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COMENTARIO DE TEXTOS
Guía de estudio
La realización de un Comentario de Textos es una forma que disponemos para
poder, en cierta forma, dialogar con los autores. Pero este diálogo no es sencillo y
se pueden establecer diversas estrategias de aproximación a un texto.
No queremos establecer aquí una teoría sobre la hermenéutica de los textos. Sino
que pretendemos ser prácticos y presentar brevemente las cuestiones a responder
en el Comentario de Textos y presentar la selección de textos que aparecen el
Manual y hemos ido colgando ellos foros, pero que presentamos aquí todos
agrupados por si alguien no pudo acceder a ellos y con el fin de tener todo
compendiado. De este modo podréis trabajar sobre ellos, de entre los cuales saldrá
el texto del examen.
1. Resum en
Lo primero que realizaremos es un breve resumen del texto expuesto. Como este
será un texto breve intentaremos identificar con una o dos frases cuál es el
contenido del texto. Se trata de responder a la pregunta ¿de qué va o de qué trata el
texto? Se presenta una visión general del texto.
Los textos se estructuran en base a unas ideas principales. A veces es una idea
principal auxiliada de otras secundarias que bien la apoyan la idea principal o bien
desarrollan sus consecuencias. Otras veces se trata de varias ideas principales.
Debemos identificarlas y establecer su articulación.
Para realizar estas dos cuestiones hemos de evitar parafrasear o reescribir el texto.
2
[II. Contexto/Relación]
En el caso que nos ocupa es sencillo, pues se trata de un solo texto y disponemos
de una introducción a la obra. Simplemente debemos en unas líneas señalar una
introducción al texto, es decir, situarlo en el autor, en el conjunto de sus obras, si
lo sabemos, o de qué trata. Depende de la información te tengamos de él.
El texto que será presentado para su comentario será un texto que pensamos tiene
relevancia dentro del autor seleccionado y dentro de la problemática ya sea
metafísico, epistemológico, político….
NOTA: Como podéis notar la pregunta vale dos puntos. Esto supone que la
respuestas han de ser proporcionadas al tiempo del que disponéis. Se trata de
señalar aquellos aspectos fundamentales.
Suerte.
LA FILOSOFÍA EN LA ÉPOCA PATRÍSTICA: AGUSTÍN DE HIPONA
TEXTOS
SAN AGUSTÍN
Texto 1
Mas como de la naturaleza de la mente se trata, apartamos de
nuestra consideración todos aquellos conocimientos que nos vienen
del exterior por el conducto de los sentidos del cuerpo, y estudiemos
con mayor diligencia el problema planteado, a saber: que todas las
mentes se conocen a sí mismas con certidumbre absoluta. Han los
hombres dudado si la facultad de vivir, recordar, entender, querer,
pensar, saber y juzgar provenía del aire, del fuego, del cerebro, de las
sangre, de los átomos; o si, al margen de estos cuatro elementos,
provenía de un quinto cuerpo de naturaleza ignorada, o era trabazón
temperamental de nuestra carne, y hubo quienes defendieron esta o
aquella opinión. Sin embargo, ¿quién duda que vive, recuerda,
entiende, quiere, piensa, conoce y juzga?; puesto que, si duda vive; si
duda, quiere estar cierto; si duda, piensa; si duda, sabe que no sabe;
si duda, juzga que no conviene asentir temerariamente. Y aunque
dude de todas las demás cosas, de estas jamás debe dudar; porque, si
no existiesen, sería imposible la duda.
Tratado sobre la Santísima Trinidad, en Clemente Fernández, Los filósofos medieva-
les. Selección de textos. I. Filosofía patrística. Filosofía árabe y judía, BAC, Madrid
1979, Libro X, cap. X, 14, n. 672, p. 422.
