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CENTRO DE ESTUDIOS UNIVERSITARIOS UNIVER

LAGOS DE MORENO
LICENCIATURA EN PEDAGOGÍA
ACUERDO DE LA S.E.P. NÚMERO 2007042
CON FECHA DEL 24 DE ENERO DE 2007

“LA OLEADA DE LAS ENFERMEDADES MENTALES EN NIÑOS:

SALUD MENTAL INFANTIL”

TESIS QUE PRESENTA PARA OBTENER EL TÍTULO DE LICENCIADO EN

PEDAGOGÍA

DÍAZ MENA CELINA

LAGOS DE MORENO, JAL. JUNIO DEL 2018


AGRADECIMIENTOS

II
A Dios: por darme la vida y salud para poder continuar con mi carrera,

paciencia, cuando ya no podía más, y la dicha de tener conmigo a personas tan

maravillosas, por permitirme llegar a este momento tan especial y a aquellos

momentos que me han enseñado a valorar y valorarme cada día más.

A mis padres Leonor y José Ventura: por darme la vida, por ser mi pilar

fundamental, por su amor y apoyo en todo momento, por regalarme la herencia más

gratificante como persona y profesional “el estudio”, por sus ejemplos de

perseverancia y constancia, por sus valores, sus consejos y la motivación de siempre

salir adelante, que sin duda cada uno de esos hermosos regalos me han permitido

convertirme en la persona que soy ahora, los amo.

A mis hermanas Fabiola y Yesenia: por su amor, por sus palabras llenas de

sabiduría y experiencia, por sus palabras de aliento para no rendirme, por sus grandes

enseñanzas y consejos, por siempre ayudarme cuando las necesito, y por formar una

pieza importante en mi camino, las amo.

A mi esposo Julio César: por tu apoyo incondicional, por impulsarme siempre

a seguir y ver por mis sueños, por tus palabras y confianza en mí, diciéndome que lo

lograría, por tu amor y paciencia, por tu gran sacrificio y esfuerzo para convertirme en

profesional, por ser cómplice de esta etapa tan importante y sobre todo por siempre

estar para mí, te amo.

III
A mis hijos (finados): quienes fueron mi más grande adoración, quienes me

enseñaron que lo que deseas lo puedes tener, que si sueñas algo lo puedes cumplir,

quienes llegaron y se fueron en el momento adecuado para entender que la vida te

pone en situaciones y circunstancias difíciles, pero siempre puedo salir, y que cada

una de las aflicciones forman parte de mi formación, quienes me dieron la fuerza de

seguir luchando como mujer y que sin duda sé que estarán conmigo.

A mis maestros: quienes nunca desistieron ante su gran labor, por trasmitirme

sus aprendizajes, que se depositaron satisfactoriamente en mí, por sus palabras de

ánimo, su entrega y desempeño en cada una de sus clases que me formaron

educativamente, a mi universidad por permitirme formarme en ella, a mi asesor de

tesis que siempre estuvo ahí apoyando cada paso que daba, su tiempo y dedicación

para con mi tesis y a cada uno de los partícipes directos e indirectos en la culminación

de mi carrera y terminación de mi tesis.

¡Gracias a ustedes!

Celina Díaz Mena

IV
RESUMEN

V
La presente investigación intenta conocer el impacto educativo que representa la

oleada de enfermedades mentales en niños que en las últimas décadas ha saltado a

la luz por medio de diversos estudios, mismos que presentan tanto voces a favor

como en contra referente a la existencia de estas. Algunos considerando que se trata

solo de una estrategia de marketing de parte de las farmacéuticas para incrementar

sus ventas de estupefacientes; como los que toman una posición más moderada

considerando que estas existen pero que se suministran diagnósticos a diestra y

siniestra por el inadecuado manejo de los criterios diagnósticos y sin faltar aquellas

voces que defienden íntegramente el incremento de desórdenes mentales, producto

de un mundo cada vez más caótico.

ÍNDICE
A través de este estudio se exponen tan diversas ideas con el

fin de tomar una postura informada sobre el tema y finalmente obtener conclusiones

sobre las repercusiones que estas pueden llegar a tener en el acaecer cotidiano del

profesional en pedagogía. Sin más que decir, espero que el lector disfrute este viaje

documental y en el camino también obtenga sus propias conclusiones.

VI
INTRODUCCIÓN XI
JUSTIFICACIÓN 1
OBJETIVOS 4
PREGUNTAS DE INVESTIGACIÓN 6
HIPÓTESIS 8
METODOLOGÍA 10
MARCO TEÓRICO 14
CAPÍTULO I – LO NORMAL Y LO PATOLÓGICO 15
 1.1 Problemas generales 17
 1.2 Problema de lo normal y lo patológico en psiquiatría infantil 20
CAPÍTULO II – SITUACIONES MARGINALES PROVOCAN LA 23
APARICIÓN DE ENFERMEDADES MENTALES EN LOS INFANTES
CAPÍTULO III – LA ALZA EN EL DIAGNÓSTICO DE LAS 26
ENFERMEDADES MENTALES: SITUACIÓN INQUIETANTE PARA
LOS ESPECIALISTAS
 3.1 Un problema en aumento 27
 3.2 ¿Qué hay detrás de este aumento? 28
 3.3 No es fantasía, es delirio 29
 3.4. La importancia del diagnóstico precoz 30
 3.5 El cerebro de los infantes, tiende a la flexibilidad, razón por la 31
cual es más abierto a la psicoterapia que vuelve menos
necesarios los fármacos
CAPÍTULO IV – EL MERCADEO DE LA PSIQUIATRÍA 32
 4.1 Psiquiatría y mercadotecnia 37
 4.2 Carencia de pruebas que demuestren que los trastornos 38
mentales sean condiciones médicas. la diagnosis psiquiátrica se
establece en base a solo la observancia subjetiva del profesional
 4.3 Sí las persona se deprimiese, siente tristeza, experimenta 41
ansiedad e incluso se comporta de manera psicótica. esto no
constituye que se encuentre en estado de enfermedad mental
 4.4 Los anuncios mediáticos de “alto al estigma de la enfermedad 44
mental” es auspiciada por las compañías farmacéuticas
 4.5 Los calificativos psiquiátricas son el conflicto 46
 4.6 La medicación psiquiátrica resulta ser un gran negocio 47
 4.7 Sitios de interés para consultar datos sobre el riesgo del 48
consumo de drogas psiquiátricas y sus efectos adversos
 4.8 Debido a qué aquellos tratamientos seguros y eficaces para 49
tratar las enfermedades mentales se mantienen ocultos
CAPÍTULO V – ETIQUETAS SOCIALES CARENTES DE 50
CINTIFICIDAD QUE IMPIDEN LA CORRECTA VISIÓN FORMATIVA
DE LOS INFANTES
 5.1 Etiología de la fragilidad de los niños y su comportamiento 52
inadecuado
 5.2 Propuesta de medidas preventivas para la adecuada 55
formación de los niños
CONCLUSIONES 59
ANEXOS 64
VII
 Anexo 1 - Trastorno negativista desafiante 65
 Anexo 2 - Trastorno por déficit de atención con hiperactividad 68
 Anexo 3 - Trastorno de depresión mayor 74
 Anexo 4 - Trastorno bipolar 79
 Anexo 5 – Trastorno de ansiedad social 87
 Anexo 6: Definición contextual de niños índigo, niños cristal, niños 89
arcoíris, niños diamante, niños delfín, niños hiperactivos y niños
malcriados
BIBLIOGRAFÍA 93

VIII
IX
INTRODUCCIÓN

La salud mental en la niñez es, en términos generales, el estado de equilibrio entre

una persona y su entorno socio-cultural que tiene el niño al experimentar emociones,


X
entablar relaciones y aprender; el pequeño lo hace mediante sí mismo, a partir de las

relaciones que tiene con sus seres queridos; por ello es importante ayudarlo desde

pequeño o una temprana edad para que prevalezca una mente sana.

En los últimos tiempos se han disparado enfermedades mentales infantiles que

tal vez no se conocen o quizá se han dejado pasar por alto, el hecho es que dichas

enfermedades están causando daños severos en la formación de los niños, y que

realmente es una situación preocupante que requiere de la mayor atención posible,

¿Qué es lo que está sucediendo? ¿Qué se está haciendo mal? ¿Quiénes pueden

hacer algo al respecto? Por ello con está presente investigación se pretende

responder a cada una de las interrogantes que como sociedad surgen, siendo un tema

bastante complicado e importante puesto que habla de aquellos tesoros más

preciados para la humanidad, los niños, ¿cómo es posible que quienes deberían estar

al pendiente y educarlos de una manera sana, estén logrando lo contrario?, y más

aún que se siga actuando de la misma manera.

La educación de los niños está en cada uno de los ejemplos, cuidados y

seguimiento que se les dé, es responsabilidad social, siendo ellos tan pequeños e

indefensos que requieren de una autoridad y figura paterna que les genere seguridad

y los enfrente a la vida como personas responsables y sanos, de lo contrario se estará

sembrando en ellos gérmenes mentales que den pie al nacimiento de ciertas

enfermedades mentales, de índole no hereditarias, como las que aquejan a los niños

hoy en día. Respecto a estas se verán desde su surgimiento, características y

alternativas para detenerlo y/o prevenirlas, adentrándose en todo lo relevante a ello,

conociendo un amplio universo de información necesaria.

XI
Es así como la presente investigación pretende dar a conocer todas estas

situaciones y poner a la luz las señales de alerta, para que aquellos pedagogos,

padres y tutores que estén a cargo de niños puedan concientizar estos aspectos,

manejarlos según sus alcances y/o canalizarlos para su pronto tratamiento y solución.

XII
JUSTIFICACIÓN

1
Un fenómeno de bastante relevancia el día de hoy, como su nombre lo dice

enfermedades mentales infantiles realmente preocupante ¿no? Y que se ha instalado

notablemente en los infantes, por ello es bastante importante estudiarlo, ya que

proporcionará a los profesionistas en el área de la educación conocimientos

importantes y ¿por qué no? trascendentes, conociendo desde los puntos clave que

detonan estas enfermedades y las consecuencias que conlleva en su entorno social,

académico, personal y familiar, para después dar a conocer todo lo referido al tema y

aportar a la sociedad estrategias de posibles soluciones. De esta manera tener las

habilidades necesarias para detectar cualquier situación y poder intervenir y servir de

apoyo para otras disciplinas que se relaciones con la educación, psicología, medicina

etcétera.

Este tema llama la atención de una manera rápida, ya que colma en todos los

sentidos, anteriormente en seminario de tesis se tuvo la oportunidad de estudiar una

enfermedad mental en particular (esquizofrenia) y se observó y se determinó que

padeciendo una enfermedad de esta índole es bastante complicado para relacionarse

con su entorno y más aún si el que lo padece es un niño, resultando más complicado

y desesperante, de ahí el surgimiento del interés por escarbar más de ello.

El elegir este tema fue difícil porque pretendía hacer una investigación que realmente

fuese apasionante y aportará algo nuevo desde una visión pedagógica. Conociendo

un poco de las enfermedades mentales y husmeando por redes sociales se dio el

encuentro este tema: Se ha denigrado un poco a la red social Facebook por ser una

distracción en cierto punto y adicción, pero es justo decir que fue allí donde se dio el

2
primer contacto con el tema que me daría pie a iniciar esta tesis, con el que se

pretende indagar y resaltar puntos importantes como investigadora y profesional.

3
OBJETIVOS

4
OBJETIVO GENERAL:

 Conocer las causas sobre el constante aumento de problemas de salud mental

en niños y cuales son cada una de ellas, además cómo es que influyen en el

ámbito familiar, educativo y social; y quiénes se ven involucrados activamente

en el caso, de la misma manera aportar algo positivo e información importante

para que esta situación no continúe en aumento.

OBJETIVOS ESPECÍFICOS:

 Identificar factores que participan en el desarrollo de enfermedades mentales

en los niños.

 Saber las características importantes de cada una de las enfermedades

infantiles.

 Comprender y dominar la información para dar a conocer y proporcionar

estrategias alternas y contribuir de manera productiva para detener tal tragedia

silenciosa.

5
PREGUNTAS DE INVESTIGACIÓN

6
 ¿Qué son las enfermedades mentales infantiles?

 ¿Cómo pueden detectarse en los niños?

 ¿Cuándo es momento para determinar que se tiene una enfermedad mental?

 ¿Cuáles son los factores que influyen en su aparición?

 ¿Qué medidas y estrategias son viables para mayor solución?

7
HIPÓTESIS

8
 La falta de atención de los padres hacia los hijos genera problemas mentales.

 La sobreprotección influye para que cada día existan padecimientos mentales.

 La alimentación y un descanso inadecuado son puntos clave para la

detonación de dicho problema.

 La tecnología forma parte del aumento de las enfermedades.

9
METODOLOGÍA

10
La presente tesis es una investigación que tiene por objeto describir las posibles

razones por las cuales en la actualidad se ha presentado una oleada de

enfermedades mentales en niños, desde el enfoque de la salud mental y empatándolo

con la ciencia pedagógica.

