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Vulnerability
L. Feito
RESUMEN ABSTRACT
El término “vulnerabilidad” encierra una gran com- “Vulnerability” is a complex concept. It refers to
plejidad. Hace referencia a la posibilidad del daño, a la the possibility of harm, to limitations and to the mortal
finitud y a la condición mortal del ser humano. Sin condition of the human being. Nevertheless, it has
embargo, tiene diversas dimensiones. Al menos una different dimensions. There are at least two: an
dimensión antropológica, que afirma la condición de anthropological dimension, which affirms the
vulnerabilidad del ser humano en cuanto tal, y una intrinsically vulnerable condition of the human being;
dimensión social, que subraya una mayor susceptibili- and a social dimension, which refers to an increased
dad generada por el medio o las condiciones de vida, susceptibility caused by the natural environment or
dando lugar a “espacios de vulnerabilidad” y “pobla- social settings, generating “vulnerability spaces” and
ciones vulnerables”. La dimensión social nos conduce “vulnerable populations”. The social dimension leads
a hablar de las capacidades y el reconocimiento como us to comment on capacities and recognition as key
elementos clave del vínculo entre los seres humanos elements of the bond amongst human beings, the
que es fundamento de la obligación moral. Esta obliga- ground of moral obligation. This obligation is
ción es fundamentalmente de cuidado y solidaridad en principally care and solidarity in the framework of
el marco de la justicia. justice.
Palabras clave. Vulnerabilidad. Reconocimiento. Key words. Vulnerability. Recognition. Care. Soli-
Cuidado. Solidaridad. Daño. darity. Harm.
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sufrir daño. Por tanto implica ser suscepti- lo antecedieron, sin principio visible, o el
ble de recibir o padecer algo malo o dolo- fiel presagio de otros que en el futuro lo
roso, como una enfermedad, y también repetirán hasta el vértigo. No hay cosa que
tener la posibilidad de ser herido física o no esté como perdida entre infatigables
emocionalmente. La vulnerabilidad tam- espejos. Nada puede ocurrir una sola vez,
bién puede entenderse como poder ser nada es preciosamente precario.» J. L. Bor-
persuadido o tentado, poder ser receptor, ges, Los Inmortales.
ser traspasable, no ser invencible, no tener Como dice Borges, la vida y lo que en
absoluto control de la situación, no estar ella hay es “preciosamente precaria”, de
en una posición de poder, o al menos tener ahí su enorme valor. Pero también su fragi-
la posibilidad de que dicho poder se vea lidad. La muerte es el límite absoluto para
debilitado. Es vulnerable, según el Diccio- las posibilidades, el fin de los proyectos y
nario de la Real Academia, quien puede ser las esperanzas. Por eso es la amenaza más
herido o recibir lesión, física o moralmente. poderosa, la que nos hace vulnerables. Y la
Todos estos sentidos, que muestran la conciencia de dicha amenaza, siempre pre-
polisemia del término y sus muchos mati- sente, nos convierte en doblemente vulne-
ces, hacen referencia no obstante a un rables por ser sabedores de nuestra fini-
denominador común: el daño. El daño tud. El ser humano no sólo muere, sabe
puede ser entendido de muy diversos que muere.
modos, el más evidente es la herida, el La muerte, la enfermedad y el sufri-
dolor. No en vano, el origen del término miento son las manifestaciones de nuestra
“vulnerabilidad” es el término latino “vul- radical finitud, de nuestro escaso poder,
nus”, que significa herida, golpe, punzada, del valor de ese breve suspiro que es la
y también desgracia o aflicción. En el vida. La muerte propia y la ajena nos
mismo campo semántico se encuentra hacen conscientes de la pérdida, de la
“vulneratio”, herida o lesión, y también el amenaza constante. Y la muerte, el final, el
verbo “vulnero”, herir o lastimar. Pero tam- dolor y la pérdida de posibilidades están
bién, obviamente, el daño puede ser psí- ínsitas en el ser humano como radical y
quico o emocional, en cuyo caso abre la constitutivo elemento de su vida, pues
vía del sufrimiento. Y existe también un están siempre presentes. Aunque la vida
daño moral, que es el causado por una sea, en buena medida, un intento de burlar
situación de maldad, una injusticia, un des- la inexistencia, como jugando al escondite
precio, o cualquier otra forma de daño que sabiendo que las risas tornarán en lágri-
afecte a nuestra identidad como personas. mas, que perderemos sin remedio esta par-
La vulnerabilidad tiene que ver, pues, tida, pero que mientras estuvimos jugando
con la posibilidad de sufrir, con la enfer- mereció la pena.
medad, con el dolor, con la fragilidad, con
«Bien sé que soy aliento fugitivo;
la limitación, con la finitud y con la muer-
te. Principalmente con esta última, tanto ya sé, ya temo, ya también espero
en sentido literal como metafórico. Es la que he de ser polvo, como tú, si muero,
posibilidad de nuestra extinción, biológica
o biográfica, lo que nos amenaza y, por y que soy vidrio, como tú, si vivo.» F.
tanto, lo que nos hace frágiles. Quevedo. El reloj de arena.