105
HISTORIA DE LA FILOSOFÍA MEDIEVAL Y RENACENTISTA I
106
LA HERENCIA DE LA FILOSOFÍA ANTIGUA: EL NACIMIENTO DE LA LATINITAS CRISTIANA
TEXTOS
1. BOECIO
Son algo diverso el ser (esse) y lo que es; pues el ser mismo todavía
no es: en cambio, lo que es, una vez recibida la forma de ser, es y tiene
consistencia. Lo que es puede participar de algo; pero el ser mismo no
participa de nada; pues la participación tiene lugar cuando ya se es, y
se es cuando se ha recibido el ser. Lo que es puede tener algo además
de lo que él mismo es, pero el ser no tiene además de sí mismo cosa
alguna añadida (o extraña). Es diverso el ser algo tan solo y el ser algo
en aquel que es, pues en el primer cado se denota un accidente, y en
el segundo, una sustancia.
Todo lo que es participa de la naturaleza del ser, para ser; mas para
ser algo participa de otra cosa; y así, lo que es participa de la
naturaleza del ser, para ser; y es (ya) para participar de cualquier otra
cosa. Todo simple tiene su ser y la naturaleza del uno. En todo
compuesto es diverso el ser y él mismo (lo que es él mismo). Toda
diversidad engendra discordia; la semejanza, en cambio, es de desear;
y lo que desea, muestra en ello ser por naturaleza tal cual es eso
mismo desea.
Basten estas nociones previas. El lector avisado sabrá aplicar a
cada uno de los puntos expuestos las razones congruentes.
Sobre las Semanas, en Clemente Fernández, Los filósofos medievales. Selección de
textos. I. Filosofía patrística. Filosofía árabe y judía, BAC, Madrid 1979, n. 900, pp.
546-547.
135
HISTORIA DE LA FILOSOFÍA MEDIEVAL Y RENACENTISTA I
2. ISIDORO DE SEVILLA
SEVILLA
136
HISTORIA DE LA FILOSOFÍA MEDIEVAL Y RENACENTISTA I
TEXTOS
1. PSEUDO-
PSEUDO-DIONISIO
CAPÍTULO XIII
Del Perfecto y del Uno
1. Sobre esto ya hemos dicho bastante. Ahora, si te parece bien,
pasemos a tratar lo que nos queda y que es muy importante, pues
también la Escritura atribuye al Autor de todas las cosas no solamente
todo, sino todo en su conjunto y le alaba como Perfecto y como Uno.
Efectivamente es Perfecto (Mt 5,48; Heb 2,10; 5,9; 7,28) no solamente
porque es perfecto en sí y se circunscribe El en sí mismo y es
absolutamente perfecto del todo, sino que también es sumamente
perfecto por ser superior a todas las cosas y define toda infinidad,
desborda todo límite y nada le comprende ni limita, sino que se
esparce por todas las cosas a la vez y sobre todas ellas con incesante
generosidad e inagotable fuerza. También se le llama Perfecto porque
carece de crecimiento y no disminuye, siempre está íntegro, contiene
de antemano en sí mismo todas las cosas y se desborda en una única
abundancia perfecta, colmada y sin que sufra disminución, con ella
proporciona la perfección a todas las cosas perfectas y las llena de la
correspondiente perfección.
182
LA FILOSOFÍA ISLÁMICA EN ORIENTE
183
HISTORIA DE LA FILOSOFÍA MEDIEVAL Y RENACENTISTA I
2. AL
AL--FÂRÂBÎ
184
LA FILOSOFÍA ISLÁMICA EN ORIENTE
3. AVICENA
185
HISTORIA DE LA FILOSOFÍA MEDIEVAL Y RENACENTISTA I
No es posible que una la misma cosa sea necesaria por sí y por otro
a la vez. Pues si se suprime este otro o si no se considera su ser, no
podrá permanecer la necesidad de su ser en su disposición, pues la
necesidad de su ser no será por otro, o no permanecerá la necesidad
de su ser, pues no es un ser necesario por sí. Todo lo que es necesario
por otro es posible por sí, porque la necesidad de los que es necesario
por otro se sigue de una cierta relación y conexión.
Texto 1 La curación metafísica. Texto 2 La salvación. Metafísica, en Rafael Ramón
Guerrero, Avicena (ca. 980-1037), Ediciones del Orto, Madrid 1994, Texto 15: 66-67;
Texto 20: p. 70.
