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REPERTORIO DE FUENTES DEL MUNDO ÁRABE-ISLÁMICO

Cátedra de Historia de Asia y África II

Facultad de Humanidades y Artes-UNR

Selección y traducción: Luis César Bou

Yamnal Al-Afgani

Las causas de la debilidad del Islam

“Dios no cambiará la condición de un pueblo mientras éste no cambie lo que en si


tiene. Esto es así porque Dios no modifica la gracia que dispensa a un pueblo mientras éste
no cambie lo que en sí tiene”.

El Corán es el libro de Dios. Ha sido enviado para guiar y dirigir a los hombres. Ha
sido concebido en árabe simple y claro. En él se encuentra prescrito todo aquello de que el
hombre tiene necesidad, todo lo que le puede servir en su vida presente y futura (...). El Dios
Altísimo, en su libro ilustre, nos ha hecho, a todos los musulmanes, millares de promesas.
Nos ha anunciado la buena nueva según la cual el Islam debería ocupar un rango superior al
de las demás religiones. Los musulmanes deberían ser los mejores de los humanos y los
señores de la humanidad (...).

Cuando Dios dio nacimiento a los pueblos musulmanes, éstos últimos eran poco
numerosos y no formaban más que una población insignificante. Y pese a ello Dios los elevó
al más alto grado del poderío. Así, pudieron conducir sus pasos hasta las cumbres de las
cadenas elevadas y su poderío hizo vibrar las montañas. El eco de sus nombres hizo sacudir a
los corazones. Su aspecto terrorífico hizo temblar los cuerpos y estallar las vísceras de los
valientes. Su extraña aparición inspiró temor a todos. Su avance extraordinario conmovió a
los espíritus. El mundo entero quedó perplejo ante este sorprendente progreso realizado en
tan corto período. Se preguntaba de dónde vendría este “tren eléctrico” que le permitía reco-
rrer millares de kilómetros en un guiño (...).

Nadie pudo imaginar que este pequeño y débil grupo de hombres llevara a la derrota a
tantas naciones poderosas e implantara así en el mundo entero su propia religión: la del Islam
(...). ¿Cuáles fueron las razones? Que los musulmanes quedaron fieles a los compromisos
que habían contraído hacia Dios. También Dios les acordó en este mundo y en el otro su
abundante gratitud: la gloria en éste y el honor en el otro (...)

Echemos ahora un breve vistazo a la situación actual de los musulmanes y


comparémosla con su condición pasada. Hoy en el mundo, el número de los musulmanes
sobrepasa los 600 kurur (1 kurur = 500.000): eso significa que multiplican por 2.000 el
número de los que conquistaron los otros países. Su territorio, desde el océano Atlántico (...)
hasta el corazón de China, comprendía países independientes y prósperos. Eran las mejores
regiones del mundo, dotadas de una naturaleza bella, de un clima puro, de tierras fecundas de

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todas las riquezas (los dones de Dios, aptas para todos los cultivos, centros de todos los
recursos y fuentes de todas las ciencias y los conocimientos (...)

A pesar de eso y desgraciadamente, hoy las ciudades musulmanas son saqueadas y


despojadas de sus bienes, los países del Islam dominados por los extranjeros y sus riquezas
explotadas por otros. No transcurre un día sin que los Occidentales pongan la mano sobre
una parcela de estas tierras. No pasa una noche sin que pongan bajo su dominio una parte de
estas poblaciones que ellos ultrajan y deshonran.

Los musulmanes no son ni obedecidos ni escuchados, Se les ata con las cadenas de la
esclavitud. Se les impone el yugo de la servidumbre. Son tratados con desprecio, sufren
humillaciones. Se quema sus hogares con el fuego de la violencia. Se habla de ellos con
repugnancia. Se cita sus nombres con términos groseros. A veces se les trata de salvajes (...)

¡Qué desastre! ¡Qué desgracia! Y ¿eso por qué? ¿Por qué tal miseria? Inglaterra ha
tomado posesión de Egipto, del Sudán y de la península de la India, apoderándose así de una
parte importante del territorio musulmán. Holanda se ha convertido en propietaria
omnipotente de Java y las islas del océano Pacífico. Francia posee Argelia, Túnez y
Marruecos. Rusia tomó bajo su dominio el Turquestán occidental, el Cáucaso, la Trans-Oxia-
na y el Daguestán. China ha ocupado el Turquestán oriental. Sólo un pequeño número de
países musulmanes han quedado independientes, pero en el miedo y el peligro (...). En su
propia casa son dominados y sometidos por los extranjeros que los atormentan a todas horas
mediante nuevas artimañas y oscurecen sus días a cada instante con nuevas perfidias. Los
musulmanes no encuentran ni un camino para huir ni un medio para combatir (...)

Oh, qué gran calamidad! ¿De dónde viene esta desgracia? ¿Cómo han llegado a este
punto las cosas? ¿Dónde la majestad y la gloria de antaño? ¿Qué fue de esta grandeza y este
poderío? ¿Cómo han desaparecido este lujo y esta nobleza? ¿Cuáles son las razones de tal
decadencia? ¿Cuáles son las causas de tal miseria y de tal humillación? ¿Se puede dudar de
la veracidad de la promesa divina? “¡Que Dios nos preserve!”. ¿Se puede desesperar de su
gracia? “¡Que Dios nos proteja!”.

¿Qué hacer, pues? ¿Dónde encontrar las causas de tal situación? Dónde buscar los
móviles y a quién preguntar, sino afirmar: “Dios no cambiará la condición de un pueblo
mientras éste no cambie lo que en sí tiene”.

(1) Cita compuesta de dos versículos extraídos de dos azoras: de la 13 (“El Trueno”),
aleya 11 y de la azora 8 (“El Botín”), aleya 53.

Extraído de la obra de Homa Packdamar, Djamal al-Din Assad dit a]-Afghani,

París, 1996, pp. 268-274.

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Lord Cromer (Evelyn Baring)

Por qué Gran Bretaña adquirió Egipto en 1882.

Nota: En este relato, escrito en 1908, Lord Cromer da sus razones para la conquista
inglesa de Egipto y su transformación en protectorado. Cromer residió veinte años en
Egipto como Cónsul General inglés, y virtual virrey.

Puede decirse que ahora Egipto casi forma parte de Europa. Está en la principal ruta
hacia el lejano Oriente. Nunca dejó de ser un objeto de interés para todas las potencias de
Europa, y especialmente para Inglaterra. Un numeroso e inteligente grupo de europeos y de
orientales no-egipcios han hecho de Egipto su hogar. Ha sido invertido capital europeo en
una gran cantidad en el país. Los derechos y privilegios de los europeos son guardados
celosamente, y, sin embargo, han dado lugar a cuestiones complejas, que requieren para su
resolución un monto nada pequeño de ingenio y conocimiento técnico. Las instituciones
extranjeras han arraigado y hecho raíces en el país. Las capitulaciones amparan esos
derechos de soberanía interna que son gozados por los gobernantes o legislaturas de la
mayoría de los estados. La población es heterogénea y cosmopolita en un grado casi
desconocido en parte alguna. A pesar de que la fe predominante es el Islam, en ningún país
del mundo hay una variedad más grande de credos religiosos que los que se encuentran en
importantes sectores de la comunidad.

En adición a estas peculiaridades, que son de un carácter normal, tiene que tenerse en
mente que en 1882 el ejército egipcio estaba en estado de motín; la tesorería estaba en
bancarrota; cada rama de la administración había sido dislocada; el antiguo y arbitrario
método, bajo el cual el país había sido administrado por siglos, había recibido un severo
golpe, mientras, al mismo tiempo, no había sido instrumentado ningún orden ni ley nuevo
que tomara su lugar. ¿Es probable que un gobierno compuesto por los rústicos elementos
descritos más arriba, y liderado por hombres de tan pobre capacidad como Arabi y sus
adjuntos, hubiera sido capaz de controlar una máquina compleja de esta índole? ¿Habrían
triunfado los sheiks de la mezquita de Al Azhar donde Tewfik Pashá y sus ministros, que
eran hombres de relativa educación e ilustración, actuando bajo la guía e inspiración de una
potencia europea de primera clase, sólo habían alcanzado un mediocre éxito luego de años de
paciente labor? Sólo puede haber una respuesta a estas preguntas. Ni está en la naturaleza de
las cosas que cualquier movimiento similar pudiera, bajo las condiciones presentes de la
sociedad egipcia, encontrarse con ningún éxito mejor. La completa e inmediata ejecución de
una política de “Egipto para los egipcios”, tal como fue concebida por los seguidores de
Arabi en 1882, era, y todavía es, imposible.

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La historia, de hecho, registra algunos cambios radicales en las formas de gobierno a
las que un estado ha sido sujeto sin que sus intereses naufragaran absoluta y
permanentemente. Pero sería dudoso que pudiera citarse una instancia de una súbita
transferencia de poder en cualquier comunidad civilizada o semi-civilizada hacia una clase
tan ignorante como los egipcios puros, tal como eran en el año de 1882. Estos últimos han
sido, por siglos, una raza sometida. Han dominado sucesivamente Egipto los persas, griegos,
romanos, árabes de Arabia y Bagdad, circasianos, y finalmente turcos otomanos, pero
tenemos que retroceder hacia los dudosos y oscuros precedentes de los tiempos faraónicos
para encontrar una época en que, posiblemente, Egipto fue gobernado por egipcios.
Tampoco, en el presente, parecen poseer la cualidades que harían deseable, en su propio
interés o en el de el mundo civilizado en general, elevarlos a la categoría de gobernantes
autónomos con todos los derechos de soberanía interna.

Si, en consecuencia, era inevitable o casi inevitable una ocupación extranjera, debe ser
considerado hasta qué punto era preferible una ocupación británica a cualquier otra. Desde el
punto de vista puramente egipcio, la respuesta a esta pregunta no puede ser dudosa. La
intervención de cualquier potencia europea era preferible a la de Turquía. La intervención de
una potencia europea era preferible a la intervención internacional. La especial aptitud
mostrada por los ingleses en el gobierno de las razas orientales señalaba a Inglaterra como el
instrumento más efectivo y benéfico para la introducción gradual de la civilización europea
en Egipto. Una ocupación anglo-francesa o una anglo-italiana, de las que escapamos estrecha
y también accidentalmente, habría sido en detrimento de los intereses egipcios y habría
finalmente causado fricción, sino seria disensión, entre Inglaterra por una parte y Francia o
Italia por la otra. La única cosa que puede decirse a favor de una intervención turca es que
habría relevado a Inglaterra de la responsabilidad de intervenir.

Mediante el proceso de agotar todos los otros expedientes, arribamos a la conclusión de


que la intervención armada británica era, bajo las especiales circunstancias del caso, la única
solución posible de las dificultades que existían en 1882. Probablemente también era la
mejor solución. Los argumentos en contra de la intervención británica, de hecho, eran
bastante obvios. Era fácil prever que, con una guarnición británica en Egipto, sería
dificultoso que las relaciones de Inglaterra tanto con Francia como con Turquía fueran
cordiales. Con Francia, especialmente, existía el peligro de que nuestras relaciones se
volvieran muy tirantes. Además, perdíamos las ventajas de nuestra posición insular. La
ocupación de Egipto empujó a Inglaterra hasta cierto punto dentro de la arena de la política
continental. En caso de guerra, la presencia de una guarnición británica en Egipto sería
posiblemente una fuente de debilidad más que de fuerza. Nuestra posición en Egipto nos
ubicaba en una posición diplomática desventajosa. Cualquier potencia con la que tuviéramos
una diferencia de opinión acerca de alguna cuestión no-egipcia, era ahora capaz de venganza
mediante la oposición a nuestra política egipcia. Los complicados derechos y privilegios
poseídos por las variadas potencias de Europa en Egipto facilitaban acciones de esta
naturaleza.

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No puede haber duda de la fuerza de estos argumentos. La respuesta a ellos es que era
imposible para Gran Bretaña permitir a las tropas de cualquier otra potencia ocupar Egipto.
Cuando se volvió claro que alguna ocupación extranjera era necesaria, que el Sultán no
actuaría a no ser bajo condiciones que eran imposibles de aceptar, y que ni la cooperación de
Francia ni la de Italia serían aseguradas, el gobierno británico actuó con prontitud y vigor.
Una gran nación no puede dejar de lado las responsabilidades que su historia y su lugar en el
mundo han impuesto sobre ella. La historia inglesa muestra otros ejemplos del pueblo y
gobierno inglés llevados por accidente a hacer lo que no solamente era correcto, sino que era
también más acorde a los intereses británicos.

Fuente: The Earl of Cromer, Modern Egypt, 2 Vols., (New York: Macmillan, 1908).

Sir Henry Mc Mahon

Carta al Jerife Hussein, 1915

Nota: Mc Mahon era el Alto Comisionado británico en Egipto y el Jerife Hussein era
el rey del Hiyaz y custodio de los Santos Lugares del Islam durante la Primera Guerra
Mundial. En una serie de diez cartas, entre 1915 y 1916, Mac Mahon trató de lograr el
apoyo árabe contra el Imperio Otomano. El siguiente fragmento es de una carta del 24 de
octubre de 1915. Allí aparece la promesa implícita de un apoyo británico a un estado árabe
independiente

Octubre 24 de 1915

He recibido con mucho agrado vuestra carta del 29 de Shawal de 1333, y vuestra
expresión de amistad y sinceridad me ha dado la satisfacción más grande.

Lamento que haya recibido de mi última carta la impresión de que yo considero con
frialdad y hesitación la cuestión de los límites y fronteras; no es ese el caso, sino que me
pareció que no había llegado todavía el momento en que esa cuestión fuera discutida de una
manera conclusiva.

