Vous êtes sur la page 1sur 28

See discussions, stats, and author profiles for this publication at: https://www.researchgate.

net/publication/314088249

El Espíritu Santo y el santuario

Article · January 2011

CITATIONS READS

0 1,399

1 author:

Joel Turpo
Universidad Peruana Unión
14 PUBLICATIONS   2 CITATIONS   

SEE PROFILE

Some of the authors of this publication are also working on these related projects:

article View project

All content following this page was uploaded by Joel Turpo on 27 February 2017.

The user has requested enhancement of the downloaded file.


Berit Olam Vol. VIII- 2011

EL ESPÍRITU SANTO Y EL
SANTUARIO

JOEL TURPO CHAPARRO (Perú)


Profesor facultad Teología
joeltch@hotmail.com

joeltch@hotmail.com
77
Berit Olam Vol. VIII- 2011

Introducción

El ministerio de Cristo en el santuario celestial es la doctrina


clave que abrió la puerta al conocimiento de otras importantes
doctrinas. Timm menciona: ―… que la purificación del santuario
después de 1844 estaba teológicamente conectada a casi todas las
enseñanzas básicas de los adventistas sabatistas‖.1 Así, la creencia
del ministerio de Cristo en el santuario celestial está interrelacionada
con un conglomerado de enseñanzas y creencias fundamentales de la
fe.
Entre estas enseñanzas, una de las más controversiales es la
referida a la persona y obra del Espíritu Santo. El presente artículo
busca estudiar, aunque no completamente, estas interrelaciones en
relación con la persona, divinidad y obra del Espíritu Santo partiendo
de la enseñanza que presenta el santuario. El propósito es bosquejar
desde la perspectiva del santuario y en el contexto de sola y tota
Scriptura, las enseñanzas con respecto a la Tercera persona de la
Trinidad. Sin embargo, se considera que este trabajo es un abordaje
inicial y no un completo estudio del tema.
Así, el estudio abarca el examen de los artefactos o muebles
del santuario y su relación con el Espíritu Santo. Asimismo, se toma
especial consideración en el símbolo del aceite y la ceremonia del
ungimiento y su cumplimiento tanto en la persona de Jesús como de
los cristianos.

1 Según Alberto Timm los adventistas agruparon seis doctrinas


fundamentales: La perpetuidad de la Ley de Dios y el sábado, las dos fases del
ministerio celestial de Cristo en el santuario, la segunda venida de Cristo en forma
personal, la inmortalidad condicional del alma y la manifestación moderna del don
de profecía en la persona y escritos de Elena G. White, como integradas bajo el
mensaje de los tres ángeles y el Santuario. Véase Alberto R. Timm, El Santuario y
el mensaje de los tres Ángeles: Factores integradores en el desarrollo de las
doctrinas de la Iglesia Adventista del Séptimo Día (Lima: Seminario Adventista
Latinoaméricano de Teología, 2004), 1.
78
Berit Olam Vol. VIII- 2011

Símbolos del Espíritu Santo en el santuario

El santuario y los dones del Espíritu Santo

Las primeras referencias al Espíritu Santo y el santuario


vienen de los dones y habilidades que Dios concedió a Bezaleel y
Aholiab para la construcción del santuario. Éxodo 35:31 menciona
con respecto a Bezaeel: ―y lo ha llenado del Espíritu de Dios, en
sabiduría, en inteligencia, en ciencia y en todo arte‖ (cf. Éx 31:3). 1
Estas destrezas no son mencionadas en el Nuevo Testamento (NT)
como dones espirituales. Sin embargo, ellos también recibieron la
capacidad de enseñar a otros (34), y sabiduría e inteligencia para
hacer toda la obra (Éx 36:1). Estos elementos corresponden a los
dones espirituales de la enseñanza y la administración mencionados
en el NT donde se desarrolla mucho más el tema de los dones del
Espíritu Santo (1 Co 12-14; cf. Jn 16:4-15).
Asimismo, hay una referencia similar, pero ahora en la
persona de Moisés. Dios dice a Moisés ―…tomaré del espíritu que
está en ti y lo pondré en ellos…‖ (Nm 11:16, 17). De esta forma
Moisés poseía el Espíritu Santo y este sería concedido también a 70
hombres que llevarían la carga del pueblo. Esta acción, de parte de
Dios, sería realizada en la puerta del Tabernáculo de reunión. De este
modo, se encuentra una relación clara entre el Espíritu Santo y el
santuario en conexión a la concesión de dones que serían utilizados
para servir, ministrar, ayudar y enseñar.

La presencia del Espíritu Santo en el santuario

El santuario era la morada de Dios. Éxodo 25:8 señala: ―Me


erigirán un santuario, y habitaré en medio de ellos‖. Así, se expresa
el deseo de Dios de habitar con sus criaturas y comunicarse con ellas

1A menos que se indique lo contrario todas las referencias son tomadas de

la Reina Valera 1995 (RV 95).


79
Berit Olam Vol. VIII- 2011

(cf. Éx 25:22). Lo más resaltante de esta bendición es la presencia


divina, que se hacía efectiva por medio del Espíritu Santo. Esto es
claro al considerar Hageo 2:4 y 5 que dice: ―Pues ahora, Zorobabel,
anímate, dice Jehová; anímate tú también, sumo sacerdote Josué hijo
de Josadac; cobrad ánimo, pueblo todo de la tierra, dice Jehová, y
trabajad, porque yo estoy con vosotros, dice Jehová de los ejércitos.
Según el pacto que hice con vosotros cuando salisteis de Egipto, así
mi espíritu estará en medio de vosotros, no temáis‖.1 Así, hay un
claro paralelismo2 como se muestra:
A Cobrad animo
B Yo estoy con vosotros
C Según el pacto cuando salisteis de Egipto
B Mi espíritu estará en medio de vosotros
C No temáis
Este paralelismo confirma que Jehová estaría con su pueblo
por medio de la presencia del Espíritu Santo. Así se confirma la
Divinidad de la tercera persona de la Trinidad. De este modo, Hageo
hace referencia al pacto realizado cuando salieron de Egipto (Éx
25:8; 29:45), es decir, que Dios habitaría con su pueblo en el
santuario por medio de la tercera persona de la Trinidad, el Espíritu
Santo.3

1La cursiva es nuestra.


2
John Merlin Powis Smith and Julius August Bewer, A Critical and
Exegetical Commentary on Haggai, Zechariah, Malachi and Jonah (New York: C.
Scribner's sons, 1912), 60.

3Otro símbolo de la presencia de Dios por medio del Espíritu Santo es la

―nube‖ que servía como una frecuente manifestación de la presencia y gloria de


Dios, tanto con Moisés en el monte Sinaí (Éx 24:15-18), en el santuario (Ex 33:9-
10), en el desierto (Ex 40: 40:36-38), y en la dedicación del templo de Salomón (1
Re 8:10-12). Asimismo, se encuentra un paralelo entre Éx 40:35 (LXX) y Lc 1:35 en
el uso de la misma palabra ἐπιζκιάζω. Esta palabra literalmente significa: ―cubrir
con una sombra‖, ―ensombrecer‖, ―envolver con una nube‖ véase James Swanson,
Diccionario de idiomas b blicos: Griego (Nuevo Testamento), Edición electrónica
(Bellingham, WA: Logos Research Systems, Inc., 1997), GGK2173. Así, como la
nube cubría el tabernáculo de reunión, el Espíritu Santo cubrió con su sombra a
María. Véase Joseph Henry Thayer, A Greek-English Lexicon of the New Testament:
Being Grimm's Wilke's Clavis Novi Testamenti (New York: Harper & Brothers,
80
Berit Olam Vol. VIII- 2011

