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En el marco de un avivamiento, somos nosotros quienes Dios escoge para realizarlo.

Es cuando
dejamos que el Espíritu Santo tome las decisiones y nos dejamos usar que puede moverse sin
limitaciones.

La gran mayoría conoce la historia de la derrota de Goliat en manos de David. Sin embargo ese
relato no fue más que una sombra de algo que Dios quería mostrarnos a cara descubierta en
nuestros tiempos.

Para nosotros David fue un hombre de renombre, todos quisiéramos poder ser como él. No así
pasaba en su juventud:

1. Era el menor de cuatro hermanos.


2. Fue olvidado por su padre cuando debían presentarse ante Samuel.
3. Sus hermanos lo aborrecían (v. 28)
4. No tenía apariencia de guerrero y era subestimado (v. 33,42).
5. No era de familia noble.

En otras palabras, antes de David había muchas otras personas más capacitadas, más fuertes,
hombres de guerra que habían dedicado toda su vida a las batallas, para derrotar a Goliat.

Sin embargo David ante estas debilidades había aprendido a depender de su Dios en todas las
áreas y eso lo hizo ser aprobado delante de Él. David conocía el poder de su Dios y decía:
«¿Quién es este filisteo incircunciso, para que provoque a los escuadrones del Dios viviente?»
(v. 26).

Solo dos requisitos busca Dios para usar a las personas:

1. GENTE QUE CONOZCA SU PODER Y POR TANTO LE CREA:

Dios busca gente que tenga celo de su nombre, y estos son aquellos que vieron el poder que Él
tiene y no permiten que nadie se burle. Gente que no se avergüenza del evangelio porque
sabe que el evangelio es poder (Romanos 1: 16) y proclama su Palabra aún en lugares donde
lo malo es llamado bueno y donde se denigra a Dios. Gente a la que le es más difícil creer que
Dios no pueda derribar cualquier gigante.

Dios no está interesado en gente especial, de buena familia, o que cumplan con los protocolos
que la sociedad demanda. A Dios no le importa de dónde venís o si tu pasado fue el más
oscuro. Tampoco le interesa si sabés hablar bien ante el público o si sos carismático ante las
masas. Dios no necesita de nadie en sí, solo su poder le basta para obrar, pero por gracia
decidió usar a cualquiera que le crea.

2. GENTE QUE SE DESPOJE DE LO HUMANO Y SE DEJE USAR POR ÉL:

Cuando a David le dieron las armas el no quiso usarlas sino que se despojó de todas estas
herramientas humanas y él mismo se convirtió en una para ser usado por Dios.

El Dios de lo imposible trabaja solo con aquellos que se dejan usar creyendo en Él. Es cuando
quitamos todo lo humano que Dios puede usarnos libremente para hacer milagros (v. 45; 47).

“Martillo me sois, y armas de guerra; y por medio de ti quebrantaré naciones, y por medio de
ti destruiré reinos.”
Jeremías 51:20 RVR1960
No es nuestra capacidad la que Dios usa como herramienta sino el sacrificio que hacemos de
nosotros.

“Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos
en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional.” Romanos 12:1
RVR1960

Goliat se reía de David porque no lo veía capacitado ni adecuadamente armado para la guerra,
pero Dios jamás va a avergonzar a quienes creen en Él.

Cuando dejamos de ver la realidad que tenemos en frente y empezamos a movernos por lo
que sucede en el cielo ¿qué gigante es más grande que Dios? ¿una enfermedad, una familia
que niega a Dios, un grupo de compañeros que se burlan de tus creencias?

¿Qué gigante no cae ante la roca del evangelio? Al contrario “Y yo también te digo, que tú eres
Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra
ella.” S. Mateo 16:18 RVR1960

Este es el tiempo donde tenemos que comenzar a creer en el poder del Dios que tenemos
simplemente dejarnos usar por su poder y veremos las señales y milagros a través de nosotros.

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