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INTRODUCCIÓN

Las contingencias eléctricas ocasionadas por descargas atmosféricas pueden


resultar no muy comunes en las instalaciones de media-baja tensión y que solo
se presentan si el establecimiento no cuenta con un sistema de pararrayos, o
cuando llega a suceder lo atribuyen a que la descarga “fue demasiado grande”.
Sin embargo estas fallas existen y se deben principalmente a una mala
selección de la punta pararrayos, así como una instalación inadecuada, muchas
veces se realiza el sistema de pararrayos en base a lo que los fabricantes
indican en sus catálogos y no se revisan las normas correspondientes
(asumiendo que algunas puntas pararrayos no tienen justificación por norma).
El conocer el origen de las descargas y los medios de protección siempre es una
ventaja respecto al “conocimiento” adquirido por pruebas y experiencia.

El objetivo básico de un estudio de sistemas de pararrayos consiste en definir


un proyecto que permita construir las instalaciones eléctricas para protección
razonablemente confiable contra descargas atmosféricas, los planos eléctricos
deberán mostrar la ubicación y las principales características de dispositivos, los
dibujos se deberán representar con el suficiente detalle que permita su
interpretación en campo y la adecuada construcción, adicionalmente, se
deberán respetar las especificaciones de las normas obligatorias en el lugar de
la instalación, así como las preferencias del usuario.

Muchas veces se realizan construcciones con una altura considerable y se


supone que por no ser tan alta, no requiere un sistema de pararrayos, además
que se “asume” que en esa área geográfica no se presentan con regularidad
impactos de rayo, sin embargo el estudio correcto de este sistema indica que se
deben evaluar entre otros puntos, el factor de riesgo que presenta el lugar,
considerando la densidad de rayos a tierra. Los daños que se pueden producir
por no instalar pararrayos suelen ser catastróficos, por ejemplo, en estructuras
de concreto armado donde se supone que las varillas tiene continuidad hasta la
cimentación, la descarga puede destruir secciones, especialmente entre el
punto que recibe el impacto del rayo y la estructura más próxima, y en el punto
de la cimentación por donde tendrá que disiparse la energía del rayo a tierra.

Los pararrayos son elementos metálicos cuya función es ofrecer un punto de


incidencia para recibir la descarga atmosférica y un camino controlado para la
conducción y disipación posterior de la corriente del rayo a tierra.
Son de sobras conocidas las tormentas con fuerte aparato eléctrico, estas
producen sobretensiones en las redes aéreas de alta tensión que si no son
despejadas adecuadamente pueden destruir instalaciones, desconexiones que
dejan sin energía a industrias y viviendas, incendios y en el peor de los casos
pérdidas humanas. En estas líneas no solamente afectan las sobretensiones por
tormentas también afectan sobretensiones producidas por maniobras dentro de
la misma instalación, magnetización de núcleos de transformadores, etc.

Por tanto, y para evitar las nefastas consecuencias de las sobretensiones se


utilizan pararrayos para poder mantener las instalaciones en condiciones
adecuadas de servicio y seguridad, además de mantener los valores de tensión
dentro de los límites que fijan los reglamentos.

EVOLUCIÓN DE LOS PARARRAYOS


Desde que en 1752 Benjamín Franklin llevó a cabo en Filadelfia su famoso
experimento con la cometa hasta nuestros días, los pararrayos han ido
evolucionando para ofrecernos una mayor protección.

Benjamín ató una cometa con esqueleto metálico a un hilo de seda, en cuyo
extremo llevaba una llave también metálica. Haciéndola volar un día de
tormenta, confirmó que la llave se cargaba eléctricamente, demostrando así
que las nubes están cargadas de electricidad y los rayos son descargas
eléctricas. Gracias a este experimento creó su más famoso invento, el primer
pararrayos, que por supuesto lleva su honorable apellido; Punta Franklin.
Su funcionamiento está basado en el llamado "efecto puntas". Para entender
este efecto, es importante saber que las cargas alrededor de un conductor no
se distribuyen uniformemente sino que se acumulan en las partes más afiladas.
Esta propiedad fue aprovechada por Franklin para el diseño de su pararrayos.
Usando puntas se logra acumular rápidamente las cargas, y éstas al
concentrarse, vencen la resistencia del aire. Estando tan juntas, se rechazan
unas a otras y entonces salen "disparadas".

Su radio de protección es muy limitado y forma un cono vertical con vértice en


la cabeza de captación y cuya base tiene un radio protector igual a la altura de
la instalación. Actualmente sólo se utiliza para la protección de elementos de
gran altura y muy poca superficie.