Este deseo, de habitar con nosotros, se hace mucho más claro


en el NT, cuando señala que el Espíritu Santo hace de nuestro cuerpo
un santuario, un templo (1 Co 3:16; 6:19).1 Así, el Padre y el Hijo
pueden hacer su morada en nosotros por medio del Espíritu Santo (Jn
14:24). En Efesios 2:22 se declara: ―en quien vosotros también sois
juntamente edificados para morada de Dios en el Espíritu‖ (cf. Jn
14:17; Ro 5:5; 1 Co 2:12; 2 Ti 1:14; 1 P 4:14; 1 Jn 3:24; 4:13). De
este modo, el deseo de Dios de habitar con sus criaturas encuentra en
el santuario, como en el hombre, su realidad. Por lo tanto, Dios
quiere hacer de nosotros un santuario cuando, por medio del Espíritu
Santo, habite en nosotros.
Sin embargo, esta realidad alcanzará su pleno cumplimiento
cuando vengan ―los cielos nuevos y la tierra nueva‖. En este sentido
Juan declara: ―Y oí una gran voz del cielo, que decía: ‗El tabernáculo
de Dios está ahora con los hombres. Él morará con ellos, ellos serán
su pueblo y Dios mismo estará con ellos como su Dios. Enjugará
Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá más muerte, ni
habrá más llanto ni clamor ni dolor, porque las primeras cosas ya
pasaron‘‖ (Ap 21:3, 4).2

El símbolo del agua en la fuente de bronce

La fuente de bronce que estaba en el lugar santo del


santuario contenía agua (Éx 30:17-21) para que los sacerdotes
pudieran lavarse las manos y los pies para entrar al tabernáculo de
reunión, so pena de muerte si no lo hacían. Esto constituía un

1889), 242. De esta forma, se hace claro que la nube que acompañaba al pueblo de
Dios y llenaba el santuario era el Espíritu Santo. Para mayor información véase
Veli-Matti Kärkkäinen, Pneumatology: The Holy Spirit in Ecumenical,
International, and Contextual Perspective (Grand Rapids, MI: Baker Academic,
2008), 24, 25.

1Ekkehard Mueller, Acerquémonos confiadamente al trono: no


abandonemos a Jesús cuando el camino se hace difícil (Buenos Aires: Asociación
Casa Editora Sudamericana, 2003), 79.

2
Mueller, 79.
81
Berit Olam Vol. VIII- 2011

recordatorio constante de la necesidad de purificación para acercarse


a Dios (Éx 30:18-21). El agua es un símbolo que se refiere a Jehová.
Jeremías describe a Jehová como la ―fuente de agua viva‖ (Jer 2:13;
17:13). Esta referencia es usada luego por Juan para referirse al
Espíritu Santo (Jn 7:38, 39).
Otros dos pasajes de Isaías anuncian la salvación que viene
en términos del Espíritu de Dios siendo ―derramado‖: La devastación
inminente duraría ―hasta que sobre nosotros sea derramado el
Espíritu de lo alto‖ (Is 32:15). En este tiempo, Dios dijo: ―porque yo
derramaré aguas sobre el sequedal, ríos sobre la tierra seca. Mi
Espíritu derramaré sobre tu descendencia y mi bendición sobre tus
renuevos; y brotarán entre las hierba, como los sauces junto a las
riberas de las aguas‖ (Is 44:3, 4).1 De esta forma, el agua es un claro
símbolo del Espíritu Santo que produce vida (cf. Jn 4:10, 14; 7:38-
39).2
Estas referencias, así como las referencias en el libro de
Jeremías, crean el contexto para el NT, donde el símbolo del ―agua‖
está relacionado con el lavamiento bautismal (Ef 5:26; He 10:22; 1 P
3:21 cf. Ez 36:25, 26) para el perdón de los pecados y recibir el
Espíritu Santo (Hch 2:38; cf. Mt 3:11; Jn 1:33; Hch 1:5; 2:1-4). De
este modo, hay un doble propósito al asociar al Espíritu Santo con el
agua: en primer lugar indica que el Espíritu Santo limpia al cristiano
espiritualmente y, en segundo lugar, que él es la fuente de vida. Así,
el agua está íntimamente relacionada con el Espíritu Santo (cf. Ez
36:25-27; Sal 51; Tito 3:5), quien realiza una actividad doble:
purificar y dar vida.3

1La cursiva es nuestra.

2Kärkkäinen, 24.

3Edwin H. Palmer, El Espíritu Santo (Barcelona: Editorial el Estandarte de

la verdad, 1995), 212, 213.


82
Berit Olam Vol. VIII- 2011

El símbolo del aceite

El aceite, ‫ ֶש ֶמן‬una palabra que se usa un promedio de 190


veces, ha sido un símbolo claro del Espíritu Santo.2 Esto se hace
1

notorio, pues ungir a una persona con aceite simbolizaba la unción


del Espíritu Santo, a fin de poder desempeñar el oficio con el poder
de Dios (1 S 10:1-7; 16:13; Is 61:1-13).3
De este modo, la persona del Espíritu Santo se halla en la
simbología del aceite en dos claros modelos: (1) el aceite que se
colocaba en el candelabro de siete brazos para alumbrar el santuario
(Éx 25:37; 27:20; 39:37; 40:24, 25; Lv 24:1-4; Nm 8:1-4) y; (2) el
aceite que se usaba en la ceremonia de ungimiento del sumo
sacerdote y del santuario (Éx 30:22-33; 39:38; 40:9-15; Lv 8; Nm
7:1).4

1
R. Laird Harris, Robert Laird Harris, Gleason Leonard Archer and Bruce
K. Waltke, Theological Wordbook of the Old Testament, electronic ed. (Chicago:
Moody Press, 1999, c1980), 937. En adelante, TWOT.
2
Alfonso Lockward, Nuevo Diccionario De La Biblia. (Miami: Editorial
Unilit, 2003), 18; A. B. Simpson, El poder de los alto (Barcelona: Editorial CLIE,
1985), 87; Samuel Vila Ventura, Nuevo Diccionario Biblico Ilustrado (Terrasa,
Barcelona: Editorial CLIE, 1985), 1181.
3
Willem VanGemeren, New International Dictionary of Old Testament
Theology & Exegesis (Grand Rapids, MI: Zondervan Publishing House, 1998),
4:173. En adelante, NIDOTTE; Wilton M. Nelson and Juan Rojas Mayo, Nelson
Nuevo Diccionario Ilustrado De La Biblia, electronic ed. (Nashville: Editorial
Caribe, 2000, c1998).

4
Con este aceite continuaron ungiendo a los futuros sacerdotes (Éx 29:29,
30; 30:31-33) y en algunos casos a los reyes, sin embargo el aceite era distinto (1 S
10:1; 2 R 9:3, 6; Sal 2:2). De este modo, parece que el ungimiento de los sacerdotes
y los reyes es similar; la única diferencia está en que el aceite a usarse para los
sacerdotes era šmn hmmšµ, ―aceite de unción‖, mientras que las referencias al
ungimiento de Saúl y Jehú mencionan únicamente šmn como el agente fluido. La
combinación de šmn hmmšµ ocurre 16 veces en el AT (Éx 25:6; 29;7, 21; 31:11;
35:8, 15, 28; 37:29; 39:38; 40:9; Lv 8:2, 10, 12, 30; 21:10 y Nm 4:16). El aceite
usado para šmn hmmšµ era una mezcla de especias específicas y aceite de oliva (Éx
30:22, 23). Era usada en rituales de consagración para sacerdotes (Éx 29:7, 21 y Lv
8:12, 30), el tabernáculo (Éx 40:9, Lv 8:10) y posiblemente también para los reyes.
83
Berit Olam Vol. VIII- 2011

