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La importancia de la sotana en el seminarista

Tal vez nos hemos hecho alguna vez ésta pregunta, por qué nos llama la
atención la manera en que viste el seminarista en algunas ocasiones. Pero el portar
una sotana tiene un significado especial, pues el seminarista, como futuro sacerdote
de Cristo para toda su vida, debe distinguirse exteriormente de las demás personas
por el llamado de Dios, que ha recibido y al cual busca responder generosamente.

Aunque es cierto el dicho popular que “el hábito no hace al monje”, la sotana
si es una manifestación exterior del compromiso interior que se ha hecho con Jesús
para seguirlo por sobre todas las cosas.

La sotana es de color negro porque es signo de austeridad y pobreza, de


renuncia al mundo y a los propios gustos, para sólo vivir para Cristo, y olvidarse de
todo proyecto personal. Indica propiamente la pertenencia a Jesús pues es él quien
ha llamado personalmente al seminarista diciéndole “ven y sígueme” (Mt. 9, 9).
Todas las vanidades del siglo han muerto para ese ser humano que ya sólo ha de
vivir de Dios. El color blanco del alzacuello simboliza la pureza del alma.

La banda de color azul que se pone a la altura de la cintura es signo de la


consagración a la Virgen María, para que el seminarista siempre se encomiende a
ella a través del santo rosario y de alguna otra devoción. Para invocar su protección
maternal y poder vencer las tentaciones del demonio, que se presentan todos los
días.

La cota o roquete que se coloca encima de la sotana, se utiliza solo en


celebraciones especiales como lo son misas solemnes, procesiones, adoración al
Santísimo Sacramento, así como el desempeño de algún ministerio de servicio al
altar. Es blanco en alusión a la santidad y pureza de Cristo, a las cuales el
seminarista está dispuesto a vivir, muriendo al viejo hombre para revestirse del
nuevo hombre, con el esfuerzo diario por vivir en la gracia de Dios.

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De esta manera el candidato al ministerio sacerdotal al ponerse la sotana
recuerda el compromiso y la responsabilidad que tiene con Dios y con la iglesia,
para ser un hombre que guíe a los demás con su palabra y testimonio, que esté
pronto al servicio para con todos especialmente con el pobre y el enfermo y así se
configure día a día con Jesús Buen Pastor.

La palabra viene del latín subtana, o subtanea, de subtus, que significa


debajo. Y se llama así a la vestidura talar (hasta los talones de los pies), que sin
embargo no se lleva debajo, sino precisamente es lo que se ve. Es normalmente
negra, pero en muchos casos es también blanca o roja o de otros colores, se ajusta
al cuerpo, y con mangas estrechas.

La sotana fue instituida por la Iglesia a fines del siglo V con el propósito de
darle a sus sacerdotes un modo de vestir serio, simple y austero. Recogiendo esta
tradición, el Código de Derecho Canónico impone el hábito eclesiástico a todos los
sacerdotes (canon 136).

En la Iglesia Católica Romana de rito latino, la sotana de uso diario es negra


para todo el clero, menos el Papa para quien es blanca, y se le llama traje piano en
recuerdo del papa Pio IX que estableció su uso.

Los seminaristas, Sacerdotes, Obispos, Capellanes de su Santidad y


Cardenales se distinguen por su fajín, botonadura y solideo: fajín azul para los
seminaristas, rojo para los cardenales, morado para prelados de honor y obispos,
negro para sacerdotes. En zonas tropicales o de mayo calor, tales como Ecuador,
gran parte de África y La India, las Sotanas para el Clero, incluyendo las de Obispos
y Cardenales son blancas, con los mismos detalles que la negra tradicional.

A lo largo de la formación en el seminario, la mayoría de las veces, no


ponemos atención a la sotana que se nos es dada el día de la fiesta patronal de
nuestro seminario; es toda una contradicción cuando ingresas al seminario o cuando
te haces la idea de que serás un seminarista, lo primero que se te viene a la mente
es precisamente la sotana que portaras y que te llena de una gran ilusión y alegría

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el poder saber que la tendrás, eso genera un plus para el seguimiento de Cristo
como seminarista.

Esa ilusión que tuviste como cuando un niño quiere una paleta, se va al caño
cuando en los primeros meses la sotana anda muy bien planchada y la intentas
cuidar como si fuera tu vida, al devenir de los años en el seminario, tus preferencias
son otras y lo que un día querías y te fue concedido paso a segundo término
(incluyendo tu vocación).

Es menester, tener una conciencia muy propia de lo que realmente significa


la sotana para ti y tu ser seminarista, no se es soldado sin las botas y el traje verde
como no se es seminarista sin la sotana negra, el alzacuello y la banda azul. Eso
es un signo muy bueno hoy en el mundo contemporáneo que pide signos propios
de la iglesia, eso se puede afirmar, v. gr., los días que pasamos de misión en la
iglesia Catedral, cuando nos poníamos la sotana y visitábamos los hogares,
significábamos signos de confianza, de respeto y de apertura con las familias. Son
experiencias muy gratas que la sotana te puede dar, no como signo de imposición
o como centros de atención de la gente, sino como la presencia de jóvenes que han
dejado su vida e intentan seguir a Cristo en mundo que tan secularizado en el que
vivimos.

Por: Osvaldo Facio Esteves, 3° filosofía.

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