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UNIVERSIDAD NACIONAL DE MAR DEL PLATA

FACULTAD DE HUMANIDADES

CARRERA DE ESPECIALIZACIÓN EN DOCENCIA UNIVERSITARIA

Seminario N° 3

“NORMATIVA Y ESTRUCTURA DEL SISTEMA”

Docente: Dr. Juan Carlos Pugliese

(Universidad Nacional del Centro)

TÍTULO:

CALIDAD EDUCATIVA Y PERTINENCIA SOCIAL

AUTORES:1

Arq. Aníbal Andrade

Arq. Miguel Rótolo

Arq. Laura Scarfone

1
Los autores del presente trabajo son docentes de la carrera de Arquitectura de la Facultad de
Arquitectura, Urbanismo y Diseño de la Universidad Nacional de Mar del Plata. Los tres desarrollan sus
tareas en materias proyectuales referidas a las problemáticas del Diseño Arquitectónico.
1
PRESENTACIÓN:
Una universidad que se mira a sí misma, aún si fuera de excelencia,
no tiene sentido para su sociedad (J. C. Pugliese)

El presente trabajo indagará tanto la complementación como la confrontación entre dos términos

de acepción bastante reciente en el ámbito de la educación: calidad y pertinencia, en la intención

de comprender su verdadero valor y analizar si puede existir, detrás de estos conceptos, el

riesgo de llegar a una Educación Superior acotada y condicionada por un espíritu utilitarista, y

una visión regulatoria y mercantilista oculta en la aparente neutralidad con la que pueden ser

presentados los términos que aquí nos ocupan.

LOS TÉRMINOS:

a) Considerado aisladamente, el concepto de calidad2 es amplio y ambiguo debido a la

abstracción que el mismo supone, a la multiplicidad de campos en los que se usa y a los

enfoques desde los que puede ser abordado. Aún siendo más específico, el concepto de

Calidad Educativa, por ser parte de un proceso histórico-social, adquiere un carácter

multidimensional que también obliga a utilizar diversas perspectivas para su análisis3.

Resulta claro que el concepto tradicional de calidad, tal como se impuso en la década de los `90,

no puede limitarse a los resultados obtenidos por los estudiantes aunque, en general, el debate

acerca de la calidad de la educación suele centrarse en ellos. No obstante, existen otras

dimensiones tales como la pertinencia de los conocimientos, las aptitudes y las actitudes que los

estudiantes adquieren para la vida fuera del ámbito educativo y, además, las condiciones de

aprendizaje.

2
El sustantivo “calidad” alude a la propiedad, o conjunto de propiedades, inherentes a una cosa que permiten
caracterizarla y valorarla como igual, mejor o peor que las restantes de su especie. El mismo se apoya,
evidentemente, en la comparación. La calidad educativa, refiere a los efectos positivamente valorados por la
sociedad respecto del proceso de formación que llevan a cabo las personas en su cultura.
3
Pérez Rabasa, M, / López, J.R. (2011:9)
2
b) El concepto de pertinencia4 queda definido por la UNESCO en 1995 como el “papel que

desempeña y el puesto que ocupa la educación superior en el seno de la sociedad”.

Al año siguiente, en el Informe Final y Plan de Acción de la Conferencia Regional sobre Políticas

y Estrategias para la Transformación de la Educación Superior en América Latina y El Caribe de

1996, se dice que "una definición de pertinencia radica en el papel que cumple y el lugar que

ocupa la educación superior en función de las necesidades y demandas de los diversos

sectores sociales. Las acciones que se formulen carecerán de real sentido social si no son

anticipatorias de escenarios futuros y no manifiestan su intención de modificar la realidad

vigente".

En 1998 la Declaración de la UNESCO en su punto 4 dice que “La pertinencia de la educación

superior debe evaluarse en función de la adecuación entre lo que la sociedad espera de las

instituciones y lo que éstas hacen. Para ello, las instituciones y los sistemas, en particular en sus

relaciones aún más estrechas con el mundo del trabajo, deben fundar sus orientaciones a largo

plazo en objetivos y necesidades sociales”.

Más cerca de nuestros días, en 2005, el concepto de pertinencia en educación es nuevamente

introducido en el Informe de Seguimiento de la Educación para Todos de la UNESCO. En ese

documento, la pertinencia es vinculada claramente a la calidad educativa: "La noción de

pertinencia siempre ha estado presente en los debates sobre la calidad de la educación. En el

pasado, en particular en los países en desarrollo, solía considerarse que los planes de estudios

importados o legados por el colonialismo tenían poco en cuenta el contexto local y el medio

sociocultural de los educandos”5.

De esta manera “una institución pertinente es aquella que no sólo desarrolla vínculos de

relación, de aceptación y de compromiso entre los actores de la propia institución, sino que

también produce acercamientos entre los que desarrollan los conocimientos y los que se
4
El adjetivo “pertinente”, en la definición de diccionario, refiere a lo apropiado de un argumento o actividad y se
relaciona, en su raíz etimológica, a la noción de “pertenencia” a algo. La pertinencia de la educación está vinculada
al lugar que ocupa la formación en la sociedad. Dado que la educación básica se considera como un derecho
humano, el debate gira en torno a la pertinencia de la educación superior en un contexto social: qué conocimientos
difundir, con qué objetivo, cómo modificar la realidad a partir de la formación, etc.
5
UNESCO (2005:34)
3
apropian de los mismos buscando el mayor impacto en las comunidades donde se inserta la

universidad” (Navarro, et alt. 1997:80).

LAS VALORACIONES:

El análisis de la calidad de la educación comprende la articulación de tres dimensiones6:

1) Hacia adentro: la calidad de los recursos humanos y materiales disponibles para la educación.

2) El Proceso: la calidad de la educación.

3) Hacia afuera y los efectos a largo plazo: la calidad de los resultados de la educación.

Los términos calidad y resultados suelen utilizarse indistintamente al describir la evolución de un

sistema educativo, o al comparar una institución con otra. Sin embargo, este tipo de análisis

basado en los resultados o salidas independientes, no refleja cómo funcionan las instituciones.

