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Cornell, T.J., Los orígenes de Roma. C. 1000-264 a. C., Barcelona, 1999 (trad.).
La Italia primitiva estaba formada por un amplio crisol de pueblos con sus
correspondientes culturas y formas de vida. En la península itálica se podía encontrar
una gran diversidad regional que sigue presente en la Italia de la actualidad aunque en
menor cantidad. Antes de la conquista romana de estos pueblos, la zona itálica contaba
con una gran riqueza lingüística y cultural , pero desgraciadamente contamos con muy
poca información acerca de estas sociedades prerromanas, se tienen algunos
conocimientos sobre el modo de vida de estos pueblos gracias a la información romana
en tiempos de su conquista (Siglos IV –III a.C.) pero encontrar datos fiables de antes del
nacimiento de Roma es algo muy difícil y solo la arqueología puede dar las respuestas
buscadas.
La transición de la edad del Bronce a la edad del Hierro es una etapa clave en el
desarrollo y auge cultural, los arqueólogos coinciden en este punto aunque existen
diferencias en el modo de ver este proceso, algunos ven el paso del bronce al hierro
como una transición con continuidad y otros consideran que existió una ruptura cultural
entre las dos épocas. Es digno de resaltar la uniformidad cultural presente en Italia en la
edad del bronce, donde los restos arqueológicos de cerámica y otros objetos sugieren
una gran continuidad; esto hace contraste con la gran diversidad cultural ya mencionada
anteriormente y que encontramos en épocas posteriores.
Encontramos yacimientos arqueológicos repartidos por toda Italia, pero una gran
mayoría de ellos se encuentra en la zona montañosa del centro peninsular italiano
conocida como los Apeninos, debido a esto se desarrolló el término cultura apenínica
para definir a esta sociedad italiana de la edad del Bronce.
La cultura apenínica se desarrolla entre el 1800 y 1200 a.C. aprox. ; al ser la zona muy
frondosa y con grandes bosques la actividad pastoril trashumante era la base principal
de la economía , y la práctica funeraria más extendida era la inhumación. El pastoreo
trashumante consistía en el traslado de los rebaños según la época del año para
aprovechar los recursos presentes en cada estación. Los asentamientos eran muy
pequeños y no hay evidencias de existencia de poblados grandes , pero la concepción de
que la mayoría de esos pueblos eran nómadas ha cambiado con los últimos hallazgos
arqueológicos que han encontrado lo que parecen ser poblaciones en zonas altas que
tendrían un carácter defensivo y que contaban con una economía mixta de agricultura y
ganadería sedentaria.
En el último tramo de la Edad del bronce tienen lugar una serie de cambios
fundamentales que podemos dividir en tres categorías:
Ya en la edad del hierro en Italia se pueden diferenciar dos grandes grupos en Italia
según su cultura funeraria, los que practicaban la inhumación y los que incineraban a los
cadáveres, aunque se sabe que estas dos prácticas funerarias convivieron en la misma
sociedad y no eran excluyentes. Las prácticas incineratorias se concentran en el norte de
Italia y las llanuras litorales del Tirreno, el resto de la península itálica practicaba la
inhumación.