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EL PASADO DEL TIEMPO EN ARISTOTELES Por: Heinrich Hiini Universidad de Wuppertal Traductor: Julio César Vargas Bejarano Universidad det Valle Ach, das Gespenst des Fergéinglichen durch den arglos Empfinglichen ‘gehr es, als war es ein Rauch Rilke, Die Sonette an Orpheus Il, XVI" El coro dice a Electra en Ia tragedia de Séfocles: “El tiempo es un dios benéfico’ la motiva a hacer uso de la posibilidad de actuar concedida por los poderes del mundo. Ya anteriormente el maestro se habia pronunciado sobre el aprovechamiento de la oportunidad, el kairos, como la mas grande ayuda para la accién humana.’ En el mismo sentido habla Aristoteles en la Erica a Nicémaco del tiempo como el “descubridor o buen colaborador” (N17, 1098a 23) de toda aspiracién humana. E igualmente se refiere al aprovechamiento de la oportunidad como decisivo para.el comercio (EN IL 2 1104a9y Ill 1, 1110 14). Aristoteles puede denominar aeste kairds simplemente como un myn, un ahora (EN X 3, 117429). Este modo de expresar el tiempo no hace referencia en absoluto al tiempo de los relojes, sino que se efiere alos hechos de la historia de la vida misma. Con ello se trata del reconocimiento de quello por medio de lo cual una accién o una historia puede llegar a realizarse. Pues, sila historia ha llegado a ser posible, ello no s6lo es obra de las historias ‘Sin embargo, la estructura del mundo que ahora consideramos y que a su vezes tema el preguntarfilos6fico, es una posibilitante que no esta simplemente a disposicion, sino ue aparece tan sélo en la aprehensién de sus efectos y slo puede ser considerada en esta 1 An, el famtasma de lo efimero! que staves come el humo! a quien cindidamente le scope” 2 Blecra «179, 3. biden. v.75 Estudios de Filosofia No. 26 Agosto 2002 Universidad de Antioguia ‘medida. No hay tiempo antes de las historias, sino que tan s6lo la historia conoce el tiempo. yy puede saber algo de él. De manera que para el preguntarfilos6fico lo propiamente primero la historia, a cuyo tema pertenece el tiempo. En este articulo me propongo reconstrur la tematizacién aristotélica del tiempo a partir de ocho pasos. 1. El ente como ser mévil Lamiés fuerte ¢ inabarcable manifestaciOn del ente es para Arist6teles el movimiento. Sus temas son los movimientos en cl nombrar y el decir, en los propésitos y en las declaraciones del lenguaje, los desarrollos en el todo de la naturaleza y en Jos seres vivos en particular, en las actividades del alma humana, los procesos en la praxis eertera y en las Imitaciones y finalmente en los periodos del saber mismo. La bisqueda del significado fundamental del ente debe conducir hacia una pluralidad en cuanto considera los movimientos ‘que se manifiestan, “El emte se dice de muchas maneras” (Met. IV 2), pues el ente es _preferiblemente en movimiento. Arist6teles utitiza su mis alta expresién del ser para designar los movimientos: Ia ‘energeia (Chr: Met. 1X3), Esto resulta mis comprensible cuando pensamos que el fendimeno ‘dei movimiento es realizado la mayoria de las veces por la vida que se mueve a si misma y que, si bien el modelo mecanico permite una vision de conjunto, dicho fendmeno del ‘movimiento sin embargo debe servr paral aclaracién de algo mis ato, esto es, lo vivient Para Arisételeselente en cuanto tal quest manifiesta en una determinada pluralidad, ‘no esté en movimiento. Los distintostipos de movimientos pueden llegar a ser determinados y diferenciados unificadamente sobre la base de los movimientos que se aparecen, y que se hhan presentado y han sido previamente analizados por las preguntas de la llamada filosofia primera, Alli se offece especialmente e] ambito de la naturaleza, Ella esté tan determinada por el fenémeno del movimiento, que podemos plantear la pregunta por la eternidad de este movimiento (Phys. IIly IV). En cierto sentido, el movimiento natural eterno es el magnifico representante del ente inmodificable en cuanto tal. Debemos recordar aqui que la filosofia ‘ha surgido principalmente a partir de la consideracién de la naturaleza y de este modo se he ‘encontrado a si misma. De otra parte, la filosofia que esti realizandose debe recordar partir de qué vida ella ha planteado sus preguntas y las sigue planteando. 