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ADVOCATUS | VOLUMEN 11 No. 23: 17 - 38, 2014 | UNIVERSIDAD LIBRE SECCIONAL | BARRANQUILLA
LA COSTUMBRE EN EL ORDENAMIENTO JURÍDICO PRIVADO COLOMBIANO: VISIÓN DESDE LA TEORÍA ANALÍTICA
18 DEL DERECHO Y LA TEORÍA DE LA INTERACCIÓN ESTRATÉGICA
¿Qué diferencia hay entre la voluntad formalismo de la Ley –lato sensu– inmoviliza
del pueblo expresada por escrito y esa algunos renglones de la vida económica que,
misma voluntad expresada o manifestada precisan del dinamismo que le es propio al
en actos o hechos? Derecho de formación consuetudinaria.
Juliano1
Ahora bien, teniendo presente la tesis de
1. INTRODUCCIÓN Norberto Bobbio (1950), el Derecho ‘es el dis-
curso prescriptivo del Legislador’, con lo que
En los albores de la historia, ínsito a su natu- resulta obvio que, la costumbre no encuen-
raleza, el hombre –animal político según Aris- tra lugar en la ‘Teoría Analítica del Derecho’
tóteles– estableció medidas para fomentar la de corte positivista, pues, desde esa óptica se
convivencia coordinada con sus semejantes; abordan fenómenos como el imperativismo y
el normativismo. A su turno, el profesor Bru-
así, las comunidades primitivas no tardaron
no Celano (1995-96), al encarar el tema de la
en regular la conducta de sus asociados, va-
costumbre, se apoya en la ‘Teoría de la Inte-
liéndose –a falta de escritura– de las mores
racción Estratégica’ desde una tribuna mode-
maiorum, es decir, de las “costumbres de los
rada, reconociendo que, el convencionalismo
antiguos, modos de vivir institucionalizados
da cabida a los usos en algunas materias, so-
pero no expresados conceptualmente”2. De
bre todo, en el Derecho Privado.
esta forma, en las primeras etapas de la civili-
zación, la costumbre se erigió en única fuente
Es de interés tener presente que, Colombia
normativa y su observancia constante la con-
ha visto crecer por casi un siglo, generaciones
servó vigente por siglos.
de juristas que han enarbolado las banderas
de la ‘Teoría Pura del Derecho’3, así que, ob-
En un estadio superior de la civilización y viamente en el país, también la costumbre ha
con el advenimiento de la escritura, las cos- sido omitida de las reflexiones jurídicas; es
tumbres se condensan en textos adquiriendo más, su importancia como fuente de normas,
un carácter vinculante y formal semejante a no es comprendida cabalmente por los estu-
la Ley; con esto, la norma consuetudinaria se diantes de pregrado, quienes llegan a la titula-
ve desplazada, teniendo una función residual ción con una visión incompleta del fenómeno
y ocupando un lugar secundario en las re- jurídico.
flexiones jurídicas. De todas formas –como se
verá– resultan no ser pocas las materias que La intención de este escrito es simple: demos-
se revelan a través de las expresiones espontá- trar que la costumbre cumple un papel desta-
neas de los pueblos, precisamente, porque el cado en las relaciones jurídicas; sin duda, la
norma consuetudinaria, revelada en usos y
1. JULIANO, citado por PINZÓN, Gabino. Introducción al
Derecho Comercial. Tercera edición. Bogotá: Editorial Te-
mis, 1985. p. 102.
2. MEDELLÍN, Carlos. Lecciones de Derecho Romano. Deci- 3. KELSEN, Hans. Teoría Pura del Derecho. México: Editorial
mocuarta edición. Bogotá: Editorial Temis, 2000. p. 25. Porrúa, 1935.
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TAD, no desconoce la existencia del fenóme- nocer la existencia de la costumbre como mar-
no jurídico conocido como ‘costumbre’, pero, co regulador de conductas, solo advierte que
elude su explicación; en cambio, los exposito- al tener una formación sui generis escapa al
res posteriores a Bobbio proponen en la TIE examen del Derecho como forma. En efecto,
que, solo en virtud de los convencionalismos los usos sociales no cuentan con un proceso
sociales y las normas institutivas de la fuen- formativo preexistente como sí sucede con la
te de costumbre, es que, encuentran los usos Ley, pues, los usos se abren paso en las zonas
su validez como norma jurídica . Entonces, 11
de indeterminación que resultan –sin querer-
junto con los teóricos de la TIE, puede afir- se– del texto mismo producido por el legis-
marse que la costumbre “comprende como lador; es entonces, en esas zonas de indeter-
sus elementos constitutivos un conjunto de minación, donde la voluntad de los asociados
expectativas recíprocas de conductas com- hace operar los convencionalismos sociales14.
