CORTE SUPREMA DE JUSTICIA CORTE SUPREMA -

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SEDE PALACIO DE JUSTICIA,

CORTE SUPREMA DE JUSTICIA
DE LA REPÚBLICA
Secretario De Sala - Suprema:SALAS CAMPOS Pilar
Roxana (FAU20159981216)
Fecha: 02/10/2018 14:56:36,Razón: RESOLUCIÓN
JUDICIAL,D.Judicial: CORTE SUPREMA /
LIMA,FIRMA DIGITAL - CERTIFICACIÓN DEL
SALA PENAL PERMANENTE
CONTENIDO
RECURSO DE NULIDAD N.° 2383-2017
LIMA SUR

Sindicación de la víctima y presunción de

inocencia

Sumilla. La sindicación de la menor agraviada

es medio de prueba suficiente para desvirtuar
la presunción de inocencia que ostentaba el
acusado, si reúne los presupuestos señalados
en el fundamento jurídico décimo del Acuerdo
Plenario número dos-dos mil cinco/CJ-ciento
dieciséis, del treinta de septiembre de dos mil
cinco.

Lima, nueve de julio de dos mil dieciocho

VISTOS: el recurso de nulidad interpuesto

por el acusado Carlos William Peña Andonayre contra la sentencia
condenatoria de fojas trescientos treinta y cuatro, del veintinueve de
mayo de dos mil diecisiete (aclarada mediante auto de fojas trescientos
setenta y nueve, del cuatro de agosto de dos mil diecisiete); de
conformidad con el dictamen del señor Fiscal Titular de la Primera
Fiscalía Suprema en lo Penal.
Intervino como ponente el señor Juez Supremo Prado Saldarriaga.

CONSIDERANDO

Primero. Que la defensa técnica del imputado Peña Andonayre, en su

recurso formalizado de fojas trescientos cincuenta, alegó que:

1.1. El Tribunal de Instancia vulneró los principios del debido proceso y

tutela jurisdiccional efectiva, así como el derecho de motivación de
las resoluciones judiciales, descritos en los numerales tres y cinco del
artículo ciento treinta y nueve de la Constitución Política del Estado, al

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no haber compulsado adecuadamente los medios de prueba

recabados en el transcurso del proceso.

1.2. En efecto, sustentó la condena impuesta a su patrocinado en la

declaración preliminar de la menor agraviada, que no se recabó con
las formalidades que estipula la guía de procedimientos para las
entrevistas de niños, niñas y adolescentes víctimas de abuso sexual,
explotación sexual y trata con fines de explotación sexual.

1.3. Tampoco reúne los presupuestos fijados en el Acuerdo Plenario

número dos-dos mil cinco/CJ-ciento dieciséis, ya que carece de
ausencia de incredibilidad subjetiva, porque el motivo de la denuncia
contra su defendido se originó de la manifiesta enemistad que existía
con los padres de la víctima, relacionada con la disputa del inmueble
que ocupaba. No es persistente en el tiempo, puesto que la menor
agraviada no concurrió al juicio oral para ratificarse en dicha
incriminación.

1.4. Las declaraciones de los padres de la víctima carecen de eficacia

probatoria al ser testigos de oídas, porque solo relataron la versión que
les proporcionó su hija, además que los supuestos testigos Cusi y Walter
Tomayquispe no concurrieron al proceso para esclarecer si en verdad
facilitaron la comunicación entre la menor agraviada con su
progenitor; además, el último ni siquiera existe en la base de datos del
Reniec.

1.5. El Colegiado no dispuso una pericia de biología forense respecto a

la muestra hisopada de secreción anal de la menor agraviada, que
establezca la existencia de espermatozoides y fosfatasa ácida
prostática, la cual con certeza habría permitido identificar al agresor
sexual.

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1.6. La evaluación psicológica practicada a la menor agraviada

tampoco es suficiente para establecer la responsabilidad penal de su
patrocinado en el hecho criminal; y, por el contrario, en la evaluación
psiquiátrica que se le practicó se determinó que carece de rasgos
psicopáticos y no representa peligro para la sociedad.

Segundo. Que, en la acusación de fojas ciento sesenta, se consignó

que el veintisiete de junio de dos mil quince, la menor identificada con
la clave número cero veinticinco-dos mil quince fue a dormir a la casa
de su abuelo ubicada en el sector uno, grupo ocho, manzana A, lote
diecisiete, del distrito de Villa El Salvador, ya que su vivienda se hallaba
en construcción.
Aproximadamente a las nueve horas del día siguiente, ingresó al
cuarto que ocupa Carlos William Peña Andonayre con su tía Sonia
Dorado Remón, para ver televisión con su primo Willy David Peña
Dorado, de cinco años de edad (hijo del encausado). Luego, el
imputado ordenó al primo de la menor que recoja sus juguetes de la
sala y ella se quedó sola viendo televisión, lo que fue aprovechado por
el imputado para cerrar la puerta con cerradura y la tomó a la fuerza
para besarla en el cuello, mientras que ella oponía resistencia; sin
embargo, ante tanto forcejeo, el procesado la cogió fuertemente
para luego bajarle su pantalón y ropa interior e introducir su miembro
viril en el ano de la niña, a quien en todo momento amenazaba que si
gritaba le haría algo más feo. Al no poder aguantar el dolor, la víctima
arañó la cara de su agresor y gritó fuertemente; solo así pudo huir y
salió corriendo de la habitación hacia la calle, donde se encontró con
un amigo de su papá que le prestó su celular, con el que llamó a su
progenitor para que la recoja, al llegar este le contó lo sucedido.

