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HISTORIA DEL MUNDO ANTIGUO

- ROMA -
LA REPUBLICA ROMANA ARCAICA (509 – 264 a.c)
Duplá Antonio

Capitulo III – Los inicios de la Republica romana

La ciudad de Roma y su territorio a fines del siglo VI

Las fuentes literarias y los datos arqueológicos permiten hacerse una idea de la extensión de
Roma en el siglo VI, en el momento del paso de la monarquía al nuevo sistema republicano.
La controversia surge también en torno al territorio controlado por Roma a finales de la
centuria. En principio el ager romanus, ampliando a partir de las sucesivas victorias y
conquistas de época monárquica, comprendía a finales del siglo VI poco más de 800 Km2. Ese
territorio se ampliará a comienzos del siglo V con la creación de dos nuevas tribus, La
Clustumina y la Claudia. Además el problema afecta también la identificación de tribus
rusticas con gentes determinadas. Respecto a la población de Roma, los habitantes ahora son
20 – 25.000.

La expulsión de los reyes

Según la tradición, Tarquino el Soberbio fue destronado en el año 509 a. C. mediante un golpe
palaciego que se desencadenó cuando el hijo de Tarquino, Sexto Tarquino, violó a Lucrecia,
una joven patricia que a raíz de ello se suicidó. Entre los líderes de la revuelta estaban el
sobrino del rey, Lucio Junio Bruto, el esposo de Lucrecia, Lucio Tarquino Colatino, y el padre
de la joven, Espurio Lucrecio, junto con su poderoso amigo Publio Valerio Publícola. Tarquino,
que se encontraba combatiendo en Ardea, regresó rápidamente a Roma, pero en su ausencia
perdió el apoyo del ejército y tuvo que exiliarse a Etruria. Allí convenció a las ciudades de
Caere, Veyes y Tarquinia de que atacaran Roma, pero resultaron derrotadas en la batalla de
la Selva Arsia, donde pereció Bruto. Tarquino recurrió entonces al rey de Clusio, Larte Porsena,
que atacó Roma en 508 a. C. aunque finalmente se vio obligado a retirarse. Por último se
dirigió a Tusculum, gobernada por su yerno Octavio Mamilio, que movilizó a la Liga latina en
contra de Roma, rebelión que acabó siendo sofocada después de la batalla del Lago Regilo
(499 a. C. o 496 a. C.). Derrotado, Tarquino consiguió el asilo del tirano Aristodemo de Cumas
donde murió en 495 a. C. Derrocado el rey, Bruto y Tarquino Colatino fueron los primeros en
ser nombrados cónsules (en los comienzos de la República se les llamaba pretores) y se
decidió castigar con la muerte a cualquiera que quisiera reinstaurar la monarquía. Además

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se castigó con el destierro a toda la familia de los Tarquinos, lo que le costó el puesto al
mismo Colatino, que fue sustituido por Publio Valerio Publícola.

Una reinterpretación de la crisis del 509

En una reinterpretación de conjunto de la crisis del 509, una revolución crea la Republica
romana en el contexto de un periodo de inestabilidad y convulsiones en toda la Italia tirrénica.
Esa revolución fue un golpe de Estado oligárquico contra una tiranía populista que se
apoyaba en las masas populares y en el ejército desde las reformas de Servio Tulio,
interpretadas en clave antiaristocrática. Posiblemente, los líderes aristocráticos se vieron
obligados a hacer concesiones al ejército y al pueblo y de ahí la importancia concedida a los
comicios centuriados y sus funciones políticas, legislativas y judiciales. Los advenimientos de
la Republica se datan a finales del siglo VI.

El cambio fue violento, lo se deduce también por la arqueología. La intencionalidad política


es clara, todo concentrado en el Foro, centro político de la comunidad. Hay también, nuevos
edificios, con una nueva estructura. Esta interpretación de los acontecimientos que tienen
lugar en Roma y el Lacio a finales del siglo VI afecta también a la supuesta hegemonía etrusca
sobre la ciudad del Tíber. Las relaciones de Roma con Etruria son indudables y es posible
cierta orientación antietrusca en el golpe contra la Monarquía. Cambian también, en Roma
las relaciones comerciales.