El aceite y el candelabro de siete brazos

La función del candelabro era alumbrar continuamente el


santuario, y esto se hacía gracias al aceite que era el combustible (cf.
Ex 27:20; 39:37; Lv 24:1-4; Nm 8:1-4). El capítulo 4 de Zacarías (cf.
Ex 25:31-40; Zac 4:2, 3-7) refiere al candelabro de oro con sus siete
lámparas, como una figura que representa el candelabro de siete
brazos del tabernáculo.1 De acuerdo con Zacarías, el candelabro sería
un símbolo de Dios o del Espíritu de Dios y las lámparas encendidas,
un símbolo de la iglesia o de la nación de Dios, brillando con la luz
de la verdad divina (cf. Is 51:4; Mt 5:16; Fil 2:15; Ap 1:11, 12, 20).2
El NT usa esta misma simbología para referirse a la iglesia
llena del Espíritu Santo que alumbra con su evangelio al mundo. Así,
el candelabro de siete brazos representa a las siete iglesias (Ap 1:20),
los discípulos de Cristo fueron llamados como ―luz del mundo‖ (Mt
5:14; Luc12:35; Fil 2:15). Asimismo, en la parábola de las diez
vírgenes (Mt 25:1-13; cf. Zac 4:2-6) se usa el mismo simbolismo que
refiere la importancia de tener el Espíritu de Dios. De este modo, el
aceite del candelabro viene a ser un símbolo del Espíritu de Dios que
capacita y vigoriza a la iglesia como dijo Zacarías: ―Entonces siguió
diciéndome: Esta es palabra de Jehová para Zorobabel, y dice: ‗No
con ejército, ni con fuerza, sino con mi espíritu, ha dicho Jehová de
los ejércitos‘‖ (Zac 4:6).3

Aunque esta frase no ocurre en conexión con el ungimiento de los reyes. G. A.


Klingbeil, ―La unción de Aarón: Un estudio de Lv 8:12 en su contexto
veterotestamentario y antiguo cercano-oriental‖, Theologika 11, no. 1 (1996): 73-4.
1
Keil y Delitzsch explican que la interpretación de la visión debe ser
encontrada en base al significado del candelabro de oro en el simbolismo del
tabernáculo, y además estar en armonía con éste. Véase Carl Friedrich Keil and
Franz Delitzsch, Commentary on the Old Testament (Peabody, MA: Hendrickson,
2002), 10:532, 3.
2
Ibid., 534; Ralph L. Smith, Micah-Malachi, Word Biblical Commentary,
ed. Bruce M. Metzger, David A. Hubbard y Glenn W. Barker (Dallas: Word Books,
1984), 32:205.

84
Berit Olam Vol. VIII- 2011

El aceite y el ungimiento

En el Antiguo Testamento (AT), el ungimiento con aceite se


usa para referirse a la unción de reyes, sacerdotes y profetas (1 S
16:13; 1 R 1:39; Lv 8:12; Ex 30:23–33)1 Esta ceremonia simbolizaba
la unción del Espíritu Santo a fin de que la persona ungida pueda
desempeñar el oficio con el poder de Dios (1 S 10:1-7; 16:13; Is
61:1-13).2 Así, la unción con aceite sobre la cabeza simbolizaba tanto
el nombramiento que recibían como la comunicación del Espíritu
para prepararlos para el mismo.3 Este ungimiento tipificaba dos
ungimientos: el ungimiento de Cristo y el ungimiento del cristiano.4

El ungimiento de Jesús

La Biblia presenta a Cristo5 como profeta (Dt 18:15-18; Lc


4:18-21; 13:33; Hch 3:22, 23; 7:37 cf. Jn 1:18, 21), sumo sacerdote
(Heb 2:17; 3:1; 4:14-5:10; 6:20; 7:26-28: 8:1, 2; 9:11-10:18; cf. Sal
110:4) y rey (Is 9:6, 7; Sal 2:6; 45:6; 110:1, 2; Lc 1:30-33; Jn 1:49;
18:36, 37; Heb 1:8; 1 P 1:11; Ap 19:16).6 En ocasión de su bautismo,

3
Keil and Delitzsch, 10:534-535; Arnold Wallenkampf, Renovados por el
Espíritu (Buenos Aires: ACES, 2005), 24.
1
TWOT, 937.
2
NIDOTTE, 4:173; Wilton M. Nelson y Juan Rojas Mayo, Nelson Nuevo
Diccionario Ilustrado De La Biblia, electronic ed. (Nashville: Editorial Caribe,
2000, c1998).

3Palmer, 221.

4Ibid.

5
Las facetas incluyen Salvador, Señor, Hijo de hombre, Siervo del Señor,
Mesías, Cordero de Dios, Logos, etc. Véase Frank Stagg, Teología del Nuevo
Testamento (USA: Casa Bautista de Publicaciones, 1988), 46.

6Para un estudio más abarcante de las funciones de Cristo como rey,

sacerdote y profeta véase Robert Sherman, King, Priest, and Prophet: A Trinitarian
Theology of Atonement (New York: T & T Clark, 2004); Gerry Breshears, ―The
85
Berit Olam Vol. VIII- 2011

estos ministerios convergieron en él. Así, Jesús fue por excelencia


―profeta‖, ―sacerdote‖ y ―rey‖. Fue ungido en el bautismo para este
ministerio triple cuando el Espíritu descendió sobre él en forma de
paloma.1 De este modo, Jesús es el ungido, el Mesías,2 en ocasión de
su bautismo el año 27 d. C. (Mr 1:14; Lc 4:18; Hch 10:38).3 Después
de este evento se inaugura el ministerio público de Cristo4 y Jesús es
llevado por el Espíritu Santo al desierto para ser tentado por el diablo
(Mt 4:1).5
Este evento trasciende el significado del bautismo, 6 es la

Body of Christ: Prophet, Priest, or King?‖, Journal of the Evangelical Theological


Society 37, no. 1 (1994): 3-26; Alberto R. Treiyer, ―The Priest-King Role of the
Messiah‖, Journal of the Adventist Theological Society 7, no. 1 (1996): 64-80; Frank
B. Holbrook, ―Christ Inaugurations as King-Priest‖, Journal of the Adventist
Theological Society 5, no 2 (1994): 136-152; Andrew McGowan, ―The Ascended
Jesus Interceding for Us‖, Evangel, no. 25 (2007): 51-53.

1Palmer, 222.

2La palabra ―Mesías‖ viene del término hebreo que significa ―ungimiento‖,
en griego Cristo, el inicio de su ministerio se dio tras ser ungido por el Espíritu
Santo. En el NT el agua también tipifica el Espíritu Santo (Mr 1:8-12). R. Laird
Harris, Leviticus, The Expositor´s Bible Commentary, ed. Frank E. Gaebelein
(Grand Rapids, MI: Zondervan Publishing House, 1990), 2:561.

3De acuerdo con Hasel, las siete semanas iniciales y las sesenta y dos
semanas de la profecía de las 70 semanas de Daniel 9:25 conducen a la unción de
Jesús como Mesías, lo cual establece el ungimiento de Jesús en ocasión de su
bautismo el año 27 a. C. Gerhard F. Hasel, Redención divina hoy: Estudios sobre la
doctrina del santuario (Lima: Ediciones SALT, 1981), 200.

4 Donald A. Hagner, Matthew 1-13, Word Biblical Commentary, ed Word


Biblical Commentary, ed. Bruce M. Metzger, David A. Hubbard y Glenn W. Barker
(Waco, TX: Word Books, 1993), 33A:57-8; Matthew Henry, Comentario exegético-
devocional a toda la Biblia (Terrasa, Barcelona: CLIE, 1983), 42. Es interesante
notar que cada sacerdote tenía que presentar primero el sacrificio antes de iniciar su
ministerio en el santuario. Asimismo, Cristo, de acuerdo con Heb 7:27, se ofreció
una vez para siempre antes de iniciar su ministerio sacerdotal. El sacerdocio incluía
la función de presentar sacrificio por sí mismo.