plementarias (de varios niveles), y de prefe-
rencias condicionales, cuya subsistencia es Justamente aquí, al hacer mención de los con-
conocimiento común entre los participantes vencionalismos sociales, es que surge la ne-
en una práctica consuetudinaria”12, lo que cesidad de elevar el análisis, pues la TIE, es,
equivale a hablar de convencionalismo social. una herramienta compleja e independiente,
que aporta una lente progresiva en el debate;
Cuando Bobbio habla de ‘La Teoría Formal en este particular aspecto, reconoce Celano
del Derecho’, lo hace contraponiéndola al una deuda en favor de D. Lewis (Convention,
Derecho como forma, por tal razón afirma, 1969), quien a la sazón, entendió a la cos-
cuando habla del formalismo jurídico, que no tumbre como un fenómeno convencional, es
se trata de “una teoría de la justicia, es decir, decir, resultado de un acuerdo de voluntades
del criterio según el cual las acciones o las le- que, permea en aquellos renglones vacíos de
yes son juzgadas como justas o injustas, sino la legislación.
una teoría de lo ‘jurídico’, o sea, de aquella es-
fera de la actividad práctica del hombre que Corolario de sus estudios, Celano presenta
suele ser diferenciada de la moral, de la cos- un actual estado del arte según el cual, los
tumbre, de la economía, etc.”13; no obstante, la estudios jurídicos han llegado más allá de
afirmación de Bobbio no puede ser interpre- las fronteras dogmáticas decimonónicas que,
tada exegéticamente, pues, no se niega a reco- fueron producto de la pasividad con que se
11. Para Bruno Celano, una norma institutiva de la fuente de 14. Según el profesor colombiano Jacobo Pérez: “Las leyes
costumbre, es, “en general, una norma que correlaciona en sentido formal son únicamente expedidas por el Con-
con la verificación de un cierto acto o hecho el nacimiento greso. Para que un acto de este tenga la denominación
de una norma jurídica”. GUASTINI, citado por CELANO, de ‘Ley’ debe revestir la forma y obtener la tramitación es-
ob. cit., p. 81. tablecida en la Constitución”. PÉREZ ESCOBAR, Jacobo.
En lo sucesivo, al hacerse referencia a las normas institu- Derecho Constitucional Colombiano. Séptima edición.
tivas de la fuente de costumbre, se utilizará la abreviatura Bogotá: Editorial Temis, 2004. p. 504.
NFC. De manera expresa, la Constitución de 1991 dispone en
12. CELANO, Ibídem, p. 56. sus artículos 150 a 170, un proceso formativo de la ley, que
13. BOBBIO, N., ob. cit., p. 18. procura ser lo más detallado posible.
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abrazó la doctrina clásica romana de la opi- particulares, regidos por el Derecho Privado.
nio iuris necessitatis, para proponer hoy, en su Se aprecia así, un desplazamiento de la TAD,
lugar, la ‘expectativa de reciprocidad’. En sus por la complejidad y amplitud de la TIE, en la
ensayos, Bruno Celano explica: que se le otorga un margen de acción a la ini-
ciativa privada, operando en las denominadas
En teoría del Derecho, se ha sostenido zonas de indeterminación no previstas por el
recientemente que el requisito tradi- legislador, sin detenerse a calificar su validez
cional de la opinio ha de ser sustituido en cuanto a forma, sino, con respecto a su va-
por el requisito de la “expectativa de lor objetivo en relación con la autonomía de
reciprocidad”. Con arreglo a este punto la voluntad.