Los datos que se obtuvieron partieron de esfuerzos exhaustivos tras la exploración

de variada bibliografía referente al tema, por lo que el presente escrito es

fundamentalmente un panorama acerca de la información relevante de diversas

fuentes fidedignas sobre dichas agencias. La información aquí contenida tratará

íntegramente sobre lo encontrado en fuentes bibliográficas. La cuota colaborativa de

la tesista parte de la selección, análisis y categorización de la información con mayor

relevancia que contribuya al alcance de una visión más global sobre el tema. Dicho lo

anterior queda claro que el tipo de investigación que se pretende alcanzar es de clase

documental tipo exploratoria/descriptiva.

o Tipo de estudio

Como ya se mencionó en el final del párrafo anterior el estudio que se pretende

realizar es exploratoria/descriptiva ya que en este se busca definir las variables sin

profundizar en las características relacionales entre ellas, ya que resulta poco

conocido el contexto de investigación, de las variables y de sus relaciones, y al ser

esta una de las primeras aproximaciones al fenómeno planteado resulta de mayor

utilidad este abordaje.

11
Para la obtención de fuentes bibliográficas completas y confiables que dieran

como resultado la confección de información de mejor calidad se siguieron los

siguientes criterios:

o Confiabilidad

Acotando las fuentes de información a aquellas proveídas por organizaciones

con más tiempo y prestigio como lo son universidades, organizaciones

internacionales, instituciones públicas, agencias de noticias y revistas

indexadas.

También se buscó que la información proviniera de organizaciones neutrales,

es decir, que no tengan intereses directos en el asunto a tratar, evitando en

todo momento sitios de grupos de interés que pudieran ser tendenciosos.

En cuanto a individuos o autores se investigó si el que emite la información

tiene una trayectoria importante en su campo y cuenta con el reconocimiento

de sus colegas, buscando en todo momento evidencias y referencias de lo que

estos mismos afirmaban.

o Evidencias y referencias

Se seleccionaron fuentes de referencia que indicaran de dónde sacaron la

información, ya sea estudios, investigaciones o noticias a donde se pudiera

acudir a profundizar sobre su estudio, descartando con inmediatez a aquellas

fuentes de información que no ofrecieran este atributo.

12
o Lógica

Al leer la información se fijó para uso o descarte de fuentes que no incurrieran

en problemas lógicos, como que unas partes de la información contradijeran a

otras dentro de la misma fuente, que no hicieran generalizaciones a partir de

pocos datos particulares, que evitara asumir información supuesta como si

fuera verdadera o que llegara a conclusiones injustificadas intentando en todo

momento detectar falacias.

o Contraste

Siempre que fue posible se buscó información en más de una fuente,

destacando en que puestos diferían y en cuales existía coincidencia, para

verificar consenso.

Al enfrentarse a información exorbitante se buscó confirmación en otras

publicaciones para evitar la posibilidad de que sea una interpretación errónea

o incluso malintencionada.

13
MARCO TEÓRICO

14
CAPÍTULO I

LO NORMAL Y LO PATOLÓGICO

El asunto respecto a aquello que se considera normal o patológico es más

campo de las Ciencias Sociales (Pedagogía incluida) que, de las Ciencias Médicas,

ya que estas últimas se encuentran más abstraídas en estudiar sobre aquello que

15
pueden o no pueden hacer por sus pacientes dejando de lado el determinar si estos

son “normales” o “patológicos”.

Es importante decir que esta actitud pragmática se justifica completamente en

el campo de la medicina esto debido a la prontitud con la que deben tomar sus

decisiones, sin embargo, esto mismo no ocurre en las Ciencias Sociales las cuales

se encuentran ceñidas de problemas éticos, culturales, sociales, políticos, entre otros.

El médico, en la práctica de su especialidad, no puede dirigirse a su contexto,

que señala y detalla en parte su procedimiento en su labor. “El psiquiatra infantil se

halla interrogado por las mismas razones, pero anexa la inquietud frente al proceso

del niño y por el lugar familiar y social anticipando que este ocupa” (Henderson, 2007).

Particularmente, “[…] al psiquiatra infantil se le pide que investigue a un niño, que,

por lo general, decide por el mismo, se le solicita que modifique una conducta que es

señalada como inapropiada, para los familiares, la escuela, y sociedad, a partir de

una perspectiva externa y de adaptación” (Wilson, 2008). Por tanto, este médico

considera en su evaluación factores distintos como la:

 Capacidad de eminencia en un sector.

 Importancia de la energía defensiva.

 Flexibilidad o rigidez de un conjunto de procesos mentales.

 Evaluación del nivel de dificultad en función de la edad.

16
Las pautas de normalidad no pueden limitarse a un reconocimiento de conducta

que aliente la solicitud de la prueba, ni simplificar la explicación de los síntomas.

1.1 Problemas generales

Según Canguilhem (1977) citado en Aarón (1995), resulta evidente que lo normal

y lo patológico constituyen dos términos inseparables: uno no puede definirse sin el

otro. El problema es aún más difícil, a causa de la sencilla confusión fonética entre

los dos términos anormal del latín norma y anomalía del griego sin asperezas. Por lo

tanto, es recomendable determinar la similitud entre anomalía y anormal, y desde

luego lo patológico.

Se han encontrado probables conceptos de la palabra normal, y cada uno de ellos

alude a puntos de vista distintos.

 Lo normal se refiere a la salud, lo contrario a enfermedad.

 Lo normal como medida estadística.

 Lo normal como ideal a perseguir.

 Lo normal como método dinámico, la capacidad de volver a equilibrio.

“Confundir lo normal y la salud, hablar de anormal y enfermedad, forman

indudablemente una postura fija, que no se relacionan al impacto de la mayoría

de las enfermedades” (Enzenberg, 2009), por ejemplo, el diabético antes de una

descomposición o el asmático antes de una crisis son estupendamente normales,

a falta de síntomas. La enfermedad no puede aminorar los síntomas o el daño;

17
debe haber una posibilidad de recuperación, que es la que puede acercarnos a la

definición de la palabra normal como sistema.

Definir una relación entre lo normal y la media estadística, se refiere en primer

lugar a confundir lo anormal y la anomalía, es decir, “limitar a lo patológico con

todo lo que se encuentra en la media de la campana de Gauss1” (Damasio, 1995),

en este caso se puede decir que los de baja estatura o las personas dotadas en

el ámbito intelectual están consideradas como patológicas. En la psiquiatría es

indispensable tener en cuenta la presión cultural, por lo que toda conducta que se

aleje de la media corre el riesgo de llamarse anormal, por ende, durante la

actividad nazi en Francia todos los integrantes de la resistencia tendrían que haber

sido evaluados como anormales al igual que aquellos que se denominan

progresistas.

“Contemplar lo normal como un modelo o ideal significa establecer

rápidamente un sistema de valores y una normalidad como ejemplar, quizá aquella

que sueñan los políticos a padres de familia y educadores para sus niños”

(Duvignaud, 1983). Si bien este ideal se define por la sociedad, se podrá confundir

una vez más con la norma estadística. Si dicho ideal, se convierte en un sistema

de valor personal, (ideal del yo) se requerirá conocer su funcionamiento, ya que

en la actualidad se considera enfermedad de idealismo o patología narcisista, lo

que definiría a su vez un funcionamiento mental normal.

1La campana de Gauss es una representación gráfica de la distribución normal de un grupo


de datos, valores bajos, medios y altos con respecto a un determinado parámetro, de forma
acampanada y simétrica. (extraída de https://www.ecured.cu/Campana_de_Gauss).
18
Transformar lo normal en una técnica de adaptación para recuperar el equilibrio

necesario implica insertar una evaluación dinámica. Aunque, en el campo

psicosocial una definición de esta índole podría aminorar el significado de

normalidad a una situación de conformidad a lo que demanda la sociedad.

“La habilidad de adecuación o adaptabilidad, seria para algunos un mejor

criterio que la adaptación de sí mismos” (Freire, 2007). Sin embargo, se deben

definir los criterios de esta capacidad, con la amenaza insólita de expedir de nuevo

la definición de lo normal al concepto de media estadística o ideal.

Así como, no existe una definición sencilla y apropiada de lo normal. Cada uno

de los ámbitos de referencia presenta excepción en los que se indica una

patología. Por tanto, lo normal y patológico necesita uno del otro. “Dicha necesidad

de reproducción realiza una fundamental presión normativa, mientras que la

posibilidad de desarrollar involucra una variante aleatoria” (Cyrulnik, 2009).

No obstante, el médico no se enfrenta a un conflicto teórico más bien a una

preferencia práctica: frente a un paciente específico, ¿debe intervenirse o

detenerse de hacerlo? El psiquiatra infantil se enfrenta ante una disyuntiva más

que a un especialista, ya que el estado de salud del niño no facilita su estado de

salud en la edad adulta. El médico debe hallar otro proceso que vea más allá de

las conductas manifestadas.

1.2 Problema de lo normal y patológico en psiquiatría infantil

19
“Durante mucho tiempo la actividad de la paidopsiquiatría se limitó a la dar

terapias en consultorios particulares, lo referido a lo normal y patológico fue en

segundo término” (Cioran, 1988). En cambio, el notable crecimiento de esta

práctica y de su empleo en la salud mental, supone la falta de opción de

estrategias. Anteriormente resultaba necesario que los niños recibieran una

terapia de psicoanálisis como prevención. Esta situación comprendía un enorme

error en cuanto a la mente del niño, mismo que se corrigió por causas en el

psicoanálisis y la educación. Sin embargo, “en la actualidad la salud mental debe

estar atenta, no de su efecto en el ámbito comercial sino, de su eficacia” (Barudy,

2009). Por ello algunos resultados estadísticos deben invitar a la reflexión.

La frecuencia de las habilidades llamadas límites cambia en cuanto a la edad.

Así como también reduce de manera considerable en la edad adulta, esto podría

decir ¿que la inteligencia aumenta con la edad? O quiere decir ¿Qué los resultados

en los niños solo tienen en cuenta su estado de salud? Hablando en términos más

técnicos no se refiere solo al acto de asistir a la escuela lo que se denomina a una

cierta cantidad de niños como débiles.

“La constante y diferente proporción de sexos en una población analizada por

la psiquiatría resulta un tema importante en un porcentaje como 70% en niños y

un 30% en niñas” (Barudy, 2009). De esto se podría decir que los niños son más

probables de adquirir una patología, o bien, que lo normal corresponde a las

capacidades y necesidades de las niñas. “Este conflicto es mucho más complejo,

pues en la edad adulta este porcentaje aumenta más en las mujeres” (Barudy,

2009).

20
Esto va más allá que un simple enfoque individual, puesto que estas

constantes estadísticas revelan el campo de actividad paidosiquiatra. De esta

manera ¿los niños que asisten a un especialista, representan la futura clientela

activa en consultas al psiquiatra de adultos o de pacientes diferentes? Sin duda

los estudios revelan que la segunda hipótesis es la más viable.

Después de ello se conocen nuevas interrogantes ¿es responsabilidad del

especialista la obtención de resultados con eficacia? ¿La continua visita de niños

de manera temporal no se acopla a lo que demandan los padres y pedagogos? Y

¿Qué después de ello serían adultos con buena salud mental? Estas preguntas

son importantes cuando se habla de una buena salud mental en la ciudadanía.

Por otro lado, cuando se habla de un niño en específico, la conclusión de lo

normal y patológico debe formularse de manera diferente. Es necesario identificar

los síntomas, observar su efecto e intentar canalizarlo de manera correcta, por

último esta canalización debe hacerse de manera adaptable en el marco de una

evolución genética y su entorno del niño. “Ya que toda intervención en psiquiatría

infantil debe estar fundamentada en un método de evaluación: sintomática,

estructural, genética y ambiental” (Milicic, 2000). .

21
CAPÍTULO II

SITUACIONES MARGINALES PROVOCAN LA APARICIÓN DE

ENFERMEDADES MENTALES EN LOS INFANTES

22
El estrés de la pobreza puede provocar problemas graves en la salud mental de los

niños.

La agencia de Qualitat Avaluacio Snitaries, Aquas, citada en Bronfenbrenner (2007)

da a conocer que las hospitalizaciones por problemas mentales cada vez son más

comunes, han aumentado entre menores de 15 años en condiciones de pobreza. Ana

Garcia Altes, citada en Arango (2016) afirma en su trabajo realizado respecto al

impacto de la pobreza en la salud mental de niños, en el hospital Sant Joam de Deu,

que el 29% de los infantes y adolescentes con carencias tienen mayor probabilidad

de experimentar una enfermedad de esta magnitud. Según Montserrat Dolz, citada

en Cyrulnik (2009) responsable de la salud mental infantil y juvenil del hospital de San

Mateo en Madrid, asegura que el estrés genera el nacimiento de estas enfermedades.

Siendo una situación en ciclo: puesto que los niños crecen en un ambiente bajo estrés

progresivo por solucionar lo más básico, comer y vivir en algún lugar. “El tiempo para

la tranquilidad no existe, no hay tiempo para el juego y mucho menos dedicarles su

23
atención lejos de cumplir con esas necesidades” (Barundy, 2009). No hay ningún

estímulo, ni la menor preocupación de preguntar cómo es que van en la escuela,

sobre sus notas, a su vez, no hay interés por sus buenos hábitos. Y todo ello conlleva

a un trastorno mental.