5Esta es una alusión directa al comienzo del gran conflicto que llevaría a

Cristo hasta la cruz del Calvario.

86
Berit Olam Vol. VIII- 2011

transición entre el trabajo de preparación y la aparición del


cumplimiento profético. Éste es el reconocimiento de la identidad
mesiánica de Jesús, por la misma Deidad. En este escenario, se
mencionan tres fenómenos sobrenaturales. El primero: ―los cielos
fueron abiertos‖. Es interesante notar que Esteban, antes de ser
apedreado, también vio los cielos abiertos (Hch 7:56); esto para
confirmar que en la misma corriente de los profetas del AT, Esteban
se presenta como un mensajero del tribunal celestial.1 Así, con su
ungimiento, se ratifica el ministerio profético que realizaría el
Mesías.
La segunda manifestación sobrenatural, es ver al ―Espíritu de
Dios que descendía como paloma y venía sobre él‖. Juan menciona
que se posó sobre él (Jn 1:32). El verbo ―posó‖ es el mismo que se
emplea en Jn 15 donde se traduce como ―permanecer‖. En ese
sentido, aquí también se puede traducir como ―permaneció sobre él‖,
dando a entender la plenitud de la unción, ya que luego el Espíritu no
lo abandonó. Todo el ministerio de Jesús estuvo bajo la dirección y

6 Hagner, 54. El bautismo de Jesús ha resultado difícil de entender, ya que


era para arrepentimiento, con el fin de obtener perdón de los pecados; pero, si Jesús
no necesitaba arrepentirse, ni el perdón, entonces este bautismo tuvo otro propósito.
Entre los que destaca Barclay estan: que Jesús estaba esperando que llegará su
momento, que sonara su hora, y cuando surgió Juan, Jesús reconoció que su hora
había llegado; la gente judía, como nunca antes, al ser bautizada, era consciente de
su pecado y necesidad de Dios y ésta era una oportunidad para Jesús ya que en su
bautismo se identificó con todas las personas que había venido a salvar. Barclay,
1:76-7; White menciona que Jesús no recibió el bautismo como confesión de
culpabilidad propia, sino que se identificó a sí mismo con los penitentes de Israel
que respondían a la predicación de Juan. Elena G. de White, El Deseado de todas las
gentes (Boise, Idaho: Publicaciones Interamericanas, 1955), 84-5.

1A los profetas Dios da visiones como en este caso. Así Esteban se


considera como el último profeta en dirigirse al pueblo judío como pueblo escogido
especialmente por Dios. Con su muerte silenciaron la voz profética, la cual de ahora
en adelante estaría dirigida a la iglesia (Hch 9-11). Véase William H. Shea, ―The
Prophecy of Daniel 9:24-27‖, The Seventy Weeks, Leviticus, and the Nature of
Prophecy, ed. en Frank B. Holbrook (Washington, DC: Biblical Research Institute,
General Conference of Seventh-day Adventists, 1986), 81; Gerhard Pfandl, Daniel
vidente de Babilonia (Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 2004),
95-6.
87
Berit Olam Vol. VIII- 2011

poder del Espíritu Santo.1 De este modo, el ungimiento tenía el


propósito de proporcionar el poder necesario para cumplir la tarea
que se le había asignado.
La tarea sacerdotal consistía en la obra que se realizaba en el
santuario, que abarcaba muchos aspectos. Entre los más importantes
estaban el realizar los sacrificios e interceder con la sangre
derramada.2 Así, el Sacerdote primero tenía que ser ungido para
realizar estas tareas (Éx 28, 29; 30:22-33; 39, 40; Lv 8; Nm 7:1). Del
mismo modo, Jesús, antes de ofrecerse como sacrificio e interceder
por nosotros, tenía que ser primero ungido (Heb 5:1, 5, 6, 10; 7:26,
27; 8:3; 10:11, 12). De esta forma, la participación de la Deidad en
su bautismo, fue la confirmación de su unción sacerdotal, dándole
plena identidad mesiánica. Luego, este hecho fue reconocido por
Pedro (Hch 10:38), por el mismo Jesús (Lc 4:18) y por Pablo (Heb
1:9).
La tercera manifestación sobrenatural se encuentra en la
voz que habló del cielo y dijo ―este es mi hijo amado en quien tengo
contentamiento‖. Esta frase es una declaración mesiánica dada en
Salmos 2:7 e Is 42:1. En Is 42:1 (―este es mi siervo, yo lo sostendré,
mi escogido; en quien mi alma tiene contentamiento. He puesto
sobre él mi espíritu; el traerá justicia a las naciones‖), el profeta
describe la misión mundial del Siervo de Jehová, el siervo sufriente,
quien obedecería perfectamente la voluntad de Dios.3 Y en Sal 2:7b
(―Mi hijo eres tú, yo te he engendrado hoy‖)4 Jehová elige a un hijo

1Antonio Estrada, Mateo, Comentario Bíblico Mundo Hispano, ed. Daniel

Carro, José Tomás Poe y Rubén O. Zorzoli Eds. (Texas: Editorial mundo Hispano,
2002), 14:71-2.

2Para una breve revisión de las actividades que los sacerdotes realizaban

en el santuario véase: Ángel Manuel Rodríguez, Cruzando el abismo: Cómo la


expiación reúne a Dios y a la humanidad (Buenos Aires: Asociación Casa Editora
Sudamericana, 2008), 97-126.

3Estrada, 72.

4David Cortés-Fuentes, Mateo (Minneapolis: Augsburg Fortress, 2006),


31.
88
Berit Olam Vol. VIII- 2011

de David para reinar sobre Israel. Todos los judíos entendían que este
Salmo era una descripción del Mesías venidero, el poderoso rey de
Dios, quien establecería su reino en la tierra.1 De esta forma, la
tercera manifestación sobrenatural señala la certificación del
ungimiento como Rey.2

El ungimiento del cristiano

El ungimiento también se aplica al cristiano. La palabra


misma cristiano se deriva del nombre Cristo, e indica que los
cristianos son ungidos, al igual que Cristo es el Ungido. Sin
embargo, ¿en qué sentido son ungidos los cristianos? Para responder
esta pregunta, se dará una revisión a lo que presenta el AT.
En el AT, el pueblo de Israel podía cumplir el ideal de
Dios al ser apartados de las naciones (Lv 20:26), para convertirse en
―un reino de sacerdotes y gente santa‖ (Éx 19:5, 6; Lv 19:2 cf. Dt
7:6; 14:2; 26:18, 19). Con esta finalidad, debían pasar a través de
ciertos rituales de transición en los cuales el pecado debía ser
removido, que se pueden bosquejar en tres momentos: (1) limpieza y
purificación a través del agua, fuego o la sangre (Éx 19:10, 11; Lv
12; 14; 15; 17:15; Nm 8:6-19; 19:9; cf. Sal 51:7; Is 1:16; Jer 4:14;
33:8; Ez 36:25, 33; 1 Co 10:2);3 (2) establecimiento del pacto (Éx
19:1-8; 24:3-8; Dt 7:6-14; 14:2, 21; Heb 10:15-17),4 en el cual se

1
Estrada, 72.

2Para una revisión del ungimiento como se presenta en el libro de Hebreos

y Apocalipsis véase Joel Turpo, ―Estudio exegético de Dn 9:24 en relación a la frase


―ungir el Santo de los santos‖ (Tesis Maestría, Universidad Peruana Unión, 2010),
126-66.

3Rodríguez, Cruzando el abismo, 99. Para un estudio de la contaminación


y purificación en el santuario véase Alberto R. Treiyer, El Día de la expiación y la
purificación del santuario, en el Pentateuco, en los libros históricos, en los profetas,
en Hebreos y en Apocalipsis (Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana,
1988), 139-213; Hasel, 1-28; 96-113.