de vista, el aspecto interno (actitud pa-
siva) constitutivo de una práctica con-
3. FORMACIÓN DE UN CONCEPTO DE
suetudinaria consiste en la disposición,
COSTUMBRE
por parte de los que participan en ella,
a comportarse de una cierta manera en
Para la formulación de una noción siquiera
relación a los otros participantes, con
aceptable, es necesario intentar un escalona-
la condición de que, sin embargo, los
miento, es decir, proceder por categorías; en
demás hagan lo mismo o que, en ge-
efecto, es necesario verificar que el uso cum-
neral, correspondan de algún modo, a
pla con la uniformidad, la publicidad y la rei-
la prestación obtenida. En este sentido,
teración. Así es como se ha intentado a través
subsiste una costumbre cuando varios
del tiempo, y es, precisamente, la razón de
individuos se conforman a una regu-
que pueda presumirse que se está frente a un
laridad de comportamiento porque se
espera que también los demás se con- convencionalismo social, con el que se cuente
15. CELANO, ob. cit., p. 35 (Cursivas dentro del texto original). 16. MEDELLÍN, ob. cit., p. 25.
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se institucionalizaban dando lugar a las mores Por lo anterior, al definir la costumbre jurí-
maiorum, de suerte que, ante la inexistencia dica, conforme a la doctrina clásica, es me-
de la escritura, los usos sociales se transmi- nester recurrir a los autores de Derecho Civil.
tían por tradición oral a través de las distintas El profesor Claude Du Pasquier enseña que
generaciones.
“la costumbre es un uso implantado en una
colectividad y considerado por esta como
Con el advenimiento de la escritura, las com-
jurídicamente obligatorio; es el Derecho na-
pilaciones que se emprendieron con el ánimo
cido consuetudinariamente, el ius moribus
de conservarlas, paradójicamente, dieron al
traste con la importancia que tenía; afirma constitutum”19. Otro francés, el célebre profe-
Carlos Medellín: “La costumbre fue la prin- sor Julien Bonnecase, en su Tratado Elemental
cipal y prácticamente la única fuente en la de Derecho Civil, enseña que “la costumbre es
primera época del Derecho Romano. Paula- una regla de Derecho que se constituye pro-
tinamente y en la medida que se desarrolló la gresivamente bajo la influencia subconsciente
jurisprudencia y la legislación, la costumbre de la noción de Derecho y de las aspiraciones
fue perdiendo su valor original y derogatorio sociales”20; en efecto, la costumbre jurídica es
de la ley para adquirir un carácter supletorio un fenómeno social innato al desarrollo social
ante el vacío legal”17. Por tanto, las fuentes del
del hombre, hasta tal punto que, la regulación
Derecho en Roma fueron: la Ley, la Costum-
de las sociedades primitivas, dependió en un
bre, la Jurisprudencia y la Doctrina; entre tan-
primer momento, del establecimiento de pa-
to, con ciertas reservas, puede pensarse que la
trones conductuales obligatorios, antes que
situación no ha variado hasta hoy.
de fórmulas escritas con fuerza vinculante21.
Producto de la concepción romana del Dere-
cho en general, el Derecho Civil, es, sin duda,
público y las internacionales. […]. Poco a poco, entonces,
su principal aporte, comoquiera que buena el Derecho Civil se convirtió en un Derecho común, gene-
ral y supletorio. Bastante elaborado, tíldase de clásico. Es,
parte de las instituciones jurídicas romanas con todo, fuente ineludible de todo Derecho”. PARRA BE-
hayan sido sometidas a un proceso de sofis- NÍTEZ, Jorge. Manual de Derecho Civil, Personas, Familia
y Derecho de Menores. Cuarta edición. Bogotá: Editorial
ticación que les ha permitido conservarse Temis, 2002. p. 53.
19. DU PASQUIER, Claude, citado por MONROY CABRA,
vigentes tras 20 siglos de existencia; en sín- Marco Gerardo. Introducción al Derecho. Decimotercera
edición. Bogotá: Editorial Temis, 2003. p. 204 (Cursivas
tesis, el Derecho Civil moderno, es, Derecho dentro del texto original).
20. BONNECASE, J., ob. cit., p. 23.
Romano amalgamado con la realidad de cada 21. En una interesante monografía, el Dr. Hernán Olano, tras
citar a la más alta doctrina extranjera y nacional, propone:
pueblo en particular18. “La costumbre es una norma jurídica. Es un convencimien-
to colectivo (no ya, por consiguiente, individual) que con-
sidera jurídicamente obligatoria determinada actividad
humana (elemento formal de la costumbre). Esta actividad
17. Ibis Ibídem. es determinada por la existencia de una práctica general y
18. “[…] el origen del Derecho Civil está en Roma. Inicial- constante que se observa en determinada materia de re-
mente es el Derecho quiritario, llamado así por aplicarse laciones humanas (contenido material de la costumbre o
a los quirites, o varones portadores de armas. Luego se elemento material). OLANO GARCÍA, Hernán Alejandro.
extendió, siendo el Derecho de la ciudad, pero compren- Qué es la Costumbre, Monografías Jurídicas, Núm. 8. Bo-
dió toda clase de relaciones jurídicas, aún las de carácter gotá: Editorial Temis, 2008. p. 18.