2. Elhabla y la disposicién del tiempo La vida es la praxis fundada en el lengua En la Brice a Nicémaco fue sefilado algo que resulta de gran interés para nuestra pregunta por el tempo, se trata dela prehistora del lenguaje. La investigacin de Anisiételes sobre los enunciados, Peri hermeneias comienza con a diferenciacién entre onoma y rhema entre el nombre lo expresado (cap. 2 3). Ambas son expresiones simplemente enunciatives y no devienen naturalmente, sino que provienen del legado lingtistico establecido. Antes de que Aristételes haya tenido presente la diferencia cetegorial (kath hetérou legémenon), designé “lo co-anunciante del tiempo (das die Zeit Mitanzeigende)” como \a principal diferencia. El verbo es la palabra ‘temporal priortaria, esto es, la palabra para el tiempo. Quien habla informa algo y ala vez co-anuncia el tiempo coexistente, mas aun como un tiempo existente alrededor del hablante (ton parénta prosemainei chronon, ta de ton périx). Quien habla informa algo que sucede en el tiempo y con ello detiene el pensamiento (histesi. El tiempo como lo co-presente se inaugura con el movimiento del lenguaje y de la comunicacién. Se puede, entonces, afirmar que Ia dimensién temporal se despliega con la presencia expresada. El lenguaje pone en juego al tiempo, de manera que toda diferencia temporal s diferencia expresada originariamente. Lo expresado es lo indieado, y io indicado ‘como tal rebasa lo pereibido y también lo presentificante y lo presente. Esto se confirma en la RetGrica, Alli (I 3) se diferencian como se sabe, —en la perspectiva del oyente, esto es, en la perspectiva de la relacion de habla—. tres tipos diferentes de habla: deliberativa, judicial y representante (symbouleutikon. dikanikén, epidetktikon). Posteriormente son caracterizados los tiempos (chranoi) propios de tales tipos de habla: al deliberante corresponde lo adveniente (melon), al judicial lo acontecido (genémmenon) y a lo representante Jo presentficante (pardm); sin embargo, este ultimo puede aprehenderse en los tes primeros imbitos. No debemos representarlos simplemente ‘como espacios temporales concluidos, que son ala ver referibles. Debemos entender mis bien que tan s6lo mediante el habla se abren tales perspectivas, y debemos aceptarlas ante todo como perspectivas del hablar humano. Podemos denominarlas tempos formalizantes, en la medida en que con ello consideramos su procedencia. En todo caso dicho hablar constituye la interioridad de las acciones y de la historia y con ellas estan dadas las dimensiones originarias. 3. Sobre la doctrina del movimiento (Kineologie) El lenguaje instaura el tiempo en general; en Ia investigacién del movimiento como ‘fendmeno fundamental de la naturaleza se efectia su tematizacion expresa (Phys. IIL 1 y's) Aristiteles da inicio a su investigacién con la afirmacién de que “fuera de las cosas no hay movimiento” (Pays 1M 1 200b 33). El ente es siempre, segiin Aristételes, ousia, un ente singular, y el movimiento es una determinacién del ser de uno de dichos entes. Ahora bien, una distincin fundamental del ente, a saber: la realidad v la posibilidad, resulta productiva para aclarar el movimiento mismo. Nosblo aparece una cosa, sino que dicha cosa aparece en ‘movimiento, Una cosa se muestra en un movimiento real, esto es, percibido como Io capa y posible para este movimiento. Algo muestra y compruebe su posibilidad s6lo en un ‘movimiento, de Io contrario no podriamos contemplarlo. Lo posible s6lo aparece en un movimiento, y éste es siempre algo real. Segun el asunto aqui tratado y segun Aristételes, ‘el movimiento es “ia realidad de lo posible en cuanto posible”. 165

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