De allí que una, cuyos estudiantes puntúan más alto que los estudiantes de otras, no es

necesariamente una institución eficaz. Los índices diversos pueden originarse en factores, de

orden social, externos a la propia institución. Una institución eficaz es la que da una contribución

significativa al logro de los estudiantes independientemente de los antecedentes de los

estudiantes y el contexto de la comunidad.

Las nociones de una institución efectiva y, en términos generales, de eficacia forman parte del

concepto más amplio de eficiencia, en el sentido de que una salida (o varias salidas) están

relacionadas con un conjunto de entradas7. Sin embargo, debe cuidarse que esta idea de

eficiencia sea remplazada por la de eficientismo8, derivada de la teoría de la administración, la

cual asigna prioridad a la administración de los recursos materiales por sobre los procesos en sí

mismos. Desde esta perspectiva, resulta necesario incluir la eficiencia como una de las

dimensiones a analizar, pero sin otorgarle el papel principal.

6
Grisay, A. / Mahlck, L. (1998)
7
Según Grisay, A. / Mahlck, L. (Op. Cit) La eficiencia económica significa que los valores de costos y
beneficios se unen a las entradas y salidas.
8
Que es eficiente sólo en apariencia o que es inconvenientemente eficiente, en ciertos casos, por
desatender cuestiones de mayor importancia.
4
Resulta claro, entonces, que el análisis de la Calidad Educativa debe partir de la premisa de que

es una construcción multidimensional y, por lo tanto, es preciso tomar en cuenta todas sus

dimensiones al momento de emprender su estudio. Pretender evaluar la Calidad Educativa solo

en relación a los resultados y establecer políticas educativas en función de ellos es, como

mínimo, un error de abordaje al objeto.

La preocupación por la evaluación de la calidad en la educación aparece inicialmente, en la

Argentina, a comienzos de los años 90. Entre los pensamientos en materia de política educativa

se destacó el discurso pro-descentralizador (en consonancia con lo sucedido en otros sectores

de provisión de servicios públicos) acompañado por un nuevo significado del rol del Estado

hacia una posición de supervisor, atendiendo a las recomendaciones de las agencias de

asistencia internacional.

Las acciones se centran en mediciones del rendimiento de los estudiantes, el funcionamiento de

los establecimientos educativos y todos aquellos factores que se suponen pudieran incidir en el

desarrollo de las actividades centrales de las instituciones9.

En el año 1993 se crea el Sistema Nacional de Evaluación de la Calidad Educativa (SINEC), de

acuerdo a los requerimientos de la Ley Federal de Educación 10, que señala como una de las

responsabilidades del Estado Nacional la producción de información comparable sobre la base

de los resultados del rendimiento educativo y de factores asociados a los mismos.

En cuanto a la Educación Superior, la sanción de la Ley Nº 24.521 (1995) formó parte de un

conjunto de propuestas para este nivel de enseñanza, en la República Argentina, que fueron

poniéndose en marcha progresivamente por parte del Poder Ejecutivo Nacional, también

9
Consultado acerca del diagnóstico que fundamenta la política pública el Secretario de Políticas
Universitarias (marzo 1993-enero 1996) Juan C. Del Bello (1996:70) responde que: “En términos
generales, pareciera claro que el proceso de expansión al que han debido de atender en las últimas
décadas, que no ha sido acompañado por un crecimiento proporcional de los recursos, ha conducido a un
deterioro de los procesos de enseñanza cuyo resultado último son pobres niveles de formación profesional
y de investigación.
10
La Ley N° 24.195 (1993) cambia por completo la estructura de la educación Argentina e introduce por
primera vez en el discurso normativo, el concepto de evaluación de la calidad.
5
fundamentadas en los diagnósticos realizados por los organismos de financiamiento

internacional y sustentadas en presupuestos político-ideológicos neoliberales.11

Justamente en este Estado neoliberal, que se desprende de todo aquello `no redituable´, la Ley

Nº 24.521 de Educación Superior “presenta alguna aparente paradoja, ya que profundiza la

autonomía pero en su aspecto económico, más como abandono por parte del Estado que como

asignación de nuevas responsabilidades”12.

En el contexto latinoamericano, las políticas que se aplicaron para el sector, y el consecuente

cambio de estilo en la relación Estado-Educación Superior, se fundamenta en el diagnóstico de

la crisis del modelo universitario vigente, cuya manifestación más evidente fue: a) la pérdida de

calidad de las universidades; b) el aumento explosivo de la matrícula y c) la imposibilidad de

financiamiento incremental por parte del Estado ante la crisis y el ajuste de los ´8013.

EL CONTEXTO: REFORMA DEL ESTADO Y RELACIÓN ESTADO-EDUCACIÓN SUPERIOR

Como afirman Nosiglia/Trippano14, siguiendo a Bresser Pereira (1998), la Reforma del Estado en

la década del ’90 operó en cuatro ejes interdependientes: a) la delimitación del tamaño del

Estado; b) la redefinición del papel regulador del Estado; c) la recuperación de la denominada

"gobernancia" o capacidad financiera y administrativa de implementar las decisiones políticas; y

d) el aumento de la gobernabilidad o capacidad política de gobierno para intermediar intereses y

garantizar la legitimidad.

En lo que respecta a la reforma de la Educación Superior, se centró la atención en dos aspectos

significativos: a) los problemas referidos a la regulación del Estado respecto de las

universidades, y b) las cuestiones inherentes al gobierno interior de las propias instituciones.

11
Nosiglia/Zaba (2003:9)
12
Juan Carlos Pugliese: DOCUMENTO PARA EL DEBATE DE UNA NUEVA LEY DE EDUCACION
SUPERIOR, Informe de Actividades Abril - Diciembre 2007, IIPE-UNESCO Buenos Aires.
13
Como afirma Brunner (1993:15) En general, existe la percepción de un deterioro de la calidad en la
enseñanza superior, tanto pública como privada, que unos atribuyen al alto nivel de inscripción, otros a los
laxos sistemas de selección, o bien a la reducción de los recursos públicos asignados al sector.
14
Nosiglia / Trippano (2005:2)
6
Las distintas políticas que se aplicaron para el sector tuvieron como consecuencia el cambio de

estilo en la relación Estado-Educación Superior: según algunos especialistas de la región y

funcionarios de organismos nacionales e internacionales, se produce el agotamiento de un estilo

de relación Estado-Universidad descrito como “benevolente” y comienza una nueva relación en

la cual el Estado exige la rendición de cuentas del accionar de las instituciones a cambio del

financiamiento estatal, convirtiéndose en un Estado Evaluador.15

Así, en un contexto de cambios sociales, económicos y educativos promovidos a nivel mundial,

esta nueva relación entre el Estado y las instituciones, promueve la evaluación de la calidad

fundamentada en la necesidad de transparencia, en la responsabilidad social o, en última

instancia, en la rendición de cuentas.

