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I N D I C E
Advertencia introductoria
Creemos que el estudio del proceso histórico nacional (un complejo y conflictivo
entramado de cuestiones políticas, sociales, económicas, culturales e ideológicas), dentro
del contexto mundial en que se desenvolvió, es una herramienta necesaria y útil, para
alcanzar aquel objetivo.
La brevedad del curso nos obliga a seleccionar los elementos centrales básicos (sin
poder profundizarlos, pero hecho con fundamento y rigurosidad), que den cuenta de la
evolución histórica de la Argentina Contemporánea, que tiene ya, más de 120 años.
Los estudiantes deben tener muy en cuenta, que esta ficha responde a un determinado
criterio de interpretación del pasado y del presente. Sus planteos y deducciones deben
ser analizados críticamente. Los abundantes datos que se aportan, sirven para
fundamentar las afirmaciones y conclusiones (siempre sujetas a correcciones). Que es
imprescindible la consulta bibliográfica recomendada (y también de otra), para que cada
estudiante pueda dar razones de su propia interpretación y visión de la realidad.
Buscamos un hilo conductor integrador, que nos permita caracterizar a cada etapa. Nos
encontramos entonces, frente a un problema teórico difícil y discutible, pero más allá de
los cuestionamientos válidos, nos basaremos en la categoría de “Modelo social de
Acumulación”.
La Argentina y toda la América Latina y del Caribe, son países de “3er. Mundo”,
capitalistas dependientes, con distinto grado de desarrollo, sobre quienes pesa, como un
lastre, no sólo el pasado colonial español, sino también, la hegemonía británica y
norteamericana, que sometieron a este vasto continente, al saqueo de sus riquezas
naturales y a la explotación de sus habitantes.
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Juan Antonio Vilar
Desde el punto de vista jurídico, el capitalismo descansa, pues, sobre dos instituciones
esenciales: el derecho de propiedad privada y la libertad de contrato, incluida… la
contratación del trabajo personal. En general, la actividad económica está orientada hacia
la rentabilidad u obtención de beneficios por las empresas privadas, en un régimen de
libre concurrencia, en el cual, al menos en principio, el Estado no interviene.” 1
Sus defensores, los liberales, sostienen la supremacía del Mercado (como factor
fundamental para el desarrollo económico y la multiplicación de la riqueza) sobre el
Estado. Sin embargo, han apelado al Estado para salvar al sistema. El Estado es un actor
económico relevante. Muy tempranamente, Adam Smith, ha definido el papel de un
gobierno capitalista-burgués: “El gobierno civil, en la medida en que está instituido para
defender la propiedad, en realidad está instituido para defender al rico contra el pobre,
o a los que tienen alguna propiedad, contra los que no tienen ninguna.”
1
DI TELLA, TORCUATO, GAJARDO, PAZ, GAMBA, SUSANA, CHUMBITA, HUGO, Diccionario de Ciencias
Sociales y Políticas, pp. 64 á 66, Buenos Aires, Puntosur, 1989.
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Juan Antonio Vilar
Tiene una capacidad de crecimiento notable que no es lineal e ininterrumpido, sino
cíclico, “donde se suceden ondas alcistas y ondas recesivas, que desembocan
eventualmente en una crisis.”
“En este sentido, puede considerarse a cada etapa expansiva, como un Modelo de
Acumulación, donde la estructura económica presenta características propias, que van a
identificar la etapa.. . . se caracteriza, según Samir Amín, por una forma particular de
acumulación de capitales: un tipo de industrias motoras, una determinada forma de
competencia en el mercado, una determinada etapa de expansión geográfica del sistema,
una determinada distribución del ingreso, una particular distribución de funciones entre
el centro y la periferia, una determinada forma de intervención del Estado en el sistema
económico.” 2
El investigador Hugo Nochteff sostiene una hipótesis conceptual –que toma del
economista J. A. Schumpeter en “Teoría del desenvolvimiento económico”- que es útil
para entender las causas de la debilidad de la estructura económica argentina. Dice:
Por lo tanto, el desarrollo económico se produce cuando las elites económicas generan
innovaciones tecnológicas que involucran a toda la sociedad “en forma de sistemas
nacionales de innovación”. Este fenómeno impulsa las etapas de crecimiento acelerado de
impulso endógeno.
2
LAFFERRIERE, LUIS, Capitalismo y ‘Modelos de Acumulación’, Mimeo, Paraná, 1985.
Contribución al Conocimiento de la Realidad 7
Juan Antonio Vilar
están en el centro de la agenda del Estado y de la elite económica, y los esfuerzos
científicos-tecnológicos están estrechamente vinculados (por impulsos de la demanda de
la misma elite) al perfil del producto, de la inversión y del comercio exterior.”
En cambio, “en las economías de adaptación… esas cuestiones y políticas están ausentes
(o casi ausentes)…”
“La combinación de las ventajas comparativas naturales” con los cambios tecnológicos y
económicos de las economías europeas.” La capacidad de adaptación de la elite económica,
“es la contracara de un bajo perfil en materia de inversión, innovación tecnológica,
eficiencia productiva y especialización.”
A partir del ‘Proceso’ militar “… la elite económica forzó otro período de opciones fáciles
y de obtención de cuasi rentas de privilegio.” El factor que lo lideró, fue el endeudamiento
externo, la ‘gran burbuja’.
Tiene 3 etapas: la primera, entre 1977 y 81, se aprovechó del aumento de la liquidez y la
baja de las tasas de interés en el mundo (pero muy altas en la Argentina); la segunda fase
(1982-90), obtuvo transferencias de ingresos masivos a través de subsidios (‘promoción
industrial’) y la tercera, a partir de 1991, “… la combinación del endeudamiento externo
con las privatizaciones, la desregulación y la liberalización comercial, contribuyó a que
pudieran obtenerse cuasi rentas no tecnológicas.” 4
3
ASPIAZU, DANIEL y NOCHTEFF, HUGO, El desarrollo ausente, Buenos Aires, FLACSO/Norma, 1994.
4
NOCHTEFF, HUGO, La experiencia argentina: ¿desarrollo o sucesión de burbujas?, en Revista de la CEPAL Nº 59, agosto
de 1996.
Contribución al Conocimiento de la Realidad 8
Juan Antonio Vilar
El Estado “es la nación jurídicamente organizada y políticamente libre.” Sus elementos
fundamentales son una Población (la sociedad civil), un Territorio propio, una estructura
jurídica (constitución, leyes, derecho), una Autoridad suprema (gobierno con poder y
continuidad) y una Soberanía con independencia de otro poder externo.
Eliminada la dominación española, durante 50 años se produjo una guerra interna entre
porteños y provincianos por la renta aduanera, disputándose el Poder y el sistema que se
daría al Estado. Los Gobiernos eran fugaces, las constituciones, desconocidas.
Rosas creó un régimen autoritario más duradero –la Confederación Argentina-, que
sostuvo por la fuerza los intereses de la oligarquía de Buenos Aires –el monopolio
aduanero porteño- reiterándose la resistencia armada del Interior.
Bajo el liderazgo de Bartolomé Mitre, fue reconocida la Constitución de 1853, con sus
Reformas de 1860 y 1866, que declaraba la nacionalización de las rentas aduaneras. Por
lo tanto, dichas rentas, seguirían siendo manejadas por la oligarquía porteña (producto de
una nueva alianza entre unitarios y rosistas).
Después de Pavón, comenzó una etapa crucial de nuestro pasado. La oligarquía porteña
puso en marcha una política de transformación del país, sentándola sobre bases sólidas.
Pero necesitaba eliminar todos los obstáculos que se le oponían. Creó las condiciones de un
Estado capitalista, liberal, agropecuario y dependiente, de larga duración, que recién se
consolidó, en la etapa siguiente, con la “generación del 80”. Tuvo un proyecto definido de
país. Dio los primeros pasos, impulsando el progreso, con suficiente poder para iniciar los
cambios.
El territorio debía ser ‘vaciado’ de indios. Estos fueron muertos, o apresados para
ser luego confinados o repartidos como sirvientes, entre familias distinguidas de
Buenos Aires, o empujados al sur o a la cordillera.
En la década de los 80, la Autoridad Nacional, ejercía plena soberanía sobre todo el
territorio que hoy reconocemos como la Argentina.
“La respuesta que recibió la política del general Mitre de alentar las inversiones
extranjeras, fue casi instantánea. Al cabo de 3 años, hombres de negocios e ingenieros
británicos habían establecido bancos y compañías ferroviarias y tranviarias en la
Argentina; a éstas, siguieron poco después, obras de utilidad pública como las de gas,
aguas corrientes y sistema de cloacas.” 5
Las colonias agrícolas se multiplicaron en Santa Fe; en menor cantidad, en Entre Ríos,
Córdoba y Corrientes. La producción cerealera, empezó a tener importancia. Santa Fe, se
convirtió en la gran provincia triguera. En 1876, se exportó trigo, maíz, lino y forraje. Las
cantidades, eran modestas, pero precursoras del destino agroexportador.
Un hecho significativo fue que en 1866, los grandes ganaderos de Buenos Aires,
fundaran la Sociedad Rural y que su primer presidente se llamara José Martínez de Hoz.
La inmigración europea, era cada vez mayor. En 20 años, llegaron al país, 420.000
inmigrantes, de los cuales, el 60 % se radicaron en el Litoral.
5
M.G. MULHALL, The English in South América, cit. por FERNS, H.S., Gran Bretaña y Argentina en el siglo XIX, p. 327 /
328, Buenos Aires, Solar / Hachette, 1966.
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Juan Antonio Vilar
La crisis económico-financiera de los países centrales, tuvo repercusión en la Argentina.
Avellaneda adoptó diversas medidas para enfrentar la emergencia y manifestó su criterio
principal, en su Mensaje a Congreso en 1876 en este concepto:
“Hay dos millones de argentinos que ahorrarán hasta su hambre y sobre su sed,
para responder, en una situación extrema, a los compromisos de nuestra fe pública
en los mercados extranjeros.”
Las inversiones británicas en la Argentina, para 1876, eran significativas, así como
también a qué sectores iban destinadas:
En 1875 la Argentina estableció comunicación por cable con Europa, y la red telegráfica,
se extendía por alrededor de 8.000 km.
En 1876 fue sancionada la Ley de Colonización e Inmigración. Por ella, el Estado promovió
la inmigración europea, otorgándole numerosos beneficios (pasajes, alojamiento,
protección al arribo y facilidades para lograr empleo).
Si bien, la fundación de colonias continuó a ritmo acelerado en el Litoral, esta ley fue
clave para que la inmigración se convirtiera en masiva y espontánea en el período siguiente
6
FERNS, H. S., Gran Bretaña… etc., op. cit., pp. 329.
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Juan Antonio Vilar
BIBLIOGRAFIA
-------------------------------
Síntesis esquemática.
La burguesía terrateniente porteña, con sus aliados del Litoral y del Interior, había
impuesto su hegemonía en todo el país. Estaba convencida que, la Argentina, lanzada por la
senda del progreso, lograría ser tan adelantada como los principales países de Europa
occidental o los Estados Unidos, sus modelos.
Tuvo un programa definido muy coherente –aunque no explícito- que era el siguiente:
Durante la 2da. mitad del siglo XIX, en Europa, Estados Unidos y Japón, se produjo un
fantástico desarrollo técnico-científico, que dio origen a la Segunda Revolución
Industrial.
Europa fomentó la producción de materias primas en los países “periféricos”, con una
demanda creciente, y con inversiones de capital significativos. Simultáneamente, solucionó
el problema del exceso de su población, alentando la emigración hacia esos países, donde
producirán alimentos y materia prima que necesitaban.
II - 3. Actores sociales
Sus intereses coincidían y se articulaban con los intereses del gran capital británico,
reforzando una sociedad de hecho, que existía desde hacía mucho tiempo.
II - 4. Factor dinámico.
Con las divisas obtenidas por las exportaciones, se pagaban las importaciones, y se
enrique- cían los terratenientes e inversores.
Sus inversiones fueron escasas, para el mejoramiento de sus campos (alambrado, molino,
tanque de agua, casco, galpones, máquinas y refinamiento del ganado), construcciones en
la ciudad (verdaderos palacios para vivir, como el de Anchorena o el de Unzué y
conventillos para los obreros).
Los inversores extranjeros, remitieron las enormes ganancias a sus países de origen.
Por lo tanto, la mayor parte de la riqueza creada en el país, se fugó, no hubo acumulación
interna, ni diversificación de la producción. La Argentina no se capitalizó de acuerdo con
sus posibilidades.
El Estado Nacional, estimuló algunas producciones del Interior, buscando paliar los
agudos desequilibrios regionales. Así, protegió a la industria azucarera de Tucumán y del
Noroeste y la vitivinícola de Cuyo.
Desde fines del siglo XIX se aprovechó la madera de la región chaqueña (leña,
durmientes).
7
DI TELLA, TORCUATO, GERMANI, GINO, GRACIARENA, JORGE y colaboradores, Argentina, sociedad de masas,
Buenos Aires, Editorial Universitaria de Buenos Aires, 1966.
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Juan Antonio Vilar
El desarrollo industrial, fue escaso. Las únicas industrias modernas, estaban las
destinadas a la exportación, como la frigorífica; también la molinera.
Recién en 1887 se fundó la Unión Industrial Argentina (UIA); por varias décadas, la
actividad industrial no tuvo incentivos, ni protección y careció de peso político.
Al comenzar la Gran Guerra, los británicos dejaron de realizar nuevas inversiones, que
habían realizado en el sector `servicios` (sector terciario). Se convirtieron en ‘rentistas’.
II - 7. Vulnerabilidad y límites.
El ciclo expansivo fue impulsado por factores exógenos, que imponían las condiciones:
precios, volúmenes, calidad.
En el apogeo del ciclo -1910, año del Centenario- había abundantes capitales, pero ni a la
clase terrateniente, ni al Estado, se les ocurrió realizar (o fomentar) grandes inversiones
en otras actividades económicas. No tuvo relevancia la industria liviana –mucho menos la
pesada-, ni integración económica, ni desarrollo científico-tecnológico que permitiera
cierta autonomía a la economía argentina.
Las escasas divisas de la ‘renta agraria’ disponibles a partir de ese momento, no podrían
mantener el funcionamiento exitoso del modelo, de 50 años de duración. La ilusión del
`progreso indefinido` chocó con la realidad. La ‘burbuja’ había reventado.
A partir del año 1880, la Argentina entró en una etapa decisiva de modernización, que
significó el cambio más profundo producido en el país, desde la llegada de los
conquistadores españoles. En sólo 3 décadas, la Argentina `criolla`, tradicional, cambió
completamente, tanto en orden político, como social, económico, cultural, demográfico o
territorial.
Se conformó la Argentina moderna, “de economía primaria exportadora” que tuvo larga
duración.
La estructura institucional, tiene como base a la Constitución de 1853 con sus reformas.
El Derecho fundamental, se completa con los Códigos Civil, Penal, Comercial, de Minería,
de Procedimientos, la Ley de Federalización de Buenos Aires y su ordenamiento municipal,
la organización de los territorios nacionales y las constituciones provinciales.
En la década de los 80, fueron sancionadas una serie importante de “leyes liberales”,
como la Nº 1420, de Educación Común, gradual, gratuita, obligatoria (y laica); la de
creación del Registro Civil y del Matrimonio Civil. Todas ellas, así como la secularización
de los cementerios, dieron lugar a una enconada reacción de la Iglesia Católica, que se
consideraba despojada de sus funciones propias y que lo son de todo Estado moderno.
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Juan Antonio Vilar
En 1881 quedaron suprimidas las `Guardias Nacionales`; desde entonces, hubo un único
Ejército Nacional. En ese mismo año, la Ley Nº 1130, dispuso la unificación de la moneda,
en un primer intento de poner fin a la anarquía monetaria (circulaban monedas de
distintas provincias y de países extranjeros).
En síntesis: desde entonces, existe un Gobierno Nacional con Autoridad en todo el país,
con Poder suficiente, como para hacerse obedecer y respetar. Quedaba así, asegurada
una continuidad constitucional durante 5 décadas.
Las figuras políticas más representativas, fueron: Julio Argentino Roca, Carlos
Pellegrini, Miguel Juárez Celman, Eduardo Wilde, Dardo Rocha, Lucio V. Mansilla,
Torcuato de Alvear, Eduardo Racedo, etc. Eran positivistas-liberales y estaban
convencidos de la filosofía del “progreso indefinido”. Su optimismo era desbordante. El
presidente Roca llegó a `profetizar` en su Mensaje dado a Congreso en 1880, lo
siguiente:
II – 9 c.- La Oligarquía.
Surgida en época de Rosas, se fortaleció con el mitrismo y se consolidó con Roca y sus
sucesores, cuando le transfirió las tierras fiscales de la pampa húmeda.
Rosas convirtió a los ‘enfiteutas’ en propietarios. Entre 1837 y 1840, Rosas distribuyó
3.426 leguas cuadradas (8.565.000 hectáreas) entre 293 titulares. Entre ellos, figuraban
–¿casualmente?- sus parientes, colaboradores o partidarios: Tomás y Nicolás Anchorena,
Félix de Alzaga, Juan Miguens, Felipe Arana, Juan Terrero, Pedro Trápani, Eustaquio Díaz
Vélez, Juan Pablo Sáenz Valiente, Simón Pereyra y otros, entre los que no faltaban,
ingleses.
El 2do. Censo Nacional de 1895, destacó el “hecho notable de que casi la 3ra. parte de
los terratenientes, habían nacido en países extranjeros.” 11
En el Litoral, sucedía algo parecido. En Santa Fe, sobre un total de 14.200 explotaciones,
son trabajadas por sus dueños, 5.500, por arrendatarios: 7.300 y por medieros: 1.300.
Esta inicua explotación de los arrendatarios, sumada a la de los acopiadores –y la baja del
precio de los granos- originó un gran levantamiento de colonos agricultores y chacareros
del sur de Santa Fe y norte de Buenos Aires en 1912, que recibió el nombre de Grito de
10
JITRIK, NOE, El mundo del Ochenta, p. 40, Buenos Aires, Centro Editor de América Latina, 1982.
11
VAZQUEZ-PRESEDO, VICENTE, El caso argentino, Buenos Aires, Editorial Universitaria de Buenos Aires, 197l.
12
GRELA, PLACIDO, El Grito de Alcorta, pp. 72/74, Rosario, Ed. Tierra Nuestra, 1958.
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Juan Antonio Vilar
Alcorta. Entonces fundaron la Federación Agraria Argentina –F.A.A.- que defiende los
intereses de los pequeños y medianos productores rurales.
Comúnmente, para establecer una colonia, debía cumplirse algunos requisitos y pasos: un
particular –contratista- convenía con el Gobierno Nacional o Provincial, traer de Europa,
un número determinado de familias (por ejemplo, 150 ó 200).
Recibía una extensión de tierras fiscales y viajaba a Europa, para buscar los voluntarios.
Una vez llegados al país e instalados en el campo, el gobierno les cedía útiles de labranza,
animales, semillas y los eximía de impuestos. Los colonos pagaban al contratista con sus
cosechas y producción. Finalmente, si la experiencia tenía éxito, adquirían la tierra que
trabajaban.
Entre 1856 y 1930, los inmigrantes sumaron unos 6.200.000, de los cuales, se radicaron
aproximadamente, unos 3.400.000, que representa un 55 %. El porcentaje es pequeño, aún
teniendo en cuenta la “inmigración golondrina” (aquella que venía a `levantar la cosecha`).
Venían atraídos por la posibilidad de “hacerse la América”, para regresar ricos a Europa
o, al menos, mejorar sus condiciones de vida. No sucedió lo primero, por eso, muchos
volvieron desilusionados. No tenemos registros de porqué lo hicieron, pero suponemos que
la razón principal, fue la escasa posibilidad de acceder a la propiedad de la tierra.
Los agentes argentinos en Europa, había hecho una falaz propaganda de las
oportunidades que brindaba las enorme llanura pampeana. Cuando los inmigrantes llegaron,
se encontraron que estas tierras ya tenían dueños. Deberían trabajar la tierra como
peones o arrendatarios en beneficio del propietario y no en su provecho.
La mayoría de los que llegaron, eran varones jóvenes, solteros, en edad de trabajar:
campesinos, obreros, jornaleros (trabajadores no calificados).
El impacto que produjo en la población nativa, fue enorme. Rápidamente –y por varias
décadas- constituyeron la 3ra. parte de la población y en Buenos Aires, más de la mitad.
Fueron portadores de otras lenguas, costumbres, prácticas, ideas, gustos y cultura, que
influyeron en la sociedad criolla.
El 80 % se radicó en las provincias de Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba y Entre Ríos, que
con Mendoza y Tucumán, tuvieron mayor crecimiento, en detrimento de las demás.
La ‘elite’ social, estaba formada por 400 familias tradicionales de grandes propietarios
de Buenos Aires, vinculadas entre sí por intereses comunes, lazos familiares, lugar de
residencia, clubes selectos (Jockey Club, del Progreso) y asociaciones privadas (Sociedad
Rural).
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Juan Antonio Vilar
Arrendatarios prósperos, colonos y pequeños propietarios, constituyeron una clase
media rural. En las ciudades, medianos y pequeños empresarios, comerciantes,
trabajadores de “cuello blanco”: profesionales, técnicos, docentes, funcionarios de menor
jerarquía y empleados del sector público y privado, conformaron una nueva y creciente
clase media. Los estratos medios crecieron del 11 % en 1869, al 26 % en 1895 y al 30 %
en 1914.