He comprendido, sin embargo, de vuestra última carta que usted considera esta
cuestión como de vital y urgente importancia. En consecuencia, no he perdido tiempo en
informar al Gobierno de Gran Bretaña de los contenidos de vuestra carta, y con gran placer
le comunico en vuestro beneficio la siguiente declaración, que confío que usted recibirá con
satisfacción.

Los dos distritos de Mersina y Alexandreta y las partes de Siria al oeste de los distritos
de Damasco, Homs, Hama y Alepo no puede decirse que sean puramente árabes, y serán
excluidos de los límites demandados.

Con la anterior modificación y sin prejuicio de nuestros tratados existentes con jefes
árabes, aceptamos esos límites.

En lo que hace a aquellas regiones que están dentro de las fronteras en las cuales Gran
Bretaña es libre para actuar sin detrimento de los intereses de su aliada, Francia, tengo el
poder en el nombre del Gobierno de Gran Bretaña de dar las siguientes seguridades y hacer
la siguiente respuesta a vuestra carta:

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1) Sujeto a las anteriores condiciones, Gran Bretaña está preparada para reconocer y
apoyar la independencia de los árabes en todas las regiones dentro de los límites demandados
por el Jerife de La Meca.

2) Gran Bretaña garantizará los Sitios Sagrados contra toda agresión externa y
reconocerá su inviolabilidad.

3) Cuando la situación lo admita, Gran Bretaña dará a los árabes su asesoramiento y los
asistirá para establecer las que parezcan ser las formas de gobierno más convenientes en esos
territorios.

4) Por otra parte, queda entendido que los árabes han decidido buscar el asesoramiento
y guía solamente de Gran Bretaña, y que los asesores y funcionarios europeos que se
requieran para la formación de una administración serán británicos.

5) Con respecto a las vilayas de Bagdad y Basora, los árabes reconocerán que la
posición establecida e intereses de Gran Bretaña necesitan arreglos administrativos
especiales en orden a asegurar a esos territorios de la agresión extranjera, promover el
bienestar de las poblaciones locales y salvaguardar nuestros intereses económicos mutuos.

Estoy convencido de que esta declaración asegurará a usted más allá de toda posible
duda de la simpatía de Gran Bretaña hacia las aspiraciones de sus amigos los árabes y
resultará en una alianza firme y duradera, cuyos resultados inmediatos serán la expulsión de
los turcos de los países árabes y la liberación de los pueblos árabes del yugo turco, que por
tantos años los ha aprisionado duramente.

Fuente: Great Britain. Parliamentary Papers, 1939, Misc. No. 3, Cmd. 5957.

Tahâ Hussein:

El Futuro de la Cultura en Egipto (1954)

En orden a convertirnos en socios iguales en civilización con los europeos, debemos


literal e inmediatamente hacer todo lo que ellos hacen; debemos compartir con ellos la
civilización presente, con todos sus aspectos placenteros y desagradables, y no contentarnos
con palabras o meros gestos... Para nuestra defensa nacional necesitamos un ejército fuerte,
uno igual en hombres y equipos a aquel de cualquier agresor potencial. Nuestras fuerzas
deben ser organizadas sobre el modelo europeo, particularmente respecto al entrenamiento
de los soldados, oficiales y las variadas categorías de especialistas. Pienso que todos los
egipcios estarán de acuerdo con esto... Queremos ser iguales a las naciones europeas en
poder militar en orden de repeler el ataque de cualquier agresor y ser capaces de decir a
nuestros amigos ingleses: “Gracias, pueden irse; nosotros podemos ahora defender el Canal”.
Quien quiera el fin debe querer los medios; quien quiera poder debe querer los elementos
que lo constituyen; quien quiera un ejército fuerte de tipo europeo debe querer un
entrenamiento europeo.

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También necesitamos independencia económica. Ninguno duda o discute esto. De
hecho, clamamos por esto e importunamos al gobierno para que haga todo lo que pueda tan
pronto como sea posible. Queremos esta independencia no por ella misma, sino para la
protección de nuestra riqueza y recursos. No quiero decir que debamos ser independientes
del Hiyás, Yemen, Siria e Iraq, sino independientes de Europa y América. Por lo tanto
debemos usar los mismos medios que usan los europeos y americanos para defender sus
economías nacionales. Esto implicará, entre otras cosas, la construcción de escuelas para
entrenar a nuestra juventud para este propósito. Nuevamente, quien quiere el fin debe querer
los medios. No es suficiente, no es lógico, para nosotros buscar la independencia mientras
nos comportamos como esclavos.

Además, queremos independencia científica, artística y literaria de manera de ser


también iguales, no esclavos de los europeos en estos aspectos de la vida. Deseando esta
independencia intelectual y concomitantemente psicológica, naturalmente debemos querer
los medios, o sea estudiando, sintiendo, juzgando, trabajando, y organizando nuestras vidas
de la manera que ellos lo hacen.

Queremos, finalmente, ser libres en nuestro país, libres tanto de la presión extranjera
como de la opresión y desigualdad doméstica. Lo primero requiere fuerza, lo último
democracia. Si apuntamos a estos fines debemos adoptar los medios para adquirirlos. Estos
son los medios por los cuales los países europeos y americanos adquirieron su independencia
y su gobierno democrático. Ahora que hemos tenido éxito en restaurar el honor y auto-
respeto que vino con la independencia, nuestro trabajo es proteger lo que hemos ganado.
Debemos educar a una generación de jóvenes egipcios que nunca conocerán la humillación
y vergüenza que fue la suerte de sus padres. Algunos egipcios objetan la europeización sobre
la base de que amenaza nuestra personalidad nacional y herencia gloriosa. Yo no abogo por
el rechazo del pasado o la pérdida de nuestra identidad en la europea;... el único momento en
que pudimos haber sido absorbidos por Europa fue cuando fuimos extremadamente débiles,
ignorantes y poseídos por la noción de que el sombrero era superior al turbante y al fez
¡porque siempre cubría una cabeza más distinguida! A pesar de que grandes potencias
impusieron su voluntad sobre nosotros por muchos siglos, no fueron capaces de destruir
nuestra personalidad. Solamente estoy pidiendo que los elementos de defensa, religión,
lenguaje, arte e historia sean fortalecidos por la adopción de técnicas e ideas occidentales.

Manifiesto del pueblo argelino

Argel, 10 de febrero de 1943.

“Argelia se encuentra desde el 8 de noviembre último bajo ocupación de las fuerzas


anglo-americanas.

Esta ocupación, al aislar la colonia de la metrópoli, ha provocado entre los franceses de


Argelia una verdadera carrera por el poder. Republicanos, gaullistas, realistas, israelitas, cada
grupo, por su lado, intenta revalorizar su colaboración a ojos de los Aliados, y vigila en
defensa de sus intereses particulares.

En medio de esta agitación cada uno parece ignorar hasta la misma existencia de los 8
millones y medio de indígenas.

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Sin embargo, la Argelia musulmana, aunque indiferente a estas rivalidades, queda
vigilante y atenta a su destino.

Hoy los representantes de esta Argelia, respondiendo al voto unánime de sus


poblaciones, no pueden sustraerse al imperioso deber de plantear el problema de su porvenir.

Al hacer esto, en nada pretenden renegar de la cultura francesa y occidental que han
recibido y que les es tan querida. Por el contrario, es extrayendo de las riquezas morales y
espirituales de la Francia metropolitana y de la tradición de libertad del pueblo francés,
donde encuentran la fuerza y la justificación de su acción presente.

Conscientes de sus responsabilidades ante Dios, estos representantes traducen aquí,


sincera y fielmente, las aspiraciones profundas de todo el pueblo argelino musulmán.

Este Manifiesto, más que una requisitoria, es un testimonio y un acto de fe.

Por segunda vez a lo largo del siglo XX, el mundo entero combate por el triunfo de la
Justicia y del Derecho, por la liberación de los pueblos (...) La paz de 1918 ha costado cara.
El sacrificio de los combatientes, de todas las nacionalidades y religiones, ha sido vano. Las
ambiciones de los pueblos fuertes y la injusticia que engendran, han sobrevivido al supremo
sacrificio de los muertos.

Hoy las declaraciones de ciertos hombres de Estado están tan llenas de contradicciones
y ambigüedad que es de temer que la paz de mañana contenga, por el egoísmo y el
imperialismo de las grandes naciones, por la debilidad y pusilanimidad de los pequeños
pueblos, los gérmenes de una guerra futura.

No obstante, las responsabilidades que pesan sobre las grandes naciones pesan también
sobre los pequeños pueblos y los individuos. Colocado frente a esta responsabilidad, el
pueblo argelino, en su deseo de servir a la vez a la Paz y a la Libertad, eleva su voz para
denunciar al régimen colonial que le ha sido impuesto, para recordar sus protestas anteriores
y ~ reivindicar su derecho a la vida (...)

Orgulloso de esta declaración, el pueblo argelino pide, desde hoy a fin de evitar todo
malentendido y cerrar el camino a las pretensiones y ambiciones que pudieran nacer mañana:

a) La condena y abolición de la colonización, es decir, de la anexión y


explotación de un pueblo por otro (...)

b) La aplicación para todos los países, pequeños y grandes, del derecho de los
pueblos a disponer de sí mismos,

c) La dotación a Argelia de una Constitución propia que garantice:

1) La libertad e igualdad absoluta de todos sus habitantes sin distinción de raza o


religión.

2) La supresión de la propiedad feudal por una gran reforma agraria y el derecho


al bienestar del inmenso proletariado agrícola.

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3) El reconocimiento de la lengua árabe como lengua oficial, al mismo título que
la francesa.

4) La libertad de prensa y el derecho de asociación.

5) La instrucción gratuita y obligatoria para los niños de ambos sexos.

6) La libertad de culto para todos los habitantes y la aplicación a todas las


religiones del principio de la separación de la Iglesia y del Estado.

d) La participación inmediata y efectiva de los musulmanes argelinos en el


gobierno de su país (...) Sólo este gobierno podrá realizar, en un clima de unidad perfecta, la
participación del pueblo argelino en la lucha común.

e) La liberación de todos los condenados y presos políticos, al margen de su


filiación.

La garantía y realización de estos cinco puntos asegurará la entera y sincera adhesión


de la Argelia musulmana a la lucha por el triunfo del derecho y la libertad (...).

Acepta [el pueblo argelino] todos los sacrificios. Corresponde a las autoridades
responsables aceptar su libertad.

Gamal Abdel Naser

Filosofía de la revolución, 1953

“(...) El destino no puede ser confundido con un juego de azar. Los acontecimientos no
se producen casualmente. La existencia no procede de la nada.

No podemos, ciertamente, contemplar, de una manera estúpida, un mapa del mundo sin
comprender cuál es el lugar que ocupamos en él y la misión que nos confiere la ocupación de
nuestro factor lugar. ¿Es posible que podamos ignorar la existencia de un Círculo Arabe que
nos rodea, y que dicho Circulo es parte de nosotros mismos, como nosotros somos parte de
él? La historia nos ha incluido y fundido con él y sus intereses son nuestros intereses, lo que
queda expuesto son hechos reales y no simples palabras.

¿Podemos ignorar la existencia del continente africano, donde el Destino nos colocó, y
que es actualmente testigo y escena de una lucha terrible por su porvenir? Una lucha cuyas
consecuencias nos afectarán, irremediablemente, queramos o no.

¿Podemos ignorar que existe un Mundo Musulmán al que estamos unidos por lazos no
sólo forjados por la fe religiosa, sino también por las realidades históricas? He dicho,

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anteriormente, que el Destino no es un juego de azar. No en vano nuestro país se halla al
sudoeste de Asia, incrustado en el Mundo Arabe, cuya vida se mezcla, directamente, con
nuestra vida. No en vano nuestro país se halla en el nordeste de Africa, en posición geo-
gráfica dominante sobre el continente negro, que se agita hoy en violenta lucha entre los
colonizadores blancos y los nativos de color, disputándose la posesión de sus riquezas
inagotables. No en vano la civilización y la herencia islámica —que los mogoles arrasaron
durante sus conquistas de las capitales antiguas del Islam—, vinieron a refugiarse en Egipto,
donde hallaron seguridad y protección cuando el contraataque de Ain Galout, con el que
Egipto rechazó la invasión de los tártaros.

Los hechos fundamentales ya manifestados tienen sus raíces, profundamente


incrustadas, en nuestra vida. Sea lo que quiera que nosotros hagamos, no podemos ni
olvidarlos, ni pretender desentendernos de ellos.

No sé exactamente por qué recuerdo siempre, al llegar a este punto de mis reflexiones,
la obra de Pirandello, Seis personajes en busca de autor una de las comedias más conocidas
del famoso escritor italiano.

La Historia está llena de las gloriosas proezas de nuestros héroes, que supieron ser
protagonistas, en el escenario de la Patria, heroicamente. Pero también en la Historia hay
papeles grandes y heroicos que no encontraron el autor que los captase en momentos
decisivos.

No sé de manera exacta por qué causa imagino, constantemente, que, en esta parte del
mundo en que vivimos, existe un papel sin autor; un papel grandioso que busca,
constantemente, alguien que sepa representarlo. Y no sé por qué me imagino que este papel
—esta misión, estaría mejor expresado—, va errando a lo largo de la extensa zona que nos
rodea en busca de quien sea capaz de desempeñarle y acaba por caer agotado junto a nuestras
fronteras exigiendo que actuemos con el fin de encarnarlo, ya que nadie lo podrá hacer más
que nosotros.

