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Introducción
El artículo tratará sobre la comparación entre dos de los filósofos más significativos de la
época antigua, Platón3 y su más grande discípulo, Aristóteles4. En el desarrollo se explica de
manera general sus visiones filosóficas con base en los conceptos más generales de la
filosofía política, partiendo de los principales como pueden ser: el Gobierno, la ciudad-
Estado, la justicia, entre otros. Abordamos el tema de filosofía política desde la concepción
de Norberto Bobbio quien en su libro Diccionario de política nos dice que la filosofía política
como descripción del estado óptimo (como la búsqueda del Estado óptimo), como búsqueda
de su fundamentación, como identificación de la categoría de lo político, se sigue un
procedimiento lógico abstracto y deductivo en la filosofía política para que se realice de
manera efectiva, con el fin de llegar a resolver el problema político. El estado perfecto, según
algunos teóricos, es que consistía en creer que poseían un criterio de valor absoluto, la
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Este trabajo es producto del segundo parcial de la asignatura Historia del Pensamiento Filosófico.
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Alumna del Primer Semestre de la Licenciatura en Administración Pública de la Universidad del Istmo,
Campus Ixtepec.
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Fue un filósofo nacido en Atenas aproximadamente entre los años 428 y 427 a.C. Su verdadero nombre era
Aristocles, “Platón” era un apodo, ya que este mismo significa “el de anchas espaldas” (Ferrater, 1993: 423).
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Fue un polímata, lógico, científico y filósofo nacido en Estagira aproximadamente en los años 384 y 383 a.C.
Fundó la escuela del Liceo (Ferrater M, 1993, p.130)
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característica común de los contestatarios modernos es la convicción de poseer un criterio de
desvalor seguro.
Los dos autores, tanto Platón como Aristóteles parten de la ética y estos aspectos los llevan
al campo de la política. La intención de ambos es construir una ciudad-Estado óptima. En los
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textos de George Sabine hacen críticas de la ciudad-estado existente (en ese entonces) sobre
el gobierno, las leyes, etc., por ello cada uno tiene su visión de cómo cambiar y mejorar estas
situaciones en las ciudades-estado.
1. El Gobierno y la ciudad-Estado
En este primer apartado se aborda el tema del gobierno y cómo se relaciona con la ciudad-
Estado, y las concepciones de cada uno de los filósofos.
En las ciudades-Estado existían instituciones políticas, como primer institución que podía
encontrarse en ella, era la Ecclesia y/o Asamblea, la cual estaba conformada por todos los
ciudadanos varones mayores de veinte años, ya que, esa era la edad en que se les otorgaba el
derecho de asistir a las reuniones de la institución; la asamblea se reunía regularme diez veces
al año5, existían periodos extraordinarios de las sesiones, en caso de ser convocadas por el
consejo. La democracia directa era la que regía por todo el pueblo y la ciudad-Estado. El
gobierno ateniense no era la asamblea, es la forma o los medios para hacer a los magistrados
y funcionario responsables ante el cuerpo ciudadano, estos estaban sometidos a su control.
Puesto que a lo que se aspiraba era a seleccionar un cuerpo suficientemente amplio para
formar una especie de “muestra” de todo el cuerpo de ciudadanos, a la cual se le permitía
durante breve periodo, pudieran actuar en nombre de todo el pueblo. Existía un disposición
contraria a la reelección, y conforme a esto se le permitía o se le daba oportunidad a los demás
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Cabe resaltar que los años antes no son los mismos de ahora, un año antiguo, equivale a aproximadamente
ocho meses de nuestro calendario.
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ciudadanos para que pudieran intervenir en los asuntos públicos aunque solo fuese una vez.
Los cargos de magistrados no eran desempeñados, por ciudadanos individualmente
considerados, sino que eran grupos de diez ciudadanos, escogidos de tal modo que cada uno
de ellos fuera miembro de una las tribus en que estaban divididos los ciudadanos (Suárez,
1993).
