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Socioantropología de la Comunicación

Trabajo Práctico final

Carrera: Postítulo en Periodismo y Comunicación – Licenciatura


en Periodismo
Profesor: Lic. Gaspar Tomino
Alumno: Elías Lardito

Junio 2018

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Índice
Introducción……………………………………………………………… …3

Marco teórico referencial…………………………………………………….4

Análisis………………………………………………………………………5

La Argentina Subalterna……………………..………………………………8

Sobre comunicación y subalternidad………………………………………..12

Corte Rancho: Una voz entre el ruido………………………………….…...15

Capítulos………………………………………………………………….....18

Conclusión......................................................................................................21

Bibliografia………………………………………………………………….22

2
INTRODUCCIÓN
La monografía aborda un análisis sobre los barrios marginados u obreros haciendo
foco en el grupo social llamado “los villeros” entendiendo que éstos forman parte de la
heterogénea masa de la argentina subalterna. Hace una descripción crítica del
tratamiento de los medios de comunicación con respecto a este sector teniendo en cuenta
la influencia que estos tienen en la formación de la audiencia y el consecuente poder en
una sociedad. Finamente expone un ejemplo de un programa que habla sobre la cultura
villera, dirigido y realizado por personas pertenecientes a éstos barrios.

A modo de introducción sobre este tema, que más adelante analizaremos en


profundidad, nos hacemos algunas preguntas:

¿El tratamiento de los medios sobre la pobreza tiene que ver con la construcción
de sentidos dominantes? ¿Estos manipulan a través de lo que muestran en los barrios más
pobres o través de aquella información que ocultan? ¿Qué consecuencias genera este tipo
de manejo de la información? ¿Por qué es necesario que todos los sectores de la sociedad
tengan su propia voz en los medios?

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Marco teórico referencial

Una persona es subalterna cuando tiene determinadas características que la hacen


parte de un grupo marginado de la sociedad. Este grupo además de ser excluido está
inmerso en un sistema que estructuralmente lo deja afuera y sin posibilidades de inclusión
social. Los subalternos no solo son explotados con un horizonte lejano de aceptación
social sino que además están invisibilizados, estigmatizados y representan lo antagónico
a las significaciones de la cultura dominante. El periodista Manuel Asensi sintetiza el
concepto de Antonio Gramsci con un ejemplo “¿cómo poner en la misma balanza a un
proletario francés, blanco, hombre, perteneciente a un sindicato, y a una colonizada
hindú, de piel oscura, mujer o equis, analfabeta y sirviente del sirviente? El primero es
un explotado, la segunda es una subalterna.” (Asensi, Manuel; “Nuevas ropas para el
esclavo”, en Clarín (Buenos Aires: abril, 2006)

Este texto pone el foco en un grupo social que consideramos como subalternos
llamado “villeros”. Según Antonio Gramsci los distintos grupos sociales están sujetos a
normas y valores dominantes que los lleva a vivir cotidianamente sin ser coaccionados.
En esta dominación ideológica las instituciones cumplen un rol fundamental. En este
trabajo dejamos de lado otras instituciones como la escuela, la familia, la iglesia y
analizamos a los medios masivos de comunicación social como institución formadora de
los sentidos dominantes del sistema capitalista. Las contradicciones en donde entran en
juego los propios intereses de una clase social y las significación dominantes que
pertenecen a otras clases “es la de una conciencia dividida entre "el sentido común"
objetivo y los sistemas de valores provenientes de los medios de comunicación para
masas. La dicotomía entre ambas "cosmovisiones" explica numerosos aspectos de
anomia y patología social.” (Muñoz, Blanca. La Escuela de Birmingham: La sintaxis de
la cotidianidad como producción social de la conciencia. Revista científica de
información y comunicación. Madrid)

Según David Morley la audiencia está conformada por “una compleja


configuración de subculturas y subgrupos superpuestos, en los que se sitúan los
individuos.” (Morley, David. Interpretar televisión: la audiencia de Nationwide.
Amorrortu, Buenos Aires, 1996) Morley explica que hay discursos que no se ven en la

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estructura dominante y aunque éstos discursos se oculten, la audiencia está expuesta a
diversos estímulos para formar una opinión que no siempre está sujeta a los sentidos
hegemónicos o dominantes. En el proceso de comunicación se produce la relación del
emisor (momentos de codificación) y el receptor (momentos de decodificación) El emisor
según Morley expresa a través de signos un “mapa de significado” o un “mapa de la
realidad social” en donde el decodificador resignifica desde lo que vive y piensa. Estas
lecturas pueden ser preferenciales (aceptación del contenido y sus implicancias),
negociada (compartir en parte el contenido, los valores, etc) y de oposición (disentir o
resistir los contenidos) (Morley, David.Interpretar televisión: la audiencia de
Nationwide. Amorrortu, Buenos Aires, 1996. Página 12)

Desde los medios tal sujeto subalterno es bombardeado cotidianamente con


publicidades/propagandas que incitan a comprar ciertos productos que generan status y
satisfacen deseos generados por los mismos anuncios. Los contenidos que emiten los
medios exponen valores y una visión del mundo de manera que las aspiraciones e
intereses que se suscitan en la mayoría de los casos crean necesidades y pulsiones que
son de difícil alcance para muchos.