Jaula de Faraday

En 1884 un físico belga llamado Melsens propuso proteger los edificios


encerrándolos dentro de una Jaula de Faraday. Su nombre viene de un principio
de la física que asegura que en el interior de una caja cerrada por paredes
metálicas y con perfecta continuidad eléctrica, no se verá afectada por ninguna
variación del campo eléctrico externo. Por ello, una Jaula de Faraday consiste
en realizar una malla muy tupida de conductor eléctrico en tejado y paredes del
edificio a proteger. Para que las posibles descargas no impacten directamente
en el conductor, se colocan en los nudos de dicha malla unas puntas metálicas.
Este método de protección es uno de los más efectivos, pero también es el más
costoso a nivel económico y el menos estético.

Pararrayos Electroatmosférico o Dieléctrico.-

Estos pararrayos son una mejora de la Punta Franklin que basa su


funcionamiento en las diferencias de potencial que se producen en presencia de
nubes tormentosas, entre las diferentes zonas de la atmósfera en función de su
altura sobre el suelo. Por ello, para su correcto funcionamiento, se precisa de
una serie de factores atmosféricos que no siempre se dan, con lo que se crea
una incertidumbre de funcionamiento o tiempo muerto de respuesta del
pararrayos, por lo que ya no se fabrican y se han dejado de utilizar.

Pararrayos de Ionización artificial

Tras la prohibición de los pararrayos radiactivos y para evitar los tiempos


muertos de los pararrayos electroatmosféricos o dieléctricos, se desarrollaron
los de ionización artificial, que actúan ionizando el aire por tres efectos:

Efecto Franklin.

Efecto Dieléctrico – Condensador.

Efecto Corona. Dispositivo electrónico para la generación del efecto ionizante.

De este tipo de pararrayos existieron dos modelos:

1. Electrónicos.- Con caja de alimentación 220V con baterías de níquel cadmio.

2. Solares.- Producían la ionización del aire mediante el aporte energético del


sol.

A día de hoy se han dejado de fabricar y comercializar, ya que además de


precisar un mantenimiento periódico, su precio era muy elevado con respecto a
otros modelos normalizados y más eficaces.

Pararrayos con dispositivo de cebado.-

Su funcionamiento se basa en crear rápidamente el trazador ascendente con el


fin de recepcionar y controlar la descarga que pueda producirse dentro de su
radio de protección. Estos pararrayos aprovechan la energía de las tormentas y
la transforman en impulsos repetidos de alta tensión que se constituyen como
pequeñas descargas incipientes, acelerando la emisión de los trazadores
ascendentes con un campo eléctrico ambiental mucho menor que el necesario
para el proceso natural.

Los pararrayos con dispositivo de cebado son los que se están utilizando
actualmente con un nivel de funcionamiento muy óptimo ya que proporcionan
unos amplios radios de protección, son muy eficaces, mucho más fáciles de
instalar que las Jaulas de Faraday y además su precio es mucho más asequible.
Partes de un pararrayos
Pararrayos

También conocido como el "terminal aéreo", el pararrayos es la unidad


asegurada al punto más alto de un edificio. Un pararrayos están hechos
típicamente de cobre o aluminio, y su propósito es atraer el rayo lejos del resto
del edificio. Aunque una varilla de 12 pulgadas (30,4 cm) es bastante eficaz, las
estructuras más grandes a menudo tienen pararrayos que son de varios pies de
largo. Los pararrayos solían ser fabricados con puntas afiladas, porque se cree
que aumenta la eficacia de las varillas. Hoy en día, los pararrayos vienen en
extremos embotados o en forma de esfera, así como el estilo de punta original.
Las bolas de cristal se han añadido a los pararrayos, ya que se rompen y se
caen después de un rayo, indicando la ubicación exacta del mismo.

Conductor

El sistema de cable del pararrayos es de cobre o aluminio desnudo


tradicionalmente. Este cable conecta la varilla en la parte superior de la
estructura al elemento de tierra, que se encuentra a una distancia segura de la
estructura. El cable conductor se sujeta a lo largo de la parte exterior de la
estructura, y su ruta de acceso al elemento de tierra debe ser tan corta como
se permita de forma segura.
Elemento de tierra

Hay muchos tipos diferentes de elementos de tierra. Los elementos terrestres


más comunes hoy en día son varillas y placas. Las placas de tierra son
normalmente de cobre, mientras que las varillas de tierra pueden ser una
combinación mezclada o de cobre, acero y níquel. Los elementos de tierra están
enterrados varios pies de profundidad y deben ser colocados a varios metros de
distancia del edificio. El elemento de tierra del sistema de un edificio debe estar
conectado a cualquier otro elemento de tierra en el área, formando un
potencial de tierra común. Un elemento de tierra debe ser enterrado en el suelo
húmedo cuando sea posible.