Los sectores populares lo integraron los peones rurales, los artesanos, los obreros
fabriles y de talleres manufactureros y el mundo de la economía informal, los
‘desheredados’, y hasta los de la `mala vida`. Generalmente vivían en los “conventillos”,
casas de inquilinato de muchas piezas, donde se hacinaban las familias numerosas, una en
cada habitación. En 1907 se produjo una gran “huelga de inquilinos” de más de 100.000
personas, en reclamo de la rebaja de los alquileres.
El gaucho, pasó a ser expresión típica de épocas pasadas. El alambrado de los campos,
fueron como barrotes de cárceles para él. Ahora debió convertirse en peón, conservando
costumbres y tradiciones gauchas. El “Martín Fierro” de José Hernández, es una pintura
del gaucho que había sido.
El desarrollo cultural y artístico, fue intenso. Circularon abundantes diarios (los más
prestigiosos fueron La Nación y La Prensa), periódicos partidarios y obreros, revistas
satíricas como “El Mosquito” y otras como “Caras y Caretas”, que abarcaron toda una
época, libros y revistas especializadas argentinos y extranjeros.
En Buenos Aires, varios gremios formaron un Comité Obrero Internacional, que resolvió
adherir con un acto el 1º de Mayo de 1890, crear una federación obrera, editar un
periódico y peticionar al Congreso, la sanción de leyes obreras.
El acto se efectuó, se editó “El Obrero” dirigido por Lallemant, se fundó la primera
Federación de Trabajadores que tuvo corta vida, igual que otros intentos realizados en la
década. Las diferencias entre anarquistas y socialistas, sus enfrentamientos teóricos
eran durísimos y obstaculizaban concretar la unidad organizativa, pero no impedían la
unión en la acción.
Las protestas y las huelgas fueron en aumento, en reclamo de la jornada de 8 horas (se
extendía entre 10 y 16 horas) y de aumento de salarios. La respuesta de la patronal era
siempre negativa y del Gobierno, la represión (palazos y balazos).
Publicaron numerosos periódicos, algunos de corta vida, pero muy combativos. Merecen
ser mencionados, “El Perseguido” y “La Protesta” –anarquistas- y “La Vanguardia” –
socialista-.
En 1902 los gremios socialistas formaron la Unión General de Trabajadores (UGT). Dos
años después, los sindicalistas lograron la mayoría y en 1909, la transformaron en
Confederación Obrera Regional Argentina (CORA).
Los reclamos y luchas, aumentaron. En 1902, una huelga de estibadores del puerto de
Buenos aires, recibió la adhesión de otros gremios, transformándose en una `huelga
general`. Reclamaban la disminución del peso de las bolsas que cargaban al hombro, que
pesaban 100 ó 120 kilogramos, a 65 ó 70 kg.
En 1904, el presidente Roca, encargó al eminente médico e ingeniero catalán Juan Bialet
Massé, el estudio sobre las condiciones de trabajo en el país. Su resultado fue el
“Informe sobre el estado de las clases obreras argentinas”, una completísima
investigación.
El 1/5/1909 un gigantesco acto obrero en Plaza Lorea, fue atacado a balazos por el Jefe
de Policía, coronel Ramón Falcón, dejando un saldo de 8 muertos y centenares de heridos.
Meses después, un joven anarquista, Simón Radowitzky, arrojó una bomba sobre el coche
de Falcón, causándole la muerte.
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Juan Antonio Vilar
En mayo de 1910, los trabajadores prepararon las Jornadas de Protesta del Centenario.
El gobierno las impidió, desencadenando una feroz represión preventiva. Detuvo, deportó
y confinó a centenares de dirigentes obreros. Bandas `patrióticas` integradas por
jóvenes pertenecientes a familias tradicionales, al amparo de la policía, recorrieron la
ciudad, para asaltar y destruir locales gremiales, incendiar sus bibliotecas, empastelar
sus imprentas y golpear y vejar a los obreros. El `terror blanco` también se hizo sentir
en barrios `judíos`.
Y fue el Gobierno Radical que desencadenó la represión más feroz aún: durante la
“Semana Trágica” de enero de1919 y durante las huelgas patagónicas protagonizadas por
los peones de Santa Cruz en 1921. Un Regimiento del Ejército Argentino, al mando del
teniente coronel Héctor Benigno Varela, secundado por el capitán Elbio C. Anaya, fusiló –
ilegalmente, sin juicio ni proceso previo- a miles de trabajadores. Estos crímenes
quedaron impunes, pues ni siquiera hubo una investigación oficial.
También en los años 1919 / 21, se produjeron huelgas en “La Forestal”, que fue reprimida
por la `gendarmería volante`, fuerza propia de la empresa inglesa, ante la total pasividad
de las Autoridades.
El general Roca dominó la política argentina durante un cuarto de siglo, desde el inicio
de su primera presidencia, hasta el fin de su segunda (1880-1904). Extraordinariamente
hábil, llegó al poder con el apoyo de la `Liga de los Gobernadores`, pero el verdadero
sustento, se lo daba la burguesía latifundista y el Ejército.
En caso que los resultados pudieran ser adversos, la policía o los matones del gobierno,
se apoderaban por la fuerza de las urnas para cambiar los votos; o se compraban las
libretas de los votantes o, directamente se proscribía al partido opositor.
El oficialista Partido Autonomista Nacional –el PAN-, nunca fue un partido `nacional`,
sino una alianza de partidos conservadores provinciales o, mejor dicho, una alianza entre
las `elites` que gobernaban las Provincias y la Nación.
13
Cit. por SOMMI, LUIS V, La Revolución del 90, pp. 28/31, Buenos Aires, Ed. Pueblos de América, 1957.
Contribución al Conocimiento de la Realidad 30
Juan Antonio Vilar
La notable expansión económica, daba oportunidad de ascenso económico y social. Existía
movilidad social pero no política: las funciones de gobierno estaban reservadas a los
miembros de las familias tradicionales. Los inmigrantes, la nueva generación argentina de
profesionales, sectores medios, obreros y campesinos, estaban excluidos del poder
político.
Los nuevos Partidos políticos. Después de una década de atonía política, resurgió la
oposición. En 1890 protagonizó la Revolución cívico-militar del Parque, germen del primer
partido orgánico nacional.
Al año siguiente, se formó la Unión Cívica Radical –UCR- con la conducción intransigente
de Leandro Alem, el primer caudillo de masas moderno. Sus bande-ras eran: la vigencia de
la constitución, la honradez administrativa y la pureza del sufragio.
A su muerte, le sucedió como jefe del partido, su sobrino Hipólito Yrigoyen, quien
acentuó la intransigencia de la `Causa` contra el `Régimen`. Su estrategia política,
consistió en la “abstención revolucionaria”, es decir, se lanzaría a la `revolución` mientras
hubiera fraude electoral. Cuando `el Régimen` garantizó el sufragio ciudadano, en las
elecciones presidenciales de 1916, la UCR triunfó con la fórmula Hipólito Yrigoyen-Pelagio
Luna.
Su figura principal, fue el Dr. Juan B. Justo. Muchos jóvenes intelectuales, militaron en
el socialismo de entonces: José Ingenieros, Enrique del Valle Iberlucea, Alfredo Palacios,
Nicolás Repetto, Adrián Patroni, Manuel Ugarte, Roberto Payró, etc.
Aunque Justo leyó y hasta tradujo escritos de Carlos Marx, el socialismo argentino fue
reformista (socialdemócrata), librecambista, racista y hasta pro-imperialista.
Despreciaba la ‘política criolla’ y pretendía ser el “el partido de la clase trabajadora” que
siempre les dio la espalda.
Pertenecían a la `clase alta`, de propietarios que defendían `la Patria` amenazada por la
turba de inmigrantes, que atentaban contra los valores tradicionales, esos obreros que
invadieron la Argentina, portadores de ‘ideologías extrañas’, que levantan ‘banderas rojas’,
provocaban huelgas violentas y hacían reclamos absurdos (tener derechos laborales,
mejorar su salario), en vez de trabajar sumisamente y obedecer al patrón.
BIBLIOGRAFIA
Síntesis esquemática.
14
Nota: El Estado de Bienestar o Estado Benefactor, es la clase de estado capitalista que, mediante expresas políticas
públicas, se preocupa por brindar los beneficios de la seguridad social, de manera integral, a la mayor parte de la población,
satisfaciendo sus necesidades básicas.
Tiene como fundamento, el trabajo, el pleno empleo, mediante el cual, se puede acceder a la cobertura de salud, educación,
jubilación, así como a la alimentación adecuada, vivienda digna, indumentaria, descanso y servicios públicos accesibles.
Contribución al Conocimiento de la Realidad 36
Juan Antonio Vilar
La burguesía terrateniente mantuvo su condición de “clase alta”. En 1930 recuperó el
poder político y lo perdió en 1943. En este caso, perdió definitivamente el monopolio del
Poder. Desde el encumbramiento de Perón, no tuvo el poder de decisión, aunque mantuvo
intacto, el fundamento de su poder económico dado por la propiedad de la tierra.
Sin embargo, se vio perjudicada por el estatismo peronista, que utilizó las divisas
generadas por el campo, para beneficiar a la industria.
El sector industrial, fue el más beneficiado. Surgieron numerosas fábricas pequeñas y
medianas y se expandieron otras, amparadas por toda clase de beneficios dados por el
Estado: divisas preferenciales, protección, `mercados cautivos`, créditos, exención
impositiva, etc.
En el apogeo del modelo, ya existía una burguesía industrial `nacional` que producía
bienes para satisfacer el mercado interno. Desde los años 40, los “empresarios
nacionales” constitu-yeron una fuerza social importante, con peso económico y político.
Se nuclearon en la Confederación General Económica –CGE.- mientras que los empresarios
´transnacionales`, integraban la Unión Industrial Argentina –UIA.- (esto, no debe ser
tomado en sentido estricto).
La expansión del comercio interno, favoreció el crecimiento de la burguesía comercial,
de grandes y medianos comerciantes.
La recesión de los años 30, provocó un éxodo rural hacia los centros urbanos en busca de
trabajo. Esta migración interna fue importante y tuvo un doble sentido: se dirigió del
campo a las ciudades y del Interior a Buenos Aires.
En los alrededores de esta ciudad –conurbano bonaerense-, se asentaron en viviendas
precarias y sin servicios. Formaron las “villas miserias” en las proximidades de las
fábricas y talleres. Llamados “cabecitas negras” fueron protagonistas destacados del
nuevo proceso político-social.
La inmigración europea, declinó entrando en su última fase. Después de la 2da. Guerra,
arribaron nuevos contingentes –en menor cantidad-, muchos de ellos, nazis fugitivos.
En cambio, aumentó la radicación en Argentina, de emigrantes de países vecinos,
principalmente paraguayos, bolivianos y chilenos.
Durante este modelo, la población argentina tuvo un crecimiento lento. En 1947 se
realizó el 4º Censo Nacional de Población, que dio como resultado, 15.893.800 habitantes.
..................................................
15
VERBITSKY, HORACIO, Medio siglo de proclamas militares, pp. 43/ 44, Buenos Aires, Editora/12, 1987.
Contribución al Conocimiento de la Realidad 41
Juan Antonio Vilar
Justo debió hacer frente a la recesión, dando prioridad a las relaciones con Gran
Bretaña, cuando ésta, en decadencia, ya no podía ofrecer las ventajas de otros tiempos
mejores.
La depresión obligó al Imperio a redefinir sus relaciones con sus Dominios. En 1932 se
firmó el Tratado de Ottawa, por el que el Reino Unido daba preferencia a sus posesiones
y resolvía aumentar las importaciones de carnes procedentes de Australia y Nueva
Zelandia.
Esta medida, afectaba directamente a los intereses de los ganaderos argentinos, por lo
cual el gobierno dispuso el envío a Londres, de una Comisión negociadora de alto nivel.
Estuvo integrada por personalidades que gozaban de la mayor confianza de Su Graciosa
Majestad: el vicepresidente Roca, el Dr. Miguel Angel Cárcano, el Dr. “Sir William”
Leguizamón, el joven economista Raúl Prebish y otros. El objetivo era asegurar el
mantenimiento de las compras de carnes de la Argentina.
El gobierno británico se negaba a negociar. Para conseguirlo, la delegación argentina
recurrió a múltiples concesiones, halagos y manifestaciones de sumisión política,
degradantes, indignas de un Estado `Soberano`, que llegó a su culminación, cuando Roca,
declaró:
“. . . que la Argentina, por su interdependencia recíproca, es, desde el punto de
vista económico, una parte integrante del Imperio Británico.”
En 1933 se firmó el “Pacto Roca-Runciman”. Por él, el gobierno británico
manifestaba su disposición a seguir importando carnes de Argentina, fijándose
condiciones de exportación. Se otorgaba una cuota del 85 % para los frigoríficos
británicos y norteamericanos y del 15 % para los frigoríficos argentinos, siempre
que éstos “no persiguieran beneficio privado”.
En cambio, la Argentina debía mantener libres de derechos la importación de carbón y
otras mercaderías inglesas, a “destinar a compras en Gran Bretaña la totalidad de las
divisas provenientes de compras inglesas en Argentina”, a descongelar los importes de las
ganancias de las empresas británicas, bloqueadas por el control de cambios y dispensarle
“un tratamiento benévolo” y una “legítima protección” de sus intereses.
Los ganaderos porteños habían logrado sus objetivos, a un precio demasiado alto. Nunca
se había mostrado más claramente la situación `semicolonial` de Argentina.
A continuación, el Congreso Nacional sancionó una serie de leyes trascendentes: la
creación del Banco Central de la República Argentina -según el proyecto de Otto
Niemeyer y que aseguraba su manejo por parte de la banca inglesa-, la creación de la
Dirección General Impositiva –que debía recaudar los nuevos impuestos internos-, la
creación del Instituto Movilizador de Inversiones Bancarias –por el que el Estado se hacía
cargo de las deudas incobrables de los bancos- y la formación de numerosas Juntas
Reguladoras – de granos, del vino, de la yerbamate, de carnes (la Corporación Argentina
de Productores de Carnes), del transporte (Corporación del Transporte de la Ciudad de
Buenos Aires), etc., para proteger los intereses de los grandes productores y del capital
británico.
El formidable y turbio comercio de las carnes, dio lugar a una de las mejores
investigaciones que se haya hecho en el Congreso de la Nación. El senador santafesino
Contribución al Conocimiento de la Realidad 42
Juan Antonio Vilar
Lisandro de la Torre, demostró la magnitud del negociado que realizaban los frigoríficos
extranjeros en complicidad con el Gobierno Nacional. El oficialismo sólo pudo acallar las
irrefutables denuncias, a través de un crimen, cometido en pleno recinto del Senado.
Toda esta década conservadora se caracterizó por negociados escandalosos, como el de
la renovación de las concesiones eléctricas de la ciudad de Buenos Aires en favor de la
CADE (Compañía Argentina de Electricidad que era extranjera) y de la CIADE (Compañía
Italo Argentina de Electricidad, que también lo era); el de la compra de las tierras del
Palomar, o el de los “niños cantores”.
Fue toda una época de miseria, desocupación, corrupción, llamada “Década Infame”.
16
Ibídem, pp.47/4 9.
Contribución al Conocimiento de la Realidad 43
Juan Antonio Vilar
En el Ejército argentino, existía una fuerte tendencia germanófila. En sus comienzos,
había tomado como modelo al ejército prusiano. Así era su estructura organizativa,
tácticas, armamento, uniforme, etc. Numerosos oficiales alemanes vinieron como
instructores y capacitaban a los oficiales argentinos y muchos de éstos, sobretodo los
nacionalistas, terminaban adhiriendo a la ideología nazi o fascista.
Otros, eran `aliadófilos`. Por su parte, la Marina, rendía tributo de admiración a Gran
Bretaña.
En ese contexto, el general Arturo Rawson encabezó la “Revolución de los Coroneles”,
pero no llegó a asumir por su simpatía por la causa Aliada. Sí lo hizo en cambio, el general
entrerriano Pedro Pablo Ramírez.
Pocas semanas después, se libró la batalla decisiva de la guerra entre alemanes y
soviéticos en el Kursk. Los vencedores rusos, contraatacaron y su contraofensiva, culminó
un año y medio después, con la toma de Berlín y el fin de la guerra.
Los militares nacionalistas, habían apostado a una causa perdida. Y sufrían, cada vez
más, la presión norteamericana, que acusaba al gobierno argentino de pro- nazi.
El gobierno no pudo soportar más esta presión y en enero de 1944 rompió relaciones con
Alemania y Japón. Este acto, le costó el mando a Ramírez, quien fue reemplazado por el
general Edelmiro J. Farrell. En marzo de 1945, Argentina le declaró la guerra al Eje.
Sin embargo, el hostigamiento norteamericano a la dictadura militar, continuó.
La política educativa del gobierno militar, fue particularmente reaccionaria desde un
principio. Quedó en manos nacionalistas como el general Elbio Anaya –el genocida de la
patagonia-, el nazi Alberto Baldrich, los fascistas como el escritor Gustavo Martínez
Zuviría (Hugo Wast), Carlos Obligado, Ignacio Olmedo, y el ideólogo nazi Giordano Bruno
Genta. Su propósito era terminar con una educación liberal y laica y reemplazarla por los
ideales “ de la cruz y de la espada”. A nivel universitario, la `cruzada` para liquidar la
Universidad reformista, provocó una gran oposición en docentes y estudiantes. Esta
política culminó con el establecimiento de la enseñanza religiosa (católica) en todas las
escuelas públicas, primarias y secundarias (Decreto del 31 / 12 / 1943).
La dictadura `juniana` hubiera fracasado, de no haber sido por el rumbo exitoso que le
imprimió su integrante más lúcido: el coronel Juan Domingo Perón. Desde fines de 1943,
se hizo cargo de la Secretaría de Trabajo y Previsión, desde donde, en contacto directo
con obreros y gremialistas, gestó una legislación laboral inédita en la Argentina. Los viejos
reclamos de los trabajadores, fueron atendidos por Perón y se convirtieron en leyes:
jornadas de 8 horas, jubilación, descanso semanal para todos, indemnización por despido,
cajas de seguridad social, estatutos profesionales, fuero laboral, aumento de salarios,
aguinaldo, etc.
También hizo sancionar el Estatuto del Peón de Campo.
Así, Perón se fue ganando la confianza y el apoyo de los trabajadores, que se convertiría
en adhesión “incondicional” y sería perdurable. El obrero se sintió dignificado.
Paralelamente, los sectores empresariales se alarmaron por la política obrerista de
Perón. Para calmarlos, éste pronunció un discurso definitorio en la Bolsa de Comercio de
Buenos Aires, el 25 / 8 / 1944 que decía:
Contribución al Conocimiento de la Realidad 44
Juan Antonio Vilar
“Las masas obreras que no han sido organizadas, presentan un panorama peligroso,
porque la masa más peligrosa sin duda, es la inorgánica. ¿Cuál es el problema que a la
República Argentina debe preocuparle sobre todas las cosas? Un cataclismo social en la
República Argentina haría inútil cualquier posesión de bien, porque sabemos –y la
experiencia de España es bien concluyente y gráfica este respecto- que con ese
cataclismo social los valores se pierden totalmente. . . . Dentro de este objetivo
fundamental e inmediato que la Secretaría de Trabajo y Previsión persigue, radica en la
posibilidad de evitar el cataclismo social que es probable, no imposible. . .
Nosotros tenemos en este momento -¡Dios sea loado que ello ocurra por muchos años!-
industriales que pueden ganar hasta el 1.000 %. En España se explicó la guerra civil. ¿Qué
no se explicaría aquí si nuestras masas de criollos no fuesen todo lo buenas, obedientes y
sufridas que son?
Se ha dicho señores, que soy enemigo de los capitales, y si ustedes observan lo que les
acabo de decir, no encontrarán ningún defensor, diríamos más decidido que yo, porque sé
que la defensa de los intereses de los hombres de negocios, de los industriales, de los
comerciantes, es la defensa misma del Estado. . . .
. . . Para que los soldados sean más eficaces, han de ser manejados con el corazón.
También los obreros pueden ser dirigidos así. Sólo es necesario que los hombres que
tienen obreros a sus órdenes, lleguen hasta ellos por esas vías, para dominarlos, para
hacerlos verdaderos colaboradores y cooperadores.” 17
La influencia de Perón en el gobierno fue aumentando, hasta convertirse en el verdadero
conductor. Desde 1944 acumuló simultáneamente los cargos de Vicepresidente, Ministro
de Guerra, Secretario de Trabajo y Previsión y Presidente del Consejo Nacional de
Posguerra.
La política de Perón, también provocaba una fuerte oposición entre los ciudadanos
“aliadófilos”, los partidos políticos tradicionales, los grandes empresarios de la UIA., la
burguesía latifundista y los sectores universitarios y educativos.
También había intereses y rivalidades entre oficiales de las Fuerzas Armadas.
El año 1945 fue muy conflictivo. A la oposición interna, se sumó el embajador de los
Estados Unidos, Spruille Braden, quien, violando las más elementales normas diplomáticas,
se entrometía en asuntos internos y manifestaba su propósito de derrocar a Perón.
La ofensiva contra Perón tuvo su pico máximo, el 19 / 9 / 45 con la imponente “Marcha de
la Constitución y de la Libertad”. Perón fue destituido y enviado a Martín García.
