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¿Qué te cuesta

ahorrar?
Una introducción al Behavioral
Economics, a por qué nos es
tan difícil ahorrar y a los hábitos
de nuestra mente cuando le
pedimos que piense en dinero.

escrito por
Juan Vinueza, Head of Content
Mijael Feldman, CEO & Cofundador Übank

Übank

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Übank | ¿Qué te cuesta ahorrar?

T
omamos demasiadas decisiones. Día tras día, un
momento tras otro, nuestra vida es un abanico
gigante de acciones que elegimos y ejecutamos sin 35.000
mucha posibilidad de reflexión. Comemos de tal manera,
Ese es el número de decisiones consci-
decimos tales cosas, tomamos este camino, elegimos esta
entes que tomamos cada día. Deci-
canción. Por supuesto, no quisiéramos que sea de otra
siones tan triviales como el tamaño de
manera. Poco a poco, los dilemas del pasado se convier- la taza de café, la ruta que tomamos
ten en nuestros hábitos. Los vamos resolviendo y ni nos al trabajo, si leemos este recuadro al
damos cuenta. Es la única manera de que nuestra mente terminar la página o interrumpiendo
esté pendiente de los nuevos desafíos que vienen con el texto del lado; hasta decisiones tan
cada nuevo día. relevantes como qué banco elegir para
contratar un crédito hipotecario.
Ahora bien, la mayoría de estas resoluciones han sido
sensatas y sensibles y no nos han metido en demasiados
problemas. Sin embargo, estamos dispuestos a argumen-
tar que no todas esas decisiones han sido racionales. Al
mismo tiempo, parece que hemos estado fallando en unas
cuantas. Eso es lo que nos dicen las Behavioral Econo-
mics, la corriente científica que se sitúa en la intersección
entre economía y psicología y que devela todas esas pe-
queñas decisiones que hemos venido tomando por años,
no solo en contra de nuestro raciocinio, sino en contra de
nuestro bienestar. Sus enseñanzas han sido fascinantes.

Como Übank, nuestro objetivo es aumentar los ahorros de


usuarios de toda Latinoamérica. Es un problema complejo,
de consecuencias serias. Si queremos llevar a cabo una
transformación, no solo debemos trabajar con las institu-
ciones que pueden hacerlo realidad, y hacer uso de tec-
nología de vanguardia, sino entender los obstáculos que
interfieren en los hábitos financieros de cada individuo.
Diseñar soluciones para que decida mejor.

A continuación, te compartimos algunos de los sesgos


del comportamientos que, hemos descubierto, juegan
en nuestra contra cuando procuramos ahorrar más para
nuestro futuro.

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una introducción a las Behavioral Economics

Present Bias
Llega un grupo de investigadores a la ofici-
na y ofrecen snacks gratis a todo el perso-
nal. “Díganos qué prefieren y en una sema-
na se los traemos a su puesto de trabajo”. El
70% elige naranjas, el 30% chocolates. Los
científicos regresan puntualmente, repletos
de comida, pero han olvidado los cuader-
nos donde hubieron anotado las preferen-
cias de cada empleado. “No hay ningún
problema, díganos cuál prefieren ahora y
disfrútenlo con provecho”. Sin embargo, ese
día los porcentajes se revierten: tan solo el cios, por su parte, son tan remotos como
30% elige las naranjas, y el 70% chocolates. ayer (por ende seguimos dividiéndolos) y la
¿Cómo nos explicamos tal cosa? balanza aún no está reportando una onza
menos que la última vez. David dice que
David Liabson, el profesor de Harvard que en un año entero no acudió más de cinco
lideró la investigación, nos dice que es un veces, y eso que es un estudioso de la
claro ejemplo de Present Bias: nuestra materia. Pero más allá de confirmar que la
tendencia a sobrevalorar los beneficios in- mente nos juega trucos todo el tiempo, ex-
mediatos de una transacción mientras más tendemos el concepto a nuestras finanzas
se acercan al presente. Si tanto el costo personales y el compromiso suele ser más
(privarnos de la golosina) como el beneficio endeble que cualquier dieta.
(ser más saludables) están en el futuro, no
tenemos ningún problema en sacrificarnos.
Pero cuando la tentación está en nuestras
Tendemos a sobrevalorar los
narices, y el futuro sigue siendo tan abs- beneficios inmediatos de una
tracto como siempre, mantener nuestros
compromisos se vuelve mucho más difícil. transacción mientras más se
Incluso propone, con fines didácticos, una
simple operación: si están en el futuro, acercan al presente.
tanto el costo como el beneficio se dividen
para dos. Richard Thaler, Nobel de Economía, realizó
su propio experimento con dinero en efec-
“Llega el año nuevo y decido ponerme en tivo. “¿Preferirías $15 ahora o $25 dentro
forma”, nos dice. “He hecho mis cálculos de tres meses?” En este caso las tasas de
y he decidido que el esfuerzo de ir y ejer- inflación y los posibles dividendos pueden
citarme en el gimnasio, un par de veces entrar en juego, pero la conclusión fue
por semana, es un 6, que no es poca cosa, irrevocable: los preferimos ahora mismo. Es
pero el beneficio es un 8. Para concretar verdad que el mañana siempre tendrá un
mi compromiso y mi razonamiento, iré al poco de incierto, pero es por este mismo
gimnasio más cercano y contrataré un año fenómeno que nos cuesta prepararnos para
de suscripción”. ¿Pero qué sucede? Ese su llegada. Habitamos un entorno diseñado
momento tanto el costo como el beneficio para tentarnos con satisfacciones inmedia-
están en el futuro: los dividimos para dos. tas. Así, nos trazamos metas razonables,
Pero cuando llega la hora de la verdad, el pero no logramos concretarlas: el aquí y
costo regresa a su valor real, y los benefi- ahora se entrometen una y otra vez.