Con respecto a la publicidad dice Patricia Ulrich que “es importante tener en
cuenta el papel que juega la publicidad en el contexto del llamado proceso de
“globalización”, donde hoy más que nunca, nuestra forma de estar en el mundo, de
vivenciar la realidad y de construir referentes identificatorios pasa a través de las
tecnologías de comunicación e información” (Guinsberg, Enrique. Control de los medios,
control del hombre. Medios masivos y formación psicosocial. Ediciones Nuevomar.
Página 162) Con esa concepción de la función de la propaganda/publicidad que va más
allá de la simple venta de un objeto, relacionamos ese deseo con los excluidos; quienes
también son bombardeados por las propagandas y no pueden alcanzar los objetivos y las
satisfacciones que la sociedad de consumo demanda.

Los estereotipos del “ciudadano ideal” distan mucho de la realidad. Maria Rosa
Neufeld afirma que "el hombre arranca a la cultura las satisfacciones emocionales que
obtiene de la misma. La orientación del hombre hacia la supervivencia, con exclusión de
todas las demás consideraciones, ha hecho de la sociedad un lugar nada agradable para
vivir, y en su mayor parte, la sociedad humana ha sido un sitio en el que, aunque el

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hombre ha sobrevivido físicamente, ha sufrido muerte emocional" (Neufeld, Maria Rosa.
Crisis y vigencia de un concepto: La cultura en la óptica de la antropología)

Como mencionamos al principio del texto, la concepción del mundo de las


culturas subalternas está influenciada por la cultura hegemónica y por esto, hay conductas
o prácticas que atraviesan a todos independientemente de su origen social .Neufeld dice
que “la “cultura universal” por tanto, es una cultura de clase, expresión de los valores
de la clase dominante o útiles para ella. A tal cultura, que asume un papel hegemónico,
se contrapone la cultura de la clase subalterna, portadora de otros valores, que han
quedado vivos en las producciones literarias” (Neufeld, Maria Rosa. Crisis y vigencia
de un concepto: La cultura en la óptica de la antropología)

La serie de televisión Corte Rancho es una contrapropuesta a lo que normalmente


se expone en los medios masivos de comunicación sobre la temática abordada: la vida en
las villas. El relato sobre este tema suele caer en la espectacularidad dejando de lado una
mirada integral, generando así una visión distorsionada que suscita prejuicios en la
sociedad. Esta forma sensacionalista de tratar dicha temática, se suele ver mayormente en
la televisión, que es el medio más masivo y condicionado por el negocio; y tiene que ver
con la necesidad de convocar a más televidentes para seducir a mayor cantidad de
anunciantes. Para cumplir con este menester los medios acuden a los formatos más
efectivos como “los deportes, las telenovelas y el entretenimiento fácil. Asimismo se
buscan contenidos simples, maneras sencillas de interpretación y nivelar por lo bajo”
(Rincón, Omar. Televisión, video y subjetividad. Editorial Norma. Bogotá. Página 40)

Entonces vemos como desde los medios los villeros aparecen tácitamente como
los no-civilizados. No se afirma como en el siglo XIX que existían estadios de humanidad,
que formulados en secuencia iban desde el “salvajismo”, pasando por la “barbarie” y
culminaba en la “civilización” (Neufeld, Maria Rosa. Crisis y vigencia de un concepto:
La cultura en la óptica de la antropología. Página 8) pero sin lugar a dudas los villeros
son parte de una cultura, es decir tienen características (música, forma de vestirse,
lenguaje), valores y normas que los identifican. Y su forma de vida se puede ajustar al
concepto de cultura que sintetiza Clifford Geertz (Geertz, Clifford. La Interpretación de
las culturas. Editorial Gedisa, Barcelona. Página 2) del capítulo de un libro de Clyde
Kluckhohn que habla sobre el concepto de cultura: 1) "el modo total de vida de un
pueblo"; 2) "el legado social que el individuo adquiere de su grupo"; 3) "una manera de

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pensar, sentir y creer"; 4) "una abstracción de la conducta"; 5) "una teoría del
antropólogo sobre la manera en que se conduce realmente un grupo de personas";6) "un
depósito de saber almacenado"; 7) "una serie de orientaciones estandarizadas frente
aproblemas reiterados"; 8) "conducta aprendida"; 9) "un mecanismo de regulación
normativo dela conducta"; 10) "una serie de técnicas para adaptarse, tanto al ambiente
exterior como a los otros hombres"; 11) "un precipitado de historia

Grimson afirma que cada grupo social adquiere su identidad a lo largo de la


historia en relación con otros grupos. Por ejemplo el indio, el quechua, el criollo, cabecita
negra y el peronista, surgen como producto de hechos que con el paso del tiempo
formaron una identidad que es producto de luchas y acontecimientos del pasado, cada
nominación tiene un significado diferente de acuerdo a la concepción de cada clase y cada
grupo lucha para defender los sentidos de esas identidades. (Grimson, Alejandro.
Interculturalidad y Comunicación. Grupo Editorial Norma. Buenos Aires. Página 45)