Le siguió, la contraofensiva obrera. El 17 de Octubre, miles de trabajadores marcharon
hasta la Plaza de Mayo de la Capital, para reclamar la libertad de su “Líder”. Fue una
jornada histórica, de enorme significación: el acceso de la clase trabajadora (los
`cabecitas negras`) a la política del país. Desde entonces, se convirtió en protagonista
fundamental de la política argentina, tanto durante los gobiernos democráticos, los semi-
democráticos o las dictaduras militares.
17
PEÑA, MILCIADES, Masas, Caudillos y Elites, Buenos Aires, Fichas, 1971.
Contribución al Conocimiento de la Realidad 45
Juan Antonio Vilar
En febrero de 1946 se realizaron las elecciones generales. La fórmula oficialista: J.D.
Perón-J. Hortensio Quijano fue presentada por el Partido Laborista (creado
recientemente por los trabajadores), aliado con la UCR. Junta Renovadora, mientras que
la opositora de Tamborini-Mosca, constituían la Unión Democrática (alianza entre
radicales, socialistas, comunistas y demo-progresistas).Fueron las primeras elecciones
limpias en 16 años, donde triunfó el oficialismo. Se legitimaba así, la gestión de Perón con
un mandato constitucional, que se reiteraría con su reelección, hasta su derrocamiento.
Fueron en total, 12 años de gobierno.
El Peronismo es el fenómeno político más importante de la argentina, de los últimos 60
años. Sus repetidos triunfos electorales –muchas veces en forma abrumadora, a pesar de
las persecuciones y proscripciones- demuestran su gran arraigo popular. Caló muy hondo
en los argentinos, produciendo una enconada división entre peronistas y antiperonistas.
En los primeros tiempos, el peronismo se definía como un movimiento “humanista y
cristiano” que perseguía “la justicia social, la independencia económica y la soberanía
política.” Reivindicó una “3ra. Posición, tan distante del capitalismo como del comunismo.”
Era nacionalista, estatista y distribucionista. Y, sobretodo, pragmático; de allí sus
cambios tan pronunciados a través de los tiempos.
Perón impuso una fuerte hegemonía, fruto de una alianza de clases entre los
trabajadores y el `empresariado nacional`, con apoyo fundamental, de las Fuerzas
Armadas y la Iglesia.
El movimiento peronista se presentó como una alianza entre los sectores mas
nuevos y pujantes de la burguesía industrial y la clase obrera, organizada y
garantizada por el Estado; . . . procuró armonizar las necesidades del desarrollo del
sector más dinámico de la industria, con la presión del movimiento obrero, que
buscaba una mayor participación en los ingresos. El Estado asumió el papel de
árbitro . . . y de enfrentamiento formal y verbal con la vieja oligarquía. . . . Nunca
hubo intento alguno de afectar seriamente el fundamento del poder de los
grandes terratenientes: expropiación de la tierra, etc.” 18
No obstante, Perón siguió repitiendo la consigna “la tierra, para el que la trabaja”.
Sometió a su fuerte liderazgo al Congreso de la Nación y al Poder Judicial, que se
esforzaron encostrarse incondicionales. El movimiento obrero y el sindicalismo que lo llevó
a la cima del Poder, perdió su autonomía convirtiéndose en un mero aparato del Estado
peronista. En 1950 la CGT. adoptó como filosofía sindical, la Doctrina Peronista. Perón no
admitía la menor disidencia: todo debía estar sometido a su voluntad.
Estableció un régimen `semitotalitario`, que no reconocía las libertades públicas a la
oposición (Uno de sus lemas, era: “Al enemigo, ni justicia”).
En 1951 declaró el “estado de guerra interno”, una aberración jurídica, por el que
suspendía las garantías constitucionales.
Los medios de comunicación, estuvieron estrictamente controlados. El más masivo de la
época era la radio, que estaba monopolizado por el Estado y sus servidores, que
transmitían a través de “la cadena de radiodifusión”.Durante una década, no se escuchó
ninguna voz opositora, ni la menor crítica: todo eran alabanzas y elogios persistentes y
18
ROFMAN, ALEJANDRO B. y ROMERO, LUIS ALBERTO, Sistema socioeconómico y estructura regional en la
Argentina, p. 150, Buenos Aires, Amorrortu, 1973.
Contribución al Conocimiento de la Realidad 46
Juan Antonio Vilar
desmedidos. (“Perón cumple, Evita dignifica”, “Perón apoya al deporte”, un día luminoso era
“Un verdadero día peronista”, etc.)
Adquirió triste fama el Subsecretario de Informaciones de la Presidencia, Raúl A.
Apold, encargado de censurar los medios de comunicación. Una de las formas de control,
consistía en la distribución del papel. “La Prensa” de la familia Gainza Paz, fue confiscada
y entregada a la CGT –Confederación General del Trabajo-.
El régimen peronista, premiaba el servilismo y la obsecuencia. Así ascendían los
mediocres y eliminaba a los más capaces. No existía ciudad o pueblo, que no tuviera el
nombre de Juan Perón o de Eva Perón una calle o una plaza. La ciudad de La Plata, cambió
de nombre y se llamó Eva Perón. La provincia del Chaco se llamó Presidente Perón y la de
La Pampa: Eva Perón.
El gobierno peronista tuvo dos etapas distintas:
La 1ra. (1946-49) se caracterizó por la abundancia de recursos fiscales, que permitió la
`nacionalización` de servicios públicos, el rescate de la deuda externa, la realización de
numerosas obras públicas y la redistribución del ingreso a favor de los asalariados.
“En 1946 se estimaron que las mismas /reservas de oro y divisas / llegaron a 1682
millones de dólares y el balance comercial de los años inmediatos a la posguerra
(1945-49) arrojó un saldo promedio anual favorable de 394 millones de dólares. . . .
Son particularmente favorables los años 1946 y 1947, los cuales permiten realizar
importaciones de bienes de capital en el bienio 1947-48 del orden de los 924
millones de dólares y amortizar la deuda externa en otros 1066 millones, durante
el período 1946-48.”19
Al cabo de 3 años de gestión del “Mago de las finanzas” don Miguel Miranda
(Presidente del Banco Central), los abundantes recursos del Estado, se habían
agotado.
En 1949 se reformó la Constitución de 1953, notoriamente inspirada en modelos
liberales. Las nuevas tendencias del `constitucionalismo social` están manifiestas en la
Constitución Peronista de 1949, que destaca “la función social de la propiedad” . El
convencional, Dr. Arturo Sampay proyectó las reformas más trascendentes, como el
Artículo Nº 40 que decía:
“. . . los minerales, las caídas de agua, los yacimiento de petróleo, de carbón y de
gas y demás fuentes naturales de energía, con excepción de los vegetales, son
propiedades imprescriptibles e inalienables de la Nación, con la corriente
participación en su producto, que se convendrá con las provincias.
Los servicios públicos pertenecen originariamente al Estado y bajo ningún
concepto podrán ser enajenados o concedidos para su explotación.”
De enorme importancia fue la labor llevada a cabo por Evita en la Fundación Eva Perón, a
favor de los sectores más necesitados.
En la 2da. etapa, por la escasez de recursos fiscales, comenzaron las restricciones, con
el Plan Económico de 1952 y la búsqueda de soluciones mediante la contratación de
empréstitos (con el Eximbank) o de las inversiones extranjeras. En 1953 se sancionó la
Ley Nº 14.222 de Inversiones Extranjeras, que asegura trato excepcionalmente favorable
19
TREBER, SALVADOR, La economía argentina. Análisis, diagnóstico y alternativas, p. 56, Buenos Aires, Ed. Macchi,
1977.
Contribución al Conocimiento de la Realidad 47
Juan Antonio Vilar
al capital internacional. No obstante esta situación, la participación de los trabajadores
en el PBI. seguía siendo alto, de casi el 50 %.
Perón dio un viraje en su nacionalismo económico. Buscó un acercamiento con los Estados
Unidos. Envió una misión encabezada por el Ministro de Hacienda, Ramón A. Cereijo, en
procura de captar inversiones. Para esta ocasión, el Ministro escribió una obra,
reafirmando la nueva orientación del gobierno, donde afirmaba:
“Algunos han creído ver en esas dos expresiones de la política económica
argentina /las nacionalizaciones y el artículo 40 de la Constitución de 1949/, un
repudio hacia las inversiones extranjeras. Tal interpretación es totalmente
errónea y no representan en manera alguna el sentir del gobierno ni del pueblo.” 20
Algunos logros fueron la radicación de la primera fábrica automotriz: IKA. Industrias
Kaiser Argentina y la firma de los contratos petroleros con la empresa Standard Oil de
California, por los que se le concedía 50.000 km. cuadrados en Santa Cruz, para la
extracción y explotación del petróleo. La oposición, lo consideró una verdadera entrega
del petróleo
Con el pasar de los años, se fueron acentuando los rasgos totalitarios del régimen. Perón
pretendía encuadrar a toda la sociedad y sus instituciones, bajo su autoridad absoluta,
imponiendo la “doctrina peronista”. El intento de `peronizar’ al Ejército` tuvo efectos
negativos.
El sistema educativo, se fue degradando. En los distintos niveles de enseñanza, se
estudiaba la Doctrina Peronista, el 2do. Plan Quinquenal y se leía –sólo para elogiarlo- “La
Razón de mi vida” de Eva Perón. Los niños aprendían a leer, con nuevas palabras
generadoras, que eran Perón, Evita, etc.( por ejemplo, leían “ Evita me ama, yo amo a
Evita”).
La Iglesia (hasta entonces, puntal del peronismo), se alarmó ante el peligro de ser
desplazada en el “adoctrinamiento” de los argentinos. Posiblemente, ese fue el origen de
la ruptura con Perón, que se tornó en un fuerte conflicto, muy violento. Seguramente,
tuvo mucha influencia en la oficialidad de las Fuerzas Armadas, la que, por otra parte, vio
con mucha preocupación, el cambio de rumbo económico.
El año 1955 fue dramático. El conflicto Perón-Iglesia se agudizó. Perón derogó todas las
normas que beneficiaban a la Iglesia: la enseñanza religiosa en las escuelas, las
subvenciones a los colegios católicos, e hizo sancionar las leyes de divorcio y de profilaxis.
En junio, la profesión de “Corpus Christi” constituyó una clara manifestación opositora.
Al día siguiente, el gobierno mostró una bandera argentina quemada por los manifestantes
(una investigación posterior, concluyó que fue una acción del mismo gobierno).
Acto seguido, el 16 / 6 / 55, se produjo un criminal alzamiento de la aviación naval. Se
proponía dar muerte a Perón y bombardearon la Casa Rosada, así como la Plaza de Mayo,
donde murieron cientos de ciudadanos.
Sofocado el movimiento, por la noche la curia metropolitana y una decena de iglesias
ardieron en Buenos Aires, ante la total indiferencia de las fuerzas del orden.
Perón propuso una pacificación, que nadie creyó. El 31 / 8 / 55 pronunció un discurso
amenazador, que incitaba a la violencia. Dijo:
20
CAFASSO, JOSE, Balance de una década, en Polémica …etc., o. cit., Nº 90, p. 272.
Contribución al Conocimiento de la Realidad 48
Juan Antonio Vilar
“La consigna para todo peronista, esté aislado o dentro de una organización, es
contestar a una acción violenta con otra más violenta. Y cuando uno de los nuestros
caiga, caerán cinco de ellos.”
El 16 de septiembre, estalló un nuevo movimiento militar, que derrocó a Perón.
BIBLIOGRAFIA
IV - MODELO DESARROLLISTA o
2da. ETAPA DE SUSTITUCION DE IMPORTACIONES (1958-1975).
Síntesis esquemática.
IV – 1 - Contexto internacional.
Concluida la 2da. Guerra, el Poder Mundial se organizó con una estructura bipolar: el
capitalismo liderado por los Estados Unidos y el Socialismo, por la Unión Soviética. Fueron
sistemas antagónicos que pugnaron en una “guerra fría” por más de 4 décadas. Hubo un
permanente enfrentamiento en todos los aspectos (que era indirecto en los conflictos
bélicos que se producían), paralelo a una aterradora carrera armamentística (nuclear) que
amenazaba la existencia de la humanidad.
Europa occidental y Japón, recuperados de la destrucción de la guerra, volvieron a ser
potencias científicas, económicas e industriales.
El mundo capitalista adelantado, atravesó un largo ciclo de gran expansión económica,
interrumpido por una crisis estructural de 1973, que produjo cambos profundos en el
sistema productivo.
Simultáneamente, se produjo “el despertar de los pueblos”, es decir, un proceso de
descolonización de Africa, Asia y Oceanía, y los “movimientos de liberación nacional” en
Latinoamérica, que pretendió sacudir su situación semi-colonial. El mundo parecía avanzar
decididamente en ese sentido, con los triunfos de la Revolución China (encabezada por
Contribución al Conocimiento de la Realidad 50
Juan Antonio Vilar
Mao-tse-Tung, en 1949), de la Revolución Cubana (por Fidel Castro, 1959) y luego el
triunfo de los vietnamitas sobre el imperialismo norteamericano.
IV – 3 - Teoría de la Dependencia.
El fracaso de las políticas de desarrollo y el estancamiento de los países periféricos en
la década de los 60, puso en crisis las propias nociones de desarrollo y subdesarrollo y de
su teoría. La realidad mostraba que la brecha entre los países desarrollados y
Contribución al Conocimiento de la Realidad 51
Juan Antonio Vilar
subdesarrollados, se iba ensanchando y que los países del 3er. Mundo, eran cada vez más
subdesarrollados.
Frente a este fracaso, distintos pensadores comenzaron a plantear la tesis de que la
especificidad histórica de la situación de subdesarrollo, nace precisamente de la relación
entre las sociedades periféricas y centrales. Surge así, el concepto de la Dependencia
como posible factor explicativo de la realidad.
Es necesario pues, plantear el atraso en términos de dependencia. Surge así, la Teoría
de la Dependencia con André Gunder Frank, Theotonio Dos Santos, Osvaldo Sunkel, Pedro
Paz, Fernando E. Cardoso y otros en América, Samir Amín en Egipto, etc. que hace
explícito los motivos del fracaso del desarrollo y desnuda los supuestos ideológicos de la
Modernización.
Entre las sociedades desarrolladas y las subdesarrolladas, no existe una simple
diferencia de etapa, sino de posición dentro de una estructura económica mundial,
formulada en términos de dominación, de hegemonía. El desarrollo de los países centrales,
fue el resultado de la formación, expansión y consolidación del sistema capitalista a nivel
mundial.
Desarrollo y subdesarrollo están en mutua dependencia, son dos caras de un mismo
proceso. Para que algunos países se desarrollen, otros deben sumirse en el subdesarrollo,
el atraso, la miseria. La dependencia supone una relación de subordinación de una
comunidad nacional respecto de otras, colocándolas en una situación de desventaja.
Theotonio Dos Santos, define la dependencia, como una situación condicionante, en la
que un cierto grupo de países, tiene condicionada su posibilidad de desarrollo, por la
expansión de otros. Esa situación condicionante, determina límites y posibilidades.
Los desarrollistas afirmaban que los países subdesarrollados padecen una división en
sociedades duales: una moderna, urbana e integrada; la otra, rural, atrasada y aislada que
constituye un obstáculo para la modernización.
La situación real es la contraria. Estas áreas rurales no han estado aisladas desde los
comienzos de la era mercantil-capitalista. Las regiones más atrasadas son, precisamente
las que han mantenido en el pasado los más estrechos lazos con las metrópolis, como por
ejemplo, Haití, los ex distritos mineros de Minas Gerais en Brasil o de México
(Guanajuato, Zacatecas), el altiplano peruano-boliviano, o las áreas de explotación agrícola
comercial para la exportación (Nordeste brasileño, países de América central).
IV – 4 - Condiciones internas.
Después de una década de populismo `estatista`, los sectores burgueses más
encumbrados, ligados al capital foráneo, buscaron retomar el control del Estado,
restaurar las libertades económicas a fin de lograr un genuino crecimiento del país.
Chocaron contra una fuerte oposición de las mayorías populares, perjudicadas con tales
políticas, dando lugar a un período de gran conflictividad político-social.
Contribución al Conocimiento de la Realidad 52
Juan Antonio Vilar
Las Fuerzas Armadas asumieron reiteradamente el control del Estado, por medio de
golpes militares, o indirectamente, presionando sobre el poder civil. Su propósito era
contener a las masas populares –peronistas-, defender el “Ser nacional” amenazado por el
marxismo y mantener a la Argentina en el “mundo occidental y cristiano”.
Predominaron los oficiales industrialistas, que adhirieron al desarrollismo.
La concepción del desarrollo, fue diferente en los gobiernos que existieron en este
modelo. Se manifestaron en dos etapas discontinuas:
a) Desarrollismo liberal: Gobiernos de Frondizi y de la “Revolución Argentina”.
El primero, fue el momento más típico del desarrollismo, que se apoyaba en las inversiones
extranjeras. Rápidamente se instalaron fábricas automotrices, petroquímicas y empresas
extractoras de petróleo.
Durante la `Revolución Argentina` numerosas empresas nacionales fueron vendidas a
capitalistas extranjeros, que acentuaron su predominio, en las principales ramas
industriales y financieras.
b) Desarrollismo dirigista: Gobiernos de Illia y peronistas.
Los radicales concebían el desarrollo, conducido por el Estado, en base a inversiones
generadas por el ahorro interno. El Estado proteccionista, debía reservarse el manejo de
algunos resortes considerados estratégicos de la economía: el petróleo y la energía
atómica.
El peronismo, confiaba en los `empresarios nacionales` para romper con la dependencia,
pero éstos eran débiles o ya estaban ligados a las empresas multinacionales.
IV – 5 - Actores sociales.
El nuevo proceso industrializador argentino y las tendencias hegemónicas mundiales,
generaron cambios: un nuevo bloque de clases dominantes encuentra en la cúspide, a los
sectores industriales y financieros del capital multinacional, mientras que la burguesía
nacional, disminuye su importancia relativa.
Se da una interrelación entre los sectores industriales, financieros, comerciales y
agropecuarios, pero la hegemonía la detentan los dos primeros, sobretodo, los más
modernos y dinámicos, los más ligados con el capital monopólico transnacional.
El `empresariado nacional` sigue dependiendo de las prebendas del Estado, aunque
progresivamente va cediendo a las estrategias del capital multinacional, asociándose en
formas diversas: uso de licencias y patentes, `royalties` con pago de regalías.
Empiezan a tener alguna importancia, sectores `terciarios` de la sociedad: los
ejecutivos, administradores, técnicos, profesionales de las empresas.
También irrumpen vigorosamente en la escena, los sectores juveniles y la mujer.
A fines del modelo, se advierte una fuerte caída de la clase media.
La clase obrera, sufrió un paulatino retroceso en su salario, pero siguió siendo un actor
político de relevancia. Simultáneamente, surgió una nueva dirigencia gremial, fortalecida
por el crecimiento industrial, que se alió al desarrollismo. Estos dirigentes –los nuevos
ricos de la Argentina-, trabaron buenas relaciones con el Poder (el gran capital nacional y
transnacional, las Fuerzas Armadas y la Iglesia), priorizando la defensa de sus intereses
sectoriales, políticos y personales, por los de los trabajadores que representaban.
Contribución al Conocimiento de la Realidad 53
Juan Antonio Vilar
Es indudable que la democracia burguesa en la Argentina, no funcionó, por lo menos,
durante un siglo. Y menos aún, en esta etapa. La ausencia o debilidad extrema de los
órganos representativos constitucionales, contrastó con la fuerte presencia política y
económica de las corporaciones. Se las denominó “factores de poder” –expresión de los
intereses sectoriales, corporativos- y tuvieron gran influencia en las decisiones del
Estado. Las más importantes fueron: las Fuerzas Armadas, la Iglesia, la UIA., y la CGE.,
la Sociedad Rural, los proveedores y contratistas del Estado y el Sindicalismo peronista.
La mayor parte de la sociedad argentina, sufrió restricciones políticas, sociales y
laborales (proscripción del peronismo durante 18 años, anulación de elecciones,
cercenamiento de derechos laborales, caída de los salarios, limitación de las libertades
públicas y de las garantías individuales, etc.). Pese a lo cual, el “Estado de bienestar”
siguió funcionando. Existe casi pleno empleo. Los obreros calificados cobran buenos
salarios.
Se da el fenómeno que algunos investigadores denominan “el empate social”, porque
ningún sector o alianza logra sostenerse en el poder o imponer su proyecto político,
porque termina siendo derrotado por la oposición.
Ante la falta de libertades, cobra vigor la resistencia civil, una oposición creciente y, a
veces, violenta, que se tradujo en paros, huelgas, manifestaciones, actos callejeros, etc.
Vastos sectores de la sociedad (principalmente juveniles) se tornó rebelde, contestatario
e indisciplinado. Su utopía, era la “liberación nacional y social”; estimulados por el ejemplo
de la Revolución Cubana, se fortalecieron en la lucha contra las oligarquías nativas y la
dominación imperialista. No sólo en la Argentina, la sociedad latinoamericana se
“radicalizó”, principalmente los sectores populares y medios.
En Argentina, el activismo social imaginó posible “un cambio de estructuras” y los más
decididos, formaron grupos armados, la “guerrilla”, que emplearon la violencia para
combatir tanta injusticia y a la violencia “de arriba”.
