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7.1. LA RESTAURACIÓN BORBÓNICA (1874-1902).

CÁNOVAS DEL CASTILLO Y EL


TURNO DE PARTIDOS. LA CONSTITUCIÓN DE 1876.

1. INTRODUCCIÓN.
2. EL SISTEMA CANOVISTAY EL TURNO DE PARTIDOS.
2.1. Bases del sistema Canovista.
2.2. El turno de partidos.
2.3. La práctica del sistema: manipulación electoral y caciquismo.
3. LA CONSTITUCIÓN DE 1876.
4. EVOLUCIÓN POLÍTICA.
4.1. Reinado de Alfonso XII (1874-1885)
4.2. Regencia de Mª Cristina de Habsburgo (1885-1902)

1. INTRODUCCIÓN.
La Restauración constituye un largo periodo que se extiende desde el pronunciamiento de Martínez
Campos en 1874 hasta 1931.
La Restauración Borbónica atraviesa diversos periodos:
 De 1875-1902: Reinado de Alfonso XII y de su viuda Mª Cristina, años en los que se asientan
las bases del nuevo régimen, su principal logro será la Constitución de 1876 y su principal
fracaso la crisis de 1898. Las figuras relevantes Cánovas y Sagasta.
 De 1902-1923: Reinado de Alfonso XIII, donde se van a plantear políticas regeneracionistas para
afrontar la crisis del 98, problemas a nivel político, económico y social se suceden (Semana
Trágica, Marruecos). Crisis 1917.
 De 1923 -1931: Reinado de Alfonso XIII bajo la Dictadura de Primo de Rivera, no está en vigor
la Constitución de 1876, la caída de la Dictadura arrastra al rey el 14 de febrero de 1931 se
proclama la Segunda República.
Internacionalmente el periodo coincide con las relaciones establecidas por Bismarck, el imperialismo
colonial reparto de África en el Congreso de Berlín, e1 nacimiento de EEUU como potencia internacional,
la Segunda Rev. Industrial, el crecimiento y la expansión del movimiento obrero, la consolidación del
marxismo y anarquismo y el nacimiento del comunismo, la Revolución en Rusia y por supuesto el
desarrollo de la Primera Guerra Mundial. Ascenso de los fascismos en Italia y Alemania.
Periodo de neutralidad debido a nuestra debilidad militar. Internamente, periodo de crecimiento
económico, innovaciones de la IIª Revolución Industrial, pero de gran desigualdad social y analfabetismo.

2. EL SISTEMA CANOVISTA Y EL TURNO DE PARTIDOS.

Durante el Sexenio democrático los partidarios de la monarquía borbónica prepararon la Restauración,


que se vio facilitada por la abdicación de Isabel II en su hijo Alfonso en 1870.
Cánovas del Castillo, jefe del partido alfonsino y artífice de la Restauración, se esforzó en crear un
estado de opinión favorable a la proclamación del príncipe. A ello contribuyó el “Manifiesto de
Sandhurst” (Sandhurst era la academia militar donde los herederos recibían formación castrense), suscrito
por Alfonso XII (pues fue redactado por Cánovas) en el que el futuro rey expresaba a los españoles su fe
en la monarquía liberal, de signo católico y sus deseos de conciliación y de paz.
Pero el pronunciamiento de Sagunto, por el General Martínez Campos (29 de diciembre), precipitó
las cosas y en enero de 1875 se produjo la restauración con Alfonso XII (espera en París).

Sobre las bases del liberalismo doctrinario, Cánovas tendió puentes de conciliación a las fuerzas
políticas protagonistas de la Restauración que estuvieron de acuerdo con la nueva monarquía.
Los objetivos se centraban en la recuperación del poder por parte de las clases conservadoras y en la
pretensión de que la Corona restableciera el orden social y la autoridad e identidad del Estado.

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2.1. Bases del sistema Canovista.
El sistema Canovista, cuya fuente de inspiración era el modelo inglés, se apoyaba en 3 bases
principales:
 La teoría de la Constitución interna o histórica, que hacía recaer la soberanía compartida en el Rey y
las Cortes, dos instituciones avaladas por la Historia y preexistentes a cualquier constitución escrita.
Su primer objetivo fue asentar firmemente la Monarquía.
 El sistema de poder, articulado en dos pares de fuerzas opuestas, de cuyo equilibrio dependía la
estabilidad:
- El rey que detenta la autoridad y las Cortes depositarias de la libertad.
- Dos partidos políticos que se turnarían pacíficamente en el poder y en la oposición, Conservador y
Liberal.
 La Constitución escrita que organizaría la actuación de esos dos pares de fuerzas. El marco
constitucional debía acoger todas las tendencias liberales. Quería una constitución duradera.