89
Berit Olam Vol. VIII- 2011

manifiesta la presencia y palabras de Dios (Éx 19-24)1 y debían


también realizar un (3) ministerio sacerdotal en que Israel sería el
representante escogido por Dios en la tierra para llevar la salvación a
toda la raza humana.2 De este modo, lo que los sacerdotes aarónicos
eran para los israelitas, los israelitas eran para las otras naciones: un
―reino de sacerdotes y gente santa‖.3 Así, cada israelita, debía actuar
como el agente sacerdotal de Dios para llevar bendiciones a las
naciones del mundo entero y para ministrar a sus necesidades.
Este bosquejo se hace evidente en Ezequiel 36:25-28: (1)
―Esparciré sobre vosotros agua limpia y seréis purificado de todas
vuestras impurezas, y de todos vuestros ídolos os limpiaré. (2) Os
daré un corazón nuevo y pondré un espíritu nuevo dentro de
vosotros… Pondré dentro de vosotros mi espíritu… (3) y haré que
andéis en mis estatutos y que guardéis mis preceptos y los pongáis
por obra. Habitaréis en la tierra que di a vuestros padres, y vosotros
seréis mi pueblo y yo seré vuestro Dios‖. De esta manera, Dios tenía
el plan de proporcionar a las naciones de la tierra una revelación
viviente de su propio carácter santo y una muestra de las gloriosas

4
Francis D. Nichol, ed. Comentario bíblico Adventista, trad. Asociación
Casa Editora Sudamericana (Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana,
1995), 4:28. En adelante, CBA.

1
Es interesante notar que el pacto y la entrega de la ley se dieron en la
misma fecha del Pentecostés. Así la fiesta del Pentecostés también conmemoraba la
entrega de la ley a Moisés en el Sinaí, cuando Dios mismo se les reveló en el Sinaí
(Éx 19). Para mayor información véase Merling Alomía, El año agradable de
Jehová: simbolismo y realidad de las fiestas del antiguo Israel (Lima, Perú:
Ediciones Theologika, 2009), 77-80.

2CBA, 4:28. Hasel y Hasel mencionan que la expresión ―reino de

sacerdotes‖ señala el plan de Dios para que Israel sirviera entre las naciones del
mundo y a favor de ellos con el fin de revelar a Dios y mostrarles el camino de vida
para ellos; así también, la expresión ―gente santa‖, indica que Israel fue separado de
las otras naciones, para pertenecer a Dios y para revelar por medio de la calidad total
de su vida la relación del pacto en la que Dios los había colocado, y conducir a otros
a la misma relación. Véase Gerhard F. Hasel y Michael G. Hasel, El pacto eterno de
Dios (Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 2002), 49, 63-5.

3Roy Gane, Bajo la sombra de la Shekina (Buenos Aires: Asociación Casa

Editora Sudamericana, 2009), 66


90
Berit Olam Vol. VIII- 2011

alturas que el hombre puede alcanzar cuando coopera con los


infinitos propósitos de Dios. Así, en el plan de Dios Israel sería
exaltada sobre todas las naciones de la tierra (Dt 28:1), como
resultado, todas las naciones reconocerían su superioridad y los
llamarían bienaventurados (Mal 3:10, 12). Sin embargo, los judíos
nunca alcanzaron la norma que Dios requería de ellos (Mal 1:6, 12;
2:2, 8-9, 11, 13-14, 17; 3:7, 13-14).1
En el NT, Pedro indica que los cristianos también son
llamado ―real sacerdocio, nación santa‖ (1 P 2:9), los cuales han
pasado por (1) el bautismo (Mt 28:16-18); (2) el derramamiento del
Espíritu Santo-unción (Hch 2:38) y (3) tienen un ministerio como
―real sacerdocio, nación santa, para anunciar las virtudes de Aquel
que nos llamó de las tinieblas a su luz admirable‖ (2 P 2:9).2
Juan incluso utiliza la palabra unción: ―Vosotros tenéis la
unción del Santo, y conocéis todas las cosas‖ (1 Jn 2:20 cf. 27). Y
Pablo escribe que Dios ―nos confirma con vosotros en Cristo, y el
que nos ungió, es Dios, el cual también nos ha sellado y nos ha dado,
como garantía, el Espíritu en nuestros corazones‖ (2 Co 1:21, 22). De
este modo, la unción divina está vinculada con el sellamiento del
Espíritu Santo.3
De esta manera, el Espíritu Santo es el aceite de la unción.
Unge a los cristianos para que ellos puedan ―anunciar las virtudes de
Aquel que nos llamó de las tinieblas a su luz admirable‖ (2 P 2:9) y
ungió a Jesús para certificar su misión.

1
Para una revisión del papel de Israel en la profecía del Antiguo
Testamento y su fracaso véase CBA 4:27-40.
2
De este modo, así como el pueblo israelita podía acercarse a Dios
personalmente y ser santos por medio del ministerio intercesor sacerdotal que los
representaba ante Dios, Jesús, como sacerdote intercede por la raza humana ante el
Padre en el santuario celestial, con la finalidad, de que su pueblo sea un ―real
sacerdocio, nación santa‖ (1 P 2:9).

3Ekkehardt Mueller, Las cartas de Juan (Buenos Aires: Asociación Casa

Editora Sudamericana, 2009), 72-4.


91
Berit Olam Vol. VIII- 2011

La inauguración del ministerio de Cristo en el Santuario celestial


y el Espíritu Santo

Esta sección revisa lo concerniente a la apertura del


ministerio de Cristo en el santuario celestial como se presenta en el
libro de Hebreos y Apocalipsis y su relación con el derramamiento
del Espíritu Santo.

La inauguración del ministerio intercesor de Cristo en el


Santuario Celestial

La inauguración de este ministerio celestial se presenta en


Hebreos 10:19-22:
Teniendo, pues hermanos, plena seguridad para entrar
en el santuario en virtud de la sangre de Jesús. Por este
camino nuevo y vivo, inaugurado por él para nosotros,
a través del velo, es decir de su carne. Y con un sumo
sacerdote al frente de la casa de Dios. Acerquémonos
con sincero corazón, en plenitud de fe, purificados los
corazones de conciencia mala y lavados los cuerpos
con agua pura.1
Estos versículos presentan el comienzo de la obra sacerdotal
de Cristo en el Santuario Celestial que abrió un nuevo camino de
acceso a Dios (10:20).2 El verbo ―inaugurado‖ del griego evnekai,nisen
de la raíz evgkaini,zw (enkainízo) significa ―dedicar‖, ―inaugurar‖,

1
Biblia de Jerusalén, la cursiva es nuestra.

Ángel Manuel Rodríguez, ―Doctrina del santuario‖ en Teología:


2

Fundamentos bíblicos de nuestra fe, ed. Raoul Dederen, trad. David P. Gullón
(Colombia: Asociación Publicadora Interamericana y Gema Editores, 2006), 4:127,
128.
92
Berit Olam Vol. VIII- 2011

―renovar‖, ―consagrar‖,1 y se usó en el versículo 18 para referirse,


también, a la inauguración del primer pacto.2 Por lo cual Coenen
argumenta que este verbo indica que ―la nueva alianza, en analogía
con la antigua, es inaugurada, o sea, se la hace efectiva, con sangre, y
más concretamente con la sangre de Jesucristo (He 9:18)‖.3 De modo
que, así como el antiguo pacto y su santuario fueron inaugurados,
Jesús inauguró el nuevo pacto y su santuario, y proveyó acceso al
trono de la gracia.4
Otra referencia a la inauguración del ministerio de Cristo en
el Santuario celestial ocurre en Hebreos 10:11, 12.
Ciertamente, todo sacerdote está día tras día
ministrando y ofreciendo muchas veces los mismos
sacrificios, que nunca pueden quitar los pecados.
Pero Cristo, habiendo ofrecido una vez para siempre un
solo sacrificio por los pecados, se ha sentado a la
diestra de Dios.
Estos versículos no usan el verbo ―inaugurar‖ pero se
encuentran conceptos asociados con ello, como explica Rodríguez,
que describen a Cristo como llegando al Santuario celestial por
primera vez, después de su ascensión, y entrando en él después de
obtener la redención eterna en la cruz.5
Así como en la antigüedad, la entrada al santuario estuvo
precedida por un acto expiatorio de redención. También Heb 9:12
contrasta la sangre de Cristo con la sangre de ―machos cabríos y de
becerros‖, que se usó en la inauguración del santuario terrenal. La

1Haarbeck y Link, ―Nuevo‖, en Diccionario Teológico del Nuevo

Testamento, ed. Lothar Coenen, Erich Beyreuther y Hans Bieterhard (Salamanca:


Ediciones Sígueme, 1984), 3:178. En adelante DTNT.