Me apresuraré a manifestar que no se trata de una misión de caudillaje, sino de una


misión de acción conjunta y coordinada, de experimentación con todos los factores que en
ella participan, de una misión encomendada a nosotros para que pongamos en movimiento la
poderosa energía latente en cada rincón de este vasto territorio del mundo y utilicemos esa
fuerza tremenda haciéndole desempeñar un papel decisivo para mejorar el futuro de la
Humanidad (...)”.

GAMAL ABDEL NASSER

Discurso del 15 de septiembre de 1956

Nota: En este discurso Nasser denuncia las maniobras de Gran Bretaña y Francia
para mantener su dominio sobre el Canal de Suez.

En estos días decisivos de la historia de la humanidad, estos días en los que la verdad
lucha para ser reconocida en un caos internacional donde han prevalecido los poderes de la
dominación perversa y el imperialismo, Egipto se mantiene firmemente preservando su

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soberanía. Vuestro país se mantiene sólida y seguramente para preservar su dignidad contra
los proyectos imperialistas de un grupo de naciones que han mostrado sus deseos de
dominación y supremacía.

En estos días y en estas circunstancias Egipto ha resuelto mostrar al mundo que cuando
las naciones pequeñas deciden preservar su soberanía, lo harán correctamente y que cuando
estas naciones pequeñas están totalmente determinadas a defender sus derechos y mantener
su dignidad, triunfarán indudablemente en lograr sus fines...

Estoy hablando en nombre de todos los árabes de Egipto y en el nombre de todos los
países libres y de todos los que creen en la libertad y están prontos a defenderla.

Estoy hablando en nombre de los principios proclamados por esos países en la Carta
Atlántica. Pero ellos están ahora violando esos principios y se ha convertido en nuestro
destino asumir la responsabilidad de reafirmarlos y establecerlos nuevamente...

Hemos tratado por todos los medios posibles de cooperar con esos países que declaran
asistir a las naciones más pequeñas y que prometieron colaborar con nosotros pero ellos nos
demandaron pagar por adelantado. Nosotros rehusamos esto de manera que ellos
comenzaron a combatirnos. Dijeron que pagarían la construcción del Alto Dique [la represa
de Assuan] y luego retiraron su oferta y arrojaron dudas acerca de la economía egipcia.
¿Hemos de renunciar a nuestro derecho soberano? Egipto insiste que su soberanía debe
permanecer intacta y rehúsa cambiar por dinero parte alguna de esa soberanía.

Egipto nacionalizó la Compañía del Canal de Suez. Cuando Egipto garantizó la


concesión a Lesseps fue establecido en la concesión entre el Gobierno Egipcio y la
Compañía que la Compañía del Canal de Suez es una compañía egipcia sujeta a la autoridad
egipcia. Egipto nacionalizó esta compañía egipcia y declaró que la libertad de navegación
será preservada. Pero los imperialistas se enojaron. Gran Bretaña y Francia dijeron que
Egipto confiscó el Canal de Suez como si este fuera parte de Francia o Gran Bretaña. El
secretario del Foreign Office británico olvida que hace sólo dos años firmó un acuerdo
estableciendo que el Canal de Suez es una parte integral de Egipto.

Egipto declaró que estaba listo para negociar. Pero tan pronto como comenzaron las
negociaciones comenzaron las amenazas e intimidaciones...

Eden afirmó en la Cámara de los Comunes que no habría discriminación entre los
estados que usen el canal. Nosotros por nuestra parte reafirmamos eso y declaramos que no
hay discriminación entre los usuarios del canal. Él también dijo que a Egipto no se le
concedería el éxito porque tal cosa significaría un éxito para el nacionalismo árabe y estaría
contra su política, que tiende a la protección de Israel.

Hoy ellos están hablando de una nueva asociación cuyo principal objetivo sería robar a
Egipto el canal y privarlo de sus derechos legítimos al canal. Las sugerencias hechas por
Eden en la Cámara de los Comunes que han sido respaldadas por Francia y los Estados
Unidos son una clara violación a la convención de 1888, desde el momento que es imposible
tener dos cuerpos organizando la navegación en el canal...

Al establecer que triunfando Abdel Nasser se debilitaría la postura británica contra el


nacionalismo árabe, Eden está de hecho admitiendo que su objetivo real no es Abdel Nasser

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como tal sino más bien derrotar al nacionalismo árabe y aplastar su causa. Eden habla y
encuentra su propia respuesta. Un mes atrás él lanzó el grito que estaría tras Abdel Nasser.
Hoy el pueblo egipcio está totalmente consciente de sus derechos soberanos y el
nacionalismo árabe está totalmente despierto ante su nuevo destino...

Aquellos que atacan a Egipto nunca dejarán a Egipto vivir. Combatiremos en una
guerra regular, en una guerra total, en una guerra de guerrillas. Aquellos que atacan a Egipto
pronto comprenderán que llevaron el desastre sobre sí mismos. El que ataca a Egipto se
enfrenta a todo el mundo árabe. Ellos dicen en sus periódicos que la cuestión estará
terminada en cuarenta y ocho horas. Ellos no saben cuan fuertes somos realmente.

Creemos en la ley internacional. Pero nunca nos someteremos. Mostraremos al mundo


como un país pequeño puede ponerse frente a los grandes poderes amenazantes con potencia
armada. Egipto será una pequeña potencia pero es grande en tanto tiene fe en su poder y
convicciones. Siento muy verdaderamente que cada egipcio comparte la misma convicción
que yo y cree en todo lo que yo estoy sosteniendo ahora.

Defenderemos nuestra libertad e independencia hasta la última gota de nuestra sangre.


Eso es el sentimiento firme de todos los egipcios. La nación árabe entera estará con nosotros
en nuestra lucha común contra la agresión y dominación. Los pueblos libres también, los
pueblos que son realmente libres estarán con nosotros y nos apoyarán contra las fuerzas de la
tiranía...

The Suez Canal Problem, 26 July-22 September 1956, U.S. Department of State
Publication No. 6392 (Washington: G.P.O., 1956), pp. 345-351.

MUHAMMAR EL GADHAFI

LAS ASAMBLEAS PARLAMENTARIAS

El Libro Verde, Primera Parte.

Las Asambleas parlamentarias son la columna vertebral de la democracia clásica


moderna que domina el mundo.

La Asamblea parlamentaria es una representación desvirtuada del pueblo y los sistemas


parlamentarios constituyen una solución truncada al problema de la democracia; la Asamblea
parlamentaria se constituye, fundamentalmente, como representante del pueblo, pero su
fundamento no es, en realidad, democrático, ya que la democracia es el poder del pueblo y
no el poder de un sustituto del pueblo... El hecho mismo de la existencia de una Asamblea
parlamentaria significa la ausencia del pueblo, pues la verdadera democracia no puede
establecerse más que por la participación del propio pueblo, y no a través de la actividad de
sus sustitutos. Las Asambleas parlamentarias se han convertido en la barrera legal entre el
pueblo y el ejercicio del poder al excluir a las masas del ejercicio de la política y
monopolizar la soberanía popular por sí misma en sustitución de las masas y a los pueblos no
les queda más que la falsa apariencia democrática, que se manifiesta en colocarse en largas
filas para depositar las papeletas de voto en las urnas electorales.

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A fin de poner al desnudo la realidad de la Asamblea parlamentaria, nos es preciso
buscar su procedencia: o bien es elegida en circunscripciones electorales, o bien es
constituida por un partido o una coalición de partidos o por designación. Pero ninguno de
estos medios es democrático, pues el reparto de los habitantes en circunscripciones
electorales significa que un solo diputado representa, según el número de habitantes, a miles,
a centenares de miles o a millones de ciudadanos. Esto significa también que el diputado no
está vinculado por un lazo orgánico popular con los electores, puesto que es considerado,
según la democracia clásica existente, como el representante de todo el pueblo junto con los
restantes diputados. A partir de ahí, las masas se separan definitivamente del diputado y el
diputado se separa definitivamente de las masas. Por lo tanto, desde que recibe los votos, el
diputado se convierte en monopolio de su soberanía y obra en su lugar y así vemos que la
democracia clásica que actualmente existe en el mundo, otorga a los miembros de las
Asambleas parlamentarias una veneración y una inmunidad que niega a los miembros del
pueblo. Esto significa que las Asambleas parlamentarias se han convertido en un medio de
usurpar y de monopolizar el poder del pueblo y, por ello, los pueblos tienen hoy derecho a
luchar a través de la revolución popular, para destruir los instrumentos de la monopolización
de la democracia y de la soberanía que niega la voluntad de las masas y que se llaman
Asambleas parlamentarias, y a proclamar su grito resonante representado en un nuevo
principio: "el pueblo no puede ser sustituido por nadie".

Cuando la Asamblea parlamentaría se forma como consecuencia del triunfo de un


partido en unas elecciones es una Asamblea de partido, y no la Asamblea del pueblo, y
representa a un partido y no al pueblo; y el poder ejecutivo detentado por la Asamblea
parlamentaria es el poder del partido vencedor y no el poder del pueblo. Lo mismo ocurre
con la Asamblea parlamentaria en el seno de la cual cada partido dispone de un cierto
número de escaños; los titulares de estos escaños son los representantes de su partido y no
los representantes del pueblo y el poder que emana de una coalición semejante es el de los
partidos de la coalición y no el poder del pueblo. En tales regímenes, el pueblo es la presa
por la que se combate y es entonces explotado y sometido por los sistemas políticos que
combaten entre sí para alcanzar el poder, para arrancar votos al pueblo, mientras que éste se
alínea en filas silenciosas, que se mueven como un rosario, a fin de depositar las papeletas en
las urnas, de igual modo que echaría otros papeles en los cubos de la basura... Esta es la
democracia clásica que domina al mundo entero, bien se trate de regímenes de partido único,
de regímenes bipartidistas o multipartidistas, e, incluso, sin partidos; así se demuestra
claramente que "la representación es una impostura".

En cuanto a las Asambleas que se forman por la designación o la sucesión no tienen


ningún aspecto democrático.

Teniendo en cuenta que el sistema de elección de Asambleas parlamentarias descansa


sobre la propaganda para alcanzar votos, se deduce que se trata de un sistema demagógico,
en el verdadero sentido de la palabra. Es posible comprar y manipular los votos al mismo
tiempo que es imposible para los más pobres competir en las luchas electorales, las cuales las
ganan los ricos únicamente.

Son los filósofos, los pensadores y los escritores quienes se han hecho abogados de la
teoría de la representación parlamentaria, al mismo tiempo que los pueblos eran llevados, sin
saberlo, como rebaños, por los reyes, los sultanes, los conquistadores... La máxima
aspiración de los pueblos en aquella época era tener a alguien que les representase ante aque-
llos gobernantes, los cuales rechazaban esta fórmula. Y, por eso, los pueblos luchaban larga y

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amargamente para conseguir esta aspiración. No es, por tanto, razonable que ahora, después
de la victoria de la era de las repúblicas y el comienzo de la era de las masas, la democracia
sea tener un pequeño grupo de diputados para representar grandes masas. Es una teoría
anticuada y una experiencia superada. El poder debe ser enteramente del pueblo.

Las dictaduras más tiránicas que el mundo ha conocido se han establecido a la sombra
de Asambleas parlamentarias.

Muammar El Gadhafi

LA ENSEÑANZA

El Libro Verde, Segunda Parte

La enseñanza o el aprendizaje no son aquellos métodos organizados ni aquellas


asignaturas clasificadas que obligan a los jóvenes a su conocimiento durante unas horas
determinadas, sentados en pupitres alineados y contenidas en unos libros impresos. Esta
clase de enseñanza, dominante por lo demás en todo el mundo, constituye un sistema
contrario a la libertad. La enseñanza obligatoria de la que tanto se vanaglorian los países
cada vez que pueden aplicarla es uno de los métodos de opresión y privación de la libertad,
una anulación impuesta de las dotes del Hombre, y una orientación implantada contra las
opciones del mismo. Es una acción dictatorial, que mata la libertad, impide al hombre la libre
elección, reacción y perfeccionamiento. Obligar a un ser humano a aprender un programa
docente no es otra cosa que un acción dictatorial. Imponer determinadas materias de apren-
dizaje es tanto como imponer un método dictatorial.

La enseñanza obligatoria, el aprendizaje metódico y organizado equivale a una


imposición obligatoria de la ignorancia de las masas. Todos los Estados que encauzan los
programas de enseñanza mediante un método oficial, que obligan a la gente a su aprendizaje,
y determinan las materias a enseñar, obligando a la gente, también oficialmente a aprender
aquellas asignaturas y conocimientos requeridos, son Estados que ejercen la coacción contra
sus ciudadanos. Todos los métodos de enseñanza dominantes en el mundo deben ser destrui-
dos mediante una revolución cultural y universal que libere la mentalidad del Hombre de
aquellos métodos de fanatismo y formación obligada de los gustos, de los conceptos y de la
mentalidad del Hombre.

Esto no quiere decir que se cierren las puertas de las escuelas, tal como pudiera parecer
a los superficiales al leer esto, ni tampoco que la gente se aleje del aprendizaje. Es todo lo
contrario, puesto que implica proporcionar a la sociedad todos los tipos de enseñanza,
dejando a su libre elección la orientación espontánea hacia un determinado saber. Ello exige
que los centros de enseñanza sean comprensivos de todas las clases de saber e implica que la
falta de tal suficiencia debe traducirse como una limitación a la libertad del Hombre y una
coacción para que adquiera determinados conocimientos, privándole así del derecho natural a
adquirir aquellos otros que no son impartidos. Las sociedades que impiden el saber, y lo
monopolizan son sociedades reaccionarias y fanáticas de la ignorancia y enemigas de la
libertad. Así, aquellas sociedades que prohíben el conocimiento de la religión son igualmente

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reaccionarias y fanáticas de la ignorancia y enemigas de la libertad. Las sociedades que
monopolizan la enseñanza religiosa no son menos reaccionarias ni monopolizadoras de la
ignorancia ni menos enemigas de la libertad. Aquellas otras que deforman la religión de los
demás, la civilización de los demás y la conducta de los demás, presentándolos como fuente
propia del saber, son del mismo modo sociedades fanáticas y reaccionarias, enemigas a su
vez de la libertad. Las sociedades que monopolizan el saber material son reaccionarias,
fanáticas de la ignorancia, enemigas de la libertad.