Defendía el Estado español centralizado, desde Madrid se controlaban a los Gobernadores Civiles (y
estos a los caciques), ayuntamientos y diputaciones,. Uniformidad de los Códigos de Justicia,
Administrativos, fiscalidad, etc.. Fueron suprimidos los fueros vascos y navarros.
Cánovas desconfiaba del ejército y deseaba tenerlo controlado, que se acabaran los pronunciamientos
y se consolidara el poder civil. Para ello, mejoró la enseñanza e instrucción militar. Se recuperó el
prestigio militar tras las victorias carlista y cubana, aunque luego decaerá tras el desastre del 98.
El proceso de despolitización del ejército fue más aparente que real. Acabó convirtiéndose en un
instrumento de presión sobre la vida civil. Había una crítica constante a los políticos, a los que el ejército
calificaba de ineficaces e inmorales.
Canovas defendía el orden social y la propiedad. Recibió el apoyo de la oligarquía y las clases
medias.

2.2. El turno de partidos.


El ejercicio del poder quedó confiado a los partidos políticos, concretamente a dos, conservador y
liberal, que coincidían ideológicamente en lo fundamental (defensa de la monarquía, la constitución, la
propiedad, el sistema capitalista y el Estado Liberal, unitario y centralista). Se seguía el modelo británico.
Partido Conservador, antiguo partido moderado de las clases más pudientes, el clero y el ejército.
Procede de los antiguos moderados y unionistas. Al frente del partido conservador, Canovas.
Sagasta organizara el Partido Liberal o Fusionista, integrado por el viejo núcleo constitucional de los
progresistas, y elementos procedentes del campo radical y del democrático. Defendido por clases medias.
De este modo Cánovas desde la derecha del régimen y Sagasta desde la izquierda intentaron la
consolidación del sistema por medio del turno pacífico de ambos partidos.
De este turnismo, por supuesto, estaban excluidos los socialistas, los republicanos (tanto radicales
como moderados) y los nacionalistas. Su participación en el Gobierno será tras la grave crisis de 1917.
En cuanto a su actuación política, las diferencias eran mínimas. Los conservadores se mostraban más
proclives al inmovilismo y a la defensa de la Iglesia y el orden social, mientras los liberales estaban más
inclinados a un reformismo más progresistas y laico.

2.3. La práctica del sistema: manipulación electoral y caciquismo.


El soporte social del Régimen de la Restauración y de los partidos dinásticos, fue la vieja oligarquía
aristocrática latifundista y burguesa, más atenta a conservar sus propios intereses que intentar nuevos
ensayos de renovación política. Esta oligarquía dirigía el sistema parlamentario en una España
eminentemente rural y analfabeta, arreglando las elecciones según las necesidades de cada momento.
El rey nombraba un nuevo Jefe de Gobierno y le otorgaba el decreto de disolución de Cortes. El nuevo
gobierno convocaba unas elecciones estableciendo los resultados mediante el “encasillado”, la asignación
previa de escaños en los que se dejaba un número suficiente a la oposición.
El sufragio era controlado por una red organizada a través del Ministerio de la Gobernación, en el
ámbito de las provincias por el Gobernador Civil (“el Gran Intermediario”) y en el ámbito local por el

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“cacique”, es decir, el personaje relevante que vigilaba y organizaba la emisión del voto en su
demarcación.
Junto al caciquismo, coacción al elector con amenazas y extorsiones, estaba la técnica del “pucherazo”,
modificación de los resultados obtenidos en las urnas (cambio de urnas, añadidos de votos falsos, retirada
por la policía de urnas antes del recuento, etc..). Así, las elecciones eran puro teatro.

3. LA CONSTITUCIÓN DE 1876.

Una vez restaurada la monarquía borbónica se convocaron elecciones para las nuevas Cortes
Constituyentes, por sufragio universal., que con una dócil mayoría gubernamental aprobaron la
Constitución en mayo de 1876. La abstención fue enorme y fueron manipuladas desde el principio. No
concurrieron ni carlistas ni republicanos.
Es la constitución más duradera del constitucionalismo español, casi medio siglo hasta la suspensión
con Primo de Rivera en 1923. Fue elaborada por una comisión de notables presididos por Manuel Alonso
Martínez.

1. Quería ser una síntesis de la Constitución de 1845 y 1869.


2. Era flexible, de contenido ecléctico, servía para todos, siempre que se aceptara el sistema liberal y la
monarquía.
3. Esta constitución que posibilitaba el gobierno de las distintas tendencias, era sin embargo, doctrinaria
y conservadora.
4. Hacía recaer la soberanía compartida entre el Rey y las Cortes, lo que significaba la negación de la
idea de soberanía nacional.
5. División de poderes. Legislativo Cortes y Rey, ejecutivo el Rey a través de los ministros que
responden ante las cámaras, y judicial tribunales.
6. Las Cortes que se estructuraba en dos cámaras:
- Senado, el que se representan las clases poderosas del país: senadores “de derecho propio”
(Grandes de España y jerarquías eclesiásticas y militares ), senadores “vitalicios” (nombrados por
el rey ) y senadores elegidos por sufragio censitario de los mayores contribuyentes.
- Congreso de los diputados. No se especificaba el sufragio, la primera ley restauró el sufragio
censitario.
7. En la cuestión del sufragio la Constitución remitía a futuras leyes electorales. Se aplicó el sufragio
censitario hasta 1890, fecha en la que se estableció el sufragio universal.
8. En materia religiosa, recogía la confesionalidad católica del Estado, se prohibían las manifestaciones
públicas de cualquier otro culto, aunque se reconocía la libertad individual de culto.
9. En su título 1º la Constitución defendía los clásicos derechos y libertades individuales, de forma muy
parecida a la Constitución de 1869, que en la práctica fueron limitados o aplazados durante los
gobiernos de Cánovas.
10. Reconocía a la Corona como uno de los pilares del nuevo régimen. El Rey tenía prerrogativas como
el derecho de veto, potestad legislativa compartida con las Cortes y el nombramiento de ministros.
Poder de convocar, suspender o disolver las Cortes.
11. Uniformidad y centralismo. Leyes iguales para todos (se suprimirán los fueros vasco navarros).