Los inicios de la “constitución” republicana – colegialidad y gobierno aristocrático

En la realidad analística, la monarquía es sustituida por una magistratura colegiada en el


poder dividido entre dos individuos. Hay un conjunto de cambios que permiten por ejemplo
el acceso al poder de ciudadanos con recursos. Ahora, el problema de la aristocracia romana
era el de su renovación política. Ciertamente, en un momento dado, se instauran gobiernos
republicanos en todas las ciudades de Italia central y a partir del siglo IV, no hay rastros de
monarquías, pero, la situación no es fácil, porque las ciudades de Umbría, Campania, Etruria
y Lacio, buscan solicitudes a menudo paralelas a los problemas planteados por la
desaparición de las monarquías.

Los primeros magistrados

La figura del monarca es sustituida desde el primer momento por dos magistrados anuales,
los cónsules, elegidos en los comicios centuriados. Estos magistrados tenían imperium, ese
poder supremo civil y militar, de naturaleza sagrada, concedido por una ley aprobada por el
pueblo reunido en las antiguas curias. Los cónsules heredan los símbolos del poder del
antiguo rey. La anualidad y el carácter colegiado de la nueva magistratura se convierten en
los principios constitucionales básicos de la Roma republicana. Desde un primer momento,
los cónsules estaban sometidos a ciertos mecanismos de control. Un tema muy discutidos

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todavía tanto la existencia o no de una magistratura binaria, desde el momento mismo de la
expulsión del ultimo rey, hasta el nombre por el que eran conocidos estos magistrados.

La nueva división de funciones y competencias

El régimen republicano supuso un nuevo reparto del poder y de las distintas competencias
para el gobierno de la Urbe, antes centralizadas en la figura del rey. Los magistrados
superiores, fuera llamados cónsules o pretores, y en su caso, el dictador, asumían las
responsabilidades militares, gracias a la posesión del imperium. La participación general del
pueblo romano se expresaba en los comicios centuriados, la asamblea ciudadana creada por
Servio Tulio, presuntamente como un mecanismo político para debilitar el poder de los
patricios y consolidar un apoyo político militar al rey. En el terreno religioso, las funciones
antes en manos del rey pasan a los magistrados con imperium al pontífice máximo, figura del
rex sacrorum. El “pontífice máximo” es el juez y arbitro de todas las cosas divinas y humanas.

La nueva Roma republicana – una ciudad abierta con pervivencias gentilicias

El nuevo régimen republicano en Roma es asimilable, básicamente, al modelo de la polis


griega. El Estado se articula entorno a una asamblea de los individuos con recursos, un
consejo y unos magistrados electos. Sin embargo, el elemento clave que articula las
relaciones sociales y políticas de la comunidad procede de la etapa anterior. Se trata de la
reforma censitaria y de las tribus atribuida a Servio Tulio.

Las necesidades militares y políticas son las primeras necesarias en esa reforma. A partir de
ese momento, es característica de Roma esa repetición continua de la operación del censo,
que permite conocer de forma regular los recursos humanos y materiales de la ciudad y, al
mismo tiempo, reforzar el marco identitario de la comunidad cívica.

La sociedad republicana es una sociedad auténticamente patricio – plebeya. Cierto es, que el
surgimiento de la Republica expresaba un momento critico en la relación contradictoria entre
fuerzas centrifugas y centrípetas. En el contexto general, de los siglos VI, y comienzos del V
en el área central tirrénica, ese carácter abierto es uno de los rasgos que caracterizan a Roma,
evidente no solo en el terreno político y social, sino también en el artístico o el económico.

El primer tratado entre Roma y Cartago

El primer tratado romano-cartaginés fue un tratado de amistad y asistencia recíproca entre


estas dos potencias emergentes del Mediterráneo que contribuye a completar la imagen de
Roma en el paso de la Monarquía a la Republica en su posición internacional. No se sabe con
certeza cuando fue sellado el pacto. Gracias a otros escritos se ha estimado el año 508 o 507
a. C. Todo lo que se sabe de este tratado se basa en las anotaciones que hizo Polibio. Aunque
no se dispone del texto del tratado, se sabe que se pactaron los siguientes puntos:

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 Los romanos no podían zarpar de la costa norteafricana de "Cabo Bello" (algún punto
al norte de la ciudad de Cartago, probablemente Cabo Harina). En caso de fuerza
mayor, como una tempestad, se podía desembarcar en aquellas tierras, debiendo
abandonarlas en el menor tiempo posible.
 Los mercaderes romanos solo podían cerrar pactos comerciales en las zonas de
influencia cartaginesa del norte de África y Cerdeña en presencia de funcionarios
cartagineses.
 En la parte cartaginesa de Sicilia (oeste de la isla), los mercaderes romanos serían
tratados de la misma manera que los cartagineses.
 Para los cartagineses no había ningún tipo de limitación de movimientos en la zona de
influencia romana, pero los asaltos de los cartagineses a las ciudades romanas del Lacio
quedaban prohibidos. También el avance de los cartagineses en las ciudades
independientes del Lacio quedaba excluido. Si, por alguna razón, Cartago tenía que
conquistar una ciudad independiente de esta localización, ésta debía ser entregada
inmediatamente intacta a los romanos. Con eso se consiguió que las ciudades
independientes del Lacio tuvieran que mostrar una colaboración estrecha y rentable
con Roma.