El saber es un derecho natural inherente a cada hombre, y nadie puede privarle de este
derecho, bajo ningún pretexto, a no ser que él mismo cometiera actos que le impidieran su
correspondiente ejercicio.

La ignorancia acabará cuando las cosas sean presentadas como son, y cuando sea
proporcionado su conocimiento del modo más adecuado para el Hombre.

HASAN AL-BANNA

La Yihad

Nota: El egipcio Hasán Al Banna fue el fundador de los Hermanos Musulmanes y


pionero del islamismo político. Murió asesinado en 1949, a la edad de 43 años.

Todos los musulmanes deben hacer yihad

La yihad es una obligación impuesta por Allah sobre cada musulmán y no puede ser
ignorada ni eludida. Allah ha adscrito gran importancia a la yihad y ha hecho que la
recompensa de los mártires y luchadores en Su camino sea espléndida. Solo aquellos que han
actuado como los mártires y se han modelado como ellos en su accionar pueden unirse a
ellos en esta recompensa. Además, Allah ha honrado específicamente a los mujaidin con
ciertas cualidades excepcionales, tanto espirituales como prácticas, para beneficiarlos en este
mundo y en el siguiente. Su sangre pura es un símbolo de victoria en este mundo y la marca
del éxito y felicidad en el mundo por venir.

Aquellos que solamente encuentran excusas, en cambio, han sido advertidos de


castigos extremadamente terribles y Allah los ha descrito con el más infortunado de los
nombres. Él los ha reconvenido por su cobardía y falta de espíritu, y castigado por su
debilidad y holgazanería. En este mundo estarán rodeados de deshonor y en el próximo por
el fuego del cual no escaparán aunque posean mucha riqueza. La debilidad de la abstención y
evasión de la yihad es considerada por Allah como uno de los principales pecados y uno de
los siete pecados que garantizan la bancarrota.

El Islam se preocupa con la cuestión de la yihad y el reclutamiento y movilización de la


Umma entera como un solo cuerpo para defender la causa correcta con todas sus fuerzas más
que cualquier otro sistema de vida, religioso o civil, antiguo o moderno. Los versos del
Corán y la Sunna de Mahoma (la paz sea con él) están rebosantes de todos estos nobles
ideales e intiman a la gente en general a la yihad (con la expresión más elocuente y la

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exposición más clara), a la guerra, a las fuerzas armadas, y a todos los medios de lucha por
tierra y por mar.

La misericordia en la yihad islámica

La yihad islámica es el más noble de los esfuerzos y su método de realización es el más


sublime y exaltado. Porque Allah ha prohibido la agresión. Él, el Todopoderoso, ha dicho:
“Pero no transgredais los límites. Verdaderamente, Allah no gusta de los transgresores”.
(Sura al Baqara 2, 190)

y Él ordenó que sea observada la justicia, incluso en relación al enemigo y el


adversario. Él, el Todopoderoso, ha dicho: “Y no dejéis que la enemistad y el odio hacia
otros os haga dejar de lado la justicia. Sed justos: es lo más cercano a la piedad.” (Sura al
Maaida 5, 8)

Allah instruye a los musulmanes para actuar con la mayor misericordia. Cuando luchan
no deben instigar hostilidades, ni robar o saquear propiedades, ni violar el honor de alguien,
ni perdonar la destrucción gratuita. En la guerra son los mejores combatientes, como en la
paz son los más excelentes pacificadores.

Sobre la autoridad de Burayda, Allah sea compasivo con él, quien dijo: “Siempre que el
Mensajero de Allah (la paz sea con él) designaba un comandante de un ejército o de una
banda de incursores, le hablaba de permanecer consciente de Allah Todopoderoso en su ser
interior y permanecer preocupado por el cuidado de los musulmanes que estaban con él.
Luego él [el Profeta] decía: “Esfuérzate en el nombre de Allah en el camino de Allah.
Combate a aquellos que no creen en Allah: combate, pero no caigas en excesos, no actúes
traicioneramente, no mutiles, y no mates niños.” (Transmitido por Muslim)

Sobre la autoridad de Abu Hurayra, Allah sea compasivo con él, quien dijo: El
Mensajero de Allah (la paz sea con él) dijo: “Cuando uno de ustedes combate, evite herir en
la cara.” (Transmitido por Bujari y Muslim).

Sobre la autoridad de Ibn Masud, Allah sea compasivo con él, quien dijo: “El
Mensajero de Allah dijo: Los más contenidos de entre la humanidad incluso en el momento
de matar son las gentes de la Umma.” (Transmitido por Abu Dawud).

Sobre la autoridad de Abdullah bin Yazid al Ansari, Allah sea compasivo con él, quien
dijo: “El mensajero de Allah (la paz sea con él) prohibía la mutilación y el saqueo”
(Transmitido por Al Bujari).

Está prohibido matar mujeres, niños y viejos, matar a los heridos, o molestar a los
monjes, eremitas, y a los pacíficos que no ofrecen resistencia. ¡Contrasten esta misericordia
con las guerras asesinas de los pueblos “civilizados” y sus terribles atrocidades! ¡Comparen
su ley internacional en contraste con esta justicia divina que todo lo abarca!

¡Oh Allah, bendice a los musulmanes con un correcto entendimiento y juicio, y salva al
mundo de estas injusticias con la luz del Islam!

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SAYYID QUTB

Nota: Sin lugar a dudas, Sayyid Qutb es el principal ideólogo del islamismo político en
el mundo árabe. Pasó gran parte de su vida en las prisiones del régimen de Nasser, donde
finalmente fue ejecutado. En su libro “Señales de Ruta” describe lo que entiende como la
verdadera sociedad islámica.

Señales de Ruta: capítulo 3:

Las características de la sociedad islámica y el método correcto para su conformación

El mensaje del Islam traído por el Mensajero de Dios, Mahoma –la paz sea con él- fue
el último eslabón de una larga cadena de invitaciones hacia Dios por parte de los nobles
Profetas. A través de la historia, este mensaje ha permanecido igual: que los seres humanos
deben reconocer que su verdadero Sustentador y Señor es Dios, que deben someterse a Él
solamente, y que el señorío del hombre sea eliminado. Excepto por unos pocos pueblos aquí
y allí en la historia, la humanidad en su conjunto nunca ha negado la existencia de Dios y Su
soberanía sobre el universo; más bien ha fallado en comprender los reales atributos de Dios,
o en el tomar a otros dioses junto a Dios como Sus asociados. Esta asociación con Dios ha
sido tanto en la creencia y en el culto, como en el aceptar la soberanía de otros junto a Dios.
Ambos aspectos son Shirk [término árabe que se refiere a adscribir los atributos, poder o
autoridad de Dios a otros junto a Él y/o adoración de otros junto a Él] en el sentido de que
ellos llevan a los seres humanos lejos de la religión de Dios, que ha sido traída por los
Profetas. Luego de cada Profeta, hubo un período durante el cual la gente comprendió esta
religión, pero luego gradualmente las generaciones subsiguientes la olvidaron y retornaron a
la Yahiliya [barbarie, período anterior al Islam]. Comenzaron nuevamente el camino del
Shirk, a veces en cuanto a su creencia y culto y a veces en su sumisión a la autoridad de
otros, y a veces en ambos aspectos. A través de todos los períodos de la historia humana la
llamada hacia Dios ha tenido una sola naturaleza. Su propósito es “Islam”, que significa
llevar a los seres humanos a la sumisión a Dios, liberarlos de la servidumbre hacia otros
seres humanos de manera que ellos puedan hacerse devotos del Único Dios Verdadero,
liberarlos de las garras del señorío humano y de las leyes hechas por el hombre, sistemas de
valores y tradiciones de manera que ellos reconocieran la soberanía y autoridad del Único
Dios Verdadero y siguieran Su ley en todas las esferas de la vida. El Islam de Mahoma –la
paz sea con él- llegó para este propósito, al igual que los mensajes de los Profetas anteriores.
El universo entero está bajo la autoridad de Dios, y el hombre, siendo una pequeña parte de
él, necesariamente obedece las leyes físicas que gobiernan el universo. Es necesario también
que la misma autoridad sea reconocida como quien da las leyes para la vida humana. El
hombre no debe apartarse de esta autoridad para desarrollar un sistema separado y un
esquema de vida separado. El crecimiento de un ser humano, sus condiciones de salud y
enfermedad, y su vida y muerte están bajo el esquema de esas leyes naturales que vienen de
Dios; aún en las consecuencias de sus acciones voluntarias él está indefenso ante las leyes
universales. El hombre no puede cambiar la práctica de Dios en las leyes prevalecientes en el
universo. En consecuencia, es deseable que él siga el Islam en aquellos aspectos de su vida
en los que se le da la ocasión y haga de la Ley Divina el árbitro en todas las cuestiones de la
vida de manera que pueda estar en armonía con el resto del universo.

Por otra parte, Yahiliya es el señorío de un hombre sobre otro, y en este aspecto está
contra el sistema del universo y lleva al aspecto involuntario de la vida humana a entrar en
conflicto con su aspecto voluntario. Esta fue esa Yahiliya contra la que luchó cada Profeta de

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Dios, incluyendo al último Profeta –la paz sea con él- en su llamada hacia la sumisión al
Único Dios. Esta Yahiliya no es una teoría abstracta; de hecho, bajo ciertas circunstancias no
tiene teoría en absoluto. Siempre toma la forma de un movimiento vivo en una sociedad que
tiene su propio liderazgo, sus propios conceptos y valores, y sus propias tradiciones, hábitos
y sentimientos. Es una sociedad organizada y hay una estrecha cooperación y lealtad entre
sus individuos, y está siembre pronta y viva para defender su existencia consciente o
inconscientemente. Aplasta a todos los elementos que parecen ser peligrosos para su
personalidad.

Cuando la Yahiliya toma la forma, no de una “teoría” sino de un movimiento activo,


entonces cualquier intento de abolir esta Yahiliya y llevar a la gente de nuevo hacia Dios que
presente al Islam meramente como una teoría será indeseable, además de inútil. La Yahiliya
controla el mundo de lo práctico, y para su sostén hay una organización viva y activa. En
esta situación, los esfuerzos meramente teóricos para combatirla no pueden igualarla, mucho
menos superarla. Cuando el propósito es abolir el sistema existente y reemplazarlo con un
nuevo sistema que en sus principios característicos y en todos sus aspectos generales y
particulares, es diferente del sistema yahili vigente, entonces es razonable que este nuevo
sistema debe también entrar en el campo de batalla como un movimiento organizado y un
grupo viable. Debe entrar en el campo de batalla con la determinación de que su estrategia,
su organización social y las relaciones entre sus miembros deben ser más firmes y más
poderosas que las que existen en el sistema yahili.

El fundamento teórico del Islam, en todo período de la historia, ha sido dar testimonio
de que la ilaha illa Allah [no hay divinidad sino Dios] lo que significa testimoniar que la
única divinidad verdadera es Dios, que Él es el Sostenedor, que Él es el Gobernante del
Universo, y que Él es el Verdadero Soberano; creer en Él en el propio corazón, adorarlo a Él
solamente, y poner en práctica Sus leyes. Sin esta completa aceptación de la illaha illa
Allah, que diferencia a quien la dice como musulmán de un no-musulmán, no puede haber
ninguna significación práctica de este recitado, ni habrá ningún acuerdo sustancial a la ley
islámica. Teóricamente, establecerla significa que la gente debe dedicar sus vidas enteras a la
sumisión a Dios, no debe decidir ningún asunto por sí misma, sino que debe remitirse a los
mandatos de Dios concernientes a esa cuestión y seguirlos. Conocemos la guía de Dios a
través de una sola fuente, esto es, a través del Mensajero de Dios –la paz sea con él. Así, en
la segunda parte de la profesión de fe islámica, debemos dar testimonio: Wa ashadu anna
Muhammadar Rasul Allah” [Y doy testimonio de que Mahoma es el Mensajero de Dios].