La teoría política de Platón se desarrolla en íntima conexión con su ética. La vida griega
era esencialmente una vida comunal, vivida en el seno de la Ciudad-Estado e inconcebible
aparte de la Ciudad, hasta tal punto que a ningún griego genuino se le habría ocurrido nunca
que alguien pudiese ser un hombre perfectamente bueno y cabal manteniéndose ajeno por
completo al Estado, puesto que sólo en la Sociedad y gracias a ella es posible que el hombre
viva como es debido, y la Sociedad significaba para el griego la Ciudad-Estado (Copleston,
2011, p. 197)
Aristóteles tiene una distinción con Platón, él toma en cuenta a las mujeres en la vida política
y no las ve solo como una parte sin importancia de la ciudad-Estado, sino que les reconoce.
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entrar a formar parte de una comunidad o el que no tiene necesidad de nada por
bastarse a sí mismo, no es miembro de un E. sino que es una bestia o un dios”
(Abbagnano, 1993, p. 448-449).
En este apartado se aborda el tema de la educación como el mejor medio para concretar
un gobierno justo, ya que, si se inicia desde la educación, se pueden evitar las enfermedades
o degeneraciones (según sea el filósofo del que uno quiera tomar su pensamiento, ya sea,
Platón o Aristóteles), del Estado para así poder alcanzar el Estado óptimo o Estado ideal.
Sin duda alguna, uno de los temas más relevantes y polémicos tratado por Platón, así
mismo, por su más gran destacado alumno Aristóteles, es la educación. Así es, ese tema que
hasta el día de hoy nos divide ideológicamente debido a la delicadeza de su profundidad, fue
analizado por dos de los gigantes pensadores griegos, por ende, resulta importante
comprender las ideas generales en cuanto a su postura. Captar similitudes y diferencias será
el eje principal a partir de ahora.
Algo importante a destacar entre ambas ideologías es, sin duda, la etapa inicial para
impartir la educación. Tanto Platón como Aristóteles creían que la educación debería de
comenzar desde la etapa de niñez, algo coherente, es decir, si cada uno buscaba un fin en las
personas mediante la educación, era lógico que se debería de comenzar desde la infancia,
para así, no tener problemas cuando esa niñez tenga obligaciones dentro de la sociedad
adulta. Cada uno priorizará los métodos a emplear; Platón creía que los niños debían ser
educados con base en los valores fundamentales (amor, verdad, etc.), por su parte, Aristóteles
creía que se debía trabajar en las buenas actitudes del menor durante su infancia, es decir, ir
perfeccionando buenos hábitos. Ahora, haremos una distinción entre los dos pensamientos,
observando cuidadosamente similitudes y diferencias (Suárez, 1993).
Platón, fiel creyente del mundo ideal, creía que la educación es el medio para crear
una sociedad o Estado ideal, por ende, la educación debe ser la base para la creación de
buenos ciudadanos dignos de una tarea tan ardua, como es llegar al mundo ideal, cabe
recordar, que solo los filósofos alcanzan este punto, por ende, estos deben ser bien educados,
en el sentido estricto de la palabra. Una vez mencionada la concepción platónica en cuanto a
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la educación y sus fines, procederemos a mencionar la forma de educar desde el punto de
vista del mismo filósofo. Platón denominó “primera educación” a la “mousikée”, que se
refiere a la música, pintura, escultura, arquitectura, literatura, teatro, jardinería. El fin de esta
primera educación es elevar al ser humano y llevarlo a la virtud. Así mismo, dentro de esta
primera educación encontramos al “gumnastikée”, que, básicamente se centra en trabajar con
el cuerpo, porque este, está unido al espíritu.
Una vez alcanzado la “primera educación”, se procede a la segunda educación, que es
exclusivo de la clase social denominada “guardianes”, que, consiste en perfeccionar al ser
humano como tal, para poder servir de una manera justa al pueblo. Los guardianes eran los
encargados de gobernar, entonces, debían llevar desde la niñez la mejor educación posible,
por eso se les complementaba con las dos educaciones según Platón, para hacerlos más
virtuosos y que el pueblo les siguiera fielmente debido a sus virtudes morales e intelectuales
(Suárez, 1993).
Aristóteles, por su parte, crea un fuerte vínculo entre la educación y el Estado, estos,
al complementarse crean unidad, mediante la educación el Estado llegará a funcionar de la
manera correcta. Pero la educación no puede simplemente funcionar por sí solo, sino debe
estar acompañado por la ley (Suárez, 1993). En este punto, podemos notar una gran diferencia
entre las ideas platónicas y aristotélicas.
