 48.778 TM y 43.4% de la producción mundial de cobre en 1872,
convirtiéndose así en el primer productor de cobre del mundo hasta 1880, cuando la

3
Tapia Diaz, G. (2008), Guayacán, Patrimonio del Cobre, pág. 61

4
Pissis, Amado (1857), Consideraciones sobre el estado actual de la industria minera en Chile, Revista de
Ciencias i Letras, Tomo 1, núm. 1. pág. 589.

3
producción había disminuido a 39.579 TM representando el 25,7% del total del cobre
producido en el planeta.

Este crecimiento significó para Chile un acelerado crecimiento económico,


generando importantes ingresos para las arcas fiscales, el desarrollo de las ciudades del
centro del país - Santiago y Valparaíso - y le permitió integrarse a los mercados
internacionales.

No obstante, el centralismo de la organización nacional, la intensidad de las faenas


y el establecimiento de un modelo primario exportador, provocaron la deforestación de la
región, dañando la capa vegetal y constituyendo una causa importante del proceso de
desertificación. El nivel de riquezas extraídas, harían suponer un desarrollo importante de
la región, pero el Norte Chico es una zona de extrema pobreza y en claro proceso de
desertificación5, hasta la actualidad.

Este trabajo pretende describir la matriz institucional minera y las consecuencias de


las políticas centralistas para el primer período de expansión del cobre y de transición al
capitalismo, como causa principal de la deforestación de la provincia de Coquimbo y del
escaso desarrollo local.

Los análisis historiográficos sobre el impacto de la minería en el crecimiento


nacional concuerdan en el gran crecimiento de la industria minera en el siglo XIX, el que
generó un aumento en la actividad comercial con las metrópolis. Pinto y Ortega (1990)
consideran que la industrialización del sector minero, contrariamente a lo que sugerían los
modelos clásicos de desarrollo, no condujo automáticamente a la modernización cabal de
una economía y que se observan insuficiencias en el desarrollo industrial y en la incidencia
del predominio minero para constituirse en motor de crecimiento autónomo y
autosostenido6. La razón de ello la podemos encontrar en el trabajo de Venegas (2010)
quien les otorga una cuota de responsabilidad a los actores regionales en el declive del

5
Fuentes, Eduardo y Hajek Ernst, “Interacciones Hombre-Clima en la desertificación del Norte Chico
Chileno”, Revista Ciencia e Investigación Agraria Vol. 5, N° 3. pág. 138
6
Pinto, Julio y Ortega, Luis (1990), Expansión minera y desarrollo industrial. 1850-1914. pág. Vii

4
crecimiento de la región, sin desconocer el carácter centralista del Estado y el olvido en
que quedaron las regiones7.

Cariola y Sunkel (1982), más centrados en explicar los impactos de la era salitrera,
igualmente consideran que el desarrollo de la minería del cobre debió implicar un efecto
de transformación estructural y la conformación de un poderoso mercado interno, cuyas
necesidades se pudieran satisfacer, al menos en parte desde dentro del país y que el
declive de la minería del cobre tuvo que ver con “el acoso persistente y cada vez más
poderoso de las concepciones e intereses de los grupos liberales”8 y con la influencia
decisiva de las instituciones, orientaciones, sectores sociales y políticos heredados de la
colonia9, los que consideran los autores, se fue atenuando por los grupos dominantes en
ascenso. Es esta herencia colonial, la que Folchi (2006) culpa de la deforestación de la
región del Norte Chico debido a las labores de beneficio del cobre. Considera que esta
legislación no sufrió transformaciones que lograran salvar los bosques del Norte Chico,
debido a los intereses de la industria minera, pero no diferencia qué actores eran los que
influenciaban en el mantenimiento de las leyes de la colonia respecto al denuncio de
bosques10.

Contrario a estos puntos de vista y con una mirada bastante más centralista de la
historia económica chilena, Villalobos (2006) destaca el papel de la burguesía y de las
inversiones extranjeras en el periodo como principal eje del desarrollo chileno, en el que
banqueros, pioneros del ferrocarril y dinámicos industriales del cobre, que sin su presencia
e impacto transformador de sus acciones “habría que imaginar un país de tono rural y
atrasado”11. Esta mirada es justamente la contraria a la de Ortega (2009) quien apunta a

7
Venegas, Hernán (2009) “Carrizal Alto, Las dificultades de una minería tradicional” en Ortega, Luis, Godoy
Milton et. Al. Eds. Sociedad y Minería en el Norte Chico, 1840-1930 Pág. 97-124

8
Cariola, Carmen y Sunkel Osvaldo. (1982) Un siglo de historia económica en chile 1830-1930, pág. 16

9
Ibídem.

10
Folchi, Mauricio (2006) Historia Ambiental de las labores de beneficio de la minería del cobre en Chile,
siglos XIX-XX. Tesis doctoral, pág. 338-342

11
Villalobos, Sergio. (1987). Origen y Ascenso de la burguesía en Chile. pág. 11
5
una matriz minera basada en pequeñas explotaciones con escasa disponibilidad de capital
y supeditadas a los comerciantes y habilitadores como la causa del declive de la industria12
y de las actividades de rent-seeking, lo que además supondría, por el escaso acceso al
carbón extranjero o nacional, un fomento a actividades devastadoras de los bosques
locales.

Los economistas aun no coinciden en las apreciaciones respecto a si la presencia de


abundantes recursos naturales es una bendición o una maldición. José de Gregorio (2009)
si bien los considera una bendición coincide con autores como Sachs y Warner (1995,
1997, 2001) o Mehlum, et. al. (2006) al indicar que la presencia de recursos naturales es
beneficiosa en la medida que existan las instituciones que eviten las actividades de rent-
seeking, exista abundancia de capital humano y acceso al financiamiento13, lo que evitaría
las actividades de extracción de rentas, y otros problemas como el síndrome holandés. Es
decir un país con buenas instituciones, los recursos naturales les permiten crecer más.

12
Ortega, Luis. (2010) “La Minería Del Cobre Del Norte Chico (Tradicional) Y Los Medianos Y Pequeños
Productores En Perspectiva Histórica”, Si Somos Americanos: Revista de Estudios Transfronterizos. Vol. X,
N°2, pág. 41

13
De Gregorio, José. (2009) “El crecimiento en Chile y el cobre” pág. 2-3

6
2.- MARCO TEÓRICO

2.1.- EL PROBLEMA ENERGÉTICO DE LA MINERÍA

Una gran parte de lo que llamamos crecimiento económico ha consistido en la


extensión de la esfera económica sobre los recursos naturales y en su transformación en
una biósfera finita. Esta conversión de bienes naturales en bienes económicos se ha
producido a través de la apropiación indirecta de energía solar fijada en la materia
orgánica y por la desacumulación de stocks de materiales concentrado en la corteza
terrestre14. En el caso de la minería chilena del cobre del siglo XIX se presentan ambas
características, por la tala de bosques para la fundición y por la extracción de minerales de
las zonas montañosas.

El metabolismo entre naturaleza y sociedad comienza cuando los seres humanos


socialmente agrupados se apropian de materiales y energía de la naturaleza como inputs y
finaliza cuando se depositan deshechos como outputs luego de la transformación,
distribución y consumo.

En los procesos de extracción, elaboración y manejo de materiales en gran escala,


la especie humana se ve obligada a movilizar grandes cantidades de tierra y vegetación,
crecientemente superiores a los utilizados, provocando deterioro del medio15.

La extracción de minerales como proceso de apropiación, así como los procesos de


beneficio de éstos, -químicos o pirometalúrgicos- son posibles gracias al uso de energía.
Extraer, machacar, transportar y aislar los metales contenidos en el mineral, requieren del
uso de energía, y el uso de dicha energía es por tanto culpable del impacto ambiental. Esto
tiene su punto cúlmine en el caso de los metales, la ganga y los estériles movilizados
multiplican por 10 el tonelaje de los minerales metálicos comercializados, siendo esta

14
Tello, Enric (2005), La historia cuenta. Del crecimiento económico al desarrollo humano sostenible. Pág.
275

15
Naredo, José Manuel (2006), Raíces económicas del deterioro ecológico y social. Más allá de los dogmas
pág. 51
7
relación muchísimo mayor para el oro y el cobre, “cuya obtención y beneficio comporta
además un manejo masivo de agua, energía… y contaminación”16.