LA EVALUACIÓN DE LA CALIDAD DE LAS INSTITUCIONES: ANTECEDENTES

Los procesos de evaluación institucional fueron iniciados con la creación del Fondo de

Mejoramiento de la Calidad (FOMEC)16, como parte del Programa de Reforma de la Educación

Superior (PRES)17. Entre los objetivos generales del FOMEC rescatamos a los fines de este

trabajo: “Promover el mejoramiento de la calidad de la enseñanza universitaria y la

modernización curricular, fortalecer la enseñanza de grado y estimular el desarrollo del

posgrado” y “Fomentar una visión integrada de la actividad universitaria, articulando los distintos

niveles de la enseñanza, la investigación científica y tecnológica y la vinculación con el medio”.

A través de la Comisión de Acreditación de Posgrado (CAP) se implementó un mecanismo

mediante el cual se asignaron fondos en las carreras, para aquellos posgrados que hubiesen

resultados oportunamente acreditados. Buena parte de esos fondos provenían de créditos

externos del Banco Mundial; la CAP es el antecedente más inmediato de la Comisión Nacional

de Evaluación y Acreditación Universitaria (CONEAU), creada por la LES.

15
Brunner J. (1993:16) “…podemos detectar dos ejes principales de re-estructuración y redefinición de la nueva
relación entre el Estado y la educación superior. El primero de esos ejes tendería a establecer entre el Estado y la
educación superior una relación de evaluación, y en el segundo eje se buscaría establecer entre las instancias
mencionadas una relación más compleja y diversificada, donde las instituciones se proveen de sus propias fuentes
de ingreso, y el Estado, por su parte, se relaciona con ellas a través de objetivos y metas convenidos”.
16
El FOMEC fue creado por el Poder Ejecutivo Nacional mediante el Decreto Nº 408/95 del 23 de marzo de 1995.
17
El PRES fue establecido por Decreto 840/95 del 5 de diciembre de 1995.
7
Otro antecedente se conoció genéricamente como Sub-Proyecto 6, financiado con fondos del

Banco Mundial, el cual generó evaluaciones institucionales en las universidades nacionales,

incorporando en la agenda pública el tema de la evaluación institucional y desarrollando

modalidades de intervención en relación a los mecanismos de acreditación y evaluación

institucional (tanto en la modalidad de autoevaluación cuanto de evaluación externa)18.

A partir del año 1995 la CONEAU básicamente aplicó procesos de autoevaluación institucional y

evaluación externa de universidades nacionales y privadas, acreditación de las carreras de

posgrados (especializaciones, maestrías y doctorados), acreditación de carreras de grado

(inicialmente medicina e ingeniería) y además la evaluación de solicitudes de autorizaciones

provisorias, de evaluaciones anuales y autorizaciones definitivas de instituciones universitarias

privadas. “El logro más destacable del trabajo de la CONEAU en su primera década de

existencia, y que pasa frecuentemente desapercibido, es el de haber fomentado la emergencia y

consolidación de una cultura de la evaluación crecientemente difundida a nivel de todo el

sistema universitario argentino y, especialmente, el de haber logrado frenar la creación

indiscriminada de nuevas instituciones universitarias tanto estatales como privadas”19.

Mollis y Carlino sostienen que el Estado Evaluador, implica un deseo de racionalizar las

relaciones en términos de un control a distancia de las instituciones, que intenta liberar a las

instituciones de regulaciones burocráticas minuciosas y exponerlas a una mayor incidencia de

los mercados20. Sin embargo, la tendencia ha sido trasladar las teorías provenientes del mundo

empresarial al sector educación para lograr mayor eficiencia y eficacia. La evaluación es

concebida como la ‘comprobación’ de la correspondencia entre las ‘entradas’ y las ‘salidas’ para

la corrección de sus posibles ‘distorsiones’. Para ello es necesaria la acreditación de la calidad,

como elemento que permitiría a las instituciones competir entre sí por los productos que ofrecen

al mercado educativo. Sería un elemento de regulación del mercado de las instituciones. Los

18
NOSIGLIA, M./ TRIPPANO, S. (2005:13)
19
PUGLIESE, J. C. ( 2007:10)
20
Mollis, M./Carlino, F. (1997)
8
estándares fijados, permiten establecer una base de comparabilidad común para las múltiples

instituciones que conforman actualmente a los sistemas de educación superior.

LA PERTINENCIA: UN HORIZONTE A EXPLORAR:

Como se dijo, el concepto de pertinencia en educación es incorporado por UNESCO, en el

Informe de Seguimiento de la Educación para Todos en 2005. En este documento, pertinencia

es vinculada claramente a la Calidad educativa. "La noción de pertinencia siempre ha estado

presente en los debates sobre la calidad de la educación. En el pasado, en particular en los

países en desarrollo, solía considerarse que los planes de estudios importados o legados por el

colonialismo tenían poco en cuenta el contexto local y el medio sociocultural de los

educandos”21. Advierte además que “Las acciones que se formulen carecerán de real sentido

social si no son anticipatorias de escenarios futuros y no manifiestan su intención de modificar la

realidad. La pertinencia social es un requisito para la evaluación institucional”. En consecuencia

refiere, en términos generales, a los planes de estudio y, en particular, a su relación con el

contexto social y las necesidades locales.

