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El eje de la rueda

Cuando el Buda estaba sentado bajo el árbol bodhi vio dos cosas. Primero vio una gran rueda
que abarcaba la existencia condicionada en su totalidad y contenía a todos los seres. Vio que
ésta se encuentra girando constantemente, día y noche, vida tras vida, época tras época. En el
eje de esta rueda observó tres criaturas: un gallo rojo (Avaricia) que picotea golosamente la
tierra, una serpiente verde (ira) con los ojos rojos brillando de ira y un cerdo negro
(Ignorancia) que se revuelca en el lodo de manera inconsciente. Las tres criaturas forman un
círculo y cada una está mordiéndole la cola a la figura que tiene enfrente.

Además, si observamos con detalle veremos como la serpiente y el pájaro parecen salir de la
boca del cerdo porque la ignorancia es el principal de estos tres estados mentales. Estos se
encuentran en el centro de la rueda porque estas tres importantes emociones perturbadoras
son las principales causas que nos mantienen aferrados a la existencia cíclica. Recordad, la
ignorancia, la avidez y la ira. En el siguiente circulo está representada la dualidad en color
blanco y negro.

Las acciones hábiles y las torpes

Alrededor del círculo del eje tenemos un segundo círculo un poco más grande, dividido en dos
mitades, una blanca y otra negra (Representa la dualidad). En ellos hay figuras de hombres y
mujeres. Las de la mitad blanca están ascendiendo y sus expresiones reflejan gozo y alegría.
Las figuras de la mitad negra están descendiendo, hundiéndose cada vez más. Sus expresiones
son de angustia y terror.

Los seis reinos de la existencia

El siguiente círculo de la rueda es el más grande y se divide en seis segmentos. Cada uno
representa un mundo entero. Es posible ver cada segmento como si fuera un estado mental o
un plano de conciencia. Está el mundo de los dioses o devas, que disfrutan todo tipo de
deleites. Para ellos la existencia es como un sueño placentero. Está también el mundo de los
asuras, que viven en un estado de constante hostilidad y envidia, siempre peleando. Llevan
armaduras y luchan por conseguir los frutos del árbol de los deseos. En el siguiente segmento
tenemos a los pretas o espectros hambrientos. Tienen un estómago enorme, un cuello largo y
delgado y una boca diminuta. Su hambre es atroz pero la comida que llega a su boca se
convierte en fuego o inmundicia. En otro segmento encontramos a unos seres atormentados,
algunos congelándose en el hielo y otros quemándose en el fuego. Otros más son decapitados,
cortados a la mitad o devorados por monstruos.

En el siguiente segmento vemos diferentes animales: peces, insectos, pájaros, reptiles,


mamíferos... algunos grandes y otros pequeños, unos pacíficos y otros predatorios. En el
último segmento se encuentran los seres humanos, con sus casas y tierras, sus jardines y
campos, algunos cultivando la tierra, unos vendiendo, otros comprando, unos cocinando y
alguno meditando. Son los segmentos de este círculo que conforman seis tipos diferentes de
mundos o de estados mentales. Sus habitantes no permanecen en ellos por periodos
indefinidos; aparecen en un mundo y luego reaparecen en otro.

Finalmente, el círculo de la periferia está dividido en doce segmentos. En ellos vemos escenas
que representan el proceso por el que pasan los seres vivos de un mundo a otro o reaparecen
en el mismo. En el sentido de las manecillas del reloj, las doce escenas son: I) Un ciego
(ignorancia); 2) Un alfarero con su torno (la acción formativa); 3) Un mono en un árbol
(conciencia); 4) Un bote con cuatro pasajeros y un guía (el nombre y la forma); 5) Una casa
vacía (seis esferas sensoriales); 6) Un hombre y una mujer abrazados (el contacto); 7) Una
persona con una flecha clavada en el ojo (la sensación); 8) Una mujer que ofrece una bebida a
un hombre (el deseo); 9) Alguien que corta una fruta de un árbol (el apego); 10) Una mujer
embarazada (la existencia); 11) Una mujer pariendo (el nacimiento); 12) Un hombre que lleva
un cadáver a la pira funeral (la vejez y la muerte).

los doce eslabones. Las distintas clases de sufrimiento proceden de las acciones contaminadas
motivadas por las emociones perturbadoras.