PLACA DE CARACTERÍSTICAS

Todos los pararrayos llevarán una placa de características, que debe ser visible
en las posiciones de servicio y montaje normal, en la que figurarán grabadas de
forma inalterable los datos siguientes especificados en la norma IEC 60099-4.

• Nombre del fabricante o marca registrada.

• Año de fabricación

• Designación del tipo


• Número de serie

• Tensión de servicio continúo kV (Uc).

• Tensión asignada kV (Ur).

• Clase de descarga de línea

• Corriente asignada del limitador de presión (si procede)

• Corriente de descarga nominal kA.

• Tensión y corriente de referencia kV

• Esfuerzos mecánicos asignados sobre los bornes daN.

• Peso del pararrayos kg.

• Referencia Norma Enersis

Sobretensiones
Las sobretensiones son voltajes transitorios mayores al los máximos voltajes de
operación del sistema. De acuerdo al tipo de sobretensión estos pueden ser
limitados por distintos medios de protección. La amplitud de las sobretensiones
se puede limitar mediante pararrayos u otros medios de protección. Existen tres
tipos de sobretensiones: las temporales, las de maniobra y las atmosféricas.

Las sobretensiones temporales y las de maniobra son consideradas de origen


interno del sistema, como resultado de un fenómeno transitorio, mientras que
las atmosféricas se consideran de origen externo.

SOBRETENSIONES TEMPORALES

Se caracterizan por presentarse a una frecuencia muy cercana a la industrial (o


a la misma frecuencia industrial), y por no ser amortiguadas ni suavemente
amortiguadas. Se asocian principalmente con pérdidas de carga, fallas a tierra y
resonancias de diferentes tipos. En un sistema bien diseñado, las amplitudes de
las sobretensiones temporales no deben exceder de 1.5 p.u. y su duración debe
ser menor de 1 segundo.

SOBRETENSIÓN DE MANIOBRA

Las sobretensiones de maniobra están asociadas a todas las operaciones de


maniobra y fallas en un sistema. Sus altas amplitudes están generalmente en el
rango de 2 a 4 p.u., dependiendo mucho de los valores reales del diseño del
sistema y de los medios para limitarlos.

SOBRETENSIONES ATMOSFÉRICAS

Las sobretensiones atmosféricas de amplitudes grandes pueden entrar a una


subestación como resultado de descargas atmosféricas directas sobre una línea
o como flameos inversos en una torre. La subestación debe estar protegida
contra descargas directas mediante un apantallamiento eficiente.

Para tensiones de 220kV su valor esta entre 4 y 6 p.u. es decir, entre 880kV y
1520kV.

De acuerdo con la IEC 60-2, la tensión de prueba normalizada para


sobretensiones atmosféricas tiene un tiempo de frente de 1.2m s y un tiempo
de cola medio de 50m s.
En la siguiente Figura, se observa la representación esquemática de los
diferentes tipos de sobretensiones.

PARARRAYOS DE SUBESTACIÓN POLIMÉRICOS

Este tipo de pararrayos han sido diseñados para su montaje en todo tipo de
subestaciones y su instalación puede hacerse directamente sobre el suelo o
sobre una base aislante, ésta última es imprescindible cuando los pararrayos
incorporan un contador de descargas. Ofrecen características de protección
optimizadas, gran resistencia mecánica y elevada resistencia a la intemperie,
con su envolvente de silicona y un sistema de sellado de la parte activa que
impide la penetración de humedad. El peso de estos pararrayos es
considerablemente inferior al peso de sus equivalentes con envolvente
cerámica, lo que facilita su manejo e instalación. De igual forma, el riesgo de
roturas es muy inferior al de los pararrayos con envolvente cerámica.

El diseño consta de un número de varistores de óxidos metálicos envueltos por


un robusto arrollamiento en fibra de vidrio con poliéster, que se inserta en la
envolvente polimérica.

VENTAJAS:

· Niveles menores de tensión residual, optimizando la coordinación de


aislamiento.

· Alta capacidad de absorción de energía adecuada para aplicaciones críticas.


· Estabilidad en sus características eléctricas.

· Alta resistencia a la intemperie, contaminación, corrosión, etc.

· Conjunto no fragmentable, la construcción de la parte activa sin espacios


internos de aire evita la explosión de la envolvente en caso de falta, y los daños
que ésta podría causar.