En Argentina hubo una invisibilizacion de las características fenotípicas nativas,


criollas y africanas y se relaciona a la pobreza como una cuestión de clases y no racial.
En palabras de Frigerio “en la Argentina el principal discurso para explicar las
desigualdades sociales ha sido de clase. En nuestro país es la raza el factor que
permanece ocluido, y poco enunciable ya que las categorías utilizadas en este discurso,
los modelos explicativos y los valores que los rigen son mucho más implícitos que
explícitos. Los porteños hablamos poco de raza, no nos ponemos de acuerdo con cómo
clasificar a los distintos individuos -ni siquiera existen varios términos o criterios de
clasificación de los individuos como en otros países como Brasil-. Sin embargo en
nuestras interacciones con y valoraciones de otros individuos, el color de la piel y otros
rasgos fenotípicos -y las inferencias que realizamos en base a éstas- resultan
importantes” (Frigerio, Alejandro. “Negros” y “Blancos” en Buenos Aires: Repensando
nuestras categorías raciales. Universidad Católica Argentina/CONICET.Buenos Aires)

Frigerio hace un repaso por la historia Argentina advirtiendo la discriminación


racial desde el discurso oficial y desde la sociedad aunque ésta sea negada. Y advierte
que desde la televisión se reproducen estereotipos que son funcionales a la construcción
de una Argentina blanca y europea. “Ningún individuo fenotípicamente similar a los
cartoneros pueda ser encontrado en la televisión -o sólo en las series de ficción
interpretando a malvivientes- muestra en qué medida el trabajo de construcción de la
blanquedad porteña -y para el caso de los medios, argentina - es un proceso cotidiano.”
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(Frigerio, Alejandro. “Negros” y “Blancos” en Buenos Aires: Repensando nuestras
categorías raciales. Universidad Católica Argentina/CONICET.Buenos Aires)

La argentina subalterna
Argentina carece de conflictos internacionales que si pesan sobre muchas
sociedades del mundo, como guerras consecuencia del enfrentamiento entre naciones,
refugiados políticos o fronteras fuertemente custodiadas. Si bien no sufre conflictos del
calibre que nombramos, tampoco escapa de algunas expresiones xenófobas de políticos
o ciudadanos de a pie con respecto a los inmigrantes de países limítrofes sin llegar, hasta
el momento, a tomar medidas drásticas con éstos. No obstante, vivimos en una sociedad
que en la actualidad tiene diversos conflictos, entre los más destacables podemos nombrar
la fuerte brecha entre ricos y pobres que se ha acentuado en los últimos años. Dicha
problemática es común a la mayoría de las sociedades y afecta tanto a países desarrollados
como no desarrollados y una de sus expresiones es la inseguridad que involucra a todos
los ciudadanos.

Vivimos en una sociedad compleja donde las normas cambian según la


perspectiva, desde el campo o desde lo urbano y en el interior de las ciudades los valores
no son los mismos desde la visión de un habitante del centro urbano que de otro de los
suburbios. Estas diferencias se han hecho sentir a lo largo de la historia Argentina.
Alejandro Frigerio en su investigación ““Negros” y “Blancos” en Buenos Aires:
Repensando nuestras categorías raciales” hace una repaso por la historia poniendo el
foco en la denominación que se hacía algunos sectores subalternos. A medida que pasaron
los años y por determinados sucesos históricos como guerras, inmigraciones externas e
internas o políticas de estado las características raciales de las personas identificadas
como subalternos fueron cambiando pero en todas sus variantes la denominación a éstos
siempre ha sido la misma: “Negros”.

Frigerio afirma que los denominados negros son considerados, según la mirada
hegemónica, como todo lo opuesto a lo que debe ser la “gente de bien”: “mal educados,
poco confiables, indolentes, poco afectos al trabajo” y “representan una amenaza –más
todavía los “cabecitas” como grupo organizado políticamente - a la argentina moderna,
europeizada, blanca y a quienes se enorgullecían de pertenecer a ella” ”(Frigerio,

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Alejandro. “Negros” y “Blancos” en Buenos Aires: Repensando nuestras categorías
raciales. Universidad Católica Argentina/CONICET.Buenos Aires)

Nos detenemos en el último grupo social denominado como “negros” que son
también llamados “villeros” como sector subalterno. Los villeros conforman una cultura
ya que tienen características comunes como la música, una forma de vestirse y un
lenguaje, todos elementos que los identifica. Su reconocimiento en estas características
con sus significados no surge naturalmente sino que se deben a la historia de estos grupos
en relación con otros. Según Alejandro Grimson, esto es fundamental a la hora de estudiar
una cultura, una sociedad o un grupo. En palabras del antropólogo: “El análisis de las
sociedades como si estuvieran “aisladas” fue una de las primeras alternativas de las
ciencias sociales que, en versiones vetustas, perdura en la actualidad. Esta alternativa
es equivocada porque ningún grupo humano existe, ningún conjunto de personas se
agrupa y define ese acto de agruparse, sino en relación a otras que perciben, sienten y
definen como diferentes” (Grimson, Alejandro. Interculturalidad y Comunicación. Grupo
Editorial Norma. Buenos Aires. Página 45)