IV – 6 - Factor dinámico.
El modelo desarrollista, tiene como eje, el mercado interno. Si durante la 1ra. etapa
sustitutiva de importaciones, la industria liviana cubrió la demanda interna de productos
de consumo directo y masivo, en la 2da. etapa, son las industrias “de base” que satisfacen
las demandas de productos durables, más sofisticados, destinados a los sectores altos y
medio altos de la sociedad. El producto más típico, es el automóvil; también el televisor, el
radiogravador, etc.
Las empresas multinacionales, tienen una fuerte presencia. Sus actividades industriales
y financieras, fueron dominando el circuito económico más rentable.
IV - 9 - Vulnerabilidad y límites.
Ni la tecnificación de las actividades rurales, ni la instalación de las nuevas industrias
básicas, alcanzaron para asegurar un crecimiento sostenido. El problema fundamental del
país, seguía siendo su estructura económico-productiva “altamente desequilibrada”, que
ahora se agravaba por una dependencia cada vez, mayor.
Los recursos fiscales eran siempre escasos y los déficits se cubrían apelando a un mayor
endeudamiento externo.
La debilidad del sector externo, era crónica: la balanza comercial arrojaba
generalmente, saldos negativos; más deficitaria era aún, la balanza de pagos.
El Estado no pudo orientar las inversiones, ni hubo efecto multiplicador, ni se produjo la
integración horizontal y vertical de la industrial.
Las empresas transnacionales colocaron al país, en una extrema dependencia industrial,
tecnológica y financiera. “La dependencia no pasa ahora por el sistema político, sino que se
instala en la propia estructura productiva.”
Gran parte del aparato productivo del país –el más dinámico- está sujeto a decisiones
que se toman en el exterior. El `drenaje de divisas` provocado por el pago de utilidades,
licencias, patentes, intereses, supera las inversiones.
IV – 10 - Agotamiento y fin.
El capital transnacional aprovechó una oportunidad de inversión sin riesgos y rápidas
ganancias y provocó una “burbuja” de crecimiento. Explotó cuando estalló la crisis
energética de 1973, y con ella, la crisis del modelo “fondista-keynesiano” en los países
adelantados.
………………………………………………………………
23
GARCIA, ALICIA S. y RODRIGUEZ MOLAS, RICARDO, Textos y documentos. El autoritarismo y los argentinos. La
horade la espada y del balcón/5, (1946-1964), pp. 530-543, Buenos Aires, Centro Editor de América Latina, 1989.
24
VERBITSKY, HORACIO, Op. cit., pp. 98-110.
Contribución al Conocimiento de la Realidad 65
Juan Antonio Vilar
La Junta se atribuyó “la representación de todo el pueblo de la República”, plenas
facultades políticas, legislativas y constituyentes. La Constitución Nacional, quedó
subordinada a los “Fines” y “Estatuto” revolucionarios.
El golpe militar, tuvo un amplio consenso. Lo apoyaron con entusiasmo el peronismo, el
nacionalismo, el frondizismo, la banca extranjera, la UIA., la CGE., la Sociedad Rural, el
capital multinacional, el sindicalismo peronista, la Iglesia, la `prensa grande`, y…hasta
Perón desde Madrid y Braden desde los EE.UU.
IV – 11 d. 2 - El movimiento obrero.
El sindicalismo peronista apoyó fervorosamente el golpe militar, confiando que le sería
favorable y atendería sus reclamos. Pronto advirtieron su engaño. La conducción
económico-social, perjudicaba a los trabajadores (se llegó a suprimir el derecho de huelga
y el `sábado inglés` en 1969). Estallaron conflictos laborales, que fueron enérgicamente
reprimidos. Se aplicó la Ley de Servicio Civil de Defensa (de movilización de los obreros).
Un largo paro de portuarios, fue reprimido, su secretario gremial Eustaquio Tolosa,
detenido, procesado y condenado a 5 años de prisión e inhabilitación.
En 1967, el gremialismo hegemónico era liderado por augusto Timoteo Vandor; quiso
demostrar su fuerza con un Plan de Acción, para hacer retroceder al gobierno en su
política laboral, en un paro de 48 horas.
Onganía respondió rápidamente, con la suspensión de la personería gremial y el
congelamiento de los fondos de los gremios díscolos (UOM –Unión Obrera Metalúrgica-,
Textiles, FOTIA –industria azucarera-, FOETRA –telefónicos-, Químicos, Unión
Ferroviaria, La Fraternidad). El movimiento fracasó. El `vandorismo` fue derrotado y se
sometió. Recuperó sus gremios, sus fondos y pasó a negociar con la dictadura.
Desde la década del `60, el sindicalismo peronista adquirió las características esenciales
que aún conserva (con sólo algunas variantes).
Los gremios se fortalecieron con el desarrollismo. Las nuevas industrias y el incremento
de la actividad, engrosó la cantidad de afiliados. Surgieron gremios poderosos, como los
metalúrgicos, mecánicos, petroleros y de la construcción. Recaudaban grandes sumas de
dinero por aportes obligatorios de los afiliados y con el manejo de las obras sociales
(beneficio otorgado por Onganía). Mantienen hoteles, camping, sanatorios, bancos, etc.
Los gremios quedaron en poder de un aparato burocrático, peronista, verticalista y
antidemocrático, funcional al sistema. Mantienen fluidas relaciones con el Poder
(económico, militar o religioso). Son `visceralmente` anticomunistas.
Al principio, sus dirigentes, habían llegado al gobierno del gremio por sus méritos y
habilidad. Después, se perpetuaron en el mando, por medio de la violencia (con su aparato
de matones) y del fraude `legal` más perfecto conocido: generalmente, en los gremios
grandes, sólo puede presentarse a elecciones, una sola lista: la oficialista.
Estos dirigentes sindicales, se han enriquecido escandalosamente, son verdaderos
magnates que viven a todo lujo, dándose esta paradoja: dirigentes ricos, obreros pobres.
Invocan su condición de “trabajadores”, identificándose como “Nosotros, los
trabajadores” cuando dejaron de serlo hace muchos años (algunos, nunca lo fueron). Son
dirigentes ‘de escritorio’, burócratas, cuya máxima ‘virtud’, en negociar.
Todo lo discuten, negocian y resuelven, a nivel de superestructura. El sistema legal
sindical, da un enorme poder a la cúpula gremial, ya sean sindicatos, federaciones o a la
CGT., por ejemplo, con el derecho de intervención. No existe ningún verdadero control ni
límite de sus gastos (ni de sus elecciones).
Contribución al Conocimiento de la Realidad 67
Juan Antonio Vilar
Coyunturalmente, sus tácticas, varían. Frente a la “Revolución Argentina”, adoptaron
tres:
1) Los Participacionistas. Eran oficialistas que apoyaron abiertamente la dictadura de
Onganía. Presentaban como alternativa, la de “participar y colaborar” o caer en “tácticas
subversivas”.
En 1968 constituyeron el nucleamiento “Nueva Corriente de Opinión”.
Sus principales dirigentes fueron: José Alonso, secretario de la CGT, del gremio del
vestido, Juan José Taccone, de Luz y Fuerza, Rogelio Coria de UOCRA –construcción-,
Adolfo Cavalli de SUPE –petroleros- y Angel Peralta –vitivinícola-.
2) Los Dialoguistas (vandoristas). Constituyen la expresión más acabada de la burocracia
sindical peronista. Su arma, es la negociación. Su táctica, es endurecerse para negociar
mejor (“golpear y negociar”). Suelen utilizar un discurso revolucionario para conformar a
sus representados –los obreros-, que se transforma en una vergonzante sumisión frente a
la patronal.
Su principal dirigente, fue AugustoTimoteo Vandor (y otros dirigentes de la UOM: Paulino
Niembro, José Rucci y Lorenzo Miguel), Vicente Roqué –molineros-, Antonio Baldassini –
correos-.
3) Los Combativos. Sindicalismo de línea dura, opositor a la dictadura, encabezado por
Amado Olmos –sanidad-, Julio Guillán de FOETRA – telefónicos-, la CGT de Córdoba (con
Elpidio Torres y Atilio López).
En marzo de 1968 se realizó un Congreso Normalizador de la CGT. Los burócratas
Vandor y Alonso, lo impugnaron. Surgió un nuevo Secretariado con dirigentes honestos y
combativos, encabezado por Raimundo Ongaro (Gráficos)25 e integrado por Antonio
Scipione (Unión Ferroviaria), J. Guillán, Benito Romano (FOTIA –azucareros-); pronto se
incorporó Agustín Tosco –Luz y Fuerza de Córdoba-. Tuvo que identificarse como CGT de
los Argentinos, porque ni el gobierno, ni los burócratas la reconocieron.
Estos últimos, formaron la CGT. Azopardo (la calle de su sede).
La CGTA. enfrentó tenazmente al onganiato. En esa lucha, se sumaron numerosos
gremios chicos (empleados de farmacias, químicos, periodistas) y del interior del país.
IV – 11 d. 3 - La respuesta social.
La dictadura se empeñó en imponer un orden moral católico reaccionario, en momentos
de cambios, por la irrupción de la juventud como un actor destacado, que rompe con los
moldes antiguos y de la mujer, que avanza en su lucha por la igualdad. Hay censura oficial
en las distintas manifestaciones de la cultura. Lo nuevo, es sospechoso y censurado: el
pelo largo y la barba en los varones, la minifalda o el pantalón en las mujeres, el beso en
lugares públicos, la mayor libertad sexual, etc.
La juventud se politiza como nunca y ocupa un lugar destacado en la lucha contra un
régimen opresor y sometido al capital extranjero. Pero también gruesos sectores de la
sociedad se radicaliza políticamente y se torna rebelde. No es sólo la lucha contra la
dictadura o por reivindicaciones laborales, sino que es política: el objetivo de máxima, es
25
Raimundo Ongaro, era un peronista social-cristiano, de gran honestidad y valentía. En marzo de 1969, declaró: “La clase
trabajadora tiene como misión histórica, la destrucción, hasta sus cimientos, del sistema capitalista de producción y
distribución de bienes”.
Contribución al Conocimiento de la Realidad 68
Juan Antonio Vilar
derrotar a “la oligarquía y el imperialismo”, lograr “un cambio de estructuras” y por “la
liberación nacional y social”. Esta lucha, se superpone con otra que tiene como objetivo
lograr el “retorno de Perón” y que le da un ancho apoyo popular.
Gran parte de la sociedad, venciendo el temor a la feroz represión, se lanzó a combatir
en las calles, lugares de trabajo y de estudio, o a través de la palabra y la pluma.
Tres vertientes ideológico-políticas confluyeron y bregaron unidos en la práctica:
a) El peronismo combativo, encabezado por la CGT de los Argentinos y la CGT de Córdoba.
b) El cristianismo revolucionario.
c) La izquierda independiente.
IV – 11 d. 4 - La Iglesia renovada.
El Papa Juan XXIII inició la renovación de la Iglesia, alejándola de su tradicional alianza
con los sectores privilegiados y poderosos, para inclinarla en “la opción por los pobres”.
Sancionó la Encíclica Mater et Magistra en 1961, que buscaba orientar “la cuestión social
en forma más en consonancia con nuestro tiempo”.
Reunió el Concilio Vaticano II, donde los obispos conservadores, fueron superados por
los renovadores, numerosos en el 3er. Mundo.
Su sucesor, Paulo VI, continuó esa línea. Sancionó la Encíclica Popolorum Progressio en
1968, donde clamaba contra las injusticias sociales, los abusos de los poderosos y “el
imperialismo del dinero”.
Muchos obispos, sacerdotes y laicos de Latinoamérica, adhirieron al llamado de la
Iglesia. Un jalón inicial, fue la Conferencia Episcopal Latinoamericana de Medellín –
CELAM- de 1968. Figura relevante fue el obispo de Recife (Brasil) Helder Cámara.
En Argentina, pocos pero muy destacados obispos adhirieron a la renovación,
comenzando con Jerónimo Podestá –que dejó los hábitos-, y los obispos de Goya: Alberto
Devoto, de Sáenz Peña: Italo Di Stéfano, de Neuquén: Jaime de Nevares, de Viedma:
Miguel Hesayne y de La Rioja: Enrique Angelelli.
En mayo de 1968, 21 sacerdotes se reunieron en Córdoba originando el Movimiento de
Sacerdotes para el Tercer Mundo. El compromiso social de este Movimiento, fue
creciendo rápidamente, lo mismo que el número de sacerdotes y la adhesión de los laicos.
Sus pronunciamientos fueron claros. Entre ellos, asumieron su posición en relación a un
tema candente: la violencia. Advirtieron:
“. . . se evite por todos los medios equiparar o confundir la violencia injusta
de los opresores que sostienen este nefasto sistema, con la justa violencia
de los oprimidos, que se ven obligados a recurrir a ella, para lograr su liberación.” 26
En el 2do. Congreso del año siguiente, 80 sacerdotes reconocieron la raigambre popular
del peronismo, rechazaron al sistema capitalista, el imperialismo económico, político y
cultural y se pronunciaron a favor de un cambio radical de estructuras, por el socialismo,
mediante la socialización de los medios de producción.
Una importante expresión de esta tendencia, fue la revista “Cristianismo y Revolución”
dirigida por Juan García Elorrio.
26
DEPARTAMENTO DE HISTORIA DEL CENTRO EDITOR DE AMERICA LATINA, Diez años de Polémica. 1962-
1972: los hechos, los hombres, Nº 13, p. 77, Buenos Aires, CEAL, 1972.
Contribución al Conocimiento de la Realidad 69
Juan Antonio Vilar
IV - 11 d. 5 - La Izquierda.
El principal objetivo de la dictadura de Onganía, fue eliminar “la infiltración marxista” y
defender al mundo occidental y cristiano. En 1969 el déspota consagró a la Argentina, “al
Corazón Inmaculado de María”.
El 25 / 8 / 67 dictó la Ley 17.401, que imponía severas penas a personas que “con
indudable motivación ideológica comunista”, realizaren actividades proselitistas,
perturbadoras del orden público, tengan centros de adoctrinamiento y propaganda; los
excluye de ocupar empleos en el Estado, ejercer la docencia, tener emisoras de radio y
televisión, imprentas o editoriales, prohibiendo las publicaciones “consideradas
comunistas”.
La `cruzada` contra el comunismo, había comenzado con `la noche de los bastones
largos`.Pero el activismo radicalizado estudiantil, no decreció, cobrándose una víctima
temprana con Santiago Pampillón en Córdoba. Esta ciudad, fue el centro de oposición más
radicalizado obrero-estudiantil, del país.
Desde posiciones socialistas y marxistas, se sumaron a la lucha social, estudiantes,
docentes, profesionales, intelectuales, artistas y trabajadores (Luz y Fuerza, SMATA. y
el sindicalismo clasista de SITRAC. y SITRAM., todos de Córdoba).
En 1969 el descontento social era incontenible: paros, actos, manifestaciones, refriegas
con muertos, heridos y detenidos se multiplicaron en casi todo el país. Y explotó con furia
el 29 de mayo en el Cordobazo, gigantesca manifestación de repudio a la autocracia
militar (saldo: 14 muertos, 100 heridos y muchísimos detenidos). Fue el estallido social
más importante de la época, de obreros y estudiantes, con gran apoyo de la clase media.
El onganiato quedó herido de muerte.
El gobierno decidió nombrar interventor de la CGT Azopardo a Valentín Suárez con el
propósito de “normalizarla”, mientras asaltó violentamente la sede de la CGT de los
Argentinos y de algunos de sus sindicatos adheridos, deteniendo algunos de sus
dirigentes. Esta ofensiva arrojó como resultado, una lenta agonía de esa central sindical,
que para 1970 termina por desaparecer.
Inmediatamente, se repitieron los estallidos sociales multitudinarios, que se llamaron
Rosariazos, Chipoletazos, Tucumanazos, Mendozazos y otros (menos en Buenos Aires).
Onganía declaró el `estado de sitio`, aumentó la represión, pero había perdido el control
del país: era incapaz de imponer “el orden” tan caro a los militares.
IV – 11 d. 6 - La Guerrilla.
Desde el gobierno de Frondizi, habían aparecido, de manera aislada, pequeños grupos
guerrilleros, que fueron rápidamente desarticulados. Durante el onganiato se
multiplicaron y su accionar recrudeció, mediante atentados a símbolos del poder
económico, secuestros extorsivos, eliminación de represores y de ´traidores´, detención
de camiones cargados de mercaderías y su inmediato reparto en las villas, etc.
Se organizaron células guerrilleras; las más importantes fueron las Fuerzas Armadas
Rebeldes (FAR., guevaristas), las Fuerzas Armadas Peronistas (FAP), Montoneros
(peronista que terminaría absorbiendo a las demás) y el Ejército Revolucionario del Pueblo
(ERP, trotzkista).
Contribución al Conocimiento de la Realidad 70
Juan Antonio Vilar
En septiembre del ´68 surgió una guerrilla rural en Taco Ralo, organizada por Envar El
Kadri. Inmediatamente llegaron a Tucumán para reprimirla, los “boinas verdes” (cuerpo
de lucha antiguerrillera de los Estados Unidos).
En junio del año siguiente, explotaron bombas sincronizadamente, en 13 supermercados
Mínimax (propiedad de los Rockefeller) quedando destruidos. En ese mes, Vandor murió
víctima de un audaz atentado hecho por desconocidos, en plena sede sindical.
El 25 / 5 / 70, el general Aramburu fue secuestrado por un grupo de jóvenes: era el
primer núcleo de Montoneros, que lo `juzgaron`, condenaron y ejecutaron.
Fue el final del autócrata (posiblemente cómplice de ese asesinato). La Junta Militar
reasumió el mando el 8 de junio; designó nuevo presidente al General Roberto M.
Levingston, quien asumió diez días después.
27
DI TELLA, GUIDO, Perón – Perón. 1973-1976, p. 103, Buenos Aires, Hyspamérica, 1986.
Contribución al Conocimiento de la Realidad 73
Juan Antonio Vilar
Las metas eran muy ambiciosas, pero si, en buena medida, se quería repetir la
experiencia de 1945, se chocaba con condiciones internas y externas muy distintas y
desfavorables.
La derecha peronista y la burocracia sindical –además del poder concentrado, nacional y
transnacional-, nunca apoyaron sinceramente al proyecto Gelbard, y apenas llegaron al
poder político con Isabel y López Rega, lo dejaron de lado.
El antagonismo entre la ‘Tendencia revolucionaria’ del peronismo (la JP, la Juventud
Trabajadora Peronista –JTP- la Juventud Universitaria Peronista –JUP-, Montoneros,
FAR-) y la derecha del movimiento: casi toda la dirigencia política la burocracia sindical y
sus agrupaciones armadas (el Comando de Organización –C de O-, la Concentración
Nacional Universitaria –CNU-), estalló violentamente el día 20 de Junio, cuando Perón
regresó definitivamente al país.
El Comité de recepción, organizado por el Ministerio de Bienestar Social, dirigido por el
fascista Tte. Coronel Jorge Osinde e integrado por matones de la Juventud Sindical
Peronista, la UOM, UOCRA, SOEM, el C. de O. y el CNU., desencadenó una masacre
terrible contra la izquierda peronista, en medio de una gigantesca multitud que huyó
espantada del acto, que debía haber sido una fiesta.
El gobierno de Cámpora, ‘la primavera camporista’ duró apenas 49 días. El 12 de julio, una
maniobra política de la derecha –avalada por Perón- obligó a renunciar al presidente y al
vice, asumiendo el P.E. el diputado José Lastiri, por el extraordinario mérito de ser yerno
de López Rega. Se puso en marcha un nuevo proceso electoral, para legitimar el regreso
de Perón –vía electoral- al gobierno.
El nuevo gobierno dio un violento giro a la derecha, iniciando una rápida limpieza de
izquierdistas indeseables, vinculados a la JP. Se desató una fuerte campaña contra los
gobernadores de Córdoba, Buenos Aires, Salta, Mendoza, Santa Cruz y la violencia contra
el gremialismo combativo.
El ERP no había dado tregua y reiteraba sus actos de violencia.
La fórmula J.D.Perón- María Estela Martínez de Perón triunfó en las elecciones
presidenciales de septiembre, con casi el 62 % de los votos.
3 días después, fue muerto por desconocidos (¿montoneros?) José Rucci, secretario de
la CGT y máxima expresión de la burocracia sindical (jamás ganó una elección en su
gremio, con más del 7 % de los votos de sus afiliados).
Poco después, el gobierno lanza una ofensiva contra la Universidad de Buenos Aires,
desplazando a su Rector, Rodolfo Puiggrós.
28
Ibídem, p. 111.
Contribución al Conocimiento de la Realidad 74
Juan Antonio Vilar
comercial de U$S. 704 millones. El PBI creció en 1973 un 6,1 % y la inflación cayó a un 4
%.
Pero ese año es, no sólo el de la gran “Crisis del Petróleo” (el precio del crudo subió
espectacularmente), sino el fin de un largo ciclo económico favorable y del modelo de
producción y acumulación fordista-keynesiano, que conmocionó al mundo.
Entonces, las empresas industriales del 1er. Mundo, trasladaron el aumento a los bienes
de capital e insumos que producían y exportaban.
