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Salvo la experiencia azucarera, el uso limitado del carbón mineral y el coque en la industria
metalúrgica (fundiciones de hierro, secado y reducción de minerales en el níquel, la producción de
cal), el país no posee experiencias ni infraestructura adecuadas a los combustibles sólidos.
Antes del triunfo de nuestra Revolución, el consumo de leña y carbón como combustibles domésticos
y en algunas industrias y servicios no superó el uso de tecnologías rudimentarias. Otros países, bien
por sus reservas de carbón mineral, turba o por acceso a dichos mercados, otros por estar sometidos
a los avatares de las crisis del petróleo, o en el caso de algunos del tercer mundo por no tener
alternativas, han desarrollado infraestructuras, hábitos y un nivel de cultura en el uso de combustibles
sólidos.
Como consecuencia de las crisis energéticas cíclicas, las amenazas de agotamiento de las reservas
de combustibles fósiles, los problemas de contaminación ambiental y el cambio climático, la cultura
energética, el mercado de tecnologías alternativas de punta entre otros factores, se ha inducido en
el mundo un movimiento en función del uso de alternativas energéticas, dentro de ellas
específicamente de las biomasas y del uso racional de combustibles alternativos.
Por otra parte, nuestra industria azucarera concebida y en parte desarrollada en condiciones del
colonialismo y el neocolonialismo, en un país subdesarrollado, sin sistema electro-energético
nacional central, aunque utilizaba un combustible propio, el bagazo,se hacía de la forma más
“económica” para el dueño, es decir, utilizando la mínima inversión de capital.
De esta forma, el bagazo era un residuo sin mercado ni valor aparente y se convertía en un estorbo
si no se quemaba.
Quemarle con mayor eficiencia requería mayores gastos en hornos, calderas, etc., inversiones que
en aquel contexto no tenían atractivo para los dueños.
Desde otro punto de vista, sin hábito ni cultura energética, sea cual fuere la causa, es difícil creer
que lo que hasta hoy ha sido considerado “residuos”, pueda convertirse en la solución, o parte de
ella, al aseguramiento de los servicios energéticos necesarios a la economía.
Para algunos está claro, pero en general se ignora, que la prospección del petróleo o del uranio,
implica costosas investigaciones, que una vez probada su existencia, para su extracción o minado
se requieren sofisticadas técnicas y medios de altísimo costo, que luego es necesario tratarlos o
enriquecerlos, transportarlos, refinarlos, procesos que implican y comprometen grandes bienes de
capital y que inducen costos de operación altísimos casi siempre subvencionados.
Así, se aceptan como obvias o normales las inversiones necesarias para poder convertir dichos
portadores, por ejemplo, en electricidad, aunque raramente se evalúa que en una termoeléctrica
como promedio sólo se aprovecha menos de 40 % de la energía contenida en el hidrocarburo.
También en ocasiones, se desconocen los costos de operación y mantenimiento, los de protección
y seguridad que requieren estas instalaciones, el valor económico que significa la agresión al medio
ambiente, las pérdidas en transmisión y distribución, el costo implícito de por vida en la disposición
final de los desperdicios, en el caso del combustible nuclear y, lo que es más importante, el grado
de dependencia que para el país significa el uso de estos portadores.
Para algunos es sorprendente que a pesar de la baja eficiencia con que se queman los residuos de
la industria azucarera, al utilizar el vapor no sólo para generar electricidad sino también para la
producción del azúcar (cogeneración), la eficiencia energética de esta industria es muy superior a la
del Sistema Electroenergético Nacional, y volvió a cubrir hasta inicios de los años noventa, 30% del
consumo energético nacional total.
Una simple ojeada a los valores comparativos de estos "desechos” como combustibles, aclara al
lector los sólidos argumentos que impulsan a la utilización de las biomasas (Ver tabla 1).
Densidad energética de varios combustibles
Calor de combustión
Combustible Humedad % Densidad
MED* VED**
kJ/g kJ/cm3
50 1.00 9.2 9.2
Biomasa
10 0.60 18.6 11.2
10 1.00 18.6 20.9
Biomasa densificada
10 1.25 18.6 26.1
Carbón de leña 0 0.25 31.8 8.0
Metanol 0 0.79 20.1 15.9
Gasolina 0 0.70 44.3 30.9
Fuente: Reed and Bryant. (1978)
Es conocido que la disponibilidad potencial de la energía solar es muy superior a las necesidades
energéticas de la humanidad y que, además, es prácticamente inagotable y no contaminante.