2Rodríguez, ―Doctrina del santuario‖, 4:128.

3Haarbeck y Link, ―Nuevo‖, DTNT, 3:178.

4Mueller, 91, 92.

5Rodríguez, ―Doctrina del santuario‖, 4:128.


93
Berit Olam Vol. VIII- 2011

sangre de Cristo hace posible la iniciación de su ministerio


sumosacerdotal.1 De esta manera Cristo no entró ―en el santuario
hecho por los hombres, figura del verdadero, sino en el cielo mismo,
para presentarse ahora por nosotros ante Dios‖.2
De acuerdo con este paralelismo, Jesús entró al Santuario
celestial por nosotros como precursor (6:20). De esta forma inauguró
un camino nuevo y vivo (Heb 10:20), por el cual puede oficiar los
beneficios de su sangre delante del Padre, a fin de que el creyente
pueda seguir con fe. El velo, katapetásmatos, al que se hace
referencia, puede señalar, tanto al primer velo, que daba entrada al
lugar santo y lo separaba del patio, o al segundo, que daba entrada al
lugar santísimo y lo separaba del lugar santo.3 Sin embargo, en base
a los lineamientos del ungimiento del santuario efectuado por
Moisés, al cruzar el velo que separaba el lugar santo del santísimo,
para ungirlo, podemos definir que el velo, al que se hace mención, se
refiere al segundo velo que separa el lugar santo del santísimo, en el
Santuario celestial.4 Es importante señalar que el santuario al cual se
hace referencia aquí, no es el lugar santísimo, sino el verdadero
Santuario celestial como un todo.5
Bruce comenta que este camino nuevo y vivo lo abrió

1Ibid; Balz, ―evgkaini,zw‖, en Diccionario Exegético del Nuevo Testamento,

ed. Horst Balz y Gerhard Scheneider (Salamanca: Ediciones Sígueme, 1996),


1:1142. En adelante DENT.

2
Elena G. White, Historia de los patriarcas y profetas (Buenos Aires:
Asociación Casa Editora Sudamericana, 1985), 371. La cursiva es nuestra.

3Treiyer, El día de la expiación y la purificación del Santuario, 403. Esto

lo hace basado en Num. 18:7 donde se usa la expresión ―del velo adentro‖ para
referirse al ministerio de debía efectuarse en el interior de los dos compartimentos
del santuario terrenal.

4Mueller, 94.

5Archibald Thomas Robertson, Imágenes Verbales del Nuevo Testamento

7 Vols. (Barcelona: Editorial CLIE, 1990), 443.


94
Berit Olam Vol. VIII- 2011

(dedicó) Jesús para nosotros mediante su encarnación y muerte.1 Así


como los sacerdotes no podían entrar al santuario terrenal sin
derramamiento de sangre, Cristo, se ofreció una vez para siempre y
él está sentado a la diestra del trono de la gracia. De tal manera que
Cristo es el camino (Jn 14:6), él padeció una sola vez por los
pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios (1 P 3:18).2

La exaltación y coronación de Cristo

De acuerdo con la estructura del libro de Apocalipsis,3 los


capítulos 4 y 5 desarrollan el tema de la inauguración-ungimiento del
santuario celestial, describiendo la entronización de Cristo como rey
y sacerdote celestial.4 Gulley menciona que la inauguración del
rey/sacerdote no es un acto que finaliza en sí mismo, sino que es la
inauguración de un proceso que continúa hasta el fin del juicio
preadvenimiento.5 Entonces, la inauguración del Rey/Sacerdote
señala el inicio de su ministerio intercesor en el Santuario celestial.
Esto es precisamente lo que fue inaugurado por Cristo.6

1
Bruce, F. F., La epístola a los Hebreos (Grand Rapids, MI: William B
Eerdmans Publishing Co, 1994), 252.

2
Ibid.

3Richard M. Davidson, ―Sanctuary Typology‖, en Symposium on

Revelation: Introductory and Exegetical Studies, vol. 1, ed. Frank B. Holbrook


(Silver Spring, MD: Biblical Research Institute of the General Conference of
Seventh-Day Adventists, 1992), 115; Jon Paulien, ―The Role of the Hebrew Cultus,
Sanctuary, and Temple in the Plot and Structure of the book of Revelation‖,
Andrews University Seminary Studies 33, 2 (1995): 255; William Shea, The Cultic
Calendar for the Introductory Sanctuary Scenes of Revelation, Journal of the
Adventist Theological Society 11, 1-2 (2000): 120-147; Gulley, ―Revelation 4 and
5‖, 59-81.

Rodríguez, ―La doctrina del santuario‖, 4:128, 129.


4

5Norman R. Gulley, ―Revelation 4 and 5: Judgment or Inauguration?‖,

Journal of the Adventist Theological Society 8, no. 1-2 (1997), 60.

95
Berit Olam Vol. VIII- 2011

El capítulo 4 de Apocalipsis presenta la visión del ―trono‖,


describiendo al Ser que está sentado en él (v. 3); asimismo, se
describe lo que está a su alrededor: los 24 ancianos con sus coronas,
también en sus tronos (v. 4);1 los 4 seres vivientes (v. 6, 7), estos
últimos decían sin cesar, día y noche: ―Santo, santo, santo, es el
Señor Dios todopoderoso, el que era, el que es y el que ha de venir‖
(4:8). Estas son las mismas palabras que cantan los serafines a Dios,
el Padre, que está sentado en su trono alto y sublime, en Is 6:1-3:
―Santo, santo, santo, Jehová de los ejércitos, toda la tierra está llena