El informe opera en el marco de una caracterización de la educación, no ya como Servicio, sino

como Derecho exigible que el Estado debe respetar, asegurar, proteger y promover: "la calidad

de la educación en tanto derecho fundamental, además de ser eficaz y eficiente, debe respetar

los derechos de todas las personas, ser relevante, pertinente y equitativa".22

Esta noción de pertinencia entendida como respuesta a la sociedad, se vincula con el principio

de responsabilidad. Aparece como garantía de superación de un autoaislamiento universitario

que resulta incompatible con la misma tradición latinoamericana de una universidad pública en

consonancia con las necesidades de la sociedad civil y sus condiciones de progreso. No

obstante, esa respuesta fuertemente ligada al contexto, deja abierta la posibilidad de limitar la

libertad de la universidad en tanto transformadora intelectual y social, ya que puede introducir

21
UNESCO (2005:34)
22
UNESCO, PRELAC, (2007: 7).
9
una normativa adaptativa y conformista en relación con las condiciones sociales e intelectuales

dadas23.

Planteado en estos términos, el concepto no aparece en la Ley Nº 24.521 (1995), sin embargo,

está previsto como uno de los ejes de los proyectos de reforma vigentes en el Parlamento

Nacional. Por caso, el presentado, junto a otros de su bloque, por la Diputada Nacional Adriana

Puiggros24, aparece en el Título 1: La Educación Superior; Capítulo 3: Del Consejo Nacional de

Educación Superior; Artículo 7: Creación del CNES; Articulo 8: Funciones del CNES: el Inciso h

dice: “Vincular a la Educación Superior con la solución de necesidades y problemas sociales, y

asegurar su pertinencia respecto a los derechos y demandas hacia el presente y el futuro,

mediante:

1. el establecimiento, y su regulación, de un Servicio de Prácticas Comunitarias y Productivas

de la Educación Superior, como parte de la carrera académica de cada estudiante, mediante

acuerdos y convenios con organismos e instituciones del sector productivo, de la sociedad

civil y/o de los diferentes organismos municipales, provinciales, regionales y nacionales del

Estado, en el marco de lo previsto en la presente ley;

2. el fomento y la incentivación a la vinculación y desarrollo de proyectos en red que

involucren a la Educación Superior con organismos, programas e instituciones de los

diferentes niveles del Estado, de los sectores productivos y de la sociedad civil, en la atención

a la población con mayores necesidades, para impactar sobre ámbitos territoriales con

situaciones sociodemográficas más vulnerables;

3. la emisión de criterios de prioridad para el otorgamiento de recursos a procesos de

investigación, transferencia, extensión, innovación y vinculación productiva, destinados a la

23
Naisthat (1998) Afirma que “Para poder discernir este doble carácter de la pertinencia, a la vez como
generadora de un principio de responsabilidad pública y como susceptible de una implicancia heterónoma
en la política universitaria, es menester remitirnos a la naturaleza de lo que podemos llamar juicio de
pertinencia”, noción que desarrolla en el artículo.
24
Nº de Expediente 1846-D-2011 Diputados Firmantes: PUIGGROS, ADRIANA VICTORIA - ROSSI,
AGUSTIN OSCAR - NEBREDA, CARMEN ROSA - LEVERBERG, STELLA MARIS - CALCHAQUI,
MARIEL - GODOY, RUPERTO EDUARDO - GRANADOS, DULCE - DAMILANO GRIVARELLO, VIVIANA
MONICA - ACOSTA, MARIA JULIA - LUNA DE MARCOS, ANA ZULEMA - QUINTERO, MARTA BEATRIZ -
PILATTI VERGARA, MARIA INES - BERNAL, MARIA EUGENIA - PASINI, ARIEL OSVALDO ELOY.
10
solución de problemas sociales acuciantes, así como el estímulo a la formación de técnicos y

profesionales capacitados para el trabajo en zonas con población con mayores necesidades;”

Otro de los proyectos vigentes, el presentado junto a su bloque, por la Diputada Nacional Silvia

Storni25 hace referencia en el Título IV: De la Educación Superior Universitaria; Capítulo 3: De las

Condiciones para su Funcionamiento; Sección 3: Evaluación y Acreditación para el

Mejoramiento del Sistema Universitario:

Art. 33: El Estado Nacional debe contribuir al sostenimiento y mejoramiento contínuo de la

calidad del sistema universitario.

La garantía de calidad debe extenderse a todo el sistema de educación superior y

comprender, con modalidades específicas, a todos las sedes, programas y carreras.

La evaluación institucional y la acreditación de carreras tendrán dicho objetivo, y deberá

analizar las instituciones y carreras en su calidad desde la perspectiva de su función social,

su vinculación con las necesidades regionales y nacionales, su compromiso con el desarrollo

del conocimiento, de la sociedad y de la producción. También deberán tenerse en cuenta la

pertinencia institucional respecto de los contextos regionales y los diferentes tipos de

poblaciones a las que atienden las instituciones universitarias.

REFLEXIONES FINALES:

“…se espera que las universidades desarrollen capacidades de gestión y gobierno que
favorezcan la mejora permanente de la calidad y la pertinencia social de sus carreras y
sus productos científicos, liderando las reformas académicas necesarias para convertir
a la Argentina en una sociedad del conocimiento” 26

Queda claro que, como se ha reiterado en la Conferencia Mundial de Educación Superior

(CMES-2009), sobre todo por propuesta de las delegaciones de América Latina, en un contexto

globalizado como el actual, la idea clave consiste en asumir a la Educación Superior como un

bien público y, a su vez, al conocimiento generado en su interior, como un bien social.


25
Nº de Expediente 4597-D-2011 Diputados Firmantes: STORNI, SILVIA - GIL LAVEDRA, RICARDO
RODOLFO - ALFONSIN, RICARDO LUIS - LANCETA, RUBEN ORFEL - BARBIERI, MARIO LEANDRO -
STORANI, MARIA LUISA - CUSINATO, GUSTAVO - ALVAREZ, ELSA MARIA - CASTALDO, NORAH
SUSANA - TUNESSI, JUAN PEDRO - MARTINEZ, JULIO CESAR - CHEMES, JORGE OMAR -
PORTELA, AGUSTIN ALBERTO.
26
Pugliese, Juan C. (2005:8)
11
“Acreditar corresponde a dar fe pública de la calidad de las instituciones o de los programas de

estudio; es brindar información a los ciudadanos y a las autoridades garantizando públicamente

e los títulos otorgados logran niveles predefinidos; es comprobar oficialmente que una institución

educativa –o un programa específico- cumple (o no) con los requisitos de calidad y, por tanto, los

certificados que otorga son válidos (o no). A la vez, la acreditación debe estimular la búsqueda

continua de calidad y facilitar la movilidad de estudiantes y profesores”27.