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Mental Accounting
“Te presento la siguiente opción”, nos dice ciosos no se cumplen prefiriéndolos sobre
Dan Ariely, autor de Predeciblemente Irra- una recompensa equivalente, sino efectu-
cionales y uno de los mentores de nuestro ando muchos sacrificios más pequeños.
proyecto. “Puedes comprar esta bicicleta
ahora mismo o puedes ahorrar $10.000 Una teoría de las Behavior Economics que
para tu fondo de retiro. La bicicleta está nos puede ser útil para llevarlo a cabo es
ahí: la puedes ver y tocar y puedes subirte el Mental Accounting. La premisa es esta:
en ella. ¿Pero el fondo de retiro? ¿Cómo te solemos dividir nuestro dinero en compar-
imaginas eso? ¿Qué significa?” timentos imaginarios: “esto va para esto,
esto para este otro”. A veces esta división
A continuación nos habla de uno de los corresponde a nuestros presupuestos; en
conceptos fundamentales de las finanzas otros casos es irracional. “¿Por qué es-
personales: el costo de oportunidad. Lo tamos más dispuestos a gastarnos una
que sucede con el dinero es que estamos herencia pequeña y a invertir una grande?
decidiendo todo el tiempo: cada vez que ¿Por qué gastamos más con nuestras tar-
gastamos en algo, decidimos no gastar en jetas que con efectivo? ¿Por qué estamos
otra cosa. En realidad, en todas las otras dispuestos a movilizarnos media hora o
cosas. Es conveniente que usemos el mis- esperar un par de días para ahorrar $200
mo recurso para todas nuestras transac- en un teléfono, pero no hacemos lo mismo
ciones, pero nos cuesta imaginar la gama al comprar un auto nuevo?” Gracias a este
de consecuencias que vendrán al decidir hábito, podemos lidiar con la flexibilidad
utilizarlo de una forma en vez de otra. “Si infinita del dinero y que no nos abrume el
te doy un presupuesto $30 dólares diarios
para tu subsistencia, pensarías en costo
de oportunidad todo el tiempo: si es que
tomas un taxi en vez del metro, tendrás
menos dinero para el almuerzo; si es que
vas a un restaurante elegante al mediodía
quizás te quedes sin cena. Cada decisión
cuenta. Sin embargo, si te doy un presu-
puesto semanal de $200, no pensarás en el
costo de oportunidad el lunes, el martes y
el miércoles, y para cuando llegue el jueves
te darás cuenta que has gastado demasia-
do, y para entonces será demasiado tarde”.