Este notable incremento de precios de los productos que importaba la Argentina, hizo
tambalear el Pacto Social. Los precios internos, subieron y comienzó el desabastecimiento
y el mercado negro. A duras penas Perón intentó mantener el equilibrio en la puja
distributiva entre obreros y empresarios, subsidiando (por un corto lapso) las
importaciones, a costa de la disminución de las reservas. En marzo se incrementaron los
salarios en un 13 %, las tarifas de los servicios públicos y también los precios en un monto
que autorizaría el Ministerio de Economía. Pero la puja va en aumento, tanto que Perón, el
12 de junio, recrimina “a esos irresponsables, sean empresarios o sindicalistas” por no
cumplir con los acuerdos.
El 21 / 11 / 73 se produce el 1er. atentado reconocido por la Triple AAA, contra el
senador radical y defensor de presos políticos, Hipólito Solari Yrigoyen. Comenzó el
accionar de la Alianza Anticomunista Argentina, un grupo `parapolicial` de la
ultraderecha que gozó de total impunidad, puesto que sus crímenes nunca fueron
investigados ni condenados. Fue el brazo armado del Ministro de Bienestar Social, López
Rega dirigido por los Comisarios Alberto Villar y Rodolfo Almirón, que cometió miles de
crímenes horrendos de opositores políticos en dos años. La Triple A persiguió y asesinó a
personalidades de la política, la cultura, del trabajo, de la iglesia, militantes sociales, etc.;
entre ellos, el diputado Rodolfo Ortega Peña, el padre Carlos Mugica, el ideólogo marxista
Silvio Frondizi, el abogado defensor de presos políticos Alfredo Curuchet, el gremialista y
ex gobernador de Córdoba, Atilio López, el sobreviviente de la masacre de José León
Suárez, Julio Troxler y muchos más.
La ofensiva contra los gobernadores vinculados con `la tendencia` se acrecentó. Una
insólita acusación de Perón contra el gobernador Oscar Bidegain de Buenos Aires,
ocasionó su renuncia.
El 27 / 2 / 74 se produce el “Navarrazo”. El jefe de policía de Córdoba se insubordinó
contra el gobernador Obregón Cano y el vice, Atilio López y los puso presos. El P.E.
Nacional, avaló este grave atentado institucional, enviando la Intervención a la provincia.
En el acto del 1ro. de Mayo, Perón trató de “estúpidos” e “imberbes” a los jóvenes de la
JP (un año antes, eran “la juventud maravillosa”) elogiando a la burocracia sindical.
En estas circunstancias dramáticas, murió Perón el 1 / 7 / 74.
29
Ibídem, pp. 125 – 127.
Contribución al Conocimiento de la Realidad 76
Juan Antonio Vilar
Como saldo, quedó una distorsión de precios y salarios, que dio lugar a continuos ajustes,
indexaciones, especulación y una indefinida puja social.
El descalabro era monumental. En agosto, sectores empresariales opositores, forman la
APEGE (Asamblea Permanente de Entidades Gremiales Empresarias), constituida por la
Sociedad Rural, las Confederaciones Rurales Argentinas, la Cámara Argentina de
Comercio, la Cámara de la Construcción, sumándose otras empresas.
La incapacidad de Isabel era tal, que en septiembre la obligan a pedir una licencia. Se
hizo cargo del P.E. el senador Italo Argentino Luder. El 6 / 10 / 75 dictó el Decreto 2772
que establecía:
“Las FF.AA. bajo el comando superior del Presidente de la Nación, que será
ejercido a través del Consejo de Defensa, procederán a ejecutar las operaciones
militares y de seguridad que sean necesarias a los efectos de aniquilar el accionar de
los elementos subversivos en todo el territorio del país.”
Esta norma represiva, fue firmada por Luder y sus ministros Antonio Cafiero y Carlos
Ruckauf, entre otros.
En octubre Isabel retomó sus funciones. El caos es generalizado. La crisis política, social
y económica, era descomunal y puede sintetizarse así:
-desabastecimiento, mercado negro, contrabando, inflación desenfrenada,
especulación, caída de la rentabilidad empresaria, caída del salario real, ausentismo
laboral.
- disminución de la producción industrial y agropecuaria.
- PBI negativo, déficit fiscal.
- debilidad del sector externo, gran endeudamiento externo.
- saldos negativos de la balanza comercial y de pagos, deterioro de los términos del
intercambio.
- disminución de reservas, drenaje de divisas.
- Agitación social, atentados de grupos guerrilleros, terrorismo de la Triple A.
Las prometidas fantasías peronistas de una “Argentina Potencia” se habían desvanecido
frente a la dramática realidad de un país dependiente, sometido al poder de las empresas
transnacionales, que manejan el mundo en su beneficio, a costa de la superexplotación de
los pueblos del 3er. Mundo. Y el peronismo nada había hecho para romper esa estructura.
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BIBLIOGRAFIA
Contribución al Conocimiento de la Realidad 77
Juan Antonio Vilar
V – 3 - La situación interna.
Al prolongado “empate social” le pone fin el Proceso Militar. Después de 18 años de
proscripciones, de permanente inestabilidad política, de alternancia de gobiernos civiles y
militares en que ningún proyecto político-económico logra imponerse, las FF.AA. quiebran
ese empate e inclinan la balanza a favor del capital concentrado, apelando al “Terrorismo
de Estado” y que los gobiernos democráticos que le sucedieron, se encargaron de
consolidar.
El Proceso Militar creó las condiciones necesarias, para que el peronismo Menemista
realizara los “cambios estructurales” de la Argentina Neoliberal.
El Proceso eliminó los obstáculos que se oponían a su objetivo: el populismo, el estatismo,
el industrialismo desarrollista, aterrorizando a la población y disciplinándola.
El fracaso del gobierno democrático que le sucedió, en su débil intento de revertir el
rumbo, desembocó en un descalabro mayúsculo –un ‘golpe de mercado’- que tuvo un efecto
más demoledor aún, de disciplinamiento social. La crisis del Estado era ‘terminal’. Su
reforma resultaba inevitable. Como en todo el mundo, a la Argentina le había llegado la
hora del ‘Mercado’.
Casi toda la sociedad y especialmente el peronismo, que durante medio siglo habían
defendido firmemente el ‘dirigismo’ estatal y las empresas públicas, ahora aceptaban la
economía libre de mercado y las privatizaciones, como la gran solución.
El peronismo, completaba su ciclo. Perón fundó el Estado de Bienestar, Menem lo
destruyó; Perón hizo sancionar los principales derechos del trabajo, Menem los anuló con
la flexibilización laboral; Perón saldó la deuda externa, Menem la aumentó a límites
insoportables.
La primera etapa de la experiencia neoliberal, culminó con un fracaso estrepitoso y los
estallidos sociales del 2001. La recuperación posterior –que estamos viviendo y obedece a
factores externos- no han cambiado la esencia del sistema.
V – 4 - El factor dinámico.
La fuerza dinámica del modelo neoliberal, lo da la valorización financiera lograda
mediante las privatizaciones de empresas públicas y la especulación.
Contribución al Conocimiento de la Realidad 80
Juan Antonio Vilar
Casi todo el patrimonio social argentino, pasó a manos de empresas privadas,
generándole grandes ganancias.
Simultáneamente, los principales negocios se han hecho –y se hacen- especulando de
diversas maneras: durante el Proceso Militar, con los ‘plazos fijos’, las mesas de dinero y
la ‘estatización’ de la deuda privada; con Alfonsín, con la ‘Promoción industrial’ y los bonos
del Estado; con Menem-Cavallo, con los negociados de las privatizaciones y el colosal
endeudamiento; con De la Rúa-Cavallo, con el ‘megacanje’; con Duhalde, con la nueva
licuación de pasivos y, a la salida de la convertibilidad, una nueva transferencia de
ingresos a favor del capital; y con Kirchner, con la renegociación de la deuda y la emisión
de nuevos bonos.
En los últimos años, la locomotora de la economía mundial es la China, que viene creciendo
de una manera impresionante (también la India). China demanda gigantescas cantidades
de materia prima (y exporta bienes industrializados). Argentina ha entrado en una nueva
etapa agroexportadora donde reina la soja (también otros granos y aceites). La
rentabilidad de las semilleros que venden todo el ‘paquete’ de producción (Monsanto), de
los propietarios y de las empresas agropecuarias (los pools de siembra) y los
exportadores, es enorme y el Estado obtiene importantes recursos con las retenciones a
las exportaciones.
V – 7 - La Sociedad.
A las nuevas generaciones, que sólo han conocido este mundo neoliberal globalizado, han
naturalizado sus características individualistas y de una espantosa inseguridad, les
resulta extraña la Argentina vivida por sus padres y abuelos (cuando se tenía abierta la
puerta de calle). Las seguridades y certezas que brindaba el Estado Benefactor -con
sus limitaciones y deficiencias-, han quedado en el recuerdo de los mayores.
Los tradicionales lazos de solidaridad de aquella sociedad, han sido reemplazados por un
individualismo pragmático. Hoy es importante alcanzar el éxito, la fama y el dinero,
logrado por cualquier medio. Que ese éxito sea visible; ser rico y famoso y mostrarse por
los medios de comunicación. Toda una cultura menemista de ignorancia y farandulismo.
Los otros –la gran mayoría- son unos fracasados. Hasta sobran.
Este capitalismo globalizado, es una fábrica de pobres. Y los sumergidos, tratan de
salvarse y sobrevivir. Si no lo logran a través de la política, el deporte, del arte o de un
Contribución al Conocimiento de la Realidad 82
Juan Antonio Vilar
golpe de suerte, para muchos, el camino que les queda, es el delito, la prostitución o las
drogas.
La Argentina, durante más de un siglo, fue un país algo homogéneo, con un perfil
relativamente igualitario, que tuvo el más alto nivel de vida de América Latina, con una
sociedad en ascenso, una industria y servicios aceptables, tasas bajas de desocupación, de
analfabetismo o de mortalidad infantil, un sistema educativo eficiente, así como
profesionales, técnicos e investigadores de relieve, un sistema de seguridad social
funcionando; todo eso se derrumbó en la fatídica década del 90, con una sociedad
desintegrada y empobrecida.
Se pueden señalar pruebas en contrario, por ejemplo, las fábricas recuperadas por sus
trabajadores, los primeros piquetes, o algunas organizaciones sociales y barriales, pero no
dejan de ser excepciones.
Las tasas de desocupación y pobreza, alcanzaron niveles desconocidos. A la pobreza
crónica, se le sumaron los nuevos pobres, provenientes de una clase media que se hundía y
una clase obrera que perdía su trabajo. Y mientras esto sucedía durante la “fiesta
menemista” algunos cuantos se enriquecían fabulosamente.
V – 9 – Síntesis histórica.
La Junta Militar dividió el poder en 3 partes iguales: el 33 % para cada una de las
Fuerzas y nombró Presidente por 5 años, al general Videla.
30
VERBITSKY, HORACIO, Op. cit., 142 á 149.
31
La ideología de la seguridad nacional, fue elaborada por el Pentágono norteamericano, para defender “al mundo occidental
y cristiano” amenazado por “la subversión marxista internacional”. Fue enseñada en la Escuela de las Américas –ubicada en
la zona norteamericana del canal de Panamá- donde se adiestraron más de 40.000 oficiales latinoamericanos (3.676
argentinos) en los Cursos de Guerra Contrarrevolucionaria. Muchos de estos militares participaron activamente en los golpes
de estado que sufrió Latinoamérica en las décadas de los 60 y 70.
Sostenía que el marxismo, el comunismo era el mal absoluto, que se había ‘infiltrado’ en Latinoamérica y que era necesario
destruirlo por cualquier medio. Había que levantar “las fronteras ideológicas” porque el enemigo era interno, estaba dentro
del territorio.
Tomaron las prácticas de los militares franceses –veteranos de la guerra contra vietnamitas y argelinos-, de sospechar que
todo civil era potencial enemigo, o podía saber algo de la insurrección y, por lo tanto merecía ser torturado –sin cargo de
conciencia-, hasta que confesara su ‘delito’ o diera información del enemigo.
Contribución al Conocimiento de la Realidad 84
Juan Antonio Vilar
Dirigentes Montoneros afirman que sus combatientes sumaban unos 3 ó 4 mil, mientras
que las otras organizaciones guerrilleras como el ERP, ya habían sido aniquiladas.
En consecuencia, la gran mayoría de los desaparecidos no eran “terroristas subversivos”
sino militantes político-sociales, que luchaban contra las injusticias del régimen y a favor
de una liberación nacional y social. La tercera parte, eran obreros, muchos estudiantes,
también periodistas, docentes, abogados, psicólogos, religiosos, etc., casi todos jóvenes.
La sociedad –en general- adoptó una actitud pasiva, y en buena medida, fue cómplice de
esta carnicería (por acción u omisión). La Jerarquía eclesiástica, encabezada por el
Capellán General y Arzobispo de Paraná, Adolfo Servando Tortolo, estimuló el terrorismo
de Estado, bendijo las armas asesinas y tranquilizó las conciencias alteradas. Mientras
tanto, eran asesinados los obispos de La Rioja, Enrique Angelelli, de San Nicolás Carlos
Ponce de León (en cierto sentido, también el de Santa Fe, Vicente Zazpe), los curas
Palotinos, las monjas francesas y miles de laicos católicos.
En los actos de tortura, participaban médicos y sacerdotes. Para el reparto del botín de
guerra, existieron estudios jurídicos y contables que legitimaban el despojo. Alguno de
ellos, llegó a ser después, ministro de Menem.
Casi todos los golpes militares habidos en América Latina y el Caribe, fueron
proyectados, promovidos, financiados o apoyados por los EE.UU. El presidente James
Carter, en 1977 introdujo cambios en su política exterior en relación con la defensa de
los “derechos humanos”. Carter presionó a los dictadores militares, suspendiéndoles la
ayuda militar.
En Europa occidental tenían amplia difusión las denuncias de la matanza, por parte de los
exiliados, familiares de las víctimas y organizaciones solidarias.
Las denuncias llegaron hasta la OEA (Organización de Estados Americanos) Su Comisión
Interamericana de Derechos Humanos nombró una comisión que visitó el país en 1979,
para recabar información. Luego redactó un severo Informe sobre las múltiples
violaciones a los derechos humanos, cuya circulación en el país, fue prohibida.
En 1980 las FF.AA. sufrieron otro duro golpe, cuando le fue conferido el Premio Nóbel
de la Paz, al arquitecto Adolfo Pérez Esquivel, víctima de los dictadores y miembro del
Servicio de Paz y Justicia. Era una de las organizaciones defensoras de los derechos
humanos, junto con la Asamblea Permanente de Derechos Humanos, el CELS –Centro de
Estudios Legales y Sociales-, la Liga Argentina por los Derechos del Hombre, los
Familiares de víctimas por Razones Políticas, y sobretodo, desde abril de 1977, las
Madres de Plaza de Mayo que reclamaron valiente y tenazmente, por la aparición con vida
de sus hijos secuestrados.
V – 9 c. - Política económica.
Entendemos que este terrorismo de Estado, tuvo como finalidad, disciplinar la sociedad
para “refundar la Nación sobre nuevas bases políticas, económicas y sociales ”. Se propuso
‘erradicar la subversión’, terminar con la feroz puja distributiva eliminando las causas que
la generaban, es decir, el estatismo (que atenta contra las libertades), el populismo (de
tendencia socializante), el distribucionismo (que es inflacionario y divide a la sociedad) y
el desarrollismo (un modelo industrialista artificial e ineficiente).
Contribución al Conocimiento de la Realidad 85
Juan Antonio Vilar
La Junta Militar se ocupó de elaborar un proyecto de reforma integral, pero nunca fue
aplicado. Simultáneamente, el Programa económico de Martínez de Hoz, pese a algunas
resistencias internas, fue firmemente sostenido durante los 5 años que duró su gestión,
durante la presidencia de Videla. Por su trascendencia, creemos que la única política del
Proceso Militar, fue la política económica de Martínez de Hoz.
Cabe destacar, que estas reformas económicas, tuvieron un amplio apoyo de los
organismos financieros multilaterales, puesto que rápidamente otorgaron créditos por un
total de 2.000 millones de dólares al gobierno militar (y después, muchos más).
Martínez de Hoz, pertenece a una tradicional familia de la ‘clase alta’, que gozaba de un
total respaldo del ‘establishment’ y de la confianza de los hombres de negocios y
banqueros internacionales.
En su mensaje dado el 2 /4 / 76, anunció las bases de su programa, signada por el
comienzo de una época que terminaría con el estatismo. Sus principios rectores, fueron
“la apertura de la economía”, la función subsidiaria (¿?) del Estado y el libre
desenvolvimiento de la iniciativa privada. Sus objetivos eran la modernización de la
actividad productiva, asentada sobre bases sanas, con empresas competitivas y con
máximas garantías para las inversiones extranjeras. Perseguía eliminar la inflación (y
lograr una moneda sana), el déficit fiscal (‘racionalización’ administrativa: Ley de
Prescindibilidad) y de las empresas públicas (privatizaciones); la reducción del gasto
público, eliminar la distorsión de precios y la sobrevaluación de la moneda (llegar a un tipo
de cambio único y libre). Casi nada de esto sucedió, sino todo lo contrario, pero eso no
significa que haya fracasado en su objetivo de introducir reformas liberales de fondo,
que se tornaran irreversibles. También anunció la promoción de las inversiones
extranjeras y la libre contratación entre empresarios y obreros.
Sus primeras medidas fueron:
- Anulación de derechos laborales, como el de la huelga, congelamiento de sueldos y
salarios y eliminación del control de precios; producto de una elevada inflación, el salario
real cayó rápidamente un 30 %, que se mantuvo con variantes, durante todo el gobierno
militar.
- Apertura de los mercados con substancial reducción de aranceles de importación, que
arrasó con gran parte de la industria nacional.
- Sanción de la Reforma Financiera de 1977, liberando las tasas de interés, de la
asignación de créditos por las entidades financieras, garantizadas por el Estado (aún hoy,
está vigente).
- Sanción de la “pauta cambiaria” en 1978 que fijaba el tipo de cambio, devaluando el peso
con relación al dólar, pero a un ritmo muy inferior a la inflación.
Con el propósito de formar un mercado de capitales, Martínez de Hoz había emitido
títulos de ‘valores ajustables’ y luego, las ‘letras de tesorería’ que alentaron una gran
especulación. Fueron el comienzo de un frenesí especulativo gigante, con los ‘plazos fijos’
que tenían altísimas tasas de interés, mientras el dólar apenas se revaluaba (pauta
cambiaria) y la inflación era galopante. Como el Estado garantizaba estas operaciones,
tuvo que endeudarse fuertemente para obtener divisas, puesto que las exportaciones
estaban lejos de cubrir con la demanda de dólares.
Contribución al Conocimiento de la Realidad 86
Juan Antonio Vilar
El dólar barato, brindó un pasajero bienestar a algunos sectores de la sociedad (clase
media y alta). Con la “plata dulce” se podían adquirir infinidad de electrodomésticos
novedosos muchos productos importados o que se traían del exterior. O también,
veranear en las playas del Brasil (o de Miami), a muy bajo costo.
El sistema entra en crisis en 1980, año en que se dispone la liquidación del Banco de
Intercambio Regional (BIR), el mayor banco privado y otros 4 bancos más. La situación se
hizo tan grave, que Martínez de Hoz, tuvo que devaluar el peso de manera acelerada. Y
dejaba a su sucesor, un peso aún sobrevaluado, un gran endeudamiento e inflación.
La apertura de los mercados, hizo desaparecer a muchísimas empresas nacionales,
principalmente de la pequeña y mediana industria. Entre 1974 y 1985 cerraron 18.000
fábricas y quedaron sin trabajo, 200.000 obreros. Quebraron también algunas empresas
grandes como los grupos Oddone, Grecco y Sasetru (haciéndose cargo el Estado de ellos,
así como del BIR).
El PBI industrial de 1983, fue inferior al de 1974. Se favoreció un proceso
concentrador y algunos sectores de producción de bienes intermedios (cemento,
petroquímica, pasta celulósica, aluminio, acero) fueron beneficiados, así como contratistas
del Estado, con la ejecución de obras públicas ‘faraónicas’ (autopistas, estadios de fútbol
para el Mundial ’78). También hubo promoción industrial para regiones poco desarrolladas;
por ejemplo, Tierra del Fuego para sus productos electrónicos.
Con los cambios introducidos, “… en el centro del proceso económico se instala un nuevo
‘bloque social’ constituido por capitales nacionales y extranjeros: los grupos económicos y
las empresas transnacionales diversificadas y/o integradas.” 32
Entre los grandes grupos económicos nacionales, están: Pérez Companc, Garovaglio y
Zorraquín, Macri: SOCMA, Bulgheroni: Bridas, Fortabat: Loma Negra, Soldati: Sociedad
Comercial del Plata, Gruneisen: Astra, Blaquier: Ledesma, Celulosa Argentina, Madanes:
Aluar, Enrique M. Pescarmona: IMPSA y las transnacionales: Bunge y Born, Roca: Techint
Siemens, Brown Boveri, Renault y los grandes bancos como el Citi Bank.
La productividad mejoró sin una substancial renovación tecnológica; con menos obreros y
salarios inferiores, el “… excedente captado por el empresariado industrial en su
conjunto, se incrementó, en el decenio, en un 69 %”. 33 Esto significó una formidable
transferencia de ingresos a favor del empresariado y en detrimento de los trabajadores.