Con respecto a los recursos renovables, como es el caso de la leña, el metabolismo


social es sostenible cuando no explota recursos renovables sobre su ritmo de renovación17.

La civilización industrial, que hizo posible el uso de energía exosomática muy


superior a la ingerida a través de alimentos ha permitido aumentar la extracción y
transporte de materiales, pero al mismo tiempo ha desajustado el funcionamiento de los
ecosistemas, convirtiendo al planeta en una gran mina y al capital mineral en el principal
causante del deterioro ecológico18.

El desajuste que produce por la extracción y beneficio de minerales se profundiza


en la etapa de transición de la energía orgánica a la energía fósil, ya que se responde a una
demanda creciente de materiales producto del uso de energías fósiles a la que se
responde con la intensificación de labores realizadas con energía orgánica. Así, el uso de
los recursos orgánicos de manera indiscriminada lleva a ciertos sistemas, como ocurrió en
el sistema minero de la provincia de Coquimbo, a una devastación de los recursos
orgánicos, en este caso de los recursos arbóreos. En la era orgánica, la minería estaba
limitada por la presencia de energía orgánica para desarrollarse, pero la era industrial y la
extracción de combustibles fósiles permitirá sacar del estrangulamiento que impedía la
expansión minera19.

Sánchez Picón (2001b) establece tres períodos para la historia ambiental española,
las que coinciden mayormente con la entrada de las energías fósiles a la minería chilena:

16
Naredo, José Manuel, Op. Cit. pág. 51-53

17
Tello, Enric , Op. Cit. Pág 274

18
Ib Idem, pág. 53

19
Sánchez Picón, (2001b), “Transición energética y expansión minera en España”, citado en Folchi Mauricio.
(2006), Historia Ambiental de las labores de beneficio en la minería del Cobre en Chile, siglo XIX y XX, tesis
doctoral. pág. 115

8
a) Minería Orgánica (Hasta la década del 20 del siglo XIX) Etapa de fuertes
restricciones territoriales al desarrollo minero. Por lo mismo no se producirán cambios
ambientales importantes.

b) Transición de la minería orgánica (entre 1820 y 1900) Se producen impactos


ambientales a consecuencia de la intensificación de las actividades de extracción y
beneficio: deforestación y calcinaciones al aire libre

c) Minería industrial (desde 1900-1920) Cambio en la escala de las operaciones y de


los impactos ambientales: cicatrices en el paisaje, riesgo por almacenamiento de residuos.

Para el caso chileno, Yañez y Jofré (2009) establecen en la década de 1840 los
primeros indicios de que Chile ha comenzado a abandonar el uso de la biomasa vegetal20,
pero que se responde a la demanda mundial, con el uso de energías vegetales, ya que los
ciclos de expansión o contracción de la actividad minera están asociados a ciclos de mayor
o menor disponibilidad y consumo de energía.

2.2.- EL PROBLEMA INSTITUCIONAL SOBRE EL USO ALTERNATIVO DE LOS


RECURSOS.

En economía podemos distinguir entre los conceptos de crecimiento y desarrollo,


el crecimiento se traduce en uso de energía y materiales21 para la apropiación económica
de materiales, mientras que el desarrollo es el aumento de bienestar para el conjunto de
la población y que se pueda perpetuar en el tiempo. El papel de las instituciones en la
relación que existe entre crecimiento y desarrollo es primordial. Que el crecimiento
conduzca al desarrollo es responsabilidad de las instituciones que regulan las actividades y
la relación de la sociedad con los factores de producción. Las instituciones pueden por
tanto conducir el crecimiento económico sin desarrollo o propiciar las condiciones

20
Yañez C. y Jofré J.,(2009) “Chile durante la primera globalización. Modernización económica y consumo
energético.“ pág. 11

21
Martínez Alier, Joan y Roca, Jordi (2000), Economía Ecológica y Política Ambiental, pág. 55
9
necesarias para que dicho crecimiento se transforme en una mejora de las condiciones de
vida de las generaciones presentes y futuras.

El crecimiento económico que se genera a partir de bienes primarios, como los


mineros, aumentará en la medida que se aumente la perturbación al medio. En presencia
de tierras ricas en minerales, como es el norte chileno, si bien el crecimiento se genera por
un aumento de la demanda y el valor asignado al bien minero, las condiciones
institucionales podrán favorecer la explotación de dicho bien y a la vez regularán la
distribución de la renta que se genere por la explotación del mineral, propiciando, o no, el
desarrollo.

Para escuela institucionalista, el conflicto económico reside principalmente en la


distribución del flujo de la renta y no de los bienes de fondo, y las instituciones referentes
a la propiedad son uno de los instrumentos utilizados para poder racionalizar los flujos de
la renta22.

La razón de ello lo podemos encontrar en las teorías neoinstitucionalistas de


Ronald Coase o Douglas North, al reconocer el papel de los costes de transacción en la
delimitación de derechos de propiedad como la razón de ser de la empresa, el Estado, la
ley y el proceso económico, resaltando la distribución del poder y la riqueza, las que
generan un comportamiento económico individual determinado.

Un problema central de las políticas públicas es la competencia por el uso de suelo,


debido a sus implicancias en el cambio económico. El desarrollo industrial, urbano y
agrícola rivalizan por el uso de los recursos en busca de mayores beneficios y retornos
económicos. Debido al mayor valor que la agricultura de regadío origina y mantiene sobre

22
Georgescou Roegen, Nicholas, (1976) pág. 230-231, citado en Tello, Enric., Op. Cit., pág. 100

10
los suelos, principalmente de los valles aluviales, es que ha sido desplazada por labores
industriales23.

El uso de suelos asignados económicamente a la minería en desmedro de la


agricultura, está lejos de obtener un óptimo social local, debido a que los beneficios de los
recursos utilizados en una región, en el mejor de los casos, deben distribuirse en toda una
nación, y los costes de dicha actividad quedan localizados en el lugar de origen. En el caso
de los recursos naturales renovables, como es el caso de los bosques, el óptimo social de
su explotación se obtiene al equiparase la oferta con la demanda a través de la fijación de
un precio. Si este precio es fijado bajo el óptimo, ambas curvas no pueden equilibrarse,
generando un exceso de demanda, que en presencia de leyes que obliguen a la venta, será
la misma cantidad que se oferte, lo que terminará por agotar el bien, generando un coste
social local.

Para asignar los costos y beneficios que se producen luego de una actividad
intensiva como es la extracción y beneficio del cobre, es que se hace imprescindible la
demarcación de derechos de propiedad y el establecimiento de costes que disuadan las
malas prácticas que los derechos de propiedad no puedan proteger.

Los mercados son más eficientes mientras mejor estén demarcados los derechos
de propiedad24 y se considera que los derechos de propiedad modernos, con claras
delimitaciones de la propiedad, son más eficientes que los derechos de propiedad
tradicionales, debido a que evitan la tragedia de los comunales a través del precio – que
aumenta en la medida que la disponibilidad de los bienes disminuye-. North distingue dos
razones por las cuales el dirigente no establece eficientemente los derechos de
propiedad25. En primer lugar por el poder de ciertos electores poderosos que tengan algún

23
Ciriacy-Wantrup, S., (1995) “La nueva competencia por el suelo y algunas implicaciones para la política
pública”, en Aguilera Klink, Federico, Ed. Economía de los recursos naturales: un enfoque institucional., Pág.
85

24
Federico, Giovanni (2011), Breve historia económica de la agricultura, pág. 92

25
Tello, Enric. Op. Cit, pág. 114

11
dirigente alternativo por tanto pudieran quitarle el apoyo y en segundo lugar es una
restricción derivada de un coste de transacción. Que la implantación de derechos de
propiedad más eficientes tuviese un coste mayor que el ingreso social que resultaría del
mejoramiento de ellos.