Tantos y contradictorios son los intereses en juego, tamañas son las dificultades e

incertidumbres políticas que difícilmente estos requerimientos se cumplirán al completo.

Sin embargo, cualquiera que sea la decisión de las autoridades y de la comunidad académica,

«es importante que la evaluación no se reduzca a controlar ni suponga la supresión de la

autonomía y de la libertad intelectual, sino que sea un instrumento para elevar la conciencia de

los problemas, para potenciar los sentidos de los fenómenos y para proyectar nuevas

posibilidades de construcción. Por tanto, ésta debe contribuir a la emancipación de los individuos

y de las sociedades28.

El concepto clave para resguardar, en un mundo globalizado y de mercados


abiertos y competitivos, los principios esenciales que caracterizan el quehacer
universitario, es asumir la educación superior como un bien público y el
conocimiento generado en ella como un bien social al servicio de la humanidad,
tal como lo ha reiterado, por la insistencia de las delegaciones de América
Latina y otras regiones, la reciente Segunda Conferencia Mundial (CMES-
2009).
Nos permitimos reproducir aquí algunos conceptos claves de José Días
Sobrinho, una de las autoridades más reconocidas en América Latina sobre los 24
temas de la evaluación y acreditación, en reciente conferencia internacional
(Barcelona, octubre de 2006). Dice el Dr. Sobrinho: “Acreditar corresponde a
dar fe pública de la calidad de las instituciones o de los programas de estudio;
es brindar información a los ciudadanos y a las autoridades garantizando
públicamente que los títulos otorgados logran niveles predefinidos; es
comprobar oficialmente que una institución educativa –o un programa
27
Sobrinho, José (2007:282)
28
Sobrinho, J. (2007:293)
12
específico- cumple (o no) con los requisitos de calidad y, por tanto, los
certificados que otorga son válidos (o no). A la vez, la acreditación debe
estimular la búsqueda continua de calidad y facilitar la movilidad de estudiantes
y profesores”.
“La acreditación tiene límites. Ella se atiene, casi exclusivamente, a resultados
objetivos y comparables, pero no da cuenta eficazmente de procesos,
contextos, valores, actitudes y competencias sociales. También los
compromisos con las comunidades locales, los proyectos y las realidades
nacionales son de enorme importancia. La acreditación no puede limitarse al
cumplimiento de una calidad sin patria. Amén de criterios internacionales de
calidad basados en la tradición científica, la calidad también debe tener
relación con la pertinencia.
“No pueden olvidarse los fenómenos de internacionalización y
transnacionalización de la educación superior que afectan a las políticas
públicas en este ámbito y a los procesos de acreditación. La
internacionalización presenta un amplio abanico de significados y situaciones,
de los que es útil subrayar al menos dos aspectos: a) la cooperación académica
internacional e interinstitucional, potenciada por el avance de los medios de
información y comunicación; b) la oferta transnacional de servicios educativos,
muchos de ellos a distancia”
(12)
.

La pertinencia no es una variable fácil de cuantificar pero tiene una relación directa
con los objetivos que en materia de relación con la sociedad se fija cada institución.
Son las respuestas que la universidad debe dar a lo individual, entendido esto a lo
interno y a lo externo a ella, y a lo social, pensado desde lo local, regional, nacional
e internacional.
Pertinencia social de la universidad.
Una propuesta para la construcción de la imagen institucional
Ana María Navarro i
María T. Alvarez ii
Juan C. Gottifredi iü

Francisco Naishtat

la autonomía universitaria y la pertinencia social de la universidad. Ambas

nociones pueden, en una primera aproximación, rivalizar entre sí: la


autonomía consiste en el libre ejercicio de la enseñanza y de la
13
investigación universitarias, fuera de todo constreñimiento externo
vinculado a fines ideológicos, políticos o económicos; a su vez la
pertinencia social relaciona a la educación superior con la sociedad
planteando la necesidad de una evaluación externa en términos de
expectativas y logros públicos.

El concepto de pertinencia, desde el momento que se sitúa en una perspectiva de dar respuesta

a una sociedad, obliga a la universidad a generar un producto - respuesta desde el principio de

responsabilidad

esponder ante la sociedad sobre lo que la institución universitaria genera como producto.

la pertinencia, en la medida misma en que se sitúa en el horizonte de un

responder a la sociedad, se vincula con el principio de responsabilidad,

Con esto no quitamos valor a la noción de pertinencia en cuanto parámetro institucional de

la universidad,suficientemente definido desde los conceptos de misión y de función social,

pero mantenemos en cambio que el conocimiento puede ser impertinente, y sin embargo pleno

de sentido, como un recién nacido.

(SE refiere a la anécdota: Cuentan que una vez Louis Pasteur le dijo a un discípulo que dudaba

sobre la utilidad de un resultado teórico “¿Para qué sirve un recién nacido?”)

UNIVERSIDAD Y CONOCIMIENTO: POR UN ETHOS DE LA IMPERTINENCIA EPISTÉMICA

Francisco Naishtat

7. Formas alternativas de vinculación universidad -


sociedad
Centrando nuestro análisis hacia las líneas de acción que tenderían a lograr
una efectiva pertinencia o vinculación de la Universidad con la Sociedad,
proponemos abordar VER HOJA 12

Pertinencia social de la universidad.