El concepto “relación” para Grimson es clave a la hora de estudiar a un grupo


social y poniendo el foco en los sectores subalternos debemos tener en cuenta las luchas
sociales a lo largo de la historia, donde sectores dominantes le dan sentidos negativos
relacionándolos con la delincuencia o el atraso y los villeros, como sector marginado o
subalterno, intentan reivindicarse como tal y expresar sentidos positivos sobre su grupo
social. ((Grimson, Alejandro. Interculturalidad y Comunicación. Grupo Editorial Norma.
Buenos Aires. Página 45) Y así se forma una cultura, el concepto que usa Maria Rosa
Neufeld es el de “herencia social” En palabras de la profesora Neufeld “implicaría haber
recibido, en un proceso de transmisión, un conjunto o bloque de pautas y valores, que
serán luego conservados en forma inmutable: la idea de “reproducción de lo mismo””
(Neufeld, Maria Rosa. Crisis y vigencia de un concepto: La cultura en la óptica de la
antropología.)

Una de las características de nuestro país es la diversidad cultural, producto de


factores históricos como el mestizaje producido en la época colonial hasta la gran
inmigración europea de fines del siglo XIX y principios del siglo XX. Ésta última
producida por la conjunción de varios factores como el próspero momento económico del

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país como productor y exportador de materias primas, más las políticas de estado como
la educación laica, el matrimonio civil y las posibilidades de gestar actividades de
industria y comercio en las ciudades entre otras condiciones que incentivaban la llegada
de extranjeros y eran funcionales a la famosa frase de Juan Alberdi: “Gobernar es poblar”.
En efecto, desde 1857 hasta 1914 llegan al país aproximadamente 6.000.000 de personas
de los cuales arraigan efectivamente 3.300.000. En el territorio argentino de 1910, de
acuerdo al tercer censo nacional, había 7.885.000 habitantes de los cuales el 30% eran
extranjeros que se localizaban en un 90% en la región pampeana; de los cuales en tres
cuartas partes se asientan en las grandes ciudades del litoral. (Ramos, Jorge Abelardo.
Revolución y contravelución en Argentina: Tomo 3: La bella época. Ediciones Continente
y Peña Lillo. Buenos Aires. Página 33)

En este contexto el estado argentino del 80 intentó lograr una unidad étnica
negando las diversas características de sus habitantes, desde la campaña del desierto
donde se exterminó a buena parte de los pueblos originarios y con su posterior
marginación a lugares periféricos, hasta el servicio militar obligatorio y la escuela
pública. Dos instituciones que impartían valores nacionalistas para opacar las diferencias
y argentinizar a la población. (Grimson, Alejandro. Interculturalidad y Comunicación.
Grupo Editorial Norma. Buenos Aires. Página 50) Alejandro Grimson describe la
investigación de Rita Segato que habla sobre la historia de tres países con respecto a los
sentidos dominantes que impusieron de acuerdo a sus formaciones nacionales de
diversidad. Los tres países coinciden en afirmar la existencia de diferentes “razas”.
Argentina dice “crisol de razas”, lo mismo Brasil con “cadinho de raças” o “fabula de las
tres razas” y “melting pot” en Estados Unidos. Tanto en Estados Unidos como Brasil
reconocen una diversidad en su relato, ellos aceptan el hecho de tener en su tierra
personas de diferentes características fenotípicas. De allí, que ambos países segregan de
distintas maneras al mestizo, al negro y al indio. Pero Argentina se distingue del racismo
de Brasil y Estados Unidos adoptando una posición diferente. Cuando en su relato oficial
hablan de la mezcla de razas, se refieren solo a los inmigrantes europeos negando la
existencia de los criollos de las provincias del interior. El papel del estado argentino fue
el de omitir todo rasgo no europeo de su historia desde “el uniforme blanco en el colegio,
la prohibición de lenguas indígenas, hasta la burla del acento que aterrorizó a migrantes
europeos, internos y limítrofes” (Grimson, Alejandro. Interculturalidad y Comunicación.
Grupo Editorial Norma. Buenos Aires. Página 46)

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De este modo se invisibilizó a los sectores subalternos a lo largo de la historia,
estos no tienen voz, como expresa la escritora Gayatri Spivak “el subalterno o la
subalterna no puede hablar en la medida en que no hay institución que escuche y legitime
sus palabras. No puede llevar a cabo eso que se denomina un acto de habla, entre otras
cosas porque carece de autoridad para hacerlo” (Asensi, Manuel; “Nuevas ropas para
el esclavo”, en Clarín (Buenos Aires: abril, 2006)) Y para llegar a ellos debemos acudir
a la información contaminada de escritos que pertenecen a autores de los sectores
dominantes, aun hoy la cultura de los subalternos ocupa un espacio menor en los medios
de comunicación social y cuando algún interés propio de ellos surge en la mesa del debate
público, éstos generalmente son manifestados por personas ajenas a estos grupos
sociales.(Ginzburg, Carlo. El queso y los gusanos. Muchnik Editores. Barcelona. Página
4) Entendemos entonces a los villeros como un grupo subalterno de nuestra sociedad, su
cultura aun hoy se transmite de forma oral como la de sus descendientes; en parte
proveniente de los aborígenes sometidos en la campaña del desierto y de los criollos del
interior provinciano llamados “cabecitas negras” a mitad del siglo pasado.