Una nueva situación en Italia central

El tratado con Cartago comentado es una de las expresiones del brillante periodo que supone
para Roma el siglo VI. El crecimiento económico y demográfico, la monumentalización de la
ciudad y la construcción de edificios públicos, la expansión territorial y la hegemonía en el
Lacio son otras tantas manifestaciones de la llamada “grande Roma dei Tarquini”. La caída
de la Monarquía abre una etapa conflictiva que se prolongará durante casi todo el siglo V. La
época de crisis, claro que lleva a consecuencias, como la asunción del poder por grupos
aristocráticos cerrados (época de la oligarquía) y otras tensiones políticas. Al final se
integrarán nuevos sectores, una nueva estructura social, y esta situación representa un
proceso que durará cas dos siglos.

Capitulo V – Las leyes de las XII Tablas

La codificación del derecho

Para la historiografía romana, las XII tablas y las leyes Valerias – Horacias representan un
autentico punto de inflexión en la historia constitucional de la ciudad. La elección de los
decenviros supone el nacimiento de una nueva forma civitatis. Las XII tablas pueden
interpretarse, por tanto, como el resultado de un proceso de autorregulación por la elite
patricia. Las XII tablas no son un código legal o una constitución en el sentido moderno de
estos términos. Se trata de un conjunto de disposiciones sobre aquellos temas que, en el
contexto de la época y del liderazgo patricio se consideraba que habían de ser tratados. No
se conoce el texto completo de las leyes, sino tan solo citas y menciones en autores
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posteriores. Vistas en prospectiva histórica, las leyes de las XII tablas reflejan un momento
profano de la sociedad altorrepublicana y se integran en un proceso de la laicización de una
sociedad agraria, pero abierta a contactos y relaciones con la cuenca mediterránea.

Los decenviros

El decenvirato es una institución de la República Romana, que tuvo lugar en siglo V a. C.. Se
trata de una magistratura extraordinaria que dispone de poder consular, creada en el cuadro
de la lucha entre patricios y plebeyos, y que reemplaza al colegio de cónsules. Una vez
acabada su misión, el segundo colegio de decenviros trató de mantenerse, ilegalmente, en
el poder, pero la magistratura fue abolida, permitiendo la vuelta de los cónsules a la cabeza
del Estado. Los decenviros tenían funciones judiciales o religiosas; puntualmente en este
último aspecto el sacerdote que interpretaba los libros de la Sibila. En un principio los
decenviros ejercieron la autoridad suprema. Los cónsules quedaron sujetos a su autoridad y
como contrapartida se eliminó la figura de los tribunos.

La misión de los decenviros era redactar nuevas leyes, para regular las relaciones entre los
ciudadanos, normativa que tomó cuerpo en la Ley de las XII Tablas. En los dos años que se
mantuvo, fue ocupada por dos colegios sucesivos. El primero, formado por patricios, fue
presidido por Apio Claudio, y las leyes que redactó, fueron inscritas en diez tablas. El segundo,
formado por patricios y plebeyos, con la misma presidencia, fue menos efectivo, pues su
labor se limitó a dos tablas. Además, estuvo lastrado por ambiciones personales, y al término
del año de su gobierno, sus componentes se negaron a dimitir, como era normativo.
Finalmente el decenvirato cayó, y se volvió al sistema tradicional del doble consulado.

El contenido de las XII tablas

La Ley de las XII Tablas o Ley de igualdad romana fue un texto legal que contenía normas para
regular la convivencia del pueblo romano. También recibió el nombre de ley decemviral. Por
su contenido se dice que pertenece más al derecho privado que al derecho público. Fue el
primer código de la Antigüedad que contuvo reglamentación sobre censura (pena de muerte
por poemas satíricos). La ley se publicó al principio en doce tablas de madera y,
posteriormente, en doce planchas de bronce que se expusieron en el foro. Debido a que no
queda indicio alguno de su existencia, algún autor ha llegado a sugerir que no existieron.