· Elevada resistencia mecánica.

NOMENCLATURA:
ACCESORIOS

BASE DE FIJACIÓN (PARA PARARRAYOS DE TIPO SUBESTACIÓN)

ANILLO DE PROTECCIÓN

Utilizado solamente en pararrayos a partir de 120 kV.

CONTADOR DE DESCARGAS (PARARRAYOS DE TIPO SUBESTACIÓN)

Es un aparato opcional que registra, mediante un ciclómetro de 6 dígitos, el


número de descargas a través de la conexión de tierra del pararrayos. El
contador registra descargas de impulso de una amplitud de 200 A o más (onda
8/20 ms). No se necesita ninguna fuente externa de energía. Además incorpora
un miliamperímetro con escala 0-30 mA que da, de forma continua, la suma de
la corriente a través del pararrayos y la corriente superficial de fuga en el
exterior del aislador. El contador se debe utilizar conjuntamente con una base
aislante.
Pararrayos Autovalvulares.

Existen diferentes tipos pero los más utilizados en AT y MT son:

- De óxido de zinc (ZnO).

- Varistancias y explosores.

Los de varistancias y explosores constan de varios explosores en serie y


unas resistencias (de carbono de silicio, SiC) no lineales que limitan la corriente
tras el paso de la onda de choque de la sobretensión.

Según el país del que se trate se les denomina de una u otra forma, en España
son conocidos por pararrayos PE, las características a tener en cuenta para
definir un pararrayos PE son:

Tensión de extinción o tensión asignada: Voltaje más elevado a la frecuencia


industrial que el pararrayos puede descebar espontáneamente o por sí mismo.

Tensión de cebado: Irá en relación dependiendo si se refiere a sobretensiones


por rayo, a frecuencia industrial, etc.

Poder de descarga: de la corriente de choque. Es la capacidad de disipación de


energía.

Los de óxidos de zinc (ZnO) se les denomina también pararrayos de óxidos


metálicos (POM), este tipo no presenta explosores por tanto la autoválvula es
conductora de forma permanente para el voltaje nominal de la red que protege,
si bien que la corriente es de 10 mA que como es obvio no proporciona
problema alguno, es decir, este tipo de autoválvulas solamente está formada
por varistancias, además, son más fiables que los anteriores.

Partes de un tipo pararrayos de ZnO utilizado por las compañías francesas de electricidad en
redes de 20 Kv. Fuente: Imagen sacada del Cuaderno Técnico 151 de Schneider Electric.

Las características esenciales de este tipo de autoválvula son:

Tensión máxima de servicio permanente.

Tensión asignada.

Nivel de protección.

Corriente nominal de descarga.

Capacidad de soportar la energía disipada.


Aplicaciones más usuales de las autoválvulas.

Seguidamente mostramos unas fotos de las aplicaciones más frecuentes de


este tipo de autoválvulas, existen autoválvulas que con una descarga se tienen
que cambiar, existen modelos que se debe tomar la resistencia eléctrica sin
servicio y si está por debajo de unos valores prefijados se deberá cambiar y por
último existen fabricantes que dan un número de descargas que puede efectuar
la autoválvula, en redes de MT suelen ser 500 descargas, y como no puede ser
de otra forma nos preguntaremos, ¿cómo sabremos que ha realizado el número
de descargas? Muy sencillo se recomienda instalar un contador de descargas
para saberlo, como he comentado muchas veces lo mejor es la consulta al
fabricante para poder realizar una instalación y mantenimiento adecuado.

Autotransformador en subestación, a la izquierda se pueden ver las autoválvulas que lo


protegen contra sobretensiones.
Consejos para instalación de pararrayos autovalvulares en CT de MT.

Se deben instalar las autoválvulas lo más cerca del transformador, a menos de


10 metros si es posible, la mejor opción es colocarlos en las mismas bornes del
transformador.

Se deberían instalar autoválvulas fase-tierra cuando el nivel isoceráunico sea


mayor de 25 o en el caso que el CT sea alimentado por una línea aéreo-
subterránea y la línea subterránea sea mayor de 20 metros.
CONCLUSIONES

Las nuevas tecnologías de protección del rayo se convierten en una necesidad


evidente para la protección de las personas, animales e instalaciones:
comunicación, audiovisual, maquinaria etc.

Los sectores más afectados por el fenómeno rayo, tienen a su alcance las
soluciones definitivas. Las nuevas tecnologías para el diseño de Sistema de
protección más eficaz del rayo, cumple con el objetivo para los que han sido
diseñadas: proteger del impacto del rayo evitando su caída en la zona de
protección.