Los derechos de propiedad imperfectamente demarcados conllevan a atraer


inversiones de corto plazo que no generan desarrollo en el largo plazo, producen
contaminación, daño ambiental y agotamiento de recursos. Cuando el daño ambiental
tiene un precio, reducirlo siempre debería suponer un ahorro26.

En ciclos expansivos económicamente hablando, para economías basadas en la


extracción de recursos y debido a la intensidad de las faenas y al daño marginal creciente,
es que los impactos medioambientales se hacen más intensos. Por un lado se genera
crecimiento y por otro se van destruyendo las riquezas naturales de una zona,

Para Schumpeter, el avance tecnológico y el papel de los empresarios, tienen un


papel rupturista respecto al crecimiento, pero más bien el cambio tecnológico y sus
implicancias en el crecimiento es un proceso gradual, como indican nuevos estudios que
han considerado que lo que modifica las pautas de consumo y trabajo, no es el cambio
técnico inicial, sino la difusión gradual posterior protagonizada por aquellos “imitadores
oportunistas” que tanto despreció Schumpeter27. El cambio técnico, por tanto, Rosenberg
lo considera un proceso gradual, de continuidad y acumulación28, pero este proceso de
acumulación y de innovación estará regido por las leyes y la fuerza de los poderes que
actúan en una sociedad.

26
Martinez Alier, Joan. y Roca, Jordi., (2000) Economía ecológica y política ambiental, pág. 148

27
Tello, Enric. Op. Cit.. Pág. 114-115

28
Folchi, Mauricio. Op Cit., pág 202

12
3.- LA PROVINCIA DE COQUIMBO, LA DEFORESTACION DE UNA ZONA MINERA
La provincia de Coquimbo fue una de las 8 provincias originarias creadas por las
leyes federales en 1826 y fue dividida con l provincia de Atacama en 1843. Esta nueva
provincia iba de este a oeste desde la cordillera de Los Andes hacia el mar. El límite sur de
la provincia lo marcaba el río Choapa, que la separaba de la provincia de Aconcagua y por
el norte una línea que se iniciaba en la costa en la bahía de Chañaral y llegaba a la
cordillera en el cerro de Los Ratones29.
La geomorfología de la región está marcada por cuatro zonas: La cordillera de Los
Andes, los valles fluviales transversales, la cordillera de la Costa y la franja litoral. Las
zonas montañosas son ricas en minerales que fueron explotados desde tiempos
precolombinos por los pueblos Diaguitas y Molle para la fabricación de herramientas y
alfarería, aunque su actividad principal era la agropastoril. En la época colonial la actividad
minera convivió con la actividad agrícola (principalmente centrada en la producción de
trigo), la que se desarrollaba principalmente en valles y quebradas por las mejores
condiciones de humedad. El beneficio de los minerales de cobre se realizaba con leña,
pero la escala de las explotaciones era mucho menor que las características siglo XIX.

29
Censo Jeneral de la Población de Chile, (1885), pág. 666
13
Figura 3.1

Mapa de Chile y de la Provincia de Coquimbo. Siglo XIX

14
Si bien, en general, es una zona de secano con lluvias escasas, la aridez se hace más
presente en las zonas montañosas. La franja litoral recibe la humedad de la
“camanchaca”30. Los valles fluviales, si bien van perdiendo humedad a medida que van
aumentando de altura, sus tierras eran ricas y poseían una vasta vegetación. Estas
condiciones de humedad y vegetación se van acentuando a medida que se avanza hacia el
sur. Los principales ríos de norte a sur son el río Elqui (o río Coquimbo como era llamado
en esos años), el río Limarí y el río Choapa, los que poseen numerosos afluentes que
nacen en ambas cordilleras. Los abundantes minerales se encuentran en las zonas
montañosas, generalmente rodeados de alguna quebrada que va de camino al océano.

Previo a la época de auge minero, las fuentes documentales no siempre coinciden


en destacar la vastedad de la vegetación de Norte Chico y la provincia de Coquimbo. En un
extremo, encontramos las anotaciones de Eugenio Hostos quien describe la zona a la
fecha de la conquista en 1542, como una región con abundante vegetación y bosques
frondosos en cerros y quebradas la que para 1860 se encontraba con un “tono desértico y
desprovista de todas las riquezas vegetales que antes tuviese”31. Mientras otras fuentes
describen la región de Coquimbo como de clima árido y que no contaba con más que
vegetación arbustiva, como Malaspina o Frazier quien señalaba que a principios del siglo
XVIII, en la bahía de Coquimbo, no había "otra leña que la de algunos matorrales, que solo
sirve para calentar el horno, salvo que uno se interne bien adentro en el valle que esta a
tres leguas del puerto".

Las características climáticas de la región nos llevan a pensar que si bien las zonas
montañosas estaban desprovistas de boques y leñas, las hoyas de los ríos contarían con
vegetación abundante y leñas como las del chañar, algarrobo, espino, arrayanes, carrizal y
cachiyuyo. Los libros de viajes escritos en el siglo XIX describen la devastación de los
bosques de la zona e indican que es producto de la minería. Claudio Gay en relación a

30
La camanchaca es una lluvia fina producto de la evotranspiración marina que se produce diariamente al
caer el sol.

31
Camus, Pablo (2004) “Los bosques y la minería del norte chico, s. XIX. Un mito en la representación del
paisaje chileno”. Revista de Historia, n° 37, vol. 2, pág. 290
15
Coquimbo, sostenía ya en 1838, “los montes casi del todo han desaparecido, los arbustos
son débiles, pequeños [...] parecen presagiar […]un lamentable porvenir”. Ignacio
Domeyko en 1845 señalaba: “Qué triste y mezquina es la vegetación con que se alimentan
los injenios del norte, i con qué prontitud ella desaparece en un espacio inmenso alrededor
de cada horno…”

Los desmontes y quema de bosques y hasta de raíces y cactus para la fundición de


los metales, provocaron un daño importante a la capa vegetal, la que sirve para mantener
el régimen de lluvias, fijar el suelo, mantener el caudal de los ríos y evitar inundaciones.

4.- LA MATRIZ MINERA EN EL ESTABLECIMIENTO DE LA REPÚBLICA. UN SIGLO DE


EVOLUCIÓN. 1787-1874

Las riquezas minerales de las montañas del Norte Chico fueron objeto de deseo de
los conquistadores y de la corona española debido a su riqueza en minerales. La
administración colonial sostuvo un régimen que privilegió la minería frente a otras
actividades por la necesidad de oro y plata para la corona española.
A pesar de la abundancia de minerales que se encontraban en el territorio, y el
amparo institucional que regía para la minería en general, la del cobre apenas se
desarrolló en la época colonial, explotando casi únicamente los yacimientos de oro y plata,
relegándose la minería del cobre al consumo doméstico,
“… a la medianía del siglo antecedente [XVIII], cuando la ganadería y la
labranza, es decir, el charqui i el trigo, pan con valdiviano, eran el sustento
cuotidiano i el caudal sonante de los chilenos, no pasando a la sazón el cobre de ser
una industria puramente doméstica, intermitente i sin espendio mercantil.”32
Los privilegios de la minera sobre las demás actividades se estampan en la
promulgación en 1783 de las “Reales ordenanzas para la dirección rejimen i gobierno del

32
Vicuña Mackenna, Benjamín. (1883), El Libro del Cobre i del Carbón Piedra, pág. 78-79

16
importante cuerpo de la minería en la nueva España”, como parte de las reformas
borbónicas. Éstas cobran vigencia en Chile a partir de 1787.

Luego del proceso de independencia, entre 1810 y 1818, la organización del país no
estuvo exenta de polarización y descontento. A partir del destierro de O’Higgins en 1823,
conservadores y liberales y federalistas lucharon por imponer su punto de vista sobre la
organización nacional. En 1831, el triunfo de las ideas conservadoras marcó el inicio de
tres décadas de gobiernos conservadores, en la que se establecieron las bases en que el
país se formaría. Se promulgó una nueva constitución en 1833, la que vino a reemplazar la
constitución liberal de 1828 y echaba por tierra el afán federalista, estableciendo
instituciones autoritarias y centralistas33, que serán las que darán forma al país, dejando de
lado los intereses regionales y en beneficio de los intereses generales, que en esos años se
llamaban Santiago y Valparaíso.

