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Arequipa
16 DE DICIEMBRE DE 2018
Luego que Elmer Cáceres Llica prometió subir al Misti, hay que recordar que
esta actividad es una costumbre en Arequipa, en especial desde la época
incaica.
Por: Paul Flores R.
El día de las elecciones Elmer Cáceres Llica prometió subir al Misti
acompañado de siete llamas, siempre y cuando ganara los comicios en
Arequipa contra Javier Ísmodes Talavera. En horas de la tarde de ese mismo
día se confirmaba su victoria, por lo que debería cumplir su palabra.
Pero los ascensos a este importante macizo en Arequipa son una costumbre
que se remonta desde la época incaica, en que eran considerados como Apus
protectores, a los que se subía con la finalidad de expresar agradecimiento.
Asimismo, los incas iban acompañados de animales andinos como las llamas,
que sin ningún problema llegaban hasta la cima de los macizos, y que hace
poco el Colegio de Veterinarios confirmó que pueden caminar libremente en la
cima de los volcanes.
“Antes no era tan común, porque no había los medios suficientes, pues para
subir tenías que ir a pie o montado en caballo hasta la parte de atrás del
volcán, partían a las 4 de la mañana y llegabas a 4 de la tarde al sector de
Monte Blanco, ahí se acampaba y al siguiente día continuabas con tu caminata
hasta la cima”, relató el historiador.
Mientras que el segundo puesto fue para José Manuel Quispe con tres horas y
52 minutos, mientras que Lucio Menacho llegó a la cima en 4 horas dos
minutos, ocupando el tercer lugar y que posteriormente fueron reconocidos por
la Municipalidad Provincial de Arequipa por su notable actuación.
Según relata la historia, la colocada de esta cruz se dio por iniciativa de Roma,
que mediante un documento oficial se pidió que a todas las montañas, cerros,
volcanes de diferentes ciudades católicas a nivel mundial se les coloque una
cruz.
“Que no se pierda Señor ninguno de los que me habéis confiado, que nuestro
Señor Jesucristo Redentor nuestro reine siempre en todo el mundo,
especialmente en el Perú y en esta Diócesis, que se conviertan los impíos y
pecadores en los brazos de esta cruz y cubran esta diócesis y la libre de todo
mal”, fueron las palabras que el obispo monseñor Manuel Segundo Ballón
expresó tras celebrar la primera misa en la cruz del Misti que fue instalada hace
118 años.
Ahora cada persona que llega a la cima siempre se topara con esta estructura,
que con el tiempo se ha convertido en un sitio turístico obligatorio para los
visitantes de nuestra ciudad, donde las agencias de turismo ofrecen estas
facilidades.