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¿Quién es el iniciador y perfeccionador de nuestra fe?

JESÚS
“De grano en grano …” Avanzo a la plenitud de mi fe

{Hebreos 12:2} 2 Fijemos la mirada en Jesús, el iniciador y


perfeccionador de nuestra fe, quien por el gozo que le esperaba, soportó
la cruz, menospreciando la vergüenza que ella significaba, y ahora está
sentado a la derecha del trono de Dios.
Con respecto a nuestra fe en este versículo hallamos que tuvo un inicio y
que se halla en proceso de perfeccionamiento. Y es el SEÑOR JESÚS el iniciador
y el perfeccionador.
Esto me recuerda las veces en que la batería del carro se nos ha
descargado y conectando con cables esta batería con la de otro carro se le da
inicio y posteriormente toca esperar un tiempo para que la carga de la batería
llegué a la plenitud necesaria para que el carro pueda apagarse y vuelva a
encender sin ayuda externa.
“De grano en grano …” Con el Señor Jesucristo avanzo a la plenitud de mi fe.

La fe es la base de una vida cristiana, es por fe que una persona llega a ser salva,
y la fe viene como resultado de oír el mensaje, y el mensaje que se oye es la
Palabra de Cristo (Romanos 10:17).

Recordando y estudiando versículos que expliquen el proceso de inicio y


perfeccionamiento de la Fe, que el Señor Jesucristo lleva a cabo en nosotros me
encontré con algunos que nos permiten ver como de grano en grano, y si
dejamos que Dios actúe en nuestra vida podemos avanzar hacia la plenitud de
nuestra fe.

La fe no es una acción de solamente una vez para nosotros los cristianos, sino
que debe ser proceso continuo y progresivo. Veamos algunos de los granos por
los que hemos pasado o estamos pasando.

GRANO 1.- NO FE TENER FE


{Marcos 4:40} “¿Por qué tienen tanto miedo? —dijo a sus discípulos—.
¿Todavía[a] no tienen fe?”

Es el punto de inicio, el punto más bajo del proceso “De grano en grano” Y
Cristo no se dirigía en este versículo a los no creyentes, sino a sus discípulos y
hoy se dirige a nosotros, sus discípulos. El hecho de ser creyentes no nos exime
de este punto de inicio en algunas de las áreas de nuestra vida.

Pues más veces que las que quisiéramos tener, frente a tormentas o tempestades
en nuestras vidas nos descubrimos que no tenemos fe. Los discípulos estaban
miedosos pues temían morir ahogados y frente a la fuerte tormenta ellos eran
incapaces de hacer algo y decidieron llamar al Maestro y cuestionarlo. Jesús
después de haber ordenado al viento y al mar que se callaran y se clamaran les
pregunta:

¿Por qué tienen tanto miedo?


¿Todavía [a]
no tienen fe? ¿Cómo es que no tienen fe?

Estos discípulos ya habían sido testigos de los milagros de Jesús, habían


escuchado sus enseñanzas, sabían que ÉL era el Hijo de Dios, el Mesías esperado
por los judíos, y era el Mesías ¿cómo iban a morir ahogados?

Ante los embates del viento, de las olas y del barco inundado, perdieron sus
esperanzas. Su fe en Jesús se había ahogado en el miedo a morir.

¿Cuántas veces hemos pasado en nuestra vida como cristianos por situaciones
similares? ¿O de pronto la estamos viviendo hoy? Cuando consideramos que el
problema, la dificultad o la situación, es más grande que nuestro Dios. Cuando en
nuestro razonamiento convertimos las improbabilidades en imposibilidades,
demostramos que no tenemos fe, pues nos olvidamos que para Dios nada es
imposible.

GRANO 2.- POCA FE


{Mateo 6:30} “Si así viste Dios a la hierba que hoy está en el campo y
mañana es arrojada al horno, ¿no hará mucho más por ustedes, gente de
poca fe?”
En este versículo el Señor Jesús nos habla de la gente de poca fe. Y esto
sucede cuando nos preocupamos, cuando nosotros nos ocupamos y hacemos las
cosas a nuestra manera y no dejamos que Dios nos guíe principalmente en lo
relacionado con nuestro alimento, nuestra bebida y nuestra vestimenta. Cuando
no recurrimos primero al reino de Dios su justicia.
Cuando consideramos que en estas cosa básicas no vale la pena “molestar”
a Dios y lo reservamos para cosas más “importantes”.

Descubrimos nuestra poca fe cuando nos damos cuenta que andamos metidos
en líos por haber olvidado esta enseñanza del Señor Jesús, que no podemos
añadir ni una sola hora al curso de nuestra vida, que valemos más que las aves
del cielo y que los lirios del campo.

Debemos recordar que Dios nos ha prometido satisfacer todas nuestras


necesidades.

GRANO 3.- FE CRECIENTE – FE EN AUMENTO

{Lucas 17:5-6} 5 Entonces los apóstoles le dijeron al Señor: —¡Aumenta


nuestra fe! 6 —Si ustedes tuvieran una fe tan pequeña como un grano de
mostaza —les respondió el Señor—, podrían decirle a este árbol:
“Desarráigate y plántate en el mar”, y les obedecería.
Nuestra relación con Dios debería crecer cada día, y por ende nuestra fe en ÉL
también.