Dolz citada en Cyrulnik (2009) comunica que los niños no crecen de manera adecuada

con el estrés, su capacidad para madurar es mala, ya que su habilidad para adaptarse

a él se altera. Hablando en términos más generales y específicos la cortisol 2 estará

alto y su reacción va directamente al neurodesarrollo del lenguaje y flexibilidad

cognitiva. De la misma manera son más que la media los tratamientos para el Déficit

de Atención e Hiperactividad, en casos de los niños en condición de pobreza. Esto es

un claro ejemplo de que existen problemas en el neurodesarrollo siendo esto más

delicado hay que hablarse con delicadeza.

Es por ello que debe de atenderse lo más pronto posible la malnutrición y sus causas.

Los niños están siendo adaptados a la compra de alimentos, sin siquiera reconocer

sus padres de familia que es mucho mejor un guiso, que un frito.

Es notorio que el problema se ha instalado de manera importante con secuelas que

durarán, lo que perjudica los derechos de los niños y por ende su futuro. Por ello se

exige que se intervenga de manera integral en todos los entornos en los que el niño

convive a diario y pidiendo recursos para atacar la pobreza, dando prioridad a las

familias que más necesitan.

2
El cortisol es una hormona esteroidea, o glucocorticoide, producida por la glándula
suprarrenal. Se libera como respuesta al estrés y a un nivel bajo de glucocorticoides en la
sangre. (Extraído de: https://es.wikipedia.org/wiki/Cortisol).
24
25
CAPÍTULO III

LA ALZA EN EL DIAGNÓSTICO DE LAS ENFERMEDADES MENTALES:

SITUACIÓN INQUIETANTE PARA LOS ESPECIALISTAS

La siguiente historia extraída de Jackson (2013) servirá como preámbulo analítico

para desmembrar cómo la pobreza puede generar mayor prevalencia hacia el

padecimiento de las enfermedades mentales, razón por la cual se pide mostrar

especial atención al mismo:

Después de cinco tratamientos fallidos de fecundación María de los Ángeles y su

esposo, deciden adoptar. Hace ya casi una década en Ucrania era difícil adoptar

rápidamente, aun después de esto no sabían el problema que iba a venir. Lo que les

habían platicado en España no era nada igual a lo que se estaba presentado. Al llegar

26
al orfanato fue una sensación inexplicable, había más de 200 niños, pero el silencio

en ese lugar era total. En el orfanato había más de 200 niños, pero no se oían llantos

ni risas, había un absoluto silencio. De esta manera eligieron a Nacho, un niño de tres

años y medio al que estaba intranquilo, aunque menor a los que estaban a su

alrededor, parecía de un año y medio. Apenas si hablaba, no podía subir escaleras,

ni conocía un libro, ni siquiera sabía su nombre, su madre sufrió una depresión, y

tenían poco dinero lo llevaron rápidamente al colegio pero no sabía comportarse con

nadie, todos se quejaban de él, no entendían que hacer. De ahí la idea de ir a

hospitales de Madrid e inspección de Educación, hasta que consiguió un diagnóstico

sobre Nacho. El niño que en la actualidad tiene 12 años tiene problemas de salud

mental, es decir un trastorno que se asocia al trastorno por Déficit de Atención y una

discapacidad intelectual leve.

3.1 Un problema en aumento

La historia de Nacho es ahora una alerta de que cada vez existen más trastornos de

salud mental en niños y adolescentes, mismos que no hacen más que ir en aumento

en los últimos años. Según Marcelli (2015) quien menciona que a pesar de no existir

estudios totalmente actualizados, varios estudios anteriores han dado la cifra de entre

el 7 y el 25% de menores que presentan criterios para darles el diagnóstico

psiquiátrico. Arango (2016) también habla de que el 10% de niños y el 6 % de niñas

entre una edad de 5 y 11º años presentan problemas psiquiátricos, y agrega que

estas cifras van en aumento entre el 13% y 10% entre los 11 y 15 años.

Arango explica que la situación es alarmante puesto que va en aumento en varias

comunidades, aunque la cantidad varía.

27
3.2 ¿Qué hay detrás de este aumento?

Pero que hay detrás de este aumento, no se han podido definir las acusas de este

gran aumento, los menores han sido testigos de muchas situaciones familiares

realmente problemáticas, de esta manera les han generado trastornos de ansiedad o

problemas comunes de sueño, asimismo Bronfenbrenner (2007) afirma que este

factor también se encuentra en aumento debido la influencia del internet y redes

sociales respecto al ciberbullying, como por ejemplo las invitaciones a suicidarse y el

negamiento de trastornos, así como también el mal uso de las tecnologías.

María Rueda, profesora de psicología de la Universidad a Distancia de Madrid, citada

en Marcelli (2015) cree que además de esta oleada, existen resultados nuevos de

diagnóstico precoz y una mayor cantidad y menor estigma de esta enfermedad. Pero

da a conocer que el estrés causado por circunstancias como esa constituye a

favorecer la probabilidad.

3.3 No es fantasía, es delirio

Se dice que no es fantasía, sino delirio, puesto que el primer problema cuando

aparece un trastorno es que se demora en diagnosticarse, a los padres les cuesta

trabajo aceptar que su hijo está enfermo y prefieren decir que es un mal educado por

su comportamiento, por ello es que se le dice que confunden los delirios con fantasías

de niños, asegura Manzano (2016). Para ello es necesario tener un vínculo de

28
comunicación con los niños; se les debe dedicar tiempo y escucharles es la manera

más sencilla de saber qué es lo que les pasa.

Es muy probable que el diagnóstico sea más rápido en los hermanos pequeños que

en los primogénitos, para detectarse Arango (2016) menciona algunas pistas, si el

problema es de nacimiento debe estar atento a las señales de su desarrollo evolutivo,

es decir el mes en el que el niño empieza a gesticular y hacer algún movimiento, esto

perjudica a los primerizos y esto hace que su diagnóstico se tarde más que cuando

son hermanos pequeños. También se debe ser precavido y tomarlo como alarma

cada uno de los cambios en los niños, es decir, si antes le gustaba algo y ahora no,

estar pendiente de su comportamiento habitual y cuando ya no lo hace como

normalmente lo realizaba. Cuando se tenga alguna señal de alarma por la edad debe

canalizarse primero con un pediatra que es el especialista en su desarrollo infantil, él

es quien debe dar un veredicto para poder canalizarlo con un especialista a

profundidad y así poder dar un diagnóstico.

3.4 La importancia del diagnóstico precoz

Por otro lado, es demasiado importante dar un diagnóstico precoz o a tiempo, ya que

es esencial en problemas de salud mental. Ya que esto dará pie a posibles trastornos

graves o capacidades diferentes en el niño respecto a su edad. Cuando se habla de

trastornos se podría decir que también presenta un problema de aprendizaje, puesto

que la mayoría de enfermedades de esta índole está acompañada de uno, “[…] es

29
por ello que debe determinarse antes de los 12 años de edad, de lo contrario después

será más difícil detectarlo y a su vez darle solución” (Cerda, 1998) . Al detectarse

antes de los 8 años de edad, y gracias a este oportuno diagnóstico se puede evitar

problemas de personalidad, hasta prevenir que se conviertan en delincuentes. De

esta manera se les asegura un buen trabajo y una vida plena con un futuro feliz.

“Las corrientes psicopedagógicas moderas sugieren evitan al límite tratarlos con

fármacos y se sustentan en el trabajo de psicoterapia” (Ezenberg ,2009). Para ello

deben integrarse psiquiatras, neurólogos, psicólogos, psicopedagogos, logopeda,

médicos en rehabilitación o fisioterapeuta, de esta manera se atiende de manera más

coordinada.

Lo más gratificante es poder controlar sus emociones y su conducta.

3.5 El cerebro de los infantes, tiende a la flexibilidad, razón por la cual es más

abierto a la psicoterapia que vuelve menos necesarios los fármacos

“Con los adultos es más recomendable utilizar fármacos, al contrario, con los niños

se debe aprovechar que su cerebro es flexible y está en desarrollo” (Marcelli, 2015),

y así se consiguen grandes cosas. Ahora en la mayoría de los países de primer

mundo la prevención ya es una asignatura, con programas de prevención.

Una de las primeras atenciones es a los hijos de los enfermos mentales, ya que estos

son los primeros en desarrollar una enfermedad mental.

30
Por ejemplo, “En España las decisiones se fundamentan en lo político en lugar de en

los crudos y fríos datos, en Reino Unido es lo contrario se realizaron estudios en los

que se confirma que la prevención en la salud mental es coste- eficiente y se

establece como fundamental la intervención temprana en psicosis” (Cerda, 1998). De

esta manera resultan ser efectivas en la disminución de suicidios e impacto en la

calidad de vida.

CAPÍTULO IV

EL MERCADEO DE LA PSIQUIATRÍA

31
Tras la revisión del DSM-53 se puede verificar que las rabietas de los niños han

sido incluidas en dicho manual de Psiquiatría, considerándose (según sus criterios)

patológico que el infante presente más de tres rabietas a la semana durante un año,

provocando con ello que todos los niños, prácticamente, padezcan unos trastornos

mentales.

Apartándose de las rabietas, en un informe que realizado por el Centro para el

Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de los Estados Unidos en el año

2013, citado en Arango (2016) se quiso cuantificar los trastornos mentales de los

niños y los frutos de dicho estudios son muy sorprendentes:

Uno de cada cinco niños presenta un trastorno de salud mental, en lo que

aparenta más un muy lucrativo negocio para psiquiatras y farmacéuticas que un

auténtico indicio de la realidad.

El informe fue publicado en mayo de 2013 y se encuentra centrado en los

diagnósticos de seis áreas, para niños de 3 a 17 años:

3Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales en su última versión publicada en Mayo del
2013.
32
 El trastorno por déficit de atención con hiperactividad o TDAH, que es el

padecimiento con mayor incidencia diagnóstica.

 Los trastornos de conducta.

 Los trastornos del estado de ánimo y de ansiedad.

 Los trastornos del espectro autista y el síndrome de Tourette.

Como ya se mencionó, el trastorno más basto es el TDAH, ya que el 7% de los

niños lo experimentan o, dicho de mejor forma, han sido diagnosticados, según el

Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE.UU.

 A continuación, le siguen los trastornos de conducta, que llegan al 3,5%

de los infantes.

 Los trastornos de ansiedad, que perjudican al 3%.

 Los síntomas de depresión, que agravian al 2%.

 El autismo, que lo padecen el 1% de los niños y:

 El síndrome de Tourette, que impacta a 2 de cada 1.000 niños.

En lo tocante a los adolescentes, que forman parte, también, de esa fracción

de 3 a 17 años:

 El 5% presentó abuso o dependencia de drogas ilegales en por lo

menos el año previo.

 Revasante al 4% se extralimitaban del alcohol y;

33
 Cerca del 3% fumaban de manera regular (parece ser que beber y

fumar, según DSM se considera parte de los trastornos de salud

mental).

Conforme a lo expuesto por dicha investigación se sugiere que los trastornos

conocen de diferencias de género sexual, pues los jóvenes masculinos son más

proclives al padecimiento de TDAH, problemas conductuales, trastornos del espectro

autista, a experimentar de ansiedad y a padecer el síndrome de Tourette, encima de

fumar más y mostrar mayor peligro de suicidio, mientras que las féminas

experimentan mayor sintomatología depresiva y presentan mayor peligro de

experimentar algún trastorno con el consumo del alcohol.

Aun cuando este es el primer informe que se presenta en dirección a esta

correspondencia, el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC)

tiene ya bastante transcurso de tiempo reuniendo apuntes vinculados con las

enfermedades mentales, según afirma Arango (2016) y debido a ello logran realizar

tan significantes comparaciones.

Conforme a los expuesto por Ruth Perou, citado en Arango (2016) quien se

presenta como la líder del equipo de trabajo de estudios del desarrollo infantil de los

CDS, menciona que: “Vemos que se ha producido un aumento de muchos trastornos

mentales, sobretodo el TDAH y el autismo [...] No sabemos si se debe a una mayor

concienciación o si realmente se está produciendo un aumento de estos trastornos.”

La afirmación recién expuesta puede llevar a conjeturar que:

34
 Por lo tanto, cada vez hay más niños con trastornos de salud mental,

hasta el punto que uno de cada cinco tiene algo, cifra escandalosa a

más no poder;

 Y, si no fuese así, quizá los psiquiatras se encuentran cada vez más

concienciados con dichas trastorno y van distribuyendo diagnósticos a

cuanto niño presenta mínimos síntomas.

Siguiendo con estos datos que llevan a suponer que en una clase de 40 niños

ocho de la misma padecen de algún trastorno mental, por lo tanto en una primaria

común con seis grupos cada uno de 40 alumnos en el total de su plantilla dicente 48

de ello carece de salud mental, ¡dato alarmante! O quizá ¡irreal! Producto de

diagnósticos exagerados o apresurados de especialistas en salud mental sin

auténtica visión clínica.

Adicionalmente, Ruth Perou citada en Arango (2016) afirma que estas condiciones

mentales anómalas se detectan cada vez con mayor anticipación: “La buena noticia

es que los trastornos mentales se pueden diagnosticar y tratar. Si actuamos pronto,

realmente podemos cambiar las cosas en la vida de los niños y sus familias en

general.”

