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ÉFFATA / EL LLAMADO

CURACIÓN DE UN SORDOMUDO

31 Volviendo a salir de la región de Tiro, pasó por Sidón y llegó al mar de


Galilea, atravesando la región de Decápolis. 32 Y le trajeron a uno que era sordo y
que hablaba con dificultad, y le rogaron que pusiera la mano sobre
él. 33 Entonces Jesús, tomándolo aparte de la multitud, a solas, le metió los dedos
en los oídos, y escupiendo, le tocó la lengua con la saliva; 34 y levantando los ojos
al cielo, suspiró profundamente y le dijo: ¡Effatá!, esto es: ¡Abrete! 35 Y al instante
se abrieron sus oídos, y desapareció el impedimento de su lengua, y hablaba con
claridad.36 Y Jesús les ordenó que a nadie se lo dijeran; pero mientras más se lo
ordenaba, tanto más ellos lo proclamaban.37 Y se asombraron en gran manera,
diciendo: Todo lo ha hecho bien; aun a los sordos hace oír y a los mudos hablar.

Abrir como él los ojos al necesitado y como él a la voz del Padre que habla externa
e internamente. Unos seguidores sordos a su mensaje apenas si pronunciaran algo
mínimo del evangelio, tartamudearán el mensaje. El imperativo ¡ábrete!
desprovisto de poder mágico, puede resonar en cada creyente. Cuando no escucha
los anhelos más humanos de su corazón, cuando no se abre al amor, cuando, en
definitiva, se cierra al misterio último que llamamos Dios, la persona se vuelve
sorda, autista, auto referencial, narcisista, egoísta que no vive sino en sí misma y
para sí misma. Los demás solamente valen para satisfacer tal deseo. Hoy es un
diagnóstico palpable de múltiples maneras.

Hoy Jesús, en medio de nosotros, toca el corazón de cada uno y nos dice:
ÉFFATA- ÁBRETE, Iglesia del PERU… !Ábrete a la escucha, Iglesia del Perú! Ábrete al
encuentro con los pobres y con lo que la sociedad considera descartable.
ÉFFATA, ÁBRANSE no nos quedemos encerrados en nuestras instituciones,
entre los muros que nos alejan de las necesidades del pueblo de Dios.
ÉFFATTA, ÁBRANSE a la escucha de todos, especialmente de los que no tienen
voz y son marginados.

ÉFFATA, ÁBRANSE, queridos Hermanos Obispos…Abran sus corazones,


rompiendo todos los signos de poder para remplazarlos con los signos del servicio al
pueblo de Dios. ÁBRANSE, Hermanos Obispos, para un auténtico camino de perdón
y reconciliación.

ÉFFATA, ALUMNOS JESUITAS! Ábranse con el ejemplo de Antonio Ruiz de


Montoya. ¡Salgan y refuercen su vocación con la dimensión misionera! Formación de
la Fe, Formación Educativa y Formación Cívica a través de las Obras Sociales que son
los tres pilares de la misión de los Jesuitas hoy en el Perú. ÁBRANSE.

HOY Jesús toca el corazón de cada uno de nosotros y nos grita: Queremos una
IGLESIA del ÉFFATA…Una Iglesia que se abre al encuentro con los pobres y
necesitados. Sí. Queremos en el Perú una Iglesia del ÉFFATA. UNA IGLESIA, como
nos repite el Papa Francisco, con las puertas abiertas, bien abiertas y donde todos se
sientan adentro y ninguno se sienta al margen.
La fe nos transforma si tenemos siempre los brazos y el corazón abierto

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