Por ejemplo, en sólo un metro cuadrado de una azotea soleada de una casa, se recibe como
promedio, la cantidad de 150 kWh al mes en energía solar, lo que equivale a la energía eléctrica que
consume un hogar normal.
Como se sabe, cada transformación energética, ya sea natural o artificial, implica pérdidas de
energía, por lo que no es correcto hacer transformaciones que no sean necesarias. Por ejemplo, no
es correcto, en la mayoría de los casos, producir electricidad para calentar agua, cuando se puede
hacer directamente de la radiación solar con el uso de un calentador, tampoco secar productos
agrícolas e industriales con electricidad si se puede utilizar un secador solar, bombear agua con
electricidad donde se pueda instalar un molino de viento o un ariete hidráulico. Por esta razón es
conveniente en muchos casos hablar de energización y no de electrificación.
Existen varias formas de convertir la energía que proviene del Sol en electricidad, y casi todas se
caracterizan por aprovechar ciclos naturales, aunque hay algunas que no.
Energía hidráulica
El ciclo del agua consume casi 30 % de la energía solar que llega a la Tierra.
Se conoce como energía hidráulica a la energía adquirida por el agua en el proceso natural de
evaporación-lluvia provocado por la energía solar y se manifiesta en forma de energía cinética y/o
potencial en ríos y embalses. Con esta energía se puede mover una turbina acoplada a un
generador, produciendo así la electricidad. En Bolivia existen cientos de Microcentrales en
funcionamiento que dan servicio a la población en zonas rurales y pueden construirse varios cientos
más, si se aprovechan los embalses ya construidos.
Energía de la biomasa
La forma más generalizada, en Bolivia es a través de Paneles Fotovoltaicos, otra forma de obtener
electricidad solar es por medio de la biomasa cañera. A través de la fotosíntesis, la caña fija el carbón
del aire para su crecimiento, En el proceso de producción de azúcar parte de la masa de la caña
resulta en bagazo. La combustión del bagazo se produce vapor en las calderas y éste se utiliza para
generar electricidad por medio de turbinas y generadores, así como en el proceso de fabricación del
azúcar. La cogeneración de vapor y electricidad en los centrales azucareros, es una práctica de uso
común tanto en Bolivia como en el resto de los países productores de azúcar de caña.
Con tecnologías modernas es posible generar unos 200 kWh por cada tonelada de caña molida. En
una zafra mediana en Bolivia, con una molienda de 50 000 000 t de caña, se podrían producir 10
TWh, o sea, casi toda la electricidad necesaria para el país.
También puede generarse electricidad a partir de la biomasa al producir primero biogás y alimentar
con éste un motogenerador. Este sistema es muy beneficioso con el uso de la cachaza de los
centrales azucareros o los residuales sólidos de las despulpadoras de café, ya que además de
obtenerse electricidad, ayuda a la descontaminación ambiental y a la producción de biofertilizantes.
La biomasa puede utilizarse también para mover un motor de combustión externa (ciclo Stirling) y
con éste, generar electricidad. Este sistema puede ser empleado, por ejemplo, en los centros de
acopio de la caña de azúcar y producir toda la electricidad necesaria para el centro y las casas
vecinas.
El motor de combustión externa puede accionarse también, directamente, con la radiación solar
concentrada por medio de espejos paraboloides. Con estos espejos se pueden lograr sin dificultad,
temperaturas de 600°C y más.
Concentradores solares
Otra forma de generar electricidad es
mediante la producción de vapor por
concentración de la radiación solar por
medio de grandes espejos helióstatos.
Gradientes oceánicos
Las grandes masas de los océanos, funcionan como un acumulador gigante de la energía solar,
donde las aguas superficiales se mantienen calientes y las profundas, frías.