Y a juicio de lo expuesto en este trabajo, es verdad que en aquellos casos en los que

verdaderamente se encontrase un auténtico trastorno de salud mental. Entre más

rápido se comience a trabajar, mejor el pronóstico de mejora. Ahora bien,

considerando que gran parte de los infantes con diagnóstico anómalo es fallido, y

35
presentan sólo algún proceso con cierto desequilibrio anormal producto del natural

desarrollo humano que tan sólo requiere apoyo o atención (como ciertos síntomas de

ansiedad, depresión, o los mal llamados -en su mayoría- trastornos de conducta, e

inclusive ciertos casos de TDAH que no lo son, entre otros) y que se les ha etiquetado

como “patologías”, todo aparenta que dicho acto de “diagnosticar y tratar” obedece a

factores netamente económicos.

No hay que negar que la sociedad en su conjunto se encuentra en crisis y que ello

puede potencia la aparición de mayores desajustes mentales en nuestro contexto,

incluyendo a los niños, sin embargo muchas críticas fundamentadas vislumbran la

actualidad de la psiquiatría infantil como un negocio con altos réditos, esto debido a

que muchos procesos normales de la infancia, desde la visión de la ciencia de la salud

mental, están siendo diagnosticados y tratados, lo que puede llevar a una

hipermedicación de los sí enfermos e inclusive la medicación también de los sanos.

4.1 Psiquiatría y mercadotecnia

“Veinte millones de niños son diagnosticados con -desórdenes mentales-

basándose solamente en un listado de conducta supuestamente anómalas. No hay

medidor alguno (ni escáneres cerebrales, ni radiografías, ni pruebas genéticas

tampoco de sangre) que demuestre que padecen de cierto desorden mental”

(Bronfenbrenner, 2007) A pesar de ello, a los niños se les recetan medicamentos

psiquiátricos de alta peligrosidad (drogas, al fin de cuentas) que colocan al sujeto que

las recibe en riesgo. Cabe destacar que la prescripción de drogas infantiles es una

industria de 4.8 mil millones de dólares al año, esto según cifras de la Comisión de

36
Ciudadanos por los Derechos Humanos Internacional (CCHR – int, 2015) citado en

Arango (2016).

4.2 Carencia de pruebas que demuestren que los trastornos mentales sean

condiciones médicas: la diagnosis psiquiátrica se establece en base a solo la

observancia subjetiva del profesional

Según la CCHR (2015) citada en Arango (2016) la industria farmacológica

gasta cantidades ingentes cada año con el objetivo de persuadir a la población, a los

legisladores y a los periodistas de que los desórdenes psiquiátricos tales como el

trastorno bipolar, la depresión, el TDAH (Trastorno por Déficit de Atención e

Hiperactividad), el trastorno por estrés postraumático, entre otros, son enfermedades,

tales como las condiciones médicas comprobables por medios fácticos y no por

someras observaciones, como lo son el cáncer, la diabetes y las enfermedades

cardíacas.

Esto aparenta ser solo una forma para mantener control sobre la industria del

medicamento psiquiátrico (droga al fin de cuentas), que según cifras de la CCHR

(2015) citada en Arango (2016) llega a facturar cada año 84 mil millones de dólares

basándose en la comercialización, más no así en la ciencia.

37
Ante esto, conviene nuevamente resaltar que a diferencia de la enfermedad

médica real, sobre los trastornos psiquiátricos no existen pruebas científicas que

corroboren la existencia de las mismas.

No obstante de los diversos intentos por demostrar, durante años, que los trastornos

mentales competen a factores biológicos del cerebro, por causa de desequilibrios

químicos o circunstancias genéticas, la psiquiatría no ha logrado demostrar que por

lo menos uno de los cientos de los mencionados trastornos mentales se deba a

defectos o “desequilibrios químicos” del cerebro, quedándose en meras conjeturas

respecto a su etiología4, ello según afirmaciones de Bronfernbrenner (2007).

Para paliar esta deficiencia tan evidente en su búsqueda por la medicación de

comportamientos, “[…] los fabricantes de fármacos psiquiátricos esbozan que hay

determinadas condiciones médicas que no exponen en pruebas verificables, de tal

forma que debido a ello tampoco las hay para la mayoría de las -enfermedades

mentales -“ (Arango, 2016).

Esto es, claramente, un argumento muy débil, ya que si bien es cierto que

puede haber ciertas condiciones médicas extremadamente raras que no cuentan con

claras evidencias médicas verificables, no existe ningún trastorno psiquiátrico que

realmente se pueda verificar médicamente como una anomalía corporal o

enfermedad. Ni uno solo.

4
Etiología: Estudio sobre las causas de las cosas; parte de la medicina que estudia el origen o las causas de las
enfermedades.
38
De facto, los “escáneres cerebrales” a los que han estado usando como prueba

base de que la esquizofrenia o inclusive la depresión son efectivamente

enfermedades del cerebro, estas son simplemente falacias. “La inmensa mayoría de

estos escáneres fueron trabajados con aquellos pacientes que se encontraban con

tratamiento de fármacos psiquiátricos” (Enzenberg, 2009).

La mayoría de estos escáneres han sido llevados a cabo en pacientes que

estaban bajo tratamiento con fármacos5 psiquiátricos, este es el caso de los

antipsicóticos (de los cuales hay diversos estudios que demuestras que estos causan

atrofia6 cerebral), según afirma Arango (2016) y Marcelli (2015).

“Otros estudios cerebrales evidenciaron cerebros de niños más pequeños

como medio de comparación con otros más grandes –que correspondían a niños

mayores– y entonces se confirmó que los niños con TDAH tenían cerebros más

pequeños” (Arango, 2016 & Marcelli 2015). Ningún dispositivo cerebral ha probado

afirmativamente que los trastornos mentales se originan de anomalías del cerebro.

Si efectivamente existieran dichos estudios cerebrales comprobados, o si algún

examen médico o prueba científica demostrara una anormalidad física/médica a

causa de un trastorno psiquiátrico, no existiera duda alguna de que los pacientes se

sometieran a exámenes antes de suministrarse medicamentos psiquiátricos.

5 Fármaco: aquella sustancia química purificada que se utiliza para el tratamiento, la cura,
la prevención o el diagnóstico de alguna enfermedad o también para inhibir la aparición de
un proceso fisiológico no deseado.
(Extraído de: https://www.definicionabc.com/salud/farmaco.php)
6 Atrofia: disminución del volumen o tamaño de un órgano o de un tejido orgánico debido a

causas fisiológicas o patológicas).


(Extraído de: https://es.oxforddictionaries.com/definition/atrofia)
39
Esto es real: No hay pruebas genéticas, ni estudios cerebrales,

de desequilibrio químico, ni análisis de sangre, ni rayos X que puedan

demostrar científica o médicamente que un trastorno psiquiátrico sea de carácter

médico.

“Mientras que las enfermedades reales se descubren en los laboratorios, los

trastornos psiquiátricos los inventa un comité que vota para decidir si existen o no”

(Giménez, 2004).

4.3 Si la persona se deprimiese, siente tristeza, experimenta ansiedad e incluso

se comporta de manera psicótica, esto no constituye que se encuentre en

estado de enfermedad mental

Nadie dice que las personas no se deprimen, o no se sienten tristes,

preocupadas, ansiosas, nerviosas o que a veces actúen como psicóticas. La cuestión

es, que: ¿se debe esto a alguna “enfermedad” mental que puede ser comprobada de

la misma manera que el cáncer u otra situación médica real? Y la respuesta seria NO,

según afirma Giménez (2004).

Por ejemplo, ¿si un soldado que regresa de un conflicto armado experimentará

ansiedad extrema y frecuentemente se debilitará? Sí. ¿Hay algo que no funciona bien

en su cerebro? No; es solamente la vivencia de la guerra.

40
¿Los niños pueden distraerse con facilidad y no prestar atención? Desde

tiempos atrás, la respuesta ha sido sí. No obstante, la psiquiatría ha etiquetado estas

conductas infantiles como “enfermedades mentales”.

Lo mismo ocurre con las madres. ¿Puede una madre angustiarse después de

vivir un episodio que es motivo de alegría, como el nacimiento de un hijo? Sí. ¿Es una

anormalidad cerebral o enfermedad mental? No. Y ¿sería entonces la solución más

humana poner a estas personas en tratamiento con fármaco que organismos

regulatorios internacionales como la CCHR Internacional the Mental Health Wathcdog

(citado en Arango, 2016) han documentado que causan manía, psicosis, el

empeoramiento de la depresión, ataque cardíaco, accidente cerebrovascular y muerte

súbita? ¿Sería la mejor solución que las mujeres embarazadas corran el riesgo de

causar defectos o daños congénitos a sus hijos, al prescribírseles drogas tan

potentes?

Esto también es cierto de las personas diagnosticadas como esquizofrénicas.

“No hay ningún examen médico que verifique que alguien padece la anomalía

cerebral o la condición médica de esquizofrenia” (Marcelli, 2015). Y si bien nadie niega

que las personas se vuelven psicóticas, lo cierto es que no hay evidencia biológica

que demuestre que la esquizofrenia es una enfermedad cerebral ni que proceda de

una anormalidad química.

Tomando en cuenta lo siguiente: si una persona se vuelve psicótica o

irracional, ¿entonces la causa es un problema médico (no psiquiátrico) subyacente?

¿Por qué un estudio de seguimiento múltiple llevado a cabo por Martin Harrow y

41
Thomas H. Jobe (2001) citado en Giménez (2004) durante un cierto

periodo concluyo con un porcentaje de recuperación del 40% de los diagnosticados

con esquizofrenia que no tomaron tratamiento farmacéutico, al contrario de los que

sí lo hicieron logrando la recuperación de un 5% de? Entonces, ¿Qué pasó con la

“enfermedad cerebral”? ¿Se desapareció, fácilmente?

Por otra parte, si estos sujetos lograron recuperarse de un estado mental como

tal, la pregunta vital sería, ¿merecen que el adjetivo calificativo de la “esquizofrenia”

continúe formando parte del expediente médico personal?, sobre todo ¿durante toda

su vida? Es muy relevante pensar en ello.

Para entender esta situación es conveniente trasladarse a un ejemplo paralelo,

con el uso de la imaginación hágase el intento de situarse como un sujeto que padece

de obesidad mórbida7, un sobre peso extremo. Al paso del tiempo, con mucho

esfuerzo y dedicación se logra perder todo ese peso extra, por lo que se logra salir de

dicho estado de obesidad. Pero, a pesar de ello, el expediente médico del sujeto

continuo afirmando que aún padece de dicha obesidad.

Y si la esquizofrenia es efectivamente una “patología8”, por encima del hecho

de que no hay evidencia médica o biológica alguna (es importante resaltar que no se

ha referido especulaciones ni teorías, sino evidencia), entonces ¿a razón de que el

psiquiatra Loren Mosher, citado en Arango (2016) – quien fuese Jefe de Investigación

7 Mórbida: que es indicio o causa de enfermedad.


8
Patología: parte de la medicina que estudia los trastornos anatómicos y fisiológicos de los
tejidos y los órganos enfermos, así como los síntomas y signos a través de los cuales se
manifiestan las enfermedades y las causas que las producen.
(Extraído de: https://es.oxforddictionaries.com/definicion/patologia).
42
de la Esquizofrenia del Instituto Nacional de Salud Mental (NIMH)– expresó

francamente la no existencia de factores biológicos de esquizofrenia como patología

ni disfunción cerebral?, Y ¿debido a que la industria de la salud mental no tomó dichos

trabajos de investigación con resultados por dos años que presentan que los sujetos

con diagnóstico de esquizofrenia logran recuperarse en ausencia de medicamentos?

¿Será porque con ellos se estaría demostrado que la recuperación es factible,

echando por tierra la teoría de que algo andaba mal con su cerebro? ¿O fue el hecho

de que estos sujetos recuperaron la salud sin el uso fármaco alguno, colocando así

en riesgo una industria farmacéutica con ganancias multimillonaria? Posiblemente

ello explica que Mosher fue cesado de su cargo en NIMH, según cita Arango (2016).

4.4 Los anuncios mediáticos de “alto al estigma de la enfermedad mental” es

auspiciada por… las compañías farmacéuticas

Con una agenda con apariencia de generosidad, la verdad de tras de ellos es

que dichas campañas con las supuestas intenciones por erradicar el “estigma9” de la

enfermedad mental es propulsada y pagada con recursos de aquellos que lucran de

que cada vez más y más seres humanos se diagnostiquen con trastornos mentales:

las empresas farmacológicas, la misma psiquiatría y los grupos costeados por

farmacéuticas, como lo son el NAMI (National Alliance on Mental Illness / Alianza

nacional de Enfermedades Mentales) y el CHADD (Children & Adults with ADHD /

Niños y Adultos con Trastorno por déficit de Atención e Hiperactividad), por mencionar

sólo algunos. A manera de ejemplificar, los “patrocinadores” de la publicidad de NAMI

para cesar “el estigma” y “acabar con la discriminación” que se dirige hacia los sujetos

9
Estigma: señal no física que constituye una deshonra para alguien y que provoca rechazo
social. (Extraído de: https://es.oxforddictionaries.com/definicion/estigma).
43
padecientes de enfermedades mentales, fueron los laboratorios Abbott, Bristol-Myers

Squibb, Eli Lilly, Janssen, Pfizer, Novartis, SmithKline Beecham y Wyeth- Ayerst.