Más cerca de nuestro días a partir de la crisis del año 2001 comenzaron a aparecer
con mayor presencia personas de las periferias en los centros urbanos como vendedores
ambulantes, pidiendo alimentos, dinero o juntando cartones. En una nota publicada en el
Diario Clarín la periodista Susana Torrado afirma que la pobreza tiene rasgos criollos y
advierte que en Argentina las diferencias sociales tienen alguna relación con los rasgos
fenotípicos: “Sugerentemente, a través del tiempo, ha persistido en nuestro imaginario
colectivo la idea de que la Argentina es una sociedad en la que no existen diferencias
étnicas o, al menos, las mismas no son importantes como causa de desigualdad social.
Sin embargo, los rostros de los niños que la televisión exhibe como testimonio
estremecedor del avance de la indigencia y la desnutrición tienen todos rasgos criollos.
Solo que de eso no se habla.” (Susana Torrado, La pobreza tiene rasgos criollos, Clarín.
(Buenos Aires, Septiembre 2002))

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Sobre comunicación y subalternidad

“Yo siempre cuando hago un repaso de mi vida, digo que hasta los 16 años no
sabía lo que era comprarme una zapatilla. Un año tiene 365 días, 16 años viví de hambre,
de frio, y lo único que tenía era ver la tele con un modelo de familia que me parecía de
otro planeta, donde decían compra este auto, comprate aquello, comprate aquello,
comprate aquello y yo vivía en un pasillo en una casilla de dos metros” Cesar González
(Entrevista en La Máquina de escribir voces. www.vorterix.com)

Los medios de comunicación son una de las instituciones más poderosas en la


difusión de los sentidos. Cotidianamente emiten sus mensajes a toda la sociedad y son
constructores, en buena parte, de la formación de una opinión sobre la realidad. Los
medios informan pero también transmiten ideología, no importa desde que lugar que en
apariencia puede parecer neutro o bajo algún género que supuestamente es inocente; los
medios siempre emiten un mensaje desde una concepción del mundo. Tienden a
representar una mirada de la realidad de forma homogénea y aún más cuando están en
manos de pocos dueños. Los comunicadores sociales en muchos casos se definen como
“objetivos”, intentando manifestar una neutralidad que no existe en ningún caso ya que
al tratarse temas sociales, hablamos de personas en relación con otros; lo que conlleva
una complejidad que es imposible de determinar sin una opinión propia comprendida o
condicionada desde una formación, una propia historia social e individual y hasta de
intereses económicos.

En los medios de comunicación social se tratan temas diversos que son


susceptibles para la sociedad entre los que se encuentra la pobreza. Según Enrique
Guinsberg, psicólogo y comunicador, la desigualdad social en los medios tiene una
importante limitación ya que en su tratamiento no se identifica a la pobreza como un
fenómeno de exclusión social estructural del sistema dominante. Podemos ver que en
programas de televisión se muestran cuestiones con el único fin de entretener, dejando
de lado las causas que determinan algunas conductas que suelen pasar en las villas pero
que no son solo de éstas y a partir de un tratamiento llano de la cuestión se banaliza la
realidad de los villeros; desviando la atención a la raíz de la cuestión que radica en causas
que no ahondaremos en este texto, pero que demandan una mayor disposición a la

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reflexión sobre el sistema económico y social en el que vivimos y al ejercicio de la
empatía.

Las villas son un lugar que le es distante y ajeno a la mayoría de la sociedad y que
se muestra desde los medios con espectacularidad. Los medios masivos de comunicación
se ven guiado por aquello que de rentabilidad y eso es el entretenimiento. Muchas veces
se tratan temáticas que debería demandar un trato serio, pero son abordadas desde la
comicidad y el sensacionalismo. Desde ya que esto no sucede en absolutamente todos
los programas, hay excepciones, que podríamos llamar productos periodísticos
subalternos, como la revista Garganta Poderosa, el canal Mundo Villa o la serie Corte
Rancho (Ver Página 15); pero son casos contados ya que vemos como desde los
noticieros, los periódicos, las radios abundan noticias con contenidos violentos cuando de
villeros se trata. Podemos nombrar como ejemplo programas modelos como Policías en
acción y Calles Salvajes. Así se estigmatiza generando un prejuzgamiento en la sociedad
sobre los sectores más pobres. Finalmente se quiere inducir a la sociedad a determinar
una opinión a partir de las consecuencias y no de las causas.

Para David Morley el marco social del subgrupo al que pertenece el decodificador
influye en parte y “suministra los recursos y establece los limites dentro de los cuales
operan los individuos” Es interesante pensar cómo influyen las publicidades comerciales
en los sectores marginales de la sociedad. Los avisos publicitarios venden objetos que no
solo tienen alguna utilidad sino que además representan un valor simbólico. En palabras
de Patricia Ulrich “existe ‘forma sin contenido‘, el valor de uso de esos bienes se ubica
en una segunda posición respecto de su valor simbólico, así esos bienes se convierten en
‘jeroglíficos sociales‘, significadores de lo que es social y culturalmente determinado. El
valor de uso se convierte en la capacidad de crear valor simbólico, un valor mayor que
aquel contenido” (Guinsberg, Enrique. Control de los medios, control del hombre.
Medios masivos y formación psicosocial. Ediciones Nuevomar. México. Página 56)
Desde los medios surgen necesidades creadas y demandas simbólicas. Con esa
concepción de la función de la propaganda/publicidad que va más allá de la simple venta
de un objeto, relacionamos ese deseo con los excluidos; quienes también son
bombardeados por las propagandas y no pueden alcanzar los objetivos y las satisfacciones
que la sociedad de consumo demanda. Desde ya el delito callejero no es responsabilidad
exclusiva de los medios de comunicación, es producto de muchas cuestiones como la
pobreza y las necesidades no satisfechas pero paradójicamente desde los medios de

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comunicación se condena la inseguridad compuesta por el robo callejero al mismo tiempo
que indirectamente se incita a ésta a través de la publicidad.