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salta que el uso requiere de la ratificación del una pretendida reformulación de los estatu-
poder estatal. La verdad es que no son pocos tos civiles y mercantiles, proponiendo una
los ejemplos que se ven a diario, en los que el saludable unificación bajo el género –nomen
poder estatal no alcanza a reconocer la vali- iuris– de Derecho Privado; además, el gran
dez de estos usos; aún así, para la colectividad Cesare Vivante, al hablar de la costumbre
tienen valor como patrón conductual. mercantil, enseñaba:
27. Código Civil. Art. 8. La costumbre en ningún caso tiene 28. VIVANTE, Cesare. Derecho Mercantil, traducido por Fran-
fuerza de ley. No podrá alegarse el desuso para su inob- cisco Blanco Constans, Biblioteca de Jurisprudencia, Fi-
servancia, ni práctica alguna, por inveterada y general que losofía e Historia. Madrid: Editorial La España Moderna,
sea. 2002, p. 33.
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orden”29. Siendo así, las prácticas mercantiles tores clásicos civilistas lo consideran el verda-
cumplen con una sensible labor social, pues el dero sustrato de la costumbre; en efecto, por
Derecho escrito es estático y por esa razón en- ser observable, pueden concretarse en él, una
vejece; mientras que, la sociedad es dinámica serie de características verificables, a saber: la
–y más el comercio–, entonces, resulta así un uniformidad, la publicidad y la reiteración.
campo amplio para la experimentación, es “El otro elemento de la costumbre, calificado
decir, para la formulación de soluciones que como subjetivo, psicológico o formal, se ma-
con el tiempo son absorbidas por el Derecho nifiesta en el sentimiento de ajustar una de-
escrito. terminada conducta a la regla implícita en las
prácticas, porque se entiende que procedien-
De la misma escuela, el profesor Madriñán do de acuerdo con ella se procede conforme a
da noticias en una de sus obras elementales: derecho”32. Este elemento constitutivo, es de-
Principios de Derecho Comercial, manual licado de comprobar en la praxis, por eso, hoy
en el que cita al mexicano Eduardo García por hoy, la opinio iuris necessitatis ha hecho
Máynez, para afirmar que la costumbre, es, crisis, pues se le ve desplazada por la expec-
“el uso implantado en una colectividad y tativa de reciprocidad propuesta por la TIE.
considerado por esta como jurídicamente
obligatorio”30. De igual manera, al tratarse del 3.2.1. Uso, Práctica y Costumbre. Alcances
mismo fenómeno, la costumbre jurídica en Diferentes en la Doctrina Comercial. Conti-
materia estrictamente mercantil, cuenta con nuación
unos elementos constitutivos, a saber: el as- La discusión que suscita el subtema que se
pecto material y el aspecto psicológico. propone es tan bizantina como interesante;
aunque, bueno es decirlo, existen connota-
“En primer lugar, en la costumbre se mani- dos autores que, ven con desdén este tópico.
fiesta un aspecto material, objetivo, constitui- Por ejemplo, el profesor Pinzón afirma: “La
do por una serie de actos realizados por los discusión sobre la diferencia entre estos dos
asociados en forma constante y con respecto conceptos ha sido tan larga como inútil y en
a un cierto aspecto de la vida social” . Este 31
ella cada autor propone planteamientos que,
elemento es tangible, palpable en la realidad en su mayor parte, apenas contribuyen a os-
diaria del comercio; con razón, no pocos au- curecer o borrar la distinción”33. En su defen-
sa, Pinzón, se apoya en el histórico profesor
29. PINZÓN M., ob. cit., p. 101. Bastante ilustrativo resulta leer, Alfredo Rocco, quien en sus conferencias en-
al profesor brasilero Waldemar Ferreira, quien afirma de
las costumbres: “Se presentan en el origen de todas las señó: “la palabra uso encierra un significado
legislaciones, precédenlas como precede la palabra ha-
blada a la escrita. Son como suele decirse, el Derecho en
amplísimo, que comprende desde la simple
un estado cartilaginoso, en vía de osificarse en las leyes habitualidad individual hasta la verdadera y
escritas”. FERREIRA MARTINS, Waldemar, citado por PIN-
ZÓN M., ob. cit., p. 101.