La realidad es que la “estigmatización” es producto precisamente de aquellos

que sacan provecho de que los sujetos sean etiquetados, calificados y/o

estigmatizados con trastornos mentales careciendo de auténticas evidencias médicas

y/o pruebas biológicas. A continuación mostraremos algunos ejemplos:

 Si usted muestra conductas rebeldes, se le etiquetará con la marca de

“trastorno negativista desafiante10”.

 Si su hijo se comporta como lo haría cualquier niño con falta de límites,

es calificado con la marca “TDAH11“.

 Si experimenta tristeza o infelicidad (inclusive con cierta temporalidad),

su marca estigmática será “depresivo12” o “trastorno bipolar13”.

 Si su conducta habitual remarca timidez, se le etiqueta con “trastorno de

ansiedad social14”.

Cabe resaltar que si a un sujeto se le diagnóstica, dicho estigma lo llevará cargando

de por vida, ya que dichas etiquetas que se basan tan solo en opiniones diagnósticas,

serán ahora parte del expediente médico personal, esto inclusive tras la carencia de

evidencias médica que demuestre la existencia de “auténticos enfermos mentales”.

10 Para ver el cuadro diagnóstico del Trastorno Negativista Desafiante dirigirse a anexo 1.
11 Para ver el cuadro diagnóstico del Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad
dirigirse a anexo 2.
12 Para ver el cuadro diagnóstico del Depresión dirigirse a anexo 3.
13 Para ver el cuadro diagnóstico de Trastorno Bipolar dirigirse a anexo 4.
14 Para ver el cuadro diagnóstico de Trastorno de Ansiedad Social dirigirse a anexo 5.

44
4.5 Los calificativos psiquiátricos son el conflicto

Cada vez más personas notan que sólo es necesario que un infante muestre

conductas inquietas, o pierda sus útiles escolares o juguetes –ambos, incluidos dentro

de los criterios diagnósticos de “TDAH” del DSM V-, lo cual no significa que esto sean

muestras de desequilibrio mental. De hecho, cada vez hay más voces que afirman

que los niños bajo el diagnóstico de “TDAH” en realidad son síntomas producto de

envenenamiento por plomo, algunos otros por alergias, otros más por mala

alimentación o poca destreza en la lectura y no de una alteración mental (Arango,

2016, Marcelli, 2015; Enzenberg,2009). El problema real es que continúan utilizando

las etiquetas psiquiátricas, el TDAH, que continua estigmatizando al niño como

“enfermo mental.”

De facto, si un infante experimenta envenenamiento por plomo, entonces,

¿Para qué no llamarle de dicha forma? Si no se le instruye correctamente para la

lectura, ¿por qué no simplemente decir que le falta instrucción adecuada en esa área

de su desarrollo? Algo similar puede comentarse de todos los estados diagnósticos

psiquiátricos, ya prácticamente todos estigmatizan a los sujetos a los cuales se les

etiqueta.

“Bajo esta perspectiva los diagnósticos psiquiátricos son meramente una faja

de conductas que los especialistas en salud mental han compilado en listas más

pequeñas; dándoles nombre, adicionándoles el término “desorden” al comienzo de


45
estas” (Jackson, 2013); y han deliberado a través de consensos organizados por si

mismos para incluirles en el Manual Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales

(DSM), dándole la connotación de trastorno “legítimo.”

Siguiendo con esta visión dicha forma de generar trastornos terminaría siendo

un gran negocio, y ello sin acercarse un poco a un auténtico y legítimo diagnóstico. Al

menos no en un contexto médico o científico, más si en un contexto con fines

lucrativos meramente. Ello conllevaría que estos listados de comportamientos que

dan surgimiento a nuevos “trastornos por diagnosticar” son la base de cantidades

millonarias de dólares facturados por la industria farmacéutica. Para englobar el

anterior comentario conviene recordar que en los tiempos actuales sino existe

etiqueta psiquiátrica, no se prescribe ningún fármaco.

Concluyendo con esta óptica, hasta que se deje de usar estas etiquetas, el cual

su significado real no sería otra cosa que lo que un psiquiatra determinó que es una

“enfermedad mental” nunca se logrará liberarse de dichos estigmas. Ya que dichas

etiquetas estarían respaldadas por intereses del gremio farmacéutico y no así por la

medicina, no por la ciencia.

4.6 La medicación psiquiátrica resulta ser un gran negocio

Según se expone en diversas fuentes que critican las prácticas psiquiátricas

con ausencia de ética, (Arango; 2016; Barudy, 1998; Duvignaud, 1983; Marcelli, 2015;

Giménez, 2004) la razón primordial por la que las personas consumen medicación

46
psiquiátrica es porque se les ha dogmatizado para creer que padecen de alguna

condición señalada como “trastorno psiquiátrico” justificando de este modo su

tratamiento con fármacos. Logrando con ello una campaña de marketing excelsa,

pero carente de bases científicas.

Cualquier narcótico modifica el comportamiento o los estados de ánimo, ya sea

cocaína, alcohol, marihuana o heroína. Esto puede llevar a pensar que alguien que

se comporta o se siente diferente tras consumir cocaína es debido a que tiene un

desequilibrio de cocaína que la cocaína ha corregido. Significa que las drogas

modifican el humor, las emociones y el comportamiento.

Sin embargo, pese a que el consumo de drogas ilícitas es globalmente visto de mala

forma como uno de los peores medios para la solución de aquel sujeto que enfrenta

problemas, los fármacos de índole psiquiátricos se exhiben como las drogas “buenas”,

esto a pesar de poder llegar a ser mucho más adictivas que la cocaína o la heroína,

y de provocar efectos secundarios que compiten con las drogas más “duras” de las

calles, como lo son el LSD, la heroína o el crack.

4.7 Sitios de interés para consultar datos sobre el riesgo del consumo de drogas

psiquiátricas y sus efectos adversos

A razón de que el público ha sido manipulado por la industria farmacéutica,

(según la postura tomada para fines del entendimiento de este capítulo) sobre los

riesgos de las drogas psiquiátricas, la Comisión Ciudadana de Derechos Humanos

(CCDH) citada en Arango (2016) ha puesto a disposición un sitio web extraordinario,

47
en el cual se encuentra contenido todos los estudios internacionales, junto con las

advertencias de regulación farmacéutica publicadas, estas tanto por clase de

fármacos (antidepresivos, antipsicóticos, ansiolíticos, estimulantes, entre otros) como

por marca, como Prozac, Zoloft, Paxil, Risperdal, Seroquel, Ritalin y demás.

Dichos datos son suministrados por la CCDH a razón de entregar un servicio

público de índole gratuito, a fin de apoyar a aquellas personas para que tomen

decisiones más informadas respecto al tema, esto basado en hechos reales y no es

llanas campañas de marketing publicitarias.

4.8 Debido a qué, aquellos tratamientos seguros y eficaces para tratar las

enfermedades mentales se mantienen ocultos

Parece ser que el problema más significativo que acarrea este conflicto es que el

modelo biológico de fármacos fundado por las campañas de marketing, puede que

impidan que los gobiernos patrocinen soluciones médicas auténticas para las

personas que experimentan estas dificultades.

Al parecer, “[…] existen tratamientos médicos factibles, que no causan

síntomas secundarios, pero que no reciben fondos gubernamentales debido a que la

industria farmacéutica gasta cantidades ingentes en publicidad y cabildeo”

(Bronfenbrenner, 2007) –incluyendo aquellos grupos de derechos de los pacientes,

pagados por las farmacéuticas- para oponerse a cualquier modalidad médica no

compatible con su visión o modelo biológico de medicación de los trastornos mentales

como enfermedades.

48
CAPÍTULO V

ETIQUETAS SOCIALES CARENTES DE CINTIFICIDAD QUE IMPIDEN LA

CORRECTA VISIÓN FORMATIVA DE LOS INFANTES

49
En los últimos años se ha tratado de explicar por qué tenemos a una nueva

generación de niños y adolescentes más brillantes, talentosos, dotados, inteligentes,

sensitivos, creativos, líderes, alegres, sociales, rebeldes, desafiantes e hiperactivos...

En otras palabras, de niños divinos. La gnosis afirma que nacieron para ser Los reyes

del universo, etiquetando a ciertos infantes bajo la categoría de niños índigo,

diamante, cristal, arcoíris, delfín, entre otros (Ver anexo 5). Si se les ubica en un medio

donde necesitan luchar y trabajar duro para salir adelante, se revelarán. “Su

naturaleza no es luchar y, menos aún, enfrentar fracasos y frustraciones. Nacieron

para ser -ganadores- y el mundo debe adaptarse a ellos para hacerlos grandiosos”

(Amaya Guerra, 2005).

Los tiempos cambian y también el lenguaje. Hace varios años, si un niño no

obedecía a sus padres, respondía groseramente a los adultos, no aceptado un "no"

como respuesta o hacia las cosas a su manera, entonces se le definía como un niño

"mal educado", "mal portado", o simplemente "malcriado". Ahora, a estos niños se les

define como "dotados", "estrellas", "especiales" o "únicos". “Son niños y adolescentes

más centrados en su ego, con más sentimientos de grandiosidad pero menos

tolerantes a las frustraciones; más frágiles ante las adversidades y menos

persistentes frente a tareas difíciles” (Amaya Guerra, 2015).

En el idioma inglés la palabra spoiled define a los niños que son mal educados por

sus padres. Etimológicamente hablando, esta palabra tiene su origen en el latín


50
exspolium, qué significa quitar, arrebatar o desnudar. Significa, en otras palabras,

"Quitar a alguien lo que le pertenece, violenta o injustamente". Un niño spoiled se

define como indisciplinado, manipulador, irritable y enojado casi todo el tiempo. Un

niño spoiled o malcriado es alguien que:

 No sigue reglas.

 No responde a los "no" o a las órdenes.

 Se queja de todo.

 No distingue entre una necesidad o un capricho.

 Siempre quiere hacer las cosas a su manera.

 Pide demasiado a los demás.

 No respeta a los otros.

 Trata de controlar lo que está a su alrededor.

 Tiene poca tolerancia a la frustración.

 Frecuentemente hace berrinches.

 Constantemente se queja de que está aburrido.

5.1 Etiología de la fragilidad de los niños y su comportamiento

inadecuado

Cómo se puede ver, los niños spoiled nacen del estilo parental que se ejerce sobre

ellos. Los padres permisivos, que no establecen límites y no son capaces de aplicar

pequeñas consecuencias naturales a las conductas inadecuadas de sus hijos,

51
generan hijos prepotentes, ególatras y con mayores problemas de autocontrol y hacia

la autoridad.

“La razón por la cual algunos padres son demasiado complacientes con sus hijos es

porque no quieren lastimarlos, verlos tristes o verlos llorar” (Barudy, 2009). Pero si los

padres interfieren demasiado en la vida de sus hijos, los harán inútiles y muy débiles.

“Los padres permisivos han provocado un aumento en la dependencia de productos

y medicamentos antidepresivos o para regular la hiperactividad o los problemas de

atención de los hijos” (Arango, 2016). Han creado "paraísos artificiales" haciendo

creer a sus hijos que el despertar de los videojuegos, internet y las redes sociales es

el mundo real que los hará felices. Sin embargo, es todo lo contrario, los han hecho

vulnerables (alta disposición a la ansiedad o al suicidio) al no poder soportar cualquier

carencia o frustración.

“Es verdad que, en los primeros meses de vida, debe predominar la satisfacción del

niño en forma inmediata y continua. Pero, poco a poco, los padres podrían ir

frustrando (tantito) a sus hijos, al regular sus conductas insaciables” (Amaya Guerra,

2015). Muchos padres cometen el error de no intervenir de esta manera hasta que el

niño tenga una edad para comprender. Pero, si bien es más fácil explicar con palabras

para que los niños acepten estos límites, ¿por qué esperar tanto tiempo? Sí desde

pequeño el niño vive experiencias de "pequeñas esperas" o "pequeñas negaciones",

con o sin palabras percibirá que existe un "otro" y no solamente un "yo".

52
El niño no va a aceptar fácilmente que los otros niños o adultos tengan privilegios y él

no. "¿Por qué debo acostarme más temprano que mis papás o hermanos mayores?”,

"¿por qué mis amigos tienen el último videojuego y yo no?", "¿por qué mis

compañeros de clase ya tienen carro y yo no?". El niño debe aprender que existen

diferencias en privilegios y permisos entre los padres, hermanos, familiares y amigos.

No hay nada más emocionante para un niño pequeño que vivir como un "grande" y

experimentar todas las libertades y privilegios que no debe tener a esa edad.

Desde la perspectiva de este trabajo, este es uno de los puntos de conflicto más

grande que tienen los padres con sus hijos, porque éstos les cuestionan: "¿por qué

no puedo salir con todos mis amigos?", o "¿por qué la mamá de mi amigo sí lo deja y

tú no?", etcétera. “Un niño que ha vivido con pocas frustraciones en la vida solamente

tendrá una visión de Cómo satisfacer su propio yo. […] Tendrá una visión miope de

la realidad, ya que su único mundo será el mismo” (Fernández Sandoval, 2018).