Las mayores ganancias (especialmente especulativas), no se tradujeron en un aumento de
las inversiones, sino en una mayor fuga de capitales al exterior, que entre 1979 y 1981
totalizaron más de 20.000 millones de dólares.
Martínez de Hoz se trazó una política general de privatizaciones de empresas públicas,
con resultado negativo. Quiso privatizar a cualquier precio. Transfirió 120 empresas
productivas y comerciales de poca importancia. Vendió 1400 inmuebles fiscales, pero
compró la obsoleta empresa CIADE (Compañía Italo Argentina de Electricidad, en donde
el ministro, había sido funcionario). El precio pagado por la CIADE, superaba todo lo
recaudado por las ventas de empresas e inmuebles.
32
AZPIAZU, DANIEL, BASUALDO, EDUARDO M. y KHAVISSE, MIGUEL, El nuevo poder económico en la Argentina
de los años 80, p., Buenos Aires, Legasa, 1987.
33
Ibídem, p. 115.
Contribución al Conocimiento de la Realidad 87
Juan Antonio Vilar
Otra novedad fue la venta de granos realizadas a la Unión Soviética. Con motivo del
embargo cerealero hecho por los EE.UU. contra la Unión Soviética por la invasión a
Afganistán, la Argentina no acató el embargo y le vendió millones de toneladas de granos.
Llama la atención que estos ‘cruzados’ contra el comunismo, hicieran semejantes negocios.
¡Por mucho menos, estos mismos militares condenaron a Illia por venderle granos a China!
Pese a algunos fracasos, el gobierno militar había logrado su objetivo de introducir
reformas económicas que fueran irreversibles. El liberalismo económico, no fue producto
del triunfo de un sistema superior, sino de una política impuesta por el terror.
V – 9 ch.– Gobiernos de los generales Roberto E Viola y Leopoldo F. Galtieri (1981 -1982)
En marzo de 1981, el general Viola sucedió al general Videla. La sobre valuación del peso
se hizo insostenible y comenzó una acelerada devaluación. El nuevo Ministro de Economía,
Lorenzo Sigaut realizó dos grandes devaluaciones, debido a que su consejo: “El que
apuesta al dólar pierde…” fueron desoídos por los especuladores que siguieron comprando
dólares y ganaron.
Durante esta gestión, el Banco Central comenzó con los regímenes sobre “seguros de
cambios” para favorecer a los deudores privados.
Aprovechando una leve apertura política, en el mes de julio, representantes de 5
partidos políticos (Justicialista, UCR., UCRI., MID. y Demócrata Cristiano) formaron la
Multipartidaria, que se propuso trabajar por el retorno al estado de derecho.
En diciembre de 1981, el General Leopoldo Fortunato Galtieri, logró destituir a Viola y
ocupó la presidencia.
Pese al clima represivo, se empezaba a manifestar la oposición política y gremial. El 30
de marzo de 1982, se realizó un paro con manifestación que terminó reprimida.
El 2 de abril de 1982, las FF.AA., sorpresivamente, recuperaron militarmente las Islas
Malvinas, ante el alborozo generalizado de la población. Ahora la plaza de mayo se llenó,
para celebrar la hazaña militar. Los criminales se habían convertido en héroes. Es
probable que las FF.AA. hayan jugado su última carta para perpetuarse en el poder. Su
irresponsable actitud, terminó en un desastre y una tragedia (14 de junio).
Galtieri cayó repudiado por todos (un Informe Militar pedirá la pena capital). Se produjo
una crisis en las FF.AA. La Armada y la Aeronáutica, dejaron solo al Ejército.
V – 9 e. 1 – Política sindical.
La pretensión de terminar con los poderes corporativos, comenzó inmediatamente,
cuando el Ministro de Trabajo, Antonio Mucci, presentó un proyecto de Ley de
“Reordenamiento sindical”, por el que pretendía democratizar la vida sindical, mediante
elecciones limpias controladas por la Justicia electoral, reconociendo el derecho de
representación de las minorías en los gremios y sus comisiones internas. También buscaba
separar las Obras Sociales de los sindicatos (anulando el decreto sancionado por el
dictador Onganía) y eliminar las actividades de política partidaria de los gremios.
Diputados votó favorablemente el proyecto, pero la mayoría peronista del Senado. salió
en defensa de los privilegios del sindicalismo fraudulento y patotero y lo rechazó.
Esta fue una derrota muy temprana y dura del gobierno. Mucci renunció; lo reemplazó
Juan Manuel Casella quien inició su política de concertación, con el gremialismo. Negoció
con el “Grupo de los 15”, que integraban, entre otros, Jorge Triaca (sindicato del Plástico)
y Armando Cavalieri (sindicato de Comercio). Después, un integrante de este
nucleamiento, Carlos Alderete (sindicato de Luz y Fuerza), fue Ministro de Trabajo.
Alfonsín retrocedió en su confrontación con la corporación sindical y dispuso que las
elecciones se realizaran, aplicándose los estatutos internos. En septiembre de 1984 la
CGT realizó el primer paro general contra el gobierno y al mes siguiente, el Congreso
sancionó una nueva Ley Nº 23.071 de Asociaciones Profesionales Gremiales, por la cual los
sindicatos recuperaron el manejo de las Obras Sociales.
Esta política de concertación y concesión, de nada le sirvió a Alfonsín, pues no logró
evitar que la CGT votara un nuevo “Plan de Lucha” y realizara 13 paros generales
exitosos, contra su política. El Secretario General, Saúl Ubaldini, del gremio cervecero,
frente a la parálisis del partido provocada por la inadmisible derrota, se convirtió en el
máximo conductor de la oposición peronista contra el gobierno radical. En síntesis: la
concertación con el sindicalismo, fracasó y dio a éste, más poder.
36
RAPOPORT, MARIO, Historia económica, política y social de la Argentina (1880-2000), p. 909, Buenos Aires, Ediciones
Macchi, 2000.
Contribución al Conocimiento de la Realidad 92
Juan Antonio Vilar
En mayo, Sourrouille puso en marcha el Plan Austral: se cambió el signo monetario por el
Austral (que duró 6 años), se congelaron las tarifas públicas, los precios y los salarios, se
bajaron las tasas de interés con fórmulas desindexatorias. Pretendía ser un plan
económico, pero sólo fue un paquete de medidas para controlar la inflación, sin cambiar
para nada, la economía argentina. Los asalariados vieron mermar sus ingresos pero, en
general, la sociedad aceptó el sacrificio confiando tener un futuro mejor.
El éxito del plan Austral fue fugaz. Apenas duró 13 meses y contribuyó a asegurar un
nuevo triunfo electoral del oficialismo en 1985. Los radicales se entusiasmaron tanto
(principalmente los jóvenes de la Junta Coordinadora), que creyeron que nacía una nueva
hegemonía acaudillada por Alfonsín y lanzaron la idea del “Tercer Movimiento Histórico”.
Un clima triunfalista ensoberbeció a Alfonsín. En diciembre, pronunció un importante
discurso en Parque Norte. Anunció una ruptura con el pasado (‘el fin del populismo’) para
ingresar en una modernización seria, de ideas avanzadas, producto de una nueva sociedad
guiada por una ‘ética de la solidaridad’.
Al año siguiente, rebrotó la inflación (superaba el 20 % mensual) y las medidas
correctivas no dieron resultado. Los reclamos obreros, se sucedían.
El peronismo lograba reorganizarse superando una profunda crisis. La ‘Renovación’ logró
desplazar a los viejos dirigentes, llamados ‘mariscales de la derrota’. En 1987 el peronismo
venció en casi todas las provincias, dejando al gobierno, a la defensiva, que respondió con
un nuevo plan de ajuste y estabilización.
Los beneficiarios de estas políticas, fueron algunos sectores empresariales, con quienes
Alfonsín concertó. Se trató del ‘ Grupo María’ comúnmente llamado “capitanes de la
industria”, “integrado por conglomerados diversificados nacionales, fortalecidos y
beneficiados durante la dictadura militar, que incluían a las empresas industriales más
grandes del sector privado, entre las cuales se encontraban las que lideraban las
principales ramas de la industria, y en especial, las altamente concentradas, que podían
tener o no, una inserción importante en el sector financiero.” 37
Se renovó la Promoción Industrial destinada a estimular la actividad fabril en las
‘provincias pobres’, con grandes beneficios impositivos. No tuvo el resultado esperado,
porque las empresas se preocuparon en aprovechar las ventajas, sin hacer las inversiones
comprometidas.
Todos los proyectos fracasaron: las privatizaciones parciales, el Plan Houston (que
rompía con la tradición radical en materia de política petrolera), la reducción de la
inflación y del gasto público. La caída de los precios internacionales de los granos, no
permitió disponer de las divisas necesarias para enfrentar los pagos de los servicios de la
deuda externa. Entonces se apeló a contraer deuda interna. Se emitieron una cantidad
extraordinaria de títulos internos, con altos intereses, originando el denominado ‘festival
de bonos’.
El Plan Primavera de 1988, fue el último intento del gobierno de controlar variables
económicas. Repitió recetas recesivas, reducción del gasto público (que afectó
dramáticamente a los servicios), la apertura exterior y las privatizaciones.
37
Ibídem, p. 887.
Contribución al Conocimiento de la Realidad 93
Juan Antonio Vilar
El nuevo Ministro de Obras y Servicios Públicos, Rodolfo Terragno, intentó una
‘privatización asociada’, mediante el mecanismo de “capitalización” de la deuda externa, de
la empresa telefónica ENTEL y de Aerolíneas Argentinas, pero fue criticada y rechazada
por la mayoría peronista en el Congreso (querían reservarse la exclusividad del negocio).
“… la Argentina real, la Argentina del presente. Ustedes saben con honestidad, que todos los pliegos tienen una cláusula no
escrita, que no hemos escrito por vergüenza, por vergüenza nacional, que es el grado de dependencia que tiene nuestro país,
que no tiene ni siquiera la independencia, ni siquiera dignidad para poder vender lo que hay que vender.
Un país que no tiene disponibilidad de sus bienes, un país que está inhibido internacionalmente. A-rro-di-lla-do a-ver-gon-
za-da-men-te, nuestro país, yo no quiero hacer historia de cuándo viene …”
“Este endeudamiento por cabeza empresaria, nos obliga a nosotros a ir consiguiendo el perdón, casi de limosna… a nosotros
nos monitorean absolutamente todo … somos sometidos a diario a una política de extorsión.”
Versión gravada en secreto, publicada por Página/12 el 9 de septiembre de 1990, pp. 8 á 11, que fuera negada primeramente
y luego admitida oficialmente.
39
El FMI., el Banco Mundial y representantes de la banca y de los países dominantes, elaboraron los 10 puntos del
Consenso de Washington, para que los países endeudados ordenaran su economía –y pagaran la deuda externa-; si cumplían
con sus recomendaciones, recibirían ‘ayuda’ internacional. Eran:
1) Disciplina fiscal que implica la disminución drástica del déficit presupuestario.
2) Disminución y control del gasto público.
3) Mejoramiento del sistema impositivo basado en una tributación de amplia base (regresiva).
4) Liberalización del sistema financiero y de la tasa de interés.
5) Mantenimiento del tipo de cambio estable.
6) Liberalización comercial externa, mediante la reducción de las tarifas arancelarias y diferentes trabas.
7) Otorgar amplias facilidades a las inversiones externas.
8) Enérgica política de privatizaciones de empresas públicas.
9) Desregulación de las actividades estatales y amplia reforma de la función del Estado.
10) Derecho a la propiedad para salvaguardar y garantizar la propiedad privada de las empresas públicas que se
privaticen.
Contribución al Conocimiento de la Realidad 95
Juan Antonio Vilar
Contó con el apoyo de los distintos bloques de poder, es decir, de los grandes
empresarios, banqueros y financistas nacionales y extranjeros, terratenientes y los
organismos financieros internacionales.
La sociedad, paralizada por las frustraciones, el terror militar y económico, aceptó
pasivamente lo que siempre había rechazado: el remate del valioso patrimonio nacional. La
persistente prédica liberal, que atribuía al Estado los principales males que azotaban a la
sociedad, había sido escuchada y hasta aceptada.
Menem, con la furia de un converso, se encargó de destruir ‘el Estado benefactor’, como
agente promotor del ‘bienestar general’, compensador de las desigualdades, en beneficio
del ‘Mercado’.
Esta “revolución neoliberal” tuvo por base, a 2 leyes fundamentales votadas
apresuradamente en el caótico año 89, tanto por legisladores peronistas, como por
radicales. Fueron las Leyes Nº 23.696 de Reforma del Estado, y la Nº 23.697 de
Emergencia Económica. Por ellas, el Congreso delegaba facultades que le eran propias, al
Poder Ejecutivo. Según la primera, por decretos ‘de necesidad y urgencia’ a sola firma,
Menem podía disponer ilimitadamente, de todo el patrimonio del Estado, es decir,
privatizar empresas de servicios públicos, transferir bienes inmuebles, concesionar rutas
terrestres y aéreas, transportes, etc.
Según la doctrina liberal, todo bien es mercancía que se puede comprar y vender.
Por la segunda, el P.E. podía ‘racionalizar’ la administración, desregular, resolver sobre
los subsidios de la promoción industrial y sobre la compra y venta de bienes y servicios
que requería el Estado.
40
Luis Barrionuevo, figura paradigmática del sindicalismo peronista, autocalificado ‘recontraalcahuete de Menem’, a cargo
de ANSAAL (Sistema estatal de Obras Sociales), con su característica sinceridad cínica, declaró: “Para que se arreglen las
cosas en la Argentina, tenemos que dejar de robar durante dos años”.
Y también: “En la Argentina, nadie hace plata trabajando”.
Contribución al Conocimiento de la Realidad 97
Juan Antonio Vilar
Santa Fe, Concordia, Misiones y Tucumán. El clientelismo y el asistencialismo con
propósitos electorales, fueron una constante.
En una época dominada por la cultura de la imagen, los políticos gustaban exhibirse en los
medios de comunicación, participar en los show televisivos, donde rivalizaban en
banalidades con la farándula. Como muchos de ellos, eran impresentables, Menem buscó
candidatos entre “ricos y famosos” artistas o deportistas exitosos. Algunos, que nunca
habían soñado con ser políticos, tuvieron suerte como Ramón ‘Palito’ Ortega, Carlos
Reutemann o Daniel Scioli, pero la mayoría de ellos, fue menos afortunada (César Luis
Menotti, Antonio Tarragós Ros, el Soldado Chamamé, Elio Roca, etc.).
Esa perversión de la democracia argentina y de la ciudadanía, alcanzó una máxima
expresión, cuando personajes de reconocida trayectoria antidemocrática, llegaron al
gobierno por el voto popular, como el genocida general Antonio Bussi, el policía torturador
Luis A. Patti o el coronel golpista Aldo Rico.
Durante el menemato, los argentinos, más que ciudadanos, éramos consumidores.
Con los Pactos Fiscales, las Provincias cedieron a la Nación, buena parte de sus recursos
y su autonomía financiera. Quedaban totalmente dependientes del Gobierno Nacional.
Las desmesuradas ambiciones de Menem de perpetuarse en el poder, chocaban con la
Constitución Nacional. En consecuencia, debía ser reformada. Rápidamente encontró un
aliado, hecho a su medida: el ex-presidente Raúl Alfonsín. Ambos acordaron un “Núcleo de
coincidencias básicas” (más conocido como el Pacto de Olivos), que debía ser votado en
bloque por peronistas y radicales en la Convención Reformadora de la Constitución, que se
reunió en Santa Fe en 1994.
En 1995, Menem fue reelecto con casi el 50 % del voto popular (el llamado ‘voto cuota’),
que tenía un hondo significado: la convalidación de toda la política menemista.
En 1991, los presidentes de Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, habían firmado el
Tratado de Asunción, que sentó las bases del Mercosur.
V – 9 f. 2 - Política Económica.
Era urgente reordenar toda la economía e impulsar el crecimiento. Menem se propuso
lograrlo, aplicando liberalismo económico, adaptándose a las tendencias internacionales
predominantes (precisamente, en 1989, comenzó el rápido derrumbe del socialismo).
Los primeros ministros de Economía, fueron los funcionarios de Bunge y Born, Miguel
Roig y Néstor Rapanelli. El Plan B. y B. de ajuste, devaluación, incremento de tarifas y un
acuerdo de precios y salarios, fue un fracaso.
A fines del 89 y principios del 90, hubo un nuevo pico hiperinflacionario que fue
‘solucionado’ por el nuevo ministro de Economía, Antonio Erman González, con el Plan
Bonex, que disponía el canje compulsivo de los plazos fijos (muy abundantes), por bonos de
la deuda externa a 10 años, y que en la práctica, significó la pérdida de un 40 % para los
ahorristas.
Pero la puja entre las fracciones de poder continuó, atenuada por las primeras
privatizaciones y finalizaron recién, cuando se puso en marcha el Plan de Convertibilidad
en abril de 1991. Así, el gobierno logró controlar la inflación y junto con la desregulación,
Contribución al Conocimiento de la Realidad 98
Juan Antonio Vilar
el Plan Brady, la flexibilización laboral y la apertura económica, hizo posible un nuevo ciclo
expansivo (otra fugaz ‘burbuja’).
Se produjo una masiva entrada de divisas al país.
El trienio 1992 / 94 fue de espectacular crecimiento del PBI, que alcanzaría a más de
280.000 millones de dólares.41
Crecieron las exportaciones. La producción agrícola se duplicó (con 3 años consecutivos
de cosechas récord). Se produjo una verdadera revolución en el agro, con la introducción
de la ‘siembra directa’ y los granos transgénicos (1996). La soja se convirtió en la ‘reina’
de los granos en la Argentina.
Por primera vez, tuvieron importancia las exportaciones de petróleo, gas y automóviles.
La industria automotriz, muy protegida, se modernizó (y robotizó), complementándose
con la brasileña, según la estrategia utilizada por las centrales automotrices extranjeras.
También se modernizaron las telecomunicaciones, colocando al país, en un nivel aceptable
en el mundo.
Las demenciales fantasías de Menem, lo llevaron a prometer la entrada de la Argentina
“en el Primer Mundo” y, en consecuencia, abandonó su integración al Movimiento de Países
No Alineados y ofreció a EE.UU. su alianza “extra OTAN” (Organización del Tratado del
Atlántico Norte). Pretendió mantener una relación privilegiada y subordinada con EE.UU
(“relaciones carnales” según el canciller Guido Di Tella). Por eso, abandonó el Proyecto
Cóndor II.
Pero la apertura económica, hizo estragos en la industria nacional, que no podía competir
con los productos importados. Las importaciones crecieron más que las exportaciones.
El gasto público siguió aumentando, ocasionando fuertes déficit fiscales entre 1994 y
98.
La balanza de pagos, fue negativa entre 1995 y 99. La fuga de capitales fue gigantesca.
V – 9 f. 3 - El Plan de Convertibilidad.
Fue el eje de la economía de Menem-Cavallo y sus efectos perdurarom una década.
Estableció una nueva moneda y paridad cambiaria: 1 peso = 1 dólar. La masa monetaria
circulante, debía respaldarse con la misma cantidad de reservas de oro y divisas del
Banco Central. Este adquirió autonomía, debía controlar el equilibrio fiscal y no realizaría
más emisiones sin respaldo. Quedaban congelados los sueldos, salarios, contratos, tarifas
y precios.
Cavallo anunció que la convertibilidad duraría 6 décadas. A los 10 años, estalló.
Se inició una época de estabilidad. La inflación cayó verticalmente hasta casi desaparecer.
Reapareció el crédito; la invasión de artículos importados baratos, colmó las ansias
consumistas de los sectores medios y asalariados.
41
Evolución del PBI (en millones de dólares):
Año PBI Variación Año PBI Variación
1990 141.176 --- 1995 258.032 - 2,8
1991 189.440 10,6 1996 272.150 5,5
1992 226.847 9,6 1997 292.859 8,1
1993 236.505 5,7 1998 298.131 3,9
1994 257.440 5,8 1999 282.769 - 3,0
Contribución al Conocimiento de la Realidad 99
Juan Antonio Vilar
Los capitalistas locales, volvieron a endeudarse en el exterior, para aprovechar la
diferencia de las tasas de interés internacionales (más bajas) que las internas, hacer una
espectacular diferencia y remitir las ganancias al exterior. Las divisas fugadas en la
década, superaron al endeudamiento externo.
La banca internacional, financió generosamente “la fiesta menemista”, refinanciando la
vieja deuda con el Plan Brady (reducción y cambio de los títulos por otros del tesoro de
los EE.UU. a 30 años) y otorgando nuevos créditos. Al finalizar Menem su mandato, la
deuda externa se había duplicado. En 1998 Menem fue condecorado por el FMI como el
ejemplo a seguir en el mundo; era “el mejor alumno”.
Entre tanto, el Estado había transferido casi todos sus activos públicos, repartidos
graciosamente entre los grandes empresarios y banqueros nacionales y extranjeros,
enriqueciendo a funcionarios y amigos del poder, mientras crecía pavorosamente la
desocupación, el trabajo precario, la pobreza crónica y la indigencia.
Pero la convertibilidad era insostenible en el tiempo, porque la estructura productiva
seguía siendo muy débil y vulnerable, y dependía del endeudamiento externo.
A mediados de 1999 comenzó una contracción económica, una larga recesión que
desembocó en el estallido de diciembre de 2001.
V – 9 f. 4 - Las Privatizaciones.
