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¡CUIDAR A NUESTROS PEQUEÑITOS!

En primer lugar, quiero agradecer a nuestro padre Celestial por permitirnos a todos
nosotros experimentar en este momento de lo que llaman en las escrituras EL PERFECTO
AMOR DE DIOS, y agradecerles a los papas de nuestros niños de la primaria por ser parte
de su preparación para este momento.

El lema de este año de la organización de la primaria es SOY UN HIJO DE DIOS, todo lo que
hemos aprendido junto a los niños ha sido que es ser un hijo de dios y cual es nuestra
responsabilidad como hijos de dios.

En el himno #196, en la primera estrofa dice: soy un hijo de dios el me envió aquí, me ha
dado un hogar y padres buenos para mí.

Quisiera resaltar dos oraciones importantes de esta estrofa: Primero “soy un hijo de dios”,
al momento de nacer un bebe, lo primero que hacen las enfermeras es pedir a los papas
el nombre de su hijo, para que posteriormente ellas puedan identificarlos y llevarlos junto
a sus padre, y desde ese momento empezamos a llamarles por su nombre, a medida que
va creciendo y va diciendo sus primeras palabras, todavía no dice su nombre, pero
cuando se los llama ellos voltean rápidamente, de esa misma manera desde su inicio aquí
en la tierra los padres tienen la responsabilidad de enseñarles a sus hijos su nombre
espiritual y eterno “HIJOS DE DIOS”

El presidente Henry B. Eiring nos dice: la familia tiene la oportunidad, al comienzo de la vida
de un niño, de poner sus pies firmemente en el sendero de regreso al hogar. Desde muy
pequeños se les enseña que dios los ama, que fuimos creados a su imagen y semejanza y
que podemos volver a nuestro hogar celestial si seguimos sus enseñanzas. En mi centro de
practicas cuando llegan nuevos niños es difícil para ellos separarse de sus papas, lloran
todo el día, se distraen por un momento pero luego vuelven a recordar a sus papas, ya en
la salida los llamamos por su nombre y les decimos llego tu mama o tu papa, y saltan de
alegría para ir corriendo a sus brazos, es impresionante la alegría que ellos tienen cuando
se van juntos a sus papas, imagínense la alegría de un niño al escuchar de que su padre
celestial también lo espera con los brazos abiertos, el desea que ellos obtengan a
temprana edad la fortaleza espiritual para que permanezcan en el sendero.

Continúa diciendo el presidente Eiring: La familia tiene una ventaja en los primeros ocho
años de la vida de un niño. En esos años de protección, debido a la expiación de
Jesucristo, se bloquea el uso que hace Satanás de los vapores de tinieblas para esconder
el camino de regreso al hogar.
Segundo: Me ha dado padres buenos para mí, ¿y qué es ser padres buenos para ellos?,
en primera instancia es satisfacer sus necesidades temporales de alimento, vestido, etc. Y
segundo debemos ejemplificar en nuestra propia vida la fidelidad constante y prolongada
que el Señor espera de ellos. Que sucede cuando un papa llega a casa y siempre dice:
ya estoy cansado del trabajo, todos los días es lo mismo, entonces el niño aprenderá que
el trabajo no es una buena opción, que el trabajar no es tan bueno como lo dicen, es lo
mismo que sucede cuando no ponemos en primer lugar a Jesucristo y nuestros convenios,
si no hacemos nuestras noches de hogar, no leemos las escrituras, no oramos, no
participamos de la santa cena ni de nuestras clases, a medida que vayan creciendo
nuestros hijos y mirando esto, no tomaran como prioridad los asuntos del señor. Una vez
que Adrianito se quedo a dormir con nosotros, llegamos el domingo temprano a la capilla,
y el se sorprendió porque no vio a sus papas y dijo: Mis padres llegan tarde, y le dijimos que
les invitara a llegar mas temprano.

Si los niños son fortalecidos con fe y un testimonio desde ahora, tendrán menores
probabilidades de que necesiten rescate como adolescentes. Se dan cuenta de que un
fuerte cimiento espiritual puede tener un impacto positivo para toda la vida.

Quisiera terminar con una escritura, en Mosiah 4:14-15, Ni permitiréis que vuestros hijos
anden hambrientos, ni desnudos, ni consentiréis que quebranten las leyes de dios, más les
enseñareis a andar por las vías de la verdad y la seriedad, les enseñareis amarse
mutuamente y a servirse los unos a los otros,

LO QUE NOSOTROS ESPERAMOS Y EXIGIMOS DE NUSTROS HIJOS, ESO MISMO TAMBIEN


DEBEMOS SERLO, LO PODEMOS HACER

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