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La historia nos evidencia, la expansión de conquista en nuestro territorio, significó una lucha
constante de resistencia en contra de los usurpadores españoles. Es así la ciudad de
Huamanga fue fundada por Francisco Pizarro, el 29 de enero de 1539, en Huamanguilla,
después de una dura lucha y resistencia de los incas dirigidos por Manco Inca.
Al arribo de los españoles a Huamanga según, Pedro Cieza de León y Damián de la Bandera,
se afirma la existencia de 676 pueblos étnicos. Encontraron un territorio con una organización
sólida, con una identidad definida, siendo el eje dinamizador la agricultura, ganadearía y
artesanía.
Esta cultura andina, era producto de aprendizaje que se vino tejiendo desde hace 20,000 mil
años A.C ( “Pikimachay” – 1966). Luego entre los años 500 a 1100 surgió el Imperio Wari,
sobre la base de las culturas Huarpa, Nazca y Tiahuanaco. Convirtiéndose en el centro
político administrativo del Imperio con altos niveles de calidad de producción de cerámicas,
tejidos, metales y piedras. Cuando el Imperio Wari se debilita, surgieron varias étnicas locales
como los Chankas, Wankas, Willcas, Uramarcas, Atunsullas, Andamarca, Angaraes,
Quinuallas y otros grupos regionales que agrupándose formaron la cultura Chanka que
rivalizaron con los Incas. Durante el siglo XV, la región fue ocupada por los incas, reafirmando
su centro administrativo religioso de “Vilcashuamán”
Por lo que se afirma, hasta la llegada de los españoles Huamanga – Ayacucho tuvo dos
grandes influencias en la formación de su identidad cultural, la primera de origen colla o
aymara con el imperio civilizador wari y la segunda de origen con el imperio civilizador inca
–quechua
Con la nueva ubicación de Huamanga 1540, el sistema organizativo fue impuesto por los
conquistadores que se siguió bajo las reglas del rey de España, el asentamiento de la ciudad
de Huamanga significó el reparto de tierras e indígenas a favor de los españoles como
derecho de conquista es así. En el área urbana, se distribuyó: tierras propias o bienes del
cabildo, tierras de dehesa (áreas de recreo), tierras solares, para la construcción de las casas
de los vecinos de la villa de huamanga y las tierras de Ejido (tierras de pastos para ganados).
En el área rural, los mismos “vecinos” solicitaron al cabildo “Merced de tierras “con fines de
producción agrícola y crianza de ganado. Por otro lado se repartieron a los indígenas que
tomó dos modalidades: repartimiento directo y por encomienda. En el caso del primero
consistía en el reparto de indígenas a los vecinos españoles de Huamanga para el servicio
agrícolas, ganaderas, construcción de casas y todo el servicio que el “amo” español mandaba
este tipo de rep
arto. La encomienda era una institución que consistía que los mismos “vecinos” asumían la
fusión de tutelaje de los indígenas adscritos dentro de esta. En Huamanga en el año 1540
existían ya, 21 encomiendas, luego en el año 1557 aumentan a 26 encomiendas. (Carrillo,
Huamaní: 1975).
Esta forma de reparto de tierras y de los indígenas es la que da nacimiento a los latifundios
– haciendas, en huamanga de la misma forma se dio en otros lugares. Que a 1565 -1700 se
forman los latifundios - haciendas de corte feudal.
En esta época la fe católica estuvo sectorizado en parroquias: La del Sagrario, que era de
españoles, y las de Santa Ana o Hanan Parroquia, y Santa María Magdalena o Uray Parroquia
(parroquia de arriba y de abajo, respectivamente) que eran de naturales.
También esta época se instituyeron dos conventos importantes: Santa Clara, fundado con
recursos del encomendero y empresario Antonio de Oré, y Santa Teresa, por el rico minero
Amador de Cabrera.
La vida económica regional durante la época colonial fue la minería. El centro minero que
más se destacó por aquella época (siglos XVI y XVII) fue la mina de mercurio de Santa
Bárbara (Huancavelica), adquirió importancia el circuito comercial que giraba a su alrededor.
Otra actividad económica importante durante la Colonia fueron los «obrajes», el cual
consistía en empresas manufactureras de telas burdas y bayetas. Desde comienzos del siglo
XVII se registra la presencia de tejedores en los barrios indígenas y mestizos de Huamanga,
e incluso el barrio de Carmen Alto, uno de los más tradicionales de la ciudad, se especializó
en la producción textil.
Se genera la guerra interna por capturar el poder político y los pueblos como Huamanga
echados a su suerte inmersa en el fango de la pobreza excluidos de las atenciones del estado,
esto conlleva a levantamientos de campesinos, de los yanaconas contra el abuso de los
terratenientes – hacendados.
Otro hecho que marca la historia de huamanga es la Violencia de los 80s y 90s, Esta guerra
no sólo generó la gran cantidad de muertos, también causó el despoblamiento del área rural
por la migración compulsiva regional y extra regional, la pérdida de la institucionalidad
comunal, cambió el paisaje rural por la reubicación de centros poblados a espacios
estratégicos, viviendas destruidas y abandonadas, destrucción de los sistemas productivos
por abandono de tierras de cultivo y de pastos, perdida de germoplasmas, deterioro de la
infraestructura productiva, descapitalizando la economía campesina.
En la década de los 90s, en los primeros años del gobierno de Alberto Fujimori se abren los
mercados nacionales a la producción mundial, produciéndose una reestructuración de la
economía nacional, desparece casi toda la industria local y el agro sufre la competencia de
productos subsidiados; pero esta apertura tuvo otros efectos, en las zonas con una
agricultura tecnificada, se orienta la producción agraria a la exportación, abriéndose una
brecha de abastecimientos que es rápidamente cubierta por productores de otras zonas
menos favorecidas, entre ellos por los ayacuchanos. Estas condiciones nuevas crean la
necesidad de posesionar cada vez mayor cantidad de tierras para obtener márgenes de
rentabilidad aceptables. (Carrillo, Escobar 2014)
Actualmente Huamanga es uno de los atractivos del Perú conocido como “Ciudad de las 33
Iglesias, Muy Noble y Leal Ciudad, Capital del Arte Popular y de la Artesanía del Perú, Capital
Religiosa del Perú, La Sevilla Peruana, Huamanga Señorial.” La que define un potencial
turístico que se plasma en su arquitectura por sus numerosos templos coloniales al estilo
renacentista, barroco y mestizo, las majestuosas casonas coloniales, restos arqueológicos y
manifestaciones artísticas que revelan un pasado histórico y una tradición aún vigente y
atractiva. Sus vestigios pre inca e inca, los tallados en piedra de Huamanga, la alfarería de
Quinua, la filigrana del barrio de Santa Ana y retablos ayacuchanos, la música ayacuchana
como manifestación cultural abarca diversos géneros musicales y sus festividades como los
carnavales y sobre todo la Semana Santa, ambas declaradas Patrimonio Cultural de la
Nación, leyendas, cuentos, y su gastronomía que son típicas, paisajes naturales, corredores
turísticos . Por lo que hay una necesidad de potenciar con decisiones de políticas y
planificadas.