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11/12/2015

¿Qué pasa con la escuela TIC?

Jordi Adell
Universitat Jaume I (Castelló).
Correo‐e: jordi@uji.es
Manuel Area
Universidad de La Laguna (Santa Cruz de Tenerife).
Correo‐e: manarea@ull.edu.es
Ilustraciones de Daniel Montero

Cuadernos de Pedagogía, Nº 462, Sección Monográfico, Diciembre 2015, Editorial Wolters Kluwer, ISBN‐ISSN: 2386‐6322

En el 2010 se implanta el programa Escuela 2.0. ¿Qué queda de este proyecto cinco años después?, ¿qué se hizo bien?, ¿y qué se hizo mal? Pero, sobre todo, ¿en qué punto
estamos y hacia dónde vamos?, ¿qué tendencias caracterizan la integración de las TIC en la educación escolar actual? Este monográfico busca dar respuesta a estas y otras
cuestiones, con aportaciones teóricas y experiencias prácticas, desde los distintos ámbitos implicados en la incorporación de las TIC en la escuela.

España es un país que tiene una amplia experiencia en políticas educativas destinadas a incorporar las TIC al sistema escolar público. Desde hace treinta años, tanto
desde el Gobierno central como desde los gobiernos autonómicos se han impulsado planes, proyectos y programas educativos dirigidos a dotar de infraestructuras y
recursos tecnológicos a los centros, a desarrollar acciones formativas del profesorado y a la producción de materiales y recursos didácticos digitales. La primera
experiencia de este tipo de programas se puso en marcha a mediados de los años ochenta del siglo pasado a través del denominado Proyecto Atenea, reconvertido
poco después en el Programa Nacional de Tecnologías de la Información y Comunicación (PNTIC). Posteriormente, al transferirse las competencias educativas a los
gobiernos regionales, estos crearon y desarrollaron programas y proyectos propios para su ámbito territorial, como fueron PIE, Averroes, Premia, EducaMadrid, Siegal,
Guadalinex, Medusa... En estos últimos dos decenios, las consejerías de Educación autonómicas han invertido enormes cantidades de dinero en estos programas, que,
en líneas generales, se desarrollaron de modo separado, independientes y con poca coordinación entre sí.

De forma paralela, a nivel nacional, en los años noventa del siglo pasado, el Ministerio de Educación creó el Centro Nacional de Información y Comunicación Educativa
(CNICE), reconvertido posteriormente en el Instituto Superior de Formación y Recursos en Red para el Profesorado (ISFTIC), luego transformado en el Instituto de
Tecnologías Educativas (ITE) y, actualmente, denominado INTEF Educalab (Instituto Nacional de Tecnologías Educativas y Formación del Profesorado). Desde ese
organismo también se impulsaron distintos planes conducentes a facilitar la incorporación y uso educativo de las TIC mediante proyectos como fueron Internet en la
Escuela, Internet en el Aula, el Proyecto Agrega y, sobre todo, el desaparecido programa Escuela 2.0, que, a pesar de su corta existencia, tuvo una amplia repercusión.
Este último proyecto o programa Escuela 2.0 comenzó a implantarse en el curso escolar 2010‐11. Dicho programa nació cargado de una intensa polémica política entre
el entonces partido gobernante (el PSOE) y el partido en la oposición (el PP), entre otras razones, porque fue una iniciativa incardinada en el denominado Plan‐E,
destinado a la reactivación de la economía española, impulsada, en aquel tiempo, por el Gobierno socialista. El programa fue aprobado en Consejo de Ministros el 4 de
septiembre de 2009, con un presupuesto de 200 millones de euros, cofinanciados entre el gobierno central y las comunidades autónomas, destinado, en principio, a los
alumnos de quinto de Primaria, con la intención de ir extendiéndolo progresivamente a otros cursos. Un dato relevante fue que se firmaron convenios bilaterales entre
el Ministerio de Educación con todas las comunidades autónomas, excepto con dos que no participaron: Madrid y Valencia. La existencia del mismo fue efímera;
apenas dos años, ya que inmediatamente fue suprimido (2012) cuando el Partido Popular ganó las elecciones y formó gobierno.

El modelo de política educativa que impulsó Escuela 2.0 respondió a lo que internacionalmente se denomina como el modelo 1x1, es decir, de un ordenador por alumno,
y ha sido desarrollado en distintos países tanto desarrollados (norte de América, Australia, Europa) como en vías de desarrollo (a través del programa One Laptop per
Child, OLPC).

Distintas velocidades
Han pasado cinco años desde la implantación de Escuela 2.0 y desde que desapareció, apenas hace tres años, la tecnología digital ha ido expandiéndose y penetrando
aún con más intensidad en los hogares y en la vida cotidiana de los niños, los adolescentes, los jóvenes y los adultos (tanto de los padres y madres como de los
docentes). Nuestra sociedad es aún más digital, si cabe, que cuando desapareció el programa Escuela 2.0. Sin embargo, estos últimos años apenas han existido
nuevas inversiones en adquisición y dotación de tecnologías a las escuelas públicas y de conectividad a Internet, justificado bajo el paraguas de los recortes
provocados por la crisis económica.