Se crea otra gran relación o vínculo en las ideas de Aristóteles, con ello, me refiero al
de la educación con la felicidad. La esencia principal de la educación debe ser siempre la
vida buena, lograr mediante el impulso de esta, el bien común, el bien del pueblo, el bien de
todos, es decir, con la educación, se crean buenos gobernantes, y esto, trae consigo la
felicidad, que, al fin de cuentas, y de forma resumida, el fin de un buen gobernante es otorgar
felicidad, crear los medios necesarios para que todos alcancen esa sensación de realización,
ese sentimiento que únicamente la educación puede dar (Suárez, 1993).
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evitar la sedición. Ya que, la educación es el medio para lograr el bienestar común, es decir,
la felicidad; el sentido general de la educación es lograr la buena vida, el bien común y la
felicidad (Suárez, 1993). Mientras que Platón no nos habla de sedición, ni cómo evitarla.
Aunque considera que la Educación y la política son dos partes de un mismo todo: hacer al
hombre mejor en tanto hombre; la búsqueda de la perfección moral, de la excelencia humana.
Para él, “La República es la educación de los hombres”; además de ser “el centro de
gravedad” de su política (Suárez, 1993).
En este tercer apartado tomamos a la virtud como un factor fundamental para la felicidad, ya
que la base de la felicidad es la educación, las virtudes están íntimamente ligadas a ella.
Platón pensaba que la filosofía es el camino para hacer a los hombres más virtuosos
(Suárez, 1993). Aristóteles nos dice que los hombres se vuelven más virtuosos mientras más
practiquen sus virtudes, entre más las pongan en práctica (Suárez, 1993). La virtud nos dice
Sócrates (citado en Suárez, 1993: 21) es areté6. La virtud es un hábito racional, ya que es
guiada por la razón para ser buenos y justos, esto para que el mal no prevalezca (Nota de
clase).
Felicidad, un término empleado por todos y alcanzado por muy pocos. Antes de hablar
de felicidad, deberíamos saber qué es felicidad. Como bien lo da a entender Aristóteles, el
término puede confundirse. Es decir, existen muchos afirmando ser felices por haber
obtenido logros o bienes terrenales, otros afirmando haber alcanzado la felicidad por haber
ganado cierta cantidad de dinero, al parecer, la felicidad lo relacionan con bienes materiales,
con obtener frutos, atendiendo a ello, existe una frase/dicho dentro del mundo material que
dice así; “el dinero no es la felicidad, pero como se parecen”, frase/dicho erróneo, debido a
que, si tuvieran la mínima idea de lo que es felicidad (planteada por Aristóteles y Platón), no
lo relacionarían con lo material.
Una vez dicho esto, procederemos a continuar con las ideas con relación a la felicidad, en
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Areté es una palabra griega intraducible. Por lo general se le traduce como virtud, pero no lleva la acepción
moral implícita que el término virtud sugiere (Suárez, 1993: 21)
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gran parte enfocado al filósofo Aristóteles, debido a que asemeja ideas con Platón, así que
centraremos ideales Aristotélicos.
En primera, cabe destacar que tanto Platón como Aristóteles, negaron que la felicidad
consistiese en el placer terrenal, por ejemplo, Platón consideraba que la felicidad se alcanzaba
en el mundo de la perfección, en el mundo de las ideas, donde todo era felicidad. Por su parte
y como hemos escrito anteriormente, Aristóteles creía que el fin del ser humano era alcanzar
la felicidad. La felicidad, nos dice Aristóteles (citado en Suárez, 1993), es el fin último al que
aspiramos. En la Ética Nicomáquea, Aristóteles nos dice que es: alguna cierta sabiduría o el
placer, inclusive muchos le definen como la abundancia de bienes externos. Y en el
Diccionario de política de Ferrater Mora nos explica que, con diversos bienes, como pueden
ser la virtud, la práctica filosófica, se puede hallar la felicidad. ¿Cómo se alcanza la felicidad?