30. GARCÍA MÁYNEZ, Eduardo, citado por MADRIÑÁN DE
LA TORRE, Ramón. Principios de Derecho Comercial. No-
vena edición. Bogotá: Editorial Temis, 2004. p. 47. 32. Ibídem, p. 49.
31. Ibis Ibídem. 33. PINZÓN, ob. cit., p. 103.
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propia costumbre jurídica”34. No obstante, el ramo del comercio, hasta que en ocasiones se
Derecho como ciencia, admite una pluralidad extienden por toda la Nación y hasta por fuera
de puntos de mira y enfoques variopintos; así de sus confines”37. Siguiendo a Vivante, puede
las cosas, colocar punto final a esta discusión recordarse que en la plenitud de la Edad Me-
es una osadía sin par, de suerte que en este es- dia –origen indiscutido del Derecho Mercan-
pacio, se expondrá el estado del arte sin dejar til– las costumbres comerciales, no hicieron
de lado, el apoyo a la posición que parece más su aparición espontáneamente, no, todo lo
favorable académicamente. contrario, llegaron a ser costumbres en virtud
de su reconocimiento y observación, por par-
En el plano de las definiciones el terreno te de los comerciantes de la cuenca del Mar
siempre será sinuoso; sin embargo, es un im- Mediterráneo; entonces, en algún momento
perativo ilustrativo, iniciar una delimitación incipiente, estas prácticas fueron simples usos,
estableciendo las diferencias entre uno y otro obligaron a los interesados en su celebración
concepto. Así pues, como afirma Bonnecase y en paz, no tuvieron la vocación de efectos
“el uso sería, también un medio para resolver, erga omnes.
extralegalmente, intereses opuestos, pero se
considera que solo puede aplicarse en virtud En Colombia, el profesor Jairo Medina, sos-
de la voluntad tácita de los interesados”35; es tiene un planteo interesante y similar. Con-
decir, que la primera diferencia que se per- viene en diferenciar el uso y la costumbre, en
cibe es su fuerza vinculante, pues la costum- razón de su vinculación causal, puesto que, es
bre, se impone ineludiblemente, en contra de un hecho incontrovertible que las dos partici-
la voluntad, inclusive; mientras que, “el uso pan de un aspecto común: el acto o hecho que
solamente tendría la fuerza coercitiva que le se repite; “pero la costumbre participa de otro
hubieren otorgado con anterioridad los inte- factor esencial del que carece el uso: el con-
resados al referirse a él, para la solución de sus vencimiento general de que las cosas deben
conflictos eventuales”36. ser así y no de otra manera, el sentimiento co-
lectivo de la obligatoriedad de la regla jurídica
El gran tratadista del Derecho Comercial, Ce- instituida por la costumbre”38.
sare Vivante, distingue también las diferen-
cias entre el uso y la costumbre, afirmando que
aquel, es, una costumbre jurídica mercantil 37. VIVANTE, ob. cit., p. 33.
38. MEDINA VERGARA, Jairo. Derecho Comercial, Parte Ge-
en potencia, es decir, el uso es un proyecto de neral. Quinta edición. Bogotá: Editorial Temis, 2013, p. 91.
En esta interesante obra, el doctor Vergara presenta una
costumbre. En sus palabras, se lee: “Muchas diferenciación interesante que merece la pena transcribir:
“Como ejemplo de uso se puede mencionar el horario de
veces comienzan las costumbres por ser usos los bancos. El hecho de que un banco abra sus puertas al
adoptados por un comerciante con su propia público a las nueve de la mañana y las cierre a las tres de la
tarde, es un simple uso. Aquí no se observa factor moral al-
clientela; después llegan a ser propios de un guno. Bien podría ser el horario otro cualquiera y nadie se