EJERCICIOS DE AUTOEV
AUTOEVALUACIÓN
ALUACIÓN
BIBLIOGRAFÍA COMPLEMENTARIA
COMPLEMENTARIA
Traducciones en
en español
JUAN DAMASCENO, Homilías cristológicas y marianas, intr., trad. y not. de
Guillermo Pons Pons, Ciudad Nueva, Madrid 1996.
—, Exposición de la fe, intr., trad. y not. de Juan Pablo Torrebiarte Aguilar,
Ciudad Nueva, Madrid 2003.
—, Sobre las imágenes sagradas, intr., ed. bilingüe y not. de José B. Torres
Guerra, Eunsa, Barañain (Navarra), 2013
AL-FÂRÂBÎ, Catálogo de las ciencias, ed. y trad. por Ángel González Palencia,
Consejo Superior de Investigaciones Científicas – Patronato Menéndez y
Pelayo – Instituto Miguel Asín, Madrid 1953.
186
LA FILOSOFÍA ISLÁMICA EN OCCIDENTE
TEXTOS
1. AVEMPACE
235
HISTORIA DE LA FILOSOFÍA MEDIEVAL Y RENACENTISTA I
2. IBN TUFAYL
236
LA FILOSOFÍA ISLÁMICA EN OCCIDENTE
3. AVERROES
Texto 1.
Se ha demostrado, pues, que el intelecto material es algo
compuesto de la disposición que existe en nosotros y de un intelecto
unido a esta disposición. Por el hecho de que esta unido a esta disposi-
ción, es un intelecto dispuesto, no un intelecto en acto; por el hecho
de que no esta unido a esta disposición, es un intelecto en acto. Este
intelecto es el intelecto agente mismo, cuya existencia se mostrara
más tarde. Por el hecho de que está unido a esta disposición, es nece-
sario que sea intelecto en potencia, que no puede pensarse a sí mismo,
pero que puede pensar otra cosa, es decir, las cosas materiales. Pero
por el hecho de que no esta unido a esta disposición, es necesario que
sea un intelecto en acto, que se piense a sí mismo y no piense lo que
esta aquí abajo, es decir, que no piense las cosas materiales. Mostrare-
mos esto más perfectamente cuando se haga evidente que a nuestra
alma pertenecen dos operaciones, una de las cuales consiste en activar
los inteligibles y otra en recibirlos. En tanto que hace venir en acto a
los inteligibles, se llama agente; y en tanto que los recibe, se llama
pasivo. En sí mismo el es una misma cosa.
Comentario medio al libro Sobre el alma de Aristóteles, traducción de A. Elamrani-
Yamal, en Sobre el intelecto, Editorial Trotta, Madrid 2004, p. 100.
Texto 2.
Digamos, pues, que es evidente que el hombre no entiende en acto
sino por la conjunción con él del inteligible en acto. Y también es
evidente que la materia y la forma se unen entre sí de tal manera que
el agregado de ellos es único, sobre todo el intelecto material y la
intención inteligible en acto; en efecto, su compuesto no es una terce-
ra cosa distinta de ellos, como ocurre con los otros compuestos de
materia y forma. Así pues, es imposible que se dé la conjunción del
inteligible con el hombre a no ser por la conjunción con él de una de
estas dos partes, es decir, de la parte que en él es como materia, y de
la parte que en él (o sea, en el inteligible) es como forma.
Gran Comentario al libro Sobre el alma de Aristóteles, traducción de Andrés Martínez
Lorca, Sobre el intelecto, Trotta, 2004, Madrid, p. 133.
237
HISTORIA DE LA FILOSOFÍA MEDIEVAL Y RENACENTISTA I
Texto 3
Por esto hay que admitir, como ya se nos mostró a partir del razo-
namiento de Aristóteles, que hay en el alma dos partes del intelecto,
una de las cuales es receptora, cuyo ser se expone aquí, y la otra es
agente, que hace que las intenciones que están en la facultad imagi-
nativa muevan al intelecto material en acto después de haberlo movi-
do en potencia, como se verá después a partir del discurso de Aristóte-
les; y que estas dos partes son inengendrables e incorruptibles; y que
el agente es respecto al receptor como la forma respecto a la materia.