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Ha surgido, desde el Ministerio de Educación y algunos gobiernos autonómicos, el impulso de la denominada "mochila digital", que pone el énfasis en la necesidad de ir
creando nuevos materiales didácticos que vayan sustituyendo a los tradicionales libros de texto en papel, por los conocidos como contenidos educativos digitales.
También se está impulsando la creación y desarrollo de recursos en línea tanto en la formación del profesorado (sobre todo a través del modelo MOOC) como en
espacios colaborativos entre docentes para el intercambio de materiales didácticos. También se ha incorporado e impulsado la necesidad de desarrollar la competencia
digital como una meta relevante del currículo escolar.
Por otra parte, las empresas educativas son conscientes de que es necesario empezar a ofertar nuevos productos y servicios basados en la utilización de las TIC para
los colegios, los profesores, los alumnos y las familias. De modo creciente, los niños y adolescentes empiezan a disponer de su tecnología propia, en forma de
smartphone o de tableta, que les permite acceder sin dificultad a la red y, en consecuencia, puede ser llevada al aula y empleada con fines didácticos. Esto está
generando una intensa polémica en muchos centros educativos, ya que la tecnología móvil no solo tiene un interesante potencial educativo, sino que también en
muchas ocasiones es un distractor de las tareas escolares y a veces también es utilizada con fines de acoso o cyberbullying entre los adolescentes.

El profesorado es ya un usuario habitual de las tecnologías, tanto en su vida cotidiana como para muchos quehaceres profesionales, algo que no ocurría hace un lustro.
En consecuencia, disponemos de un profesorado con su tecnología propia, con competencias digitales instrumentales bastante desarrolladas, sensible y consciente de
la necesidad de su utilización didáctica, pero que todavía no ha dado el salto profesional de replantear e innovar su práctica educativa en el aula empleando de forma
habitual las TIC.
¿Qué queda de Escuela 2.0 cinco años después?, ¿qué ha ocurrido en las diferentes comunidades autónomas?, ¿qué se ha modernizado en el sistema educativo?, ¿qué se
hizo en los diferentes ámbitos (dotación de medios a los centros y alumnos, formación del profesorado, organización de los centros, currículo, etc.)?, ¿qué se hizo bien
y mal? Y, sobre todo, ¿dónde estamos y hacia dónde vamos ahora?, ¿qué líneas y tendencias caracterizan la integración de las TIC en la educación escolar actual?

Una fotografía de la situación actual


Este monográfico pretende reflexionar sobre estas cuestiones ofreciendo aportaciones teóricas, experiencias prácticas, así como las voces y miradas de distintos
agentes o actores participantes en las políticas y procesos de la integración escolar de las TIC en nuestro país.
Para abordar estas cuestiones (y otras similares) hemos planteado este monográfico sobre la escuela TIC, organizado en cuatro bloques o partes diferenciadas. El
primer bloque lo hemos titulado "¿Qué escuela queremos para la sociedad digital?". Lo hemos planteado como artículos teóricos destinados a presentar ensayos que
pretenden abrir las bases para la reflexión y debate sobre el futuro de la escuela del siglo xxi en la sociedad digital. Han sido escritos por los coordinadores de este
número (Jordi Adell y Manuel Area), acompañados por los profesores Ángel I. Pérez Gómez y Linda Castañeda.

El segundo bloque, denominado "Políticas educativas TIC", incluye artículos breves donde, en primer lugar, se ofrece la situación actual del desarrollo de las políticas
educativas autonómicas después de la finalización del programa Escuela 2.0. Por una parte, se ofrece el análisis de una muestra de comunidades autónomas que
participaron en dicho programa (Andalucía, Asturias, Cataluña, Extremadura, País Vasco), y por otra, el de las dos comunidades (Madrid y Valencia) que no participaron
en dicho programa, sino que desarrollaron otro modelo de política educativa centrado en dotar de mucha tecnología a una selección de centros de "excelencia". Luego
se presenta un artículo sobre la situación y el desarrollo de lo que han sido estas políticas a nivel internacional y, particularmente, en el ámbito europeo. Y finaliza el
bloque con otro sobre la situación en el sistema escolar de los países latinoamericanos.
El tercer bloque del monográfico está dedicado a la "Integración educativa de las TIC". En el mismo se presentan distintos artículos que abordan dimensiones o
aspectos clave en el proceso de integración, uso e innovación pedagógica con las TIC, como son la formación de profesorado, la colaboración docente en redes
sociales, la integración organizativa de la tecnología en las escuelas, los planes TIC de centro, el desarrollo de prácticas educativas innovadoras empleando los recursos
tecnológicos, el uso de las tabletas y los móviles en las aulas y la necesidad de nuevos materiales educativos de naturaleza digital.

En el cuarto bloque, titulado "Miradas y reflexiones para una escuela digital", el lector encontrará distintas opiniones, perspectivas o miradas de diversos agentes o
actores educativos sobre el presente y el futuro de la escuela ante las TIC. Para ello se ha solicitado a cargos con responsabilidad en políticas educativas TIC tanto del
Ministerio de Educación como de gobiernos autonómicos; a empresas educativas del sector de los libros de texto y también de los nuevos materiales digitales; a
representantes de las familias y del profesorado, y a expertos del mundo académico, que reflexionaran sobre estas cuestiones:

• ¿Cuál es la situación actual del uso educativo de las TIC en los centros escolares de nuestro país?, ¿cuál es su balance del plan Escuela 2.0?
• ¿Qué hemos avanzado en estos últimos años y cuáles son los aspectos o dimensiones que habría que mejorar o cambiar?
• Desde su perspectiva, ¿cómo debiera ser una escuela plenamente integrada en la sociedad digital?

Finaliza este monográfico con un artículo que ofrece una selección bibliográfica y recursos web que ayudarán al lector a obtener más información para profundizar en
estos temas.

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