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Desde los inicios de la historia del ser humano el mundo siempre ha sido regido por
sociedades machistas en el que al hombre se le considera superior a una mujer
conllevando a que miles de mujeres en todo el mundo sean víctimas de la violencia de
género, la cual puede ser feminicida; ésta tiene el fatal desenlace de la muerte violenta
de las mujeres.
En el siglo XXI todavía hay una gran necesidad de consolidar la igualdad entre hombres
y mujeres, la igualdad de vivir sin violencia y discriminación. Los asesinatos de mujeres
por razones de género se dan en todos los países y en todas las culturas, no se puede
dejar de lado cuando al año mueren más de 100 de mujeres por este acto, aunque
resulte imposible en la actualidad determinar la magnitud que ha logrado alcanzar este
problema dado que la mayoría de los datos que exponen los países no están
clasificados por feminicidios o por asesinatos de razones de género pero de lo que si
estamos seguro es de que el problema es mayor de lo que podemos determinar.
De acuerdo con el informe N° 126 expedido por el congreso nos dice que en año 2012
se contabilizaron un total 82 feminicidios que a la fecha sigue aumentando con gran
rapidez ya que en el año 2015 se contabilizaron 112 feminicidios y en el año 2016 un
total de 124 lo que nos da un promedio de 10 asesinatos por mes.
En el caso de Guatemala que es uno de los países con la cuarta tasa más alta de
feminicidios en el mundo ha logrado reducir de manera gradual los crimines tipificados
como feminicidios así lo informó el Instituto Nacional de Ciencias Forenses de
Guatemala. Así mismo Heidy Estrada, subdirectora del IDPP expreso que esto se logró
debido a que el sistema justicia ha sido reforzado ya que este país la pena mínima por
este crimen es de 25 años y la máxima de 50 con una diferencia abismal si lo
comparamos con nuestra legislación que solo da de 15 a 25 años a los autores de estos
hechos.
Por lo tanto, es fundamental señalar que las organizaciones del Estado y de la sociedad
civil deben promover estrategias para prevenir y resolver casos de feminicidio en el país,
pues son crímenes perpetrados cotidianamente contra las mujeres. El Estado debe
actuar con la debida diligencia, es decir que se debe exigir a las autoridades la
investigación exhaustiva de los hechos y la aplicación de justicia a los responsables;
como parte de sus compromisos internacionales con la defensa de los derechos
humanos de todas las personas.