Enajenada de un mundo que la expropia de lo que ella consideraba su
prístina esencia? Esencia? Que era aquella palabra que había perdido su significancia al ser maleada por tan constantes oleadas de maleza extraña? Extraña? Perfecta palabra, precisa compañera en tan incomprendida naturaleza. Naturaleza? Habría algo en lo recóndito de la estepa que compartiera sus ideas llenas de insolencia? Insolente para ellos, inocencia para ella, para el mundo una quimera, para aquella flor una riqueza. Hoguera la que divisa vespertina y la alerta del lugar que la rodea... tangible o sublime? Cuán difícil percibir la diferencia. Gabbi Barragán.