«La muerte (o su alusión) hace precio- El ser humano, que puede ser herido
sos y patéticos a los hombres. Estos se por ser frágil, y que queda no sólo lastima-
conmueven por su condición de fantas- do, sino también marcado por la cicatriz,
mas; cada acto que ejecutan puede ser últi- recuerdo del dolor, es víctima de su propia
mo; no hay rostro que no esté por desdi- condición mortal. Y esta afirmación de la
bujarse como el rostro de un sueño. Todo, vulnerabilidad se hace patente cuando
entre los mortales, tiene el valor de lo irre- autores como Pico della Mirandola, Petrar-
cuperable y de lo azaroso. Entre los Inmor- ca o Bocaccio comienzan, en el siglo XIV a
tales, en cambio, cada acto (y cada pensa- subrayar la importancia del ser humano
miento) es el eco de otros que en el pasado frente a una cultura fuertemente teocéntri-
ca. Con ellos se inaugura un nuevo modo la vida como quehacer, como algo por cons-
de concebirlo como individuo, y con ello truir, desde nuestra radical finitud.
se abre paso la idea de la dignidad huma-
na. Es una idea clave del renacimiento, «Es el mismo ser humano el que es lo
basada en la convicción de que la mente uno y lo otro [autónomo y vulnerable]
humana es capaz de autoconciencia y, por bajo dos puntos de vista diferentes. Y es
tanto, de libertad. más, no contentos con oponerse, los
dos términos se componen entre sí: la
«Tú, que no estás restringido por estre- autonomía es la de un ser frágil, vulne-
chos lazos, según tu propia y libre rable. Y la fragilidad no sería más que
voluntad, en cuyo poder te he coloca- una patología, sino fuera la fragilidad de
do, definirás tu naturaleza por ti un ser llamado a llegar a ser autónomo,
mismo. Te he puesto en el centro del porque lo es desde siempre de una cier-
Universo para que así puedas contem- ta manera. He aquí la dificultad con la
plar del modo más conveniente todo lo que hemos de confrontarnos»3.
que existe en el mundo. Tampoco te
hemos hecho celeste o terrestre, mor- La enfermedad que nos limita y trunca,
tal o inmortal, para que tú seas, por así el dolor que nos inclina, la ausencia y el
decirlo, tu propio y libre creador y te vacío, en sus muchas facetas, el sentimien-
des la forma que creas mejor. Tendrás to de impotencia, son manifestaciones de
poder para descender hasta las bestias nuestra vulnerabilidad. El ser humano es,
o criaturas inferiores. Tendrás poder por tanto, vulnerable y frágil por su misma
para renacer entre los superiores o condición corporal y mortal, pero también
divinos, según la sentencia de tu inte- por su capacidad de sentir y pensar, de ser
lecto“». Pico della Mirandola, Discurso con otros y de desarrollar una conciencia
de la dignidad del hombre. moral. La vulnerabilidad no sólo hace refe-
rencia a la dimensión biológica sino tam-
La “Oración por la dignidad del hom- bién a la historia del individuo en relación
bre” de Pico muestra cómo el ser humano con otros, al daño derivado de la relación
tiene todas las posibilidades abiertas, con otros, lo que hemos llamado vulnera-
pues carece de determinación previa. bilidad social.