molestaría por eso. En cambio, el pagar digamos un 3 %
del valor de la transacción de un inmueble al corredor de
finca raíz, sería una costumbre, porque en este caso se ve
34. ROCCO, citado por PINZÓN, Ibídem, p. 104. como justo que el corredor gane algo por su trabajo; hay
35. BONNECASE, ob. cit., p. 24. un convencimiento general de que las cosas deben ser así
36. Ibis Ibídem. y no de otra manera”. MEDINA V., Ibis Ibídem.
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3.3. Costumbre Jurídica. Doctrina Moder- La costumbre, en cuanto fuente del De-
na recho, consta de dos elementos funda-
mentales:
En la actualidad, la doctrina jurídica dista de 1) La repetición, general y constante,
39. PINZÓN, ob. cit., p. 103. 41. ROBAYE, René. Le Droit Romain. Bruselas: Editorial Aca-
40. Ibídem, p. 104. demia Bruylant, 1996. p. 33.
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ficación mediante certificación de la Cámara Atrás se vio (ver Punto 3.2.1), cómo estos
de Comercio, o reducción en sentencia judi- usos no tardan en mutar a prácticas sin for-
cial, adquiere el status de costumbre jurídica. malidad alguna, hasta adquirir el reconoci-
miento oficial por los cauces previstos por la
4. SU IMPORTANCIA EN EL DERECHO ley, como se anotarán más adelante (ver Pun-
PRIVADO to 4.2).
Sin que sea posible afirmarlo categórica y ex- Según Bruno Celano “en sede de interpre-
clusivamente, la costumbre jurídica tiene un tación o integración de los contratos puede
amplio campo de acción en el Derecho Priva- suceder que las nociones de acuerdo (delibe-
do; no obstante, esta sentencia no debe leerse rado y consciente) y de costumbre se revelan
con exégesis, pues, los usos están presentes en entrelazadas la una contra la otra”49; entonces,
todas las diferentes disciplinas jurídicas, solo la comprensión cierta de lo estipulado por las
que, las instituciones y las normas de orden partes del contrato, bien sea con relación a la
público, limitan el espacio a la autonomía de ejecución o no; ya sea que se trate de cómo
la voluntad. Mientras tanto, en el Derecho se va a ejecutar, requerirá con frecuencia de
Privado, dada la volatilidad de la vida comer- una contextualización. Agrega Celano que
cial, es que, se le concede un amplio margen “tal contexto está constituido normalmente,
de actividad a la esfera volitiva y por exten- al menos en parte, por las prácticas general-
sión, a los usos. mente seguidas en los sectores de actividades
a los que el contrato se refiere. Se presume que
4.1. La Costumbre en el Derecho Privado. lo que ha sido expresamente convenido por
Contratos las partes ha de entenderse, y eventualmente
suplirse, a la luz de las prácticas generalmente
El renglón jurídico con mayor vocación para seguidas”50. Sin embargo, en este punto, debe
la libertad individual, es, el negocio jurídico, pensarse en las motivaciones de los contra-
la principal especie de este, la constituyen los tantes, o más bien, en cómo los móviles pue-
contratos. No obstante, los diferentes estatu- den engendrar prácticas, de las que se espera
tos –civil y comercial– en el ordenamiento una reciprocidad posterior.
jurídico interno, permiten que las cláusulas
bajo las que regirán su conducta las partes, se El maestro francés, Louis Josserand, aporta
tengan por ley; además, ante lo no previsto, luces desde la teleología jurídica, cuando es-
las normas contractuales en uno y otro Có- tudia los móviles, por ello afirma: “así como
digo, entrarán a suplir los eventuales vacíos. los móviles deciden del carácter gratuito u
oneroso de un acto jurídico, también juegan
Aún así, las zonas de indeterminación, los
silencios accidentales y los preceptos lega-
49. CELANO, ob. cit., p. 69.
les omitidos, permiten la formación de usos. 50. Ibídem, p. 70.
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un papel fundamental cuando se trata de fijar lo 352; pero, con carácter adjetivo, el artículo
una línea demarcadora entre los actos civiles 653 por remisión normativa presenta una so-
y las operaciones comerciales por su propia lución en el Código de Procedimiento Civil,
naturaleza, ya para los que se reputan tales y, a la vez, establece un sistema sencillo de
solamente en virtud de la teoría de lo acceso- prueba mediante testigos; así que, para pro-
rio y en razón de los vínculos de dependencia bar la costumbre mercantil nacional, se reque-
en que se hallan con respecto a una empresa rirá de cinco comerciantes idóneos, inscritos
comercial” . Entonces, en la aceptación de
51
en el Registro Mercantil, con capacidad para
los usos, están presentes los móviles, las mo- rendir buena cuenta de lo exigido en el men-
tivaciones, el querer de los contratantes; con cionado artículo 3; o, la presentación de dos
esto, la legislación se afina admitiendo la con- decisiones judiciales definitivas, proferidas
solidación de prácticas que, en algún momen- dentro de los últimos cinco años en los que
to –más o menos tarde– se certificará como se pretende hacer valer la costumbre de que
costumbre jurídica. trata el eventual diferendo.