Es por lo tanto necesario que la creencia fundacional teórica en el Islam se materialice


en la forma de un grupo organizado y activo desde el mismo principio. Es necesario que este
grupo se separe de la sociedad yahili, volviéndose independiente y distinto de la sociedad
yahili activa y organizada cuyo objetivo es bloquear al Islam. El centro de este nuevo grupo
debe ser un nuevo liderazgo, el liderazgo que primero vino en la persona del Profeta –la paz
sea con él, y luego de él fue delegado en aquellos que lucharon por llevar a la gente bajo la
soberanía de Dios, Su autoridad y Sus leyes. Una persona que da testimonio de que no hay
divinidad excepto Dios y de que Mahoma es el Mensajero de Dios debe cortar sus relaciones
de lealtad para con la sociedad yahili, que ha abandonado, y para con el liderazgo yahili, ya
sea que este tenga la forma de sacerdotes, magos o astrólogos, o la de un liderazgo político,
social o económico, como fue el caso de los Quraish en la época del Profeta –la paz sea con
él. Tendrá que dar su completa lealtad al nuevo movimiento islámico y al liderazgo
musulmán. Este paso decisivo debe ser tomado en el mismo momento en que una persona
dice “La ilaha illa Alla, Muhammadar Rasul Allah” con su boca. La sociedad musulmana no

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puede entrar en existencia sin esto. No puede entrar en existencia simplemente como un
credo en los corazones de musulmanes individuales, a pesar de lo numerosos que estos
puedan ser, a menos que se conviertan en un grupo activo, armonioso y cooperativo, distinto
en sí mismo, cuyos diferentes elementos, como los miembros de un cuerpo humano, trabajen
juntos para su formación, su fortalecimiento, su expansión y su defensa contra todos aquellos
elementos que atacan su sistema, trabajando bajo un liderazgo que sea independiente del
liderazgo yahili, y que organice sus variados esfuerzos hacia un propósito armonioso, que
prepare para el fortalecimiento y ampliación de su carácter islámico y lo dirija a abolir las
influencias de su oponente, la vida yahili. El Islam fue fundado de esta manera. Fue fundado
sobre la base de un credo que, a pesar de ser conciso, incluía la vida en su totalidad. Este
credo inmediatamente puso en acción a un grupo de gente viable y dinámico que se volvió
independiente y separado de la sociedad yahili, cambiándola de inmediato, nunca vino como
una teoría abstracta vacía de existencia práctica. Y, en el futuro sólo podrá poner en práctica
de esta manera. No hay otro camino para el restablecimiento del Islam a la sombra de la
Yahiliya, en cualquier época o país en que ocurra, excepto seguir su carácter natural y
desarrollarlo en un movimiento y un sistema orgánico.

Cuando el Islam, de acuerdo al método antes descrito, pone en marcha una comunidad
musulmana sobre esta base, la convierte en un grupo activo, y hace a esta fe la base única
para las relaciones entre los individuos de este grupo, su objetivo último es despertar la
“humanidad del hombre”, desarrollarla, hacerla fuerte y poderosa, y hacerla el factor más
dominante entre todos los aspectos del ser humano. Busca implementar este propósito a
través de sus enseñanzas, reglas, leyes y preceptos. Algunas características humanas son
comunes con aquellas de los animales, e incluso con las de la materia inorgánica. Esto ha
hecho que los exponentes de la Yahiliya científica se desvíen hasta considerar que el hombre
no es nada más que un animal, ¡o incluso que materia inorgánica! Pero a pesar de las
características que el hombre comparte con los animales y la materia inorgánica, el hombre
posee ciertas otras características que lo distinguen y lo hacen una creación única. Aún los
exponentes de la “ignorancia científica” fueron forzados a admitir esto, habiéndolos
impactado la evidencia de factores visibles; pero aún entonces, su admisión de este hecho no
es sincera ni inequívoca.

A este respecto el servicio prestado por la pura forma de vida del Islam ha producido
resultados concretos y valiosos. El Islam basa a la sociedad islámica en la asociación de
creencia solamente, en lugar de las bajas asociaciones basadas en la raza y el color, la lengua
y el país, los intereses regionales y nacionales. En lugar de fortalecer esos caracteres que son
comunes tanto al hombre como al animal, promueve las cualidades humanas del hombre, las
promueve y las hace el factor dominantes. Entre los resultados concretos y brillantes de esta
actitud está el que la sociedad islámica se vuelve una comunidad abierta e inclusiva, en la
que la gente de variadas razas, naciones, lenguas y colores son miembros, no permaneciendo
traza de esas cualidades animalescas. Los ríos de los más altos talentos y variadas
habilidades de todas las razas de la humanidad desembocan en este vasto océano y se
mezclan en él. Su combinación da lugar a un alto nivel de civilización en un muy corto
período de tiempo, deslumbrando al mundo entero, y mezclando las esencias de todas las
capacidades, ideas y sabiduría humanas de ese período, a pesar de que en esos tiempos los
viajes eran difíciles y los medios de comunicación eran lentos. En esta gran sociedad
islámica árabes, persas, sirios, egipcios, marroquíes, turcos, chinos, indios, romanos, griegos,
indonesios, africanos estuvieron juntos –en resumen, pueblos de todas las naciones y todas
las razas. Sus variadas características fueron unidas, y con cooperación mutua, armonía y
unidad tuvieron parte en la construcción de la comunidad islámica y la cultura islámica. Esta

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civilización maravillosa no fue una “civilización árabe”, ni por un solo día; era puramente
una “civilización islámica”. Nunca fue una “nacionalidad” sino siempre una comunidad de
fe. Así ellos fueron juntos en pie de igualdad en la relación de amor, con sus mentes puesta
en un solo objetivo; Así ellos usaron sus mejores habilidades, desarrollaron las cualidades de
su raza al máximo, y trajeron la esencia de sus experiencias personales, nacionales e
históricas para el desarrollo de esta comunidad única, a la cual ellos pertenecieron en pie de
igualdad y cuyo lazo común fue a través de su relación con su Sostenedor. En esta
comunidad su “humanidad” se desarrolló sin ningún impedimento. ¡Estas fueron las
características que nunca fueron alcanzadas por ningún otro grupo de gente en la historia
entera de la humanidad! La sociedad más distinguida y mejor conocida en la historia antigua
se considera que es la del Imperio Romano. Pueblos de variadas razas, lenguas y
temperamentos estuvieron juntos en esta sociedad, pero todo esto no estaba basado en la
“relación humana” ni había ninguna fe sublime como factor unitario entre ellos; más bien su
sociedad estaba ordenada en un sistema de clases, la clase de los “nobles” y la clase de los
“esclavos”, a través del Imperio. Además, la raza romana –en general- tenía el liderazgo y las
otras razas eran consideradas sus súbditos. En consecuencia esta sociedad no pudo alcanzar
el peso que fue logrado por la sociedad islámica y no pudo conseguir las bendiciones que
logró la sociedad islámica.

También aparecieron varias sociedades en los tiempos modernos. Por ejemplo, el


Imperio Británico. Es igual a la sociedad romana, de la cual es un heredero. Está basado en la
codicia nacional, en la cual la nación británica tiene el liderazgo y explota a aquellas colonias
anexadas por el Imperio. Lo mismo es válido para otros imperios europeos. Los imperios
español y portugués en sus tiempos, y el Imperio Francés, son todos iguales con respecto a la
opresión y explotación. El comunismo también quiere establecer un nuevo tipo de sociedad,
demoliendo las barreras de raza y color, nación y región geográfica, pero esto no está basado
en las “relaciones humanas” sino en un “sistema de clase”. En consecuencia la sociedad
comunista es como la sociedad romana con el énfasis reverso; allí los noble tenían distinción,
mientras aquí el proletariado tiene distinción. El sentimiento principal de esta clase el odio y
envidia de las otras clases. Tal sociedad egoísta y vengativa no puede sino excitar las
emociones básicas en sus individuos. La verdadera base de ella está en excitar características
animalescas, y en desarrollarlas y fortalecerlas. En consecuencia, en esta forma de ver, las
necesidades más fundamentales de un ser humano son aquellas que son comunes con los
animales, esto es, comida, abrigo y sexo. Desde este punto de vista, ¡la historia humana
entera no es sino una lucha por la comida!

El Islam, entonces, es el único modo de vida divino que saca a la superficie las
características humanas más nobles, desarrollándolas y usándolas para la construcción de la
sociedad humana. El Islam ha permanecido único en este respecto hasta hoy. ¡Aquellos que
se desvían de su sistema y quieren algún otro sistema, sea que esté basado en nacionalismo,
color y raza, lucha de clases, o teorías corruptas similares, son los verdaderos enemigos de la
humanidad! Ellos no quieren que el hombre desarrolle aquellas características nobles que le
han sido dadas por su Creador ni desean ver a una sociedad humana beneficiada por la
bendición armoniosa de todas sus capacidades, experiencias y características que han sido
desarrolladas entre las distintas razas de la humanidad.

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Imam Jomeini

EL GOBIERNO ISLÁMICO

INTRODUCCIÓN

Con el nombre de Dios, el Clemente, el Misericordioso.


Alabado sea Dios, Señor de los Mundos.
Las Bendiciones y la Paz sobre el Mejor de la Creación,
Muhammad y su Familia.

El tema de la Wilâiat ul-Faqîh (Regencia del Sabio) (1) nos da la oportunidad de


discutir sobre determinadas materias y cuestiones que están en relación con él. Wilâiat ul-
Faqîh es un tema que, por sí mismo, recibe asentimiento inmediato y necesita poca
demostración; cualquiera que posea un conocimiento general de las creencias del Islam dará
un decidido asentimiento al principio de la Wilâiat ul-Faqîh; tan pronto como se encuentre
con él, lo reconocerá como necesario y evidente. Si prestamos hoy una pequeña atención a
este tema, al punto de que requiera una demostración, es debido a las circunstancias sociales
existentes entre los musulmanes en general y las instituciones de enseñanza religiosa en
particular. Estas circunstancias, a su vez, tienen ciertas raíces históricas a las cuales me voy a
referir ahora.

Desde el mismo principio, el movimiento islámico en la historia ha tenido conflictos


con los judíos, por ser ellos quienes primero establecieron una propaganda anti-islámica y le
combatieron con distintas estratagemas y, como pueden ver, lo continúan haciendo hasta el
presente. Después de ellos les llegó el turno a otros grupos, los cuales en cierto sentido son
más satánicos que los judíos mismos. Estos nuevos grupos comenzaron su penetración
colonialista en los países musulmanes hace trescientos años o más y consideraron necesario
trabajar por la liquidación del Islam de cara a obtener sus objetivos colonialistas. Su objetivo
no era alienar a las gentes del Islam con la intención de promocionar el Cristianismo entre
ellos, porque en realidad, los colonialistas no poseen creencias religiosas, ni cristianas, ni
islámicas. Pero, a lo largo de este período histórico, desde el tiempo de las Cruzadas,
percibieron que el mayor obstáculo para la obtención de sus ambiciones materialistas y la
mayor amenaza para su poder político, no era otro que el Islam y sus leyes, y la fe que las
gentes tienen en él. Por ello, conspiraron y pelearon contra el Islam por distintos medios.

Los predicadores que colocaron en las instituciones de enseñanza religiosa, los


agentes que emplearon en las universidades, en los medios de difusión del gobierno y en las
casas editoriales, y los orientalistas a sueldo de las potencias colonialistas, todos ellos han
mancomunado sus energías en un único esfuerzo, para distorsionar los principios del Islam.
A consecuencia de ello, muchas personas, particularmente las educadas, se han hecho una
incorrecta y desatinada idea del Islam.

El Islam es el Dîn (2) de los individuos militantes que desean la verdad y la justicia.
Es el Dîn de aquellos que desean libertad e independencia. Es el camino que siguen aquellos
que luchan esforzadamente contra el colonialismo. Pero ellos, han presentado al Islam bajo
una luz totalmente diferente. Han creado en las mentes de las personas una falsa noción de lo
que es el Islam. La defectuosa visión que del Islam han presentado las instituciones de
enseñanza religiosas, va destinada a privar al Islam de sus aspectos vitales y revolucionarios,
y a impedir que los musulmanes puedan despertar al deseo de conquistar su libertad, aplicar

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las leyes del Islam y establecer un gobierno que les asegure la felicidad y les permita vivir
vidas dignas de seres humanos.

Por ejemplo, han declarado que el Islam no es una religión provista de respuestas
para cada aspecto de la vida humana y que no dispone de leyes u ordenanzas para regular la
vida social, que no posee capacidad de gobernar. Que el Islam solo se ocupa de reglamentar
la pureza ritual tras la menstruación y el parto. Que quizá posea algunos principios éticos,
pero, desde luego, no tiene nada que decir sobre la vida humana en general y sobre la
administración de la sociedad.

Este tipo de mala propaganda ha tenido, desgraciadamente, su efecto. Aparte del


común de las gentes, los sectores cultos, tanto universitarios como muchos de los que poseen
formación religiosa, no han comprendido correctamente el Islam y tienen de él una imagen
equivocada. Tal como la gente puede, en general, estar desinformada sobre un extraño, así
están ellos desinformados del Islam: el Islam vive entre las gentes de este mundo como un
extraño.(3) Si alguien presentara el Islam como realmente es, se encontraría dificultades para
hacer que la gente le creyera. En efecto, los agentes del colonialismo en el interior de las
instituciones religiosas de enseñanza, se levantarían dando alaridos contra él.

Para demostrarles en alguna medida, qué gran diferencia existe entre el Islam y lo
que se presenta como Islam, quiero llamar la atención de ustedes en la diferencia existente
entre el Corán y los libros de Ah·âdîz (4) por un lado, y los tratados prácticos de
jurisprudencia por otro. El Corán y los libros de Ah·âdîz, que representan las fuentes de los
mandatos y ordenamientos del Islam, son completamente diferentes de los tratados prácticos
de jurisprudencia escritos por los muytahidîn (5) y los Marâye' (6) de la actualidad, tanto en
la amplitud de su panorama, como en el efecto que son capaces de ejercer en la vida de la
sociedad. La proporción de versos coránicos relativos a asuntos sociales frente a aquellos
relativos a los ritos de la adoración, es mayor que cien a uno. De las aproximadamente
cincuenta secciones del corpus de Ah·âdîz que contienen todos los ordenamientos del Islam,
no más de tres o cuatro secciones se refieren a materias de adoración ritual y a los deberes de
las personas hacia su Creador y Sustentador, unas pocas más se refieren a cuestiones éticas y
el resto se refieren a cuestiones sociales, económicas, legales y políticas; en resumen, a la
gestión de la sociedad.

