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Examen físico

La palpación del abdomen del enfermo de forma específica tiene gran valor. La
existencia de masa palpable es frecuente en los niños con hidronefrosis. En las
obstrucciones de larga duración puede existir masa palpable en los flancos. En la
hipertrofia benigna de la próstata puede palparse una masa suprapúbica. En la
inspección pueden aparecer signos propios de insuficiencia renal.

Si la eliminación de orina está disminuida o si hay distensión de la vejiga o dolor


suprapubiano, debe colocarse una sonda en la vejiga. Si la colocación de un catéter o
una sonda producen un flujo normal de orina o si el pasaje de la sonda se ve
dificultado, se sospecha que hay una obstrucción uretral (p. ej., por agrandamiento de
la próstata, válvula uretral o estenosis uretral). En ausencia de distensión palpable de
la vejiga e incapacidad de orinar, la obstrucción puede confirmarse mediante
ecografía para determinar el volumen de la vejiga después de la micción; un volumen
> 50 mL (un poco más alto entre los adultos mayores) sugiere obstrucción. Los
pacientes con estos hallazgos deben ser evaluados con una cistouretroscopia, y en
niños suele tener que realizarse una cistouretrografía miccional.

La cistouretrografía miccional muestra casi todas las obstrucciones del cuello vesical y
de la uretra, así como el reflujo vesicoureteral, y evidencia de manera adecuada la
anatomía y el volumen de orina remanente en la vejiga después de la micción
(volumen residual posmicción). Se realiza con más frecuencia en niños, para
diagnosticar anormalidades anatómicas o congénitas. Sin embargo, puede hacerse en
adultos si se sospecha una estenosis uretral.

Si los síntomas de obstrucción uretral están ausentes o si la cistouretroscopia y la


cistouretrografía miccional no muestran obstrucciones, puede presumirse que el sitio
afectado se encuentra en los uréteres o cerca de ellos.

Investigaciones

Existen diferentes estudios radiológicos que se emplean para el diagnóstico de la


uropatía obstructiva:

- Rayos X de abdomen. Permite con frecuencia visualizar los cálculos, brinda


información sobre diferencias de tamaño y forma de los riñones y del contorno
vesical.

- Ecografía. Procedimiento no invasivo donde se manifiesta la dilatación de las vías


urinarias, aunque siempre no se precisan estas o no existen.

- Pielografía endovenosa. Se utiliza para estudiar las obstrucciones del tracto


urinario superior.

- Pielografía retrógrada o ascendente. Para este estudio se administra contraste al


paciente por vía retrógrada, permite visualizar los uréteres y el sistema piélico.

- Renograma isotópico. Útil en el diagnóstico de las obstrucciones del tracto


urinario superior.

- Tomografía computarizada y resonancia magnética. La tomografía ayuda a


diagnosticar la causa de la obstrucción al igual que la resonancia, la cual permite
mejor imagen en distintos planos.

- Prueba de Whitetaker. Estudios de flujo y presión. Mide la diferencia de presión


entre la pelvis renal y la vejiga. Esta investigación tiene su mayor empleo en los
pacientes donde se sospecha obstrucción del tracto urinario superior.

Para el diagnóstico de las obstrucciones del tracto urinario inferior, se realizan


las pruebas siguientes

- Cistoureterografíamiccional. Permite visualizar el reflujo vesicouretral y la


estructura del cuello vesical y uretra.

- Cistoscopia. Posibilita visualizar directamente la uretra y la vejiga.

- Ureterografía retrógrada. Se administra contraste, previamente se ocluye el meato


urinario. Permite estudiar la uretra.

- Pruebas urodinámicas. Estudio útil del drenaje vesical. Miden el flujo urinario por
unidad de tiempo (flujometría).

Tratamiento

Está relacionado con la forma de obstrucción y está dirigido a prevenir la sepsis


generalizada y el daño renal. Es necesario el máximo esfuerzo para lograr el alivio de
la bstrucción lo más rápido posible. Se utiliza analgésico por vía intramuscular para
aliviar el dolor.El tratamiento consiste en eliminar la obstrucción mediante cirugía,
instrumentación (endoscopia, litotricia) o terapia farmacológica (p. ej., terapia
hormonal en el cáncer prostático). El drenaje inmediato de la hidronefrosis está
indicado si la función renal está comprometida, si persiste la infección o si el dolor es
incontrolable o persistente. Se indica el drenaje inmediato si la obstrucción está
acompañada por una infección. La uropatía obstructiva inferior puede requerir un
sondaje o drenaje más proximal. Pueden colocarse catéteres ureterales permanentes
para un drenaje agudo o a largo plazo en pacientes seleccionados. El drenaje temporal
con una técnica de nefrostomía percutánea puede ser necesario en la uropatía
obstructiva grave, infecciones urinarias o cálculos. El tratamiento intensivo para la
infección y la insuficiencia renal es obligado.

En caso de hidronefrosis sin obstrucción evidente, debe considerarse la cirugía si el


paciente tiene dolor y un renograma de diuresis positivo. Sin embargo, no se necesita
ninguna terapia en el paciente asintomático con renograma de diuresis negativo, o con
renograma de diuresis positivo pero función renal normal.

Los stent o drenajes colocados en el uréter o en una parte del riñón llamada pelvis
renal pueden brindar alivio de los síntomas a corto plazo.
Las sondas de nefrostomía, que drenan la orina desde los riñones a través de la
espalda, se pueden emplear para esquivar la obstrucción.

La colocación de una sonda de Foley a través de la uretra hasta la vejiga puede


también ayudar con el flujo de orina.

El alivio a corto plazo de la obstrucción se puede lograr sin cirugía. Sin embargo, se
debe eliminar la causa de dicha obstrucción y reparar el aparato urinario. El alivio
prolongado del problema puede requerir una cirugía.

Se puede necesitar remover el riñón si la obstrución causa severa pérdida de la


función.

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