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de la existencia de la costumbre que se alega, ciones probatorias, los autores han sostenido
acompañada de la constancia de una Cámara que la costumbre es tema probatorio; así se-
de Comercio local; ora, a la confirmación que gún Devis: “La necesidad de la prueba proce-
realicen dos abogados reconocidos y especia- sal de la costumbre, cuando suple a la ley o la
listas en Derecho Comercial. complementa, depende de la política legislati-
va de cada país. Por ello debemos contemplar
De igual manera, prevé para la costumbre dos hipótesis: existencia de norma legal que
mercantil internacional, un mecanismo pro- exija su prueba o que la haga innecesaria, y
batorio basado en el soporte mediante sen- falta de regulación normativa”57. Según la cita
tencia o laudo proferidos por una autoridad anterior y teniendo presente lo preceptuado
internacional, que dé fe en cuanto a su exis- en el Código de Comercio, la política legis-
tencia, interpretación y aplicación; también, lativa colombiana contempla dentro de su
puede probarse a través de certificación expe- procedimiento civil, la necesidad de probar,
dida por una institución idónea como la Cá- por esa razón Azula afirma que la costumbre:
mara de Comercio Internacional, según las “También es objeto de prueba, por tratarse
voces del artículo 955. de situaciones propias de la conducta hu-
mana, pero necesita establecer los requisitos
Lo anterior sea dicho, sin perjuicio de las atri- esenciales que la configuran, como es que sea
buciones legales de las Cámaras de Comercio reiterada, ocurra en un lugar determinado y
nacionales, por cuanto el artículo 86, numeral quienes la realicen consideren observar una
5 , radica en cabeza de estas entidades la res-
56
regla o precepto”58.
ponsabilidad de recopilar y certificar las dife-
rentes costumbres mercantiles en el territorio Y de conformidad con el Código de Proce-
de su jurisdicción. dimiento Civil –cuyos redactores fueron
Hernando Devis y Hernando Morales–, sos-
4.2.2. Sistema del Código de Procedimiento teniéndose en la misma línea argumentativa
Civil del Código de Comercio, las costumbres se
En la Doctrina Procesal Nacional, habida prueban mediante documentos auténticos
cuenta del sensible desarrollo de las institu- –certificaciones– y testimonios, tal cual se
prescriben en los artículos 189 y 190 del Esta-
55. Código de Comercio. Art. 9. La costumbre mercantil in- tuto Procesal59.
ternacional y su vigencia se probarán mediante copia au-
téntica, conforme al Código de Procedimiento Civil, de
la sentencia o laudo en que una autoridad jurisdiccional
internacional la hubiere reconocido, interpretado o aplica- 57. DEVIS ECHANDÍA, Hernando. Tratado General de la Prue-
do. También se probará con certificación autenticada de ba Judicial, T. I, Quinta edición. Bogotá: Editorial Temis,
una entidad internacional idónea, que diere fe de la exis- 2006, p. 186.
tencia de la respectiva costumbre. 58. AZULA CAMACHO, Jaime. Manual de Derecho Procesal.
56. Código de Comercio. Art. 86. Las Cámaras de Comercio T. VI, Segunda edición. Bogotá: Editorial Temis, 2003, p.
ejercerán las siguientes funciones: 19.
[…] 59. Código de Procedimiento Civil. Art. 189. Los usos y cos-
5. Recopilar las costumbres mercantiles de los lugares co- tumbres aplicables conforme a la ley sustancial, deberán
rrespondientes a su jurisdicción y certificar sobre la exis- acreditarse con documentos auténticos o con un conjunto
tencia de las recopiladas. de testimonios.
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4.2.3. Sistema del Código General del Proce- 3. Con certificación de la Cámara de
so Comercio correspondiente al lugar
A pesar de su particular forma de entrar en donde rija.
vigencia, es importante realizar tres anota- La costumbre mercantil extranjera y su
ciones de interés, a saber: en primer lugar, vigencia se acreditarán con certifica-
los documentos se estimarán como prueba, ción del respectivo Cónsul colombia-
aunque no tengan el carácter de auténticos no o, en su defecto, del de una Nación
–modificación con respecto al régimen ante- amiga. Dichos funcionarios para expe-
rior–; en segunda instancia, la norma habla dir el certificado solicitarán constancia
de copias sentencias, sin especificar cuántas, a la Cámara de Comercio local o a la
no obstante el mínimo plural es dos; y por úl- entidad que hiciere sus veces y, a falta
timo, con un conjunto de testimonios60. de una y otra, a dos (2) abogados del
lugar con reconocida honorabilidad,
En todo caso, con mayores detalles, este esta-
especialistas en Derecho Comercial.