Ustedes que representan a la joven generación y que, Dios mediante estarán al


servicio del Islam en el futuro, deben afanarse diligentemente toda su vida persiguiendo los
objetivos que voy ahora a decirles y a impartir las leyes y ordenamientos del Islam. En la
forma que ustedes consideren más beneficiosa, escribiendo o hablando, instruyan a la gente
sobre los problemas con los que el Islam ha tenido que enfrentarse desde sus orígenes, y
sobre los enemigos y calamidades que hoy le aquejan. No permitan que la verdadera
naturaleza del Islam permanezca ignorada o la gente imaginará que el Islam es como el
Cristianismo (el nominal, no el verdadero), una colección de preceptos relativos a la relación
del hombre con Dios, y la mezquita será considerada igual que la iglesia.

En los tiempos en que Occidente era un reino de oscuridad y tinieblas con sus
habitantes en la barbarie y América todavía era territorio de pieles rojas en estado medio
salvaje, en que los dos grandes imperios de Persia y Bizancio estaban bajo la tiranía, las
clases privilegiadas y la discriminación, y los poderosos dominaban todo sin asomo de ley o
gobierno popular, Dios exaltado y Bendito, por medio del Más Noble Mensajero (Paz y

22
Bendiciones sean sobre él y su Familia) estableció leyes que nos maravillaron con su
grandeza.

Él instituyó leyes y prácticas para todos los asuntos humanos, y estableció mandatos
para el hombre desde que se forma el embrión hasta que es enterrado. De la misma forma
que existen leyes que establecen los deberes del hombre para con la adoración, también
existen leyes, normas y prácticas para los asuntos sociales y de gobierno. La ley Islámica es
un sistema legal avanzado, completo y global. Todos los voluminosos libros que han sido
compilados desde los primeros tiempos sobre diferentes áreas de la ley, tales como
procedimiento judicial, transacciones sociales, derecho penal, retribuciones, relaciones
internacionales, regulaciones sobre la paz y la guerra, derecho internacional público y
privado, en conjunto, contienen un mero ejemplo de las leyes y normas del Islam. No hay un
solo asunto de la vida humana para el que el Islam no haya previsto instrucciones y
establecido una norma.

Para hacer que los Musulmanes y los pensadores islámicos de nuestra joven
generación se desvíen del camino del Islam, los agentes extranjeros han insinuado
constantemente que el Islam no tiene nada que ofrecer, que consiste en unas pocas
ordenanzas relativas a la menstruación y al parto, y que este es el tipo de asuntos que les
incumbe a los ajunds.(7)

Hay algo de cierto aquí, por lo que es ajustado que esos ajunds que no tiene
intención de explicar teorías, preceptos y visión islámica del mundo, y que han gastado la
mayor parte de su tiempo precisamente en esas materias, olvidando los otros temas de la Ley
Islámica, sean atacados y acusados de esta manera. También ellos están en falta, ¿Acaso son
los extranjeros los únicos a quienes culpar?. Durante varios siglos, como era de esperar, los
extranjeros trazaron planes para conseguir sus ambiciones políticas y económicas y la
negligencia que ha sobrevenido a las instituciones de enseñanza religiosa les ha permitido
conseguirlo. Han sido individuos de entre nosotros, los ruhanís,(8) quienes han contribuido
obtusamente a la consecución de esos propósitos, con los resultados que ahora ustedes ven.

Algunas veces se insinúa que las leyes del Islam son defectuosas, y se dice que las
leyes del procedimiento judicial por ejemplo no son todo lo que deberían ser. En consonancia
con estas insinuaciones y propaganda, los agentes británicos fueron instruidos por sus amos
para aprovecharse de la idea del constitucionalismo para engañar al pueblo y ocultar la
verdadera naturaleza de sus crímenes políticos (hoy ya se dispone de las pruebas y
documentos pertinentes). En los orígenes del movimiento constitucional, cuando el pueblo
deseaba redactar las leyes y establecer una constitución, la Embajada prestó una copia del
código legal belga a un puñado de individuos (cuyos nombres no quiero mencionar aquí) la
usaron como base para la constitución que ellos redactaron entonces, supliendo sus carencias
con préstamos de los códigos legales de Francia y Gran Bretaña.(9)

Cierto es que añadieron algunas normas Islámicas para engañar al pueblo, pero la
base de las leyes que entonces impuso al pueblo, era ajena y prestada. ¿Qué analogías
existen, entre los diferentes artículos de la Constitución y de la Ley Suplementaria, relativos
a la monarquía, la sucesión y demás,(10) con los del Islam?. Todos son opuestos al Islam,
violan el sistema de gobierno y las leyes del Islam.

El Islam considera la monarquía y la sucesión hereditaria, erróneas e inválidas.


Cuando el Islam apareció por vez primera en Irán, el Imperio Bizantino, Egipto y el Yemen,

23
toda la institución monárquica fue abolida. En las benditas cartas que el Más Noble
Mensajero (Paz y Bendiciones sean con él y su Familia) escribió al emperador Bizantino
Heraclio y al Shah-an-shah de Irán, les llamó a abandonar las formas monárquicas e
imperiales de gobierno, y a que cesaran de obligar a los siervos de Dios a adorarles con
obediencia absoluta y a que permitieran a los hombres adorar a Dios, Quien no tiene socios y
es el Verdadero Rey.(11) La monarquía y la sucesión hereditaria representan el mismo y
malvado sistema de gobierno que impulsó al Señor de los Mártires(12) (sobre él la Paz) a
sublevarse y alcanzar el martirio en un intento de evitar su establecimiento. Se sublevó
rechazando la sucesión hereditaria de Yazid y rehusando reconocerlo e invitó a todos los
musulmanes a levantarse contra ello.(13)

El Islam, pues, no reconoce la monarquía y la sucesión hereditaria; ellas no tienen


sitio en el Islam. Si éste es el significado de las llamadas "deficiencias" del Islam, entonces el
Islam es realmente deficiente.

El Islam no ha establecido leyes para la práctica de la usura, para las operaciones


bancarias sobre la base de la usura, para el consumo de alcohol o para el cultivo de los vicios
sexuales, prohibiéndolos todos ellos radicalmente. Por tanto, las pandillas gobernantes, que
son marionetas del colonialismo y deseaban potenciar esos vicios en el mundo Islámico,
quieren, naturalmente, considerar al Islam defectuoso. Y por eso se ven obligados a importar
leyes apropiadas de Gran Bretaña, Francia, Bélgica y, más recientemente, de América. El
hecho de que el Islam no establezca el metódico seguimiento de tales actividades ilícitas,
lejos de ser una deficiencia, es un signo de perfección y una fuente de orgullo.

La conspiración fraguada por el gobierno colonialista de Gran Bretaña, en los inicios


del movimiento constitucional, tenía dos propósitos, el primero, que es ya conocido, era
eliminar la influencia de la Rusia zarista en Irán; el segundo era debilitar las leyes Islámicas,
y una operación para introducir las leyes occidentales.

La imposición de leyes extranjeras en nuestra sociedad Islámica ha sido fuente de


numerosos problemas y dificultades. Es conocido que la gente que sufre nuestro sistema
judicial tiene muchas quejas con respecto a las leyes existentes y su modo de operar. Si una
persona es capturada en el sistema judicial de Irán o de países análogos, puede pasar toda su
vida intentando solucionar su caso. En mi juventud tropecé con un abogado experto que
manifestaba: "Puedo malgastar toda mi vida siguiendo un litigio de principio a fin de la
maquinaria judicial y transmitírselo a mi hijo para que haga lo mismo". Esa es la situación
que ahora prevalece, exceptuando claro está cuando una de las partes tiene influencia, en
cuyo caso el asunto es visto y sentenciado rápida aunque injustamente.

Nuestras actuales leyes no han traído a nuestro pueblo más que problemas,
causándoles el abandono de sus trabajos cotidianos y dando ocasión a todo tipo de abusos.
Muy pocas personas son capaces de obtener sus legítimos derechos. En la adjudicación de
los casos, no sólo es necesario que cada uno obtenga sus derechos, también debe seguirse un
procedimiento justo. El tiempo de la gente debe ser tenido en cuenta, así como el tipo de vida
y la profesión de ambas partes, para que los asuntos sean resueltos tan rápida y sencillamente
como sea posible.

Un caso que en los primeros tiempos un juicio Islámico resolvía dos o tres días,
ahora no se soluciona en veinte años. El afectado sea joven o viejo, debe perder todo el día
en el Ministerio de Justicia, de la mañana a la noche, malgastando su tiempo en los pasillos o

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frente a cualquier despacho oficial y, al final seguirá sin saber que ha pasado. Quien sea más
ladino y capaz de ofrecer sobornos tendrá su caso rápidamente resuelto, pero al precio de la
justicia. Otros deben esperar frustrados y perplejos, hasta el fin de sus días.

Algunas veces los agentes del colonialismo escriben en sus libros y periódicos que
las normas penales del Islam son excesivamente crueles. Hubo quien tuvo el descaro de
escribir que las leyes del Islam eran rígidas porque nacieron de los árabes y por ello la
crueldad de los árabes se refleja en la "crueldad" de la ley Islámica.

Estoy asombrado de la forma en que piensa esta gente. Matan gente por la posesión
de 10 gramos de heroína y dicen "esa es la ley" (he sido informado que diez personas fueron
condenadas a muerte hace un tiempo y otra recientemente, por la posesión de diez gramos de
heroína. Las leyes inhumanas como estas son urdidas en nombre de una campaña contra la
corrupción y no son acusadas como crueles, no quiero decir con ello que debe permitirse la
venta de heroína, pero este no es castigo apropiado, pues el castigo debe ser proporcional al
delito. Sin embargo, cuando el Islam estipula que el bebedor de alcohol debe recibir 80
azotes, ellos lo consideran "demasiado cruel". Ellos pueden ejecutar a cualquiera por tener
10 gramos de heroína ¡y el tema de la crueldad no se menciona!

Muchas formas de corrupción que han surgido en la sociedad derivan del alcohol.
Muy frecuentemente los accidentes que ocurren en nuestras carreteras, los asesinatos y los
suicidios, están provocados por el consumo de alcohol. Por añadidura, se dice que el
consumo de heroína deriva de la adicción del alcohol. Pero todavía algunos continúan
diciendo que es completamente irreprochable que alguien beba alcohol (después de todo lo
hacen en occidente); así que hay que permitir la compra y venta de alcohol libremente.

Pero cuando el Islam quiere prevenir el consumo de alcohol - una de las mayores
drogas- estipulando que el borracho debe recibir 80 azotes; o el delito sexual, decretando que
al fornicador le sean dados 100 azotes y que el hombre y la mujer adúlteros sean lapidados,
entonces comienzan a lamentarse y a quejarse: "¡Qué cruel es esta ley; refleja la crueldad de
los árabes!". No son conscientes que esa normativa legal del Islam se aplica para proteger a
las grandes naciones de ser destruidas por la corrupción. El vicio ha alcanzado actualmente
tales proporciones que está destruyendo generaciones enteras, corrompiendo nuestra
juventud y provocando en ellos un desprecio total hacia cualquier trabajo. Todos ellos se
apresuran a gozar de las variadas clases de vicios, tan libremente disponibles como
entusiastamente promocionados. ¿Porqué debería considerarse una crueldad si el Islam
estipula que el ofensor sea azotado públicamente, para con ello proteger de la corrupción a la
generación más joven?

Al mismo tiempo, vemos a los dirigentes de esta nuestra clase gobernante,


ordenando matanzas en Vietnam durante 15 años, consagrando enormes presupuestos a estos
sangrientos negocios ¡y aquí no pasa nada!. Pero si el Islam ordena a sus seguidores
comprometerse en la lucha o en la defensa para que los hombres acaten las leyes que los
benefician y para que maten unas pocas gentes corruptas o instigadoras de la corrupción,
entonces preguntan: "¿Qué sentido tiene toda esta guerra?".

Todos los planes que los representantes extranjeros diseñaron hace varios siglos,
están siendo aplicados ahora y dando sus frutos.

25
Primero, abren una escuela en determinado lugar y nosotros damos el visto bueno al
asunto sin decir nada. También nuestros colegas han sido negligentes en este asunto y
fallaron al no impedir que este establecimiento se abriera, así que ahora, como pueden
observar, se han multiplicado esas escuelas y sus misioneros se han introducido en pueblos y
provincias transformando nuestros niños en cristianos o incrédulos.

Su plan es mantenernos atrasados, mantenernos en nuestro miserable estado actual


para poder explotar nuestras riquezas, nuestras minas, nuestras tierras y nuestros recursos
humanos. Desean que permanezcamos afligidos e infelices y a nuestros pobres atrapados en
su miseria. En lugar de rendirse a los ordenamientos del Islam, los cuales prevén una
solución a los problemas de la pobreza, ellos y sus agentes desean ir a vivir en inmensos
palacios y gozar de vidas de lujuria abominable.

Estos planes son de tanto alcance que han afectado hasta a las instituciones de
enseñanza religiosa. Si alguien quiere hablar sobre Gobierno Islámico y sobre el
establecimiento de un Gobierno Islámico, debe observar el principio de taquiah (disimulo de
su verdadero pensamiento) y contar con la oposición de quienes se han vendido al
colonialismo.

Cuando se imprimió este libro por primera vez, los agentes de la embajada del
régimen del Shah en Iraq tomaron ciertas medidas desesperadas para impedir su distribución,
la cual continuó incluso más que antes, para desgracia de ellos.