14
Una propuesta para la construcción de la imagen institucional
Ana María Navarro - María T. Alvarez - Juan C. Gottifredi

Autonomia Academica y Pertinencia Social de la


Universidad Publica: Una Mirada desde la Filosofia Politica
Francisco Naishtat y Proyecto
Instituto de Invesgaciones Germani de la UBA, Argentina
ABSTRACT: El presente artículo discute, desde la filosofía política, dos nociones que
consideramos centrales en el debate actual sobre la educación superior: la autonomía
universitaria y la pertinencia social de la universidad. Ambas nociones pueden, en una
primera aproximación, rivalizar entre sí: la autonomía consiste en el libre ejercicio
de la enseñanza y de la investigación universitarias, fuera de todo constreñimiento
externo vinculado a fines ideológicos, políticos o económicos; a su vez la pertinencia
social relaciona a la educación superior con la sociedad planteando la necesidad de
una evaluación externa en términos de expectativas y logros públicos. En este artículo
hemos mostrado una reconstrucción conceptual de la noción de autonomía
susceptible de articularse con la noción de pertinencia en un sentido positivo. Para ello
nos hemos apoyado en la doble dimensión de la libertad, como ausencia de coerción
externa y como legislación. A su vez, la idea de juicio, tomada de Kant, Arendt y
Habermas, nos permitió avanzar en el análisis de la evaluación externa y de la
pertinencia en un sentido solidario con la responsabilidad pública implicada por la idea
política de autonomía. La conclusión alcanzada es que la autonomía y pertinencia
social pueden articularse en un concepto de libertad positiva entendida
simultáneamente como legislación, juicio y responsabilidad.

la pertinencia, en la medida misma en que se sitúa en el horizonte de un responder a la


sociedad, se vincula con el principio de responsabilidad, y permite de este modo romper
la posibilidad de un cerco de autoaislamiento universitario incompatible con la misma
tradición latinoamericanista de una universidad pública en armonía con las necesidades
de la sociedad civil y con las condiciones de su progreso. Pero por otra parte, este
responder a otros, es susceptible de restringir la libertad de la universidad como fuente
de transformación intelectual y social, ya que puede introducir una normativa adaptativa
y conformista en relación con las condiciones sociales e intelectuales dadas. Para poder
discernir este doble carácter de la pertinencia, a la vez como generadora de un principio

15
de responsabilidad pública y como susceptible de una implicancia heterónoma en la
política universitaria, es menester remitirnos a la naturaleza de lo que podemos
llamar juicio de pertinencia. En efecto, los parámetros de pertinencia no proceden de
juicios asépticos y neutros, sino que se ubican de entrada en la esfera de la filosofía
política, como decisiones que en su naturaleza son diferentes de algoritmos o
deducciones científicas. La pertinencia, en este sentido, pertenece a la política, y como
tal sólo es dirimible en el terreno de la política. Si tenemos presente la diferencia de
naturaleza trazada por Kant entre el juicio reflexionante inherente a la vida práctica y los
juicios determinantes de la teoría, podemos comprender que en el juicio de pertinencia
hay un basamento de valores y orientaciones normativas que deben ser tomadas en
cuenta en relación con las decisiones de pertinencia relevantes para la vida universitaria.
En este sentido, la tensión de la pertinencia, como fuente de responsabilidad social y
como fuente posible de heteronomía puede resolverse si se asume su trasfondo político
propio. Asumirlo significa que la universidad no debe responder acríticamente ante
parámetros de pertinencia fijados como axiomas sistémicos, sino que debe asumir la
discusión política de dichos parámetros a partir del fondo racional mismo que define a la
universidad moderna como institución crítica. Su responsabilidad social, por ende, no
consiste simplemente en el responder sobre, sino también en el debate que la
universidad es susceptible de generar sobre el marco filosófico-político que condiciona la
negociación con el estado sobre la pertinencia de lo que la universidad produzca. Sólo
de este modo la pertinencia puede transformarse y convertirse en una oportunidad para
la universidad, en la que su responsabilidad social pueda aunarse con su autonomía
política.

La relación de la universidad con lo otro de la universidad -mercado de trabajo,


principalmente- comporta a priori un conflicto entre dos principios: el principio de
autonomía y el principio de responsabilidad pública. La universidad es autónoma pero la
universidad es pública, lo cual quiere decir que debe a la vez hacerse cargo de lo que
ella es como especificidad institucional y rendir cuenta a la sociedad de lo que ella hace
y produce como bien público. Es por esta segunda línea que se filtra- como se señaló- la
problemática de la evaluación externa y de la pertinencia. . Esta problemática puede
interpretarse en el sentido de que la universidad debe someterse a juicios de pertinencia
cuyos patrones constitutivos se encuentran definidos sistémicamente. Pero también
puede comprenderse en el sentido de que la universidad se somete a juicios de
pertinencia y de evaluación externa cuyos criterios son negociados con la universidad en
16
un consenso comunicativamente alcanzado entre la comunidad universitaria, la sociedad
y el estado. Es este segundo elemento que a todas luces falta hoy en la política
evaluativa del estado hacia la universidad, y que define los criterios de pertinencia y de
evaluación externa no como un natural algoritmo o conteo de entradas y salidas, sino
como juicio (…) En este último sentido la evaluación externa no es antitética de la
autonomía sino que conforma un todo con esta última a partir de la solidaridad entre
autonomía, responsabilidad y juicio de pares a partir de los criterios comunicativamente
alcanzables que la comunidad universitaria ha de estar en poder de negociar con la
sociedad y el estado.

La autonomía entendida no como simple encerramiento sino como la capacidad de la


universidad para celebrar contratos es un destacado eje de discusión.

A partir de 1996, en la Universidad Nacional de Salta (UNSa), estamos llevando a cabo


una investigacitn que intenta valorar la pertinencia del proyecto de la propia universidad
en el medio social.que la contiene. Desde esta perspectiva planteamos una investigacitn
que intente conocer el grado de pertinencia de nuestra universidad a través de la construcción
de su imagen en la comunidad salteña. Nos proponemos, por un lado, ocuparnos
de la pertinencia, una vanable interdependiente de la calidad que hasta ahora ha sido
dejado bastante de lado, y por otro lado, sugerimos valorar la misma a través de la
representación expresada por las opiniones de diferentes actores sociales.

(PARA NO DEPENDER SOLO DEL FINANCIAMIENTO ESTATAL)Una


Universidad que aspira a mejorar su calidad, no puede dejar de lado
la valoración de su pertinencia, ya que sólo si es capaz de comprometerse con el
medio que la contiene, si se hace sentir como necesaria en el contexto que la
circunda y garantiza su presencia en la resolución de los problemas emergentes,
podrá recibir los apoyos y los reconocimientos necesarios para su subsistencia
como institución garante de la producción de saberes de calidad, de espacios de
discusión democrática y participativa y de respuestas de significación social
tendientes a aportar para una mejor calidad de vida.

