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III Domingo de Adviento (Ciclo C)

Queridos hermanos, hoy celebramos el III domingo de adviento,


llamado también “domingo de Gaudete” (o domingo de la
alegría).
Hoy la palabra de Dios nos recuerda tres aspectos o
características de la alegría cristiana.

la alegría cristiana nace de la FE: una fe que


Primero:
reconoce la presencia de Dios en nuestra historia: “Dios está
en medio de nosotros” (nos dice el profeta Sofonías). El Señor no está por
encima de las nubes, sino a nuestro lado, haciéndose presente
cancelando deudas, expulsando enemigos; pero sobre todo
suscitando en nuestros corazones la alegría, el júbilo y el gozo.
Dios está medio de nosotros y con Él no temeremos ningún mal. Sin
embargo, tenemos que reconocer que en muchas ocasiones se nos nubla la
mirada o nos falla la memoria y no reconocemos o recordamos la
presencia de Dios en medio nuestro.
Segundo: laalegría cristiana nace de la ESPERANZA:
que aguarda con confianza el futuro: estamos alegres porque
sabemos que el Señor vendrá. San Pablo en la segunda lectura nos lo
recuerda: “Estén alegres…” “El Señor está cerca. No se angustien por nada…”
La confianza en la venida del Señor nos produce alegría: Él vendrá para
plenificar lo creado. Su venida será salvífica, vencerá el mal. Es por
ello, que los discursos atemorizantes respecto al fin del mundo no
tienen eco en nuestra fe. Dios no vendrá para condenar, sino para
salvar.
Y tercero, el Evangelio nos recuerda que la alegría cristiana
de la CARIDAD, porque transforma el corazón y la
realidad (conversión). La pregunta disparadora es “¿qué
debemos hacer?” y el Evangelio es claro en ello, “va al hueso”, estamos
llamados a ser: solidarios (compartir la túnica y los alimentos); justos
(exigir lo estipulado); y honestos (no extorsionar y no denunciar falsamente).
No es poca cosa lo que se nos pide, porque en nuestro entorno las
dinámicas son precisamente contrarias a esta invitación. Estamos
influenciados por dinámicas egoístas, injustas y corruptas. Entonces
¿qué debemos hacer? Pienso que el Evangelio nos invita a
ensanchar el corazón, no por obligación, sino por que hay una
experiencia que nos mueve (memoria) y un horizonte que nos atrae
(futuro). ¿Cómo podemos ser solidarios, justos y
honestos?... ya quisiera tener una respuesta para cada uno; sin embargo, sólo
puedo decir que cada uno de nosotros sabe como hacerlo.
No obstante, los animo a tener presente tres realidades
que nos interpelan y que pueden ser el ámbito para la solidaridad, la justicia y
la honestidad. Estas tres migrantes, los
realidades son: los
empobrecidos y la lucha contra la corrupción. Quizá el Señor
nos esté animando a ser solidarios con los migrantes; justos con los pobres; y
honestos para enfrentar la corrupción. Si
no hay solidaridad, justicia
y honestidad… no habrá alegría. Y nuestra navidad será una más
de tantas… una navidad donde habrá regalos, una buena cena y un brindis
protocolar, pero será
una navidad ausente de la alegría
cristiana que brota de la solidaridad, la justicia y la
honestidad.
Que el Señor nos mueva a forjar esa alegría para que celebramos
la Navidad con Él en medio de nosotros. Así sea.

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