“Nada que deba ser estatal, permanecerá en manos del
Estado.” Roberto M. Dromi
El Consenso de Washington reiteraba las exigencias acostumbradas de los organismos
acreedores, pero ahora traía una novedad: la privatización de empresas públicas.
Desde la moratoria incurrida por México en 1982, el gobierno norteamericano encontró
la manera para resarcir a los prestamistas, con esta fórmula: “ Empresas públicas por
deudas”. Esta propuesta (o exigencia) ya figuraba en el último “Documento de Santa Fe”.
El peronismo menemista, que había reemplazado “la soberanía política” por “las
relaciones carnales” con los EE.UU., se dispuso a obedecer.
Durante décadas, ‘intelectuales orgánicos’ del capital hegemónico, como los integrantes
de FIEL (Fundación de Investigaciones Latinoamericanas), de ACIEL (Acción
Coordinadora de las Instituciones Empresarias Libres), de la ‘Fundación Mediterránea’, de
la UIA, la Sociedad Rural, de los diarios grandes como La Nación, Clarín o Ambito
Financiero, los políticos como Alvaro Alsogaray, los economistas como los hermanos
Aleman, los periodistas influyentes como Bernardo Neustadt o Mariano Grondona, etc.
atacaron insistentemente al ‘estatismo’ y defendieron la libre competencia, el libre juego
de la oferta y la demanda, la libertad de producción, comercio y contratación, el derecho
‘absoluto’ a la propiedad privada y las inversiones extranjeras.
El menemato tomó como verdaderos estos principios liberales (“el Estado es mal
administrador”) y justificó la entrega de casi todo el patrimonio nacional, con estos
argumentos:
- La ineficiencia del Estado en contraste con la eficiencia de la empresa privada;
- El monopolio del Estado (el peor de todos) sería eliminado dando lugar a la
competencia.
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Juan Antonio Vilar
- El Estado dejaría de perder muchos recursos, para destinarlos a mejorar los
servicios de salud, educación y seguridad social.
- Con lo recaudado por las ventas, se pagaría la deuda externa.
- Las empresas privadas brindarían mejores servicios y más baratos.
Ante premisas tan falsas, resultados tan opuestos.
Algunas empresas estatales –por ejemplo Gas del Estado-, eran muy eficientes y son
centenares de empresas privadas que quiebran por año ¿será por su eficiencia?
Afirmar que el monopolio estatal es el peor por su omnipotencia, es no tener la menor
idea del poder inconmensurable de los monopolios imperialistas.
Tampoco se libró al juego de la competencia; ejemplo: Telecom y Telefónica.
En caso de Aerolíneas Argentinas, se cambió el monopolio del Estado argentino por el del
español.
El Estado argentino siguió ‘perdiendo’, subsidiando los ferrocarriles con una cantidad aún
mayor que antes, a pesar de funcionar la cuarta parte de su red.
El financiamiento de la salud, educación y seguridad, empeoró.
La deuda externa no se pagó, sino que aumentó al doble.
En realidad, las privatizaciones costaron más al Estado, que lo que recaudó.
Los servicios se encarecieron enormemente.
Salvo algunos casos excepcionales, como las telecomunicaciones, los servicios de
ferrocarriles, Aerolíneas Argentinas, obras sanitarias y otros, empeoraron.
La mayoría de las empresas privatizadas, no cumplieron sus contratos: no hicieron las
inversiones previstas (por ejemplo: en infraestructura energética –electricidad,
exploración petrolífera, obras sanitarias-) o no pagaron el canon como Correos,
aeropuertos.
El menemato vendió o concesionó indiscriminadamente, todo el patrimonio social: suelo,
subsuelo, espacio aéreo. ¿En qué quedó el artículo 40 de la Constitución peronista?
Las empresas fueron privatizadas sin pasivos y con su personal reducido (el Estado se
hizo cargo de las indemnizaciones): utilizó el mecanismo de ‘capitalización de la deuda
externa’, es decir, los títulos –muy devaluados- fueron recibidos a su valor nominal; los
bienes fueron tasados (a la mitad o menos de su valor) por expertos internacionales (que
cobraron fortunas) y los pliegos de condiciones, fueron preparados de acuerdo con las
empresas que ganarían la licitación.
Los consorcios adjudicatarios debían estar integrados por grupos locales, bancos
tenedores de títulos y empresas extranjeras con experiencia tecnológica en el ramo a
licitarse.
El ministro Dromi, condujo las primeras privatizaciones (Aerolíneas Argentinas, ENTel,
radios, canales de TV) que fueron tan improvisadas como ‘desprolijas’ (eufemismo
utilizado para ocultar las operaciones turbias o negociados).
El caso de Aerolíneas Argentinas fue escandaloso (los otros, también). Los bienes de la
empresa y sus rutas, fueron subvaluadas. Algunos aviones fueron tasados a un valor
simbólico de un dólar. Una cláusula del pliego de licitación que prohibía hipotecar los
aviones, fue eliminada momentos antes de abrirse el concurso. Se presentó ante la
Justicia un recurso de amparo para trabar el proceso licitatorio, cargado de
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Juan Antonio Vilar
irregularidades. El gobierno apeló a la Corte quien, mediante el recurso de ‘ per saltum’,
arrebató el expediente al juez natural y sin leerlo, rechazó el amparo.
Luego Iberia, no cumplió con ninguna de sus obligaciones y así llegamos al momento
actual en que el servicio de Aerolíneas Argentinas (española) es un desastre.
La segunda etapa, la dirigió Cavallo, quien organizó la venta o concesión de:
- ramales ferroviarios y subterráneos;
- red nacional de carreteras;
- YPF., áreas centrales y secundarias de petróleo, oleoductos, refinerías, destilerías y
flota;
- Gas del Estado, yacimientos, transporte y distribución del gas natural;
-SEGBA, Hidronor, centrales térmicas e hidroeléctricas: generación, transporte y
distribución de la electricidad;
- empresas petroquímicas: Río Tercero, Carboquímica;
- flota marítima, puertos, astilleros;
- aeropuertos;
- Correo Argentino, Caja Nacional de Ahorro y Seguro;
- Mercado de Hacienda de Liniers, el predio de Palermo (que ocupa la S.R.), hipódromos y
más de 800 inmuebles;
- SOMISA;
- la mayor parte del sistema provisional, regalado a las AFJP (Administración de Fondo de
Jubilaciones y Pensiones).
Los principales beneficiados de las privatizaciones, fueron los grandes grupos
económicos argentinos, como PECOM (Pérez Companc), Compañía Comercial de
Combustibles (Soldati), SOCMA (Macri), ASTRA (Grüneisen), Loma Negra (Fortabat),
Benito Roggio, Garovaglio y Zorraquín, Eurnekian, Enrique M. Pescarmona. Entre los
extranjeros, están: el Holding CEI (Citicorp Equity Investment), Telefónica, Telecom,
Repsol, Techint, British gas, Lyonnaise de Eaux Dumez y otros. Las empresas europeas,
principalmente españolas, aventajaron a las norteamericanas.
V – 9 f. 5 - La Flexibilización laboral.
La OIT. –Organización Internacional del Trabajo- considera como flexibilización laboral,
al “conjunto de modalidades que permiten a las empresas, tener mayores prerrogativas de
gestión y organización en la relación contractual con los empleados .”
El gobierno menemista la presentó, como la “Modernización Integral de las Relaciones
Laborales”, siendo una herramienta útil para mejorar la eficiencia de la economía, la
competitividad internacional, aumentar las inversiones y promover el empleo.
Así se adaptaba a las tendencias mundiales dominantes, de la globalización del poder
concentrado y darle una salida a la profunda crisis que sufría el país. Contó con el apoyo
de la dirigencia sindical peronista.
La flexibilización se concretó en la década del 90, mediante la sanción de una serie
abundante y variada, de leyes y decretos, que van desde el decreto de reglamentación del
derecho de huelga para los servicios esenciales de octubre de 1990, hasta la sanción de la
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Juan Antonio Vilar
Ley Nº 25.013 de septiembre de 1998 que establece un nuevo régimen indemnizatorio y la
eliminación de los contratos promovidos.
Entre medio, se sancionaron la Ley de Empleo Nº 24.013/91, el decreto 470/93 de libre
agremiación y asociación; la Ley 25.465 de fomento del empleo con períodos de prueba y
contratos de tiempo parcial; la Ley 24.467 llamada “Estatuto Pyme” que elimina las
indemnizaciones en contratos formalizados por la ley de empleo, cambia el período de
vacaciones, flexibiliza las jornadas y los horarios, fracciona el aguinaldo en 3 cuotas y
dispone la negociación con las comisiones internas, relativas a la categorización del
personal y la disponibilidad de puestos de trabajo; los decretos de 1995 de rebaja de
aportes patronales a las obras sociales; la Ley 24.635/95 de reforma al régimen de
conciliación obligatoria y otros que tendían a la polifuncionalidad, la descentralización de
las negociaciones laborales (para hacerlas por empresa), la extensión del período de
prueba, de los contratos temporarios y las pasantías.
La enorme desocupación que provocó la política menemista con las privatizaciones y la
apertura de los mercados, precarizó mucho más el trabajo. Abundaron los llamados
“contratos basura” que dejaban en total desprotección al obrero y, además, cobrando un
sueldo de hambre; las horas extras no eran pagadas y hasta se dieron casos, de rebaja
de los salarios.
La ‘modernización’ menemista, hizo retroceder al obrero al siglo XVIII.
Simultáneamente el sector empresarial, se benefició con el aumento de la productividad,
la rebaja de los aportes patronales a las obras sociales y a las jubilaciones; con las ART –
Aseguradoras de Riesgos del Trabajo- derivó su responsabilidad por accidentes.
La participación de los asalariados en el PBI, cayó.
Así resultó “la justicia social” peronista.
V – 9 f. 6 - El movimiento sindical.
La CGT y casi todo el sindicalismo, acompañó la política menemista.
Las leyes más nefastas, fueron votadas por la numerosa bancada sindical peronista.
El secretario de la CGT, Saúl Ubaldini, que tan combativo había sido durante el gobierno
de Alfonsín, terminó sometiéndose sumisamente.
Con raras excepciones, Menem subordinó al sindicalismo burocrático, que se ‘modernizó’
y se adaptó a los nuevos tiempos neoliberales. El sindicalismo se transformó en
‘empresario’; fue un “sindicalismo de negocios” (business union).
Organizaron cursos de formación sindical, dictados por ideólogos norteamericanos o
europeos, que instruyen en una nueva concepción: el sindicato es una empresa proveedora
de servicios a sus afiliados, priorizando sus relaciones con los funcionarios y empresarios.
Dirigentes gremiales viajan frecuentemente a EE.UU. para asistir a cursos de
capacitación organizados por la AFL-CIOL (American Federation of Labour – Congreso of
Industrial Organization), entidad relacionada con la CIA (Agencia Central de
Inteligencia).
Armando Cavalieri –eterno secretario del gremio más numeroso de la Argentina, el de
Empleados de Comercio-, ha destacado orgullosamente que conduce su Sindicato, como
una Empresa.
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En 1992, el Congreso de la Federación Argentina de Trabajadores de Luz y Fuerza,
conducido por Carlos Alderete (gremio de 39.000 afiliados y 55.000 trabajadores),
aprobó el último balance que arrojó una ganancia de 42, 8 millones de dólares y la
constitución de un Holding de empresas, controladas por el sindicato, que incluía bancos,
aseguradora, sistema prepago de salud, compañía de turismo nacional e internacional, pool
de farmacias y hasta una universidad. El sindicato maneja hoteles, farmacias, escuelas,
participa en una AFJP (Administración de Fondos de Jubilaciones y Pensiones) y es
proveedora de electricidad en algunas provincias.
Los gremios grandes como la UOCRA, SMATA, FATSA (Sanidad), Gastronómicos, UOM,
SUPE, Mercantiles, SUTERH (porteros), Seguro, Mineros y muchos más, participan como
accionistas o comisionistas de la AFJP. Además, administran las PPP. (Programa de
Propiedad Participada).
El SUPE (Sindicato Único Petrolero del Estado) tiene perforadoras de petróleo y una
flota de barcos con 9000 empleados.
Son muy numerosos los dirigentes sindicales peronistas que han ocupado –y ocupan-
bancas en el Congreso Nacional o en las Legislaturas provinciales. También desempeñan
funciones gubernativas o empresariales.
Antonio Cassia fue simultáneamente, Secretario de la CGT, de SUPE, director
administrativo de YPF y dirigía la empresa de perforación y la flota.
José Luis Lingieri, era Secretario del Sindicato de Obras Sanitarias, presidía el
ANSSAL y ocupaba un lugar en el directorio de Aguas Argentinas.
¿Sería ésa la polifuncionalidad menemista?
Mientras estos magnates sindicales hacían negocios y se enriquecían escandalosamente,
centenares de miles de trabajadores perdían su trabajo y a ningún burócrata se les
ocurrió defenderlos. No defendieron las empresas públicas ni las fuentes de trabajo. Es
que los gremialistas no están para esas ‘pequeñeces’, sino para transar y hacer negocios.
Al privatizarse YPF, el secretario del SUPE, Diego Ibáñez ‘dio un paso al costado’ y de
40.000 empleados que tenía la empresa, quedaron 8.000. Fueron los ex trabajadores de
General Mosconi y de Plaza Huincul, quienes organizaron los primeros piquetes contra la
política petrolera, apoyada por los burócratas sindicales.
Será una característica de estos tiempos: los principales movimientos de resistencia
(paros, huelgas, reclamos, manifestaciones) serán realizados directamente por los
obreros, muchas veces, con la ausencia, oposición y condena de la dirigencia sindical.
Los burócratas sindicales atacaban en público la flexibilización, pero en la práctica,
firmaban cláusulas flexibilizadoras. Por ejemplo, el mismísimo Secretario General de la
CGT. Rodolfo Daer, como secretario de la Federación de Trabajadores de la Industria de
la Alimentación (FTIA), firmó para su gremio en octubre de 1994, un Convenio que
reconocía los “principios de polivalencia y flexibilización funcional para el logro de una
mejor productividad. . . cambios en las modalidades de trabajo. . . y modificaciones a los
horarios de trabajo y vacaciones, aceptando contrataciones temporarias; salarios de $
345.= por 6 días a la semana, e inferiores para menores de 14 ó 15 años ”.
En ese año, también firmaron acuerdos sectoriales SMATA y la UOM, con flexibilización
horaria y polivalencia funcional.
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Juan Antonio Vilar
Los ferroviarios eran cerca de 100.000 antes de la ‘privatización’; luego quedaron menos
de 20.000; los empleados telefónicos de ENTEL fueron reducidos a 1/3; el sindicalista
Jorge Triacca, echó a 6.800 obreros de SOMISA. ¡Estos son los defensores de la clase
trabajadora!
En 1989 las Empresas Públicas tenían 302.600 empleados; en 1993 después de
privatizadas, quedaron 56.600; se reubicaron 114.400 por lo que quedaron despedidos o
se acogieron a retiro “voluntario” 103.100.
Con la desintegración del sistema ferroviario, quedaron 870 pueblos “fantasmas”.
Sólo unos pocos gremios enfrentaron las políticas neoliberales, principalmente ATE
(Asociación Trabajadores del Estado, con su secretario Víctor De Gennaro), CTERA
(Confederación de Trabajadores de la Educación de la República Argentina con Marta
Maffei, -los maestros levantaron una “Carpa blanca” frente al Congreso para reclamar a
los poderes públicos- ) y otros, constituyeron una nueva central, con características
diferentes, denominada CTA (Central de Trabajadores Argentinos) y que, hasta hoy, no
ha sido reconocida oficialmente. También Municipales de Jujuy (con el ‘perro’ Santillán),
Mecánicos de Córdoba y la CCC. (Corriente Clasista y Combativa de Juan Carlos
Alderete), libraron una lucha despareja contra el modelo.
Ya avanzado el modelo, algunos gremios burocráticos, se vuelven opositores (con tácticas
vandoristas de “golpear y negociar”) como los Camioneros de Hugo Moyano y la UTA
(Unión Transporte Automotor) de Juan Manuel Palacios, que constituyeron la MTA
(Movimiento de Trabajadores Argentinos).
V – 9 g. 2 - La fuga de divisas.
Para mediados de año, el modelo basado en la convertibilidad, estaba agotado, sin
embargo, los organismos financieros multilaterales lo siguieron sosteniendo. ¿Cómo puede
entenderse si se anunciaba un “colapso inevitable”? Si tenemos en cuenta que durante
todo el año hubo una fuga de divisas al exterior extraordinaria, podríamos deducir que
precisamente financiaron dicha fuga. Es decir, dieron tiempo para que el ‘establishment’
remitiera sus capitales líquidos al exterior y los pusieran a buen recaudo.
Ante la pérdida de capitales, la Cámara de Diputados de la Nación, designó una “Comisión
Especial Investigadora sobre Fuga de Divisas de Argentina”, que estuvo presidida por el
Dr. Eduardo Di Cola. Realizó un serio trabajo, contando con la colaboración de
investigadores de FLACSO (Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales) y llegó a
estas conclusiones:
1- En el año 2001 los activos externos alcanzaron a U$S 127.074 millones. Durante la
convertibilidad, la suma ascendió en U$S. 73.332 millones.
2- La salida de divisas, sólo del sector privado no financiero, con exclusión de las
operaciones de comercio exterior, alcanzó un total de U$S 29.913 millones
3- De ese total, correspondieron U$S 26.128 millones a 7015 empresas y a U$S 3.785
millones a 43.320 personas físicas.
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Juan Antonio Vilar
Entre las principales empresas que fugaron, están: Pecom Energía (Pérez Companc),
Telefónica Argentina (privatizada española), YPF Argentina (privatizada española),
Telecom Argentina (privatizada franco-italiana), Nidera (cerealera norteamericana),
Schell (petrolera anglo-holandesa), Esso (petrolera norteamericana), Bunge Ceval
(cerealera multinacional), Molinos Río de la Plata (alimentos de Pérez Companc), IBM.
(informática norteamericana), Massalín-Particulares (cigarrillos, británica), EG3 SA.,
Louis Dreyfus, Cargill, Volwagen, Edesur, Coca Cola, Ford, Renault, Quilmes, Multicanal,
Cablevisión, Aceitera General Deheza, Alto Palermo, Disco, Metrogas, y otras.
Entre las personas físicas, encontramos a: Marcelo Devoto (supermercados), Gregorio
Pérez Companc, Javier Madanes Quintanilla (Aluar), Raúl Frávega, Arturo Acevedo
(Acindar), Jorge Blanco Villegas, Roberto Paladini, Eduardo Escasany (Banco Galicia),
Carlos Spadone, Amadeo Juncadella, Eduardo Elsztain (Shopping), Eduardo Constantini,
Luis Mitre, Amalia Lacroze de Fortabat, Juan Carlos Bagó, Marcos Bobbio, Susana
Giménez Aubert, Ricardo Handley y otros. 42
En esta larga pero incompleta lista, figuran muchos de los grandes beneficiarios de la
última dictadura militar, del gobierno de Alfonsín y del menemato y constituyen el núcleo
central del “establishment”.
Pero mientras los capitalistas argentinos fugaban sus ganancias, contraían enormes
deudas, sabiendo que finalmente, el Estado los salvaría. Según la Fundación Capital que
dirigía Martín Redrado, el endeudamiento privado ascendía a U$S 90.000 millones, más
9.000 millones de redescuentos.
No puede extrañar entonces, que Franco Macri, paradigma y expresión del empresariado
parasitario y prebendario, de sucios negociados con el Estado, pidiera la estatización de
la deuda en dólares contraída por las empresas.
Macri, que nunca pagó el cánon por el Correo, se presentó a convocatoria de acreedores
por una deuda de $ 740 millones. También se concursaron empresas como el Grupo Exxel,
la Sociedad Comercial del Plata, Alpargatas, Gatic, Adidas, Acindar y las obras sociales de
SMATA y de la UOM.
V – 9 g. 3. - La debacle final.
La recesión se agudizaba. El PBI había caído en 1999, un 3,4 %, en el 2000, un 0,5 % y en
el 2001, 1,5 %.
La industria nacional, agonizaba frente a los productos importados; la inversión, seguía
cayendo; la producción agropecuaria era excelente, pero de escasa rentabilidad por la
caída de los precios internacionales y el tipo de cambio (dólar barato).
La coyuntura internacional, era muy desfavorable. La especulación financiera, provocó
desde 1995, múltiples crisis en el mundo: en México, en Asia, en Rusia, en Brasil en 1999,
en Turquía en 2001.
Mientras el FMI continuaba exigiendo al gobierno argentino, más recortes al gasto
fiscal, se empezaron a escuchar voces de influyentes economistas del establishment, de
la necesidad de salir de la convertibilidad, planteando la alternativa de devaluación ó
dolarización.
42
COMISION ESPECIAL INVESTIGADORA DE LA CAMARA DE DIPUTADOS SOBRE FUGA DE DIVISAS DE LA
ARGENTINA DURANTE EL AÑO 2001, Fuga de divisas en la Argentina, Buenos Aires, FLACSO / Siglo XXI, 2005.
Contribución al Conocimiento de la Realidad 110
Juan Antonio Vilar
En 15 provincias circulaban monedas propias, que rápidamente se desvalorizaban
aumentando las penurias de la población.
La desocupación alcanzó el 14,7 %.