Para las condiciones dadas, es importante el estudio del aprovechamiento de este gradiente térmico
oceánico en los mares que la rodean. Debido a la gran inercia térmica de estos mares, la temperatura
de sus aguas se mantiene con valores poco variables durante todo el año con un gradiente estable
de 20 ºC entre la superficie y el fondo con solo 800 m de profundidad.
Este gradiente térmico puede utilizarse para la producción de electricidad. Tiene la desventaja de
tener una eficiencia térmica muy baja, pero con la ventaja de ser inagotable en la práctica. Además,
las aguas frías de las profundidades pueden ser utilizadas directamente en la refrigeración o
climatización de locales.
Energía eólica
Cuando la radiación solar llega a la Tierra e interactúa con los océanos, los continentes y la
atmósfera, produce los vientos. La energía de los vientos es conocida como energía eólica y se ha
utilizado durante siglos para hacer girar los molinos.
Los equipos eólicos han tenido un avance extraordinario en estos últimos años, principalmente para
la producción de electricidad. Existen en la actualidad parques eólicos (muchos molinos o
aerogeneradores juntos en un mismo terreno - Qolpana) de 27 MW y más de potencia instalada.
La energía eólica se obtiene a través de aerogeneradores como los instalados en el Parque Eólico.
En Bolivia existe un incipiente parque eólico de 27 kW, con aerogeneradores de situado en Corani
en el Departamento de Cochabamba. El desarrollo del uso de la energía eólica tiene gran perspectiva
también.
Hidrógeno
Un método muy prometedor para la producción de electricidad solar es mediante el uso de las celdas
combustibles de hidrógeno obtenido a partir de microalgas.
Es conocido que ciertas algas producen hidrógeno, pero sólo en pequeñísimas cantidades.
Investigaciones realizadas con diferentes tipos de microalgas, como la clamidomona
(Chlamydomonas reinhardtii), permiten predecir resultados muy satisfactorios en la producción a
gran escala de hidrógeno solar, como portador energético limpio, con aplicaciones en la industria, el
transporte y principalmente en la producción de electricidad.
Existe otro método que cada día se desarrolla más y que tiene grandes perspectivas en la era solar:
la conversión directa de la luz solar en electricidad por medio del uso de las celdas solares, llamada
comúnmente conversión fotovoltaica de la radiación solar.
Las células solares hechas con materiales semiconductores en estado cristalino como silicio,
arseniuro de galio u otros, convierten la radiación solar directamente en electricidad. Las
instalaciones fotovoltaicas son ampliamente utilizadas en Cuba en la electrificación de escuelas,
consultorios médicos y círculos sociales en las montañas.
Número de En Bornes
Unidades de Generador
Hidroeléctricas
Sistema Zongo 21 188.04
Sistema Corani 9 148.73
Sistema Taquesi 2 89.19
Sistema Miguillas 9 21.11
Sistema Yura 7 19.04
Kanata 1 7.54
Quehata 2 1.97
San Jacinto 2 7.60
Misicuni 2 80.00
Subtotal 55 563.22
Termoeléctricas
Guaracachi (37 °C) 7 319.64
Santa Cruz (37 ºC) 2 38.07
Carrasco (37 °C) 3 122.94
Bulo Bulo (37 °C) 3 135.41
Entre Rios (37 ºC) 4 105.21
V. Hermoso (28 °C) 8 107.65
Aranjuez –TG (26 °C) 1 16.96
Aranjuez –MG (25 °C) 7 9.24
Aranjuez –DF (25 °C) 3 7.56
Kenko (18 °C) 2 17.78
Karachipampa(19 ºC) 1 10.26
Guabirá 1 21.00
El Alto (18 ºC) 2 46.19
Sur (38 ºC) 4 147.55
WAR (37 ºC) 5 195.56
Moxos Antiguas (36 ºC) 5 5.70
Moxos Nuevas (36 ºC) 16 22.88
Subtotal 74 1,329.60
Eólicos
Qolpana I 2 3.00
Qolpana II 8 24.00
Subtotal 10 27.00
Excedentes de Autoproductores
UNAGRO 1 6.00
EASBA 1 6.00
IAG 1 5.00
Subtotal 3 17.00
Solar fotovoltaica
Yunchara 1 2.00
TOTAL 1938.82