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La época actual se caracteriza por un aumento del consumo de los así denominados “alimentos
modernos”, haciendo referencia a los alimentos procesados para preparaciones rápidas o
instantáneas; sin embargo, ante este aumento de consumo es bueno evaluar y detenerse en
algunas preguntas ¿Qué efectos han traído estos alimentos a nuestra sociedad? ¿Contienen los
nutrientes esenciales para el buen funcionamiento del organismo, en especial la fibra? A la par del
aumento de estos alimentos procesados, se evidencia el gran aumento de casos de cáncer y
enfermedades metabólicas, como la Hipertensión Arterial, la Obesidad, la Diabetes Mellitus 2 y
enfermedades cardiovasculares. Todas han resultado de un estilo de vida erróneo.
La necesidad de mejorar el estilo de vida mediante hábitos saludables es indispensable para que la
sociedad no se hunda en la miseria de la enfermedad y padecimiento que tanto nos aqueja.
Dentro de las recomendaciones de los profesionales de la salud se encuentra: la insistencia en el
consumo de fibra dietaria, ya que es un agente protector contra diversas enfermedades. Sin
embargo en la actualidad existen dos extremos en cuanto a la fibra y ambos tienen como base una
falta de conocimiento. Como primera posición, en la actualidad los medios de comunicación
promocionan el consumo de fibra y le atribuyen efectos benéficos que en muchas ocasiones van
más allá de los efectos reales de esta, casi que atribuyendo propiedades mágicas en todo tipo de
enfermedad; como segunda posición y no menos importante: se observa un desconocimiento
general tanto en la población como en muchos de los profesionales de la salud. En el presente
ensayo abordaremos el concepto de fibra, sus propiedades y los beneficios en la prevención y
tratamiento de las enfermedades crónicas.
La definición de fibra dietaria ha variado y cambiando desde hace mucho tiempo, puesto que su
descubrimiento e importancia no se dieron sino hasta el periodo de los años de 1960-1970, en que
se empezó a ver la relación que tenía la fibra con muchas de las enfermedades crónicas no
transmisibles, como la diabetes, obesidad, estreñimiento, etc. Su definición no está totalmente
generalizada puesto que muchos países difieren en ella, y esto se evidencia en los cambios que se
describen los autores en el artículo: Fibra dietaria: nuevas definiciones, propiedades funcionales y
beneficios para la salud. En la práctica clínica de la nutrición es más importante la definición
fisiológica, ya que es la que se aplica directamente en la prevención y tratamiento de las
enfermedades, y con base en ella se puede recomendar los alimentos que van a formar parte de
las dietas de los individuos. En su definición fisiológica es considerada como grupo de polímeros y
oligomeros de carbohidratos que no son digeridos en el intestino delgado y pasan al intestino
grueso, donde son fermentados en forma parcial o total por la microbiota intestinal y generan
efectos benéficos a nivel metabólico: niveles de glucosa, lípidos, entre otros. Si bien la definición
química es importante para conocer cada uno estos compuestos y sus propiedades funcionales;
teniendo en cuenta la lectura, solo diremos que la fibra agrupa a: (1) polisacáridos de origen
vegetal constituidos por celulosa, hemicelulosa y lignina, que no son digeridas; (2) oligosacáridos,
pectinas, gomas y ceras; (3) polímeros no digeribles de 3 a 9 grados de polimerización, tales como
la inulina, FOS, GOS, maltodextrinas resistentes, rafinosa y (4) además la lignina y poli fenoles
siempre y cuando estos estén como componente de la pared celular vegetal.
En cuanto a los métodos de detención cabe destacar, que si bien el nutricionista dietista no es
quién los lleva a cabo, la estandarización y conocimiento de ellos permite un abordaje de los
alimentos a escoger, así como la cantidad de ellos que se deben usar, al momento de realizar una
minuta o una dieta para llevar a cabo la prevención o tratamiento de una enfermedad o para una
condición fisiológica particular como el embarazo, la lactancia, la infancia y la vejez.
Las propiedades y funciones, que sirven actualmente para clasificarla, son la solubilidad y la
viscosidad; propiedades que tiene efectos durante el procesamiento de alimentos en el trayecto
gastrointestinal. La estructura del polisacárido cuando forma una matriz cristalina (celulosa) y
pueden ser energéticamente más estables e insolubles. Mientras que la ramificación sea mayor y
tenga más presencia de grupos iónicos incrementara la solubilidad.
Un segundo problema, que es el actualmente el principal factor de riesgo para Diabetes Mellitus 2,
es la Obesidad y Sobrepeso. Para el manejo de estas enfermedades metabólicas, la fibra dietaria
tiene efectos positivos como: aumentar la saciedad, retardar el vaciamiento gástrico y regular la
velocidad de absorción de la glucosa, y como resultado la disminución del azúcar e insulina en el
suero postprandial, lo que le permite ser utilizada en el tratamiento de la obesidad y diabetes
mellitus. Lo cual implica un mejor control de niveles glicémicos y de hemoglobina glucosilada en el
paciente diabético, disminución de peso y con ellos mejoría de la resistencia a la insulina. Y el
control óptimo del peso, en el caso de un paciente hipertenso, disminuye la presión arterial de 5 a
20 mmHg por cada 10Kg de peso perdidos.
Otro punto importante, en el que la fibra tiene un efecto de mejoría es en las enfermedades
gastrointestinales, en el caso específico del estreñimiento. Se habla de estreñimiento cuando la
persona presenta dificultad para evacuar y una frecuencia de 2 a 3 días sin defecación, asociado a
sensación de vaciamiento incompleto, dolor, sangrado y aumento del esfuerzo. La ingesta de fibra
en estos casos permite el aumento del volumen de las heces fecales y tiene un efecto de
“arrastre” a través del intestino movilizando la materia fecal, además la fibra tiene la propiedad
de absorber 3 veces su peso en agua y por consiguiente tiene un resultado de hidratación de las
heces, lo que permite una mejor defecación. Con esto se evita otros problemas que secundan al
estreñimiento como: divertículos, hemorroides, sangrado y obstrucción fecal.
Es importante destacar, que el aumento en el consumo de fibra en la dieta debe ser de forma
moderada, es recomendable aumentar la fibra dietaría poco a poco, hasta llegar a cantidad
adecuada, de esta forma el tracto digestivo se adapta al cambio de la dieta. La Organización
Mundial de la Salud, recomienda un consumo de fibra dietaría de 25-38 gramos diarios. El exceso
de fibra dietaría trae efectos negativos para el funcionamientos del organismo, uno de los efectos
más comunes son los gases, inflamación abdominal o distensión. No obstante de sus efectos
benéficos, el exceso de fibra es decir, una cantidad mayor de 50 gr de fibra puede producir
problemas de absorción de vitaminas y minerales indispensables debido a su efecto quelante.
Conlleva también a diarrea u obstrucción provocando cólicos intestinales.
A pesar de que no existe un concepto general y único de la fibra dietaria, los efectos benéficos
observados en los estudios epidemiológicos y la evidencia expuesta previamente la hacen
indispensable en el tratamiento y prevención de enfermedades. Por lo cual debe ser
recomendada, dentro de los valores óptimos de consumo, a toda la población. Concluimos que
debe haber una concientización con el fin de llevar una dieta saludable con mayor consumo de
frutas, verduras, cereales y granos integrales, evitando alimentos procesados pobres en fibra,
alimentos con azúcares añadidos y alimentos procesados.
Bibliografía