La situación social se tornó explosiva. Todos los días había piquetes cortando rutas y
calles en distintos lugares del país. Reclamaban ‘Planes Trabajar’, o que le pagaran salarios
atrasados o para defender su fuente de trabajo.
Los paros y manifestaciones, se sucedían. En dos años de gobierno de la Alianza, el
movimiento obrero realizó 7 paros generales (la CGT se había dividido en una ‘menemista’
encabezada por Rodolfo Daer y otra ‘disidente’ liderada por Hugo Moyano; además, no
tenía reconocimiento oficial la CTA).
El repudio de la ciudadanía a una ‘clase política’ inepta y corrupta, quedó demostrado en
octubre, cuando se realizaron elecciones nacionales legislativas.
El oficialismo perdió 5.400.000 votos en relación a 1999; el peronismo, que ganó con
5.727.000 votos, perdió 1.120.000; el voto “bronca” sumó 2.358.000 votos los cuales,
deberían sumarse a los 1.800.000 votos en blanco y a una abstención récord de 6.500.000
ciudadanos que no fueron a votar.
El peronismo quedó con una amplia mayoría en ambas Cámaras del Congreso, y empezó a
prepararse para volver al gobierno.
El hiperactivo ‘superministro’ continuaba tomando infinidad de medidas: impuesto al
cheque, la bancarización forzada (de sueldos estatales), la Ley de intangibilidad de los
depósitos. . .
Por decreto 1387, dispuso el canje de bonos de deuda, desvalorizados, por Préstamos
Garantizados por un total de $ 30.000 millones, al 7 % de interés. Las AFJP. canjearon
títulos por $ 17.700 millones.
Pero la fuga de depósitos bancarios era alarmante. En el último día de mes de noviembre,
se produjo una corrida bancaria descomunal: se extrajeron depósitos por más de $ 1.000
millones.
Para salvar al sistema bancario, ese mismo día, Cavallo dispuso inmovilizar todos los
depósitos (plazos fijos, cajas de ahorro, cuentas corrientes), permitiendo sólo una
extracción semanal por $ 250.= ($ 1000.= por mes). Nació así, el llamado “corralito”.
Cavallo pretendió justificar su medida, afirmando que “no podíamos permitir que se siga
fugando el capital de la Argentina”. Es curioso, durante todo el año los poderosos
capitalistas del país, fugaron divisas a discreción, y ahora inmoviliza los sueldos de los
empleados y los depósitos de los pequeños y medianos ahorristas.
Hubo más: por el mismo decreto, permitió pagar deudas bancarias con títulos de la
deuda (desvalorizados) a su valor nominal, dando lugar a una nueva licuación de pasivos de
los grandes deudores, por un total de U$S. 5.000 millones.
Entre la empresas beneficiadas, encontramos a Pecom Energía, YPF, Telecom, Caminos
de la Sierra, Loma Negra (Fortabat), Coviares, José Cartellone, Correo, Tecpetrol (de
Techint), Cía. General de Combustible, Disco, Socma, Arcor (Pagani), Volkswagen,
Transportadora de Gas del Norte, Coto, Aguas Argentinas (Suez), Siderar, Victorio A.
Gualtieri, Industria Metalúrgica Pescarmona, Sancor, Yoma, Acindar, Telefónica, IRSA
(Soros-Elsztian), CTI., La Nación, Clarín, Américan Express, etc., es decir, las empresas
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privatizadas que ganaron fortunas, las empresas transnacionales y los grandes grupos
económicos argentinos que fugaron divisas, volvieron a lograr, otra vez, la licuación de sus
deudas internas, gracias a Cavallo y de la Rúa.
Esta es una muestra palmaria del sistema capitalista, que ‘ privatiza las ganancias y
socializa las pérdidas’ . El interés por encima de todo principio, doctrina o justicia. En
situaciones límites, los dueños del poder económico y político, desconocen el “derecho
sagrado e inviolable de la propiedad privada” para acrecentar sus fortunas.
V – 9 g. 4 - El estallido social.
La situación social, era desesperante. El INDEC registraba en octubre, 9 millones de
pobres y 3 millones de indigentes en las ciudades. Informes de la ONU, ubicaba a la
Argentina entre los países de mayor desigualdad social: los ingresos del 20 % más rico,
eran un 14,6 veces mayor que los del 20 % más pobre.
A mediados de diciembre, reaparecen los saqueos de los comercios en distintos punto del
país. Pero Cavallo no cede y envía al Congreso un proyecto de presupuesto para el año
2002, con recortes por $ 6.000 millones.
Por la noche del 19 de diciembre, estalló la furia: decenas de miles de porteños (clase
media y ahorristas en su mayoría), protestan airadamente en plaza de mayo, haciendo
sonar sus cacerolas. Cavallo presentó su renuncia. Pero la furia no se apaciguó. Al día
siguiente, manifestaciones populares multitudinarias, en varias ciudades del país, fueron
reprimidas violentamente, provocando unos 30 muertos y muchos heridos.
Fue el último acto de gobierno de de la Rúa.
V – 9 h. - La transición peronista.
“Que se vayan todos y que no quede ni uno sólo”
El estallido social del 19 y 20 de diciembre, no sólo apuntó contra un gobierno nefasto,
sino contra toda la clase política inútil y corrupta.
Fue el resultado de la catástrofe de un cuarto de siglo de políticas neoliberales, fatales
durante la década del 90, causante de la crisis –política, social y económica- más profunda
sufrida por la Argentina en toda su historia moderna.
De la Rúa renunció el mismo día 20. Ocupó interinamente el P.E. el vicepresidente del
Senado, Ramón Puerta; el domingo 23, la Asamblea Legislativa eligió para el cargo, al
Gobernador de San Luis, Adolfo Rodríguez Saá.
Apenas asumió, Rodríguez Saá declaró lo inevitable: el default (cesación del pago de la
deuda externa). Fue aplaudido jubilosamente por legisladores y gremialistas, que
desbordaban de alegría (los mismos, años más tarde, aplaudieron con idéntico fervor al
presidente Kirchner, cuando decidió saldar la deuda con el FMI).
Pero Rodríguez Saá tenía poco peso en su partido y, abandonado por casi todos sus
compañeros gobernadores, renunció el día 30.
Contribución al Conocimiento de la Realidad 112
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Finalmente, una nueva Asamblea Legislativa, designó presidente interino al senador
Eduardo A. Duhalde.
Era una reedición del Pacto de Olivos, casi con los mismos protagonistas: Alfonsín,
Barrionuevo, Nosiglia, que sellaron un acuerdo, para salvar a la corporación política más
desprestigiada de peronistas y radicales.
V – 9 h. 1 - El senador Eduardo Alberto Duhalde a/c. del PEN. (1 /1/ 2002 á 25 /5/
2003).
V – 9 h. 3 - El drama social.
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Con la devaluación al salirse de la convertibilidad, se inició una escalada de precios,
mientras los sueldos y salarios se mantuvieron congelados. El rebrote inflacionario
‘pulverizó’ los salarios. En sólo 5 meses, cayó un 25 % y al 2003, fue del 36 %. El salario
real, cayó al nivel más bajo de los últimos 50 años.
Pero no fue igual para todos: la cúpula socio-económica, continuó enriqueciéndose. La
desigualdad social, fue en aumento. Los ingresos del 10 % más rico, fueron 29,8 veces
superiores a los ingresos del 10 % más pobre.
Duhalde pretendió atender la emergencia social, creando un Subsidio Universal de $
150.= para Jefes y Jefas de Hogar, que abarcó a 1.900.000 familias que carecían de
ingresos y aumentando las partidas del Programa Alimentario.
Era un paliativo insuficiente. La pobreza siguió creciendo vertiginosamente; en marzo del
2002, eran 15.345.000 (el 42,6 %) y los indigentes, 5.655.300 (15,3 %) según el INDEC;
en febrero del 2003, los pobres eran 19.678.000 (el 57,5 %, es decir más de la mitad de
la población urbana), mientras que los indigentes, sumaban 9.411.000 (27,5 %).
En julio los desocupados y subempleados, sumaban 6 millones.
En septiembre, 2.700.000 mujeres estaban al frente del hogar.
En marzo de 2003, el 44,2 de los trabajadores, es decir 3.700.000 estaban ‘en negro’,
no registrado, o sea, carecen de seguridad social.
1.300.000 personas mayores de 65 años, carecía de cobertura provisional (obra social,
jubilación).
Como nunca hay hambre en la Argentina. Organizaciones barriales y religiosas, crearon
comedores. Cáritas dio de comer a 600.000 personas diariamente.
Se multiplicaron los cartoneros que revisaban la basura, mientras los ahorristas
estafados, hacían sonar sus cacerolas frente a los bancos, la Corte Suprema, era
“escrachada”, y los ‘piqueteros’, cortaban calles y rutas exigiendo trabajo y aumentos
(recibían del gobierno, alrededor de 20 millones de pesos mensuales).
Solamente en el primer semestre de 2002, se contabilizaron 11.000 actos de protesta
en todo el país.
Surgieron numerosas Asambleas Vecinales y Barriales de ciudadanos autoconvocados.
Las últimas, crearon talleres productivos para atender sus necesidades más urgentes.
La falta de circulante y la ruptura de la cadena de pagos, originó la reaparición de una
antiquísima práctica comercial: el Trueque. Llegaron a funcionar 6.000 clubes de trueque
en todo el país. Pronto desaparecieron.
Un fenómeno de enorme importancia, fue la creación de cooperativas autogestionarias.
Numerosas fábricas y talleres abandonados por sus dueños, fueron reactivados por sus
obreros. Estas “fábricas recuperadas” tropezaron –y tropiezan- con muchas dificultades
‘legales’ (cuando comenzó la reactivación industrial en el país, sus primitivos propietarios
quisieron recuperarlas y apelaron a la justicia), pero los obreros continúan defendiéndose,
frente al abandono, la indiferencia y hasta la oposición, de la burocracia sindical.
En pocos meses, cerraron más de 1.200 empresas. Un estudio realizado por la
Universidad de Buenos Aires, registra 107 fábricas recuperadas con 10.000 trabajadores
organizados.
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Juan Antonio Vilar
Entre ellas, están la fábrica Zanón de Neuquén, la metalúrgica de Avellaneda Unión y
Fuerza (ex Gip Metal), la Metalúrgica Renacer de Ushuaia, el frigorífico J.J.Gómez de Río
Negro, la Cooperativa Chilavert, el Hotel Bauen de Buenos Aires, la clínica Junín de
Córdoba, y muchas más.
Se ha constituido el Movimiento Nacional de Fábricas Recuperadas.
En las últimas décadas –especialmente durante las dictaduras militares-, había sido
importante, la “fuga de cerebros” de investigadores y científicos argentinos, buscados en
los países más adelantados. Ahora, se produce un fenómeno tan extraordinario como
lamentable: miles de jóvenes argentinos emigran a Europa, por no encontrar futuro en el
país.
V – 9 i. 1 - Política económica.
Kirchner y su ministro de Economía, Roberto Lavagna, recompusieron prudentemente las
variables macroeconómicas, aprovechando una coyuntura internacional muy favorable
(¿otra burbuja?).
Casi todos los meses se anunciaban récords de recaudación, de exportaciones, de
reservas genuinas, de producción industrial y agropecuaria y, consiguientemente, la caída
del desempleo y de la pobreza. Este “milagro” argentino, se debió, en gran medida, al tipo
de cambio alto y el alza del precio de los granos, impulsado por la nueva “locomotora”
económica del mundo que es la China.
También fue relevante, la nueva tecnología aplicada a la producción (como los granos
transgénicos, la siembra directa, los agroquímicos) que elevaron los rindes y duplicaron la
producción en una década, alcanzándose a cosechar cerca de 100 millones de toneladas de
granos y cereales.
Ahora la soja reina en la pampa húmeda, transformada en un “desierto verde” (“una
agricultura sin agricultores”, al decir de la F.A.A.) porque la nueva producción a escala, es
realizada por los ‘pools de siembra’ o los fideicomisos, que requiere poca mano de obra y
mucha tecnología.
La soja avanza sobre tierras marginales (Santiago del Estero, Chaco, Salta), deforesta
el monte nativo y las últimas selvas del país (Misiones, Salta), desplaza otros cultivos y
cierra tambos.
Últimamente, el gobierno argentino ha estimulado la producción de biocombustibles
(agrocombustibles), que constituye una amenaza para la producción de alimentos básicos.
El estado K., carece de planes integrales tanto para el agro como para la industria, pero
desempeña un papel activo en materia de conducción de la economía.
Así como el dólar barato mantenido durante la última dictadura militar y el menemato,
arrasó con buena parte de la industria nacional, con el cambio alto de este gobierno, se
desalentaron las importaciones y se promovió la producción nacional.
Sin embargo, la tendencia hacia la centralización y concentración de capitales a nivel
mundial, se ha acentuado vigorosamente en las últimas décadas. En nuestro país, esa
concentración y la extranjerización de la propiedad industrial, comercial, agropecuaria y
de servicios (y también de la riqueza) es descomunal.
Un informe del INDEC del año 2005, indica que de las 500 empresas más grandes de la
Argentina, 337 son extranjeras y sólo 163, argentinas. Las extranjeras habían obtenido
ganancias por $ 37.990 millones, mientras que las argentinas, $ 2.979 millones.
Poderosas empresas brasileñas (denominadas multilatinas), están invertiendo en el país
y ya han absorvido a muchas de las más grandes empresas argentinas. Por ejemplo:
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Juan Antonio Vilar
Petrobrás adquirió PeCom Energía de Pérez Companc; AmBev –Brahma- (belga-brasileña)
compró Quilmes; Belgo Mineiro adquirió Acindar; Camargo Correa se quedó con Loma
Negra y Alpargatas; JBS., con Swift y Cepa; Marfrig, con Quinckfood.
Los hiper y supermercados, son casi todos extranjeros: Wal-Mart, Carrefour, Jumbo,
Disco, y han hecho desaparecer a miles de almacenes y despensas.
Hoy los más grandes terratenientes del país, son Luciano Benetton con más de 900.000
hectáreas, Cresud de George Soros, con 450.000 ha., Douglas Tompkins con 250.000 ha.,
pero hay también terratenientes argentinos, que en provincia de Buenos Aires, tienen:
Grupo Bemberg: 143.000 ha.,Amalia Lacroze de Fortabat: 140.000 ha., Grupo Werthein:
100.000 ha; familia Blaquier: 45.000 ha.
El multimedios Clarín (de Ernestina Herrero de Noble), publica el diario de mayor tiraje
del país y tiene canales de TV., radios, servicios de Internet y parte de Papel Prensa.
La empresa nacional que más ha crecido en las últimas décadas, es Arcor, de Fulvio
Pagani, que ha extendido sus actividades a países vecinos.
Pero las principales empresas exportadoras (Cargill, Bunge Ceval, Dreyfus), energéticas,
bancarias, automotrices, celulósicas, son predominantemente, extranjeras.
Durante los 4 años y medio del gobierno K., la economía creció un 51,1 %.
El intercambio comercial, fue muy favorable. El BCRA. pudo comprar divisas, acumulando
reservas por más de 48.000 millones de dólares, que el Estado mantiene como un fondo
anticíclico.
Mención especial, merece la industria automotriz. Se ha modernizado, automatizado y
robotizado. Su producción anual se eleva a medio millón de unidades, exportándose una
parte. Esta industria, es toda de capitales extranjeros y son verdaderas terminales de
ensamblaje, dado que la mayor parte de sus componentes, son importados.
La abundancia de recursos fiscales, permitió realizar numerosas obras públicas, algunas
muy atrasadas, porque las empresas de servicio público privatizadas, no realizaron las
inversiones a que estaban obligadas, como en materia de infraestructura energética.
La falta de marcos regulatorios durante el menemato, de órganos de control –o de su
total ineficiencia-, permitió que las empresas privatizadas no cumplieran con las
inversiones que debían realizar –algunas, ni siquiera pagaron el cánon como Macri con el
Correo o Eurnekian con los aeropuertos-.
Por ejemplo: Repsol sólo se preocupó en extraer el petróleo de los yacimientos
encontrados antes por YPF sin realizar nuevas exploraciones. El resultado fue una caída
muy pronunciada en el nivel de reservas de hidrocarburos.
En consecuencia, ha faltado gasoil y el Estado se vio obligado a importar fuel oil de
Venezuela. También faltó gas.
Reiteradamente faltó gasoil para realizar las tareas del campo y GNC.
No se previó con tiempo, que la reactivación industrial y el mayor consumo familiar,
aumentaría la demanda de electricidad. El resultado fue que la población, la industria y el
comercio, han tenido que padecer de restricciones y cortes. También, que el Estado se vio
necesitado de importar electricidad de Brasil.
La empresa francesa Suez, Aguas Argentinas, incumplió con las inversiones que debía
hacer en el sistema cloacal del conurbano. Produjo numerosas tragedias familiares en
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Juan Antonio Vilar
barrios enteros, cuando subieron las napas e inundaron las viviendas. Cuando las tarifas
quedaron pesificadas, la empresa abandonó el servicio –se hizo cargo el Estado- y
demandó a la Argentina ante el CIADI.
Desde que Menem desguazó el sistema ferroviario, los pocos FF.CC. que funcionan con
subsidios del Estado, prestan un servicio calamitoso. Los pasajeros bonaerenses, viajan
peor que el ganado; la casi desaparición de los trenes de carga, han abarrotado las rutas
de camiones, aumentando pavorosamente los accidentes en los caminos.
Con delirios de 1er. Mundo, el gobierno K. asumió el compromiso de instalar el “tren
bala” de Buenos Aires hasta Córdoba, para que puedan viajar unos pocos potentados. Se
ha calculado un costo de 4.000 millones de dólares; con ese monto, se podría reconstruir
a nuevo, una red que comunique, con locomotoras veloces, a la mayor parte de las
ciudades y pueblos del país y transportar a bajo costo, el grueso de la carga.
V – 9 i. 2 - La inflación.
La recuperación económica, el aumento de los precios internacionales, del circulante, del
consumo y del gasto público, ha producido un aumento del costo de la vida.
El Secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, es el encargado de controlar los
precios. Como es incapaz de evitar los aumentos, ha procedido de la manera más torpe:
manipular los índices del INDEC.
En enero de 2007, fue destituida la Directora del Indice de Precios al Consumidor,
Graciela Bevacqua, siendo reemplazada por una funcionaria política sin idoneidad para el
cargo, pero útil a los designios del secretario. Continuó con un conflicto con empleados y
técnicos del organismo (que veían desvirtuado su trabajo) y más destituciones (la
Directora Nacional de Estadísticas y la Directora de la Encuesta Permanente de
Hogares).
A partir de entonces, la información mensual del aumento de Precios al Consumidor, es
ridículamente bajo, muy alejado del verdadero aumento del costo de la vida, así como de
los índices que informan algunas provincias (por ejemplo: Mendoza).
Desde entonces, el INDEC ha perdido prestigio y credibilidad.
Se abrió un Proceso judicial en relación a este conflicto. Los técnicos del organismo,
fueron citados a declarar y, como están obligados a decir la verdad, lo hicieron señalando
la manera grosera con que se falsifican los datos.
El gobierno desconoce que haya inflación, y entonces manipula los índices. El interés del
gobierno de falsear los datos, obedecen, por lo menos, a 3 motivos:
l) Parte de los bonos del último canje, están en pesos ajustados al CER, y por cada punto
de inflación, la deuda aumenta en 500 millones de dólares.
2) La recomposición salarial toma como referencia, a la inflación oficial; con la complicidad
de la burocracia sindical, el gobierno muestra un techo bajo en las paritarias y así, logra
que los aumentos acordados sean inferiores al alza del costo de la vida.
3) Distorsiona gravemente los indicadores sociales, resultando una tasa de pobreza e
indigencia muy inferiores a la verdadera.
V – 9 i. 8 - La Sociedad.
Este es el gobierno de los subsidios. Subsidia los transportes (FC., colectivos, camiones),
los peajes, las tarifas, muchos alimentos (carne, aves, leche, harina), etc., para atenuar el
aumento de los precios. Para ‘desacoplar’ los precios internos con los internacionales, se
han establecido retenciones a las exportaciones de petróleo, gas, granos y aceites.
Con la recuperación económica, se han creado miles de nuevos puestos de trabajo, ha
disminuido el desempleo y mejorado los salarios.
Paralelamente, han disminuido la pobreza y la indigencia, comparados con el año 2003,
pero aún estamos lejos de alcanzar índices satisfactorios.
Según información del INDEC, la desocupación en el 2003 era de 23,4 %, un total de
2.625.000 personas y en 2007, de 8,1 % (sin planes sociales), es decir, 1.320.000
desempleados.
La subocupación (los que trabajan menos de 35 horas semanales), en 2003, era del 17,8
% y en 2007, de 6,7 % y afectaba a 1.105.000 personas.
El empleo informal “en negro” no baja del 40 % y sus salarios son mucho más bajos que
el de los empleados ‘en blanco’.
La pobreza disminuyó de un 50,9 % al 29,2 %, mientras que la indigencia, de un 24,1 %,
bajó al 10 %.
La brecha entre ricos (el 10 % más rico) y pobres (el 10 % más pobre) es de 30 veces (en
1997 era de 32 veces y en 2001, el peor momento de la crisis, alcanzó al 58 %)
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Contribución al Conocimiento de la Realidad 126
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PARANA, Mayo de 2008.
Juan Antonio Vilar