Y el primer GRAN paso que debemos dar es que nuestra fe llegue al tamaño de
un grano de mostaza. Con este “minúsculo” tamaño de nuestra fe, resultado de
nuestro conocimiento de Dios a través de Su Palabra y del aumento de nuestra
relación con ÉL, dice el Señor Jesús en Mateo 17:20, que nada será imposible.

No es porque seamos dioses, sino porque contamos con la presencia de Dios en


todo y permitimos que sea Cristo quien viva en nosotros, solo somos
instrumentos, solo somos ramas y ÉL es la vid y daremos mucho fruto cuando
permanezcamos en ÉL como ÉL en nosotros.

Recordemos que el Señor Jesús cuando se responde con qué comparar el reino de
Dios afirma que una vez sembrada la pequeña semilla de mostaza “crece hasta
convertirse en la más grande de las hortalizas, y echa ramas tan grandes que las
aves pueden anidar bajo su sombra.” (Marcos 4:32).

No importa la cantidad sino la calidad de lo que tiene adentro, su potencial está


por dentro. Aun como “doraditos” y por ser “doraditos” debemos pedirle a Dios
que nos aumente nuestra fe, que nos permita vernos como ÉL nos ve y llegar a
ser soporte para muchos más, en especial en nuestras familias.

Y hay una manera para que nosotros mismos nos demos cuenta que nuestra fe se
acrecienta: si podemos responder afirmativamente la pregunta ¿Mi amor hacia
otros sigue abundando? (2 Tes. 1:3)

GRANO 4.- FE FUERTE


{1 Timoteo 6:12} 12 Pelea la buena batalla de la fe; haz tuya la vida
eterna, a la que fuiste llamado y por la cual hiciste aquella admirable
declaración de fe delante de muchos testigos.

De grano en grano nuestra fe debe recibir fortaleza para pelear la buena batalla
desde el día que hicimos la oración, la declaración, de fe. Para algunos de
nosotros son meses, para otros años, para otros: decenas de años, pero lo que
interesa es que no paremos de recibir fortaleza para que con nuestra FE FUERTE
peleemos la buena batalla diariamente. Somos soldados del ejército de Dios, y ÉL
nos ofrece seguirnos preparando y fortaleciendo para que aun en nuestro tiempo
de peinar canas seamos productivos.

Para fortalecer nuestra fe debemos permanecer arraigándonos y edificándonos en


la Roca que es el Señor Jesucristo.

{Colosenses 2:6-7} Libertad en Cristo


6 Por eso, de la manera que recibieron a Cristo Jesús como Señor, vivan
ahora en él, 7 arraigados y edificados en él, confirmados en la fe como se
les enseñó, y llenos de gratitud.

Es claro que un árbol debe tener raíces fuertes y profundas para mantenerse
vigoroso, en pie y en crecimiento. Los doraditos seguimos creciendo y debemos
arraigarnos cada día más en la Roca, profundizando en la Palabra de Dios.

Así como las raíces no se ven, nuestro crecimiento y fortalecimiento debe ser en
nuestro interior para que se refleje externamente al dar las batallas.

La principal batalla de nuestra fe es contra el tentador y contra la tentación.

{1 Tesalonicenses 3:5} Por eso, cuando ya no pude soportarlo más,


mandé a Timoteo a indagar acerca de su fe, no fuera que el *tentador los
hubiera inducido a hacer lo malo y que nuestro trabajo hubiera sido en
vano.

En la medida que ganemos batallas contra la tentación y contra el tentador


nuestra fe va aumentando y nos hacemos más fuertes en Cristo Jesús.Pero
también debemos mantenernos alertas.

{1 Corintios 16:13} 13 Manténganse alerta; permanezcan firmes en la


fe; sean valientes y fuertes.
Debemos mantenernos alertas, permanecer firmes y fuertes en la fe, para llegar
a ser valientes y fuertes en la batalla contra la tentación y contra el tentador.
GRANO 5.- PLENOS DE FE – LLENOS DE FE
{1 Timoteo 1:14} 14 Pero la gracia de nuestro Señor se derramó sobre mí
con abundancia, junto con la fe y el amor que hay en Cristo Jesús.
Y el siguiente grano nos lleva a comprender y estar convencidos de que la
gracia, la fe y el amor de Dios nos llena plenamente, y que estando arraigados en
Cristo Jesús nos permite recibir continuamente la porción necesaria para que el
nivel siempre esté marcando PLENITUD.
Si tenemos un vaso con agua para que permanentemente este marcando
lleno totalmente debe estar recibiendo y rebosando. Y lo que sale está
humedeciendo el área próxima. De igual manera para que nuestro nivel esté
marcando PLENITUD entonces debemos continuamente estar recibiendo de Dios y
afectando, inspirando, motivando a nuestros próximos con nuestra fe en Cristo.
Así como Loida con su fe animó a su hija Eunice, y las dos animaron a
Timoteo (hijo de Eunice), nosotros los doraditos debemos animar con fe sincera,
a los hijos, a los nietos, a los bisnietos, etc.

De grano en grano, con la presencia de Dios y decididos a arraigarnos en Cristo,


podemos pasar de NO TENER FE a LA PLENITUD DE FE en todas las áreas de
nuestra vida.

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