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Cómo manejar el estrés laboral

A diferencia de otros artículos en los cuales he tratado lo que debemos hacer para
incrementar la productividad, servir al cliente, o buscar un buen posicionamiento en el
mercado, hoy quiero abordar un tema en el cual nos detendremos a analizar lo que no
debemos hacer en nuestro trabajo.

Y lo que no debemos hacer es estresarnos. El tema del estrés laboral se volvió ahora
un hecho cotidiano. Sus causas son diversas y van desde experiencias desagradables
con los clientes hasta conflictos con los compañeros de trabajo, plazos de entrega
limitados y constantes llamadas telefónicas que se generan por fallas en la
comunicación de la empresa o en el equipo de trabajo, sobrecarga de tareas, roles
indefinidos, autoridad excesiva o insuficiente. Así como la escasez de tiempo, de
recursos materiales, la falta de reconocimiento profesional por parte de colegas y
superiores o bajas posibilidades de crecimiento profesional, entre otras.

Lo cierto es que el estrés laboral ganó en los últimos años un mayor protagonismo.
Hay cada vez más personas que lo padecen porque los requerimientos competitivos
cada día son mayores. Los expertos en management insisten en que la "cultura
obsoleta" que impera en un alto porcentaje de las empresas, así como lo que se
denomina el "liderazgo tóxico" que ejercen la mayoría de los jefes, está causando un
creciente malestar entre la población laboral.

El sicólogo laboral Iñaki Piñuel señala la adicción al trabajo (workaholics) como un


fenómeno que tiene más presencia en las llamadas "empresas tóxicas", que suelen
premiar los excesos de sus profesionales, "despreocupándose de si dicho
sobreesfuerzo agrava su deterioro físico y psíquico".

¿Y qué es el estrés?

Fue el científico Hans Selye, quien hizo la primera definición del estrés, comenzó por
describir en 1926 lo que se llamaba “síndrome general de adaptación”, que era la
reacción del cuerpo frente a noxas (cosas que nos agreden). En 1936 le da el nombre
de “estrés”, tomándolo prestado de la Física porque el estrés es la cantidad de peso al
que los ingenieros someten una pieza para ver hasta dónde puede llegar sin partirse.

Aplicado a las personas se lo define como la reacción mental y física frente a una
sobrecarga (una carga mayor de la que se puede llevar) que puede ser de dos tipos:
interna (mental, psicológica) y externa (de pareja, laboral, familiar, institucional). Es
decir que puedo estar sobrecargado por lo que yo mismo me genero, por lo que me
generan los demás o por ambas cosas. Pero la peor exigencia es la interna porque de
ella no podemos escapar.

Generalmente las personas tenemos expectativas que superan nuestra realidad


vivencial. De hecho hay tests que muestran que la “calidad de vida” es algo muy
distinto al “nivel de vida”, porque éste indica cuánto dinero tengo mientras que la
“calidad de vida” habla de cuánto lo disfruto.

Aunque suene contradictorio, no podemos vivir sin estrés, definitivamente no, sin
estrés morimos enseguida. El estrés es un proceso normal y sumamente necesario: si
no te estresas ante el bocinazo, el auto te atropella. Es similar a lo que ocurre con las
cuerdas de la guitarra. Para que suene bien debe tener la tensión justa, a esto lo
conocemos como ​eustrés o estrés positivo. Si la tensión de la cuerda es mayor entro
en un área que se llama estrés malo o negativo, o ​distrés, donde la cuerda no sólo
suena mal sino que se puede romper. A menor tensión caigo en el hipoestrés, o estrés
anormal

Los síntomas son de ​carácter físico como palpitaciones, acidez gástrica, dolor muscular
en las cervicales, dolor de cabeza, trastornos intestinales, alteraciones dérmicas,
alergia, caída de pelo, picazón y mareos; de carácter ​mental como alteraciones de
memoria por falla de la concentración, pensamientos obsesivos, discurso interno
negativo, errores en la toma de decisiones y de carácter ​emocional como la ansiedad,
la frustración, depresión y pesimismo.

Se relaciona el nivel de estrés con la facultad de control, es decir que cuanto más
controlo mi entorno, menos estrés tengo. Por ejemplo, un alto ejecutivo puede estar
muy ocupado, pero también, en un momento, puede decir “basta por hoy”, apaga el
celular y se va a jugar tennis. Pero, ¿cuál es la capacidad de libertad de un mensajero
o de un obrero de turno en la fábrica?. Y también puede ser a la inversa, que el alto
ejecutivo no logre dominar la situación y el obrero la tenga controlada, lo que muestra
que una persona puede estar muy estresada pero si, a la vez su facultad de control es
muy alta, no tendrá problemas. ​La forma en que te sientas respecto a tu trabajo y qué
tan bien desempeñes tu labor dependerá de qué tan eficazmente manejes el estrés.

