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ESTUDIO BÍBLICO: Juan 14:15-18; 16:5-15
LECTURA: “Yo estoy con vosotros todos los días”
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Enseñanza principal
¿Cómo nos capacita Dios para que tengamos el deseo de seguir a Jesús?
Jesús prometió que no nos dejaría solos, sino que enviaría al Consolador, que vendría a
ayudarnos. Este Consolador, conocido como el Espíritu Santo, tiene la libertad de trabajar en
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nosotros a medida que nos vamos deshaciendo de nuestros pecados y buscamos estar llenos
de su poder de forma continua..
1. Veamos el contexto: Lee Efesios 5:1-20. Haz una lista de las exhortaciones de Pablo en
Efesios 5:1-17. ¿Cuál es tu impresión general al ver estas exhortaciones?
2. Los versículos para memorizar son Efesios 5:18-20. Cópialos en este espacio.
3. ¿Por qué hace Pablo un contraste entre estar “llenos del Espíritu Santo” y estar
“embriagados con vino”? (ver Hechos 2:13-17).
5. En los versículos del 19 al 20 Pablo recoge tres características de aquellos que están llenos
del Espíritu. ¿Cuáles son esas características? ¿Por qué son una evidencia de que alguien está
“lleno del Espíritu Santo?”
1. Lee Juan 14:15-18; 16:5-15. Jesús llama al Espíritu Santo “otro Consolador” (Juan 14:16).
¿Qué nos dice eso sobre el papel del Espíritu Santo? (Lee el versículo en diferentes versiones
de la Biblia. ¿Siempre se usa la palabra “Consolador”? ¿Qué otras palabras se usan?).
3. ¿Por qué les convenía a los discípulos que Jesús se fuera (16:7)?
7. ¿Qué versículo o versículos te han impactado de forma especial? Escribe los versículos
clave con tus propias palabras
.
Lectura: “Yo estoy con vosotros todos los días”
Una Persona
La palabra “espíritu” en el original es una palabra neutra, es decir, no es ni masculino ni
femenino. Juan rompe las reglas gramaticales del griego cuando se refiere al Espíritu usando
los pronombres personales en masculino. Quiere dejar claro que el Espíritu Santo no es una
cosa, no es una fuerza impersonal. Esto es importante, porque si el Espíritu fuera una cosa,
podríamos verlo como algo distante. Pero si el Espíritu es una persona, tenemos que decidir
cómo vamos a reaccionar ante Él.
En el libro de los Hechos queda muy claro que el Espíritu es una persona. Lucas nos dice
que el Espíritu:
– habla (1:16; 8:29; 10:19)
– tiene que aguantar mentiras (5:3)
– es puesto a prueba (5:9)
– da testimonio (5:32)
– encuentra resistencia (7:51)
– arrebata (8:39)
– da órdenes (13:2)
– envía (13:4)
– piensa (15:28)
– prohíbe (16:6)
– impide (16:7)
– da responsabilidades (20:28)
Las epístolas del Nuevo Testamento también presentan al Espíritu Santo como una persona.
El Espíritu nos ayuda a orar (Romanos 8:16), escudriña nuestros corazones (1ª Corintios
2:10), enseña (1ª Corintios 2:13), guía (Romanos 8:14, Gálatas 5:18), habla (1ª Timoteo 4:1;
Hebreos 3:7; 10:15), predice (1ª Pedro 1:11) y se entristece (Efesios 4:30).
Vive en nosotros
“Y yo rogaré al Padre, y Él os dará otro Consolador… porque mora con vosotros y estará con
vosotros” (Juan 14:16-17). Ahora, los discípulos “iban a tener una relación aún más estrecha
que la que habían tenido con Jesús mientras éste estaba en el mundo… Jesús había vivido
con ellos, pero el otro Paracletos [Consolador] viviría en ellos”. Gracias a la venida del
Espíritu, nuestros cuerpos, aunque mortales y pecadores, se han convertido en el lugar
santísimo, en la morada sagrada del Dios vivo.
“Él me glorificará”
“Él me glorificará”, dice Jesús hablando del Espíritu de verdad (Juan 16:14). Se podría decir
que el Espíritu Santo es la “persona tímida” o “discreta” de la Trinidad. No quiere que la luz
de los focos recaiga sobre Él. Si eso ocurre, se aparta de forma discreta para que la luz brille
sobre el Dios hecho hombre. Por tanto, cualquier acción del Espíritu que no lleve a la gente
a Cristo no es una acción del Espíritu de Dios. El deseo del Espíritu de Dios es lograr que el
Cristo vivo sea el centro de nuestras vidas.
Concluimos, pues, que nos convenía que Jesús volviera al Padre. Cuando Jesús dejó la
tierra y envió a “otro”, envió a una persona del mismo tipo que Él, a través de la cual Jesús
sigue estando con nosotros y vive en nosotros. Además, esta persona nos está ayudando a ser
más como el Santo y a ver la vida a la luz de Aquel que es la Verdad.
Estudio de la Lectura
1. Describe con tus propias palabras el contexto en el que Jesús habla del Espíritu Santo.
3. ¿Qué cosas has aprendido sobre la persona y la obra del Espíritu Santo después de este
estudio?
4. ¿Tenías alguna idea errónea sobre el Espíritu Santo que se haya aclarado en este estudio?
¿Por ejemplo creías en el Espíritu Santo como una fuerza activa o como una persona?
5. ¿Cuál es el propósito del Espíritu Santo en tu vida? ¿Cómo lo está llevando a cabo?