Desde ahí se habilita un nuevo modo de
concebir la moral, como virtud que se LA VULNERABILIDAD SOCIAL
prueba en la acción. Enfatizando la auto- Como ya se ha comentado, la vulnera-
nomía moral como opuesta a la fortuna. bilidad ha comenzado a ser un término
Ésta es la que P. Ricoeur llama “parado- muy utilizado en ciertos ámbitos, especial-
ja de la autonomía y de la vulnerabilidad”: mente en los problemas éticos derivados
suponemos que somos autónomos, y esta de la investigación en poblaciones vulne-
presuposición se convierte en la garantía rables (grupos culturales diferentes en paí-
de buena parte de nuestras convicciones y ses en vías de desarrollo, mujeres, niños).
de nuestras reclamaciones de derechos u Pero también en el análisis de las condi-
obligaciones. Sin embargo, la autonomía es ciones de especial fragilidad en que ciertos
una tarea, es algo que hay que ganar. Debe- ambientes o situaciones socio-económicas
mos llegar a ser autónomos, precisamente colocan a las personas que los sufren. Así,
porque somos vulnerables y nuestro hori- el análisis de las condiciones de las vícti-
zonte, nuestro objetivo es la búsqueda de mas de los desastres naturales, las situa-
esa autonomía. La vulnerabilidad antropo- ciones de marginalidad y delincuencia, la
lógica, intrínseca, es, entonces, no sólo una discriminación racial o de género, la exclu-
afirmación de nuestra impotencia o debili- sión social, los problemas de salud mental,
dad, sino, antes bien, una constatación de etc. llevan a la afirmación de que existen
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des básicas que nos permiten alcanzar la principio de autonomía englobaría cinco
calidad de vida y encontrar el reconoci- cualidades:
miento como clave de la autonomía.
– Capacidad de creación de ideas y
La constatación de la vulnerabilidad y, metas vitales
especialmente, de la existencia de espa-
cios de vulnerabilidad, situaciones que – Capacidad de introspección, auto-
generan mayor potencial de daño, y por gestión y privacidad
tanto, poblaciones vulnerables, es, como – Capacidad de reflexión y acción sin
se ha dicho, un elemento muy relevante coacción
para las propuestas que se ofrecen desde
la bioética actual. – Capacidad de responsabilidad per-
sonal e implicación política
Baste mencionar, en este sentido, la
controvertida Declaración universal sobre – Capacidad de consentimiento infor-
bioética y derechos humanos, elaborada mado
por la UNESCO en 2005. En el artículo 8 de 2. Integridad. Se refiere a la totalidad de
dicha declaración se afirma el “Respeto de la vida que no debe ser destruida, entendi-
la vulnerabilidad humana y la integridad da, desde una perspectiva narrativa, como
personal”, que se concreta del siguiente la coherencia de la vida de la persona (his-
modo: «Al aplicar y fomentar el conoci- toria de vida) o de la unidad narrativa (his-
miento científico, la práctica médica y las tórica) de la cultura humana.
tecnologías conexas, se debería tener en
cuenta la vulnerabilidad humana. Los indi- La integridad implica la idea de totali-
viduos y grupos especialmente vulnera- dad, de completitud, y tiene que ver con
bles deberían ser protegidos y se debería una esfera personal de autodeterminación,
respetar la integridad personal de dichos en la que se apela a una virtud esencial
individuos.» Aunque con este artículo no que expresa la corrección, la honestidad,
se especifica el modo en que ha de aten- el buen carácter. También incluye una
derse a la vulnerabilidad, supone al menos dimensión legal, al referirse a la coheren-
una toma de conciencia reseñable. cia moral del sistema legal o médico.
Más interesante resulta la propuesta de En ambos casos, expresa un núcleo
unos “Principios de la bioética europea” intocable, la esfera personal, que no debe
elaborada a partir del Proyecto BIOMED II ser objeto de intervención externa, lo cual
titulado “Basic ethical Principles in euro- tendrá importantes consecuencias para la
pean bioethics and biolaw”, y llevado a bioética. El cuerpo se concibe como una
cabo por un conjunto de expertos de esfera privada, y observar este principio
diversas disciplinas y países. El trabajo se de integridad será indispensable para la
publica de la mano de J.D. Rendtorff y P. confianza entre sanitario y paciente. En
Kemp en el año 2000,15 y supone una alter- última instancia supone el respeto a la
nativa al clásico enfoque de los principios identidad y la integridad, en el contexto de
de la bioética, propuestos por el Informe la vida individual.
Belmont y, posteriormente, por T. Beau- 3. Dignidad. Se expresa de modo claro
champ y J. Childress. Los principios pro- que la dignidad no puede ser reducida a
puestos son: autonomía, integridad, digni- autonomía, antes bien, debe ser considera-
dad y vulnerabilidad. Se resumirán da un valor intrínseco Pero también es un
brevemente en lo que sigue: asunto de moralidad construida en las
1. Autonomía . Se concibe aquí no sólo relaciones humanas, por ello tiene una
como “permiso” para un tratamiento o dimensión intersubjetiva. La dignidad se
experimentación, sino ligada a la idea de otorga, de modo que es también una expre-
capacidad que ya se ha comentado. El sión de la idea de reconocimiento.