6
Para ver la evidencia de que Apocalipsis 4 y 5 no se refiere a el juicio pre-
advenimiento véase Ibid., 60-4.

1LaRondelle menciona que ―en el Israel de la antigüedad se pusieron

aparte 24 ordenes sacerdotales de la tribu de Leví para atender el orden del culto
sagrado y también 24 órdenes para el ministerio de profetizar, con el
acompañamiento de liras, arpas y címbalos (1 Cr 24:3, 4; 25:1, 6, 9-31). Esto indica
que Juan vio en el cielo a los representantes del pueblo de Dios del viejo pacto‖.
Hans K. LaRondelle, Las profecías del fin, enfoque contextual-bíblico (Buenos
Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 1999), 117. De esta manera, los 24
ancianos ―pueden verse como hombres glorificados que han salidos victoriosos
sobre el pecado y la tentación. Todos murieron como vencedores. Tienen tres
características que cumplen las promesas de Cristo a los fieles en Apocalipsis 2 y 3:
los tronos, los vestidos blancos y las coronas de victoria [stéfanos] (ver 3:5, 11,
21)‖. Ibid. ―Así que pueden ser identificados con los santos gloriosos que fueron
levantado de los muertos poco después de la propia resurrección de Jesús (Mt 27:52,
53; Ef 4:8)‖. Ibid. LaRondelle cita a White para explicar esto: ―Aquellos favorecidos
santos salieron glorificados. Eran santos escogidos de todas las épocas, desde la
creación hasta los días de Cristo… atestiguaban que por el formidable poder de
Jesús habían salidos de sus sepulcros‖. Elena G. de White, Primero escritos
(Mountain View, CA: Pacific Press Publishing Association, 1962), 183, 184.
―Ascendieron con él como trofeos de su victoria sobre la muerte y el sepulcro‖.
Elena G. de White, El Deseado de todas las gentes (Buenos Aires: Asociación Casa
Editora Sudamericana, 1999), 730. ―La presencia de los ancianos en el cielo expresa
la convicción de que de hecho había tenido lugar la exaltación de Cristo‖.
LaRondelle, 117. Shea menciona que la palabra ―ancianos es usada en el NT para
los ancianos humanos de la iglesia y no para los ángeles, entonces estos ancianos
podrían ser tomados como seres humanos… La pregunta que surge es cuándo estos
seres humanos llegaron a la asamblea alrededor del trono de Dios en el cielo en el
tiempo de Juan. Teniendo en cuenta que la inmortalidad del alma no es una doctrina
bíblica, entonces deben proceder de alguna resurrección. Sólo una resurrección
especial es mencionada en conexión con la muerte de Cristo en la cruz (Mat 27:51,
52). Es probable, por lo tanto, que estos ancianos alrededor del trono vengan de la
resurrección especial‖. Shea, ―The Cultic Calendar in Revelation‖, 123.
96
Berit Olam Vol. VIII- 2011

de su gloria‖ (Is 6:1-3). Gulley, al referirse a la alabanza que se


repetía ―día y noche, sin cesar‖ menciona que, evidentemente está
siendo ofrecida sin parar desde el día de Isaías (y sin duda, también
desde antes)‖.1 De esta manera, se muestra claramente que la Persona
que está sentada en el trono es el mismo en los dos eventos, tanto en
Isaías como en Apocalipsis, Dios el Padre.2
Los 24 ancianos adoran a Dios el Padre, diciendo: ―Señor
digno eres de recibir la gloria, la honra y el poder, porque tu creaste
todas las cosas y por tu voluntad existen y fueron creadas‖ (4:11).
Aquí Dios el Padre es adorado por ser el Creador del universo (Heb
1:1, 2). Es por esto que Él es digno de sentarse en el trono: porque Él
hizo a cada una de sus criaturas. Tiene el derecho a reinar sobre la
base de ser el Creador de todos los seres creados. Esta escena es el
telón de fondo de Apocalipsis 5, semejante a Apocalipsis 3:21.
Ambos preparan el camino para la parte central en Apocalipsis 5. Así
como Dios es declarado digno de reinar en Apocalipsis 4, también
Cristo es declarado digno de reinar en Apocalipsis 5.3
El capítulo 5 presenta la ascensión del Cordero al trono, lo
cual produce una armonía de cantos de alabanza. En los primeros
versículos, el foco de la visión se halla sobre el ―libro sellado‖ que
está a la ―mano derecha‖ del que está sentado en el trono, que nadie
podía abrir. Luego el foco cambia al ―Cordero‖, que es el ―león de la
tribu de Judá, la raíz de David‖, quien toma el ―libro sellado‖. Al
realizarse esto, el cielo irrumpe en exclamaciones de alabanzas y
adoración.
Hacia ―la mano derecha‖, de acuerdo al contexto bíblico,
tanto del AT (Sal 110: 1, 5), como del NT (Hch 2:32, 33; Mr 16:19;
Ro 8:34; Ef 1:20; Col 3:1; Heb 10:12; Mt 26:64; Mr 14:62; Lc 22.69)
señala el lugar de corregencia con su trono. Esto, como ya se indicó,
sugiere que el Cordero, Cristo, está ocupando el trono como

Gulley, ―Revelation 4 and 5‖, 71.


1

Gulley, ―Revelation 4 and 5‖, 71.


2

3
Ibid.
97
Berit Olam Vol. VIII- 2011

corregente con el Padre desde su ascensión.1


El hecho de que el ―Cordero‖ toma el ―libro‖, presenta la
misma imagen. Las raíces de esta escena se encuentran en Dt 17:18-
20; 2 R 11:12; Zac 6:12, 13 (LXX).2 El contexto de estos versículos
es la entronización de un rey y la entrega de un rollo, o libro del
pacto,3 que cumple un rol significativo en la escena de la
entronización. Este ―rollo‖ o ―libro‖ recuerda al rey humano que él
es solamente un sirviente del Rey de reyes celestial. Así el rey,
mientras es fiel al pacto como se señala en el libro, se convierte en
corregente del Rey celestial.
Asimismo, en Apocalipsis 5, únicamente el Cordero que fue
inmolado, cuya muerte ha hecho posible el cumplimiento del pacto
hecho a Abrahán y sus descendientes ya sean estos físicos o
espirituales, es digno de abrir el libro.4 Este hecho señala su
entronización, sentándose en el trono, como corregente del Padre,
estando a la mano derecha.
En el capítulo 5, Cristo es llamado ―la Raíz de David‖ (5:5).
De acuerdo al contexto del AT (Is 11:1; Zac 3:8; Jer 23:5, 6; Jer
33:15, 16; Is 11:10) este es el título dado a un nuevo David, que sería
sacerdote y rey5 sobre las naciones en vez de ser rey de una sola
nación. Así, este nuevo David sería mucho más de lo que fue el
histórico David. En Zac 6:12, 13, versión LXX se menciona: ―he
aquí el varón cuyo nombre es la raíz; y Él crecerá de su tronco, y
edificará la casa del Señor. Y Él recibirá poder, y se sentará y regirá

1Gulley, ―Revelation 4 and 5‖, 72.

2Ranko Stefanovic, ―The Background and Meaning of the Sealed Book of

Revelation 5‖ (Tesis Doctotal, Andrews University, 1996), 73.

3 Gulley menciona que el libro del pacto es el libro de Deuteronomio que


era la guía del rey en su reinado que también representa el pacto eterno de Dios con
la humanidad, que incluye las Escrituras, el libro de Apocalipsis y el juicio. Sin
embargo, en Ap 5, la función del libro se enfoca en la ceremonia de inauguración del
reinado, en vez de su contenido. Gulley, ―Revelation 4 and 5‖, 73.
4Gulley, ―Revelation 4 and 5‖, 74.

5Holbrook, ―Christ Inaugurations as King-Priest‖, 136-52.


98
Berit Olam Vol. VIII- 2011

sobre su trono; y allí será un sacerdote a su mano derecha, y un


consejero pacífico entre ambos‖. En este versículo se muestra
nítidamente que la ―raíz‖ de David, se sentará y regirá en su trono, y
será sacerdote a su mano derecha. Gulley coloca esta ascensión a su
trono como nuevo David después de la resurrección de los redimidos
en su segunda venida, ya que antes de este evento, la ―raíz‖, el
―nuevo David‖ actuaba como corregente.1
El hecho de que la frase ―raíz de David‖ es mencionada en
Apocalipsis 5 es una evidencia del estatus del Cordero como Rey y
Sacerdote. Gulley, continúa mencionando que el nuevo David ha
entrado dentro de la tensión escatológica de el Nuevo Testamento
entre el ―ya‖ y el ―todavía no‖. Él ya es el nuevo David como un
corregente sobre el trono de su Padre. Pero ―todavía no‖ es vestido
plenamente como el nuevo David sobre su propio trono, lo cual
sucederá en la Segunda Venida.
La expresión ―el león de la tribu de Judá‖ es apropiada para
referirse al rey de las bestias. De esta manera ―la raíz de David‖, y
―el león de la tribu de Judá‖ apuntan a la posición de Cristo como un
Rey.2
Teniendo en cuenta esta perspectiva, Apocalipsis 4 y 5 cobra
un sentido profundo. La escena comienza con el Padre que está
sentado en su trono, que es honrado y adorado como Creador (cap.
4). En su mano derecha tiene un libro sellado con siete sellos (5:1), y
nadie podía abrirlo, ni mirarlo (v 3). Esto produjo tristeza en Juan (v
4). Sin embargo se le acercó uno de los ancianos y le dice que no
llore porque: ―el león de la tribu de Judá, la raíz de David, ha vencido
para abrir el libro y desatar sus sellos‖ (v 5). En ese momento Juan
ve en medio del trono, ―un Cordero de pie, como inmolado‖ (v 6)
que tomó el libro de la mano derecha de Dios el Padre (v 7).
Este es el momento de la inauguración, la acción de tomar el
libro señala la ascensión de Cristo al trono y su instalación como

Gulley, ―Revelation 4 and 5‖, 76.