Las cosas han llegado ahora a tal punto que alguna gente considera las ropas de
soldado incompatibles con el verdadero coraje y justicia, a pesar de que los Imames de
nuestra fe fueron todos soldados, jefes y guerreros. Se vistieron ropas militares y fueron a
combatir en las guerras como nos ha sido descrito en nuestra historia; mataron y fueron
matados. El Emir de los Creyentes(14) (La Paz sea sobre él) se colocó un yelmo sobre su
bendita cabeza, vistió su cota de malla y se ciñó la espada. El Imam Hasan(15) y el Señor de
los Mártires (La Paz sea con ellos) hicieron lo mismo. Después de ellos no hubo
oportunidad, sino Hadrat Imam Muhammad al-Baqer (16) (La Paz sea sobre él) hubiera
hecho lo mismo. Pero ahora llevar ropas militares es sinónimo de menoscabar la cualidad
humana de la justicia y se dice que no deben llevarse uniformes militares. Si nosotros vamos
a formar un Gobierno Islámico tendremos que hacerlo pues con nuestros mantos y turbantes
¡de lo contrario estaríamos cometiendo una ofensa contra la decencia y la justicia!

Este es el resultado de la ola de propaganda que actualmente ha alcanzado a las


instituciones religiosas y nos ha impuesto el deber de probar que el Islam también posee
reglas de gobierno.

Esta es pues la situación que nos ha sido creada por los extranjeros a través de su
propaganda y de sus agentes. Con esta operación han destruido todas las leyes políticas y
procesos judiciales del Islam, sustituyéndolos con importaciones europeas, así han
disminuido el alcance del Islam desahuciándolo de la sociedad islámica. Han instalado sus
agentes en el poder para explotarnos.

Hasta ahora, hemos bosquejado el corrupto y subversivo plan del colonialismo.


Ahora debemos observar también determinados factores internos, especialmente el
deslumbrante efecto que el progreso material de los países colonialistas ejerce sobre algunos
miembros de nuestra sociedad. Dado que los países colonialistas consiguen un gran nivel de

26
bienestar y opulencia - resultado del progreso científico y técnico y del saqueo de las
naciones de Asia y Africa- estos individuos pierden la confianza en sí mismos e imaginan
que la única forma de obtener progreso técnico consiste en abandonar las leyes y creencias
propias. Cuando se llegó a la Luna por ejemplo, ellos decidieron que los musulmanes debían
¡tirar sus leyes por la borda!. El hecho de ir a la Luna ¿Qué relación tiene con las leyes
islámicas?. ¿Acaso no ven que países con leyes y sistemas sociales opuestos compiten entre
sí en progreso técnico y científico y en la conquista del espacio?. Dejadles que vayan a Marte
o a la Vía Láctea; sin embargo, serán privados de la verdadera felicidad, de las virtudes
morales y del progreso espiritual, y serán incapaces de resolver sus propios problemas
sociales. Para solucionar la problemática y las calamidades sociales es necesario apoyarse en
la fe y la moral; adquirir poder y fuerza material, únicamente, conquistando la naturaleza y el
espacio, no tiene efecto en este sentido; deben ser complementados con la fe y equilibrados
con la convicción y la moralidad del Islam, para poder servir verdaderamente a la
humanidad, en lugar de ponerla en peligro. Esta convicción, esta moralidad, esas leyes
necesarias, nosotros ya las tenemos. Así que, no debemos precipitarnos a abandonar nuestra
religión tan pronto como alguien vaya a cualquier sitio o invente algo. Nuestra religión y
nuestras leyes, que regulan la vida del hombre y procuran su bienestar en este mundo y en el
otro.

Lo mismo puede aplicarse a la propaganda de los colonialistas. Desgraciadamente,


algunos miembros de nuestra sociedad han sido influenciados por su propaganda hostil,
aunque no debían haberlo sido. Los colonialistas han difundido entre nosotros la idea de que
el Islam carece de una forma específica de gobierno o de instituciones de gobierno. Más aún,
dicen que, aunque el Islam posea algunas leyes, no dispone de una persona para aplicarlas,
así que su función es meramente legislativa.

Esta clase de propaganda forma parte del plan general de los colonialistas para evitar
que los musulmanes se impliquen en la actividad política y establezcan un Gobierno
Islámico. Todo ello está en total contradicción con nuestras creencias fundamentales.

Creemos en la Wilâiat ul-Faqîh, y creemos que al Profeta (Las Bendiciones y la Paz


sean sobre él y su Familia) se le indicó designar un sucesor, tal y como hizo. ¿Era un sucesor,
designado simplemente para que explicara la ley?. La interpretación de la ley no requiere de
un sucesor del Profeta. Después de todo, él mismo había expuesto las leyes; habría sido
suficiente escribir las leyes en un libro y poner este en manos del pueblo, para guiarles en sus
actos. Era necesario, lógicamente, designarles un sucesor para que ejerciera las tareas de
gobierno. Las leyes precisan de una persona que las ejecute. Es lo mismo en todos los países
del mundo, ya que el establecimiento de una ley es de escaso beneficio en sí mismo y no
puede garantizar la felicidad del hombre. Después de establecer una ley es necesario
establecer un poder que la ejecute. Si un sistema de leyes y de gobierno, carece de poder
ejecutivo, será claramente deficiente. Así pues, el Islam, tal y como ha establecido leyes, ha
establecido también un poder ejecutivo.

Existe una cuestión adicional: ¿Quién debía ocupar el poder ejecutivo? Si el Profeta
(Las Bendiciones y la Paz sean sobre él y su Familia) no hubiera designado un sucesor para
asumir el poder ejecutivo, habría fracasado a la hora de completar su misión, tal y como el
Corán testifica.(17) La necesidad de aplicar las leyes divinas, la necesidad de un poder
ejecutivo y la importancia de ese poder en el cumplimiento de los objetivos de la misión
profética, así como el establecimiento de un orden justo que desembocara en la felicidad de
la humanidad, todo ello hace la elección de un sucesor, sinónimo del cumplimiento de la

27
misión profética. En tiempos del Profeta (Las Bendiciones y la Paz sean sobre él y su
Familia), las leyes no eran simplemente expuestas y promulgadas, también eran aplicadas. El
Mensajero de Dios (Las Bendiciones y la Paz sean sobre él y su Familia) era un ejecutor de
la ley. Por ejemplo, aplicó los preceptos penales del Islam: cortó la mano a los ladrones y
administró latigazos y lapidaciones. El sucesor del Profeta debe hacer lo mismo; su labor no
es legislar, sino aplicar las leyes divinas que el Profeta (Las Bendiciones y la Paz sean sobre
él y su Familia) ha promulgado. Por esa razón son necesarias la formación de un gobierno y
el establecimiento de órganos ejecutivos. Creer en esa necesidad es parte de la creencia
general en el Imamato, y también tan valioso como el esfuerzo y la lucha por establecerlo.

Poned mucha atención, de la misma manera que ellos han deformado la explicación
del Islam, es necesario que ustedes presenten el Islam y la creencia en el Imamato
correctamente. Deben decirles a las gentes: "Creemos en la Wilâiah. Creemos que el Profeta
(Las Bendiciones y la Paz sean sobre él y su Familia) eligió un sucesor que asumiera la
responsabilidad de los asuntos de los Musulmanes, y que él lo hizo así por orden de Dios.
Por lo tanto, debemos creer también en la necesidad de establecer un gobierno, y debemos
esforzarnos por crear órganos para la ejecución de las leyes y la administración de los
asuntos".

La lucha por la conformación de un Gobierno Islámico es una consecuencia


necesaria de nuestra creencia en la Wilâiah. Escribid y publicad libros sobre las leyes del
Islam y sus efectos benéficos sobre la sociedad. Mejorad vuestro estilo y métodos de difundir
el Islam y las actividades que están en relación con ello. Sabed que es vuestra obligación
establecer un Gobierno Islámico. Confiad en vosotros mismos y sabed que sois capaces de
cumplir esta tarea. Los colonialistas comenzaron a establecer sus planes hace tres o cuatro
siglos. Comenzaron sin nada, pero ¡mira donde están ahora!. También nosotros comenzamos
sin nada y no prestamos atención al griterío de un puñado de occidentalizados y devotos
sirvientes del colonialismo.

Presentad al pueblo el Islam en su forma auténtica, para que nuestra juventud no


caracterice a los ajunds sentados en cualquier esquina de Nayaf o Qom, estudiando las
cuestiones de la menstruación y el parto, en lugar de interesarse por la política, y que lleguen
a la conclusión que religión y política deben estar separadas. Esta consigna sobre la
separación de religión y política, y la exigencia de que los sabios islámicos no intervengan en
asuntos políticos y sociales, ha sido formulada y extendida por los colonialistas. Solo los no
creyentes lo repiten. ¿Estaban acaso separadas la religión y la política en tiempos del Profeta
(Las Bendiciones y la Paz sean sobre él y su Familia)?. ¿Existía entonces un grupo de
ruhanís por un lado, y un grupo de políticos y líderes por otro?. ¿Estaban separadas las
cuestiones de la fe y la política en la época de los califas -aún cuando no fueran legítimos- o
en tiempos del Emir de los Creyentes (sobre él la Paz)?. ¿Existían entonces dos autoridades
separadas?

Esas consignas, han sido promovidas por los colonialistas y por sus agentes
políticos, para evitar que la creencia coordine los asuntos de este mundo y conforme la
sociedad Musulmana, y, a la par, crear un abismo entre los eruditos islámicos por un lado y
las masas y aquellos que luchan por la libertad y la independencia por otro. De esa manera
han sido capaces de dominar nuestro pueblo y saquear nuestros recursos, que es el objetivo
final que siempre han tenido.

28
Si nosotros, musulmanes, no hacemos más que ocuparnos de las oraciones, de las
peticiones a Dios y de invocar Su nombre, los colonialistas y los gobiernos tiránicos aliados
a ellos, nos dejarán tranquilos. Si hoy decimos: "Permitid que nos concentremos, llamando
al adan y haciendo nuestras oraciones. Permitámosles que nos roben todo lo que es nuestro
-Dios cuidará de ello-. No hay poder ni refugio excepto en Él y, si Dios quiere, seremos
compensados en el Más Allá", si esta es nuestra lógica, ellos no nos molestarán.

Una vez, durante la ocupación de Iraq, un cierto oficial Británico preguntó: "¿Es el
hombre que estoy escuchando recitar desde el minarete, perjudicial para la política
británica?". Cuando se le explicó que era inofensivo dijo: "Dejadles entonces que llamen a
la oración cuando quieran".

Si no prestan ustedes atención a la política de los colonialistas y consideran que el


Islam son un puñado de tópicos para estar siempre estudiando sin ir más allá jamás, entonces
los colonialistas les dejarán tranquilos. Rezad todo lo que deseéis, es el petróleo de ustedes lo
que quieren, ¿Por qué se van a molestar por vuestras oraciones?. Van tras nuestros minerales
y quieren transformar nuestro país en un mercado para sus productos. Es por eso que los
gobiernos títeres que ellos han instalado nos previenen en contra de la industrialización y
solamente instalan industrias y plantas de montaje dependientes del mundo exterior.

No desean que seamos verdaderos seres humanos, porque ellos temen a los
verdaderos seres humanos. Aunque aparezca un solo ser humano, ellos le temen, porque
otros le seguirán y conseguirá un impacto tal que puede destruir todo lo creado por la tiranía,
el imperialismo y los gobiernos títeres. Por eso, cuando ha aparecido algún ser humano, lo
han matado, encarcelado o exilado, e intentaron difamarle diciendo: "Ese es un ajund
politizado". Pero el Profeta (Las Bendiciones y la Paz sean sobre él y su Familia) fue una
persona política también. Esta propaganda maligna es adoptada por los agentes políticos del
colonialismo únicamente para conseguir que ustedes eviten la política, para evitar que
ustedes intervengan en los asuntos sociales y luchen contra los gobiernos traidores y contra
su política anti-nacional y anti-Islámica, quieren hacer cuanto desean a su antojo, sin
obstáculos en su camino.

Notas

1. Faqîh: Sabio en los principios y reglamentaciones de la ley islámica y, más


generalmente, en todos los aspectos de la fe.

2. Dîn: En la lengua árabe significa recompensa y en la terminología islámica


significa el camino (al- taríqa).

3. Alusión al famoso h·adîz del Profeta: "El Islam volverá como un extraño entre los
hombres, de la misma manera en que fue algo extraño en un principio. Pero bendito sea el
estado del extraño."

4. Ah·âdîz: Plural de h·adîz, dicho o hecho del Profeta Muhammad o de uno de los
Doce Imames de Ahl ul-Bait (sobre ellos la paz)

5. Muytahidîn: Plural de muytahid, autoridad en la ley divina que practica el iytihad ,


es decir : "el esfuerzo en la búsqueda de la correcta opinión... para la obtención de un juicio

29
legal sobre un tema, partiendo de los principios y reglamentaciones propios de la ley
islámica."

6. Marâye': Plural de maryac, Muytahid que reúne todas las condiciones requeridas
para que sus fatwas (juicio legales) puedan ser seguidos. Del verbo rayac (regresar), Maryac:
"al que se regresa" (en busca de un juicio).

7. Ajund: Palabra de etimología incierta que originalmente se daba a un estudioso con


logros extraordinarios, pero que posteriormente se hizo extensiva a los estudiosos de poco
nivel, adquiriendo entonces una connotación peyorativa, particularmente en su uso secular.

8. Ruhaní: "Espiritual". Nombre que se da coloquialmente al que ha cursado estudios


islámicos y viste las ropas propias de su función: Amáma (turbante), Cabá (chaqueta larga) y
Abá (capa).

9. En relación con la influencia de la Ley Constitucional Belga en el Comité de Seis


Hombres que diseñaron las Leyes Constitucionales Suplementarias de 1907.