El cuerpo de “Las Reales ordenanzas para el rejimen i gobierno del importante


cuerpo de la minería en la nueva España” se revalida por decreto supremo en Chile en
1833, y estuvieron vigente hasta 1874, imponiendo una legislación que debía responder a
la demanda creciente de bienes primarios con una producción en que prevalecía el uso de
energía orgánica. La razón del mantenimiento de este ordenamiento jurídico al podemos
encontrar en la creciente importancia que iba adquiriendo el cobre en la hacienda pública
y en los beneficios que la industria del cobre estaba generando a comerciantes y
habilitadores.

La legislación minera mantenía el sistema de denuncio de yacimientos mineros,


entregando la propiedad de éstos al descubridor de un nuevo yacimiento o alguno en
abandono, con el sólo requisito de inscripción, con la limitación de poder adjudicarse a los
sumo dos vetas colindantes o interrumpidas, lo que en la práctica se transformó en una
serie de pequeños propietarios mineros, los que poco poder de negociación tenían con los
comerciantes-habilitadores que financiaban las labores mineras. Además, ponían a
disposición sin restricciones de agua y leña a las labores mineras, aunque ello significase

33
Amunátegui, Domingo. (1939), Pelucones y Pipiolos, pág. 15

17
pasar por sobre los derechos de propiedad del propietarios de la tierra donde se
encontraran dichos bosques. El comprador fijaba el precio y el propietario estaba obligado
a vender al precio que se impusiese.

“Los montes i selvas próximas a las minas deben servir para proveerlas de
madera con destino a sus máquinas, i de leña i carbón para el beneficio de sus
metales; entendiéndose lo mismo con las que sean propias de particulares con tal
de que se les pague su justo precio”34

Durante el periodo de auge de la industria minera chilena, esta funcionó, en


términos generales, sobre un modelo que se gestó a partir del siglo XVIII, en que el rol de
comerciantes y habilitadores era el de relacionar la producción de cobre con la demanda
externa estableciendo así un control sobre los productores. Los comerciantes proveían a
los mineros de herramientas, pólvora y hierro, y controlaban el precio de los metales, al
contar con un mayor poder de negociación que los productores. Este mismo comerciante
al aumentar los requerimientos de las explotaciones, se transformó en habilitador o
financista de la explotación minera, y por tanto se convirtieron en acreedores del
propietario. De esa manera comenzó a dominarlo hasta someterlo35. La habilitación
implicaba el compromiso adquirido por el acreedor de apoyar el crecimiento de las labores
mineras por un periodo de tiempo determinado, entregando dinero o capital en forma de
maquinarias o herramientas con una cierta tasa de interés, la que generalmente debía
pagarse en minerales, cuando el precio de éstos iba en alza. De esta manera, el habilitador
gozaba de las ganancias de la mina, cobraba intereses, se beneficiaba del precio del
mineral y se resguardaba de los riesgos con la hipoteca de la mina.

Esta estructura perpetuó la condición pre-capitalista de la industria minera del siglo


XIX, las pequeñas explotaciones con escasa acumulación de capital, aumentaban la

34
“Reales Ordenanzas para la Dirección, Rejimen i Gobierno del Importante Cuerpo de la Mineria en Nueva
España”. Título XIII, artículo 12.

35
Ortega, Luis (2009) “Del auge a la crisis y la decadencia. La minería del cobre entre 1875-1925” en
“Ortega, Luis, Godoy, Milton et. Al. Eds. (2009), Sociedad y minería en el Norte Chico, 1840-1930., Pág. 24

18
producción por medio de la introducción de nuevos factores, ya fueran trabajo o nuevas
explotaciones, mas no a través del aumento de la productividad, debido al interés de los
comerciantes-habilitadores quienes especulaban con el precio del cobre y no invertían en
la industria directamente, pues nunca habían sido mineros. Los pequeños mineros
quedaban a merced de los comerciantes, quienes sostuvieron el crecimiento de la
industria en un mayor uso de mano de obra y expansión de las explotaciones y no en una
modernización de la actividad minera36.

De esta manera, los productores, privados de la posibilidad de acumular capital,


estaban obligados a rebajar los costes al máximo para poder obtener beneficios de la
explotación y para ello establecieron una relación de dominación con lo que era su mayor
coste de explotación, la fuerza de trabajo37, mientras que se resistieron al uso del carbón
mineral y mantuvieron las labores de beneficio con combustible vegetal hasta agotarlo. La
reducción de costes salariales se realizó a través del pago en especies que hacían los
propietarios. Estos por lo general eran propietarios de tierras agrícolas, por lo que los
adelantos solicitados por los trabajadores se hacían en comestibles, lo que abarataba los
costes salariales.
Con este sistema de producción extensivo, se generó el aumento de producción
requerido, que llevó a Chile a ser el primer exportador de cobre mundial con un máximo
de 44% de las exportaciones mundiales en 186438, pero se hicieron pocos adelantos
organizacionales y técnicos importantes en las industria, destacándose el horno de
reverbero para el beneficio de los metales, introducido por C. Lambert.

En el contexto de la provincia de Coquimbo, entre 1874 y 1876 el 80,4% de las


explotaciones empleaban menos de 20 operarios. Tamaya, el mineral de mejor ley y más

36
Pinto, Julio. “Sociedad y Minería en el Norte Chico, 1840-1930: Un análisis para el debate” en Ortega, Luis.,
Godoy, Milton. et al. Eds. (2009), Sociedad y Minería en el Norte Chico 1840-1930, pág. 295

37
Ortega, Luis (2009) Op. Cit., pág. 25

38
Calculado sobre la serie de datos de Braun-Llona, Juan, Braun- Llona, Matías, et. al (2000), “Economía
chilena 1810-1995: estadísticas históricas”, Instituto de Economía PUC, Santiago de Chile

19
productivo de la región, era explotada por 27 diferentes unidades extractivas, La Higuera
poseía 44 y en Carrizal existían 54 unidades extractivas de diferentes tamaños. Esto
muestra que avanzado el siglo XIX prevalecían las pequeñas explotaciones y la
fragmentación de los yacimientos.
Con la independencia, en 1813 se decreta el libre comercio con las naciones amigas
aunque ya desde finales del siglo XVIII “la audacia y perseverancia de los ingleses y en
menor escala de los franceses, habían comenzado a superar las restricciones impuestas por
el imperio español al comercio con otras potencias”39. Luego de la reconquista, lo revalida
Bernardo O’Higgins en 1818.

A diferencia de casi todos los demás países latinoamericanos, quienes impusieron


grandes barreras proteccionistas frente al desarrollo de las economías europeas, en Chile
este periodo se caracterizó por una acelerada transición al capitalismo40, propiciando una
nueva dependencia, esta vez financiera, principalmente británica. La importancia del
comercio con los países vecinos se redujo, al menos en forma relativa, mientras se
reforzaban las relaciones comerciales, financieras y diplomáticas, principalmente con
Inglaterra41. Deshecho el nexo comercial con España por la independencia, Chile
necesitaba mercados donde poner sus productos agropecuarios y mineros, y las
metrópolis europeas, que vivían un intenso desarrollo industrial podían asegurar la
exportación de estos productos. Para conseguir mejores precios Chile se comprometía a
permitir la entrada indiscriminada de productos manufacturados británicos, lo que
transformó a la economía nacional en un mero abastecedor de materias primas. La forma
de penetración fue a través de créditos destinados a sanear la hacienda, financiar la
infraestructura urbana o aumentar las importaciones. El desarrollo del capitalismo
primario en esta época reforzó los lazos de dependencia en un primer momento a través

39
Cariola, Carmen y Sunkel, Osvaldo Op Cit. Pág. 14

40
Méndez Beltrán, Luz (2004), La exportación minera en Chile, 1800-1840. Un estudio de historia económica
y social en la transición de la Colonia a la República., Pág. 22

41
Cariola, Carmen y Sunkel, Osvaldo Op. Cit. Pág. 14

20
de los empréstitos que fueron abultando la deuda externa y luego por medio de las
inversiones directas de capitales ingleses en el país.