tuto novel, ha convalidado la jubilación inter-
También podrá probarse mediante dic-
pretativa de los textos que regulaban esta ma-
tamen pericial rendido por persona o
teria, en el Código de Comercio, razón por la
institución experta en razón de su co-
que se autorizará la transcripción del artículo
nocimiento o experiencia en cuanto a
179 del Código General del Proceso:
la ley de un país o territorio, con inde-
pendencia de si está habilitado para ac-
La costumbre mercantil nacional y su
tuar como abogado allí.
vigencia se probarán:
1. Con el testimonio de dos (2) comer-
ciantes inscritos en el Registro Mer- La costumbre mercantil internacional y su
cantil que den cuenta razonada de los vigencia se probarán con la copia de la sen-
hechos y de los requisitos exigidos a los tencia o laudo en que una autoridad jurisdic-
mismos en el Código de Comercio. cional internacional la hubiere reconocido,
2. Con decisiones judiciales definitivas interpretado o aplicado. También se probará
que aseveren su existencia, proferidas con certificación de una entidad internacio-
dentro de los cinco (5) años anteriores nal idónea o mediante dictamen pericial ren-
al diferendo. dido por persona o institución experta en ra-
zón de su conocimiento o experiencia.
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bajo de campo, se sabe que en Barranquilla, manos del imperio de la Ley, la regulación
se tiene por costumbre mercantil, que al mo- total de la vida social; eso sí, los preceptos
mento de celebrar un contrato de hospedaje, legales por remisión normativa, normas
la tarifa incluya: costo de la habitación, segu- de reenvío, o por normas institutivas de la
ro hotelero, impuestos y desayuno; entendido fuente de costumbre (NFC), dan lugar a la
así, se aprobó a través de la Resolución 46 de aplicación del Derecho no escrito.
diciembre 5 de 2011 . 65
3. La TIE es un avance doctrinal importan-
te, comoquiera que no se detenga a con-
6. CONCLUSIONES templar normas –por naturaleza– estáti-
cas, sino que, se endereza al estudio de la
De la mano del gran jurista Ángel Ossorio y dinámica social, comprendiendo que es la
Gallardo, se puede afirmar que “las expansio- esfera volitiva de los sujetos de Derecho el
nes de la vida han creado en pocos años un catalizador para imprimir dinamismo a la
Derecho Mercantil al margen de los códigos y vida de los negocios; razón que justifica,
más fuerte que todos ellos” ; evidentemente,
66
la existencia de los convencionalismos so-
ha sido esta afirmación, una verdad de Pero- ciales.
grullo, más hoy, inclusive, cuando las expan- 4. Si bien es cierto que “la costumbre cesó
siones de la vida comercial, han puesto en el de ser la forma ordinaria de revelación
telón de fondo a la globalización. Así las cosas, del Derecho, cuando aparecieron las pri-
se tienen como corolarios: meras leyes que elaboraron los juristas
1. El proceso formativo del Derecho Comer- romanos”67, no es menos cierto que hoy,
cial, es a todas luces, empírico. Entonces, continúan remozando las instituciones
ha sido la inducción el método natural jurídicas que se heredaron de Roma, do-
para la formación, desarrollo y constan- tándolas de ductilidad en el tráfico jurídi-
te evolución del Derecho Comercial; la co y mercantil.
herramienta indispensable para que esta 5. Es un hecho contundente que, ante los
disciplina jurídica se remoce constante- efectos de una globalización de mercado,
mente, es, precisamente su razón de ser: las zonas de indeterminación de la nor-
las costumbres mercantiles. ma, van a ampliarse al recibir formatos de
2. Dentro de la TAD, el estudio de la cos- negocios atípicos en Colombia; de suerte
tumbre es incipiente porque en los paí- que, el proceso formativo de la costumbre
ses con ordenamientos jurídicos del tipo jurídica no se va a detener, es más, se va
continental, rehúyen a la elasticidad de la a multiplicar el trabajo que con denue-
norma consuetudinaria, para colocar en do realizan las Cámaras de Comercio del
país.
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