El ahorro nos presenta este reto adicional:


decidimos posponer satisfacciones concre-
tas y tangibles a cambio de una recompen-
sa abstracta que tenemos que imaginar. Sin
embargo, esa es la misma razón por la que
solemos posponer las metas que deseamos
con más intensidad. Ahorrar para visualizar
como un número va agrandándose trae
sus propios alivios, no lo negamos, pero
sigue siendo una satisfacción menor frente
a plasmar nuestro propósito en un objeti-
vo concreto: el viaje por el mundo, el auto
nuevo, la primera cuota del departamento.
Pero por lo general, estos propósitos ambi-

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costo oportunidad: recordemos que cada tas pequeñas, probablemente acabarás
inversión cierra la puerta a todas las otras. comiendo menos”, nos dice Dan. “Cada vez
Es verdad que si somos demasiado inflex- que abres una nueva bolsa, caes en cuen-
ibles, podemos llegar a tomar decisiones ta de cuánto ya has estado comiendo. La
desacertadas (seguramente es más conve- culpa hará el resto del trabajo”.
niente interrumpir nuestra rutina de ahorro
este mes y pagar la deuda con la tarjeta En un poblado rural de India, Dilip Soman y
tan pronto como sea posible, por poner Amar Cheema llevaron esta misma noción
un ejemplo). Sin embargo, podemos usar al campo del ahorro. Cuando los sujetos
el mismo hábito para tomar mejores deci- del estudio fueron a cobrar, recibieron una
siones a largo plazo: si establecemos que porción de su sueldo dentro de uno o dos
tantos de nuestros ingresos irán a nuestro sobres; esta porción correspondía al monto
paseo por el Caribe, y lo cumplimos mes a que se habían comprometido a ahorrar. En
mes, seguramente lo haremos realidad. algunos casos, los sobres llevaban impreso
una foto de sus hijos. Se confirmó ambas
Si relacionamos nuestros hipótesis: los trabajadores solían abrir los
sobres para gastos diarios, pero usaban
ahorros a una causa menos dinero si es que recibían sus ahor-
ros particionados. Si los sobres llevaban el
concreta, acumularlos traerá rostro de sus hijos, eran menos proclives
a abrirlo que en cualquier otro caso. No se
una nueva importancia. trataba más que de un artificio: dentro del
sobre había los mismos tipos de billetes
También podemos hacer uso de estos com- que estaban circulando en el resto del po-
partimentos para poner límites a nuestros blado. Pero al relacionarlos con una causa
consumos. “Si en vez de servirte una bolsa concreta, guardarlos para mañana cobraba
grande de galletas te sirvo cuatro bolsi- una nueva importancia.
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Anchoring
De todos los retos que trae consigo nues-
tra vida financiera, seguramente el más
complicado está en el carácter abstracto
del dinero. Pasar del trueque a la moneda
fue una de las grandes proezas de nuestra
especie, pero eso significó que tendríamos
que lidiar con números, ya no con objetos.
Ahora nosotros nos preguntamos, ¿cuánto
vale algo? y podemos consultar los mer-
cados y desglosar cada componente, pero
basta con que alguien murmure una cifra
cualquiera para que nuestra percepción de
valor quede impregnada para siempre. Que
tenga sentido es lo de menos. Este fue uno
de los grandes descubrimientos del Nobel botella de vino. ¿Cuánto pagaran por ella?
de Economía Daniel Kahneman y Amos Antes de responder, por favor anote los
Tversky: la primera pieza de información dos últimos dígitos de su número de Razón
que obtengamos mientras estemos toman- Social. Los alumnos cuyos documentos
do una decisión regirá todo el proceso. terminaban en 8 o en 9 ofrecieron desde
un 60 hasta un 120% más que sus colegas
Sus experimentos iban más o menos así. con terminación 1 o 2. No solo era irracio-
¿Cuántos países de África son miembros de nal, sino que en ciertos casos los alumnos
las Naciones Unidas? Mientras los sujetos sabían que estaban siendo víctimas de un
se tomaban su tiempo en llenar el cuestion- proceso de Anclaje.
ario, giraban un ruleta. ¿Cayó en 10? Las
respuestas promediaban un 25%. ¿Cayó
en 65? El promedio subía a 45%. Todos
El primer número que obtengamos
sabemos que no tiene nada que ver. ¿Es
verdad que Mahatma Gandhi tenía 9 años mientras estemos tomando una
al morir? Por supuesto que no. ¿Cuántos
tenía entonces? El promedio de respues- decisión regirá el resto del proceso.
tas era 45 años. ¿Es verdad que tenía 150
años? El promedio subía a 65. Y así. Ese Poco después las empresas cayeron en
número externo, sin ninguna relación con cuenta del poder de esta estrategia y la
el tema tratado, se colaba en nuestro búfer usaron para colarse en nuestras valori-
y pasaba a ocupar un papel preponderan- zaciones iniciales de sus productos: nos
te en nuestros raciocinios; nosotros nos presentan un horno microondas de valor
aferrábamos a él más que a cualquier otro arbitrario y luego ofrecen una gama de
hallazgo de nuestra memoria. productos de mejores o peores carac-
terísticas, pero cuyo precio siempre oscila
Era curioso, entretenido, pero al trasladar alrededor de ese valor inicial, que con todo
este mismo descubrimiento a otros campos lo que sabemos bien puede ser arbitrario.
del comercio, el Anclaje toma un rol pre- Esos dos números en negrita tendrán más
ponderante. Es el caso de los bienes raíces: peso que nuestros propios cálculos. Pero
no importa cuántas veces se propongan detengámonos antes de criticar a nadie. La
contraofertas, la primera cifra mencionada pregunta es ¿qué porcentaje de nuestros
era el factor preponderante durante el resto ingresos deberíamos guardar para maña-
de la negociación. Es el caso, por supues- na? Nosotros seguimos en búsqueda de
to, de los bienes de consumo. Dan Ariely ese número, una ancla a la vez.
reunía a sus alumnos y les mostraba una