La dependencia de las metrópolis europeas y el fomento a la minería a través de las


leyes heredadas de la colonia, propiciaron la constitución de un modelo mono exportador
y de rent-seeking para los comerciantes y habilitadores mineros extranjeros y nacionales
y, los ingresos fiscales de la actividad minera eran invertidos en la infraestructura y
modernización de Santiago y Valparaíso y en servir la deuda pública. Así, se fueron
instalando principalmente en Valparaíso, que se había transformado en el centro comercial
y financiero del país, comerciantes-habilitadores ingleses. En la región de Coquimbo
fueron proliferando las fundiciones-comerciales de propiedad británica como la compañía
México y Sudamérica en Tongoy y Guayacán (1831), la Compañía Inglesa de Minas o la
Panulcillo Mining Co. Posteriormente se conformaron complejos con capacidad de
capitalización como Urmeneta y Errázuriz a partir de la compra de las fundiciones de la
Compañía México y Sudamérica (en una o son dos) en 1860. El capital de Urmeneta y
Errázuriz provenía directamente del mineral de Tamaya. Dicha compañía fue la precursora
de los avances que se registraron en la región, destacando la construcción del ferrocarril
Tamaya-Tongoy y la unificación con la red de Guayacán-Ovalle y Coquimbo-La Serena. A
pesar de ello, la concentración técnica de Urmeneta y Errázuriz, a finales de la década de
1870 estaba lejos de corresponder a la competencia que se había gestado en el mercado
internacional42.

Las Ordenanzas para la Minería de la Nueva España continuaron vigentes hasta


1874, pero el espíritu de estas ordenanzas, que era la protección de la actividad minera, se
vio modificado previamente por las nuevas legislaciones respecto al crédito,
especialmente el crédito minero al suprimirse los tres principales obstáculos que las leyes
españolas habían puesto a los acreedores. 1) Se suprimió la prohibición de prisión por

42
Ortega, Luis (2009). Op. Cit. Pág. 34-35

21
deudas a los dueños de las minas, 2) Se eliminaron los límites a las tasas de interés 3) se
suprimió la obligación de pago con minerales, lo que resguardaba la propiedad minera.

De esta manera el camino estaba abierto a los acreedores, y el camino


pavimentado para el capitalista. Los habilitadores se convirtieron en “banqueros a fuego
lento de la industria, […] que la queman por la usura de sus capitales”43, y no tuvieron
interés alguno en invertir en la industria minera, ya que su negocio era el crédito.

Aunque hasta 1817 los cambios en la tributación minera no fueron importantes, las
ordenanzas aduaneras de 1822 y 1834 mostraban una tendencia a reducir de manera
importante los impuestos a las exportaciones. Estas modificaciones, que variaban los
valores de los impuestos, generaban una situación de inestabilidad y constante ajuste44,
mientras que a partir de 1834 la situación tributaria se mostró inesperadamente estable,
lo que benefició al Estado, y a los comerciantes mineros, incentivando las inversiones
financieras y préstamos extranjeros a la minería chilena.

En este contexto, además se fraguaba una lucha en ciernes entre los intereses de
agricultores y mineros. El aumento que se había generado en la fundición de minerales se
había constituido en un hambre devastadora de leñas para combustible de la fundiciones
nortinas amenazaba con la extinción de sus bosques45. Las ordenanzas mineras para la
Nueva España, vigentes desde 1787, permitían al minero el denuncio de bosques sin
importar la situación de propiedad del mismo, y si el bosque tuviese propietario, éste
debía vender la leña al valor que el minero le quisiera dar. Esto constituía una suerte de
bienes libres, donde la curva de oferta de la leña no puede equilibrarse con la de demanda
debido a que el precio está fijado por debajo de su óptimo. Es lo que Folchi (2006)
haciendo una apología a G. Hardin, lo nombra como la “tragedia de los privados”46.

43
Vicuña Mackenna, Benjamín. Op. Cit. Pág. 122

44
Méndez Beltrán, Luz., Op. Cit., pág. 62

45
Illanes, María. (2003), Chile des-centrado: Formación socio-cultural republicana y transición capitalista
1810-1910, pág. 158

46
Folchi Mauricio. Op. Cit., pág. 545
22
La actividad minera, de esta forma, amenazaba la propiedad privada, teniendo que
permitir invasiones a su propiedad, presenciar el saqueo de sus leñas, obligada a vender y
al precio que le impusiese el comprador. Agricultores enrostraban al gobierno el sacrificio
de la actividad agrícola en función de la riqueza minera, la que se consideraba como única
riqueza y degradaba las sociedades47, pero los intereses de la minería prevalecieron en
este periodo, aunque pasaran por sobre los derechos de propiedad. “Siempre los intereses
subalternos estarán subordinados a los superiores y siempre será preferido el bien general
al meramente particular”48.

Claudio Gay en 1838 y Amado Pissis, 20 años después, enviados por el gobierno,
informaban sobre el inmenso deterioro de los bosques de la región, principalmente en las
cercanías de las fundiciones. Según Pissis, no solamente se veían perjudicados los
bosques, sino también la actividad agrícola y que terminaría por perjudicar la misma
minería. Recién para 1872 se consigue la abolición del denuncio de bosques, derogando
las disposiciones relativas a los bosques de la Ordenanza de Minas. Lamentablemente la
deforestación ya había llegado a un nivel de difícil recuperación, dejando la superficie de la
región en las condiciones en que la conocemos hasta el día de hoy.

Si bien en años anteriores se hicieran intentos por fomentar el uso del carbón
piedra, al eximir al carbón extranjero de derechos de internación en 1844, y el desarrollo
en el sur de minas de carbón, el precio de este distaba mucho de poder igualarse al “vil
precio [de la leña] que antes le vendía al precio del hacha amparada por la lei”49.

Las nuevas aplicaciones que durante la segunda mitad del siglo XIX se fueron
incorporando a la revolución industrial aumentaron la demanda por el combustible fósil, y
a pesar de los adelantos en las técnicas de extracción del mineral, el precio del carbón

47
Illanes, María. Op. Cit. pág. 158

48
BSC, Diputados, 1835, julio 10, pág. 85, citado en Illanes María., Op. Cit., pág. 159

49
Vicuña Mackenna, Benjamín, Op. cit. pág. 491

23
aumentó, aunque levemente50. A pesar de ello, el carbón ingles continuaba siendo más
barato que el extraído en los yacimientos chilenos, el que además era de mala calidad, ya
que no desarrollaba fuerza calórica suficiente51.

En 1852, con el descubrimiento de las minas de carbón de Lota y Lebu, recién se


consigue un combustible útil, pero la mayor parte del carbón mineral, ya fuese este
chileno o inglés, era utilizado para las calderas de buques y ferrocarriles, mientras que en
las fundiciones de cobre se privilegiaba el uso de la leña, debido a las condiciones
inmejorables en el acceso a la leña ya comentadas.

Por otra parte, el municipio de Coquimbo en 1840, estimulando el beneficio de los


minerales de cobre, impone una tributación a la exportación de los minerales en bruto de
1,5%, para financiar adelantos administrativos, camineros, y policiales en la región. De esta
manera, se continuó estimulando el desarrollo de las fundiciones en el Norte Chico,
mientras que la entrada del carbón mineral se hacía de forma lenta.

Gráfico 4.1

50
Clarke Gregory. and Jacks, David. “Coal and the Industrial Revolution 1700-1869”, pág. 4

51
Mazzei, Leandro. “Los británicos y el carbón en Chile”, Ponencia para proyecto N° 9164-20 pág. 140

24
Gráfico 4.2

La mina de Tamaya, la más importante de todo el Norte Chico, y sus fundiciones en


los puertos secundario de Tongoy y Guayacán, de propiedad de Compañía México y
Sudamérica y luego de la sociedad Urmeneta y Errázuriz, beneficiaban parte del cobre con
carbón mineral, a pesar de que eran las fundiciones más modernas de la época, no
realizaban el cambio de combustible por completo. A modo de comparación, según el
trabajo de Zellou y Cuddington (2012), establecen recién para 1875 en Estados Unidos el
coke reemplaza al carbón vegetal como combustible principal en los altos hornos de
hierro52.
En 1866, la sociedad Urmeneta y Errázuriz adquirió la propiedad de una mina de
carbón en Lebu53, que sirvió para proveer de carbón a las fundiciones de Tongoy y
Guayacán, las más grandes de la época, aunque que no dejaban de lado el uso de la leña,
en un momento en que la deforestación estaba en etapa avanzada y que muchas
fundiciones se proveían de las pocas maderas que iban quedando.