La evolución en los procesos actuales, "tiene una connotación diferente al


concepto tradicional en el cual la evaluación se asumía como una actividad que
tenía como objetivo controlar los estandares académicos de la institución" (García
Guadilla: 1996) y conocer el destino y la rendición de los recursos financieros.
Por este motivo se generó el riesgo de que la evaluación fuera considerada
17
como un procedimiento preponderantemente burocrático que en esencia evaluaba
en términos eficientistas y cuantitativistas y no en función al mérito y a la
relevancia de los aspectos académicos. Para García Guadilla, "el resultado muchas
veces ha sido la compilación de tablas prescriptivas con criterios cuantitativos
que en forma homogénea se utilizaban indiscriminadamente en todas las
instituciones", lo que al no permitir la valoración de la evaluación como positiva
y necesaria para saber lo que realmente estaba pasando en cada institución, hizo que
no fuera posible que se desarrollara una cultura de la evaluación. De allí que
se pueda advertir la ausencia de la evaluación en las universidades, en función de
las rigideces que supuso el modelo tradicional. Hoy se estáI). imponiendo
metodologías que si bien pueden considerarse como derivadas de esos modelos
tradicionales, se sitúan más hacia las perspectivas de una evaluación estratégica,
con tendencias crecientes hacia la autoevaluación. Autoregulación que es asumida
por los propios actores universitarios.

BIBLIO:
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Superior y Sociedad, Vol. 7, N' 1. UNESCO - CRESALC. Caracas.

GARCIA GUADILLA, C. (1996) El valor de la Pertinencia en las dinámicas de transformación


de la Educación Superior en América Últina. Mimeo

Pertinencia social de la universidad.


Una propuesta para la construcción
de la imagen institucional
Ana María Navarro i
María T. Alvarez ii
Juan C. Gottifredi iü

DOCUMENTO PARA EL DEBATE DE UNA NUEVA LEY DE EDUCACION SUPERIOR

Informe de Actividades
Abril - Diciembre 2007, IIPE-UNESCO Buenos Aires

Juan Carlos Pugliese

 El logro más destacable del trabajo de la CONEAU en su primera década de existencia y


que pasa frecuentemente desapercibido es el de haber fomentado la emergencia y
consolidación de una cultura de la evaluación crecientemente difundida a nivel de todo el
sistema universitario argentino y, especialmente, el de haber logrado frenar la creación
indiscriminada de nuevas instituciones universitarias tanto estatales como privadas.

De hecho la educación universitaria en Argentina no asumió nunca las reglas del mercado (salvo
quizás, en lo referido a la oferta de maestrías especializaciones y pasantías) y mantuvo su
vocación de bien social.

18
la concepción de la educación superior, y especialmente de la educación universitaria, como un
bien de mercado cuya calidad se garantiza mediante la competencia y al que la demanda le
asigna pertinencia, y no la sociedad.

Cabe destacar que cualquiera sea la importancia que el conocimiento puede tener para
distintas organizaciones (gubernamentales, empresariales, políticas o sociales) lo
propio de la universidad es que está comprometida con la creación y la justificación de
los conocimientos. Lo que algunos entienden en el sentido de la “cientificidad”. La
universidad es la institución donde se producen, se contrastan y se fundamentan
conocimientos a través de las comunidades científicas y profesionales. La universidad
desde sus orígenes se encuentra ligada a esta exigencia epistemológica. Este
imperativo suele sintetizarse en el concepto de “pertinencia”, social y académica, de los
saberes universitarios. Criterio que ha penetrado en las agencias de evaluación y
acreditación de las universidades y de los programas de investigación.

Ahora bien, ocurre que así como los peces no saben que viven en el agua, los
universitarios y científicos suelen olvidar que su entorno y su actividad tienen que ver
con procesos de conocimientos. La mayoría de los universitarios y de los científicos
carecen de una cultura epistemológica, aunque conocen los alcances de su actividad o
disciplina. Les falta pasar del conocimiento “tácito” al conocimiento “explícito”. Por otro
lado, la mayoría de los administradores universitarios se rigen por criterios políticos o
corporativos que ignoran los criterios científicos y pedagógicos. La racionalidad que las
universidades transmiten en sus carreras no se aplica en las instituciones.

Otra aspecto importante de la cultura universitaria es que si bien se va en busca de la


verdad y de certeza, la epistemología contemporánea ha demostrado que el trabajo
científico implica la refutabilidad de las teorías. Esto significa que nuestro horizonte
intelectual siempre va estar acuciado por incertidumbres. Hay que admitir esta tensión
entre la búsqueda de la certeza y la incertidumbre que esa misma búsqueda genera. En
consecuencia, la discrepancia, la controversia, el pluralismo, surgen como corolarios de
la vida académica. En las empresas, seguramente, no se pueden dar el lujo de especular
mientras la competencia avanza sobre el mercado29.

La pertinencia de las instituciones para con la sociedad. Una universidad que se mira a
sí misma, aún si fuera de excelencia, no tiene sentido para su sociedad.

En particular, al referirnos al tercer eje, la pertinencia, planteamos un conjunto de


programas e iniciativas de política universitaria, que esta gestión viene promoviendo. Y
está claro, sin necesidad de abandonar el respeto irrestricto por la Autonomía
universitaria dado que son discutidas y consensuadas en el mismo sistema. Y, por otra
parte, son las mismas universidades las que han tomado la iniciativa renovando su

29
Perez Lindo (2005:4)
19
esfuerzo por resignificar sus misiones institucionales en dirección a acercar la
Universidad todo lo posible a la realidad social y sus complejidades 30.

La educación como bien social o servicio público.

Se reitera lo señalado anteriormente, en el sentido de compatibilizar lo establecido en la


recientemente sancionada LEN 26.206. Se debería establecer el carácter de bien social para la
educación superior, y a ese carácter se remite la pertinencia de las funciones y acciones de la
universidad, convirtiéndose en el criterio desde el que se asegura la calidad y al que se orienta
el mejoramiento31.