Pero “frustrar” a un hijo no es fácil. ´Él no dirá: “gracias por estas frustración. Sé que

me hará más fuerte”. Todo lo contrario; se observará mucha resistencia: llorará,

gritará, tendrá conductas desafiantes e incluso insultará, […] frustrar [tantito] a los

niños genera conflictos entre lo que desea -principio de placer- y la realidad -principio

del deber ser-“(Amaya Guerra, 2005).

Aunque ningún padre quiere generar resentimiento o dolor en los hijos, esto durará

poco; y deben estar convencidos de que se está edificando cimientos muy fuertes en

ellos a mediano y largo plazo.

53
“Quienes han aprendido a enfrentar las adversidades reales muy tempranamente

muestran una fortaleza y resistencia superior a los demás al entrar a la adolescencia

y adultez” (Viamonte, 2017). Se observa que los niños “resistentes a las frustraciones”

saben vivir más felices que los que tienen “baja tolerancia a la frustración”. “Se ha

observado muy a menudo a los niños de preescolar: cuando estos tienen una alta

tolerancia a la frustración, si ganan o pierden disfrutan el juego de cualquier modo”

(Amaya Guerra, 2005).

5.2 Propuesta de medidas preventivas para la adecuada formación de los niños

1. Poner límites y reglas, de acuerdo con la edad del hijo. Escuchar “no”

ocasionalmente es bueno para los niños. Necesitan controles externos hasta

que desarrollen su capacidad para tomar buenas decisiones. El hijo seguirá

amando a la madre aun si le dice “no”. “La misión como padres y educadores

es prepararlos para el camino tan difícil al que se enfrentarán, y no hacer todo

lo posible para que los amen” (Fernández Sandoval, 2018).

2. Enseñarles a obedecer reglas. Es importante que los niños obedezcan

instrucciones antes de empezar la escuela. Deben cumplir reglas básicas,

como ponerse el cinturón de seguridad en el automóvil, permanecer sentados

mientras la familia está en la mesa, no pegar a otros niños, levantarse y estar

a tiempo por las mañanas, ir a la cama a la hora que se le indica, etcétera.

Estas son reglas que no deben negociarse. No hay que darle a elegir al niño

cuando no exista esa posibilidad. En cambio, el niño puede elegir, cuál cereal

54
comer, cuál libro leer, con cuál juguete jugar y, algunas veces, cuál ropa usar.

Debe entender cuáles son sus decisiones y cuáles no.

3. Esperar que el niño se enoje y llore. Se debe saber distinguir entre una

necesidad y un deseo del niño. Necesidad incluye dolor o miedo. En estos

casos, hay que responder de inmediato a sus lágrimas. Cuando llora por

berrinche, hay que ignorarlo. El llanto es normal cuando hay frustración. Si se

le consuela ante este tipo de llanto por pequeñas frustraciones, se le manda el

mensaje de que “eso que quería es muy importante”.

4. No permitir que los berrinches ganen. Cuando los niños se tiran al piso y

empiezan a gritar y a patalear, solamente lo hacen para tener la atención de

sus padres o cuidadores. Cambiar su opinión y obtener lo que ellos quieren.

“Los berrinches pueden manifestarse con gritos , lloriqueos, dejar de respirar,

golpear el piso con sus manos y pies o cerrar fuertemente una puerta”

(Viamonte, 2017). Pero mientras el niño no se lastime o lastime a los demás,

hay que ignorarlo.

5. No hay que tratar de negociar con él. No cederle el poder. Los niños menores

de tres años de edad, entienden mejor a través de acciones que de palabras.

Demasiadas palabras pueden confundirlos. “A los cinco años de edad todavía

no entienden el porqué de las reglas. Entre los seis y once años de edad es

importante discutir las reglas y, en la adolescencia empezar a negociar algunas

reglas de la familia” (Amaya Guerra, 2005).

55
6. Enseñarles a soportar el aburrimiento. El trabajo de los padres es darles a los

hijos juguetes, libros y artículos de arte, y el de ellos usarlos. “Se puede jugar

con el niño, pero no ser su compañero de juego todo el tiempo” (Barudy, 1988)

y tampoco se es responsable de entretenerlo constantemente o conseguirle un

amigo para que juegue con él.

7. Enseñarles a esperar. “Esperar les ayudará a desarrollar la tolerancia a las

frustraciones” (Amaya Guerra, 2015). Es fundamental que los niños aprendan

y practiquen el retraso en la gratificación. No se debe sentir culpable si no se

satisfacen de inmediato cada uno de los deseos del niño debido a que, por

ejemplo, se está ocupado hablando por teléfono o atendiendo otro asunto

importante.

8. No “salvarlo” de cada desafío normal en su vida. El niño cotidianamente

enfrentará nuevos cambios o desafíos, como el primer día de escuela y estar

en un salón de clases donde no tiene amigos. “El estrés que experimentará es

normal y este tipo de vivencias son oportunidades para aprender, desarrollar

la capacidad de adaptación y solución de problemas” (Fernández Sandoval,

2018). Es importante que enfrente situaciones y salga adelante por él mismo,

si bien debe contar con apoyo adulto y orientación.

9. No “inflar” al niño. Los niños necesitan reconocimiento, pero eso no significa

que se deba sobrevalorar sus logros y premiarlos por todo. “Es importante

reforzar cuando tengan una buena conducta o respeten las reglas. Es

recomendable, también, para que trabajen duro y con persistencia ante tareas

56
difíciles” (Viamonte, 2017). Si se les premia constantemente por el más mínimo

trabajo, se acostumbrarán a recibir siempre algo a cambio.

10. Enseñarles a respetar a los adultos. Un niño necesita amor, comida, ropa,

educación y seguridad. Pero las necesidades de los papás también son

importantes. “Los deseos de los niños [por ejemplo jugar videojuegos y no

hacer la tarea o ir a la cama más tarde] no deben estar por encima de las

necesidades de los adultos” (Amaya Guerra, 2005).

57
CONCLUSIONES

A lo largo de la presente investigación se logró descubrir las diferentes

enfermedades mentales que aquejan a los niños hoy en día, las diferentes razones

58
del por qué se consideran enfermedades o no y de la misma manera las condiciones

que hacen que se canalice a un niño con algún problema.

Se consiguió definir que dichas enfermedades realmente están en aumento y

que son realmente pocas las personas las que las llegan a conocer; también que

algunos seres humanos se encuentran expuestos y familiarizados con la situación,

pero se hace caso omiso o se carece de una adecuada aceptación de dichos casos

e información.

Esta investigación abordó el tema de la salud mental infantil y por qué en

algunos niños no existe dicha salud. Conforme se estudió la situación se descubrió

que existen varios factores por lo que los infantes ingresan al espectro de la

anormalidad psíquica, entre los cuales se encuentra la pobreza, que forma un papel

decisivo en el brote de los trastornos psíquicos, ya que la desnutrición y estrés de la

familia por dar lo necesario en casa, impide a los padres que haya tiempo para que

estos jueguen con sus hijos y mucho menos que se muestren al pendiente de cómo

es el acontecer diario del infante en su escuela.

Este mismo contexto de pobreza lleva al niño a crecer en un ambiente repleto

de problemas familiares que provoca que germine con naturalidad en él sentimientos

generalizados y cotidianos de ansiedad, desencadenando factores de riesgo para su

salud mental como los problemas comunes del sueño.

Otro factor secundario que genera el ambiente de pobreza y que abona a la

perdida de salud mental es la falta de nutrientes alimentarios para el correcto

59
desarrollo del cuerpo y la mente de niño; ello aunado al descanso inadecuado

(producto de la misma situación de carencia) anida la aparición de desequilibrios

psíquicos.

Desde un abordaje distinto se pudo dilucidar la posible influencia del internet y

redes sociales en casos de bullying (llamado también cyberbullying o ciberacoso) que

a la postre desencadenan conflictos emocionales profundos en los infantes. Lo cual

es un alto precursor de la posterior aparición de trastornos mentales con alto grado

de profundidad.

Finalmente, otro factor identificante de quebranto de salud mental son aquellos

padres que son incapaces de soportar el ver a sus hijos caer en llanto o que sufran

por algún motivo dado, lo cual provoca una relación paterno-filial de sobreprotección

y permisividad; de esta manera engendran en el infante personalidades débiles e

insuficientes para una correcta adaptación a su entorno y con ello abriéndoles la

puerta a la aparición de trastornos de la personalidad fuertemente arraigados desde

este período de la vida.

Desde otro ángulo también se encontró que en las enfermedades mentales

existen pero que no se le puede denominar normal o patológico solo por las conductas

observadas, sino, por la explicación de los síntomas, de esta manera se crea una

visión clínica, es decir, los especialistas en psiquiatría determinan un diagnóstico de

acuerdo a las conductas que el niño presenta, más no por la comprobación científica,

en ningún momento se realizan análisis de sangre, rayos x o estudios cerebrales para

dar certificación de la auténtica existencia del trastorno diagnosticado.

60
Se han creado paraísos artificiales donde los padres al ver reacciones o

actitudes difíciles de controlar en sus hijos prefieren canalizarlos con especialistas

que darán un diagnóstico de cuadros severos de enfermedades mentales y a su vez

suministrar medicamentos que tal vez no son benéficos y se hace con el fin de

tranquilizar a los padres o ciudadanía creando un ideal que los mismos quieren, (lo

normal como media estadística) para poder crear un negocio de altos réditos, por

parte de la industria farmacéutica. Estigmatizando o etiquetando el desarrollo

evolutivo del infante y caracterizando así un diagnóstico legítimo.

Concluyendo, se puede decir que los problemas de enfermedades mentales

siempre han sido parte del acontecer humano, sin embargo en el tiempo actual

gracias a los grandes problema sociales estos se han desatado, sin pasar de largo la

infoxicación15, la cual lleva a la sociedad a sugestionarse fuertemente ante cualquier

acontecimiento queriéndole poner con prontitud etiqueta a todo, incluyendo a aquellos

problemas emocionales que en antaño eran vistos como una etapa más de la vida del

sujeto y que en los tiempos modernos, equivocadamente, puede llegar a etiquetarse

como trastorno mental.

La diferencia es que para poder dar un diagnóstico adecuado y en los niños

adecuados, es necesario e indispensable auténticas evidencias médicas que

15 Se denomina sobrecarga informativa, infoxicación o infobesidad a un concepto


generalmente usado en conjunto con varias formas de comunicación por computadora tales
como el correo electrónico. Se refiere al estado de contar con demasiada información para
tomar una decisión o permanecer informado sobre un determinado tema. (Extraído de:
http://formacion.educalab.es/pluginfile.php/118854/mod_imscp/content/4/infoxicacin.html).
61
acrediten si es conveniente un fármaco o un especialista en modificación de la

conducta.

ANEXOS

62
 ANEXO 1:

TRASTORNO NEGATIVISTA DESAFIANTE16

313.81 (F91.3)

A. Un patrón de enfado/ irritabilidad, discusiones/actitud desafiante o vengativa

que dura por lo menos seis meses, que se manifiesta por lo menos con cuatro

síntomas de cualquiera de las categorías siguientes y que se exhibe durante

la interacción por lo menos con un individuo que no sea un hermano.

Enfado/irritabilidad

1. A menudo pierde la calma.

2. A menudo está susceptible o se molesta con facilidad.

3. A menudo está enfadado y resentido.

Discusiones/actitud desafiante

4. Discute a menudo con la autoridad o con los adultos, en el caso de los niños y

los adolescentes.

5. A menudo desafía activamente o rechaza satisfacer la petición por parte de

figuras de autoridad o normas.

6. A menudo molesta a los demás deliberadamente.

16 Criterios Diagnósticos extraídos del DSM V.


63
7. A menudo culpa a los demás por sus errores o su mal comportamiento.

Vengativo

8. Ha sido rencoroso o vengativo por lo menos dos veces en los últimos seis

meses.

Nota: Se debe considerar la persistencia y la frecuencia de estos comportamientos

para distinguir los que se consideren dentro de los límites normales, de los

sintomáticos. En los niños de menos de cinco años el comportamiento debe aparecer

casi todos los días durante un periodo de seis meses por lo menos, a menos que se

observe otra cosa (Criterio A8). En los niños de cinco años o más, el comportamiento

debe aparecer por lo menos una vez por semana durante al menos seis meses, a

menos que se observe otra cosa (Criterio A8). Si bien estos criterios de frecuencia se

consideran el grado mínimo orientativo para definir los síntomas, también se deben

tener en cuenta otros factores, por ejemplo, si la frecuencia y la intensidad de los

comportamientos rebasan los límites de lo normal para el grado de desarrollo del

individuo, su sexo y su cultura.

B. Este trastorno del comportamiento va asociado a un malestar en el individuo o

en otras personas de su entorno social inmediato (es decir, familia, grupo de

amigos, compañeros de trabajo) o tiene un impacto negativo en las áreas

social, educativa, profesional u otras importantes.

C. Los comportamientos no aparecen exclusivamente en el transcurso de un

trastorno psicótico, un trastorno por consumo de sustancias, un trastorno

depresivo o uno bipolar. Además, no se cumplen los criterios de un trastorno

de desregulación perturbador del estado de ánimo.