52
Zellou, Abdel and Cuddington, John. (2012), “Trends and supercycles in crude oil and coal prices”, pág. 21

53
Mazzei, Leandro. Op cit. Pág. 146

25
A pesar del impulso empresarial de Urmeneta y Errázuriz, Santander (2003)
determina que para el período 1855-1880 el uso de leña en las labores de beneficio del
cobre en la provincia de Coquimbo constituía el 70% de los requerimientos energéticos 54.

Todas estas disposiciones catapultaron a la minería del cobre chilena al primer


lugar de las exportaciones mundiales y llevaron un gran desarrollo al país, el desarrollo
conseguido se consolidó principalmente en Santiago y Valparaíso, mientras que en la
región del Norte Chico, los adelantos que se generaron, como los ferrocarriles, nuevos
puertos de embarque y el crecimiento de los pueblos y ciudades cercanas a las fundiciones
y piques, se generaban en respuesta a los intereses de la minería, pero la masa de
retornos por exportaciones llegó en cuotas mínimas, como se observa por el escaso
desarrollo de los mercados de factores y de bienes de consumo y capital55 por lo que con
la caída de los precios internacionales del cobre y el aumento de la producción en Estados
Unidos gracias a los adelantos técnicos que allí se desarrollaron, sobrevino un grave
declive de la industria a partir de 1880. Muchos pueblos desaparecieron, los piques
quedaron abandonados o inutilizados, quedando a la posteridad, una zona atrasada y
saqueada de recursos naturales.

“Chile, que en ese momento “prometía convertirse en una gran factoría, una
cabeza de puente para los mercados de para toda la región del Pacífico”, sin
embargo, el país no asumió el desafío que su posición geoeconómica le presentaba,
y se conformó con un papel dependiente. El país se especializó en producir y
exportar lo que las empresas mercantil-financieras extranjeras que operaron sobre
la economía chilena quisieran comprar (productos primarios: metal amonedable,
cobre y trigo.) y en importar los medios de consumo y modernización que esas casa
querían vender”56

54
Santander, Agapito. (2003) “Norte chico (Chile). Consumo de combustible en el procesamiento de los
minerales de cobre y su impacto sobre los recursos arbóreos y arbustivos” en Livenais Patrick. y Aranda
Ximena, eds., Dinámicas de los sistemas agrarios en Chile árido. La región de Coquimbo, pág. 164

55
Ortega, Luis (2009) Op. Cit. Pág. 30

56
Salazar, Gabriel. (1992) “Los Límites de la Modernidad (neo)liberal en Chile”, Cuadernos de Historia, núm.
12, Santiago, pág. 104-105, citado en Folchi, Mauricio. Op. Cit pág. 249
26
5.- EL CAMBIO TÉCNICO. DEL HORNO DE MANGA AL HORNO DE REVERBERO

Este crecimiento exponencial no habría sido posible sin la introducción de los


hornos de reverbero, los que habían sido modificados para aprovechar las displicencias de
las leyes chilenas hacia los trabajadores respecto a la agricultura y la propiedad de los
bosques.

El horno de manga español utilizado hasta esa fecha poseía una bóveda interior y
una ventana por la que se introducía el mineral y la leña, no contaba con chimenea y el
aire se insuflaba con dos fuelles movidos por un operario o por una máquina a vapor57. En
estos hornos, el beneficio del mineral se realizaba en una única etapa y sólo permitía el
beneficio de los minerales de color, es decir los óxidos de cobre y la fundición de los
minerales en estado de sulfuros o “bronces”, quedaban reducidos mediante este proceso a
ejes, los que contenían cobre, azufre y fierro. Los sulfuros eran los minerales más
abundantes, pero debido a la incapacidad tecnológica para transformarlos en cobre puro,
se desperdiciaban y no tenían valor económico.

Con difusión del método galés a partir de 1831 el problema de la fundición de los
sulfuros y su aprovechamiento económico encontró una solución y debido a la elevada ley
de éstos, la producción de cobre comenzó a aumentar en la medida que se divulgaba la
técnica del horno de reverbero. La difusión de este nuevo tipo de hornos fue posible
gracias al financiamiento de los habilitadores para la extracción y beneficio de cobre.

A partir de 1835 se observa un incremento en la producción de cobre como


resultado de los avances técnicos recién comentados, llegando a un máximo de 52.308 TM
en 1876. Este crecimiento significó para Chile establecerse como primer productor de
cobre en el mundo a partir de la década de 1850. La evolución la podemos observar en los
siguientes gráficos (5.1; 5.2):

57
Millán, Augusto. Op. Cit. Pág. 41

27
Gráfico 5.1

I CICLO DE EXPANSIÓN
1835-1880
60.100

50.100
TM COBRE/AÑO

40.100

30.100

20.100

10.100

100

Fuente:Elaboración propia con datos recogidos por Folchi M. (2006) Historia ambiental de las
labores de beneficio en la minería del cobre. Los datos proviene de: 1803-1840 Méndez Beltrán
(2004); 1844-1900 Herrmann (1904);

Gráfico 5.2

I CICLO DE EXPANSIÓN 1831-1880.


PORCENTAJE DE PARTICIPACIÓN EN LA PRODUCCIÓN DE
COBRE MUNDIAL
50%
45%
40%
35%
30%
25%
20%
15%
10%
5%
0%
1810
1813
1816
1819
1822
1825
1828
1831
1834
1837
1840
1843
1846
1849
1852
1855
1858
1861
1864
1867
1870
1873
1876
1879

Fuente:Elaboración propia con datos recogidos por Folchi M. (2006) Historia ambiental de las
labores de beneficio en la minería del cobre. Los datos proviene de: 1803-1840 Méndez Beltrán
(2004); 1844-1900 Herrmann (1904);

28
El horno de reverbero, tenía al menos 3 cámaras de fundición y transformaba el
proceso de beneficio de una etapa de fundición a un proceso que poseía 6 funciones
consecutivas debido a que el eje sulfurado producido en el horno de manga, se chancaba y
fundía varias veces hasta transformarlo en barras de cobre de entre 95% y 97%.

Este horno, había sido concebido en Inglaterra a fines del siglo XVIII debido a la
escasez de leña y a la disponibilidad de carbón mineral en abundancia. En Chile, debido al
acceso prácticamente libre a la leña, éstos se hornos se modificaron de tal manera que
trabajaban perfectamente tanto con carbón como con leña, y para 1880 la leña
continuaba significando el 70% de los requerimientos energéticos. La chimenea, que en la
versión inglesa del horno de reverbero alcanzaba unos 15 a 20 mts. de altitud para
proteger la salud de los operarios, en Chile escasamente superaba los 6 mts., y se
levantaba desde la parte superior de la bóveda donde se consumía el combustible. Así la
puerta de carga quedaba en el costado del horno, lo que permitía la carga de leña
constante y la entrada de aire en la dirección necesaria para avivar el fuego.

“En Inglaterra, donde existe el reglamento antiguo de elevar las chimeneas


mui alto – para la salud de los obreros- sería mui difícil construir la chimenea
encima de la bóveda”58

Este nuevo proceso de fundición, si bien permitió beneficiar materiales que hasta
ese momento eran considerados escoria, aumentó el consumo de combustibles. El antiguo
horno de manga consumía 20 TM de leña para producir 1 TM de ejes y 38 TM de leña para
producir 1 TM de barras, mientras que el nuevo horno consumía para la producción de 1
TM de ejes entre 21.6 TM y 24.9 TM de leña y para la producción de barras entre 40.5 TM
y 47 TM de leña59.