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Tercero. Que, de la revisión y análisis de autos, se advierte que el delito

materia de imputación se acreditó con el Certificado médico legal
número cero once mil cuatrocientos treinta y tres-LS, de fojas
diecinueve, del veintiocho de junio de dos mil quince, donde el
médico legista Ángel Aucasime Medina, luego de haber examinado la
integridad física de la menor agraviada, concluyó que evidenciaba
signos de acto contra natura recientes con lesiones anales recientes.

Cuarto. Que la vinculación del recurrente con la comisión del ilícito

penal se confirma con la sindicación de la menor identificada con la
clave número cero veinticinco-dos mil quince (referencia policial de fojas
ocho, del veintiocho de junio de dos mil quince, recabada en presencia de
las representantes del Ministerio Público y acompañada de su padre), quien,
en lo esencial, lo identificó como la persona que el día veintiocho de
junio de dos mil quince la violentó sexualmente, cuando veía televisión
en el cuarto que este ocupaba en la casa de su abuelo ubicada en el
sector uno, grupo ocho, manzana A, lote diecisiete, del distrito de Villa
El Salvador.

Quinto. Que dicha sindicación se respalda con los siguientes elementos

periféricos:

5.1. La denuncia virtual de fojas dos, del veintiocho de junio de dos mil
quince, donde el efectivo Fredy Luis Gutiérrez Carpio dio cuenta de
que a las catorce horas con veinte minutos, cuando realizaba
patrullaje en la móvil PL-catorce mil setecientos veintidós, al mando de
su colega Juan Navarro Cárdenas, se apersonó la señora Yovanna
Dorado Remón, quien manifestó que su menor hija de iniciales
A. L. V. D. había sido víctima de violación por un sujeto de nombre

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Carlos William Peña Andonayre, quien fue intervenido y conducido a

la comisaría del sector.

5.2. El Protocolo de pericia psicológica número cero cero siete mil

trescientos cuatro-dos mil diecisiete-PSC, de fojas trescientos doce, del
nueve de mayo de dos mil diecisiete, en el cual la psicóloga Ingrid
Wendy Vallejos Mori, luego de evaluar a la menor agraviada,
concluyó que presenta afectación emocional asociada a experiencia
de abuso sexual, lo cual puede repercutir en su desarrollo psicosexual.

5.3. El reconocimiento que realizó el imputado en su manifestación

policial de fojas trece se recabó con las garantías de ley, es decir, en
presencia de la señora Fiscal Adjunta Provincial de Lima Sur y su
defensa técnica.

Sexto. Que este Supremo Tribunal considera que en la sindicación de

la menor agraviada sí concurren los presupuestos señalados en el
fundamento jurídico décimo del Acuerdo Plenario número dos-dos mil
cinco/CJ-ciento dieciséis, del treinta de septiembre de dos mil cinco,
ya que la enemistad entre los padres de la víctima con el impugnante
no se acreditó, mientras que la persistencia de la versión incriminatoria
se refrenda con los hechos descritos en el acápite “Relato”, que la
menor agraviada proporcionó a la psicóloga Vallejos Mori, y están
contenidos en la pericia psicológica de fojas trescientos doce, del
nueve de mayo de dos mil diecisiete.

Séptimo. Que las declaraciones de Stalin Aldo Vega Gutiérrez y

Yovanna Dorado Remón (padres de la menor agraviada), si bien son
testigos de oídas, no pueden desvirtuarse como elementos de cargo

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que confirmaron la noticia criminal que derivó en la presente

investigación. Asimismo, el hecho de no haberse recabado los
testimonios de las personas (identificadas como “Cusi” y “Walter
Tomayquispe”) que facilitaron la comunicación entre la menor
agraviada y su padre el día de los hechos, tampoco desvirtúa el
hecho criminal y la vinculación del recurrente con él.

Octavo. Que, finalmente, la realización de una pericia de biología

forense respecto a la muestra tomada a la víctima es irrelevante,
porque la pericia médico legal que determinó actos contra natura
recientes en la menor agraviada se realizó el mismo día que ocurrió el
suceso criminal y no cabe duda de que fue el impugnante su autor,
como él mismo lo admitió a nivel policial. Por lo tanto, la pretensión
impugnatoria es infundada.

Noveno. Que al haberse desvirtuado la presunción de inocencia que

el encausado Peña Andonayre ostentaba al inicio de la investigación
judicial, de conformidad con lo previsto en el artículo doscientos
ochenta y cinco del Código de Procedimientos Penales, se infiere que
la sentencia recurrida es conforme a Ley.

DECISIÓN

Por estos fundamentos, declararon NO HABER NULIDAD en la sentencia

de fojas trescientos treinta y cuatro, del veintinueve de mayo de dos
mil diecisiete (aclarada mediante auto de fojas trescientos setenta y
nueve, del cuatro de agosto de dos mil diecisiete), que condenó a
Carlos William Peña Andonayre como autor del delito contra la

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libertad-violación de la libertad sexual, en la modalidad de violación

sexual de menor de edad, en perjuicio de la menor de clave número
cero veinticinco-dos mil quince, y como tal le impuso cadena
perpetua, fijó la suma de veinte mil soles por concepto de reparación
civil que deberá pagar a favor de la menor agraviada y ordenó que
conforme a lo previsto en el artículo ciento setenta y ocho-A del
Código Penal, sea sometido a tratamiento terapéutico, previo examen
médico respectivo; con lo demás que al respecto contiene. Y los
devolvieron.
S. S.
SAN MARTÍN CASTRO

PRADO SALDARRIAGA

PRÍNCIPE TRUJILLO

NEYRA FLORES

SEQUEIROS VARGAS

VPS/dadlc

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