Gran Comentario al libro Sobre el alma de Aristóteles, traducción de A. Martínez
Lorca, en Sobre el intelecto, Trotta, Madrid 2004, pp. 134-135.
EJERCICIOS DE AUTOEVALUACIÓN
AUTOEVALUACIÓN
BIBLIOGRAFÍA COMPLEMENTARIA
COMPLEMENTARIA
Traducciones en español
AVEMPACE, Libro de la generación y de la corrupción, edición y traducción Josep
Puig Montada, CSIC, Madrid 1995.
—, Tadbīr al-mutawaḥḥid (El régimen del solitario), edición y traducción de
Miguel Asín Palacios, nueva traducción de Joaquín Lomba Fuentes, Madrid-
Granada, CSIC-Escuelas de Estudios Árabes, Madrid-Granada 1997.
—, El régimen del solitario, trad. Joaquín Lomba, Trotta, Madrid 1997.
—, Carta del adiós y otros tratados filosóficos, ed. y trad. de Joaquín Lomba,
Trotta, Madrid 2006.
—, Libro sobre el alma, ed. y trad. de Joaquín Lomba, Trotta, Madrid 2007.
238
HISTORIA DE LA FILOSOFÍA MEDIEVAL Y RENACENTISTA I
TEXTOS
1. IBN GABIROL
270
LA FILOSOFÍA JUDÍA
2. MAIMÓNIDES
Texto 1
Capítulo 51. [Necesidad de excluir de Dios los atributos, para
evitar contradicciones].
Hay en el ser muchas cosas claras y patentes: unas son nociones pri-
marias y sensibles, otras a ellas parejas, de manera que, aun dejando
al hombre cual es, no necesitaría demostración al respecto, v. gr.: la
realidad del movimiento, libertad de acción humana, manifestaciones
de la «generación» y «corrupción» […] Pero desde que surgieron
opiniones extrañas, debidas a los equivocados o quienes abrigaban
una intención cualquiera, y con tales teorías se oponían a la natu-
raleza del ser, negaban la realidad sensorial, o pretendían la existencia
de lo inexistente, los hombres de ciencia necesitaron afianzar la
realidad de esas cosas evidentes e invalidar la de las meramente su-
puestas. Así vemos que Aristóteles fundamenta el movimiento porque
había sido negado y demuestra la inexistencia de los átomos porque
había sido estatuida su realidad.
De la misma categoría es la obligatoriedad de descartar del Creador
(¡exaltado sea!) los atributos «esenciales», admitido es una noción
primaria que el atributo difiere de la esencia del sujeto de quien se
predica, una circunstancia determinada de la misma y, por tanto, un
«accidente». Si fuera la esencia misma de dicho sujeto, resultaría una
tautología, como si dijéramos que «el hombre es el hombre» […]
271
HISTORIA DE LA FILOSOFÍA MEDIEVAL Y RENACENTISTA I
Texto 2
Capítulo primero. [Dios único e incorpóreo, primer motor del uni-
verso].
Segunda especulación de esos mismos. Aristóteles formuló este
principio: Si se da un compuesto de dos cosas diferentes, una de las
cuales existe por separado del mismo, es menester que la otra tenga
asimismo existencia, aislada del compuesto, porque si su conjunción
fuera requisito imprescindible, como sucede con la materia y la forma
física, ninguna de las dos podría existir, comoquiera que fuese, sin la
otra. Así, pues, el hecho de que una de las dos exista separadamente,
demuestra su mutua independencia y se sigue que la otra forzosa-
mente existirá. Por ejemplo: si el ojimiel existe, e igualmente la miel
sola, consecuencia necesaria será que el vinagre existe también solo.
272
LA FILOSOFÍA JUDÍA
EJERCICIOS DE AUTOEVALUACIÓN
AUTOEVALUACIÓN
BIBLIOGRAFÍA COMPLEMENTARIA
COMPLEMENTARIA
Traducciones en español
IBN GABIROL, «Keter Malkut (Corona real) de Selomoh ibn Gabirol (versión lite-
ral)», traducción de Rafael Cansinos, Miscelánea de estudios árabes y
hebraicos. Sección de hebreo, 11 (1962) 57-79.