58
Domeyko, Ignacio. (1841), Escursión a las minas de Punitaqui, Combarbalá, Illapel, Petorca, Aconcagua,
San Pedro Nolasco, Casuto i Talca de Barrasa (en 1841), citado en Folchi, Mauricio, Op. Cit., pág. 258

59
Santander, Agapito. Op. Cit. 167
29
Considerando la paulatina entrada del carbón piedra a las fundiciones de cobre
chilenas, Agapito Santander distingue cuatro etapas60:

Hasta 1834: Durante este periodo el 100% del beneficio del cobre se realizó exclusivamente con
combustible vegetal.

1835-1855: El 90% de la producción de cobre fue realizada a través de vía pirometalúrgica.

1856-1880: En este período de 25 años el consumo de leña sólo participó en la fundición del 70%
de cobre metálico.

1881-1900: El 30% de la producción metalífera fue obtenida a través de la leña.

Con los porcentajes de uso de leña señalados para cada etapa, podemos hacer una
aproximación para cuantificar el uso de leña durante esos años. Poseemos datos de
producción de ejes y barras a partir de 1844 para toda la región del Norte Chico, por lo que
modificaremos el modelo de Santander con los datos que disponemos.

Cuadro 5.1

Coquimbo, para 1858 contaba con 145 hornos de fundición, que correspondían al
42.1% del total de los hornos existentes en el país, los cuales se distribuían como indica la
siguiente tabla:
60
Santander Agapito. Op. cit., pág. 163.

30
Cuadro 5.2

Con estos datos podemos calcular el consumo de leña para la provincia de Coquimbo:

Cuadro 5.3

Fuente: Elaboración Propia en base a datos de Tapia Díaz, y Santander

Las principales fundiciones se instalaron en los puertos de Guayacán y Coquimbo a


partir de 1825 con la llegada del método galés de la mano de Lambert. Estas zonas
contaban con condiciones inmejorables como puertos de embarque de minerales por lo
extenso de sus bahías y como fundiciones, por la cercanía de Guayacán con el río
Coquimbo, mientras que la zona de Tongoy contaba con 3 humedales principales - El
Estero, Salinas y Pachingo-, lo que se traducía en la existencia de bosques para ser

31
utilizados en la fundición del cobre, además de contar con las leñas del río Limarí, cercano
al mineral de Tamaya.

Las transformaciones técnicas de este período no consiguieron modificar la matriz


minera que se había establecido, la producción continuó aumentando a través de mayor
cantidad de mano de obra para responder a la demanda internacional. Quien sacara
mayor provecho de este sistema de fundición fue José Tomás Urmeneta, quien en 1860
formara la sociedad Urmeneta y Errázuriz y que hacia 1852 había descubierto la veta
madre del cerro Tamaya con leyes que llegaban al 65%. Ya en 1835, Urmeneta había
explotado otro pique en el cerro y había instalado el recién llegado horno de reverbero. La
posibilidad de fundir los bronces o sulfuros, había permitido aumentar la producción de
manera exponencial, tanto para las fundiciones de las pequeñas explotaciones como para
las mayores de Tongoy y Guayacán debido al aprovechamiento de los sulfuros o bronces.

6.- EL CRECIMIENTO DE UNA REGION. EL IMPACTO DEMOGRÁFICO Y LA ACTIVIDAD


AGRÍCOLA

Esta nueva forma de fundición del cobre fomentó la construcción de caminos y


ferrocarriles en la región, iniciando de la transformación más importante del siglo XIX en la
industria del cobre. La red de ferrocarriles regionales comenzó en 1862 con la construcción
de la red Coquimbo-La Serena y la red que unía el mineral de Tamaya con el puerto y las
fundiciones en Tongoy estuvo en funcionamiento en 1867 (el trazado del tren se puede ver
en la figura 3.1). La red ferroviaria de estos años serviría para dar salida a los minerales,
alimentos y productos de la tierra desde el lugar de producción hasta los puertos de
embarque hacia Gran Bretaña, principalmente. Fue justamente la demanda externa de
minerales la que fomentó y financió la construcción de ferrocarriles en la región61.

La construcción de ferrocarriles y la actividad portuaria de la época generaban poco


a poco el establecimiento de industrias relacionadas con la actividad ferroviaria y el

61
Cerda Carrillo, Patricio. (2009), “El ferrocarril Coquimbo-La Serena y la industria del cobre 1862-1895” en
Ortega, Luis., Godoy, Milton, et. al. Eds. Op. Cit., pág.128

32
dinamismo de las actividades bancarias y comerciales, las que estaban principalmente en
manos de financistas británicos.

Esta línea ferroviaria pretendía unirse a la construida entre Santiago y Valparaíso


en 1855, pero la disminución en la demanda y el precio del cobre, además del crecimiento
de la actividad salitrera hacia la región recién anexada de Antofagasta, desvió las
inversiones extranjeras hacia el norte.

Aunque para el caso de Chile se observa integración en las líneas ferroviarias en el


tercer tercio del siglo XIX, las construidas en el Norte Chico más se asemejan a las de los
países latinoamericanos, exceptuando el cono sur, Brasil y México, los que estaban
escasamente integrados y que consistían solamente en unir la producción con los puestos
de salida de los productos62. La línea ferroviaria no alcanzó a integrase al centro del país y
con el declive de la industria del cobre terminaron por desaparecer.

La línea férrea Tamaya-Tongoy pasó a manos del Estado en 1903 y dejó de


funcionar definitivamente en 1946, mientras que la línea La Serena-Coquimbo pasa a
manos estatales en 1895 y deja de funcionar en 1951.

El crecimiento de la actividad minera no sólo atrajo inversiones a la industria


misma, sino que la oferta de mano de obra y la actividad comercial que se observaba,
generó un importante crecimiento en la población. Se crearon nuevos pueblos, como la
villa de Coquimbo en 1850 a orillas del puerto, Ovalle en 1831 con 5000 habitantes, un
pueblo eminentemente agrícola, Cerrillos de Tamaya y El Oro que nacen en las faldas del
cerro Tamaya debido a las explotaciones mineras y nuevos puertos, como los que
albergaban las principales fundiciones como eran Guayacán y Tongoy. El puerto de Tongoy
fue habilitado en 1839, cuatro años después de la instalación de las primeras fundiciones.
Guayacán, era una pequeña caleta de pescadores hasta la instalación de los primeros
hornos de Lambert en 1825 y en 1860 con la compra de la fundición por Urmeneta y

62
Herranz, Alfonso. (2011) “The Contribution of Railways to Economic Growth in Latin America before 1914:
a Growth Accounting Approach”. Pág. 6

33
Errázuriz, Guayacán vivió 20 años de crecimiento exitoso, llegando a convertirse el
pequeño puerto en la mayor fundición del mundo63.

El movimiento portuario de principalmente Coquimbo, Tongoy y Guayacán,


mostraba gran dinamismo debido a la actividad comercial que se generaba por el alto
tráfico de naves que iban y llegaban y por el aumento de la población que el crecimiento
de la actividad minera produjo, al mismo tiempo que fomentaba debido al consumo
interno la actividad agrícola. Esto, hasta 1895, que el crecimiento de la población se
contrajo con la disminución de la producción de cobre y el éxodo de trabajadores a las
faenas salitreras. Para 1875 Tongoy tenía una población de 1535 habitantes, la que a partir
de 1880 con la paralización de las faenas del cerro Tamaya se fue reduciendo poco a poco.
El pueblo que había crecido debido a la actividad portuaria y el acceso creado por la
instalación ferroviaria,- se había instalado el registro civil, la primera iglesia en 1870,
escuela de niños en 1872 y se había transformado en comuna a finales del siglo -, para el
censo de 1895 la población había disminuido a 918 habitantes y para 1907 la población
había disminuido a 838 habitantes, lo que se debió principalmente al declive de la
industria y la inundación del mineral de Tamaya en 1880. Debido a este declive en su
actividad en 1929 Tongoy pierde su calidad de comuna. Esto indica que el crecimiento
generado por la actividad del cobre, a pesar de las instalaciones ferroviarias y civiles que
se hicieron, no generaron las condiciones para un desarrollo de largo plazo.