64
Especificar la gravedad actual:

Leve: Los síntomas se limitan a un entorno (p. ej., en casa, en la escuela, en

el trabajo, con los compañeros).

Moderado: Algunos síntomas aparecen en dos entornos por lo menos.

Grave: Algunos síntomas aparecen en tres o más entornos

65
 ANEXO 2:

TRASTORNO POR DÉFICIT DE ATENCIÓN CON HIPERACTIVIDAD17

A. Patrón persistente de inatención y/o hiperactividad-impulsividad que interfiere

con el funcionamiento o el desarrollo, que se caracteriza por (1) y/o (2):

1. Inatención: Seis (o más) de los siguientes síntomas se han mantenido

durante al menos 6 meses en un grado que no concuerda con el nivel de

desarrollo y que afecta directamente las actividades sociales y

académicas/laborales:

Nota: Los síntomas no son sólo una manifestación del comportamiento de

oposición, desafío, hostilidad o fracaso en la comprensión de tareas o

instrucciones. Para adolescentes mayores y adultos (17 y más años de

edad), se requiere un mínimo de cinco síntomas.

a. Con frecuencia falla en prestar la debida atención a detalles o por

descuido se cometen errores en las tareas escolares, en el trabajo o

durante otras actividades (p. ej., se pasan por alto o se pierden

detalles, el trabajo no se lleva a cabo con precisión).

17 Criterios Diagnósticos extraídos del DSM V.


66
b. Con frecuencia tiene dificultades para mantener la atención en

tareas o actividades recreativas (p. ej., tiene dificultad para mantener

la atención en clases, conversaciones o la lectura prolongada).

c. Con frecuencia parece no escuchar cuando se le habla directamente

(p. ej., parece tener la mente en otras cosas, incluso en ausencia de

cualquier distracción aparente).

d. Con frecuencia no sigue las instrucciones y no termina las tareas

escolares, los quehaceres o los deberes laborales (p. ej., inicia

tareas pero se distrae rápidamente y se evade con facilidad).

e. Con frecuencia tiene dificultad para organizar tareas y actividades

(p. ej., dificultad para gestionar tareas secuenciales; dificultad para

poner los materiales y pertenencias en orden; descuido y

desorganización en el trabajo; mala gestión del tiempo; no cumple

los plazos). Con frecuencia evita, le disgusta o se muestra poco

entusiasta en iniciar tareas que requieren un esfuerzo mental

sostenido (p. ej., tareas escolares o quehaceres domésticos; en

adolescentes mayores y adultos, preparación de informes, completar

formularios, revisar artículos largos).

f. Con frecuencia pierde cosas necesarias para tareas o actividades

(p. ej., materiales escolares, lápices, libros, instrumentos, billetero,

llaves, papeles del trabajo, gafas, móvil).

g. Con frecuencia se distrae con facilidad por estímulos externos (para

adolescentes mayores y adultos, puede incluir pensamientos no

relacionados). Con frecuencia olvida las actividades cotidianas (p.

ej., hacer las tareas, hacer las diligencias; en adolescentes mayores

67
y adultos, devolver las llamadas, pagar las facturas, acudir a las

citas).

2. Hiperactividad e impulsividad: Seis (o más) de los siguientes síntomas

se han mantenido durante al menos 6 meses en un grado que no concuerda

con el nivel de desarrollo y que afecta directamente a las actividades

sociales y académicas/laborales:

Nota: Los síntomas no son sólo una manifestación del comportamiento de

oposición, desafío, hostilidad o fracaso para comprender tareas o

instrucciones. Para adolescentes mayores y adultos (a partir de 17 años de

edad), se requiere un mínimo de cinco síntomas.

a. Con frecuencia juguetea con o golpea las manos o los pies o se

retuerce en el asiento.

b. Con frecuencia se levanta en situaciones en que se espera que

permanezca sentado (p. ej., se levanta en la clase, en la oficina

o en otro lugar de trabajo, o en otras situaciones que requieren

mantenerse en su lugar).

c. Con frecuencia corretea o trepa en situaciones en las que no

resulta apropiado. (Nota: En adolescentes o adultos, puede

limitarse a estar inquieto.)

d. Con frecuencia es incapaz de jugar o de ocuparse tranquilamente

en actividades recreativas.

e. Con frecuencia está “ocupado,” actuando como si “lo impulsara

un motor” (p. ej., es incapaz de estar o se siente incómodo

68
estando quieto durante un tiempo prolongado, como en

restaurantes, reuniones; los otros pueden pensar que está

intranquilo o que le resulta difícil seguirlos).

f. Con frecuencia habla excesivamente.

g. Con frecuencia responde inesperadamente o antes de que se

haya concluido una pregunta (p. ej., termina las frases de otros;

no respeta el turno de conversación).

h. Con frecuencia le es difícil esperar su turno (p. ej., mientras

espera en una cola).

i. Con frecuencia interrumpe o se inmiscuye con otros (p. ej., se

mete en las conversaciones, juegos o actividades; puede

empezar a utilizar las cosas de otras personas sin esperar o

recibir permiso; en adolescentes y adultos, puede inmiscuirse o

adelantarse a lo que hacen otros).

B. Algunos síntomas de inatención o hiperactivo-impulsivos estaban presentes antes

de los 12 años.

C. Varios síntomas de inatención o hiperactivo-impulsivos están presentes en dos o

más contextos (p. ej., en casa, en la escuela o en el trabajo; con los amigos o

parientes; en otras actividades).

D. Existen pruebas claras de que los síntomas interfieren con el funcionamiento

social, académico o laboral, o reducen la calidad de los mismos.

E. Los síntomas no se producen exclusivamente durante el curso de la esquizofrenia

o de otro trastorno psicótico y no se explican mejor por otro trastorno mental (p.

69
ej., trastorno del estado de ánimo, trastorno de ansiedad, trastorno disociativo,

trastorno de la personalidad, intoxicación o abstinencia de sustancias).

Especificar si:

314.01 (F90.2) Presentación combinada: Si se cumplen el Criterio A1

(inatención) y el Criterio A2 (hiperactividad-impulsividad) durante los últimos 6

meses.

314.00 (F90.0) Presentación predominante con falta de atención: Si se

cumple el Criterio A1 (inatención) pero no se cumple el Criterio A2

(hiperactividad-impulsividad) durante los últimos 6 meses.

314.01 (F90.1) Presentación predominante hiperactiva/impulsiva: Si se

cumple el Criterio A2 (hiperactividad-impulsividad) y no se cumple el Criterio

A1 (inatención) durante los últimos 6 meses.

Especificar si:

En remisión parcial: Cuando previamente se cumplían todos los criterios, no

todos los criterios se han cumplido durante los últimos 6 meses, y los síntomas

siguen deteriorando el funcionamiento social, académico o laboral.

Especificar la gravedad actual:

Leve: Pocos o ningún síntoma están presentes más que los necesarios para

el diagnóstico, y los síntomas sólo producen deterioro mínimo del

funcionamiento social o laboral.

Moderado: Síntomas o deterioros funcionales presentes entre “leve” y “grave”.

Grave: Presencia de muchos síntomas aparte de los necesarios para el

70
diagnóstico o de varios síntomas particularmente graves, o los síntomas

producen deterioro notable del funcionamiento social o laboral.

 ANEXO 3:

71
TRASTORNO DE DEPRESIÓN MAYOR18

A. Cinco (o más) de los síntomas siguientes han estado presentes durante el

mismo período de dos semanas y representan un cambio del funcionamiento

previo; al menos uno de los síntomas es (1) estado de ánimo deprimido o (2)

pérdida de interés o de placer.

Nota: No incluir síntomas que se pueden atribuir claramente a otra afección

médica.

1. Estado de ánimo deprimido la mayor parte del día, casi todos los días,

según se desprende de la información subjetiva (p. ej., se siente triste,

vacío, sin esperanza) o de la observación por parte de otras personas (p.

ej., se le ve lloroso). (Nota: En niños y adolescentes, el estado de ánimo

puede ser irritable.)

2. Disminución importante del interés o el placer por todas o casi todas las

actividades la mayor parte del día, casi todos los días (como se desprende

de la información subjetiva o de la observación).

3. Pérdida importante de peso sin hacer dieta o aumento de peso (p. ej.,

modificación de más del 5% del peso corporal en un mes) o disminución o

aumento del apetito casi todos los días. (Nota: En los niños, considerar el

fracaso para el aumento de peso esperado.)

18 Criterios Diagnósticos extraídos del DSM V.


72
4. Insomnio o hipersomnia casi todos los días.

5. Agitación o retraso psicomotor casi todos los días (observable por parte de

otros; no simplemente la sensación subjetiva de inquietud o de

enlentecimiento).

6. Fatiga o pérdida de energía casi todos los días.

7. Sentimiento de inutilidad o culpabilidad excesiva o inapropiada (que puede

ser delirante) casi todos los días (no simplemente el autorreproche o culpa

por estar enfermo).

8. Disminución de la capacidad para pensar o concentrarse, o para tomar

decisiones, casi todos los días (a partir de la información subjetiva o de la

observación por parte de otras personas).

9. Pensamientos de muerte recurrentes (no sólo miedo a morir), ideas

suicidas recurrentes sin un plan determinado, intento de suicidio o un plan

específico para llevarlo a cabo.

B. Los síntomas causan malestar clínicamente significativo o deterioro en lo social,

laboral u otras áreas importantes del funcionamiento.

C. El episodio no se puede atribuir a los efectos fisiológicos de una sustancia o de

otra afección médica.

Nota: Los Criterios A–C constituyen un episodio de depresión mayor.

Nota: Las respuestas a una pérdida significativa (p. ej., duelo, ruina económica,

pérdidas debidas a una catástrofe natural, una enfermedad o discapacidad grave)

pueden incluir el sentimiento de tristeza intensa, rumiación acerca de la pérdida,

73
insomnio, pérdida del apetito y pérdida de peso que figuran en el Criterio A, y pueden

simular un episodio depresivo. Aunque estos síntomas pueden ser comprensibles o

considerarse apropiados a la pérdida, también se debería pensar atentamente en la

presencia de un episodio de depresión mayor además de la respuesta normal a una

pérdida significativa. Esta decisión requiere inevitablemente el criterio clínico basado

en la historia del individuo y en las normas culturales para la expresión del malestar

en el contexto de la pérdida.

D. El episodio de depresión mayor no se explica mejor por un trastorno

esquizoafectivo, esquizofrenia, un trastorno esquizofreniforme, trastorno

delirante, u otro trastorno especificado o no especificado del espectro de la

esquizofrenia y otros trastornos psicóticos.

E. Nunca ha habido un episodio maníaco o hipomaníaco. Nota: Esta exclusión no

se aplica si todos los episodios de tipo maníaco o hipomaníaco son inducidos

por sustancias o se pueden atribuir a los efectos fisiológicos de otra afección

médica.

Procedimientos de codificación y registro

El código diagnóstico del trastorno de depresión mayor se basa en si es un episodio

único o recurrente, la gravedad actual, la presencia de características psicóticas y el

estado de remisión. La gravedad actual y las características psicóticas sólo están

indicadas si se cumplen actualmente todos los criterios para un episodio de depresión

mayor. Los especificadores de remisión sólo están indicados si actualmente no se

cumplen todos los criterios para un episodio de depresión mayor. Los códigos son los

siguientes:

74
Especificador de Episodio único Episodio recurrente
gravedad/curso

Leve (pág. 126) 296.21 (F32.0) 296.31 (F33.0)

Moderado (pág. 127) 296.22 (F32.1) 296.32 (F33.1)

Grave (pág. 127) 296.23 (F32.2) 296.33 (F33.2)

Con características psicóticas 296.24 (F32.3) 296.34 (F33.3)

En remisión parcial 296.25 (F32.4) 296.35 (F33.41)

En remisión total 296.26 (F32.5) 296.36 (F33.42)

No especificado 296.20 (F32.9) 296.30 (F33.9)

A la hora de registrar el nombre de un diagnóstico, se enumerarán los términos en el

orden siguiente: trastorno de depresión mayor, episodio único o recurrente,

especificadores de gravedad/psicótico/ remisión, y a continuación todos los

especificadores siguientes sin código que sean aplicables al episodio actual.

Especificar:

Con ansiedad

Con características mixtas

Con características melancólicas

Con características atípicas

Con características psicóticas congruentes con el estado de ánimo

Con características psicóticas no congruentes con el estado de ánimo

Con catatonía. Nota de codificación: Utilizar el código adicional 293.89


(F06.1).

Con inicio en el periparto

75
Con patrón estacional (solo episodio recurrente)

76
 ANEXO 4:

TRASTORNO BIPOLAR19

Criterios para el diagnóstico de F30.x Trastorno bipolar I, episodio maníaco

único (296.0x)

A. Presencia de un único episodio maníaco, sin episodios depresivos mayores

anteriores.

Nota: La recidiva se define como un cambio en la polaridad desde la depresión, o

como un intervalo de al menos 2 meses sin síntomas maníacos.

B. El episodio maníaco no se explica mejor por la presencia de un trastorno

esquizoafectivo y no está superpuesto a una esquizofrenia, un trastorno

esquizofreniforme, un trastorno delirante o un trastorno psicótico no especificado.