El sistema resultante de esta constitución era prácticamente igual que el del reinado de Isabel II, con un
papel predominante del rey.

4. EVOLUCIÓN POLÍTICA

4.1. Reinado de Alfonso XII1 (1875-1885)


Durante el reinado de Alfonso XII se establece el funcionamiento del sistema turnista, alternancia
pacífica, cediendo el poder cuando se perdía la confianza parlamentaria y respetando la obra legislativa de
sus antecesores.
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De 1876 a 1880 gobierno conservador (Cánovas). De 1881 a 1884 gobiernan los liberales (Sagasta) y de
1884 a 1885 de nuevo Cánovas. El primer gobierno de Canovas, tomó medidas para volver al pasado:
nombramientos de personas afines, cierre de periódicos demócratas y republicanos, eliminación del
matrimonio civil, de los juicios por jurados, vuelta del Concordato y devolvió los bienes no vendidos. Pero
también hubo una amplia amnistía y se mantuvo el contacto con demócratas y progresistas para que
apoyaran al rey.
Los problemas político militares:
- Terminó la IIIª Guerra Carlista con la Paz de Abadiano (1876) y la conquista de Estella (por
Fernando Primo de Rivera en 1876). La solución llegó por la estabilidad política, la superioridad del
ejército y la intervención del propio Rey. A raíz de esta derrota, Carlos VII abandona España y queda
abolido el régimen foral vasco navarro. Más adelante, se firmarán los Conciertos Económicos (1878),
que concedían un cierto grado de autonomía fiscal, en virtud de la cual las provincias vascas pagarían
anualmente a la Admon. Central una determinada cantidad recaudada directamente por las
Diputaciones Provinciales.
- El problema cubano quedó detenido tras el Convenio de Zanjón, firmado por Martínez Campos con
los insurrectos en 1878. Se les prometió a los cubanos amplia amnistía, abolición de la esclavitud y
proyectos inmediatos de reconocer la autonomía y el autogobierno, Pero en la realidad todo quedó en
tímidas reformas, lo que provocaría el inicio de un nuevo conflicto en 1879 (Guerra Chiquita) y la
posterior insurrección de 1895.

4.2. Regencia de Mª Cristina de Habsburgo (1885-1902)


- En 1885 el rey Alfonso XII muere en noviembre de tuberculosis y el temor a una posible
desestabilización impulso a liberales y conservadores a llegar a un acuerdo, el gobierno liberal de Sagasta
con su talante reformista permitió asegurar la continuidad del sistema.
Quedó como regente su segunda esposa Mª Cristina de Habsburgo (1885-1902), embarazada del
futuro Alfonso XIII, y con dos hijas menores de edad, periodo de tensiones y dudas sobre la estabilidad
del régimen.
Cánovas y Sagasta establecieron un acuerdo, apoyar la regencia y facilitar el relevo del gobierno, Pacto
del Pardo, decisivo pues ambos partidos lo cumplieron facilitando la pervivencia del sistema, pero
agudizando la corrupción política. La regente prudente, inteligente llevará a buen puerto la Restauración
en nombre de su hijo.
Cánovas cederá el poder a Sagasta que inaugura un Parlamento Largo (1885-90), se aprueban leyes más
aperturistas que harán que el régimen se consolide aun mas: libertad de asociación (legalización del
PSOE 1879), de expresión, Ley del Jurado, se restablece el sufragio universal (masculino > de 25 años,
1890), aunque seguirá existiendo la manipulación electoral. Reformas en la Hacienda y la administración
colonial aunque muy tímidas (supresión de la esclavitud en Cuba, 1886).

- En 1890 llega el relevo hasta 1892, Cánovas nuevo Jefe de Gº. El sufragio universal es respetado pero el
sistema caciquil se impone. Dentro del partido conservador se produce una escisión por los segundones
F. Silvela, más conciliador y Romero Robledo que quiere mano dura con posiciones críticas hacia Cuba.

- Desde 1892 a 1895, nuevo gobierno de Sagasta.

- Cánovas recuperará el poder en 1895. En Agosto de 1897 es asesinado por el anarquista Angiolillo, en
el balneario de Santa Águeda (Guipúzcoa). Se produce rápidamente un cambio de gobierno.

- 1897, los liberales llegan al poder. Los problemas crecen a finales del siglo: auge del movimiento
obrero, despertar nacionalista especialmente en Cataluña y P. Vasco y el inicio de la guerra en Cuba en
1895, tendrán que enfrentar al desastre del 98.

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