Se prevé que el cambio climático genere temporadas de tormentas cada vez más
largas con grandes potenciales energéticos que repercuten en una tendencia hacia una
mayor actividad eléctrico-Atmosférica, en general, y de rayos, en particular.

Los impactos de rayos son aleatorios y su trayectoria es caótica con un potencial de


descarga muy destructivo.

Las nuevas tecnologías electrónicas de comunicaciones, simplifican la gestión o


información para el usuario pero aumentan la necesidad propia de una protección
más eficaz.

Evitar la caída del rayo es una necesidad evidente. Cada vez hay una mayor cantidad
de actividades humanas donde el impacto o presencia de rayos es notoria y sensible.

Los pararrayos tipo Franklin excitan y atraen las descargas de rayos (Atrae-rayos),
generando fenómenos de repercusión eléctrica, a veces, peligrosos para los
componentes electrónicos sensibles. . Los pararrayos PDC excitan y atraen las
descargas (Atrae-rayos), se caracterizan primordialmente por su sistema electrónico de
cebado incorporado en el cabezal del pararrayos, este sistema consigue en un
laboratorio de alta tensión adelantarse a la captación de la descarga en un tiempo
más corto ( microsegundos), referente a la descarga de un pararrayos en punta tipo
Franklin, pero en el campo de aplicación tienen un retraso de microsegundos para
efectuar el trabajo de carga del dispositivo electrónico.

Algunos fabricantes de pararrayos PDC, aconsejan la revisión del cabezal cada vez que
un rayo impacta en ellos, para verificar la eficacia de su sistema electrónico de
cebado que lleva incorporado y cambiarlo si fuera necesario. El motivo es la posible
destrucción del sistema electrónico de cebado producido por los efectos: térmicos,
electrodinámicos y electromagnéticos del rayo durante el impacto.

Todos los sistemas de protección acabados en una o varias puntas que tienen como
principio excitar y atraer el rayo, sean pasivos o activos, ionizan el aire generando
chispas peligrosas y descargas de alta tensión, las instalaciones de protección externa
del rayo están reguladas por normativas de baja tensión; Estos sistemas tendrían que
ser utilizados fuera de las zonas de riesgo de explosiones, zonas urbanas o industriales.
Su campo de aplicación sería ideal para garantizar zonas de captación de rayos, como
por ejemplo los bosques, así se evitarían un gran número de incendios.

En las zonas urbanas e industriales tienen que ser protegidas con sistemas de
pararrayos desionizadores de carga electroestática (pararrayos), donde la
transferencia de carga electroestática será compensada pacíficamente en el tiempo
real y no se representará la descarga visual del rayo ni sus fenómenos repercutidos de
acoplamientos o inducciones.

La eficacia de un sistema, se demuestra cumpliendo en el espacio tiempo el objetivo


para lo cual ha sido diseñado, la aplicación en el campo de trabajo avalará su
funcionamiento.

En una subestación la incidencia de una descarga atmosférica podría darse de dos


maneras. La primera es considerar la caída del rayo dentro del patio de la subestación
afectando directamente a los equipos y la otra es que el rayo incida sobre la línea de
transmisión asociada a la subestación, en cuyo caso, se forman olas de sobretensión
que se propagan a través de las líneas hasta alcanzar los equipos.

Los objetivos que se logran alcanzar con las subestaciones son conseguir la máxima
seguridad, flexibilidad y continuidad de servicio con los mínimos costes de inversión y
operación que satisfagan los requisitos del Sistema Eléctrico y para ello, las
subestaciones deben poseer unos sistemas de protección que les ayuden a realizar su
cometido.
Aún en los casos en que los sistemas eléctricos estén cuidadosamente diseñados,
conservados y explotados, siempre existen posibilidades de que se produzcan
incidentes y, en tal caso, éstos deben ser eliminados de tal forma que quede
desconectada del sistema la menor parte posible, a fin de que éste siga funcionando
en la mayor parte posible, objetivo logrado con la implantación de equipos de
protección.

Una vez diseñado el sistema de protecciones, su funcionamiento debe estar


correctamente coordinado. El ajuste y la coordinación de las protecciones, tienen por
objetivo asegurar que se cuenta con un sistema de protección principal y de respaldo
de tal manera que la protección principal debe proteger totalmente el sistema
eléctrico y eliminar cualquier falta en el menor tiempo posible. Las protecciones de
respaldo que constituyen la segunda instancia de actuación de la protección y deberán
tener un retraso en el tiempo, de manera que permitan la actuación de la protección
principal en primera instancia.

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