El contenido versa sobre la familia, el matrimonio, el divorcio, propiedad y transmisión de los


bienes, sobre la herencia, sobre ataques y agresiones a personas y bienes, sobre las deudas,
la esclavitud y el nexum, también, recoge procedimientos y regulaciones varias de carácter
religioso por ejemplo sobre funerales y enterramientos. Las leyes, se presentan en forma de
prohibiciones y determinaciones muy escuetas.

Normas sobre derecho penal y procesal

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Contendrían el derecho penal de la época. Se caracterizan porque contienen tanto normas
muy arcaicas como normas modernas, lo que refleja un periodo de transición. En estas Tablas
aparece implícitamente la distinción entre dos ámbitos del derecho penal, el derecho público
y el derecho privado. En general, se limita la venganza privada y se establecen penas públicas
para los distintos delitos.

El público se ocuparía de los crimina o ilícitos penales que eran atentados contra el pueblo
romano, como el perduelio o traición al pueblo romano y de los ilícitos más graves como el
parricidium. Los crimina eran perseguibles de oficio y sancionados con la pena capital o en su
caso el exilio.

El privado se ocuparía de los delicta, ilícitos privados, de menos gravedad y de persecución a


instancia de la víctima o de sus familiares. Estos ilícitos eran castigados con pena pecuniaria
a favor de la víctima, siempre dependiendo de la gravedad de mismo. Delicta serían delitos
de daños a bienes de terceros, el furtum y la iniuria o delito de lesiones.

En la Tabla IX se establece la prohibición de concesión de privilegios por lo que todos los


ciudadanos son iguales ante la ley.

Disposiciones sobre propiedad y relaciones familiares

Contendrían derecho de familia y de sucesiones. Regulan normas relativas a la tutela de


menores de edad no sujetos a patria potestad al haber fallecido su padre. Por igual contenían
normas relativas a la curatela a fin de administrar los bienes de aquellas personas pródigas,
enfermos mentales o discapacitados. También había normas para tutelar a las mujeres
solteras una vez fallecido el padre, de ellas se harían cargo familiares próximos.

En estas Tablas por primera vez se limita legalmente el poder absoluto del pater familias
sobre su familia. En relación con la mujer, se estableció el divorcio a favor de la mujer, la
mujer se divorciaba ausentándose durante tres días del domicilio conyugal con ese propósito.
En relación con los hijos, el paterfamilias perdía la patria potestad de sus hijos si los explotaba
comercialmente en tres ocasiones, ya que el hijo quedaba emancipado.

En materia de sucesiones, se da preferencia a la sucesión testada en relación con la intestada.


Si la sucesión era intestada la ley establecía como primeros herederos a los herederos sui, de
derecho propio, esto es los hijos y la mujer como una hija más. Si no había herederos sui,
heredaba el agnado más próximo al fallecido; aquellos parientes que estuvieron sujetos con
el fallecido a la potestad de un ascendiente común. Si tampoco existían herederos agnados,
heredaban los gentiles, aquellas personas con el mismo gentilicio o apellido que derivaban
de la misma gens que el fallecido.

Sociedad y economía en las XII Tablas

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a. las actividades económicas

La sociedad que se deduce del contenido de las XII Tablas es fundamentalmente agraria. Todo
se refiere siempre a la actividad agrícola y ganadera. La ganadería aparece como una
actividad económica secundaria. En realidad no se mencionan rebaños, sino tan solo
animales de carga. Tampoco son importantes las alusiones en el texto a actividades
comerciales y no hay disposiciones relativas a intercambios, créditos o manufacturas. En
realidad, todas las referencias a compraventas corresponden a objetivos y servicios sujetos
a mancipatio. Este es un procedimiento de transmisión de la propiedad arcaico y complejo,
que implicaba un acto de pesaje ante testigos.

b. Las deudas: el nexum

El Nexum era la figura contractual en el derecho Romano. Si bien las referencias históricas
son escasas y confusas, con lo que la opinión de los historiadores no es unánime, parece que
por ese compromiso, el llamado nexum, el deudor o nexi cedía legal poder de dominio sobre
su persona al acreedor, fuera de efectos inmediatos o aplazados hasta el momento de quedar
incumplida la deuda. Los nexi eran ciudadanos empobrecidos, en general plebeyos en tanto
que carecían de otras redes de contención, que así se habían dado ellos mismos en prenda
de acreedor. El compromiso implicaba dominio, incluyendo la posibilidad de que el acreedor
lo vendiera como esclavo, le diera cárcel o incluso muerte. Se trata de un estatuto distinto
de la esclavitud, pues los deudores siervos (nexi) seguían siendo ciudadanos romanos y
podían residir en Roma. Gradualmente atenuado sólo con la Ley Poetelia Papiria se pondría
fin al nexum.