Según Eugenio Zaffaroni, que es profesor, juez y criminólogo argentino, en el


capítulo Criminología Mediática de su libro La Cuestión Criminal hay tres tratamientos
sobre, digámosle, la inseguridad: el de la academia, el de los muertos y el de la
criminología mediática. Este último es el que más llega a las personas ya que sus ideas se
transmiten a través de los medios. Su tesis explica que existe una construcción de un
“ellos” fuente de toda violencia que anida en la sociedad. El ellos está conformado por
jóvenes con ciertas características en común que determinan un estereotipo: el pibe que
esta vestido con visera y ropa deportiva es un ladrón. En el caso de que todavía no haya
cometido un ilícito, en el futuro seguramente lo hará. De manera que el ciudadano de a
pie se construye una idea de quienes son los culpables del miedo, porque los medios
muestran que los violentos son siempre los mismos.

La manera de crear este “ellos” se encuentra en la difusión de noticias violentas y


monstruosas en donde este grupo es el victimario y las victimas somos nosotros. En el
caso de que la realidad nos ofrezca un hecho con otras características la noticia se
minimiza o es presentada de otra manera ya que no sirve para presentar al “ellos” como
nuestro enemigo. Este tipo de noticias son reiteradas hasta el hartazgo de manera que,
según Zaffaroni, el fin de este tratamiento de la información se encuentra en la
construcción de “un concepto de seguridad que se limita a la violencia del robo.
(Zaffaroni Eugenio. La Cuestión Criminal. Editorial Planeta. Buenos Aires. Página 219.)

Está claro que en éste criterio de comunicar esa realidad en particular se construye
una subjetividad en la sociedad y se forma una mirada sesgada hacia los sectores
marginales, al mismo tiempo entendemos que la formación de un individuo no se debe
solo a los medios como explicamos anteriormente; y además la audiencia no es un ente
aislado ya que durante su vida va pasando por diferentes instituciones en las que establece
relaciones sociales y vivencias que van conformando sus valores y conductas. Las
audiencias o los decodificadores pueden reaccionar de distintas maneras dependiendo su
posición ante la información. Lo que está claro es que los medios masivos no son
infalibles y no siempre pueden tapar realidades o influir fácilmente ante una supuesta
audiencia dócil.

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Corte Rancho: Una voz entre el ruido

Las personas de los barrios humildes como las del resto de la sociedad adquieren
una individualidad subjetiva que se va forjando en las relaciones con el otro perteneciente
a su misma realidad social y cultural. Los valores, las costumbres y las significaciones de
su contexto que estas personas tienen en común les permite desenvolverse en la misma y
también producir sentidos que intentan cambiar la realidad social. Las instituciones
sociales como la familia, la escuela, la religión o los medios son grandes productores de
subjetividad y también deben adaptarse a las significaciones cambiantes de cada época o
región social.

Los barrios marginados son un lugar donde las personas más padecen la violencia,
empezando por la difícil situación económica y estructural a la que están sometidos,
pasando por las condiciones de las viviendas y el estado o la ausencia de los servicios. En
esos barrios donde abundan los pibes de gorrita que generan miedo, vestidos con
camisetas de futbol y provistos de ‘altas shantas‘, se encuentran trabajadores con familias
que tienen muchísimas historias dignas de ser contadas desde una vista lejana de la
violencia, la pobreza y el delito. En un contexto social y mediático donde se criminaliza
a la juventud y a la pobreza, es importante que los mismos jóvenes de estos barrios sean
protagonista generando nuevos sentidos que modifiquen esa visión constituida que los
descalifica y estigmatiza. Además en los mismos barrios muchas personas se apropian de
estos discursos dominantes, no solo es exclusivo del resto de una ciudad.

La concepción del mundo de las culturas subalternas está influenciada por la


cultura hegemónica y por esto, hay conductas o prácticas que atraviesan a todos
independientemente de su origen social. Neufeld habla de “la “cultura universal” por
tanto, es una cultura de clase, expresión de los valores de la clase dominante o útiles
para ella. A tal cultura, que asume un papel hegemónico, se contrapone la cultura de la
clase subalterna, portadora de otros valores” (Neufeld, Maria Rosa. Crisis y vigencia de
un concepto: La cultura en la óptica de la antropología.) Entonces de la producción de
nuevos sentidos que tengan que ver con una propia realidad social los “villeros” puedan
tomar una postura crítica ante su realidad cotidiana y debatir los problemas que de allí
surgen como las adicciones, el delito y las condiciones de vida; ya que los medios
hegemónicos como dice Guinsberg “no estimulan interrogantes esenciales acerca de la

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estructura de la sociedad. Por lo tanto, conducen al conformismo y procuran escasa base
para una apreciación critica de la sociedad, los medios de masas apadrinados
comercialmente restringen indirecta pero eficazmente el desarrollo convincente de una
perspectiva genuinamente critica” (Guinsberg Enrique. Control de los medios, control
del hombre. Medios masivos y formación psicosocial. Ediciones Nuevomar. México.
Página 24.)