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por las normas en las decisiones que les proyectos); succión por el cuerpo (tener
afecten, de tal modo que participen o sean que estar pendiente de él, como algo que
representados en el diálogo; y 5. minimizar se subleva a mi dominio); soledad (inco-
el daño en el caso de los seres sentientes municabilidad del dolor mío); anomalía
no humanos y trabajar por un desarrollo (ruptura con la regularidad de la vida);
sostenible, lo que hace referencia a una recurso (sirve para algo: como refugio,
idea de responsabilidad ampliada más allá cambio de vida, etc.). Todos estos elemen-
de lo humano, hacia un mundo también tos están condicionados por la clase de
vulnerable. enfermedad, el tipo biológico del paciente,
la situación social del enfermo, la situación
IMPLICACIONES DE LA IDEA DE histórica y la personalidad individual. Y
todos ellos nos dan noticia de la vulnera-
VULNERABILIDAD EN EL ENTORNO
bilidad del sujeto enfermo.
SANITARIO
Lo importante de estos rasgos es que
Si observamos las raíces del término forman parte de una experiencia, a la que
“curar” nos encontramos algo muy intere- el profesional sanitario debe ser sensible,
sante: el verbo latino curo, significa cuidar, porque la enfermedad nos dice algo acerca
preocuparse. El sustantivo cura también de la existencia humana, acerca de la reali-
recoge este sentido: cuidado, atención, dad del humano en cuanto tal:29 (1) la
solicitud, tratamiento, preocupación. Salta enfermedad hace patente la condición cor-
a la vista que la raíz latina nos da la clave pórea de la existencia humana, es decir, la
para observar que curar y cuidar son dos determinación corporal de la identidad. La
términos intrínsecamente relacionados. condición de enfermedad muestra las limi-
Esto apoya la tesis de la indisociable uni- taciones que podemos sufrir. (2) También
dad entre las labores de curación y las de pone de manifiesto la “coexistencialidad”,
cuidado. la constitutiva apertura de la existencia
Cuidado ante el enfermo, ante el vulne- humana al “otro”, ese carácter de necesi-
rable, con las precisiones indicadas ante- dad y ayuda solícita que se ha menciona-
riormente. P. Laín Entralgo propone la do. Suscitada por (3) la vulnerabilidad, la
siguiente definición de enfermedad: «Esta permanente susceptibilidad de la existen-
es, a mi entender, un modo aflictivo y anó- cia humana a la destrucción, y por (4) la
malo del vivir personal, reactivo a una alte- doloribilidad, la constitutiva susceptibili-
ración del cuerpo, en el cual padecen las dad de la existencia humana al dolor físico.
acciones y funciones vitales y por el cual el Pero también, junto a estos rasgos que
individuo afecto vuelve al estado de salud destacan los aspectos negativos de la
(enfermedad curable), muere (enfermedad enfermedad, también se da la experiencia
mortal) o queda en deficiencia vital per- de (5) la capacidad de apropiación, esto
manente (enfermedad cicatrizal)»28. Enfer- es, el hecho de que la persona puede hacer
mar aparece, así, como un cambio: el paso y hace personalmente suya su propia expe-
del “estado de salud” al “estado de enfer- riencia, incluso cuando ésta es penosa. Y
medad”, el cual tiene dos aspectos funda- en cuanto apropiación es un acto de crea-
mentales: a) aspecto somático o físico: sín- ción (aquel por el cual la persona, además
tomas de una enfermedad objetiva, de padecer la enfermedad, la “hace”) y un
manifiesta o detectable, y b) aspecto psí- acto de interpretación, (aquel en cuya vir-
quico, donde se juegan los siguientes sen- tud el enfermo interpreta el sentido de su
timientos por parte del sujeto enfermo: dolencia en la trama de su vida). Todo ello,
invalidez (no poderse valer por uno en última instancia, remite a (6) el valor, la
mismo); molestia (aflicción, malestar); condición radicalmente valiosa de la exis-
amenaza (riesgo de morir, amenaza a los tencia humana.
28. LAÍN ENTRALGO, P. (1968) El estado de enfermedad. (Esbozo de un capítulo de una posible
antropología médica) . Moneda y Crédito. Madrid. p.49.