c. Los esclavos

Es una realidad bien establecida. El termino servus es utilizado para hacer referencia a los
castigos debidos a esclavos que han causado danos a los bienes de otros ciudadanos. La
esclavitud parece perfectamente normal, si bien, es improbable que supusiera un volumen
importante de población. En esta época cumplirá preferentemente una función domestica
en las mansiones urbanas de la elite dirigente.

d. Patronos y clientes

Hay una distinción neta en el cuerpo ciudadano entre el propietario, con obligaciones
militares (adsiduus) y el libre pobre, excluido del servicio militar salvo en emergencias
(proletarius). Esta división se plantea en relación con algún tipo de procedimiento legal.

La clientela es una relación social esencialmente reciproca, que implica un intercambio se


servicios entre personas, asimétrica y, en principio, voluntaria. El patrono aseguraba
protección, atención e incluso medios de subsistencia al cliente, a cambio de lealtad, apoyo
y en caso necesario, prestaciones de trabajo.
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e. La prohibición de los matrimonios mixtos

Es una disposición que prohíbe, el matrimonio entre plebeyos y patricios. Es una voluntad
patricia para excluir cualquier tipo de vinculación con los plebeyos, especialmente del punto
de vista político, excluyendo los líderes plebeyos.

f. Disposiciones funerarias

Recoge una serie de normas que se refieren al orden de la vida interna de la ciudad. Se
prohíbe la incineración e inhumación de los cadáveres en la ciudad, se intenta así evitar
incendios, o que la presencia de un cadáver atente contra la salubridad pública. Se prohibía
también el excesivo lujo en los funerales.

Las leyes Valerias – Horacias

Fueron una serie de leyes que datan del año 499 a. C. Una fue la “Lex Valeria de provocatione”
o “Valeria Horatia”, obra de los cónsules Lucio Valerio Potito y Marco Horacio Barbato, que
trataba sobre el derecho de apelación sobre las penas capitales impuestas por los
magistrados, en los juicios criminales, que podían hacerse ante los comicios, a través de la
“provocatio ad populum”.

Otra del mismo nombre, estableció que las resoluciones de los comicios por tribus eran
obligatorias; otra despojó a los cónsules de la atribución de imponer algunas multas. Sin
embargo, la más importante, fue la que consagró a los tribunos de la plebe, a los ediles
plebeyos, auxiliares de los primeros, y a los decenviros, como sacrosantos, y los atentados
contra sus personas fueron castigados con la pena capital.

Según la “Lex Valeria Horatia” las decisiones de los “concilia plebis”, que adquirieron la
categoría de institución regular, interrogados por los tribunos, eran obligatorias para todos,
y no solo para los plebeyos como hasta entonces había ocurrido. Esta “Lex Valeria Horatia”
al igual que la “Lex Publilia” (339 a. C), requerían al parecer, la aprobación del Senado para
obligar al populus, o sea necesitaban con antelación o a posteriori, la “auctoritas patrum”. La
Lex Hortensia (289 a. C.) estableció la obligatoriedad de los plebiscitos sin necesidad de
aprobación senatorial, lo que colocó a los plebiscitos en el mismo rango que las leyes.Los
bienes de los plebeyos a partir de esta ley, quedaron bajo la custodia de los ediles plebeyos.

Las XII Tablas y el conflicto patricio – plebeyo

Determinadas disposiciones de las tablas finales, parecen reflejar las posturas patricias más
intransigentes. Por otro lado, una aparente alianza patricia – plebeya hace frente al segundo
colegio y se refleja en las iniciativas del 449. Poco tiempo después, se anulan algunas de las
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medidas mas duras de las XII Tablas y se abre un periodo, en la segunda mitad del siglo V, de
acercamiento entre ciertos sectores patricios y lideres plebeyos. Las valoraciones son,
lógicamente, dispares. En general, los acontecimientos que giran alrededor de las XII Tablas
evidencian la personalidad propia de la plebe como grupo, reafirmada progresivamente a lo
largo del siglo V. cada avance es, en principio, capitalizado por los patricios, pero, luego la
plebe lo asimila y lo hace también suyo.

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