63
Tapia Díaz, Gonzalo Op. Cit. Pág. 85
34
Gráfico 6.1

HABITANTES PUERTO DE TONGOY

1535

918 902 838

1875 1895 1902 1907

Fuente: Elaboración propia en base a los censos de población 1835, 1865, 1875, 1885,
1895, 1907

Gráfico 6.2

POBLACION DEL ESTABLECIMIENTO DE GUAYACÁN

1830 1840 1890 1950 1860


1670
1440
1120

1860 1870 1880 1890 1900 1910 1920 1930

Fuente: Elaboración propia en base a los datos entregados por


Tapia Díaz, Gonzalo (2008) "Guayacán Patrimonio del Cobre"

Por su parte, la región de Coquimbo mostró un crecimiento acelerado de su población que


entre 1843 y 1854 fue de 40,8% y en el periodo entre 1854 y 1865 fue de un 31,9%, pero
en 1895 se observa en un retroceso de 7.7%. Según el Censo de 1920, la región del Norte
Chico tenía prácticamente la misma población que aquella registrada en 1875, pero que
además había registrado una fuerte caída en su población urbana o aglomerada y una

35
llamativa estabilidad de aquella clasificada como “rural”, pero que “… en realidad era un
mundo de villorrios y campamentos…”64.
Los siguientes gráficos muestran la evolución de la población en la provincia de
Coquimbo para los períodos 1835-1907:

Gráfico 6.3

POBLACIÓN DE LA PROVINCIA DE COQUIMBO

200.000
180.000
176.344 175.021
160.000 157.977 162.793
140.000 145.895
HABITANTES

120.000
110.589
100.000
80.000 78.543
71.858
60.000
40.000
20.000
0
1835 1843 1854 1865 1875 1885 1895 1907

Fuente:Elaboración propia en base a los censos de población 1835, 1865, 1875, 1885,
1895, 1907

64
Ortega, Luis, (2009) citado en Ortega, Luis. (2010) Op. Cit. pág. 38
36
Gráfico 6.4

CRECIMIENTO DEMOGRÁFICO PROVINCIA DE


COQUIMBO
40,80%
31,93%

9,30% 11,63%
8,28% 7,51%
0,00%
-7,68%

1835 1843 1854 1865 1875 1885 1895 1907

Fuente:Elaboración propia en base a los censos de población 1835, 1865, 1875,


1885,1895, 1907

El crecimiento de la población durante estos años también presionó a la expansión


de la agricultura por la demanda interna. La tala indiscriminada de bosques dejaba paso
además a buenos terrenos para el cultivo.

En el siguiente gráfico se puede observar el aumento de la población agrícola en la


medida que aumenta la población minera. Con el descenso de la actividad minera y de la
población de la provincia de Coquimbo, la población agrícola disminuye, pero esta
disminución no se observa sino hasta el censo de 1907.

37
Gráfico 6.5

EVOLUCIÓN LABORAL AGRICULTURA Y MINERÍA


PROVINCIA DE COQUIMBO
9883

5749 9166
5341 5543
7219
5833
4508

1865 1875 1895 1907


Trabajadores Agrícolas

Fuente:Elaboración propia en base a los censos de población 1865, 1875, 1895, 1907

Según el trabajo de Fuentes y Hajek (1978), los censos de población muestran un


aumento pequeño pero sostenido de habitantes en el Norte Chico a partir de 1895. Este
aumento de población supone un aumento de la demanda de bienes de consumo
humano. Aunque no hay estudios concluyentes, en aquel estudio se insinúa que al menos
a partir de 1906 se observa un aumento de las cabezas caprinas junto a una disminución
de las cabezas de ganado bovino. No hay datos disponibles para épocas anteriores, lo que
podría entregar una idea más concluyente del tema, pero la pregunta que se plantea en
dicho estudio es “¿Por qué se cambia un ganado de mayor valor pero ambientalmente
más exigente, por uno de menor valor comercial pero menos exigente en términos
ecológicos?”65
Aunque la respuesta de los autores hace referencia al clima fluctuante de la región,
también se puede suponer que si el clima de la región ha sido fluctuante desde siempre,
el descenso en cabezas de ganado bovino en el periodo posterior al auge minero, se deba
al deterioro de la capa vegetal de la zona, lo que supone que las labores mineras del siglo
XIX, al haber afectado de forma importante la vegetación de la zona, también afectaron

65
Fuentes E. y Hajek E., Op. Cit. Pág. 140
38
negativamente las actividades agropecuarias, al haber cambiado un ganado más valioso,
por uno comercialmente menos apreciado66, pero menos demandante en términos de
pastoreo.

7.- CONCLUSIONES

El periodo de auge de la minería del cobre en el siglo XIX fomentó el crecimiento


del país, aportando importantes sumas a la Hacienda pública. Este crecimiento estuvo
propiciado por las relaciones comerciales con las metrópolis europeas, principalmente con
Inglaterra, respondiendo al aumento de la demanda de productos primarios con
instituciones heredadas de la era colonial. Las modificaciones legislativas que se
introdujeron entregaban mayor poder a los comerciantes-habilitadores que se
transformaron en un freno al desarrollo y modernización de la industria. Las leyes
heredadas de la época colonial respecto a la minería propiciaban grandes aumentos en la
producción minera, pero permitían al mismo tiempo la devastación de los bosques en la
región de Coquimbo. La introducción del horno de reverbero, permitió el gran aumento
de la producción cuprífera de estos años, pero el uso de la leña para la fundición, acabó
con los bosques en pocos años, debido a la característica debilidad de la vegetación en
zonas de secano, como es la región de Coquimbo.

El centralismo de las administraciones nacionales, resguardado por la constitución


de 1833, generó que gran parte de los recursos que se extraían de la provincia de
Coquimbo, terminaran en manos de financistas y los ingresos fiscales fueran a parar las
inversiones en infraestructura y modernización de Santiago y Valparaíso

El crecimiento de la industria del cobre, por lo tanto, si bien generó crecimiento en


la provincia de Coquimbo durante esos años, éste se vio truncado con el declive de la
demanda de cobre y la disminución de los precios, no alcanzando el progreso anhelado.

66
El ganado caprino, como se indica en el trabajo de Fuentes y Hajek (1978) es depredador de la corteza
vegetal de la tierra, por lo que, asumiendo esta hipótesis como cierta, el cambio de ganado vino a ahondar
más el deterioro de la capa vegetal.
39
La interrupción del desarrollo de la región y el declive de la industria, se debieron
por tanto a leyes que permitían y fomentaban las inversiones de corto plazo en pos del
aumento de la producción, mas no de la productividad y al centralismo de las instituciones
de esos años, que generaron un saqueo de recursos en la provincia de Coquimbo,
afectando no sólo a la actividad minera, sino también a la actividad agrícola, el
crecimiento demográfico, la concentración de población urbana y la actividad comercial
de toda la provincia.

8.- PROYECCIONES A ESTUDIOS FUTUROS

Los impactos que produjeron el declive de la industria minera y la deforestación en


el siglo XIX en la agricultura son temas que han quedado a medio camino en este análisis.
Cómo se transformaron las actividades agrícolas finalizado el I ciclo de expansión minera y
a qué causas atribuirlas sería un trabajo pendiente.

La industria minera continuó generando daños ambientales importantes en ésta y


otras zonas del norte chileno, degradando la calidad de las aguas de ríos y costas. Analizar
las instituciones que han permitido el deterioro ambiental en otras etapas de expansión
como el desastre del vertido de relaves en Chañaral a partir de 1938 o los impactos más
recientes en la actividad agrícola de la comunidad indígena de Lasana, en el altiplano
chileno, nos podrían llevar a observar en una mirada de largo alcance cómo los modelos
implantados desde Santiago se repiten, generando importantes beneficios fiscales, pero
no propiciando el desarrollo de las regiones que poseen las riquezas minerales

40
9.- BIBLIOGRAFÍA

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