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Nudges
Casi todos tus clientes tienen la intención que sutilmente se enfatizan las opciones
de ahorrar: saben cuáles son los benefi- más beneficiosas para los usuarios se con-
cios, saben cuáles son las consecuencias oce como arquitectura de decisiones.
en caso de no hacerlo. No necesitan más
información al respecto. Sin embargo, para Por ejemplo: Thaler y Sunstein descubri-
que efectivamente concreten esa intención eron que el orden en el que disponían las
en sus cuentas bancarias, no solo deben opciones del almuerzo en el comedor de
vencer a sus propios hábitos, sino encon- una escuela determinaban la dieta de los
trarse en un entorno óptimo, sin obstácu- estudiantes. Es decir, era cuestión de pro-
los, que minimice sus esfuerzos. Como se poner zanahorias y espinacas como la op-
conoce a tal optimización en el argot de la ción más próxima para quien estuviese ar-
economía del comportamiento, necesitan mando su bandeja y podían desplazar a las
de un nudge. hamburguesas fuera del menú estrella. En
otra ocasión, descubrieron que los índices
El nudge (‘un pequeño empujón’) es un de donación de órganos en las naciones
concepto desarrollado por Richard Thaler y más desarrolladas de Europa fluctuaban
Cass Sunstein. Está basado en el principio enormemente, sin una razón de peso que
general del que hemos estado hablan- lo justifique (el 90% de austríacos donaban
do: aunque los usuarios de un producto o sus órganos, frente al 8% de alemanes).
servicio tengan plena libertad para decidir La respuesta a este misterio estaba en la
la opción más beneficiosa racionalmente, casilla del formulario: los alemanes debían
suelen decidirse por la más inmediata y que chequearlo si querían donar, los austríacos
menos esfuerzo requiera. La manera en la debían chequearlo si no querían hacerlo.
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una introducción a las Behavioral Economics