—, Selección de perlas (máximas morales, sentencias e historietas), intr. y not.
por David Gonzalo Maeso, Ameller, Barcelona 1977.
—, Selomo Ibn Gabirol. Poesía Secular, trad., ed bilingüe y not. de Elena Romero,
Alfaguara, Madrid 1978.
—, La kábala del Kéter-Malkut. La corona-el reino, intr. y est. de Chantal
Maillard, Ediciones Andaluzas Unidas, Sevilla 1986.
—, Selomo Ibn Gabirol. Poemas, Universidad de Granada y Universidad Pontifi-
cia de Salamanca, Granada 1987.
273
HISTORIA DE LA FILOSOFÍA MEDIEVAL Y RENACENTISTA I
TEXTOS
328
LA FILOSOFÍA EN EL SIGLO IX-XI: EL RENACIMIENTO CAROLINGIO Y EL NACIMIENTO DEL RACIONALISMO
2. SAN ANSELMO
329
EL RENACIMIENTO FILOSÓFICO-ESCOLÁSTICO EN EL SIGLO XII
TEXTOS
1. PEDRO ABELARDO
Texto 1:
Hay tres cuestiones, en decir de Boecio, recónditas y utilísimas y
tocadas por no pocos filósofos, pero por pocos resueltas. Es la
primera: si los géneros y las especies subsisten, o están solo en [las
mentes], etc.; como si dijese: si existen verdaderamente, o consisten
solo en que se piensa en ellas. La segunda es: caso de que se conceda
que verdaderamente existen, si son esencias, corpóreas o incorpó-
reas. Y la tercera: si están separadas de las cosas sensibles o residen
en ellas. Pues existen dos especies de seres incorpóreos: unos pueden
perdurar en su incorporeidad, como Dios y el alma; otros no pueden
existir fuera de los seres sensibles en los que se hallan, como la línea
sin un cuerpo que le sirva de sujeto […] La cláusula [introducida por
Boecio]: «y otras relacionadas con ellas», podemos exponerla
introduciendo una cuarta cuestión, a saber: si los géneros y especies,
mientras lo son, deben tener como sujeto inferior a sí en virtud de la
denominación alguna cosa, o si, aun destruidas las cosas denomina-
das, puede todavía, en virtud del objeto intelectual o concepto que
significan, tener vigencia, como, por ejemplo, el nombre «rosa»,
cuando no existe ninguna de las cosas a las que es común. […] Como
parece, pues, que se llama universales tanto a las cosas como a los
vocablos, hay que investigar cómo puede convenir a las cosas la
definición del universal. Pues ninguna cosa ni colección alguna de
cosas parece que se pueda predicar de mucho distributivamente,
como exige la manera de ser del universal. Aunque este pueblo, o esta
casa, o Sócrates se predique de todas sus partes tomadas en conjunto
y a la vez, nadie en absoluto, sin embargo, los llama universales, ya
que su predicación no se aplica a los singulares. Y una cosas admite
mucho menos que una colección el ser predicada de muchos. Veamos,
pues y expongamos cómo cada una de las opiniones llama universal a
una cosa o a una colección.
Lógica «Ingredientibus, en Clemente Fernández, Los filósofos medievales. Selección
de textos. II (último). Escoto Eriúgena-Nicolás de Cusa, BAC, Madrid 1980, n.1.516-
1.517; 1.522, pp. 114-115; 117.
377
HISTORIA DE LA FILOSOFÍA MEDIEVAL Y RENACENTISTA I
Texto 2:
Considerada ya, en general, la naturaleza de los conceptos,
distingamos ahora los conceptos de los universales y de los singulares.