Técnicas para el manejo del estrés

Está en nuestras manos tomar el control de nuestros actos, y para ello debemos
realizar establecer un Plan que nos permita combatir el estrés:

ANTES:
● Es importante la organización del tiempo y de las actividades. Establecer horarios
es fundamental para poder descansar, no estar preocupados, no sufrir continuos
sobresaltos y olvidos importantes.
● Evitar infusiones como café, bebidas gaseosas o té porque aumentan la actividad
corporal
● Realizar deportes. La práctica moderada de algún deporte o ejercicio físico ayuda a
relajarse.
● Dos o tres veces al día realizar ejercicios de estiramiento muscular o elongación.
Movilizar cuello, hombros, brazos, columna y piernas.
● Fomentar los cambios de hábitos que perjudican, y
● No dejar pasar los problemas: afrontarlos de una manera más activa o más pasiva,
pero decidiendo qué es lo mejor en cada caso.

DURANTE:
Tan pronto como reconozcas los indicadores de estrés, prueba estas técnicas.

Respiración profunda​: Respira varias veces lenta y profundamente. Inhala por la nariz
y exhala por la boca. Mentalmente la respiración profunda te dará tiempo para pensar
en la mejor manera de responder a la situación. Fisiológicamente ayuda a detener la
respuesta del cuerpo al estrés.

Pensamientos conscientes: Este recurso se conoce como discurso interno, contrarresta


tus ideas negativas con pensamiento positivo u optimistas que estimulen tu confianza
y mejoren tu desempeño.

Procura decirte:
● Puedo con esto
● Todo va a salir bien
● Aunque cometa un error la gente seguirá apreciándome
● Soy una persona inteligente y competente. Conozco mi trabajo

El solo hecho de repetirlo aumentará tu confianza personal y te ayudará a encontrar


de nuevo tu equilibrio.

DESPUÉS:
Haz una breve pausa y aprovecha el tiempo para recuperar la calma, realiza:

Estiramientos. Unos cuantos estiramientos del cuello ayudan a reducir la tensión


muscular, favorecen la circulación y la respiración. Pensarás con mayor claridad y te
sentirás menos tenso y adolorido.

Usa la imaginación​. Todo lo que tienes que hacer es imaginarte en un entorno


agradable, con tu familia o tus amigos. Pon a funcionar tus sentidos, por ejemplo
siente la textura del sofá, el olor de la vela aromática, imagina el rostro sonriente de
las personas que te acompañan. Cuando tus sentidos envíen estas señales a tu
cerebro éste interrumpirá la respuesta al estrés y tu cuerpo se relajará.

Sal a caminar.​ Una caminata revitaliza tu cuerpo y aclara la mente.

Charla con un amigo. Comparte lo que piensas con alguien que te comprenda. Así
liberas tu ira y puedes ver las cosas con claridad. Probablemente la persona que te
escuchó te haga sugerencias útiles.
Sonríe. Es un remedio maravilloso, cambia tu enfoque mental, la risa libera sustancias
químicas en tu cuerpo que ejercen un efecto tranquilizador y modifica tu patrón
respiratorio.

PERMANENTEMENTE:

Haz ejercicio. Logra que tu corazón bombee sangre y ayuda a combatir y prevenir la
tensión. El yoga o Tai- Chi son recomendables.

Acude a un masajista. Los masajes reducen la tensión muscular y mejoran la


circulación.

Consiéntete.​ Regálate algo, ve al cine o piensa en lo bien que está tu vida.

¿Cuál es la filosofía para no colapsar?

Saber que lo perfecto es enemigo de lo bueno. Haz todo lo que debas para cuidarte a
tí mismo y a la gente que quieres y trabaja con ganas y optimismo que el mundo será
mejor mañana. Y si te sirve de consuelo… hasta el Rico Mc Pato se estresa.

KAROSHI: muerte por estrés laboral

El estrés laboral realmente puede causarle la muerte a una persona, existen


estudios realizados a empleados japoneses y británicos que proveen fuerte
evidencia sobre cómo el estrés eleva el riesgo de enfermedad cardíaca, al
trastornar los sistemas internos del organismo.
Uno de los problemas es que las personas se han mostrado escépticas a creer que
el estrés laboral realmente afecta biológicamente al ser humano.

“Estudios médicos evidencian que la relación entre el estrés laboral y la enfermedad


coronaria es causal”, manifiestan los investigadores del European Heart Journal.

Los cambios biológicos y de conducta probablemente expliquen por qué el estrés en


el trabajo provoca enfermedad cardíaca. Los trabajadores estresados comen
alimentos poco saludables, fuman, beben alcohol y no realizan ejercicio, todas
conductas relacionadas con la enfermedad cardíaca.

Los empleados estresados tienen una variación menor en el ritmo cardíaco, un


signo de debilitamiento en el corazón, y presentan niveles elevados de cortisol, la
hormona del "estrés". Demasiado cortisol circulando en la sangre puede dañar los
vasos sanguíneos y el corazón. Si uno está constantemente estresado, estos
sistemas biológicos del estrés se vuelven anormales.

En Japón se estima que al menos 10.000 trabajadores mueren anualmente por


enfermedad o suicidio derivados del estrés ocupacional y de las prolongadas
jornadas laborales. Las víctimas de “karoshi” se desempeñaban en diferentes
ocupaciones. Entre las causas más comunes de muerte se encuentran el infarto y
la apoplejía.

Bibliografía:
Servicio al cliente. Serie Business. Beverly Rockes
Artículos de medicina laboral

http://en.wikipedia.org/wiki/Karoshi

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