Nada más y nada menos que mediante la virtud, este es el camino a la felicidad, pues, toda
virtud aplicada trae consigo un beneficio, es decir, la virtud brinda al ser humano, las
herramientas necesarias para alcanzar la felicidad. Pero ¿qué es la virtud?
La virtud consiste en la aplicación del punto medio entre dos ejes, es decir, ser valiente, es
una virtud, ya que está en medio de la cobardía que es el exceso de miedo sin razón, y del
temerario, que, no le teme ni a lo que la razón le dicta temer (Copleston, 2011)
Así, existen puntos medios para alcanzar la virtud, por ende, la felicidad. Aristóteles,
establece que estas virtudes deben ser ejercitadas y aplicadas a la vida material. Da un corto
catálogo de las virtudes a la que debemos aspirar;
la fortaleza, la templanza, la justicia, la sabiduría y la prudencia (Suárez, 1993).
En resumen, podemos mencionar que todas las acciones del hombre deben conducir a la
felicidad, por la cual, creo que es verdadero, porque si no fuese así, ¿qué caso tiene vivir
infelices? Debemos utilizar a las virtudes como fuente principal de felicidad.
Para poder obtener la felicidad, también debemos estar conscientes del justo medio como
nos explica Aristóteles, el cuál es: es la virtud moral. Toda acción y toda emoción tiene dos
extremos, los cuales son uno por exceso y otro por defecto, y el “justo medio” es el punto
intermedio entre ambos, aunque esto no significa que literalmente al punto medio de todo,
sino a cómo se adecúe a nosotros, es decir que no sea al medio de la cosa, más bien en el
medio de nosotros, según sean las virtudes de cada uno (Suárez, 1993).
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4. La justicia, una de las mejores virtudes para el Gobierno y el Estado
La justicia es una virtud sumamente importante, tiene base desde la educación, y continúa en
el proceso del hábito que como buenos ciudadanos deberíamos de poner en práctica.
A diferencia de Aristóteles, Platón, dijo que, “la justicia es el principio rector de las relaciones
entre los hombres, y causa, por tanto, el Estado”. (La República, 1997).
Platón nos dice que la justicia es: virtud del alma, es decir, la calidad que hace al hombre
ser hombre: su esencia. La justicia en sí consistirá en que cada clase haga lo suyo y sólo lo
suyo. Las mujeres tienen el mismo derecho que los hombres a la educación y a los cargos
públicos al igual que los hombres, sin embargo, creían que la mujer era más débil y por ello
debía desempeñar tareas más livianas (Suárez, 1993). Al igual que Platón, Aristóteles señala
que la justicia es virtud, es la virtud perfecta, es la única que se da en relación con los otros.
La justicia es para el bien del otro. Entonces entendemos que la justicia no es una virtud, sino
toda la virtud. Aristóteles dice que hay una “Justicia total”, la cual es la suma de todas las
virtudes particulares y que tienden al bien del otro. (Suárez, 1993)
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La justicia tiene que ir dirigida a los otros, a su bienestar; es aplicable y existe siempre y
cuando es para los demás. La justicia es toda la virtud moral, la cual es un hábito que tiene
relación con las leyes.
Conclusión
Con las comparaciones expuestas en el presente artículo, podemos señalar que Aristóteles
basa gran parte de su filosofía en su maestro Platón, pero al ir creciendo comienza a ver las
cosas de diferente manera, por lo cual, su perspectiva cambia. Por eso durante la
investigación documental nos damos cuenta de cómo difiere en algunas cuestiones, o cómo
nuestro filósofo Aristóteles complementa algún concepto o idea platónica. Platón y
Aristóteles son, probablemente, los dos pensadores que más han influido en la cultura
occidental. Son los que siguen transcendiendo en la actualidad.
Al hablar de justicia, ambos acercan bastante sus posturas. Platón afirma de ella que es el
resultado de que cada una de las partes del alma realice su función tal y como le corresponde.
Aristóteles también ve en ella una virtud general, una virtud de virtudes: la justicia, que posee
el hombre que alberga en sí mismo todas las demás.
Platón y Aristóteles, mentes tan parecidas, pero al mismo tiempo tan distintas.
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Fuentes
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