Los nudges no procuran que considere-


mos con más cuidado las consecuencias
En vez de entregarle más datos,
de nuestros actos o sermonear nuestra
holgazanería. Repetimos: más información
podemos intervenir en el entorno
no nos hace tomar mejores decisiones. Lo
que proponen es ofrecer un entorno en el
del cliente para que tome mejores
que la acción más sencilla también sea la
más conveniente. Thaler, junto a Shlomo
decisiones.
Benartzi, decidieron trasladar estos descu- reduce el present bias: no sentirá el ahorro
brimientos al campo de las finanzas perso- hasta el próximo sueldo. Lo segundo es
nales y diseñar una solución que facilite a aumentar los montos ahorrados solamente
los empleados estadounidenses aumentar cuando aumente su sueldo, de forma que
sus índices de ahorros. Al principio de su su percepción de dinero disponible nunca
cruzada se encontraron con dos hallazgos: disminuya. Por último, la renovación es
por un lado, los fondos de retiro de los automática: el empleado permanece en el
empleados prácticamente no existían. Por programa a menos que nos pida explícita-
el otro, la empresa sí ofrecía un programa mente que quiere salir. Esto hace buen uso
conveniente de ahorro mensual, pero de la inercia”. Hoy, Save More Tomorrow
registrarse requería de trámites y pape- cuenta con más de 15 millones de usuarios.
leos anuales, además del compromiso de No es que hayan cambiado las condiciones
despojarse de una parte del sueldo ahora financieras del ahorro o que las tasas de in-
mismo en afán de resguardar su futuro. Su terés sean especialmente atractivas. El éxi-
solución, Save More Tomorrow, procuraba to de la solución radica en reconocer que
que formar parte del programa sea tan fácil la intención de ahorrar es suficientemente
como fuese posible. valiosa como para ponerle más complica-
ciones encima, y proveer un sistema en el
“Nuestra intervención consiste en tres que ejecutarla sea tan fácil, tan automatiza-
partes”, escribe Benartzi. “Primero, le do como sea posible.
pedimos al empleado que se comprome-
ta ahora para ahorrar en el futuro. Esto
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Microsavings
“Mentalmente, emocionalmente, intuiti-
vamente, enmarcamos al dinero ahorrado
como dinero perdido”. Lo dice Shlomo Be-
nartzi, creador del programa Save More To-
morrow. Los hallazgos empíricos de Thaler
dan razón a sus palabras. Si se nos pide
una tajada de nuestro salario a principio de
cada mes, no importa lo noble de la causa
(no importa que la causa seamos nosotros
mismos), normalmente lo percibimos como
un nuevo gasto. Y por ende, preferimos no
ahorrar. “No, no, este mes invertiré mi dine-
ro con más sensatez”. Eso no sucede, claro,
y nuestros propósitos se quedan tal y como
empezaron. Por supuesto, ningún foro de innovación
va a proponer que regresen las monedas.
Una de las razones de nuestro disgusto es Pero sí han surgido soluciones que pueden
que esa tajada no guarda proporción con frenar el exceso de pagos instantáneos.
el resto de nuestros gastos, que suelen Es el caso del microahorro, fruto directo
constar de dos o tres montos importantes, de nuestra relación con el smartphone.
inevitables (como la renta) y muchos mon- Gracias a nuestra conectividad constan-
tos pequeños que se van acumulando mis- te, podemos transformar al ahorro en una
teriosamente. Llega fin de mes y “no puedo operación recurrente, imperceptible, que se
creer que haya gastado tanto”. ejecute con facilidad. Redondeos, inver-
siones automatizadas, ahorros por eventos.
Dan Ariely ha advertido varias veces sobre
la tendencia de las tarjetas de crédito y
las empresas tecnológicas a facilitar nues-
Gracias a la tecnología, el
tros pagos y transacciones. Los beneficios
son evidentes, pero también nos estamos
ahorro puede hacerse recurrente,
desprendiendo de nuestro pain of paying.
Cualquier adulto reconocerá que hay pocas
imperceptible, tan sencillo como el
experiencias tan insatisfactorias como acto de gastar.
sacar la billetera y enflaquecerla, y que en
general traer la noción monetaria a colación Este es el producto que hemos diseñado
suele quitar el gusto de nuestras experien- en Übank: una solución tan sencilla como el
cias. En un experimento ligeramente cruel, acto de gastar. El usuario se registra, des-
Ariely ofreció a sus alumnos la cantidad igna su meta más anhelada y nosotros pon-
de pizza que quisieran, pero tendrían que emos a nuestros mecanismos de ahorro a
pagar 25 centavos por cada bocado. En re- trabajar por ese propósito. A su vez, estos
alidad no era mala la oferta, pero en cambio gatillos constantes proveen datos vivos,
nadie consiguió disfrutar de la cena. Pero, dinámicos, abundantes, que proveen in-
al mismo tiempo, nos dice que esta fricción sights precisos sobre sus hábitos de ahorro
no es del todo dañina para nuestras finan- y consumo, y permiten desarrollar solu-
zas: ese mismo dolor es el mejor regulador ciones más eficaces. Pasarán los meses
de cuánto hemos ido gastando, y mientras y puede que sí, haya acudido a menos
el dinero en efectivo deja sus rasguños a tiendas que nunca, pero al fin cumplirá ese
cada centavo, con las operaciones digitales viaje que tantas veces ha pospuesto. “No
no nos damos cuenta de cuánto gastamos puedo creer que ya haya reunido tanto”. esa
hasta que llega el estado de cuenta. es la reacción que buscamos.

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nuestro CEO, Mijael Feldman, a
mijael@ubankapp.com

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