Los sufrimientos de la vez y la muerte se producen dependiendo del nacimiento. El nacimiento


se produce dependiendo del nivel potencial de acción llamado existencia. La existencia se
produce dependiendo del aferramiento. El aferramiento se produce dependiendo del apego. El
apego se produce dependiendo de las sensaciones. Las sensaciones se producen dependiendo
del contacto. El contacto se produce dependiendo de las seis esferas sensoriales. El nombre y
la forma se producen dependiendo de la conciencia. La conciencia se produce dependiendo de
la acción. La acción se produce dependiendo de la ignorancia.

Para poner fin al samsara (el ciclo de existencia condicionada) hemos de conseguir romper la
cadena de los doce vínculos. Si conseguimos cortarla en alguno de sus eslabones habremos
obtenido la liberación. El hecho de que el Señor de la Muerte sujete la rueda de la vida con la
boca significa la inpermanencia y que todo es transitorio.

El exterior de la rueda

Un monstruo horrendo sostiene la rueda con sus garras. Tiene tres ojos, largos colmillos y una
corona de calaveras. Más allá, en el espacio de la derecha hay una figura vestida con un hábito
amarillo y señalando con el dedo hacia el extremo izquierdo, donde se percibe un sendero que
serpentea a través de campos cultivados, densos bosques, pantanos, desiertos, ríos y
barrancos, rodea las montañas y desaparece en el horizonte. Entonces el sendero parece
enderezarse y ascender, uniendo a la tierra con el cielo. Es una escalera de oro, plata y cristal,
que se va haciendo más estrecha y se convierte en el tronco de un árbol gigantesco, cuyas
flores en la parte más baja son relativamente pequeñas, pero las de arriba son mucho más
grandes. En la punta del árbol está la flor más grande de todas. En el cáliz de todas estas flores
se ven sentados los budas, los bodhisatvas, los arahats, los dakas y las dakinis.

En esta zona está la Luna, que simboliza la tercera noble verdad es decir el cese del
sufrimiento. Junto a la Luna zona 2 se encuentra el Buda señalándola con el dedo
recordándonos con este gesto que nos ha enseñado el camino de la liberación y las cuatro
nobles verdades de una forma acertada. Su presencia es un signo de que no podemos alcanzar
la liberación sin comprender qué hemos de practicar y qué hemos de evitar. Para ello
dependemos de sus enseñanzas y de nuestros maestros espirituales, que nos transmiten lo
que el Buda enseño.

En la parte inferior de la rueda de la vida suele haber unas líneas de texto explicando el
proceso que nos mantiene atados a esta existencia cíclica y cómo podemos invertir el proceso.
Estas líneas indican las percepciones esenciales que hemos de tener mientras practicamos la
Cuatro Nobles Verdades.
La ley del amor.

El Karma no es una cosa, que existe inútilmente. Tiene un propósito, y ese propósito es llevar a
la humanidad a un estado de amor. Todo lo que es Karma, se orienta hacia la creación de una
perfecta armonía.

La ley de la expansión.

El crecimiento es determinado, hasta que no hay más recursos en el universo para que pueda
crecer. El crecimiento requiere el caos, luego la reorganización, y eso aplica también para
nosotros. La ley de la expansión indica, que nosotros también estaremos siempre en
expansión.

La ley del equilibrio.

El Yin y el Yang. Hay un equilibrio, para todo. El Karma se encarga de que las sombras más
oscuras, den paso a las luces más brillantes. Cada fracaso es una oportunidad para el éxito, y el
mayor de los éxitos nos lleva a fallas futuras.

La ley de las lecciones.

La ley de las lecciones, es la ley kármica que nos obliga a aprender a resolver problemas. Las
cosas malas no se irán, hasta que se aprenda la lección.

La ley de la neutralidad.

El Karma no se preocupa por ti. El Karma se preocupa, por todo el mundo. Éste no adquiere
favoritos, y va a repartir lo que se reparte, por igual para todos.

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