29. Ibid.
Todos estos elementos, que sin duda ajeno, se convierte en un mandato moral
habría que matizar y ponderar, están en la cuyo fundamento radica en nuestro modo
base de la labor de los profesionales sanita- de ser humanos: inevitablemente morales,
rios y constituyen en buena medida su obligados radicalmente a justificar nues-
razón de ser. En el ámbito del final de la vida, tros actos y nuestras opciones, llamados a
esta tarea de cuidado es, si cabe, aún más asumir las consecuencias de ellos, compe-
importante y necesaria. La labor ha de reali- lidos a la realización de un ideal de huma-
zarse desde una comunicación con la perso- nidad que no es univalente, pero sí presen-
na que está pasando por una situación difí- te siempre, desde el mismo momento en
cil o dolorosa, que puede ser irreversible, y que reconocemos que la libertad nos con-
que ha de integrar en su vida como expe- fiere la responsabilidad de nuestros actos.
riencia de la enfermedad, de la vulnerabili- Se trata de una llamada, pues, a la solidari-
dad, de la dependencia, y de la propia fini- dad entendida como preocupación y res-
tud. Por eso es tan importante la labor de ponsabilidad por el otro ser humano, por-
quienes prestan su ayuda. Se trata de una que sin ello no es posible la realización de
“actitud de cuidado” que depende de la sen- la justicia.
sibilidad ante el sufrimiento o la necesidad El cuidado, como atención solícita al
de otro ser humano y surge del mutuo reco- otro que requiere ayuda, no es renunciable,
nocimiento como seres vulnerables. pero su ejercicio debe realizarse en el
La relación entre profesional sanitario marco de la justicia. Una defensa exclusiva
y paciente está basada en aspectos inter- del cuidado puede llevar a un exceso de
personales del cuidado, en la capacidad de celo en un mal entendido ejercicio de la
percibir la necesidad y comprender la beneficencia que sobrepase el respeto debi-
situación de vulnerabilidad en que el do a la autonomía del paciente, pero ade-
paciente se encuentra. El paciente puede más puede entrar en conflicto con otros
estar sufriendo, puede sentir miedo o principios de rango superior, como la justi-
angustia, puede tener incertidumbre y cia y la no maleficencia. El elemento de cui-
dudas, está en una situación en la que dado tiene aspectos de exigencia de míni-
necesita probablemente apoyo y compren- mos, y también niveles de máximos, y es
sión, en la que se percibe a sí mismo como preciso no olvidar estos dos niveles. Habi-
frágil o dependiente, y en la que el profe- tualmente se tiende a pensar que el cuidado
sional sanitario se convierte en alguien es lo opuesto de la justicia, y que las dos
que puede prestarle ayuda, consejo, y ali- tradiciones son dispares porque sus acen-
vio. De ahí que deposite su confianza en tos se sitúan en perspectivas incomunica-
ese profesional del que espera, al menos, bles entre sí. Nada más alejado de la reali-
respeto y confiabilidad, es decir, la cuali- dad. Ambos son elementos que se
dad de hacerse acreedor de confianza, necesitan mutuamente y una ética a la altu-
tanto por su saber hacer técnico, su com- ra de nuestro tiempo no puede renunciar a
petencia profesional, como por su saber ninguno de ellos. El olvido del cuidado y del
ser prudente, su dimensión de relación y enfoque más contextual y relacional lleva a
cuidado. una ética excesivamente impersonal y fría,
que, acogida a sus principios, no atiende a
No es posible construir una relación la realidad de la vida. Por su parte, el olvido
sanitario-paciente adecuada dejando de de la justicia y su énfasis en la imparciali-
lado esta dimensión de relación interper- dad y en los derechos, lleva a una ética
sonal, es decir, no tratando al paciente débil y arbitraria, poco útil para las decisio-
como persona. Esta actitud puede ser des- nes más allá del nivel estrictamente indivi-
humanizadora pero, sobre todo, concibe la dual. Por tanto se trata de dos aproximacio-
relación clínica de un modo impersonal, en nes que han de combinarse.
el que no existe el reconocimiento mutuo.
La relación interpersonal que se da en
Todo lo dicho es pertinente a la ética la relación sanitaria, permite reconocer al
del cuidado. Desde esta perspectiva, la lla- individuo, al otro, como fuerza moral que
mada a la solicitud y la responsabilidad exige una responsabilidad. Pero la amplia-
por el otro humano, que no puede ser ción de esa responsabilidad más allá de
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