10. Artículos 35 al 57 de las Leyes Constitucionales Suplementarias, aprobadas el 7


de Octubre de 1906.

11. En el sexto año de la Hégira islámica, Mahoma envió emisarios a los dirigentes
de los países vecinos: Abdellah ibn Hudáfa Sahmí a Josrú Parviz (Cosroes) y a Dahíiah Ibn
Jalífah Rábih al César de Roma. En las cartas que les envió, Mahoma les llamaba a aceptar el
Islam y a adorar al Dios Único...

12. Husein hijo de Alí ibn Abi Talib y de la hija de Mahomaama Fátima y tercero de
los doce Imames Purificados de la Shia, responsabilidad a la que accedió tras el martirio del
segundo Imam, su hermano Hadrat Hasan ibn 'Alí.

13. En el año 60 de la Hégira (60 a.h.), 680 d.C. Husein rehusó prestar juramento de
obediencia a Iazid hijo de Mu'awiiah y segundo califa de la dinastía Omeya, dado que Iazid
no poseía legítima autoridad, pues había accedido al califato por sucesión hereditaria. El
posterior martirio de Huseín en la batalla de Kerbálá el día 10 de Muharram del año 61 h., es
conmemorado desde entonces por los musulmanes shiitas, como supremo ejemplo de
sacrificio ante la tiranía, y supone un importante punto de referencia ideológica y emotiva en
la revolución islámica en Irán.

14. 'Alí primo y yerno de Mahoma y primero de los Doce Imames de la Shia. Ejerció
el gobierno desde el año 656. hasta su martirio en el año 661.

15. Hasan, hijo de Alí y segundo de los Doce Imames. Murió, envenenado por orden
del califa Mu'áwiiah ibn Abu Sufián en el año 670, tras pasar la mayoría de su vida recluido
en Medina.

16. Baqer quinto Imam de la Shia. Nació en el año 676. Pasó la mayor parte de su vida
en Medina, donde murió envenenado en el año 732 .

17. La Shia sostiene que Mahoma proclamó numerosas veces el califato de 'Alí .

30
Carta Nacional Palestina: Resoluciones del Consejo Nacional Palestino

1 al 17 de junio de 1968

Artículo 1:

Palestina es la patria del pueblo árabe palestino; es una parte indivisible de la patria
árabe, y el pueblo palestino es una parte integral de la nación árabe.

Artículo 2:

Palestina, con las fronteras que tuvo durante el Mandato británico, es una unidad
territorial indivisible.

Artículo 3:

El pueblo árabe palestino posee el derecho legal a su patria y tiene el derecho a


determinar su destino luego de lograr la liberación de su país de acuerdo a sus deseos y
enteramente por su propio acuerdo y voluntad.

Artículo 4:

La identidad palestina es una característica genuina, esencial e inherente; es transmitida


de padres a hijos. La ocupación sionista y la dispersión del pueblo árabe palestino, debido a
los desastres que le acontecieron, no los hacen perder su identidad palestina y su membresía
a la comunidad palestina, ni ellos niegan la misma.

Artículo 5:

Los palestinos son aquellos árabes que, hasta 1947, residían normalmente en Palestina
indiferentemente a si fueron luego expulsados o han permanecido allí. Todo aquel nacido,
luego de esa fecha, de un padre palestino --sea dentro o fuera de Palestina-- también es un
palestino.

Artículo 6:

Los judíos que hayan residido normalmente en Palestina hasta el comienzo de la


invasión sionista serán considerados palestinos.

Artículo 7:

Que hay una comunidad palestina y que tiene conexiones históricas, espirituales y
materiales con Palestina son hechos indiscutibles. Es un deber nacional educar a los
palestinos de una manera revolucionaria árabe. Deber ser adoptados todos los medios de
información y educación en orden a familiarizar a los palestinos con su país de la manera
más profunda que sea posible, tanto en lo espiritual como en lo material. Ellos deben estar
preparados para la lucha armada y listos para sacrificar su salud y su vida en orden a
recuperar su patria y lograr su liberación.

31
Artículo 8:

La fase de su historia a través de la cual está hoy pasando el pueblo palestino, es la de


la lucha nacional por la liberación de Palestina. En consecuencia los conflictos entre las
fuerzas nacionales palestinas son secundarios, y deben ser finalizados en bien del conflicto
básico que existe entre las fuerzas del sionismo y del imperialismo por una parte, y del
pueblo árabe palestino por la otra. Sobre esta base las masas palestinas, sin consideración si
están residiendo en la patria nacional o en la diáspora constituyen --tanto sus organizaciones
como sus individuos-- un frente nacional trabajando por la recuperación de Palestina y su
liberación a través de la lucha armada.

Artículo 9:

La lucha armada es el único modo de liberar Palestina. Es la estrategia principal, no


meramente una fase táctica. El pueblo árabe palestino afirma su determinación absoluta y
resolución firme de continuar su lucha armada y de trabajar por una revolución popular
armada para la liberación de su país y su retorno al mismo. También sostienen su derecho a
una vida normal en Palestina y a ejercer el derecho a la autodeterminación y la soberanía
sobre ella.

Artículo 10:

Las acciones de comando constituyen el núcleo de la guerra popular de liberación


palestina. Ésta requiere su intensificación, profundización, y la movilización de todos los
esfuerzos populares y educativos palestinos y su organización y compromiso en la
revolución armada palestina. Ella requiere también el logro de la unidad para la lucha
nacional entre los distintos grupos del pueblo palestino, y entre el pueblo palestino y las
masas árabes, para así asegurar la continuación de la revolución, su intensificación y su
victoria.

Artículo 11:

Los palestinos tendrán tres consignas: unidad nacional, movilización nacional, y


liberación nacional.

Artículo 12:

El pueblo palestino cree en la unidad árabe. En orden de aportar su parte a la obtención


de tal objetivo, sin embargo, en la etapa presente de su lucha, debe salvaguardar su identidad
palestina y desarrollar su conciencia de tal identidad, y oponerse a cualquier plan que pueda
disolverla o reducirla.

Artículo 13:

La unidad árabe y la liberación de Palestina son dos objetivos complementarios, la


obtención de uno de ellos facilita la obtención del otro. En consecuencia, la unidad árabe
conduce a la liberación de Palestina, la liberación de Palestina conduce a la unidad árabe, y
el trabajo por la realización de un objetivo va a la par con el trabajo por la realización del
otro.

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Artículo 14:

El destino de la nación árabe, y ciertamente la propia existencia árabe, depende del


destino de la causa palestina. De esta interdependencia surge la prosecución de y el esfuerzo
por la causa palestina por parte de la nación árabe. El pueblo de Palestina juega el rol de
vanguardia en la realización de este sagrado objetivo.

Artículo 15:

La liberación de Palestina, desde un punto de vista árabe, es un deber nacional y se


dirige a repeler la agresión sionista e imperialista contra la patria árabe, y apunta a la
eliminación del sionismo en Palestina. La responsabilidad absoluta de esto recae sobre la
nación árabe --pueblos y gobiernos-- con el pueblo árabe de Palestina en la vanguardia. En
consecuencia la nación árabe debe movilizar todas sus capacidades militares, humanas,
morales y espirituales para participar activamente con el pueblo palestino en la liberación de
Palestina. Debe, particularmente en la fase de la revolución armada palestina, ofrecer y
abastecer al pueblo palestino con toda la ayuda posible, y apoyo material y humano, y hacer
asequible a él los medios y oportunidades que lo capaciten para continuar llevando el rol
principal en la revolución armada, hasta que libere su patria.

Artículo 16:

La liberación de Palestina, desde un punto de vista espiritual, proveerá a la Tierra Santa


de una atmósfera de seguridad y tranquilidad, lo que a su vez salvaguardará a los santuarios
religiosos del país y garantizará la libertad de culto y de visita a todos, sin discriminación de
raza, color, idioma o religión. En consecuencia, el pueblo de Palestina se dirige a todas las
fuerzas espirituales del mundo en busca de apoyo.

Artículo 17:

La liberación de Palestina, desde un punto de vista humano, restaurará a los palestinos


individuales su dignidad, orgullo y libertad. En consecuencia el pueblo árabe palestino busca
el apoyo de todos los que en el mundo creen en la dignidad del hombre y su libertad.

Artículo 18:

La liberación de Palestina, desde un punto de vista internacional, es una acción


defensiva necesaria por cuestiones de autodefensa. En consecuencia el pueblo palestino,
deseoso como está de la amistad de todos los pueblos, se dirige a los estados amantes de la
paz y de la libertad en busca de apoyo para restaurar sus legítimos derechos en Palestina,
reestablecer la paz y la seguridad en el país, y capacitar a su pueblo para ejercer la soberanía
nacional y la libertad.

Artículo 19:

La partición de Palestina en 1947 y el establecimiento del estado de Israel son


enteramente ilegales, a pesar del paso del tiempo, porque fueron en contra de la voluntad del
pueblo palestino y de su derecho natural en su patria, e inconsistentes con los principios
incorporados en la Carta de las Naciones Unidas, particularmente el derecho a la
autodeterminación.

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Artículo 20:

La declaración de Balfour, el Mandato en Palestina, y todo lo que ha estado basado


sobre ellos, son profundamente nulos e inválidos. Los alegatos de lazos históricos o
religiosos de los judíos con Palestina son incompatibles con los hechos de la historia y la
verdadera concepción de lo que constituye un estado propiamente dicho. Siendo el judaísmo
una religión, no es una nacionalidad independiente. Ni los judíos constituyen una sola nación
con una identidad propia; son ciudadanos de los estados a los que pertenecen.

Artículo 21:

El pueblo árabe palestino, expresándose a través de la revolución armada palestina,


rechaza todas las soluciones que son substitutos de la liberación total de palestina y rechaza
todas las propuestas que apunten a la liquidación del problema palestino, o a su
internacionalización.

Artículo 22:

El sionismo es un movimiento político asociado orgánicamente con el imperialismo


internacional y antagónico a toda acción por la liberación y a los movimientos progresistas
del mundo. Es racista y fanático en su naturaleza; agresivo, expansionista y colonial en sus
objetivos; y fascista en sus métodos. Israel es el instrumento del movimiento sionista y la
base geográfica del imperialismo mundial emplazada estratégicamente en medio de la patria
árabe para combatir las esperanzas de liberación, unidad y progreso de la nación árabe. Israel
es una fuente constante de amenaza a la paz en Medio Oriente y en el mundo entero. Puesto
que la liberación de Palestina destruirá la presencia sionista e imperialista y contribuirá al
establecimiento de la paz en Medio Oriente, el pueblo palestino busca el apoyo de todas las
fuerzas progresistas y pacifistas y las urge, sin consideración a sus filiaciones o creencias, a
ofrecer al pueblo palestino toda la ayuda y apoyo en su justa lucha por la liberación de su
patria.

Artículo 23:

La demanda de paz y seguridad, así como de justicia y derecho, requiere que todos los
estados consideren al sionismo un movimiento ilegítimo, proscriban su existencia, y
prohíban sus operaciones, en orden de que sean preservadas las relaciones amistosas entre
los pueblos, y salvaguardada la lealtad de los ciudadanos a sus respectivas patrias.

Artículo 24:

El pueblo palestino cree en los principios de justicia, libertad, soberanía,


autodeterminación, dignidad humana, y en el derecho de todos los pueblos a ejercerlos.

Artículo 25:

Para la realización de los objetivos y principios de esta Carta, la Organización para la


Liberación de Palestina desempeñará su rol en la liberación de Palestina de acuerdo a la
Constitución de esta Organización.

Artículo 26:

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La Organización para la Liberación de Palestina, representante de las fuerzas
revolucionarias palestinas, es responsable del movimiento árabe palestino en su lucha --para
recuperar su patria, liberarla y retornar a ella y ejercer en ella el derecho de
autodeterminación-- en todos los terrenos: militar, político y financiero y también en todo lo
que sea requerido por el caso palestino a nivel ínter árabe e internacional.

Artículo 27:

La Organización para la Liberación de Palestina cooperará con todos los estados


árabes, de acuerdo a sus posibilidades; y adoptará una política de neutralidad entre ellos a la
luz de los requerimientos de la guerra de liberación; y sobre esta base no interferirá en los
asuntos internos de ningún estado árabe.

Artículo 28:

El pueblo árabe palestino afirma la autenticidad e independencia de su revolución


nacional y rechaza todas las formas de intervención, fideicomiso y subordinación.

Artículo 29:

El pueblo palestino posee el derecho legal genuino y fundamental a liberar y recuperar


su patria. El pueblo palestino determina su actitud hacia todos los estados y fuerzas sobre la
base de la postura que ellos adopten respecto a la revolución palestina para realizar los
objetivos del pueblo palestino.

Artículo 30:

Los luchadores y combatientes de la guerra de liberación son el núcleo del ejército


popular que será la fuerza protectora de los logros del pueblo árabe palestino.

Artículo 31:

La Organización tendrá una bandera, un juramento de fidelidad, y un himno. Todo esto


será decidido de acuerdo a una reglamentación especial.

Artículo 32:

Serán anexadas a esta Carta reglamentaciones, que serán conocidas como la


Constitución de la Organización para la Liberación de Palestina. Describirá la manera en que
será constituida la Organización, y sus órganos e instituciones; la competencia respectiva de
cada uno de ellos; y los requisitos de sus obligaciones bajo la Carta.

Artículo 33:

Esta Carta no será enmendada excepto por una mayoría de dos tercios de la membresía
total del Congreso Nacional de la Organización para la Liberación de Palestina, en una
sesión especial acordada para tal propósito.

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