La diferencia que hay entre ellos es que el concepto que corresponde
al nombre universal, concibe una imagen común y confusa de mu-
chos, mientras que el que es originado del vocablo singular contiene
la forma propia y como singular de uno solo, esto es, limitado a una
sola persona. as´, cuando oigo «hombre», surge un a modo de algo en
la mente que guarda con cada hombre tal relación, que es común a
todos y no es propio de ninguno. En cambio, cuando oigo «Sócrates»,
surge en la mente una forma que expresa la semejanza de una de-
terminada persona. Así que, por este vocablo «Sócrates», que suscita
en la mente la forma propia de un solo hombre, se notifica y determi-
na una realidad; en cambio, por el vocablo «hombre», cuya inteli-
gencia se apoya en la forma común de todos, la misma comunidad
sirve de confusión que impide el que entendamos alguno determi-
nado de entre ellos. Por eso, con razón se dice que el vocablo
«hombre» no significa ni a Sócrates ni a ningún otro, que aunque
ninguno es notificado en fuerza del nombre, aunque los denomine a
todos. En cambio, el nombre «Sócrates», o cualquier otro singular, no
solo tiene la virtud de nombrar, sino también de determinar la
realidad que está bajo él.
[…] Podemos llamar objeto del concepto a la verdadera sustancia del
acosa, como cuando acompaña la sensación o la forma concebida de
cualquier cosa, ausente ésta, ya sea esa forma común, como hemos
dicho, o propia: común, digo, en cuanto a la semejanza de mucho que
en sí retiene o exhibe, aunque en sí se la considere como una única
realidad. Así, para explicar la naturaleza de todos los leones, se puede
hacer una pintura que no represente nada propio de ninguno de ellos;
y, a su vez, para caracterizar a uno cualquiera de ellos, arreglar otra
que exhibe algún rasgo propio de él, por ejemplo, pintándole co-
jeando, o empequeñecido, o herido por la flecha de Hércules. Así
como se pinta una figura común de varias cosas y otra singular, así
también se concibe una común y una propia.
San Anselmo, Proslogion, en Obras Completas, vol. 1, BAC, Madrid 1952, cap. 2, p. 367.
378
EL RENACIMIENTO FILOSÓFICO-ESCOLÁSTICO EN EL SIGLO XII
EJERCICIOS DE AUTOEVALUACIÓN
AUTOEVALUACIÓN
BIBLIOGRAFÍA COMPLEMENTARIA
COMPLEMENTARIA
Traducciones en español
HUGO DE SAN VÍCTOR, Didascalicon de studio legendi: (el afán por el estudio),
edición bilingüe preparada por Carmen Muñoz Gamero y María Luisa Arri-
bas Hernáez, BAC – Universidad Nacional de Educación a Distancia, Madrid
2011.
—, Oraciones y meditaciones, versión española realizada por Julián Alameda,
Rialp, Madrid 1966.
JUAN DE SALISBURY, Policraticus, ed. Miguel Angel Ladero; trad. de Manuel Alca-
lá, Editora Nacional, Madrid 1984.
379
HISTORIA DE LA FILOSOFÍA MEDIEVAL Y RENACENTISTA I
TEXTOS
1. TOMÁS DE AQUINO
Texto 1:
Artículo 3: ¿Existe o no existe Dios?
Contra esto: está lo que se dice en Éxodo 3,14 de la persona de
Dios: Yo soy el que soy.
Respondo: La existencia de Dios puede ser probada de cinco mane-
ras distintas.
La primera y más clara es la que se deduce del movimiento. Pues
es cierto, y lo perciben los sentidos, que en este mundo hay movi-
miento. Y todo lo que se mueve es movido por otro. De hecho nada se
mueve a no ser que en cuanto potencia esté orientado a aquello para
lo que se mueve. Por su parte, quien mueve está en acto. Pues mover
no es más que pasar de la potencia al acto. La potencia no puede pasar
a acto más que por quien está en acto. Ejemplo: el fuego, en acto
caliente, hace que la madera, en potencia caliente, pase a caliente en
acto. De este modo la mueve y cambia. Pero no es posible que una
cosa sea lo mismo simultáneamente en potencia y en acto; sólo lo
puede ser respecto a algo distinto. Ejemplo: Lo que es caliente en acto,
no puede ser al mismo tiempo caliente en potencia, pero sí puede ser
en potencia frío. Igualmente, es imposible que algo mueva y sea
movido al mismo tiempo, o que se mueva a sí mismo. Todo lo que se
mueve necesita ser movido por otro. Pero si lo que es movido por otro
se mueve, necesita ser movido por otro, y éste por otro. Este proceder
no se puede llevar indefinidamente, porque no se llegaría al primero
que mueve, y así no habría motor alguno pues los motores interme-
dios no mueven más que por ser movidos por el primer motor.