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Afiche promocional de Corte Rancho

Cesar González, director y creador de Corte Rancho presenta al programa


desafiando a las significaciones establecidas e intentando desmitificar ideas arraigadas de
nuestra época diciendo que lo que van a ver a continuación es “un recorrido para
demostrar que los villeros no nos parecemos en nada a como nos muestra la televisión”
CR es una serie semanal conformada por cuatro programas de trece minutos cada uno.
Fue emitida inicialmente en el mes de diciembre del 2013 por Canal Encuentro y luego
en mayo del 2014 por la Tv Publica. El programa, dirigido a todo el público, cuenta la
vida de los jóvenes en las villas en relación a la comunicación desde distintas aristas: el
lenguaje, los medios, el pensamiento y el arte.

Es importante destacar que el contenido está dirigido por Cesar González. Este
joven director de 24 años (en el momento que se emitió el programa) tomó cierto
reconocimiento público ya que tras ser presidiario durante cinco años escribió dos libros
de poesía y dirigió dos películas. Esto último no es un dato menor, ya que el contenido
del programa tiene una carga genuina y excepcional en la televisión, al no ser dirigido ni
guionado desde alguna persona ajena a la villa. En palabras del director de Corte Rancho
“la gente que ve una cámara dentro de una villa siente una hostilidad porque sabe lo que
se dice después. Si se está filmando es para la “gorra” o para hacer un noticiero o para
“Policías en Acción” donde siempre nos tiran abajo. Conmigo no, yo me muevo por
donde quiero” (Presentación de Corte Rancho. Rosario. 2014)

Diagnostico Esperanza y ¿Qué puede un cuerpo? son las dos películas que dirigió
Cesar González, ambas tienen un tema central: la vida del villero mostrada con la crudeza
de un director que sabe bien lo que expone ante la sociedad, pues vivió en carne propia,
durante su infancia y la adolescencia; las carencias de un pibe villero que ante la
adversidad elije delinquir.

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Cesar Gonzalez. Director y guionista de Corte Rancho

Capítulos:
Un programa como Corte Rancho no es común de ver en la televisión, está claro
que su contenido difiere de la perspectiva común que tienen los medios hacia los barrios
pobres. Esta forma de exponer a un sector social se debe a muchas cuestiones, pero desde
ya, el hecho de que un programa intente mostrar una cara distinta a la visible en los medios
nos revela por qué Corte Rancho se emitió por los dos canales del estado: Canal
Encuentro y la Tv Publica. Difícilmente veremos un programa de este tipo en un medio
comercial, pues las villas no son expuestas para razonar o adoptar una postura crítica sino
como una forma de fácil entretenimiento y frivolidad. Y es muy probable que de esta
manera se puedan atraer a más televidentes y consecuentemente más publicidades.

Todos los capítulos de Corte Rancho se rodaron en villas de la ciudad de Buenos


Aires. Los entrevistados son habitantes de esos barrios y pertenecientes a alguna actividad
o institución, estos jóvenes opinan sobre sus vidas en relación a distintas cuestiones
abordadas en cada capítulo.

Capítulo 1: Pim, pum, pam, el lenguaje en nuestras vidas.

El capítulo que estrena la serie habla sobre el lenguaje en las villas o los
“berretines”, término definido por Cesar Gonzalez como “el título que surgió en el mundo
marginal para definir el idioma y códigos de valores propios de ese mundo”
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Opinan sobre el tema jóvenes que asisten a un taller de hip hop de la Villa 1° de
Mayo del Senada y presos de la Unidad 48 de San Martin. El interrogante central del
capítulo es si el lenguaje villero está mal y debe corregirse o es un instrumento de
identidad y como tal debe ser apropiado.

El capítulo cierra el tema de manera taxativa “el lenguaje villero o ‘tumbero’ es


quizás la herramienta con la cual más nos identificamos quienes vivimos en una villa, es
lo que nos da pertenencia y caracteriza nuestra cultura; es algo que no debemos ‘caretear’
u ocultar, porque ocultar nuestro lenguaje es perder una parte de nuestra identidad”

Capítulo 2: Era de la comunicación o egoísmo digital.

El segundo capítulo trata sobre los nuevos cambios tecnológicos en la


comunicación. “Hoy en día los pibes y las pibas de las villas no son ajenos a los progresos
digitales y una vez que se apropian de esas tecnologías estas ya no vuelven a ser las
mismas” dice la voz en off de Cesar Gonzalez en la introducción al capítulo.

Opinan sobre el tema jóvenes del barrio Ramón Castillo de Villa Soldati y dos
raperos de Villa Soldati llamados Claudio Nahuel Avalos y Ariel Ortiz. Ambos grupos
cuentan sus experiencias con internet y las redes sociales.

