Vous êtes sur la page 1sur 5

EL TERRORISMO EN EL PERÚ Y LA INAPLICABILIDAD DE LA PENA DE

MUERTE.
“El terrorismo nace del odio, se basa en el desprecio de la vida del hombre y es un
auténtico crimen contra la humanidad.” Juan Pablo II (1920-2005) Papa de la iglesia
católica.
INTRODUCCIÓN
Definiendo al terrorismo como la violencia o la amenaza de violencia hacia la
población civil con el propósito de crear un miedo intenso para alcanzar objetivos
políticos o ideológicos, se plantea el presente estudio, que recoge antecedentes
históricos y los conecta con la atribulada realidad vivida en el Perú a partir de los
años ochenta, para posteriormente relacionarlo con nuestra realidad jurídica y la
improcedencia de la aplicabilidad de la pena de muerte, arribando a conclusiones
coherentes y realizables producto de un análisis profundo conjugado con un punto
de vista personal que enriquece el presente estudio y le imprime una marca
personal que denota investigación y transmite vivencias propias del autor.
En ese contexto, se puede afirmar que, la pena de muerte es inaplicable en el
Perú debido a la sujeción al pacto de “san José”.
DESARROLLO.
El terrorismo ha aparecido una y otra vez a lo largo de la historia mundial,
pudiendo mencionar a las sociedades secretas detectadas en algunas culturas
tribales que mantenían su influencia valiéndose de prácticas terroríficas, pasando
por la constante lucha infringiendo terror que libraban los musulmanes shiíes en
contra de musulmanes suníes.
En Europa existen antecedentes importantes que tuvieron éxito gracias a la
propagación de ideologías y nacionalismos seculares tras la Revolución Francesa
en donde adeptos y detractores de los valores revolucionarios utilizaron el
terrorismo con algún éxito efímero, tras las Guerras Napoleónicas.
En el siglo XIX, el nacionalismo imperialista que en Japón condujo a la
restauración Meiji en 1868 estuvo acompañado de frecuentes ataques terroristas
al shogunado Tokugawa. En el sur de los Estados Unidos de América, se creó el
Ku Klux Klan tras la derrota de la Confederación Sudista en la Guerra Civil
estadounidense (1861-1865) para aterrorizar a los antiguos esclavos y a los
representantes de las administraciones de la reconstrucción impuesta por
el Gobierno Federal.
Durante el siglo XX, diversas formas de terrorismo derivaron inicialmente en el
asesinato de Francisco Fernando de Habsburgo en Sarajevo en 1914, lo que dio
origen a la I Guerra Mundial. Posterior a esta guerra, se suscitaron hechos que
denotaron la inestabilidad política existente durante las décadas de 1920 y 1930 lo
que dio pie a frecuentes actividades terroristas que dieron lugar a la II Guerra
Mundial, hecho bélico más sangriento de la humanidad.
Ya en el siglo XXI, tras el ataque terrorista a las Torres Gemelas, en el 2001, los
Estados Unidos de Norteamérica sintió en carne propia los embates del terrorismo
internacional y diluyó en el imaginario internacional sus características de
inexpugnabilidad que hasta ese momento, era motivo de jactancia del hegemón.
Luego de la réplica norteamericana que tuvo como resultado la muerte de Osama
Bin Laden, responsable del ataque del 11 de Setiembre, surgió en el medio
oriente, el Estado Islámico de las entrañas de Al Qaeda y ahora el mundo enfrenta
otro tipo de conflicto, el del fenómeno del terrorismo internacional como el mayor
flagelo no convencional contemporáneo.
En nuestro país, la evolución del fenómeno sangriento del terrorismo tiene sus
orígenes a partir del 17 de Mayo de 1980, a través de la quema de ánforas en el
distrito de Chuschi, departamento de Ayacucho, cuya autoría y a la vez máxima
representatividad del terrorismo en nuestro país se le atribuye a un grupo
denominado Sendero Luminoso, pero no solo Sendero Luminoso es la única
expresión de terrorismo en el Perú, sino que también El MRTA (Movimiento
Revolucionario Túpac Amaru), con inicio de acciones armadas en el año 1982,
cuya historia, inicios, expansión y caída tiene su epílogo en el desarmamiento de
sus campamentos, la ruptura de su organización, la operación Chavín de Huántar
y la captura o neutralización de sus líderes.
La estrategia de terror que estos grupos impartieron en el país por medio de la
violencia a lo largo de 17 largos años en el Perú, tuvo como principales referentes
a estas dos organizaciones terroristas que causaron terror, desolación y muerte; la
vida de los ciudadanos no tenía ningún valor, la muerte acechaba en el interior de
sus casas, en la calle o en el campo, convirtiéndose cada uno de estos lugares en
verdaderos campos de batalla, donde se derramaba sangre inocente, arrasando
vidas humanas con total desparpajo, debilitando con su accionar la alicaída
economía nacional, la cultura, la libertad y negando el desarrollo a cuanto pueblo
subyugaban.
Sendero Luminoso y el MRTA fueron causantes de la muerte de no menos de
30000 personas inocentes, fueron a la vez responsables de cuantiosas pérdidas