Ejemplo: Un bastón no mueve nada si no es movido por la mano. Por
lo tanto, es necesario llegar a aquel primer motor al que nadie mueve.
En éste, todos reconocen a Dios.
490
EL DESARROLLO DE LA ESCOLÁSTICA
491
HISTORIA DE LA FILOSOFÍA MEDIEVAL Y RENACENTISTA I
492
EL DESARROLLO DE LA ESCOLÁSTICA
Texto 2:
Mas como la materia es el principio de la individuación, podría
parecer que de aquí se sigue que la esencia, que comprende a la vez a
la materia y a la forma, es solo particular, y no universal, lo que
llevaría consigo el que los universales no tienen definición, si es
verdad que la esencia es lo que significa la definición. Por eso, hay que
tener en cuenta que la materia es principio de individuación no toma-
da de cualquier manera, sino tan solo la materia signada (signata).
Llamo materia signada a la materia en cuanto que es considerada bajo
determinadas dimensiones. Esa materia no entra en la definición de
Sócrates, si Sócrates tuviese definición. En la definición de hombre se
pone la materia no signada; así, no ponemos en la definición de
hombre estos huesos y esta carne, sino huesos y carne en general, que
son la materia no signada del hombre…
Sobre el ser y la esencia, cap. 2, en Clemente Fernández, Los filósofos medievales.
Selección de textos. II (último). Escoto Eriúgena-Nicolás de Cusa, BAC, Madrid 1980,
n.1.711, p. 225.
EJERCICIOS DE AUTOEVALUACIÓN
AUTOEVALUACIÓN
493
LA FILOSOFÍA DEL SIGLO XIV (1). MAESTROS Y TEMAS DE LA ESCOLÁSTICA
TEXTO.
1. GUILLERMO DE OCKHAM
OCKHAM
Cuestión 135
Si se puede probar que hay un primer eficiente para la producción
que sea diferente del primer eficiente para la conservación.
Parece que sí. Ya que alguna cosa puede ser hecho no por sí (a se),
sino por otro (ab alio). Respecto a esto segundo, pregunto lo mismo
que antes respecto de lo primero, si de esto hay una primera causa
eficiente (efficiens) o alguna causa segunda que sea producida por
otra (effectibile). Ahora bien, como no puede haber un proceso hasta
el infinito, entonces, debe haber un primer eficiente para la pro-
ducción y otro para la conservación.
Argumentos en contra. En las causas de la misma razón esencial
(rationis) puede darse un proceso hasta el infinito, ya que en este caso
lo primero es la totalidad de las causas.
Respecto a esto, Duns Escoto se pronuncia a favor de la afirmación
en la primera cuestión de la segunda distinción de su Comentario a
las Sentencias. Lo que prueba como sigue.
Primero. Hay una causa de todas las cosas que están e-
sencialmente ordenadas; así pues, hay alguna causa que no pertenece
al conjunto de las causas ordenadas, pues, en caso contrario, una
misma cosa sería causa de sí misma.
Segundo. El conjunto de las cosas causadas es dependiente, pero
no de alguna cosa que forme parte de ese conjunto, pues entonces
dependería de algo que forma parte de sí mismo.
Tercero. Si esto no fuera así, las infinitas causas esencialmente
ordenadas estarían en acto al mismo tiempo, pues las causas e-
sencialmente ordenadas a una cosa concurren al mismo tiempo para
causar esa cosa; pero si tales causas fueran infinitas se seguiría un
absurdo.
599
HISTORIA DE LA FILOSOFÍA MEDIEVAL Y RENACENTISTA I
600
LA FILOSOFÍA DEL SIGLO XIV (1). MAESTROS Y TEMAS DE LA ESCOLÁSTICA
601
HISTORIA DE LA FILOSOFÍA MEDIEVAL Y RENACENTISTA I
TEXTOS
1. MARSILIO DE PADUA
656
LA FILOSOFÍA DEL SIGLO XIV (2). LA TRANSICIÓN AL RENACIMIENTO
2. GUILLERMO DE OCKHAM
OCKHAM
657