La reflexión final del capítulo es que internet y las redes sociales son una
herramienta importante para las relaciones sociales y como tales deben ser accesibles para
todos.

Capítulo 3: En busca del pensamiento villero.

En el tercer programa se opina sobre el periodismo, profesión que según Gonzalez


“más se ha aprovechado de las villas para transformarla en un producto violento, salvaje,
bárbaro” Participan chicos del taller de periodismo “Mundo Villa” de la villa 31 y hablan
sobre la común estigmatización que sufren los villeros desde los medios de comunicación
y de la sociedad, también destacan algunos aspectos positivos de la villa. En el capítulo
participan desde el taller de promotores comunitarios “Grilleros” de la Villa 21 en
Barracas. Destacan la solidaridad en las relaciones sociales entre los villeros
diferenciándola de cierta indiferencia entre los vecinos de otros sectores de la ciudad. La
discriminación a la que son sometidos y la influencia del periodismo en tal marginación.

El capítulo cierra a modo de conclusión con la voz de Gonzalez en off: “un


periodismo villero sirve para que muchas injusticias no queden condenadas al olvido,
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para denunciar miles de maltratos y desigualdades cotidianas, para hacer visibles heridas
que supuran, para que muchos silencios al fin puedan ser un grito y desahogar de una
buena vez tanta rabia contenida.”

Capítulo 4: Lo que vence la muerte con el arte

El último capítulo de Corte Rancho es sobre el arte en las villas, los jóvenes se
apropian de algún tipo de expresión para dar cuenta de su realidad y combatir el racismo
y la discriminación. Opinan sobre el tema dos jóvenes que hacen rap llamados Fili Wey,
Esteban el As y Alan Garvey. Durante gran parte del capítulo se exponen sus canciones.

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Conclusión
A lo largo del trabajo definimos la subalternidad relacionándola con un sector que
forma parte de ella. Explicamos que existe una mirada hegemónica hacia ese sector y
también una contrahegemonía, en esta lucha los grupos se van formando y adquiriendo
una identidad a través de los significados en pugna. Observamos la relación de este
grupo subalterno con el otro, lo que es fundamental para entenderlo ya que es un error
analizarlo aisladamente.

Relacionamos a este grupo subalterno con los medios de comunicación que a


través de su contenidos, como los noticieros, los programas de televisión, la propaganda
y la publicidad motiva a la sociedad a consumir generando deseos en el individuo y siendo
un instrumento de reproducción del sistema. Afirmamos entonces que los medios masivos
de comunicación influyen en la construcción de las subjetividades para alcanzar ese
perfecto ser, conformando diferentes estereotipos de lo que es bueno o malo y junto a
estos sus valores que arrastran los cuales, como audiencia, podemos imitar o no para
parecernos.

Destacamos también la fundamental importancia de generar voces propias ante el


tratamiento hegemónico de la información. Esta necesidad tiene distintas funciones entre
las que tratamos la generación de una identidad propia, la intención de observar
críticamente la realidad, generar otros sentidos y desterrar prejuicios.

Finalmente expusimos el programa de televisión Corte Rancho, como un producto


televisivo subalterno ya que no toma estereotipos, ni héroes de historias, sino que intenta
reflejar una realidad oculta desde los medios masivos de comunicación que ven en los
habitantes de la villa a los hombres que no son necesarios ya que la interpretación critica
de su realidad molesta al status quo.

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Bibliografía

 ASENSI, Manuel; “Nuevas ropas para el esclavo”, en Clarín (Buenos Aires:


abril, 2006)
 FRIGERIO, Alejandro. “Negros” y “Blancos” en Buenos Aires: Repensando
nuestras categorías raciales. Universidad Católica Argentina/CONICET.
Buenos Aires
 GRIMSON, Alejandro. Interculturalidad y Comunicación. Grupo Editorial
Norma. Buenos Aires.
 GEERTZ, Clifford. La Interpretación de las culturas. 1992 Editorial Gedisa,
Barcelona.1992
 GUINSBERG, Enrique. Control de los medios, control del hombre. Medios
masivos y formación psicosocial. Ediciones Nuevomar, México.
 MORLEY, David.Interpretar televisión: la audiencia de Nationwide.
Amorrortu, Buenos Aires, 1996)
 MUÑOZ, Blanca. La Escuela de Birmingham: La sintaxis de la cotidianidad
como producción social de la conciencia. Revista científica de información y
comunicación. Madrid
 NEUFELD, Maria Rosa. Crisis y vigencia de un concepto: La cultura en la
óptica de la antropología
 RINCON, Omar. Televisión, video y subjetividad. Editorial Norma. Bogotá.
2002.
 TORRADO, Susana La pobreza tiene rasgos criollos, Clarín. (Buenos Aires,
Septiembre 2002))
 ZAFFARONI, Eugenio. La Cuestión Criminal. Editorial Planeta. Buenos
Aires. 2012

Trabajos publicados en la red:

 Serie Corte Rancho. Enlace :


https://www.youtube.com/watch?v=nOFFhBUiQpI

 Charla y entrevista donde se presenta la serie Corte Rancho. Rosario 2014


Enlace: https://www.youtube.com/watch?v=va5rFoJXw8Y

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