económicas, teniendo como único objetivo tomar el poder de una manera arbitraria
e ilusoria, valiéndose para ello de todos los medios a su alcance y de todas las
formas de lucha que iban en contra de la leyes peruanas y mundiales.
Las Fuerzas Armadas, y en particular, el Ejército, junto a la acción permanente y
abnegada de la Policía Nacional del Perú realizaron denodados esfuerzos para
combatir el flagelo del terrorismo, modificando para ello sus organizaciones,
entendiendo el problema como suyo y actuando con valentía y profesionalismo
para vencer en forma paulatina el raudo avance del terrorismo, ofrendando
valiosas vidas de muchos de sus integrantes, cometiendo errores y excesos, que
probablemente son solo posibles de entender por aquellos que aman a su patria y
que entendían que se estaba viviendo una guerra, y que en ese estado de crisis,
algunas decisiones desacertadas generaron en el momento resultados positivos
que en la actualidad le han ocasionado a muchos de los participantes tener
denuncias por delitos contra los derechos humanos.
Gracias a la acción decidida de las Fuerzas Armadas se logró ralentizar el avance
del terrorismo, cuyas acciones de ataques a policías y a militares, asesinatos
selectivos y otros delitos, se vieron disminuidos, siendo el punto de quiebre la
captura del sanguinario líder de la organización terrorista Sendero Luminoso,
Abimael Guzmán Reinoso.
La pena de muerte está establecida en la constitución Política del Perú en su
artículo 140°, indicando que es aplicable para delitos de traición a la Patria en
caso de guerra exterior, donde además se aplica el delito de terrorismo, conforme
a las leyes y a los tratados de los que el Perú es parte obligada. En ese contexto,
se puede afirmar que bajo la normativa actual, no es posible que el delito de
terrorismo sea sancionado con pena de muerte, toda vez que el Perú se encuentra
adscrito a la Convención Americana sobre DD.HH, más conocido como Pacto de
San José (28 Jul 1978), en el que establece en su artículo 1°, la prohibición de la
pena de muerte para delitos contemplados con anterioridad, y en su artículo 2°
establece que ningún país puede interpretar la Convención para limitar la libertad
de sus ciudadanos.
CONCLUSIONES
El terrorismo a nivel internacional, es un flagelo que persistirá en el tiempo,
debiendo los Estados adoptar medidas urgentes para combatir esta amenaza que
constituye una de las prácticas más crueles, sangrientas e inmorales que existen
para lograr objetivos planteados por un grupo de personas que buscan intereses
personales y antojadizos.
La lucha contra el terrorismo supone la implementación de acciones efectivas y
realizables como son, la supresión de la discriminación por credo, raza o condición
social, asimismo, la creación de un ente único y mundial que vele por la igualdad
de derechos, entendiendo que el génesis de este problema radica en el aspecto
social y que en ese sentido, la mejor manera de acabar con esta lacra es crear
condiciones de vida óptimas, persuadiendo a la población de realizar acciones
hostiles, atrayéndolos a nuestra causa a través del acercamiento del Estado al
ciudadano.
En el plano militar, es necesario establecer comandos antiterroristas a nivel
mundial, que establezcan estrategias viables para detectar las acciones,
neutralizar a los cabecillas y buscar su reinserción a través de programas que han
dado resultados positivos en el pasado y que aún mantienen vigencia como son el
programa de disminución o condonación de la pena a los arrepentidos o
colaboradores eficaces, entre otros programas de recompensas.
La pena de muerte en el Perú, es aplicable únicamente para delitos de traición a la
patria en caso de guerra exterior, siendo el único camino viable para su aplicación
en nuestro país, denunciar este tratado y modificar la Constitución Política del
Estado, lo que contravendría el compromiso del Estado para ir reduciendo
causales para pena de muerte hasta proscribirla de su sistema jurídico. De esta
manera se concluye que no es recomendable para el Perú, realizar actividad
alguna que nos retraiga del sistema jurídico internacional, toda vez que en el
mundo globalizado en el que vivimos, nuestro país necesita estar insertado en el
orden jurídico internacional para continuar su desarrollo y buscar el bienestar
general como fin supremo de la sociedad y del Estado.
Referencias

- "PERU...13 Años de Oprobio". Agosto 1995


- CIA Sendero Luminoso: Guerra Política" 1988
- "Senderos de Odio y Muerte". Mayo 1993
- “Constitución Política del Perú”. 1993
- https://www.mundifrases.com/tema/terrorismo/
- https://www.monografias.com/trabajos16/terrorismo-internacional/terrorismo- internacional.shtml

- https://elcomercio.pe/politica/pena-muerte-aplicar-salir-pacto-san-jose-noticia-470243

- https://www.jcmagazine.com/peru-puede-y-debe-retirarse-del-pacto-de-san-jose/

Vous aimerez peut-être aussi