1

Gulley, ―Revelation 4 and 5‖, 77.


2

99
Berit Olam Vol. VIII- 2011

corregente a lado del Padre lo cual produce que el cielo rompa en


tumultuosa aclamación: ―Digno eres de tomar el libro y de abrir sus
sellos porque fuiste inmolado y con tu sangre nos has redimido para
Dios de todo linaje, lengua, pueblo y nación‖ (Ap 5:9). ―El Cordero
que fue inmolado es digno de tomar: el poder, la riqueza, la
sabiduría, la fortaleza, la honra, la gloria y la alabanza‖ (Ap 5:12). Y
todo lo creado prorrumpió: ―Al que está sentado en el trono y al
Cordero sea la alabanza, la honra, la gloria y el poder por los siglos
de los siglos‖ (v 13) y los 4 seres vivientes dijeron: ―amén‖ y los 24
ancianos se ―postran sobre sus rostros y adoraron al que vive por los
siglos de los siglos‖ (v 14).1
Stefanovic comenta:
Al tomar el libro, a Cristo se la ha encomendado la
soberanía del mundo (cf. 1 P 3:22; Fil 2:9-11); el libro
significaría entonces la legítima transferencia del reino.
En tal contexto, también tiene un carácter de
testamento, y puede llamarse también el libro de la
herencia de Cristo. Desde que la trasferencia del reino
se refiere a la recuperación de la posesión a la que se
perdió el derecho por el pecado, el libro tiene todas las
características del libro de la redención o la escritura de
la venta. Al tomar el libro, todo el destino de la
humanidad se coloca en las manos del Cristo
entronizado; por eso es en verdad el libro celestial del
destino. Él juzgará sobre la base de su contenido, por

1Gulley ve en el versículo 14 la imagen de la Segunda Venida donde

nuevamente el Cordero será coronado. Gulley, ―Revelation 4 and 5‖, 74-5;


LaRondelle ve esta imagen al mencionar que ―en el capítulo 5 Cristo recibe el
reconocimiento cósmico-universal de su deidad porque ‗toda criatura‘ adora a Dios y
al Cordero. En la visión de Juan, el círculo de adoradores ha ido constantemente en
aumento. Primero, el círculo íntimo de los 4 serafines, después se añadieron los 24
ancianos seguidos por los millones de millones de ángeles. Finalmente, el círculo
más exterior de todos los seres creados en el universo se unen en la adoración y
alabanza de la majestad de Dios. Este es el objetivo final hacia el cual avanza la
historia y que se cumplirá en el fin‖. De esta manera, ―El cielo anticipa esta
celebración del reino de Dios y del Cordero en la Nueva Jerusalén (Ap 21:22-27: 22-
15)‖. LaRondelle, 124.
100
Berit Olam Vol. VIII- 2011

esto es el libro de juicio‖.1


De esta manera Apocalipsis 4 y 5 presentan al Cristo
crucificado y resucitado, siendo exaltado y entronizado en la sala del
trono celestial como el Soberano de la historia. La transferencia del
libro sellado del Padre a Cristo lo hace Señor sobre el desarrollo de
la historia del planeta, dado que su tarea es abrir los sellos del libro
del destino del hombre.2 A partir de ese momento, en Apocalipsis el
Cordero está junto a Dios en su trono (Ap 22:3).3

La inauguración del ministerio intercesor de Cristo


en el Santuario Celestial y el Pentecostés

La inauguración del ministerio intercesor sacerdotal de Jesús


en el santuario celestial y su entronización como Rey repercutió en
la tierra al conceder perdón e infundir el don del Espíritu Santo en
ocasión del Pentecostés (Hch 2:12-22). En relación a esto Elena de
White menciona que:
El derramamiento pentecostal era la comunicación del
cielo de que el redentor había iniciado su ministerio
celestial. De acuerdo con su promesa había enviado al
Espíritu Santo del cielo y sus seguidores como prueba
de que, como Sacerdote y Rey, había recibido toda
autoridad en el cielo y en la tierra, y era el Ungido
sobre el pueblo.4
De esta forma, el derramamiento del Espíritu Santo es la
confirmación de que Cristo era Rey y Sacerdote. Así Pedro, en
ocasión del Pentecostés dice sobre Jesús: ―Así que, exaltado por la
diestra de Dios y habiendo recibido del Padre la promesa del Espíritu

1
Stefanovic, 322.

2
LaRondelle, 123.

Rodríguez, ―La doctrina del santuario‖, 128, 129.


3

4Elena G. de White, Hechos de los Apóstoles (Buenos Aires: Asociación

Casa Editora Sudamericana, 1977), 32.


101
Berit Olam Vol. VIII- 2011

Santo, ha derramado esto que vosotros veis y oís‖ (Hch 2:33). Y más
adelante menciona: ―Sepa, pues, ciertísimamente toda la casa de
Israel, que a este Jesús a quien vosotros crucificasteis, Dios lo ha
hecho Señor y Cristo (ungido)‖ (Hch 2:36).1 Como resultado ―fueron
bautizados y se añadieron aquel día como tres mil personas‖ (Hch
2:41).
De esta manera, Pedro predica que Jesús realmente ha sido
exaltado, coronado y esta a la diestra del Padre e intercede por
nosotros. Así, el contenido de la predicación del evangelio al mundo
entero (Hch 1:8) tenía que ver con la expiación realizada por Jesús en
sacrificio por nosotros, su coronación y ministerio sacerdotal (Hch
2:36).

Conclusión

Se ha revisado muy brevemente algunas conexiones entre el


santuario y la creencia del Espíritu Santo, confirmando así, una
relación intrínseca. Tal es así, que la presencia misma de Dios estaría
sobre el santuario mediante la Tercera Persona de la Trinidad, el
Espíritu Santo. Asimismo, los artefactos del santuario como la fuente
de bronce que contenía agua, el candelabro de siete brazos que
alumbraba continuamente el santuario, son símbolos que reflejan la
obra que realizaría el Espíritu Santo tanto de purificar las vidas de los
creyentes como de fortalecerlos con su poder para que sean la luz del
mundo.
Asimismo, el símbolo del aceite en los ritos de ungimiento,
juega un rol importante al describir el ungimiento del Sumo
Sacerdote, Profeta y Rey, Jesús, para el inicio de su ministerio
terrenal y celestial. Como también simboliza el ungimiento del
pueblo de Dios con la finalidad que puedan ser un reino de
sacerdotes y gente santa ―para anunciar las virtudes de Aquel que os
llamó de las tinieblas a su luz admirable‖ (2 P 2:9).
Finalmente, El Pentecostés, es decir el derramamiento del Espíritu

1La cursiva es nuestra.


102
Berit Olam Vol. VIII- 2011

Santo sobre los discípulos fue la comunicación de que Cristo había


sido exaltado, coronado, y que había iniciado su ministerio
intercesor a la diestra del padre a favor del hombre en

103

View publication stats

Vous aimerez peut-être aussi