Hoy es preciso que desde las políticas públicas se convoque a los universitarios y a las
instituciones que integran el sistema a asumir un rol protagónico en la reconstrucción del
Estado, la ciudadanía, el desarrollo económico y social y en la búsqueda de la equidad.
Es necesario organizar los esfuerzos dispersos dentro de las universidades, recuperar la
capacidad de gestión de manera de optimizar el cumplimiento de la función social del
sistema universitario: crear conocimiento, organizarlo, difundirlo, y hacerlo con calidad
creciente y pertinencia. Ello permitirá la transformación de la sociedad argentina en una
sociedad del conocimiento, que base su desarrollo sostenido en la capacidad de sus
recursos humanos para crear riqueza y gestionar una mejor calidad de vida para sus
ciudadanos. Estas políticas públicas, que aspiran a enriquecerse con el debate y la
concertación, suponen un cambio en las relaciones del Estado con las universidades a
partir del reconocimiento no sólo de su autonomía, sino también del valor estratégico
que ellas tienen para la sociedad.32

ARTÍCULO 8°: Son funciones del CONSEJO NACIONAL DE EDUCACIÓN SUPERIOR

h. Vincular a la Educación Superior con la solución de necesidades y problemas sociales, y


asegurar su pertinencia respecto a los derechos y demandas hacia el presente y el futuro,
mediante:

1. el establecimiento, y su regulación, de un Servicio de Prácticas Comunitarias y Productivas de


la Educación Superior, como parte de la carrera académica de cada estudiante, mediante
acuerdos y convenios con organismos e instituciones del sector productivo, de la sociedad civil
y/o de los diferentes organismos municipales, provinciales, regionales y nacionales del Estado,
en el marco de lo previsto en la presente ley;

2. el fomento y la incentivación a la vinculación y desarrollo de proyectos en red que involucren a


la Educación Superior con organismos, programas e instituciones de los diferentes niveles del
Estado, de los sectores productivos y de la sociedad civil, en la atención a la población con
30
Pugliese, Juan C. Universidad y Sociedad
31
Pugliese, Juan C. (2007:20)

32
Pugliese, Juan C. (2005:1)
20
mayores necesidades, para impactar sobre ámbitos territoriales con situaciones
sociodemográficas más vulnerables;

3. la emisión de criterios de prioridad para el otorgamiento de recursos a procesos de


investigación, transferencia, extensión, innovación y vinculación productiva, destinados a la
solución de problemas sociales acuciantes, así como el estímulo a la formación de técnicos y
profesionales capacitados para el trabajo en zonas con población con mayores necesidades;

30 "La iniciativa privada -reza el artículo 1° de la ley 14557- podrá crear universidades con capacidad para
expedir títulos y/o diplomas académicos. La habilitación para el ejercicio profesional será otorgada por el
Estado nacional. Los exámenes que habiliten para el ejercicio de las distintas profesiones serán públicos y
estarán a cargo de organismos que designe el Estado nacional".

Decimos "autonomía con respecto al poder político", porque en Argentina pareciera que es ésa la
única autonomía que importa defender y preservar, olvidando que hay también otras interferencias
(de partidos políticos, de corporaciones diversas, etc.) que también la afectan.

REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

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Pertinencia social de la universidad.


Una propuesta para la construcción de la imagen institucional
Ana María Navarro - María T. Alvarez - Juan C. Gottifredi

Usados:
el concepto tradicional de “calidad” que se instaló en los ‘90 a nivel educativo, basado en los resultados y

en la calidad del producto final, es limitado y exige una revisión.

“redefinir y ampliar la noción de calidad educativa, adaptándolo a distintos factores asociados al

contexto y a la realidad que vivimos”.

El concepto de pertinencia en educación es introducido por UNESCO en el Informe de Seguimiento de la


Educación para Todos en 2005. En este documento, pertinencia es vinculada claramente a la Calidad
educativa. "La noción de pertinencia siempre ha estado presente en los debates sobre la calidad de la
22
educación. En el pasado, en particular en los países en desarrollo, solía considerarse que los planes de
estudios importados o legados por el colonialismo tenían poco en cuenta el contexto local y el medio
sociocultural de los educandos”33. En consecuencia refiere, términos generales, a los planes de estudio y, en
particular, a su relación con el contexto social y las necesidades locales.

El informe opera en el marco de una caracterización de la educación no como Servicio sino como Derecho
exigible que el Estado debe respetar, asegurar, proteger y promover.

"la calidad de la educación en tanto derecho fundamental, además de ser eficaz y eficiente, debe respetar
los derechos de todas las personas, ser relevante, pertinente y equitativa"

Para definir Pertinencia, podríamos partir del texto elaborado por los
participantes a la Conferencia Regional sobre Políticas y Estrategias para la
Transformación de la Educación Superior en América Latina y El Caribe: "una
definición de pertinencia radica en el papel que cumple y el lugar que ocupa la
educación superior en función de las necesidades y demandas de los diversos
sectores sociales. Las acciones que se formulen carecerán de real sentido social si
no son anticipatotias de escenarios futuros y no manifiesten su intención de
modificar la realidad vigente" (Informe final y Plan de Acción, 1996).

Declaración de la UNESCO de 1998

4. La pertinencia de la educación superior debe evaluarse en función de la adecuación


entre lo que la sociedad espera de las instituciones y lo que éstas hacen. Para ello, las
instituciones y los sistemas, en particular en sus relaciones aún más estrechas con el mundo
del trabajo, deben fundar sus orientaciones a largo plazo en objetivos y necesidades
sociales, y en particular en el respeto de las culturas y la protección del medio
ambiente. Fomentar el espíritu de empresa y las correspondientes capacidades e iniciativas
ha de convertirse en una de las principales preocupaciones de la educación superior. Ha de
prestarse especial atención a las funciones de la educación superior al servicio de la
sociedad, y más concretamente a las actividades encaminadas a eliminar la pobreza, la
intolerancia, la violencia, el analfabetismo, el hambre, el deterioro del medio ambiente y las
enfermedades, y a las actividades dirigidas al fomento de la paz mediante un planeamiento
interdisciplinario y transdisciplinario.

Colgados:
El de “pertinencia”, al igual de lo que se dijo para “calidad”, es quizás un atributo demasiado

indeterminado como para ser parámetro de valoración del conocimiento producido en las

universidades.

la realidad social y sus complejidades

33
UNESCO (2005:34)
23
los postulados de la Unesco de 1996, llamado “Informe Delors” que destaca que los pilares de la

educación son: aprender a conocer, aprender a hacer, aprender a convivir y aprender a ser. “Hacia allí

estamos extendiendo el concepto de calidad”,

24

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