Codificar el estado del episodio actual o más reciente:

 .1 Leve, moderado o grave sin síntomas psicóticos

 .2 Grave con síntomas psicóticos

 .8 En remisión parcial/en remisión total

Especificar si:

 Mixto: si los síntomas cumplen los criterios para un episodio mixto.

19 Criterios Diagnósticos extraídos del DSM V.


77
Especificar (para el episodio actual o el más reciente):

 Con síntomas catatónicos.

 De inicio en el posparto.

Criterios para el diagnóstico de F31.0 Trastorno bipolar I, episodio más

reciente hipomaníaco (296.40)

A. Actualmente (o el más reciente) en un episodio hipomaníaco.

B. Previamente se ha presentado al menos un episodio maníaco o un episodio mixto.

C. Los síntomas afectivos provocan un malestar clínicamente significativo o un

deterioro social, laboral o de otras áreas importantes de la actividad del individuo.

D. Los episodios afectivos en los Criterios A y B no se explican mejor por la presencia

de un trastorno esquizoafectivo y no están superpuestos a una esquizofrenia, un

trastorno esquizofreniforme, un trastorno delirante o un trastorno psicótico no

especificado.

Especificar:

 Especificaciones de curso longitudinal (con y sin recuperación

interepisódica).

 Con patrón estacional (sólo es aplicable al patrón de los episodios

depresivos mayores).

 Con ciclos rápidos.

Criterios para el diagnóstico de F31.x Trastorno bipolar I, episodio más

78
reciente maníaco (296.4x)

A. Actualmente (o el más reciente) en un episodio maníaco.

B. Previamente se ha presentado al menos un episodio depresivo mayor un episodio

maníaco o un episodio mixto.

C. Los episodios afectivos en los Criterios A y B no se explican mejor por la presencia

de un trastorno esquizoafectivo y no están superpuestos a una esquizofrenia, un

trastorno esquizofreniforme, un trastorno delirante o un trastorno psicótico no

especificado.

Especificar (para el episodio actual o el más reciente):

 Con síntomas catatónicos.

 De inicio en el posparto.

Codificar el estado del episodio actual o más reciente:

 .1 Leve, moderado o grave sin síntomas psicóticos

 .2 Grave con síntomas psicóticos

 .7 En remisión parcial/en remisión total

Especificar:

 Especificaciones de curso longitudinal (con o sin recuperación

interepisódica).

 Con patrón estacional (sólo es aplicable al patrón de los episodios

depresivos mayores).

 Con ciclos rápidos.

79
Criterios para el diagnóstico de F31.6 Trastorno bipolar I, episodio más

reciente mixto (296.6x)

A. Actualmente (o el más reciente) en un episodio mixto.

B. Previamente se ha presentado al menos un episodio depresivo mayor, un episodio

maníaco o un episodio mixto.

C. Los episodios afectivos en los Criterios A y B no se explican mejor por la presencia

de un trastorno esquizoafectivo y no están superpuestos a una esquizofrenia, un

trastorno esquizofreniforme, un trastorno delirante o un trastorno psicótico no

especificado.

Especificar (para el episodio actual o el más reciente):

 Con síntomas catatónicos

 De inicio en el posparto

Especificar:

 Especificaciones de curso longitudinal (con o sin recuperación

interepisódica)

 Con patrón estacional (sólo es aplicable al patrón de los episodios

depresivos mayores)

 Con ciclos rápidos

Criterios para el diagnóstico de F31.x Trastorno bipolar I, episodio más

reciente depresivo (296.5x)

80
A. Actualmente (o el más reciente) en un episodio depresivo mayor.

B. Previamente se ha presentado al menos un episodio maníaco o un episodio mixto.

C. Los episodios afectivos en los Criterios A y B no se explican mejor por la presencia

de un trastorno esquizoafectivo y no están superpuestos a una esquizofrenia, un

trastorno esquizofreniforme, un trastorno delirante o un trastorno psicótico no

especificado.

Codificar el estado del episodio actual o más reciente:

 .3 Leve o moderado

 .4 Grave sin síntomas psicóticos

 .5 Grave con síntomas psicóticos

 .7 En remisión parcial/en remisión total

Especificar (para el episodio actual o el más reciente):

 Crónico

 Con síntomas catatónicos

 Con síntomas melancólicos

 Con síntomas atípicos

 De inicio en el posparto

Especificar:

 Especificaciones de curso longitudinal (con y sin recuperación

interepisódica)

 Con patrón estacional (sólo es aplicable al patrón de los episodios

81
depresivos mayores)

 Con ciclos rápidos

Criterios para el diagnóstico de F31.9 Trastorno bipolar I, episodio más

reciente no especificado (296.7)

A. Actualmente (o en el episodio más reciente) se cumplen los criterios, excepto en

la duración, para un episodio maníaco, un episodio hipomaníaco, un episodio mixto o

un episodio depresivo mayor.

B. Previamente se han presentado al menos un episodio maníaco o un episodio mixto.

C. Los síntomas afectivos provocan un malestar clínicamente significativo o un

deterioro social, laboral o de otras áreas importantes de la actividad del individuo.

D. Los episodios afectivos en los Criterios A y B no se explican mejor por la presencia

de un trastorno esquizoafectivo y no están superpuestos a una esquizofrenia, un

trastorno esquizofreniforme, un trastorno delirante o un trastorno psicótico no

especificado.

E. Los síntomas afectivos en los Criterios A y B no son debidos a los efectos

fisiológicos de una sustancia (p. ej., una droga, un medicamento u otro tratamiento)

ni a una enfermedad médica (p. ej., hipertiroidismo).

Especificar:

 Especificaciones de curso longitudinal (con y sin recuperación

interepisodios).

 Con patrón estacional (sólo es aplicable al patrón de los episodios

depresivos mayores).

82
 Con ciclos rápidos.

Criterios para el diagnóstico de F31.8 Trastorno bipolar II (296.89)

A. Presencia (o historia) de uno o más episodios depresivos mayores.

B. Presencia (o historia) de al menos un episodio hipomaníaco.

C. No ha habido ningún episodio maníaco ni un episodio.

D. Los síntomas afectivos en los Criterios A y B no se explican mejor por la presencia

de un trastorno esquizoafectivo y no están superpuestos a una esquizofrenia, un

trastorno esquizofreniforme, un trastorno delirante o un trastorno psicótico no

especificado.

E. Los síntomas provocan malestar clínicamente significativo o deterioro social/laboral

o de otras áreas importantes de la actividad del individuo.

Especificar el episodio actual o más reciente:

 Hipomaníaco: si el episodio actual (o más reciente) es un episodio

hipomaníaco.

 Depresivo: si el episodio actual (o más reciente) es un episodio

depresivo mayor.

Especificar, si se cumplen todos los criterios de un episodio depresivo mayor, su

estado clínico actual y/o síntomas:

 Leve, moderado, grave sin síntomas psicóticos/grave con

síntomas psicóticos. [Nota: en este caso no pueden utilizarse los

83
códigos del cuarto dígito, pues el código del trastorno bipolar II ya utiliza

el cuarto dígito.].

 Crónico.

 Con síntomas catatónicos.

 Con síntomas melancólicos.

 Con síntomas atípicos.

 De inicio en el posparto.

 ANEXO 5:

84
TRASTORNO DE ANSIEDAD SOCIAL (FOBIA SOCIAL)20

300.23 (F40.10)

A. Miedo o ansiedad intensa en una o más situaciones sociales en las que el

individuo está expuesto al posible examen por parte de otras personas.

Algunos ejemplos son las interacciones sociales (p. ej., mantener una

conversación, reunirse con personas extrañas), ser observado (p. ej.,

comiendo o bebiendo) y actuar delante de otras personas (p. ej., dar una

charla). 
 Nota: En los niños, la ansiedad se puede producir en las reuniones

con individuos de su misma edad y no solamente en la interacción con los

adultos. 


B. El individuo tiene miedo de actuar de cierta manera o de mostrar síntomas de

ansiedad que se valoren negativamente (es decir, que lo humillen o

avergüencen; que se traduzca en rechazo o que ofenda a otras personas). 


C. Las situaciones sociales casi siempre provocan miedo o ansiedad. 
 Nota: En

los niños, el miedo o la ansiedad se puede expresar con llanto, rabietas,

quedarse paralizados, aferrarse, encogerse o el fracaso de hablar en

situaciones sociales. 


D. Las situaciones sociales se evitan o resisten con miedo o ansiedad intensa. 


E. El miedo o la ansiedad son desproporcionados a la amenaza real planteada

por la situación social y al contexto sociocultural. 


F. El miedo, la ansiedad o la evitación es persistente, y dura típica- 
 mente seis

o más meses. 


20 Criterios Diagnósticos extraídos del DSM V.


85
G. El miedo, la ansiedad o la evitación causa malestar clínicamente significativo o

deterioro en lo social, laboral u otras áreas importantes del funcionamiento. 


H. El miedo, la ansiedad o la evitación no se puede atribuir a los efectos

fisiológicos de una sustancia (p. ej., una droga, un medicamento) ni a otra

afección médica. 


I. El miedo, la ansiedad o la evitación no se explica mejor por los síntomas de

otro trastorno mental, como el trastorno de pánico, el trastorno dismórfico

corporal o un trastorno del espectro del autismo. 


J. Si existe otra afección médica (p. ej., enfermedad de Parkinson, obesidad,

desfiguración debida a quemaduras o lesiones) el miedo, la ansiedad o la

evitación está claramente no relacionada o es excesiva. 


Especificar si:


Sólo actuación: Si el miedo se limita a hablar o actuar en público.

86
 ANEXO 6:

DEFINICIÓN CONTEXTUAL DE NIÑOS ÍNDIGO, NIÑOS CRISTAL,

NIÑOS ARCOÍRIS, NIÑOS DIAMANTE, NIÑOS DELFÍN, NIÑOS

HIPERACTIVOS Y NIÑOS MALCRIADOS.

 Niños índigo: La expresión niños índigo es usado en el entorno de la

mencionada «Corriente de la Nueva Era» o New Age para remitirse a infantes

que encarnan un estado superior de la evolución humana.

 Niños cristal: Son infantes que nacieron posterior a 1990, y sus características

más atractivas son el amor incondicional, las aptitudes psíquicas y curativas.

 Niños arcoíris: Una de sus cualidades que marcan diferencia de otros es que

se rescatan muy sencillamente de los estados emocionales poco gratos, lo cual

es la llave para el mando emocional. También presentan ciertas dotes como el

ser médium, y talentos de la curación por medio de muy alta energía.

 Niños diamante: son edificadores de la cuarta y la quinta dimensiones de

nuestro planeta. Son Avatares. Ellos pueden llegar a ser los líderes ocultos de

los líderes reconocidos. Son sujetos que nacen sin ataduras, con sus virtudes

fuertemente desarrolladas, dioses miniaturas telépatas en físicos de bebé con

una honda y sabia mirada. En ellos se encuentran encarnados Maestros

Ascendidos.

87
 Niños delfín: estos infantes mantienen la energía de una nueva organización

por medio del juego, el placer y el contacto grupal. Ellos sujetan la capacidad

de auxiliar a todos a expandirse a nuevas formas de gestión y conducción de

las fuerzas que son luminosas y fastuosas, y discurren con soltura y gracia,

debido a que ésa es su configuración natural. Si se les coloca en un contexto

y se les adoctrina a esforzarse, estos infantes se rebelan y buscan nuevos

sitios a dónde ir, alejándose de las fuerzas en pugna. Su genuina naturaleza

no es la pelea o mantenerse conectado con la pugna en forma alguna. Estos

niños precisan contextos con nulo esfuerzo y sacrificio, y si su entorno está

lleno de esfuerzo y pugna, son propensos a aislarse y disgregarse de todos los

sujetos de su entorno.

 Niños hiperactivos: sinónimo de hiperquinesia o hipercinesia, en el campo de

la psicología se refiere al exceso de actividad física o muscular que se produce

en sujetos que han alcanzado una adecuada maduración psicomotriz o como

un síndrome que se encuentra asociado a determinados estados patológicos.

Constituye un fenómeno natural en niños pequeños, hasta los siete años,

cuando el pequeño manifiesta una tendencia a cambiar constantemente de

lugar y tocarlo todo; pero a partir de dicha edad, la presencia de un

movimientos muscular continuo, la falta de coordinación motriz y, sobre todo,

la incapacidad para inhibir respuesta motoras, suele constituir un síntoma que

necesita analizarse; si tales manifestaciones se producen después de los 12

años, entonces se trata de un trastorno patológico.

88
 Niños malcriados: un infante mimado (llamados también niños consentidos)

son sujetos que muestran ciertos problemas de conducta, ello a razón de una

indulgencia exagerada por parte de los tutores. Los niños mimados actitudes

de grandiosidad, egolatría y narcisismo. No hay una definición cien por cien

concreta respecto a este término, razón por la cual los profesionales en la

materia se muestran reacios a etiquetar a sujetos evaluados bajo este

concepto ya que lo consideran ambiguo y peyorativo. Ser mimando no es una

categoría diagnóstica de trastorno mental en ninguno de los manuales ni

médicos ni psiquiátricos como lo son CIE-10 o el DSM V.

89
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